Partida Rol por web

Tabitha estaba metida en algún problema, lo podía oler y debía ser algo serio para que recurriera a ella, Alyra se encogió de hombros y asintió a su hermana y su petición, pero antes de eso, tendría que saludar a los visitantes, su madre aún no la asesinaba con la mirada por no ser cortes o comportarse como correspondía, aunque la forma en que ese hombre se les acercó para hablar con su hermana, no le gustó para nada, de hecho, casi podría asumir que se conocían de antes.

—  esta bien... —  murmuró, y dejó que Tabitha se separar de ella. 

Vuelve casi a donde había dejado a Galbart, siguiendo por unos segundos con la mirada a Tabitha que se alejaba para hablar con uno de los invitados, notando como su maestro se alejaba, Alyra  se acercaría a él y le diría que podrían quemar palo santo o algún tipo de incienso para poder espantar aquel dolor, que el maestre podría saber  o tener lo suficiente, le sonrió a John y volvería con los invitados, llevando a su acompañante a donde estaba el joven rubio que se había apartado de su madre.

— madre —  ahora por fin se dirige formalmente hacia la señora de la fortaleza, ayudándola un poco con el recibimiento de los invitados, además, podría dejar a Galbart en mejores manos, o eso pensó, — muy buena tarde, señor —  inclinó su cabeza ante ser Lance Dayne, —  bienvenido a nuestro hogar, aunque supongo que mi madre ya le habrá dado un espléndido recibimiento —  no lo dudaba, su madre era una maestra en las artes de la diplomacia —  mi nombre es Alyra y mi compañero es ser Galbart Glover Señor de Bosquespeso —  Galbart, como buen norteño, era grande y de aspecto fuerte aunque algo tosco, todo lo contrario, por lo menos en apariencia con el joven rubio que estaban saludando, Alyra, por su parte, era delgada y con un largo cabello castaño, llevando solo como joya un adorno en su cabello, enlazado en una pequeña trenza en la parte delantera de su cabello, brillando, la pequeña gema, sobre su hombro, sin embargo esa delgadez no podía calificarse como fragilidad, ella misma se veía fuerte, y su altura lo revelaba, pues alcanzaba fácilmente el metro setenta. 

La llegada de Alyra Vaelys causó una buena impresión en Lance, no esperaba conocer a las hijas de Lord Rhys hasta más adelante, pero eso era un acontecimiento agradable ante el tedio de la espera. Dirigió una fugaz mirada a Tabitha antes de la llegada de Alyra, no quiso ser indiscreto, y tampoco tardó demasiado pues centró su atención en Alyra y el caballero que lo acompañaba.

Es un honor conocerla, lady Alyra. se inclinó con cortesía, luego se dirigió al norteño. Ser Glover, un honor del mismo modo. repitió la inclinación.

Con el permiso de vuestra madre.. dijo con soltura. Soy Ser Lance Dayne, Lord Protector de Campoestrella, una vez más agradezco ser recibido en la Fortaleza de Sangre. sonrió galán, pero comedido, atento a las reacciones de sus dos nuevos interlocutores.

Honestamente, no esperaba conocerla aun, lady Alyra. asintió, a continuación se dirigió a Galbart. Ni tampoco coincidir con un norteño tan lejos de su hogar. admitió.

Campoestrella, un miembro de la casa de Dayne y ella no encuentra anda mejor que llevarlo con un norteño, pero que gran despiste había cometido, más encima era el hijo de Arthur Dayne, (una de las cosas que mas gustaba Alyra era estudiar la genealogía de las familias de Poniente, un enorme libro que guardaba el mastre). Por dentro se sintió torpe, y no sabia si disculparse o hacer algo, mientras que por fuera mantenía su siempre sereno gesto, además, el joven estaba ahí, en una casa vasalla de Lannister, uno de los más cercanos y valerosos aliados del Rey Robert, así que no debía estar con deseos de acabar con alguien y cobrar venganza, o eso prefirió creer Alyra. Por otra parte, se dio cuenta que se había quedado mirando. su hermana mayor, ¿también la conocía acaso?.

— ambos han viajado bastante y nos hemos reunido en esta celebración de paz y alegría — agregó la joven, aunque para ella esa celebración estaba lejos de ser una instancia de alegría alguna, al contrario, pero como muchas cosas, lograba disimularlo con maestría — y la verdad es que yo buscaba a mi padre, así que diremos que han sido los siete los que nos han reunido en esta ocasión — a su padre, a Evan o a Malvin, pues se le hacia mal dejar solo en aquellas tierras a Ser Glover. — por cierto ¿ya ha podido descansar un poco, ser Dayne? — quizás el joven no había podido ni tomar un trago de agua o descansar el cuerpo tras un largo viaje — ¿y usted, ser Glover?  dentro de poco será el almuerzo  y podrían refrescarse un poco antes de reunirnos todos — y descansar un poco de esa peste, lo que le hizo pensar en algo, en caminar por los jardines para que así por lo menos, al aire libre, esa peste no se sintiera. 

mientras hablaba con ambos hombres (Galbart y Lance), esa peste se había ido, ya era demasiado extraño, demasiado, iba , se quedaba y les arruinaba el apetito, pero ahora se iba así sin más, realmente demasiado extraño, Alyra suspiro y se dio cuenta que su hermana realmente se había ido, ella también debería hacerlo.

— yo, por desgracia deberé dejarlos — da un paso hacia atrás de aquellos hombres, tendrían mucho de qué hablar, aunque esperaba que no fuera de política ni mucho menos, — por favor, siéntense como en casa — inclinó la cabeza ante ambos, para retirarse del recibidor, al girarse se da cuenta que está Malvin al que le sonríe incitando su cabeza, acercándosele para decirle algo muy rápido, antes de salir. 

— señor Curton — esa sonrisa que antes mostró, ahora no la tenía, de hecho con esa cercanía podía ver que su bello rostro tenia granos y una especie de alergia que había dejado su piel antes tersa, ahora enrojecida — ¿has sentido esa peste?, la misma del comedor, apareció apenas Tabitha entró y ahora se ha vuelto a ir, ¿ya pudieron saber por que es? — arrugó el ceño — le dije al señor Kalhan que quemaran palo santo de seguir, pero es muy extraña... quizás deberíamos pensar en hacer todo al aire libre... en fin, eso debe verlo mi madre — recién repara en su rostro y lleva su mano a su mejilla — amanecí así, es horrible — frunce sus labios, era casi divertido verla tan preocupada por su apariencia, pero no era para menos, de todos los días posibles, justo ese día su piel había decidido actuar de esa manera, aunque Bernard le había hecho cuestionarse la coincidencia en todos aquellos hechos. 

Marvin llegó un poco apurado, con la cara algo enrojecida y con poco resuello. Realmente no estaba pasando sus mejores momentos, y el tener que ir de un lado a otro de la fortaleza tampoco ayudaba. Al llegar al recibidor, fue observando a los presentes, para luego resoplar un poco compungido. Aún tendría que seguir dando vueltas por la propiedad de los Vaelys.

- Mi Señora, lady Alyra, Sers, John - se presentó con propiedad a los que allí se encontraban, bajando la cabeza como señal de respeto ante todos los nobles.

Una nueva reverencia fue dada a lady Alyra cuando ella anunció que tenía que ausentarse en ese momento, justo cuando el castellano entraba. Para sorpresa de Marvin, la joven Vaelys habló un instante con él, a lo que Marvin prestó atención y respondió en voz baja antes de despedirla.