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La Ficha. Con la descripción correspondiente de los trasfondos elegidos.

Historia

Lydia Adler tuvo una infancia feliz, sin penas ni preocupaciones. Bien la suerte o el destino le habían procurado una vida llena de comodidades. La mayoría del tiempo lo pasaba en su casa ajardinada, donde vivía con sus padres y hermano, mientras todos sus sueños y necesidades fueron sobradamente cubiertos.

Su mayor afición era la música, su mayor sueño viajar y conocer mundo. Tenía un talento innato para tocar el piano. Podía pasarse horas y horas tocando o componiendo sus propias melodías. Sentía que había nacido para ello y claramente el tiempo carecía de sentido cuando acariciaba las teclas de su posesión más preciada. También aprendió a tocar el violín y recibió clases de canto, aunque esto último no lo disfrutaba, tal vez porque su voz no era tan melódica como pudiese desear. Pronto se sintió preparada y animada para ganar dinero impartiendo clases particulares de piano, enseñando a tocar a las hijas de los hombres más influyentes en sus opulentas mansiones.

Aidan, su hermano mayor tenía un carácter tan afable como melancólico, una mirada magnética y un aura misteriosa. El ojito derecho de su madre, y también el de Lydia, quien lo amaba y protegía de cualquier tristeza que asolara su espíritu. Era excesivamente tímido, una persona de pocas palabras, pero bajo esa apariencia de fragilidad subyacía una mente brillante. Le gustaba pintar sobre lienzo y parecía que era así como se comunicaba con el mundo y el mundo con él. Sin embargo Lydia era alegre, amable y extrovertida, a pesar del poco contacto que tenía con el exterior.

Todo era idílico en casa de los Adler. Los padres, además de atender un negocio próspero, disfrutaban viendo crecer a sus hijos y asistiendo a algunos eventos y fiestas distinguidas, ya que habían estrechado lazos con miembros importantes de la sociedad. Sin embargo, aunque todo parecía augurar un futuro dulce, una gran tragedia asoló la familia cambiando para siempre el rumbo de sus vidas.

El primer bombardeo fue tremendamente impactante. Terrible. Pudieron llegar al refugio antiaéreo pero allí el miedo no cesó. El sonido atronador de la destrucción, cuerpos sin vida, lágrimas en rostros cubiertos de polvo que habían quedado atrás. Era difícil reaccionar ante una situación tan inesperada como incomprensible. Afortunadamente el instinto se había impuesto, conduciéndoles hacia un lugar seguro.

Aidan partió con el ejército. No parecía asustado. Aceptaba su destino con resignación, aunque no hubiese sido éste de haber podido elegir otro. Su familia temía perderle. Su madre se despidió de él rota, sintiendo que le exigían un enorme sacrificio, su hijo, al que había llevado en sus entrañas. Su padre William estaba destrozado, aunque su aspecto filtraba menos emociones. Lydia quería transmitirle fuerza a su hermano y se había propuesto no llorar, pero no pudo contener las lágrimas. Le estrechó en un fuerte abrazo y le hizo prometer que volvería con ellos, sano y salvo, sin importar lo que tuviese que hacer o dejar de hacer. Se aferró a esa promesa y jamás dudó que su hermano la cumpliría. Él, deseaba sobrevivir y hacer lo posible para que las tropas enemigas no tomasen tierra ni pudiesen alcanzar jamás a su familia.

Tras el bombardeo, Lydia y su madre Eleanor partieron a la casa de campo, lejos de la ciudad. Su padre, sin embargo, permaneció en Sheffield. Los años siguientes fueron duros y llenos de incertidumbre. Al principio recibían alguna carta de Aidan. Eleanor las leía cada noche antes de dormir. Lydia no creía que fuese buena idea porque sólo aumentaba su dolor, pero no osaba decírselo, ya que comprendía que esas cartas hacían que su madre se sintiese cerca de él. Un día dejó de llegar correspondencia. Lydia lo atribuyó a las complicaciones derivadas de la situación, pero su madre no podía creerlo.

Regresaron a Sheffield al finalizar la guerra. La familia volvió a reunirse, pero no al completo. Aidan no había regresado y tampoco habían tenido noticias acerca de él.

