Partida Rol por web

Castillos y Caballeros

Por el simple placer de narrar...

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28/05/2017, 01:01
- Muerto (asesinato) - John Kalhan

Aquella mañana la chiquilla estaba más callada que de costumbre, tenía una actitud distante que su rostro serio evidenciaba. En un principio John no se preocupó por eso pensando que serían chiquilladas, por lo que comenzó el entrenamiento con normalidad.

En el combate no mostraba la sutileza ni agilidad habituales, al contrario, sus movimientos eran lentos y predecibles, ni siquiera contestó a las instrucciones que le estaba dando, esto último al hombre no le sentó nada bien y comenzó a lanzar ataques más rápidos y agresivos para hacer reaccionar a su pupila. Pero no obtuvo reacción alguna, entonces la niña lanzó una estocada torpe y demasiado agresiva, John la esquivó con suma facilidad y golpeó en la nuca a Alyra desequilibrándola y haciéndola caer.

- Cuando estas combatiendo tienes que apartar todo lo demás de vuestra mente, nada más importa.- Riñó a la niña seriamente. - ¿Se puede saber que os pasa?.- Gruño John, en un tono quizá demasiado intimidante del que se arrepintió instantáneamente, a veces era fácil olvidar que estaba tratando con una chiquilla.

- Aggh, lo siento.- Se disculpó el maestro de armas mientras ayudaba a levantarse a la niña. - ¿Os pasa algo?.- Preguntó, esta vez en un tono mucho más suave y pausado. No le gustaba mucho hablar sobre los problemas de la gente, menos aún los de una cría, pero llevaba ya dos años impartiendo clases a Alyra y la había cogido cariño.

 

 

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28/05/2017, 22:13
(0) Evan Ross

Cuándo Alyra acarició su rostro entrecerró los ojos. Después miró directamente a los de ella. Si ella deseaba que se arreglase la barba así lo haría. Trataría de sorprenderla reconquistando nuevamente su corazón aún con más fuerza.

En cuanto a la fiesta, dudaba de que hubiesen más mujeres a parte de Alyra y sus hermanas, bueno, desde luego también estarían Lady Myriah y las sirvientas, pero ninguna de ellas interesada en encontrar un prometido entre los asistentes. De todas formas, en el caso de que hubiesen más damas tenía clara su posición.

Alyra apoyó su cabeza en el pecho de Evan y a sus latidos se sumó el sonido profundo de su voz.

-No tendré ninguna excusa- sonrió a Alyra mientras le acariciaba el cabello -tan solo la realidad de que para mí únicamente hay una dama en el mundo. Quizás deba romper muchos corazones, qué se le va a hacer - Dijo bromeando con esta última frase. Tras esto besó a la joven apasionadamente y dejando caer al suelo las riendas de Apache, pues precisaba de sus manos para rodear la cintura de ella. 

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30/05/2017, 18:22
(0) Evan Ross

Le miró a los ojos, sonrió y le dijo:

-Ven, quiero mostrarte todo lo que hemos hecho aquí- 

Tomó la mano de Alyra y comenzó a caminar. Quería mostrarle la zona del arroyo, la habían arreglado para que los caballos pudiesen acceder a el para beber y refrescarse. Había que adentrarse un poco en la zona boscosa. El prado era grande y ofrecía distintos paisajes, de modo que los animales podían estar en espacios abiertos o protegidos por los árboles.

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31/05/2017, 06:45
(0) Alyra Vaelys

Le robó el aire con el beso que le dio, sus labios se juntaron y bailaron acompasado a son de sus sentimientos. Alyra perdió la noción de todo, perdió más que el aliento, perdió la consciencia de su papel y sus manos ascendieron por la espalda ancha del hombre, delineándola, deseándolo  sin pudor alguno, Alyra no era alguien necesariamente pudorosa, pero en ese momento, lo había perdido por completo. Sólo recuperó un poco de control cuando aquel beso comenzó a menguar y la dejó ruborizada y con un fuego que no podía acallar.

