Partida Rol por web

Ishaya avanzó hacia el interior de la torre con la skane sobre el pecho. Sabía que la vida de Sicarius estaba en peligro pues había oído sus gritos de dolor. El enano entornó los ojos y escudriñó en su interior buscando el vínculo que le unía a Pharasma, mientras trazaba la espiral sobre su pecho musitó la letanía que acompañaba a la explosión de energía curativa: - Este año no, aún no. Y la energía inundó el espacio alrededor del enano restañando heridas y calmando dolores. Todo el mundo tenía su día, pero mientras él pudiera intentaría retrasar ese momento.

El niño, viendo como aquellas bestias se encogian, se quedo quieto, con la mano inerte sujetando la daga, colgando al costado. La muchacha siniestra se movió, mirandolo en el transcurso del movimiento, con unos ojos frios. El la miraba a su vez, miraba, pero no veia, como quien mira hacia al mar, o hacia el horizonte, y sus ojos verdes, opacos y muertos la siguieron hasta que se detuvo junto al enano. Luego, como si aquello no fuese con el - de hecho, parecía que nada en este mundo, ni en ningun otro iba con el - se dirigió al lugar donde yacía su daga fallida, y la recogió. Guardo ambas en sus sitio, y allí se quedó, cual estatua de sal, viendo sin ver, oyendo sin escuchar, como los demás se movían por la sala...

En el momento que las energías sacras del enano entraron en su ser, un cosquilleo...dulce, a falta de una palabra mejor le sacudió ligeramente. Alguién normal, diría que aquello era cálido, placentero, reconfortante...el niño no dijo ni sintió nada, pues ni sabía ni podía...

Tras el luminoso impacto, pudo ver a su enemigo morir. Aun en posición de combate giro su cabeza hacia su espalda, se aseguraba de que su anterior golpe había sido mortal. Entonces una paz y poder se adueñaron de su alma que se serenó y, por unos instantes, hicieron olvidar todo lo malo del pasado, todo lo turbio del presente. Sus heridas se cerraron casi por completo y Sicarius respiró y disfrutó de ese breve instante, de ese regalo de Pharasma que a través de su hermano Ishaya le había otorgado.

Acto seguido recobró la tensión y recuperó la antorcha para reconocer el perimetro.

Aquí todo tranquilo. VAMOS!!! no seáis pusilánimes. Poneos en marcha.

Lanzó la señal para que el resto continuara la exploración junto a él, siempre con la delicadeza del aterciopelado esparto.

Con la pistola en la mano, Jarik entra en la sala,apuntando mientras pasa  a las arañas gigantes.Se pone espalda con espalda con Sic, y mira todo por si algo se les ha pasaso...

-Si, parece que todo esta bien por aquí...Podéis pasar.

Dice mientras mira a las escaleras. Intenta agudizar los sentidos por si escucha algo proveniente de arriba...

La descarga de energía proveniente de nuestra benefactora todopoderosa Pharasma, aunque no la había curado, siempre era una invasión de paz interior.
Lyria avanzó a través de sus compañeros hasta situarse, según lo que ella consideraba, refugiada entre sus hermanos. Una vez estuvo en la supuesta seguridad del amparo de sus hermanos, se puso a buscar entre las cajas objetos olvidados por el tiempo y que pudieran ser beneficiosos para el grupo.

La hechicera comenzó a rebuscar entre los restos podridos y polvorientos de cajas, cestos, arcones y toneles de mimbre. Todo estaba en un lamentable estado de conservación, pero aun así, Lyria proseguía inspeccionando entre cajas mientras Jarik y Sicarius mantenían la posición, oteando hacia el techo, no fuera a ser que alguna de esas horribles arañas, todavía permaneciera agazapada entre los espesos hilos de telaraña.

Finalmente, la muchacha halló premio a su perseverancia, y después de abrir una pequeña barrica de madera carcomida encontró algo envuelto en trapos empapados de grasa y aceite. De forma sosegada retiro los trapos dejando ver un magnífica espada corta de confección enana. Sin duda, la manufactura era exquisita y toda hacía indicar que se encontraba en perfecto estado.

Mientras se acercaba a la entrada de la torre, Ishaya le realizó un gesto de cortesía a Erodel: -Adelante por favor, ya cubro yo la retaguardia...

Mirando a Sic, Jaric menciona

-Subimos ya? Esto esta durando demasiado, y cada vez se pone más feo.

Con esto se acerca a las escaleras y apuntando con la pimentera, se arrodilla y mira hacia arriba, dejando espacio para que Sic pueda pasar..

-Si quieres paso yo delante esta vez?

El chiquillo adulto se quedó mirando con fijeza el gesto del enano, que lo invitaba a entrar. Ladeó su cabeza, y se lo quedó mirando, su verde mirada se clavaba en el sacerdote, y lo traspasaba, casi llegando a ver detras suyo...pues Erodel no veia las cosas como los demás...quizás, es que NO veia las cosas, simplemente. Impulsos de su mecánica memoria le instaban a responder, o a hacer algo, pues la gente solía responder o actuar cuando se lo pedían. Asi que abrió su boca, y salieron palabras, como balas salían del arma extraña que retumbaba:

- Me quedaré aquí...Ish...Isha...Ishaya...................... gracias.

