Partida Rol por web

Arthuel asintió sin añadir nada a las palabras de Johansson. Sabía que su parte bonachona a la par de habladora no dejarían de hablar hasta que le soltara todo al Padre Grimburrow, con lo que cayó y escuchó lo que ambos hablaban.

Veo como una vez apartados de la vista del público mis compañeros se andan un poco por las ramas de lo que hemos venido a tratar en esta iglesia....La verdad es que nunca me han interesado como los dioses guian la vida de los hombres.... y auque esta en la naturaleza de todos los habitantes de estas tierras las miradas y gestos de este hombre no me hacen ser la persona mas habladora del mundo.

- Pues no a rezar.....no. Murmuro por lo bajo.

- El señor Lorrimor no era lo que llamaríamos... una persona devota. No frecuentaba mucho la Iglesia. Pero sí, todos le conocíamos. Es una lástima que haya muerto. Alguna vez pasó por aquí para pedirme el uso de la biblioteca de Pharasma. Era un gran erudito. Y si bien no era especialmente creyente, nos conocíamos bien y teniamos una relación cordial - El clérigo os miró extrañado, como tratando de averiguar por qué razón le preguntabais ahora acerca de Lorrimor.

- Vivimos con la hija de Lorrimor pues tememos represarias por los oriundos, sobre todo viendo su postura en el entierro de Lorrimor- confesó Galen sin tapujos-. Pero me fijé que usted no pertenecía a todos aquellos que nos impedían el paso al cementerio. Eso me hizo pensar que tal vez tenía alguna relación con Lorrimor más allá del simple hecho de pertenecer al pueblo. ¿Me equivoco?- preguntó Galen a su colega sacandose así el escrutinio del padre.

Por no hablar... - añadió Johansson cuando Galen indicó que se hospedarían con Kendra - que la muerte del Profesor Lorrimor no parece ser tan accidental como aparentaba.

El muchacho se veía azorado por el Padre Grimburrow era el representante local de su fe y añadió. Parece ser que quizá quisieron acabar con su vida antes de que Pharasma le llamase por descubrir actos nigromantes...

- Si le guardabais afecto padre, agradeceríamos vuestra ayuda.

El mago parece reticente a hablar, dejandoal paladín y al clérigo el peso de la conversación.

- Usted a dicho algo interesante, que tiene que ver con la razón por la que estemos aquí. Comentaba que el bueno del profesor pasaba de vez encuando por su biblioteca.....quiezas y si no es mucha molestia. Miro al resto de mi grupo.

- uhmm, podría dejar que la visitasemos. Como dice el Sr Johanson, la muerte del profesor nos ha parecido extraña.

- ¡No le atosiqués!, dejadle hablar al padre- dice Galen mirando a sus compañeros viendo que todos comenzaban a hablar como si el clérigo de Pharasma no estuviera ahí.

En un principio os miró con cara reprobatoria. No sólo Kendra había acogido a un grupo de extranjeros desconocidos en su casa, sino que además era una mujer que estaba conviviendo con cuatro hombres. Eso no le hacía demasiada gracia al sacerdote, quién no pudo reprimir un gesto de desaprobación.

- No tenía más relación con Lorrimor de la que ya os he comentado. Era del pueblo y le conocía de toda la vida, por eso le permitía el uso de la biblioteca, nada más. No tenía una relación más allá de la meramente cordial. - Seguía intentando averiguar las razones de vuestro interrogatorio, después Galen le dió una pista -Les puedo asegurar que nadie del pueblo ha tenido nada que ver en su muerte. Él mismo, se saltó las normas de seguridad y se aventuró, sólo, en la prisión. Allí le encontraron golpeado por una piedra en la cabeza. Fue un accidente. Eso es lo que sé de su muerte.

Johansson también dijo otra palabra que no agradó en nada al Padre Grimburrow - ¿Nigromante? Aqui no hay nigromantes, señor. La Iglesia de Pharasma es fuerte y si hubiera nigromantes, lo sabríamos. Hemos combatido contra ellos desde tiempos inmemoriales, y estoy muy orgulloso de que nadie de por aqui practique nada semejante.

