Partida Rol por web

La nave va llegando a la cúpula. Los hombres siguen inconscientes o callados.

Johnie, agotado por sus intentos baldíos de librarse de la red, permanece quieto. Los oídos le duelen de la presión, y la sensación de nausea permanece en su cuerpo. Cierra los ojos, a la espera de saber que es lo que hará el monstruo con ellos.

Con mucho esfuerzo, Martha se agarra al aparato volador del monstruo, concentrándose en no salir despedida. Está tan aterrada que ya no se da cuenta del miedo que tiene y tan sólo puede pensar en no soltarse de su precario asidero, y en como lo hará para bajarse de él sin que el monstruo la vea, en el caso de que alguna vez vuelva a descender a tierra.

También se pregunta por qué estarán tan callados los hombres, y en silencio reza a Budalah para que no estén muertos. ¡Ojalá no hubiese abandonado nunca su pueblo!

Cuando ve que el aparato va perdiendo altura, se prepara para saltar en movimiento. Es un salto complicado, pero piensa que si cae bien y luego rueda por la tierra podrá librarse sin romperse ningún hueso.

Terl prepara los controles. Las luces parpadean sin cesar en la nave psycho. El jefe de seguridad echa un ojo a sus prisioneros para asegurarse de que todo marcha bien. El Psycho activa y desactiva palancas, aprieta distintos botones una y otra vez. Los propulsores de cola emiten pequeños impulsos, desplazando la nave suavemente hacia la plataforma de aterrizaje. Poco a poco el vehículo se aproxima a su destino final, posándose en el hangar en unos pocos segundos más.

Terl repara nuevamente en el mensaje enviado por la nave. Maldita sea. Si ese chupatintas de Ortneg observa esos datos la cosa se pondrá fea. Será mejor que me ponga camino a su despacho cuanto antes. Si puedo borrar esos datos mejor que mejor. Si no...deberé tomar medidas más drásticas.

Terl se dispone a abandonar la nave rápidamente, olvidándose por un momento de sus prisioneros. Vaya, ¿que hacer con ellos mientras tanto? No puedo dejarlos en la nave. He de encerrarlos en un lugar seguro cuanto antes, lejos de los ojos y oidos de cualquier curioso.

- Será mejor que ahorres fuerzas amigo... Por el momento estamos en manos de la bestia... Pero en cuanto tengamos oportunidad debemos actuar con rapidez.

- Ferzhah gromiunus kaledsa porrochico. Majakara tondar piltrufos yonkis.

El artefacto volador os lleva a gran velocidad por el aire e iniciáis un vertiginoso descenso, por el cristal podéis ver un extraña seta púrpura enorme en el suelo, aunque parece realmente una cúpula. La nave no va hacia ella sino que la deja a un lado.

El artefacto volador os lleva a gran velocidad por el aire e iniciáis un vertiginoso descenso, puedess ver un extraña seta púrpura enorme en el suelo, aunque parece realmente una cúpula. La nave no va hacia ella sino que la deja a un lado.

Ves unas jaulas sobre el suelo y es hacia donde se dirige el ser con el metal volador.

Terl se prepara para aterrizar cerca de la antigua ubicación científica.

Terl prepara la nave para el aterrizaje y comienza a descender en las cercanias de la instalación científica. El vehículo pilotado por el psycho termina por posarse suavemente sobre la superficie. El monstruo prepara a sus prisioneros y les arrastra hacia el exterior. Allí hay varias jaulas del tamaño apropiado para albergar en su interior a las criaturas recien capturadas.

Terl se asegura de que el tercer individuo, el que no está sujeto por la red, permanezca aturdido. De no ser así, la vara de descargas caerá una vez más sobre el desgraciado humano. Al momento lo lleva hasta una de las jaulas, la cuál queda cerrada a cal y canto.

Acto seguido el psycho se dirige hacia los individuos de la red. Estos permanecen conscientes, pero será mejor que no lo estén en el momento de sacarlos de la red. La vara aturdidora es usada nuevamente sobre los humanos.

Por un momento la indignación me hace olvidarme del miedo. ¡¡Ese monstruo pretende atrapar a mis amigos en jaulas, como si fuesen simples animales!! Al menos eso significa que no se los va a comer enseguida, y que planea mantenerlos vivos un poco más de tiempo.

Pero la indignación se me pasa muy pronto, en cuanto veo que el suelo se aproxima rápidamente hacia mi. Calculo la velocidad del aparato, la distancia, y busco a mi alrededor un lugar en el que esconderme. Y luego, procurando tener los ojos bien abiertos, salto.

La nave se posa tranquilamente sobre el suelo en una zona aixlada desde la cúpula.

Terl ve que hay algo de jaleo en el angar de llegadas de la base. Sin él este planeta es un desastre.

Atiza con la porra aturdidora a los humanos, para que estén tranquilos.

- Unnghh

El reverendo está agotado, y el golpe sólo le arranca un gemido y un leve espasmo de dolor.

Martha salta antes de que la nave toque el suelo y tras rodar grácilmente por el suelo, se acerca hasta unas cajas de cartón que ha visto cerca de la posicón de aterrizaje.

Corre hasta ellas y se parapeta contra ellas para evitar ser vista.

Al final la nave se posa al llegar a su destino, cosa que no tranquiliza demasiado a Johnie. ¿Que harán ahora con ellos? El joven observa como el ser se acerca a ellos con una especie de palo. Johnie intenta revolverse por última vez, pero todo es inútil.

Cuando el ser esta junto a ellos y con el brazo levantado, a punto de golpearlos, Johnie le enseña los dientes en gesto desafiante. Acto seguido cierra los ojos, y se prepara para recibir el golpe.

AAAAghhhh!!- Johnie no puede contener un grito al recibir el golpe.

Duele. Duele mucho, pero Johnie consigue mantenerse consciente. A pesar de eso, no quiere que le vuelva a golpear, así que mantiene los ojos cerrados, haciéndose el inconsciente.