Partida Rol por web

Se quedo quieto mirando las musarañas mientras el bulldog anunciaba quien se iba,algo que ya todo el mundo sabia.Se veía venir pensó,lo que no veía venir es que estuvieran liados,por mucho que lo hubiera dicho la Morticia el no lo había terminado de ver.Es que joder,la china estaba muy buena para estar con semejante vejestorio,el solo había visto algo así cuando era por dinero y estaba claro que ese no lo tenia -Joe con los chinitos,un poco mas y nos la cuelan.Menos mal que la Asun tiene tres coños e hizo lo que tenia que hacer-

En respuesta a las disculpas de Manuel hizo un simple gesto con la mano y siguió escuchado a los demás en silencio.Pero solo hasta que Manuel volvió a hablar y dijo de liarla parda,entonces la cara de Paquito cambio -Joder tío claro,haber que se creen esos.Dejar a mi Sholi y mi Lourdes sin trabajo.Vamos a reventarles el culo- aunque su ferviente interés se vio disminuido al oler el pollo Por dios como huele,como el de mi mama*  fue hacia donde estaba Eva con los pollos y la miró con ojos de corderito degollado -¿Me das?-

Sara sacó el paquete de tabaco y lo abrió, ofreciéndoselo al Lejía. Cuando él hubo cogido un cigarrillo, ella hizo lo propio y volvió a guardarlo en el bolsillo. Sacó el mechero y lo encendió, pasándoselo seguidamente al pescadero.

Se fumó el cigarrillo en silencio, tirando la ceniza en una lata vacía de cerveza. Miró a la Lourdes cuando preguntó si alguien más no tenía papeles de alejamiento y alzó la mano.

- Yo no tengo de eso - . Aunque ya me gustaría tener unos cuantos. Pensó, mirando a la Justi y al Hipólito. Esos sí que eran unos infiltrados, que no tenían contrato ni nada y estaban allí, juzgándoles y acusándoles. ¿Por qué no se van a su puta casa?

Levantó la mirada al escuchar a la Eva y una suave sonrisa brotó de sus labios. - Tía, joder, que huele de puta madre. ¿Qué te has currado? - Le preguntó, levantándose y acercándose a ella. 

Al escuchar la respuesta de Sara a Lourdes se dio cuenta que no había respondido todavía,si es que le habían puesto delante su comida preferida y encima le habían dado puerta libre para hacer maldades a los infiltrados,el chiquillo estaba en las nubes.Se giro y se apresuro a decir -Yo tampoco tengo- volvió a girarse y mirando a Eva preguntó -¿Y papas? ¿hay papas?-

Al ver la carilla que me ponía Paquito no pude evitar sentir una gran ternura hacia el chaval. Puede que ayer la hubiera liado mucho con los petardos y demás, pero al fin y al cabo estaba drogado. Y no dejaba de ser un crío, después de todo.

- Claro que sí, es para todos. - Le respondí dándole un toquecito amistoso en el hombro. - Pero lávate las manos antes de comer, ¿eh? - Le dije luego, antes de ver cómo Sara se acercaba.

- Bueno, son un par de tonterías. - Contesté ligeramente avergonzada por el cumplido. - Te gusta el pollo, ¿no? - Pregunté luego, antes de mirar a Paquito una vez más. Acababa de ocurrírseme una cosa. - Si pides perdón al Lejía por lo de los pescados, habrá papas. - Prometí mientras me ponía en pie para tomar un par de bandejas de horno, dos botellas de aceite y una bolsa de las grandes de patatas ya cortadas. Aprovechando que el horno estaba caliente seguro que podía freírlas allí. No sería como una sartén, pero seguro que estaban buenas.

Unos minutos más tarde ya me encontraba de vuelta con otro par de bandejas de horno llenas de patatas fritas ya con sal incluida. Sólo por si acaso había acercado también algunos botes de ketchup, mayonesa y demás.

- ¡Aicha! ¡Mauricio! - Los llamé. - ¡Venga, que se enfría! - Avisé mientras empezaba a servir en platos de plástico. Y por la cantidad de platos que llenaba quedaba más que claro que no esperaba que fueran los únicos que se unieran.

"Vaya, vaya con los chinitos, que listos, ya estaban planeando crear un barrio chino aquí en el Mercadona seguro, puta mafia, no saben ya ni que hacer para conquistarnos..."

Entonces Aicha se encendió un porrete y se quedó escuchando, harta ya de todo este jaleo, no le apetecía discutir la verdad, siempre había sido una pasota, no iba a ser diferente ahora. Simplemente levantó un poco la mano tras la pregunta de Lourdes, entonces escuchó como Eva la llamaba y vio lo que había montado esta vez.Joder con la niña, que bien se las monta, y nos pensábamos que era un poco tontita."