- rompe todos esos corazones, sí, haz eso - asiente, tonta, sabe que si lo amaba como lo amaba, debía permitirle ser feliz y que debería decirle que debe aceptarlas, pero por ese beso y el fuego que había encendido, se había vuelto egoísta, mientras apretaba sus ropas y seguía con su corazón acelerado.

La mano firme de Evan la volvió   aún más a la realidad, la chica asintió y lo siguió sin rechistar.

- que... que hermoso lugar - susurra cuando logran llegar a esa zona del arrollo, Alyra se acomoda al lado de Evan, abrazándolo por la cintura - si pudiera escoger... escogería vivir en una cabaña en un lugar así, contigo... disfrutando de la tranquilidad y el sonido de agua.... ay. si pudiera escoger, eso pediría - lo mira hacia arriba, sin soltarse de su cintura.

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31/05/2017, 06:54
(0) Alyra Vaelys

La hizo morder el suelo, no se puso de pie en seguida, y entre la reprimenda de su maestro y su intento de ayudarla, John solo recibió un rechazo a su ayuda y la vió ponerse de pie sola, tenía el mentón rojo y no se había hecho daño o más bien estaba acostumbrada a terminar en el suelo, pero a pesar de eso, estaba temblando, como si fuera a llorar. John nunca había visto llorar a la pequeña.

- ¡te vas! - le grita al final, intentando lidear con sus sentimientos, pero sin poder hacerlo  - ¡te irás y me quedaré sola aquí! - Alyra no se encontraba mucho con sus hermanas, era una chica extraña y esa particularidad traía soledad, de ahí su enojo en ese momento y era una emoción que no lograba canalizar del todo.

Alyra corrió hacia él, dispuesta golpearlo como fuera, lo que era divertido, sus bracitos delgados apenas podrían hacerle daño, pero ahí estaba, corriendo hacia una montaña para derivarla con sus propias manos.

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31/05/2017, 21:23
(0) Evan Ross

Hipólita - Sigrún - Lisipe

 

En el arroyo se encontraban Hipólita y Sigrún con su potrilla Lisipe. De todo el prado aquel era el lugar preferido por Evan y viendose en ese paraje con su pasión y el amor de su vida se sintió completo. Alyra hizo que imaginase la situación de ellos dos viviendo solos, apartados de todo. Sí, le gustaría, serían felices en una cabaña, en un lugar hermoso, criando caballos y viviendo libremente su amor. Ella le cogió rodeándole la cintura, él le rodeó los hombros con sus brazos y le miró fijamente a los ojos. Un brillo apasionado refulgía en su mirada, un ataque de verdadero valor o verdadera locura, o quizás ambas cosas cogidas de la mano.

-Sabes que soy tuyo. Solo has de pedírmelo. Tan solo una palabra, un gesto... y me iré a dónde desees junto a tí. Pues tú eres mi hogar y lo único que necesito -

Después le besó apasionadamente, sin importar el tiempo, sin preocuparse por nada, tan solo por sentir su calor y el palpitante deseo que se apoderaba de todo su ser.

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01/06/2017, 02:46
- Muerto (asesinato) - John Kalhan

John no se esperaba esa respuesta por parte de Alyra, por lo que en un momento se mostró sorprendido, pero a la vez las palabras de la niña le conmovieron, al parecer ella también le había cogido cariño tras los entrenamientos; el maestro de armas mostró una sonrisa melancólica sin saber que decir.

Entonces la pequeña se abalanzó sobre él, a lo que John respondió cogiéndole por debajo de los brazos sin ningún esfuerzo, la levantó hasta que ambos quedaron a la misma altura y le dedicó otra sonrisa. Entonces le sentó en el suelo y acto seguido se sentó junto a ella. Seguía sin saber que decir, esos temas no se le daban bien.

- Verás pequeña, es cierto que me iré, eso no es algo que yo decida.- Comenzó John pausadamente. - Pero es algo normal, debes acostumbrarte ahora que tu también eres una guerrera.- Miró a la chica con ternura; sabía que no jugaba mucho con sus hermanas y se sentiría sola durante su ausencia. - ¿Sabes? Mi mujer también se va a entristecer cuando me vaya, ¿Podrías hacerla compañía? Estoy seguro de que estará encantada de pasar el tiempo contigo.- Era lo máximo que podía hacer por ella, además a su mujer le encantaban los niños y seguro que le gustaría la idea.

