Partida Rol por web

Día del Trabajo del Desnus del 4711 AR:

La primavera asoma sus primeros cálidos rayos de sol en el Condado de Ardeal. Hace tan sólo un día que partisteis del Templo de Nuestra Señora de las Linternas, un lugar de culto erigido para honrar el nombre de Pharasma, la Dama del nacimiento y la muerte. Ese lugar, ha sido vuestro hogar más tiempo del que quizás ninguno ni tan siquiera querría recordar. Entre sus paredes, fuisteis acogidos, cuidados, educados e instruidos para la ardua tarea que seguramente vuestro destino más cercano os reserva.
Nada de eso hubiera sido posible sin la colaboración de Petros Lorrimor… ¡¡Qué decir de ese viejo orate!!
Si no hubiera sido por él, tal vez vuestros caminos jamás se habrían cruzado, y un funesto desenlace se hubiera cebado de vuestras traumáticas y desgraciadas vivencias. Petros siempre os aceptó como uno más de su familia, y hasta que no se hizo excesivamente mayor y los achaques de la edad se lo impidieron, estuvo visitándoos siempre que sus viajes y estudios se lo permitían. Ya hace más de 3 años que no tenéis noticias de él…
Continuáis vuestro camino por los pasos y prados salpicados de los nuevos colores que depara la florida primavera, y una fina tela de lluvia os sorprende. Decidís deteneros y guareceros. Es un buen momento para comer algo y descansar.
El monasterio no debe hallarse a poco más de media jornada de viaje. Justo en el bosque que descansa a la falda de las colinas sureñas que colindan con Los Surcos.
Según el padre Ossmander, allí crece con fuerza un hongo conocido como: Seta Flor de Hierro, necesaria para crear remedios curativos para siempre emergentes epidemias como la Mácula del Arañazo Negro, potencialmente mortal y muy invalidante.
Esta es vuestra primera misión. Las altas torres del templo, y las cristalinas aguas del estanque que lo antecede, quedan ya demasiado lejos…

Lyria se levantó del improvisado campamento y fué al carro para recoger su última posesión, el libro que había conseguido de los diferentes saberes. Bullía de ansiedad para empezar a leer, sin importarle las quejas de su estómago:
- Si no os importa voy a instruirme un rato.

Sin más palabras, se sentó y comenzó a leer.

Con mirada tranquila, Jarik mira a su alrededor.Esta ansioso interiormente, pero no lo quiere mostrar.Esta mirando dentro de el para saber que hace aqui con esta gente, pero aun no lo sabe

Con alegre jovialidad Ishaya reposa sobre una roca del camino. La búsqueda de remedios curativos siempre le llena de energía, es por el bien de los demás. Observa con atención a sus hermanos, ve en sus miradas el sufrimientos de unas vidas truncadas por enormes tragedias. Él los vió llegar uno a uno. Con el alma quebrada. Y en lo único que podía pensar era en devolverles parte de lo que la vida les había arrebatado.

Las nubes se desplazaban por el talonado cielo. Aquella noche refrescaría.

Por un rato, la lluvia cayó con más intensidad.

Más tarde, la lluvia cesó dejando emerger un sol cándido y benevolente. A pesar de haber pasado tanto tiempo encerrados en los muros de uno de los centros de mayor sabiduría del Principado de Ustalav, los cuatro extraños personajes habían sido instruidos para trabajos más arriesgados. Continuaron su camino.
Según habían oido antes de partir, en ese monasterio residieron enanos. Enanos adoradores de una funesta deidad según las crónicas...

Prosiguieron su avance, mientras Lyria no cesaba de dialogar con Ishaya el sacerdote de Pharasma. Para la joven, el enano era un importante apoyo para saciar sus ansias de saber. Le encantaba hablar de energías mágicas y enrevesados hechizos.
Finalmente, tras unas cuatro horas de camino, el grupo se introdujo en un frondoso bosque situado a los pies de una puntiaguda colina. Los ruidos de aves y animales, envolvían a los personajes que sabían que se aproximaban a su destino. Finalmente...

Situado sobre la falda de una puntiaguda cima de colina, un achaparrado y ruinoso monasterio aparece ante vosotros entre retorcidos y frondosos árboles. Se encuentra construido de simples bloques de piedra limados por el paso de los años.
Secciones de pizarra que conforman el tejado, se han hundido, mientras que partes de los muros exteriores se han derrumbado. La vegetación ha invadido el lugar, creciendo de forma salvaje y rampante.

Un viejo camino de unos 16 metros conduce hacia los restos del antaño recio monasterio. Una anaranjada luz, comienza a cubrir el cielo tras la erecta colina que os ampara. Finalmente, el sendero pase entre un par de viejas estatuas de piedra, de casi un par de metros. Ambas representan a un par de enanos portando pesados martillos de forja. El musgo y las zarzas, trepan enredando a lo que en su día debieron ser un trabajo de gran artesanía.