En la casa reinaba el silencio tan sólo interrumpido por lágrimas y sollozos de alguna habitación lejana cuyas paredes no escondían el dolor de quien tratase ocultarlo. La relación entre la familia era cada día más fría y distante. El silencio dio lugar a discusiones. Entre sus padres había una guerra de reproches que no presagiaba ningún bien. Los Adler dejaron de asistir a eventos de sociedad y Lydia dejó definitivamente de tocar el piano, ya que ahora su madre no soportaba escucharlo. Ya no había huella de sonrisa alguna en el rostro de la joven, quien se sentía como una tenue sombra de lo que fue, vagando tristemente por una casa a la que le habían arrebatado el alma.

Por más abatido que se sintiese, William atendía el negocio durante el día adquiriendo el género y materiales necesarios, mientras que al ocaso se encerraba en la biblioteca con un vaso de whisky y la mirada perdida en el infinito, cruzando las sombras de la noche a través de las ventanas acristaladas.

Lydia comprendió que debía ayudar en el negocio familiar si querían seguir viviendo como antes. Además no soportaba respirar el ambiente de su casa durante todo el día. Aunque Eleanor se oponía a que su hija trabajase, no pudo frenarla, no tenía el suficiente ánimo para batallar contra la tozudez de su pequeña a la que además su padre respaldaba.

Acudía puntual a la tienda, donde atendía a personas de alto poder adquisitivo, mayormente damas que buscaban exquisitas telas y encajes para sus vestidos, así como las joyas más exclusivas para lucirlas en su mejor ocasión. Padre e hija congeniaban bien. Lydia sintió que todo iba a mejorar cuando su padre decidió arreglar personalmente el jardín, que durante esos años había estado tan descuidado. Y él parecía haber superado en cierto modo el sufrimiento pasado, si bien temía otro futuro: perder a su hija. Era consciente de que tal vez estaba siendo egoísta, pero no lo podía evitar, y es que no deseaba que ella le dejase también. Tal vez por ello la prevenía tanto sobre los hombres y la favorecía a declinar cualquier propuesta que pudiese recibir.

Pasó el tiempo y un buen día se puso en contacto con ella una antigua alumna, una con la que había hecho gran amistad. Había alguien muy cercano a ella que quería recibir clases de piano y según su amiga, en este caso Lydia no se podía negar. Todavía no sabía si aceptaría volver a dar clase, pero lo que indudablemente era cierto, es que aquello removió sus sueños de nuevo, alimentando sus ganas de tocar el piano y de viajar por el mundo para conocer otras culturas y aprender de múltiples artistas.

Negocio Familiar

Desde tiempos remotos y durante generaciones, la familia Adler se había dedicado a la industria de la cuchillería en Sheffield. Producían herramientas de filo como cuchillos, navajas de afeitar, hachas y clavos, entre otros. También atendían encargos personalizados. Tal vez el más destacado fue una espada ceremonial de la que los Adler siempre estuvieron orgullosos.

En 1615 adquirieron acciones de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que les aportó cuantiosos ingresos y les abrió una importante ventana para la exportación de sus productos. Por aquel entonces, la familia Adler se dedicaba principalmente a la industria de la cubertería. Con un carácter altamente perfeccionista producían tanto piezas asequibles como otras con elaboradas filigranas dignas de vestir los manteles más exquisitos.

A partir de 1740, la mejora del tratamiento del acero de crisol y la elaboración del Sheffield plate permitieron mejorar la calidad de la producción, así como las ganancias. El negocio era próspero y pronto su artesanía adquirió un estilo propio que atrajo especialmente los bolsillos más pudientes. Tal vez por ello los Adler vieron la oportunidad de ir un paso más allá ampliando el negocio produciendo artículos de vajilla tales como jarras, copas, platillos, tazas y bandejas.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX la pérdida de importantes mercados de exportación condujo a una recesión que afectó al sector metalúrgico. Esto no tuvo un gran impacto en la familia, ya que contaban con suficientes fondos para poder hacerle frente, sin embargo el negocio sí se vio afectado. Tal vez por ello, en 1840 con la Revolución Industrial, Arthur Adler apostó por abrir una segunda línea de negocio y montó una fábrica textil aprovechando el poder del agua para el rendimiento de algunas máquinas. A través de la Compañía Británica de las Indias Orientales importaba materias primas como algodón, seda y colorante índigo.