- Además, cuando vuelva, quiero ver tu mejoría con la espada, no dejes de entrenar.- Esto lo dijo dando por hecho que iba a volver, pensando que eso podría calmar a la chiquilla.

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01/06/2017, 03:24
(0) Alyra Vaelys

cómo si pudiera golpearlo, inocente, pero había que intentalo, se dijo, mientras corría hacia el hombre y mantuvo esa idea hasta que sintió como la sujetaba por debajo de los brazos y comenzó a pelear hasta quedar sentada, cruzada de brazos, enfurruñada y resoplando para no llorar, aunque las ganas no le faltaban a pesar de las explicaciones de su maestro y de hacer evidente que debería hacerlo, que debería viajar, ir a la batalla y ella, más que otros, debería entenderlo.

- entonces lléveme contigo, como su escudera, puedo ir,mi papá no debe saberlo, puedo solo aparecer y ya, así no me quedaría aquí ...- no quería quedarse ahí, volvería a  bordar, a fingir cara, a bailar y a hacer todas esas cosas cursis que sus hermanas hacían, no quería eso , no podria con eso, era malísima en esas labores que se esperaba que hiciera - llévame... o mejor, le iré a papá que no le mande, que debe quedarte aquí - se mordió el labio inferior, nadie más iba a querer entrenarla, ni mostrarle genuino aprecio como lo hacia él, Alyra se aferraba a todos los que le mostraban cariño, aunque tardaba tiempo en acercarse a las personas. 

- tampoco tendrías que dejar a su esposa... - pasó su mano por sus mejillas, secando bruscamente sus lágrimas - yo quiero... que usted me entrene... nadie más me tomaría en cuenta...- empezó a hacer pucheros, su barbilla se quebró aunque aún no se largaba a llorar.

 

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01/06/2017, 03:35
(0) Alyra Vaelys

El calor se encendía, quemaba, quemaba su vientre, sus labios, su pecho, era un fuego que la caldeaba y que conocía pues la azoraba algunas noches de verano en que despertaba envuelta en sudor y pensando en Evan. Tragó saliva, su corazón le pedía a gritos que continuara, que esas manos, que él... que él todo él... Debía calmarse, ya todo era lo suficientemente complicado como para complicarlo aún más.

- ay mi vida...- recuperó el aliento y puso sus manos en sus mejillas - quiero... quiero pedirte todo eso y más, quiero... quiero... pero la jaula en donde estoy es más grande... y mientras no vea que hay un sucesor digno de mi casa, no puedo olvidar quien soy...  si mis hermanos estuvieran vivos o si Astrid no fuera la serpiente que es... estaría tranquila y le pediría a mi padre desposarte, pero sabes cual es la tristeza que significa ser yo, ser una Vaelys, y tener la consciencia de lo que va a suceder, Tabitha es demasiado rebelde ella es el aire, no podría reemplazar a Astrid y Lenia... ella es.. es ella, hermosa pero tan idealista, la amargura de la comería antes de poder gobernar como se corresponde, y Mila es muy pequeña como para hacerla cargar con todo-  sentía pena, sus ojos se humedecieron, eso era lo máximo que podría demostrar en cuanto a llanto se trataba, y era casi comprensible que se hubiera construido así en esos cortos años, veía a su padre, a sus hermanas, veía y se daba cuenta de quien era y qué significaba ser una noble.

- sólo yo puedo... o por lo menos intentarlo, mi amado Evan, te enamoraste de la más complicada de las hijas del señor, como si eso ya no fuera suficiente, perdóname por no poder ofrecerte más, cuanto más quisiera, pero siento... siento que la felicidad no está reservada para mí, por eso no puedo pedirte nada, no puedo ser así tan... tan egoísta... te amo demasiado como para eso... - se apoyó en su pecho, y lo abrazó con fuerza - no me sueltes, por lo menos hoy... no lo hagas - estaba temblando. 