-Voy, voy, madre mía, ¡Que buena pinta!-Aicha le paso el porro que tenía a medias por si quería-Toma Eva, si no lo quieres ahora guárdalo para luego.-Le guiñó un ojo y se puso a comer.

A Lourdes le entró un hambre tremenda al oler los pollos asados. Uy que rico, me voy a unir a la cena Eva. Le sonrei y cogi un poco de vino rosado. Si alguien quiere gaseosa para mezclarlo aqui hay!. No paso por alto la respuesta de Paquito, Sara y Aicha pero ya no pronuncié nada mas del tema porque eso me daba suficiente tranquilidad de que no era la única que no disponía de esos papeles. Celebremos que todavía seguimos en plantilla chicos!.Dicho esto me dispuse a comer. No estaría mal que Damián nos cortara un poco de embutido, jaja. Luego vamos a por los postres.

¿Azí cal final etaban junto lo do' chinos? Mae mía... E'pero que ahora solo haya un infiltrao má... Termina de escuchar en silencio a Enrique. Se había ido a los vestuarios a ducharse para despejarse un rato, y con la tontería se había dormido en uno de los bancos y no había podido usar las notas, y ahora este se llevaba los bolis. ¡Maldito seas Bulldog! 

Se sienta en una de las sillas de las cajas y observa a todos en silencio. Tenía ganas de salir de allí, pero no por llegar a casa, si no por no querer perder el empleo. Nah má me faltaría pe'delo, ¿cómo comeriamo en casa etonce? ¡Solo e mi sueldo el que entra! Se cruza de brazos pensando en los infiltrados que quedan cuando huele la comida que estaba preparando Eva y se acerca a esta para coger un plato.

-Fi'ate, tol día rodeá de comida, ¡y no me doy cuenta que tengo hambre! -se gira hacia Damián- ¡Xiquillo, trae paca un poco de embutio! Amos a coge fue'zas pa pilla a lo infiltrao que quedan. -mira a Asun- ¿Cuanto dice que eran? ¿Tré? Deben quedá dó? ¿no?

-Pues nada, a comer y a tomar por culo todos-gruñó el Lejía tirando la colilla sobre la estantería de los productos para bebés-Si total, ya que nos van a mandar a todos a la puta calle, mejor hincharnos ahora que luego los cubos de basura son muy traicioneros. Si en lugar de tanto darle a los carrillos nos hubiésemos puesto todos un poco más serios con el tema, así habríamos sacado a los infiltrados, plas, plas, plas, dos hostias y calentitos que se volvían al DIA. Menudo es el Matas, cojones, para estas cosas. El "Mata-mata" me llamaban allá en Ceuta. Qué a gusto los trincaba yo a los malnacidos esos, de verdad...

-¿Dices algo, Lejía?-preguntó alguien (el que sea).

-Coño, jamón-Arsenio se tiró como un lobo sobre las bandejas.

Asunción estaba en posición de batalla cuando Lourdes habló de ella y ella le dijo - Que guapa mi Lourdi - le guiña un ojo y el aroma de la comida de Eva entra por sus fosas nasales. Suelta el trapero y sale hacia allá. Mira todo con gran curiosidad y dice - ¡Vaya! ¡Todo se ve increíbe! Si fueras hombre, me casaría contigo - rió.

Luego, miró todo y dijo - Creo que tendré que romper mi dieta por hoy - delicadamente, tomó unas cuantas cosas y se dispuso a comer.

Carmen le habla justo cuando iba a meterse algo en la boca y ella voltea asustada para decir - Cuando miré, eran tres. Con la caída de Miriam deben quedar dos - le mete un buen mordisco al pollo y dice - O al menof efo ffue lo que fi -.

Hipólito se acercó al grupo que estaba comiendo, tímido pero en alerta debido a que después de su acusación a Iker, la cual aún estaba en el aire por la mayoría de la gente. Pensaba que el grupo de los jovenzuelos le había cogido manía tras esto. Pero llevaba más de veinticuatro horas sin comer nada y el estómago le rugía.

-¿Puedo?. Pregunto con alzando sus  temblorosas manos haciendo un amago de coger un muslo pero sin llegar a hacerlo. 

- Nik ere gosea dut... -

Mascullo entre dientes sentado junto a las cajas mientras los demás se arremolinan entorno al amaiketako que ha preparado Eva. Pero no me levanto de mi sitio, estoy demasiado enfadado y disgustado como para mover un sólo pie.

Así que extiendo un brazo para agarrar una bolsa de patatas y empiezo a comer metódicamente y en silencio.