En 1856 Henry Bessemer introdujo un nuevo método de producción de acero utilizando un horno especial. El Convertidor de Bessemer podía producir mayor cantidad de acero refinado que el proceso del Crisol, dejándolo obsoleto. En 1860 patentó el Convertidor inclinado que producía acero de un modo todavía más eficaz y reducía los costes a la mitad (20 libras por tonelada frente a las 40 libras del acero de crisol). Pasada esta fecha Arthur se interesó por conseguir una licencia para poder producirlo. El negocio prosperó, impulsado por la gran demanda de hierro y acero que se generó tras la Guerra de Crimea, aunque él no dejó de fabricar los elementos de precisión tan arraigados a su familia.

Arthur Adler tenía dos hijos. El mayor había heredado su responsabilidad y compromiso, el menor su curiosidad e instinto. El primero siempre había trabajado con él, mostrando un gran interés y dotes para encargarse del negocio familiar principal, algo que sus dos hijos ya daban por asumido. El menor, sin embargo, había viajado a la India, y permaneció allí un par de años, seducido por sus exóticos aromas, su gastronomía especiada y su colores vibrantes tan opuestos a la grisácea Sheffield.

En 1864 la Gran Inundación de Sheffield por el derrumbe de la presa Dale Dyke causó daños en la fábrica textil. Arthur Adler era ya mayor y deseaba que fuesen sus hijos los que llevasen el peso de los negocios. Decidió que si Corwin no estaba interesado en la fábrica, no invertiría en ponerla a punto de nuevo, aunque esta idea le entristecía más de lo que quisiera admitir.

Corwin Adler volvió cambiado, con un brillo distinto en sus ojos. Pasó la noche entera bebiendo whisky con su padre y hermano, explicándoles tantas y tantas historias y curiosidades que cuando quisieron darse cuenta, se filtraban por las ventanas las primeras luces del alba. Esa noche Arthur se sintió feliz. No sólo por compartirla con sus hijos. También supo, sin decir nada, que su hijo menor sería un digno heredero de aquel negocio que había emprendido cuando los tiempos no eran tan favorables.

Y así fue. Su hijo se implicaba en todos los aspectos de la producción, aportaba ideas, cambios, mejoras. El resultado se tradujo en unas telas realmente preciosas, únicas, de un diseño y calidad excelentes. Corwin buscaba la exclusividad y la fidelización de clientes. Visitó a los sastres más prestigiosos ofreciendo sus telas e interesándose por lo que buscaban sus clientes. Quería hacer de aquél su negocio y que éste fuese igual de próspero que el de su hermano. Trazó su estrategia, cerró algunos tratos, concedió algún regalo que sabía le repercutiría en beneficio propio, y podría decirse que pronto, bajo su liderazgo, la empresa se vio impulsada hacia el éxito.

En 1874 la Compañía Británica de las Indias Orientales se disolvió. Afortunadamente Corwin Adler tenía por entonces una sólida red de contactos que le permitió continuar sus actividades con normalidad.

William Adler, hijo de Corwin y padre de Aidan y Lydia aprendió los secretos del negocio desde niño y fue capaz de promocionarlo en la dirección correcta. Producía una gran variedad de telas de calidad y comenzó a tener clientes que no se conformaban con escoger entre el muestrario de tejidos de su sastre habitual. Estaban dispuestos a viajar, incluso desde Londres, para conseguir la más exquisita de las telas y llevarla al sastre de su elección. Por ello William abrió una pequeña tienda para satisfacer a estos clientes, mujeres de la alta sociedad en su gran mayoría.

Decidió también importar algunas seleccionadas joyas de oro de la India. Al mostrarlas junto a las brillantes y sedosas telas, el conjunto adquiría un cariz tan exótico y llamativo que lo hacía irresistible. Las clientas sabían que no habría nadie en sus fiestas que les hiciese sombra y no podían esperar el día en que pudiesen exhibirse.

William creyó que en el futuro su hijo ocuparía su lugar igual que hiciera él con su padre. Sin embargo Aidan se alistó en el ejército y actualmente no se sabe si continua con vida. No estaba previsto que su hija trabajase, en absoluto. Durante la guerra muchas mujeres habían ocupado los puestos de sus maridos en las fábricas, pero la madre de Lydia veía esto como resultado de una necesidad ineludible, por ello no le agradaba que su hija quisiera ayudar a su padre con las tareas de recomponer y redecorar la tienda, y aunque no se opuso abiertamente, la instaba a retomar las clases de piano.