Aquello activó otro mecanismo dentro de su estéril mente, que lo hizo quedarse quieto quieto quieto como el mar los dias de calma chicha...

Una vez estuvo registrada y asegurada la sala, Sicarius miró a Jarik y renegando con la cabeza, en un tono irónico y bastante ofensivo dijo:

Si quieres voy yo delante.

Con su mano diestra apartó a su hermano y se puso a la cabeza del grupo adelantando la antorcha a sus pasos. Paró la marcha y se giró para rematar su burla.

Deja la vanguardia para un guerrero de verdad ¿ o acaso piensas que unos lobos y unos bichejos pueden acobardarme? Je ¿O quizás quieres enfrentarte a lo que se nos cruce con esa espada que tan bien guardas en su funda?

Ya más para él mismo que para Jarik siguió parloteando a la vez que comenzaba el ascenso

Seguro que se la guarda para un momento especial, si, o la llevará para hacerse el hombre delante de Lyria. Menudo campeón está hecho el mierdecillas este...

La convivencia con Sicarius no era fácil, tenía mal humor y su avinagrado carácter se anteponía siempre a cumplidos o muestras de afecto. No obstante todos los presentes excepto Erodel sabían que tras la sombra del ala de su sombrero se ocultaba una persona valiente que daría la vida por cualquiera de ellos y que tenía una gran estima por su nueva familia.

Justo después de pavonearse ante Jarik, Sicarius comenzó a ascender por los peldaños de la desvencijada escalera. A medida que subía un peldaño, los ruidos de crujidos y madera tensada se fueron intensificando. A pesar de eso, el guerrero continuó sin miedo en lo que podía convertirse en una caída de riesgo vital. Cuando finalmente estaba a punto de llegar a la plataforma superior, el inesperado aleteo de un murciélago atenazó los nervios de acero del robusto mocetón. Una serie de movimientos descoordinados se sucedieron tras el fugaz susto, provocando que la podrida madera de la estructura protestara. Entre crujidos y castañeteos, las fijaciones que mantenían la escalera junto al lateral de la torre, se quebraron como finos mondadientes, y toda la estructura colapsó partiéndose por la mitad a causa del peso de Sicarius.

Lyria, que estaba concentrándose en las energías mágicas para determinar sio la espada corta tenía alguna propiedad mágica, se interrumpió de golpe ante el tremendo estruendo, rompiéndose su concentración. Se dirigió hacia el cuerpo de Sicarius para interesarse por su estado.

- Estás bien? - Dijo realmente preocupada.

Al ver que sufría de heridas leves, se disipó su preocupación y añadió:

- Eso te pasa por no mirar dónde pisas? - comentó Lyria con cierta sonrisa burlona, aunque se le pasó rápido y le tendió la mano a Sic para ayudarlo a levantarse.

El pobre Sicarius no solo había sufrido algunas heridas, sinó que ahora se sentía el tipo más humillado del mundo. Por dentro maldecía su estampa mientras escupía un par de muelas ensangrentadas.

Alargó su mano para recibir la ayuda de su seductora hermana y así salir de entre los escombros, y fue en ese preciso instante cuando el fornido guerrero se dio cuenta de que ésta llevaba unos ropajes que dejaban poco a la imaginación. Pero mientras Lyria obsequiaba a Sicarius con la visión de sus generosos pechos casi al descubierto, éste apartaba su vista e inclinaba su cabeza para que la sombra que proyectaba el sombrero sobre su faz no delatara como se ruborizaba por instantes. Tremenda era la exuberancia de Lyria y tremendo el deseo que cualquier hombre podría sentir por ella, y total, realmente no era su hermana, pero existía un respeto manifiesto oculto en sus quejas y críticas a la muchacha que le ayudaban a estar distante y concentrado en su aguerrida causa.

Gracias, pero no olvides que me debéis otra ¡Os acabo de salvar de una peligrosa trampa!

Fanfarroneo con el orgullo subido.

Después buscó la antorcha para poder continuar la exploración y evitar un incendio innecesario mientras seguía escupiendo sangre y se sacudía el polvo de la ropa.

En el momento que aquellas gentes se disponian a subir por las escaleras, el niño "recordó" las palabras del hombre del arma atronadora, y de la anterior petición del enano, y su mente reaccionó. No debía molestar le dijeron, y no debía andar solo, ni exponerse a peligros, aquel grupo le protegería, dijeron - algo MÁS en su mente, su parte más primitiva y visceral, quizás la unica parte que no estaba muerta del todo, le alertó de algo, aunque no supo el que -, asi que, con paso tranquilo fué a situarse delante del enano, dispuesto a entrar y subir cuando le tocase. En ese momento, se oyó el estruendo de madera rota y un "thump" de algo pesado al caer. Sus ojos se entrecerraron, sus piernas se flexionaron, sus manos se acercaron a su torso, y asi se quedó, como un muelle tensado, dispuesto a saltar...

Intentando quitar hierro al tema y centrándose de nuevo en la situación, Lyria observó el amasijo de madera y acto seguido el hueco que daba acceso al piso superior, y comentó:

- Ahora no podemos subir. - Y dirigiéndo la mirada al resto de hermanos añadió - Alguién tiene una cuerda con algún tipo de garfio para que podamos subir a la planta de arriba?