Tras la pregunta de Gríam se quedó pensativo.

Zeraphas intenta clamar al anciano sacerdote:

- Tal vez hemos sido un poco impetuosos en nuestras afirmaciones ... el caso es que Lorrimor estudiaba nigromantes antiguos ¿Es cierto que sería dificil que surgiesen aquí? ¿Hubo grupos peligrosos en estas tierras hace muchos años no es verdad padre? ¿Como acabaron con ellos?

No, no, Padre, perdonenos. - respondió Johansson moviendo la mano, como tratar de espantar esas ideas. - Soy un servidor de Pharasma desde que levantaba tres palmos del suelo y nuestra Señora me ha otorgado la bendición de poder cazar criaturas levantadas de la muertes en su honor, nadie está dudando de su labor en esta zona y de la gran labor que está haciendo con la Iglesia.

Se detuvo un segundo, tratando de ordenar sus ideas.

Pero sí sería posible que alguien con intenciones nigrománticas hubiese pasado por la zona, ¿no? Es decir, sin llegar a asentarse, y que el pobre Profesor se hubiese cruzado en su camino, ¿no?

Entonces se detuvo, dándose cuenta de las palabras del Padre Grimburrow. ¿Normas de seguridad? - preguntó extrañado - ¿Por qué está prohibido aventurarse solo en la Prisión, Padre?

- No... lo siento. - El Padre os negó la entrada a la biblioteca. - Hay demasiada información valiosa que, como comprenderán, no puedo poner a disposición de cualquiera - No obstante no había malicia en su voz. Aunque sí que había firmeza.

- Por poder, podría haber nigromantes, claro. Pero créame que nos encargaríamos de ellos si tuvieramos noticias. No se preocupen. No hay peligro. No se preocupen. - después añadió también a Johansson - No es que esté prohibido, jóven. Pero es peligroso, mucho, como bien pudo comprobar el pobre Lorrimor. - Hizo el amago de levantarse. - Tengo muchas labores que atender, señores, no es por ser descortés. Pero les rogaría que se dieran prisa con sus preguntas.

Entiendo, Padre, que el material de la biblioteca no esté a libre disposición y mucho menos de un recién llegado ajeno al culto - señala con la mano a Gríam - pero quizá sí sería posible para servidores de la Señora. - señaló a Galen y luego se puso la mano en el pecho, sobre el símbolo de Pharasma.

El Profesor Lorrimor mostró un gran interés por mí cuando era apenas un muchacho y trató de ayudarme siempre que pudo, que menos por mi parte que tratar de entender sus estudios, aunque sea tras su paso, y quizá tratar de ayudar a terminar su trabajo.

El mago guardo silencia tras la negativa del padre Grimburrow, esperando con ansia volver a examinar la biblioteca de Lorrimor.

- Lo entiendo padre, ya se como van los secr....digo los conocimientos de la iglesia. No valla a ser que mis impuros ojos los mancillen.

Visto que el padre es uno de los hijos de estas tierras y nunca se va a fiar de mi. Me aparto para que el paladín y el clerigo hablen con él a solas si queiren.....empiezo a pensar en que camino seguir para entrar en el templo, siempre hay mas formas de entrar en un sitio.

Al escuchar la negativa del padre Grimburrow de entrar en su biblikoteca, el clérigo primero puso una cara de pena, que cambió al instante por una de furia dirigida a su compañero Griam. Solo le furó unos segundos, el tiempo que duro el silencio hasta que el padre habló de nuevo.

Tras escuicharle Galen miró a su hermano y le dijo.- Si me lo permitís, vendré todas lass mañanas temprano a rezas a la Diosa. Quizás encontremos el momento para conocernos mejor y que confíe en nosotros- dijo medio soniente.

- Las puertas de esta iglesia siempre estarán abiertas a los fieles. - dijo el Padre antes de levantarse. - Les deseo suerte en su búsqueda. Aunque yo les diría que pierden el tiempo.

Uno a uno, en una lenta procesion, salisteis de la capilla. ¿Qué hariais ahora? ¿Volveríais a la casa de Lorrimor?