Para Lydia entrar en la tienda era acercarse a Oriente, a las magníficas historias que su abuelo le había explicado una y otra vez. Era un modo de soñar y de alejarse de todo el dolor que había visto, escuchado y sentido, y también de superarlo en cierto modo, ya que era gratificante formar parte activa en la recuperación de la ciudad.

Actualmente se puede encontrar a Lydia en la tienda, atendiendo clientes o bien ordenando las telas, examinándolas y leyendo los libros de su padre. William se encarga de supervisar la fábrica y de otras muchas cuestiones, como las ventas y la importación.

Descripción Psicológica

De naturaleza alegre, amable y extrovertida, esto cambió tras la desaparición de su hermano Aidan, borrando su sonrisa y dando lugar a una languidez que solo disimula en presencia de otros. Poco a poco parece que podría recuperar su ánimo y forma de ser, pero por ahora su sonrisa es una máscara de cara al exterior para evitar que nadie se preocupe por ella e indague en aquello que más le duele.

Lydia es optimista, espontánea y apasionada y tiene una gran sensibilidad. Le afecta cuanto pasa a su alrededor, tal vez por ello siempre busca el equilibrio y la armonía en su entorno. Suele ser cercana y cordial, pero también en ocasiones puede mostrarse distante, algo totalmente intencionado ya que busca refugio en la soledad cuando se siente triste o abrumada.

Por otra parte, es bastante cabezota y suele pensar que es ella quien tiene la razón, aún cuando pudiese verse forzada a dar a entender lo contrario. La desconfianza es algo que también ha arraigado bastante fuerte en su persona a raíz de la Gran Guerra. No cree que nadie merezca sufrir, especialmente los niños, y fue un duro choque para ella ver la crueldad de que es capaz el ser humano. Aunque le guste escuchar a las personas y ayudarlas si le es posible, le cuesta mucho hablar de sí misma de un modo introspectivo. A pesar de ello, la joven conserva un carácter un tanto ingenuo y una pequeña chispa de locura.

Su objetivo en la vida se lo marca el corazón. Desea viajar y ver mundo, conocer músicos virtuosos y aprender de ellos. Se imagina asistiendo a óperas y recitales, y ofreciendo conciertos.

Tocar el piano es su gran pasión, pero también le encanta componer. Cuando escribe o improvisa nuevas obras, suele hacerlo con historias en su mente, historias de amor verdadero y situaciones dramáticas que se interponen acechando por doquier. Eso sí, tras las penurias que asolan el espíritu de sus personajes, Lydia siempre les reserva un final feliz, un rayo de sol que iluminará sus vidas y calentará sus corazones. Por supuesto esto es algo que no ha revelado jamás. Si alguien le preguntase de dónde le viene la inspiración, respondería con cualquier divagación.

Aunque es una persona tremendamente romántica, jamás lo reconocerá. De hecho, en el plano sentimental es bastante desconcertante. Podría confundirse su modo de ser con una predisposición a aceptar una proposición, pero desde luego no es así. Lydia no niega un baile a nadie, ni tampoco su amistad, pero si alguien se le acerca con otras intenciones sabe alejarlo con un comentario tan audaz como inesperado.

En naturaleza he puesto Celebrante por el tema del piano y la música. Es su vocación y su razón de ser, aunque reconozco que me preocupa un poco porque he visto que sólo este aspecto resta puntos, a diferencia de los demás...

En conducta he escogido Optimista por su carácter habitual, por la actitud que adopta para disimular los malos momentos y por creer que su hermano sigue vivo, contra todo pronóstico.

¿Te parece bien?

Por otra parte, tengo alguna duda en atributos:
En “Sociales” dudo si poner carisma 3 y manipulación 3, o si poner 4 y 2. ¿Qué crees que se adapta mejor a mi pj?
En “Físicos” lo he dejado balanceado, pero también dudo si es lo más adecuado. Al tocar el piano no sé si debería cambiar fuerza 1 destreza 3.

Estoy valorando poner en técnica secundaria Estilo y/o Gracia. ¿Podrías concretarme a qué se refieren?

Gracias.

