Partida Rol por web

_Gracias Scarlett -digo poniéndome lentamente de pie, ya me siento mejor-. No, yo tampoco sé qué es eso. Ten Nicole, gracias.

Esperaba algún comentario de Susan frente a lo leido, pero supongo que la explicación de Escarlet la dejo muda, iba a mostrarle el diario a Ian, pero lo veo muy concentrado tratando de romper el plástico. Guardo el diario y miro mi cartera, esperando la explicación de la mujer.

Despues de estar un rato concentrandome en calentar el filo del cuchillo, me levante y me acerque hacia la lamina de plastico. Mire para atras.

-¿Listas? Aqui vamos.-

Tome el cuchillo del mango y con fuerza decidi clavarlo en el plastico esperando a que este fuese atravesado y luego poder cortarlo y permitirnos pasar de esta habitacion a la otra.

Scarlett estaba explicar qué era aquello de lo que estaba hablando, pero entonces, al igual que las otras mujeres, guardó silencio. Las tres damas observaron a Ian trabajar con su cuchillo y su chesquero. El mechero brindó la flama que el hombre quería. La pequeña arma blanda fue calentada por el fuego hasta que su punta de puso naranja. Brown intentó pasarla por el plástico. Los cuatro observaron con gestos de felicidad como la hoja pasaba a través de varias de las capas que componían aquella pared.

Como el cuchillo no mantuvo su calor por mucho tiempo (la pared era gruesa y en un sólo intento no podría atravesarla), Ian volvió a calentar la punta; pero entonces, ante las miradas sorprendidas de todos los que se encontraban allí, el plástico que había sido traspasado volvió a unirse sin que nadie lo tocara. Era simplemente magia, una muy oscura y maligna.

Ian hizo un gesto molesto. Con rabia, pero sin ganas de detenerse, intentó volver a poner el cuchillo al rojo vivo, pero entonces una mano le detuvo. Todos observaron que aquella extremidad pertenecía a alguien que Scarlett, Susan y Brown ya conocían. Se trataba de Alexander Gouchet.

- Vaya, vaya, vaya - murmuró el hombre. - Yo que los trato como mis invitados y ustedes que rompen mis cosas. ¡Lo que faltaba! Después de mi amabilidad.

La mirada de Gouchet se posó en Nicole.

- ¿Y usted quién es? - frunció el ceño, rasgándose el mentón. - Sí... creo que... usted es esa señora, la que le mataron al hijo. Déjeme decirle, señora, que como padre que también ha pertido a su primogénito, que siento su mismo dolor. Lástima que no pueda conocer a hijo; a mi me encantaría que conociera a mi Sam.

El hombre se giró sobre sus talones y profirió unas palabras en francés, que ninguno de los presentes entendió. Terminada su conversación, más zombis vestidos a la victoriana aparecieron en el recinto y tomaron a los cuatro de los brazos, arrastrándolos con ellos.

Cuando los zombis empezaron a arrastrarlos, Nicole, Scarlett, Susan e Ian intentaron con todas sus fuerzas escaparse, pero de nada les sirvió poner resistencia, pues los no muertos los llevaron hasta donde les había indicado su amo sin ni siquiera molestarse por el forcejeo.

La nueva habitación a las que les había destinado Gouchet era la misma por la que Ian estaba deseando entrar. El laboratorio les dio bienvenida, con sus luces blancas encegadoras y aquellas máquinas que no prometían nada bueno.

Los cuatro fueron llevados hasta unas camillas con correas en ellas. Detrás de cada camilla, al nivel del cuello, brazos y pantorrillas se encontraban unos tubos delgados con unas agujas largas que salían de ellos. Los zombis amarraron a las camas metálicas a los aventureros, pasando los cinturones por sus brazos, caderas y piernas, de modo que no pudieran moverse en aquellas zonas. Sus manos fueron sujetadas por unas bandas de metal, que las dejaron allí inmovilizadas.

Gouchet mientras tanto miraba todo aquello muy contento. Se veía que estaba feliz, y en más de una ocasión aplaudía como si estuviera viendo una obra magnífica.

Esta loco.

Murmuro al hombre que por una parte me da las condolencias y por otra va sacar sangre para revivir a su putrefacta hija, estamos perdidos, en ese momento pienso en ver algo que me sea útil pero nada parece serlo en ese momento. Al parecer me ire a reunir con mi bebe.

Toda aquella secuencia, todo aquel movimiento hacia la camara de torturas o por lo menos asi era como yo la definia puesto que no creo que se usara para operar a la gente y salvarle la vida, no, de seguro que era para abrir cuerpos y extraer tripas.
En fin, en toda aquella secuencia se habian olvidado que en mi mano poseian un cuchillo, me mostre frio mientras me llevaban pero actue de manera como que queria escapar. Cuando me lanzaron sobre la camilla oculte el cuchillo con mi antebrazo y me colocaron las tiras de cuero en mis muñecas.
Obviamente Gouchet se encotraba alegre por lo que veia. Necesitaba una distraccion... Le susurre a Nicole.

-Hablale, entretenlo...

