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Castillos y Caballeros

Torre del Fénix > Planta Segunda > Dormitorio de Astrid Vaelys

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19/02/2017, 20:12
- Nueva Ubicación -

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21/02/2017, 22:55
- Muerta (suicidio) - Lady Myriah Vaelys

Lady Myriah iba a buen paso sin parecer apresurada o tensa. Con cada paso que se alejaba de aquella sala y de su esposo notaba como la tranquilidad volvía a su ser, aunque se cuidaba de tener el gesto relajado en su caminar.

Esperó a entrar en el cuarto de su hija tras ella, mostrando cierta pleitesía en el acto. Le indicó con una mano que se iba a sentar en la cama, sin dejar de escrutar su rostro y estado de ánimo, en silencio.

¿Te encuentras bien, Astrid? - Señaló con el dedo índice el mensaje que Sloth le había entregado antes de salir del salón. Parecía preocupada por ella -Espero que no sean malas noticias, no podemos permitirnos muchas más.

Levanto la mano derecha a modo de disculpa, cogiendo aire en el proceso -Lo siento querida, es bastante tarde ya, sé que no es buen momento para hablar de asuntos delicados... pero dudo de que mañana podamos hablar disponiendo de tiempo.

Se quedó mirando a su hija seriamente, y tras unos instantes, le sonrió con cariño -Sólo quiero decirte que ya eres toda una mujer y que tu padre y yo estamos muy orgullosos de ti, como bien sabes.

Colocó una mano sobre la otra, sin dejar de sonreír encandilada al mirarla -Espero que mañana sea tu gran día y que encuentres a alguien que consideres digno de ti y de ser el señor de esta familia.

Se acercó a ella y la abrazó, con fuerza, solo se había despedido de sus hijos por motivos realmente crueles, esperaba que de ella fuese por un casamiento feliz y fructífero, era lo que más necesitaba su maltrecho corazón.

Dime querida, -se separó y se perdió en sus ojos, buscando algo de información en ellos -¿Hay algún joven que ansíes conocer o por el contrario alguien con quien hayas recuperado la ilusión por casarte? Mañana todas mis esperanzas y expectativas están en ti, mi cielo, y estaré a tu disposición para aquello que necesites.

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24/02/2017, 21:30
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

Astrid caminó con la misma prisa que su madre, pero a unos pasos de distancia. Lady Myriah era la Señora, y ella sólo su hija. Ni podía ni debía estar a su misma altura a no ser que su madre se lo indicara. Así que se quedó atrás, imaginando qué sentiría ella cuando fueran los demás los que la siguieran y ella dejara de hacerlo.

Casi había olvidado el mensaje que Sloth le había entregado. Se sentía agradecida de salir de la sala del consejo antes de que su padre la hubiera obligado a leerlo en alto. ¿Y si era del mismo que había dejado el colgante en su habitación? ¿O sería otra cosa? Nerviosa, apretó con más fuerza de la necesaria el mensaje, que se estaba empezando a arrugar.

Con sus pensamientos dando vueltas, se le hizo muy corto el trayecto hasta el dormitorio y, antes de darse cuenta, ya estaba sentada al lado de su madre en la cama.

Madre dijo mientras empezaba a romper el sello no puedo decirle que he conocido a un hombre que me haga sentir feliz y con ganas de casarme, pero estoy segura que lo haré en la celebración. ¡Ya es casi una obligación!

Miró a su madre a los ojos, intentando descifrar su mente. Se sintió querida cuando su madre reconoció que sus expectativas estaban puestas en ellas. Tuvo que desviar la mirada y sonreír.

Bueno, hay algo que me inquieta, madre, porque no se su origen. Alguien entró en mis aposentos hace días, sin que yo estuviera dentro. Se levantó y se acercó a uno de los muebles, de donde sacó una tarjeta. Rezaba "A mi amada"

Junto con la tarjeta, estaba este medallón se llevó la mano al pecho para que su madre pudiera apreciarlo. Pero no se de quién, no ha habido más muestras. ¿Qué significa, madre? ¿Quién ha podido entrar en mi cuarto y dejarme ese presente?

Dejó la tarjeta sobre la cama, por si su madre quería cogerla. Y abordó otro tema que la preocupaba

Además, hay otro tema. Es Ginevra y esa herencia. Madre, Ginevra es de la familia. Si está moviéndose por la fiesta... ¿no será suceptible de que alguien quiera casarse con ella? ¿No sería mejor ocultarla?

Notas de juego

Abro el mensaje

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25/02/2017, 12:27
- Nueva Ubicación -

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25/02/2017, 12:28
- Narrador -

 

"Mi querida dama Astrid,

disculpad lo primero la torpeza del mensajero, más en tiempos tan complicado la discreción me exige ser cauto y mostrar discreción nunca ha sido sencillo.

Antaño, conocí a vuestro abuelo y aunque pocos lo saben, él y yo estábamos unidos por una profunda amistad. No puedo rebelar mi identidad ya que no sería prudente, pero sabed que contaís con mi apoyo para el propósito que paso a citaros.

Como bien sabéis vuestra casa se encuentra en un momento decisivo de su historia. El sucesor de Lord Rhys debe ser alguien fuerte, digno, capaz de capear la dura tormenta que se avecina. Pienso que sois vos, muy por encima de vuestras hermanas, quien merecéis tal puesto. Ah, pero son tantos los peligros, son tantos los problemas y más aún los conspiradores!