En naturaleza he puesto Celebrante por el tema del piano y la música. Es su vocación y su razón de ser, aunque reconozco que me preocupa un poco porque he visto que sólo este aspecto resta puntos, a diferencia de los demás...

No me parece mal pero también hay otras naturalezas que te encajarían si no te convence el perjuicio de no tener un piano entre las manos. Pedagogo o superviviente también te quedarían bien. Pero Celebrante está bien.

En conducta he escogido Optimista por su carácter habitual, por la actitud que adopta para disimular los malos momentos y por creer que su hermano sigue vivo, contra todo pronóstico.

¿Te parece bien?

Me gusta.

Por otra parte, tengo alguna duda en atributos:
En “Sociales” dudo si poner carisma 3 y manipulación 3, o si poner 4 y 2. ¿Qué crees que se adapta mejor a mi pj?

A mí me gusta más 4 y 2. Pero elige aquello con lo que te sientas cómoda. 4 y2 me gusta porqué ayuda a reflejar que es más buena y simpática que víbora (que es más propio de quien iguala el carisma a la manipulación). 

En “Físicos” lo he dejado balanceado, pero también dudo si es lo más adecuado. Al tocar el piano no sé si debería cambiar fuerza 1 destreza 3.

No es necesario, la mayor destreza en el piano ya se refleja en Interpretación. Y la destreza por las telas en pericias. Destreza en general engloba más que las manos así que está bien como lo tienes.

Estoy valorando poner en técnica secundaria Estilo y/o Gracia. ¿Podrías concretarme a qué se refieren?

Estilo hace referencia a la moda, es parecido a la etiqueta pero no lleva implícito saber hacer.

La Gracia es el porte y la monería. Va relacionada con la coquetería y la expresión física. 

En primer lugar, muchas gracias por la paciencia, jefa.

Voy con más preguntas, que lo quiero tener listo ya. Me sabe mal ser tan novata y con tantas dudas.

-Pelea: Tengo 0 asignado al Uso de armas y 0 asignado a Pelea. ¿Esto es muy contraproducente?

-Talentos: ¿Bien así o quito Gracia por ejemplo (si es gracia natural sí tendría, si es coqueta en plan deliberado o cursi, lo dejaría a 0) y pongo en otras opciones?

-Trasfondos:
Aliados: 1 punto por la familia. ¿Debería sumar 2 por tener amistades con Rose y Caleb, o 3?
Contactos: ¿la clienta de la tienda figuraría como contacto?
Fama: ha tocado ocasionalmente en alguna fiesta, no contratada sino de forma esporádica, por el mero placer de hacerlo, así que había pensado dejar este trasfondo en 0. Si lo ves conveniente podría asignarle 1 punto.
Recursos: aquí me pierdo un poco. Anteriormente cobraba un sueldo por dar clases de piano. Actualmente tiene ganancias por trabajar en la tienda, ya que su padre así lo decidió. Además su familia está bien posicionada. En un principio pensé asignar 2 puntos pero prefiero preguntar.

-Disciplinas: he puesto las de clan Toreador si das tu visto bueno

-Méritos y Defectos: he encontrado una lista en internet, con distinta puntuación. Imagino que funciona poniendo igual de méritos que de defectos teniendo en cuenta los valores, ¿verdad? ¿Hay algún límite? 

Gracias de antemano.

En primer lugar, muchas gracias por la paciencia, jefa.

No hay nada que agradecer, disculpa que yo tarde un poco demasiado en atenderte estos días, tengo mucho lío en casa. Pero aquí estoy para cualquier duda, como si son mil o dos mil.

Voy con más preguntas, que lo quiero tener listo ya. Me sabe mal ser tan novata y con tantas dudas.

-Pelea: Tengo 0 asignado al Uso de armas y 0 asignado a Pelea. ¿Esto es muy contraproducente?

No tiene porqué, durante la partida puedes añadir puntos a aquellas habilidades (o demás variables) que antes no habías necesitado en vida. Si tu pj es coherente con la ficha por lo general no vas a necesitar lo que no tienes. En vez de pelear puedes intentar dialogar, engañar, huir... Y si toca pegarse sí o sí, aquella vez ya aprenderás.

-Talentos: ¿Bien así o quito Gracia por ejemplo (si es gracia natural sí tendría, si es coqueta en plan deliberado o cursi, lo dejaría a 0) y pongo en otras opciones?

