Partida Rol por web

Al llegar al bar tan solo hay dos operarios del turno de tarde comiendo en una de las mesas. Son del departamento de angares.

Sarreck ve a los dos operarios del departamento de angares y los observa desde la barra. Ortneg fue encontrado muerto en el angar, pero... no, aún no era momento de hablar con ellos. Además, Sarreck no tenía ninguna excusa para cercarse y ser discreta.
Al ver que no hay nadie más gruñe y vuelve a salir del lugar.

Tendré que hacer una visita a Kerr... piensa y se dispone a buscarle.

Sarreck se acerca hasta los angares allí algunos operarios trabajan en el angar de salidas, cuando algo extraño ocurre.

Una de las lanzaderas al despegar se precipita al suelo, estallando en mil pedazos.

Cuatro Psyclo del perdonal de tierra y los, se supone, dos de la lanzadera mueren carbonizados.

POr suerte Sarreck no ha sufrido daños aunque si ha notado la onda expansiva.

Rápidamente decenas de psyclos acuden con mangueras anti-incendio para apagar el fuego y recuperar los cadáveres.

La alarma de contingencia resuena en la zona.

Los gritos de los operarios que van llegando son perceptible y abrumadores.

¿Qué ha ocurrido? ¿esto es horrible? Creo que una pieza del tren de aterrizaje no se ha colocado.

Sarreck cae al suelo debido a la onda expansiva de la explosión. Todo parece haber sucedido demasiado rápido, de lo único que parecía estar segura era de que ella estaba viva, y se alegraba por ello.
Los gritos de alarma empiezan a aparecer y la pysclo, aún algo mareada se pone en pie para ver cómo ha quedado el angar y para tratar de descubrir qué había ocurrido.

Sarreck gruñe y se sacude el polvo de mala gana al levantarse del suelo. ¡¿Qué mierda...?
Rápidamente se acerca al operario más cercano -¿Qué ha ocurrido? ¿Es que ahora se van dejando piezas sin poner? ¿Quién está al mando de todo esot? -pregunta con mala cara.

Es Sandoj, el ingeniero jefe, pero él asegura que no sabe nada. Por lo visto Ortneg, era el encargado de arreglarlo, pero ha sido asesinado.

-Grrr -gruñe por lo bajo-. Nadie sabe nada nunca.
-Dime -le vuelve a decir al operario-. Ese tal Orteng, ¿pasaba mucho tiempo por el angar?

Hace una pausa en la que medita unos segundos y vuelve a hablar. ¿Quién controla los turnos de trabajo?

Ortneg en el angar - Ríe abiertamente el operario psyclo. - Que va era oficinista, el secretario de Terl, como quien dice.

-Ya, ya... -dice como si ya supiera eso último. Mira a su alrededor y frunce el ceño-. Veo bastante desorden por aquí, ¿quién controla los turnos de trabajo?

Terl, pero lo deriva todo a Schyferr y Kerr. Pero ahora están de viaje rutinario, al otro lado del oceano. En la nueva cúpula en la isla grande(*).

El psyclo parece agobiado de tanto responder a las preguntas de la dueña del bar.

Si no quier nada más seguiré con lo mío.

-Sí, claro -le responde-. A ver si se arregla este estropicio... dice refiriéndose a la explosión de hace un momento.

Sarreck se aleja del angar en dirección a las oficinas. Viaje rutinario a la nueva cúpula ¿eh?

Sarreck llega hasta la cantina donde ve a dos psyclo haciendo comentarios y nombran a Terl.

No se para que querrá a esas ratas humanas. Debe ser para divertirse, ha matado a uno y me ha hecho reparar la puerta de las antiguas jaulas del laboratorio...

No sabía que Terl se dedicara a hacer experimentos... piensa al escucha la conversación.
La psyclo se sienta en una mesa junto a la de ellos para poder escuchar mejor algo más de la conversación.
-¡Eh tú! -dice a uno de los empleados-, tráeme algo para beber anda.

La conversación continúa, ahora es el otro el que responde.

Es algo muy raro. De todas formas a Terl, hay que darle la razón. Sino mira a los 4 que ha ejecutado esta mañana por el asesinato de Ortneg.

Sarreck se levanta y se dirige a la mesa donde hablan los dos psyclo. -Grrr -gruñe-, ¿habéis visto a Terl? Ese mal nacido ha ejecutado a un par que tenían deudas conmigo ¿acaso va a pagarme él ahora?

El psyclo algo turbado al oír el nombre del jefe de seguridad casi tiembla, pero al ver cual era el motivo se relaja y para evitar parecer cobarde se rehace criticando a Terl.

Antes estaba en esas sucias jaulas con los bichos terrerestres. Déjale tranquilo y no lo soliviantes, si ahora tiene mascotas, no creo que nos incordie mucho. Mejor a esas ratas que a nosotros. Ya sabes que tiene muy malas pulgas, aunque eres nueva y no has visto las barbaridades que puede llegar a hacer.

Algo arrepentido de lo dicho se rectifica.

Pero cierto es que sin él, no se viviría así en este trozo de barro de la galaxia.