Actúo desde las sombras, puedo ser vuestros ojos y un gran informador. Un aliado que jugará a vuestro favor. Únicamente deseo devolverle el favor a un amigo muerto y ver prosperar a la casa Vaelys. Os tiendo mi mano en señal de amistad, para cooperar y participar en vuestros planes de acceso al trono de la casa Vaelys. Si tal es vuestro deseo.

Algo me dice que así es.

Podéis comunicaros conmigo a través de este particular correo. Conozco al correo de los tiempos antiguos pero, por fortuna, él no me ha reconocido. Sabrá encontrarme si le entregáis un mensaje y le pedís que lo lleve al jardín, junto a las orquídeas.

Es perentorio el hecho de usar ese método tan discreto pues no concibo otro más seguro.

Esperando vuestra respuesta, vuestro amigo y admirador...
La Orquídea Púrpura."

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27/02/2017, 21:36
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

Astrid leyó y releyó la carta. No podía sacar nada en claro, ni una pista que le dijera quién había mandado la carta. Se levantó, con ella en la mano, y miró por la ventana. ¿Estaría ese desconocido en el interior de su castillo? ¿Estaría ahora observándola, vigilando sus movimientos y todos los que había en el castillo?

La duda le asaltó. ¿Sería el mismo que el del colgante? Sin pensarlo, se llevó la mano libre hasta él y lo agarró con fuerza. Eran muchas casualidades, pero tendría que jugar bien sus cartas.

Sin más demora, se acercó hasta su escritorio y se puso a escribir la contestación

Mi querido desconocido,

me siento totalmente intrigada, pero si sus palabras son ciertas, y espero que sea así, me alegra saber que mi abuelo, además de tener un sentido del humor tan particular, tuviera buenos amigos y consejeros.

Entiendo su precaución y su decisión de no decirme su nombre, pero ambos sabemos que, en algún momento, su presencia deberá ser revelada. Pero dejemos esto para otro momento.

Acepto de buen gusto su mano. Mis intenciones son muy claras: Quiero llevar a la casa Vaelys a la gloria, y ser su portadora. Quiero ser la heredera. Tengo que ser la heredera.

Por mucho que pueda querer a mis hermanas, ninguna quiere ni está preparada. Y los demás no son miembros de esta familia, por mucho que puedan llevar su apellido o que la sangre corra por sus venas.

Le daré esta carta al correo y espero que llegue a buen recaudo, desconocido y amigo. Deseo recibir pronto su respuesta.

Astrid.

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27/02/2017, 21:43
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

Astrid tenía asuntos también urgentes que atender. Dejó la carta sobre la cama, y se quitó sus ropajes antes de que pudiera entrar nadie y la viera desnuda.

Tomo carbón de la hoguera de su habitación, y en su abdomen, dibujó el símbolo de su dios, el Señor de Luz. El símbolo no tardó en iluminarse y desaparecer de su cuerpo, mientras que sus ojos se tornaban color fuego.

Señor de Luz, soy tu sierva. Señor de Luz, soy tu seguidora. Señor de Luz, te reclamo. Señor de Luz, te pido tu ayuda. Señor de Luz, mis enemigos me rodean. Señor de Luz, mis deseos están en peligro. Señor de Luz, destruye a mis competidoras, que no puedan casarse hasta que no obtenga la herencia.

Notó el calor que su señor depositaba en ella, sintió que la acompañaba y que atendería sus súplicas. El rezo fue corto y directo. En su hogar, no podía dedicar todo el tiempo que deseaba a establecer contacto con el dios verdadero. Pero esas pequeñas cosas eran necesarias.

Notas de juego

Para Astrid, heridas y granos en las manos (sí, me incluyo, que hay que disimular)

Para Tabitha, que se desprenda de ella olor a caballo, muy desagradable, que no pueda quitarlo ni duchándose ni con perfume.

Para Lenia, afonía y tos como la de padre.

Para Alyra, granos en su rostro.

Para Mira, tartamudeo constante.

Para Ginevra, ciática.

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28/02/2017, 02:01
- Narrador -

El conjuro surtió efecto, al menos el que estaba relacionado con Astrid, pudo observar una terrible desgracia. Sus manos se hallaban llenas de granos y de pústulas. Estaban cubierta de espinillas, como si hubiera tocado algo que le hubiera dado una reacción alérgica.

Estaban horribles.

Notas de juego

Que tu conjuro salga o no, no podrás saberlo hasta que no lo compruebes por tus propios medios, pero ahí queda la cosa.

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28/02/2017, 20:13
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

Astrid miró sus manos, y éstas empezaron a cambiar. Granos asquerosos aparecieron y las manos se abrieron, mostrando profundas heridas de las que emanaban sangre. Se vistió como pudo, mientras el dolor le recorría el cuerpo. Era un mal que tenía que pagar para conseguir su objetivo. Su mal era el menos visible de todos si lo tapaba con unos guantes. Sin embargo, sus hermanas... Ellas lo tendrían más complicado.

Y lo mejor de todo, es que seguramente se terminase echando la culpa a la maldición que pesaba sobre la familia Vaelys.

Una vez vestida, salió de su cuarto. Se quedó dubitativa unos segundos. Podía ir a ver a su madre, y contarle sus desgracias. Pero eso la haría parecer débil, y no podía ser. Tendría que ir a ver al maestre, y después ya hablaría con su madre del tema

Notas de juego

A ver al maestre