Lydia tiene una gran apariencia y con ello la "gracia natural" ya podría quedar cubierta. Quiero decir que está bien si la quieres pero no te aporta un extra relevante. 

-Trasfondos:
Aliados: 1 punto por la familia. ¿Debería sumar 2 por tener amistades con Rose y Caleb, o 3?

Se paga un punto por aliado. De tu familia deberías elegir qué miembro daría hasta su vida por ti. Pero el sentido común también juega aunque no esté en la ficha, tus padres si en la historia queda dicho que te aman como padres normales o incluso más serán aliados que puedes tener sin reflejar (gratis). Tus amigos pueden ser solo contactos si son buenos amigos o aliados si cruzarían el mundo por ti.

Contactos: ¿la clienta de la tienda figuraría como contacto?

Solo si te aportan algo más allá del precio de tus servicios. Un contacto podría ser por ejemplo un médico que te hace recetas para lo que tu quieras, un policía que te chiva cosas, un amigo en el periódico que pudiera hacerte precio para anunciar tu tienda, proveedores que te guarden las mejores telas... Y en el mundo cainita podría ser desde un nosferatu que te deja pasar por las vías secretas de la ciudad a un anciano que le caigas bien sin más.

Fama: ha tocado ocasionalmente en alguna fiesta, no contratada sino de forma esporádica, por el mero placer de hacerlo, así que había pensado dejar este trasfondo en 0. Si lo ves conveniente podría asignarle 1 punto.

0 está bien. De hecho sería más famosa por la tienda que por el piano. Con fama 1 tienes clientela fiel; con 2 toda la ciudad preferiria comprar en tu tienda que en otra, por ejemplo. 

Recursos: aquí me pierdo un poco. Anteriormente cobraba un sueldo por dar clases de piano. Actualmente tiene ganancias por trabajar en la tienda, ya que su padre así lo decidió. Además su familia está bien posicionada. En un principio pensé asignar 2 puntos pero prefiero preguntar.

Para tener telefono yo pido 3. En tu caso, 2 me parece bien, entre otras cosas porqué tu dinero es tuyo y el de tu familia no va en la ficha pero nos aprovechamos de él. 

-Disciplinas: he puesto las de clan Toreador si das tu visto bueno

Si es el clan que te apetece más está bien. Iba a esperar a terminar el prólogo para colocarte en uno pero no tengo inconveniente en que seas Toreador.

-Méritos y Defectos: he encontrado una lista en internet, con distinta puntuación. Imagino que funciona poniendo igual de méritos que de defectos teniendo en cuenta los valores, ¿verdad? ¿Hay algún límite? 

Gracias de antemano.

Los méritos y defectos se pueden compensar a 8 puntos. O bien comprarlos con los puntos gratuitos por el precio que da en el manual. Puedo copiarte la lista pero será casi seguro la misma que encuentres por internet. 

Buenas de nuevo! ¿Qué tal las fiestas?
No sabes las ganas que tengo de continuar. Está súper interesante la historia *-*

En cuanto a mi ficha está lista, a falta de que la revises:

- He añadido un contacto, ya que me gustó tu idea del periodista.
- He usado los 15 puntos en méritos y defectos, en destreza y supervivencia. Lo he marcado en color lila en la ficha por si algo no está bien, sea más fácil de localizar. 

Tengo una pregunta:

- Naturaleza Celebrante podría ser no sólo tocar el piano sino otras cosas relacionadas con la música como asistir a un concierto o escuchar tocar a alguien?
 

Si es el clan que te apetece más está bien. Iba a esperar a terminar el prólogo para colocarte en uno pero no tengo inconveniente en que seas Toreador.

Al poner disciplinas pensé que era conforme a un clan. Toreador es el que más me gusta, pero si tienes pensado otro para mí me parece bien también :) Lo dejo en tus manos jefa <3

- Naturaleza Celebrante podría ser no sólo tocar el piano sino otras cosas relacionadas con la música como asistir a un concierto o escuchar tocar a alguien?

Sí, siempre que dejes de lado todo para poder escuchar musica. 