Yo tenia la intension de usar el cuchillo para cortar las tiras de cuero y liberarme. No podia dejar que este tipo nos hiciera algo.

Una vez más nos movían, por el trato que nos daban llegué a pensar que sería la última. Gouchet estaba eufórico, completamente convencido de su triunfo. Lo malo es que estaba convenciéndome también a mi.

Por más que miraba a mis costados no encontraba ninguna salida, cualquier idea genial que se nos pudiera ocurrir a cualquiera de nosotros se topaba con las ataduras que nos mantenían inmovilizados. ¿De qué podía servir hacer tiempo? Ni siquiera podíamos intentar amedrentarlo con algo, hasta nuestras palabras perdían peso en la condición en que nos encontrábamos.

Miré a mis compañeros. Ian parecía concentrado en algo y no quise posar la vista demasiado tiempo sobre Nicole, no quería que pensara que la miraba por las palabras que había escuchado sobre su hijo. Finalmente estaba Scarlett. Si alguien podía hacer algo era ella. Por algún motivo había perdido tanto tiempo que no nos había explicado qué era ese tal nefarita. No sabía si eso podía llegar a servir como arma o algo parecido contra Gouchet, así que con la mirada le dí a entender que si pensaba hacer algo, el momento era ese.

Para distraer al hombre, le pregunté inocentemente:

_¿Entonces de esto se trataba? ¿Quiere experimentar con nosotros para revivir a Sam?

Gouchet miró por un momento a Susan para luego asentir con la cabeza, como si fuese un niño al que se le pedía que dijera la verdad. Sonrió y respondió:

- Sí, sí, es para mi Samantha, pero no voy a revivirla, ¡ella no esta muerta! Verán - empezó a explicar con aire divertido -, estas agujas succionarar su sangre cuando presione uno de los botones de la máquina de allá - señaló a una maquinaría no muy lejos de ellos -, y entonces la sangre irá a mi Sam. Estoy seguro que es lo que me falta para que pueda a volver a ser la niña que era antes. - Hizo una pausa y luego agregó: - ¡Oh!, pensarán que soy un hablador, pero ¿qué importa? Pronto estarán muertos y los muertos no hablan, ¿verdad?  

Por mas que intentara me habia olvidado de las bandas metalicas que sujetaban mis manos, no podria liberarme tan facil, apoye mi cabeza en el respaldo y suspire.

Vamos Ian, eres frio y calculador cuando lo necesitas, no puede ser que no haya un minimo de probabilidad de escapar de esta. Veamos, mi cuerpo esta inmovil, tan solo puedo mover el cuello y las muñecas, junto con eso tengo un cuchillo. Quizas, si lo intento puede ser que logremos algo, pero si fallo Gocuhet me matara...

Baja el ritmo de mi respiracion para que mi corazon no se acelere tanto, por mi mente pasaban varios factores, luces, tomacorrientes, metal, cuero, ¡NADA!... No se me ocurria nada para salir de esta.

-No puedo creer que se termine todo de esta forma... Les he fallado a mis hijos otra vez.

Nefarita...  pienso mentalmente - mientras escucho la voz de mi hijo y sus gritos como cuando jugaba.

No se quien seas, no se que poder tengas, estas en mi cartera,

Por favor da algo de justicia a este hombre que te quiere manipular

Dame luz, dame paciencia para soportar esto

y si es necesario llevate mi vida para poder reunirme con mi hijo

pero destruye esta maldad anormal... ayudame ... ayudanos

Resito mentalmente mientras lloro.

_¿Sus hijas y su esposa sí están vivas entonces? ¡Jajaja su esposa es un cuadro!

Pense que ya estaba todo jugado, que no había escapatoria para nosotros, pero por lo menos alguien quería pelear hasta el final, observe a Nicole, ella comenzaba a llorar, luego a Susan que trataba de provocar a Gouchet, ¿y yo?. Yo parecía ya estar rendido, que no tenia ninguna escapatoria, ninguno de mis pensamientos lograba cuadrar con la realidad para escapar de acá, ¿Que haría?, no podía dejar a estar mujeres morir, y ademas tenia que volver con mis hijos.
Cerre los ojos unos segundos y suspire, trataba de sentir el ambiente y descansar mi cuerpo, liberarlo de tension alguna (trato de sentir algo con mi sexto sentido), luego abro bien los ojos y todos mis musculos se tensionan hasta el máximo, intentaría romper los metales que sujetaban mi cuerpo.

Gouchet miró un poco molesto a Susan. Le enervaba la osadía de la mujer.

- Mi amada esposa - dijo - sufrió, al igual que este circo, un destino horrible, ¡que ni usted misma entendería! ¿Acaso sabe lo que es perder todo lo que ama por odio? ¿Acaso ha visto a sus seres queridos morir frente a sus ojos y no poder hacer nada para salvarlos? ¡Yo hice lo posible para salvar a mis hijas y a mi esposa! Les dí vida más allá de la muerte. Hice por ellas más que cualquier hombre en esta tierra haría. ¡¿Y me va a usted a criticar?! Vaya descaro.