La Sholi no se molestó en pedir permiso, preparó un biberón para el enano con su receta especial, dos de leche en polvo, una de agua y dos de ginebra y lo compartió con su pequeñín. 

- ¿Qué pasa? Hay que comprobar que la leche no esté muy caliente. - espetó con morros en previsión de malas miradas.

Le pido permiso con la mirada a Eva antes de ponerme un trozo de pollo, gracias, le digo antes de sentarme,como en silencio mirando a todos ,entonces recuerdo la pregunta de Sara.

Sara es muy fiel,siempre a estado con Raulito,aunque el no le convenga*dice mas bajo*

Ella siempre a estado cuando el la necesita,siempre,siempre, en fin.... en ella confio,tambien confio en Asun,la he visto en la puerta y ella a mi,le podeis preguntar.

No pude evitar ponerme un poco nerviosa cuando Aicha me dio un porro delante de todos. Con una pequeña sonrisa y una mirada nerviosa le di las gracias y lo guardé discretamente, esperando que nadie le diera demasiada importancia.

Cuando los demás se fueron acercando les fui tendiendo platos a todos, sintiéndome bien porque al final tantos cenásemos juntos. Reí con suavidad ante los comentarios de Asun, sonrojándome un poco, y sólo cuando pareció que la gente dejaba de llegar empecé yo a comer de mi plato. Me sorprendió un poco que Hipólito pidiese permiso de esa manera, pero en cierta manera me gustó. - Claro, siéntese con nosotros, hombre. - Le dije palmeando el suelo. Era posible que a él le viniera mejor una silla, pero al fin y al cabo también estábamos durmiendo en el suelo. A todo aquel que se acercaba le servía un poco de vino espumoso, y unos minutos más tarde me encontraba cómoda, con el plato a medias y ganas de charlar.

- Yo hay unos cuantos de los que estoy bastante segura. - Afirmé. - Por ejemplo, no creo que el señor Hipólito le hubiera dado un cebollazo a Vladimir si estuviera con ellos. Igual que no veo por qué irían a por Justina.

-Gronfñiamglupñampásamelvinogluglugluayquéoyeglubgromfñiamapartaniñootecomoglugjoerglobgnmoyesquebienñam

El Mauricio se puso la camisa,la camiseta la dejo airear mas tiempo y al grito de la pucherada de su taquillera favorita, se acerco con un par de botellas de buen vino, previamente descorchadas con la infalible táctica del zapato y el tacón.

-Ave, triquiñoecos, aserme sitio que traigo alfo de bveber.-Y una empanada entre los dientes, el tentenpie antes de probar la cena de Eva. Acerco su silla, haciendo sitio con su culo y se sento a la vera del resto, ya nada quedaba de la empanada extraviada y solo botella y media de vino, que dejo en el centro para tener las manos libres y hacerse con algo de cena extra.
-Puef, yata.-No había comprendido lo que le dijo la Asun pero ahora tenia en mente otra cosa, pero esa también fue olvidada cuando el vasco hablo.

-Puefg lo dixo.-Trago lo que estaba masticando.-Quesin realmente el hipolitos dice la verdad y a este no hay forma de echarlo a la feurza, y sin no teemo nadie ma, por parte de la Lurdes y la Asun, nos votamos a este del mercadona y a santas pascuas, ¿A que e un bue plan?-Y su boca estuvo llena de nuevo.

-Fale(glom)...¿a quién has dicho?

Señalo al Iker, porque la boca la tenia llena y era de mala educación hablar comiendo, también es verdad que ni podía pronunciar palabra, luchaba por respirar y no atragantarse.

Sara miró a Manuel y le sonrió, agradecida por sus palabras. No le había molado nada que la Justi insinuara que ella era una zorra. Había tenido muchas posibilidades, pero nunca le había puesto los cuernos al Raúl.

Se sentó al lado de Eva y cogió un muslo de pollo. Empezó a comérselo, intercalándolo con tragos del vino que habían sacado y escuchando en silencio. 

Tenía mucho hambre. Sentía como si hubiera estado todo el día fumando y se hubiera olvidado de comer. ¿He comido? Se preguntó, parando de masticar y quedándose, por un momento, con la mirada perdida. No lo recordaba. Quizás había picoteado unas patatas, pero desde el desayuno de esa mañana no había vuelto a comer nada consistente.

- Tía, menos mal que te tenemos aquí. Joder, si no fuera por ti estaríamos comiendo cualquier mierda que pilláramos - . Dijo, dirigiéndose a Eva y continuó comiendo, volviendo a sumergerse en un silencio algo apático.

Mañana en recompensa a cuidarnos tan bien... le entregaremos a Eva el primer Oscar Mercadona, que os parece?

Dijo Manuel alzando una copa hacia Eva