Seguro que serás Toreador si quieres comprar ya las disciplinas, adelante ^__^

En cuanto a los méritos y defectos puedes comprarlos como has hecho o hacer que se compensen entre ellos. El defecto de fobia no termina de gustarme, si tiene alguna explicación importante para el personaje: de acuerdo. Pero si es por los "puntos gratis" te pediría que eligieras alguna fobia que tenga algun reflejo en la vida de Lydia.

Espero que tus fiestas fueran y genial !!!! 

Está súper interesante la historia *-*

Te lo agradezco mucho <3 <3

Sí, siempre que dejes de lado todo para poder escuchar musica. 

Ok!!
 

Seguro que serás Toreador si quieres comprar ya las disciplinas, adelante ^__^

Ooooix *-* I <3 You
Mm... las disciplinas están bien? Puse las tres del clan y un punto cada una.
 

El defecto de fobia no termina de gustarme

Más razón que un santo. A mí tampoco me convence. Lo puse así porque no tenía ningún defecto y para ajustarlo todo con los puntos, como has dicho. Voy a mejorar eso.
 

Espero que tus fiestas fueran y genial !!!! 

Muchas gracias!! Tuve a mis padres bastante enfermos pero por suerte ya están bien :)

Al leer en tu post lo del beso he flipado, he ido al mío y he visto que me expresé fatal :$ Que pone lo que tu has leído pero no lo que yo quería poner xD

Jajajaja :_)
A mí me pasó lo mismo. Lo leí y pensé ¿qué ha pasado aquí? Pensé en preguntarte pero lo releí varias veces y creí que estaba bastante claro xDDD 

Si quieres hacemos una cosa: me borras los dos primeros párrafos y ya está. Lo dejamos en un beso en la mejilla o la frente, por mi no hay problema en cambiar eso eh? Y más si no es lo que querías que pasara. Yo lo interpreté así por lo del beso prohibido xDD.

Otra cosa, me pongo ahora con el post. Perdona que no lo tuviese listo ayer. Tengo exámenes (cada lunes uno, ayer fue el segundo) y llegué hecha polvo. 

Ah, sobre el último post de Aidan. Esta frase iría en negrita verdad? "Y por supuesto tu eres libre, hermana." Doy por hecho que se lo dice a no ser que me indiques otra cosa :)

¡Sí va en negrita! Perdona!! Es que el bbcode me hace cosas raras últimamente.

No te preocupes por el post que fui yo quien lo hizo tarde :(((

A lo del beso, no te voy a borrar nada ¡Eso es muy feo! Vamos a suponer que iba a la mejilla y falló que a veces pasa, es bochornoso pero todos saben que no pasa nada xD
¿Y lo de los exámenes semanales no será por opositar por casualidad?

Jajaja ok, pues quedará como anécdota xDDD

Perdona que escribí el post por la mañana pero tuve que salir rápido y no lo publiqué. Luego se me ha complicado todo. Por supuesto no espero respuesta hasta el siguiente turno :)

Los exámenes son de inglés. Tengo tres lunes seguidos porque son bastante largos y nos los han dividido así. El próximo es el último, a ver qué tal xD

¡¡Qué maja eres!!

Mira quién habla! Tú sí que eres maja :*

Muchas gracias por buscar un hueco para responder el post a pesar que lo hice tarde!

Eres un sol :)

Que tengas buen finde ^-^

:) Un placer !!

He leído lo que pusiste de Defecto de Clan. Estoy escribiendo acerca de esto y de los Defectos (del apartado méritos y defectos) que tenía pendiente cambiar. Te aviso para que sepas que estoy en ello, pero lo estoy escribiendo a ratos, así que lo tengo a medias. Hoy cuando llegue intento acabarlo y poner todas las dudas juntas en un solo post para ir adelantando.

Perfecto :)

Aprovechando que he terminado el último examen... me pongo al lío.