Tanto el robusto humano, como el clérigo enano parecen divisar algo entre las zarzas que se enredan en una de las estatuas de piedra. Tras apartarlas con cuidado unas ortigas, se puede observar una inscripción con caracteres enanos.

Ishaya miró la inscripción. La parte final de la misma se encontraba muy deteriorada y era imposible leerla.

- Orad todos, ...

De repente unos gruñidos irrumpen el discurrir del grupo. El umbral de lo que en tiempos pretéritos debió ser una puerta de recia madera es cruzada por un par de siluetas.... ¡¿Lobos?!
Un par de lobos de lomo plateado, parecen poseer su guarida en este lugar.

El combate no comenzó demasiado bien. Uno de los lobos se abalanzó sobre el taciturno guerrero derribándolo, mientras sus colmillos buscaban rasgar puntos vitales del cuerpo de Sicarius. Lyria por su contra, actuó con presteza y pudo concentrar sus energía mágicas para lanzar un proyectil de energía, alcanzando al lobo más alejado situado en el umbral de lo que antaño debió ser una puerta, el cual aulló de dolor. Aun así, cargó sobre Lyria con furia, hincando su poderosa mandíbula en el hombro de la muchacha que perdió el equilibrio. Jarik apretó el gatillo de su pistola, y un estruendoso estallido sacudió la colérica escaramuza.

Tras haber fallado su primer golpe, Sic nunca perdió la esperanza y con saña hundió su daga en el costado
-MUEREEEEE PERROOOO

Lyria intentó dar un zarpazo al despistado lobo, pero su intento, en su posición, no encontró el objetivo deseado.

 El lobo se había abalanzado sobre él. Ahora estaba en el suelo, pero era feliz pues había apartado a esa alimaña de su querida niña - ¡¡VEN A MÍ!!

Mirando como caían sus compañeros, la ira hizo mella en su fria resolucion... Desenfundando la espada que portaba se lanzó contra las bestias gritando...DÉJALOS; DÉJALOS!!!!

Sicarius se debatía fieramente con su lobo. Le miró a los ojos, mientras lanzaba un dagazo, que el despiadado animal pudo evitar. De repente, un grito quiebra el lugar. Ishaya, siempre pacífico se abalanza sobre el lobo que apresa a Lyria, la cual se hallaba en una posición altamente peligrosa. Aun así, el grupo intentaba sacarse de encima la terrible amenaza que los lobos suponían. Ya eran tres los compañeros que habían caído a merced de sus poderosas fauces. Quedaba claro que esto no era ningún ejercicio de entrenamiento. Esto era de verdad. Las heridas que esas criaturas de afilados colmillos habían abierto, sangraban dolorosamente impregnando el aire con una fragancia ferrosa y cálida...

Agarró con su mano la garganta de la feroz bestia y lanzó una terrible puñalada en medio de su cara.
Sangre y babas salpicaban su feo rostro, pero Sicarius no era una persona que se dejara impresionar por demasiadas cosas.

El enano se debatía con valentía desde el suelo, pues su intento de llamar la atención del lobo que acechaba a Lyria había tenido éxito, pero no se había resuelto sin granjearse un elevado coste, pues una vez más, la poderosa mandíbula del animal volvió a saborear el exquisito placer de la sangre, atravesando la camisola de mallas que blindaban al clérigo de Pharasma. Por suerte, el pistolero, espada en mano,se encargó de concentrar toda la atención del furioso lupino...

Lyria, en sus ansias de intentar acabar con el lobo que amenazaba, no solo su vida, sino también a la de sus compañeros y a su querido Ishaya, se abalanzaba sin atinar en su cometido por su ceguera a la hora de intentar matar al lobo.
Lyria encontró un hueco en las defensas del lobo y no se lo pensó dos veces; hincó todo lo hondo que pudo sus afiladas uñas acompañándolo con un grito casi gutural.

Sicarius consiguió hundir su daga en la parrilla costal del lobo de lomo plateado, mientras con un leve quejido, la criatura cayó a un lado inerte. mientras tanto, el resto del grupo acosaban al otro lobo, que vendía cara su piel...

El lobo sufría las acometidas de todos sus compañeros, cosa que permitieron al buen clérigo de la Dama de las Tumbas , hallar un resquicio con su skane de plata.

El grandullón giró ágilmente hacia un lado desembarazandose del cadaver del lobo y sacando su ballesta. Apuntó y ... nada, su disparo se perdió en la nada.
Tal vez sirviese de advertencia de su presencia, y tal vez ayudara, pero Sic se maldecía por haber errado ese disparo

La situación era confusa,con los dos compañeros tirados en el suelo, debía mantener la atención del lobo en si para que no acabase con ellos...

Finalmente, la muerte alcanzó al segundo lobo. El combate había sido duro y cruel. Había que acostumbrarse a ello, pues en esta dura tierra de nobles corruptos, rumores de licántropos y fantasmas, más valía familiarizarse con la lucha o ser cebo fácil de los múltiples criminales, salteadores de caminos que abastecían las lindes de Ustalav.