Antes de que sigas leyendo, no escribo para que lo mires ahora. Sé que estás muy ocupada con la adaptación a los ritmos del nuevo trabajo y para nada pretendo darte más trabajo en estos momentos. Solamente lo dejo escrito para no olvidarme y más adelante cuando se pueda, lo miramos ;)

Por cierto, espero que el nuevo curro vaya super bien :D

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MÉRITOS Y DEFECTOS:

Puse como defecto una fobia que no concuerda con Lydia. He encontrado dos defectos que pueden encajar, aunque en principio pondría uno (a no ser que te parezca mejor los dos, en ese caso añadiré ambos). Tengo algunas dudas y además me gustaría saber tu opinión xD

* Compasión: No puedes soportar ver sufrir a los demás, no necesariamente porque te importe, sino simplemente porque te desagrada la intensidad de la emoción. Si tu eres la causa directa del sufrimiento y eres testigo de ello, experimentarás noches de nausea y días de pesar e insomnio. Evitas las situaciones en las que tendrías que presenciar algo así y harás todo lo posible por proteger a los demás del mismo. Siempre que tengas que presenciar un padecimiento, la dificultad de todas las tiradas aumentan en dos durante la hora siguiente.

Este defecto es el que escogería porque pienso que encaja perfectamente con su personalidad. A Lydia no le gustaría que nadie sufriese, independientemente de si está presente o no. Desde luego si ella es la causa del mismo lo pasaría fatal. Aun así entiendo que tengo cierta libertad dependiendo de la situación. Imagino que esto no me conduce a actuar de un modo descortés y extremadamente frío por norma, no? Quiero decir, intentará escapar de presenciar un momento así pero habrá ocasiones que va a ser imposible, por ejemplo si la persona que sufre es alguien que le importa le escucharía. Por su carácter positivo le infundiría ánimo y, eso sí, procuraría que la conversación durase poco (la penalización se la llevaría igual pero siendo acorde con el defecto trataría de acabar cuanto antes con ese momento xD). También podría tener que estar presente en algo desagradable como no sé, una tortura o maltrato a alguien. Si puede evitarlo, mejor, si cree que su intervención no servirá de nada se irá cuanto antes, pero si su instinto de superviviente le alerta que debe quedarse allí, hará un sobre esfuerzo para aguantar (y luego se comerá los penalizadores, claro).

Dudas: Entiendo que se refiere a sufrir por algo serio o que la persona afectada considera serio. Si alguien está un poco de bajón también debería huir como de la peste? jajajaja. Si es así me alejaría o le daría esquinazo lo antes posible ^^

* Exclusión de Presa: Te niegas a dar caza a una cierta clase de presa. Te molesta que los demás se alimenten de este tipo y es posible que, con sólo verlos, entres en frenesí. Si tu te alimentas accidentalmente de la misma, entraras automáticamente en frenesí y el Narrador es libre de comprobar si pierdes Humanidad (o la Senda que sigas; a una dificultad 8 o mas, dependiendo de la situación y de la cantidad de sangre consumida). Esto no es tan restrictivo como la limitación de los Ventrue, que limita las presas a un cierto tipo. Por ello, los Ventrue no pueden adquirir este defecto.

Concretamente sería "Exclusión de Presa: niños".

También concuerda con su personalidad porque es bastante sensible, pero no sé si al punto de volverse loca. Al margen de tener o no este defecto Lydia procurará siempre proteger a los niños.

Dudas: ¿Qué significa perder la Senda? ¿Hay algún modo de que un vampiro pueda recuperar humanidad?

DEFECTO DE CLAN:
 

Tienes que pensar algo que exalte el corazón de Lydia para su defecto de clan. Como "la música" "un vestido perfectamente confeccionado" "la inocencia" ...

Vale, yo creía que su clan se quedaba "embobado" con cualquier cosa que considerasen de una belleza extraordinaria, ya fuera arte, paisajes o personas. Imagina que ve alguien que le encanta. Chas! xDDDDDD Como para no darse cuenta. ¿Eso pasaría, no? Si dos Toreador se enamoran el uno de otro van listos...

Pues si algo exalta el corazón de Lydia sin duda es la música. Esto puede ser un problema porque le encantaría asistir a la ópera y a conciertos, pero siendo honesta es lo que realmente le apasiona. Aix, no sé cómo me lo voy a montar xDDDD

Si escucha una pieza ejecutada a un gran nivel interpretativo (una ejecución técnica perfecta pero fría la dejaría indiferente) sin duda la sumiría en ese estado característico de su clan. Aquí incluyo a los cantantes profesionales o no, una gran voz capaz de conmover el corazón más frío, la dejaría KO. 

En general la sensibilidad artística es lo que más impresiona a Lydia. Al margen de que la música sea lo que la suma en ese estado, hasta el asesino más despiadado parece mejor persona si es capaz de pintar cuadros que lleguen al alma.