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01/06/2017, 08:43
(0) Evan Ross

Comprendió lo que significaban aquellas palabras y estrechó a Alyra con fuerza contra su pecho. Apoyó sus lábios en la cabeza de ella, brindándole un beso tan largo que parecía infinito. Quería consolarla, pero también ocultar el fatal golpe que había supuesto para su corazón. De pronto todo su cuerpo pesaba demasiado y un cansancio repentino se había apoderado de cada uno de sus músculos. Se estaba derrumbando y no podía disimularlo, prefería que ella no se percatase de ello, debía ser fuerte, era lo justo, ahora le tocaba a él.

- ¿Estás segura de que debes ser tú?- Lo preguntó no por dudar de que ella sería la más grande de las señoras, si no por lo que aquello significaba. Si Alyra asumía las riendas de la casa Vaelys él quedaría exiliado a las sombras. Él pasaría a ser un ladrón, viviendo su amor a escondidas o perdiéndolo definitivamente y para siempre. No sabía que era peor, fuese como fuese no podía concebirlo, llegar a eso sería su muerte. Alyra era su mitad, estaba seguro, con ella él estaba completo. Ella era única, la única, y por lo tanto irremplazable.

Notas de juego

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01/06/2017, 23:52
- Muerto (asesinato) - John Kalhan

Una vez más, las palabras de la niña calaron en el corazón de John, no podía llegar a imaginar lo mucho que le afectaba su marcha, y eso le enternecía a la vez que le entristecía, aunque rio abiertamente ante la petición de la pequeña. Desde luego determinación no le faltaba.

- Sabes que eso es imposible, todavía no estás preparada, pero en unos años estoy seguro de que las hazañas de Alyra, la gran guerrera, se extenderán por todo poniente. ¿Qué digo poniente? Surcarán los mares y hasta los bravos jinetes dothraki quedarán impresionados.- Al decir esto, John exageró sus movimientos para hacer reír a la chiquilla, le dolía verle así y quería animarla.

- Además, te necesito aquí ¿Quién protegerá a mi mujer si no?.- Cuando vio que las lágrimas luchaban por salir de los ojos de la chica, le cogió suavemente la cabeza y le apartó el pelo de la cara cariñosamente. Le había contado en más de una ocasión que aborrecía las tareas que se esperaba que cumpliera una señorita como ella, quería dejarle algo con lo que distraerse. - Practica por tu cuenta todos los movimientos que te enseñado con la espada, hasta que te salgan sin esfuerzo, sin pensarlo. Y, como objetivo, cuando sople el viento asegúrate de estar rodeada de árboles, practica tu agilidad intentando que ninguna de las hojas desprendidas te toque, como si fueran cuchillas.- Ese era un reto para cualquier persona, pero sabía que Alyra tenía una gran determinación, y esperaba al menos que se distrajera con eso mientras no estuviese.

 

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03/06/2017, 05:18
(0) Alyra Vaelys

No podía entender el porqué debía irse sin ella, ¿la entrenaría o no?, además su padre le dijo que lo haría, que él se encargaría de convertirla en una guerrera, había accedido ¿cierto?. Los grandes ojos castaños de la niña, llenos de lágrimas que se resistían a salir se clavaron sin piedad en el hombre, pero luego se tornaron en un gesto suplicante, mordiendo su labio y rodeando al hombre con los brazos. Iría a la guerra, no quería que fuera a la guerra y no sólo porque no la podría entrenas más, sino porque podría no volver.

- termine la guerra pronto y vuelva... yo- yo... protegeré a su mujer, seré... su guardián - su voz se iba entrecortando, mientras lo estrechaba con mucha fuerza con aquellos bracitos delgados de niñita. Volvió a temblar, pero se separó antes de que se gesto se volviera incómodo. - aprenderé más de lo que me enseñó, pero debe jurarme que volverá, que lo hará...- era un juramento solemne para la pequeña, uno de los primeros que tomaría en los años que vendrían.

***

Ese verano, dio paso a su otoño, y de ahí,  pasaron muchos veranos más vinieron mientras las notician que llegaban del campo de batalla no eran tan alentadoras, otras veces, sí, pero jamás plasmarían el terrible presente de todos aquellos soldados que en cada lado de la linea de fuego, vivían. Nada hablaba sobre el horror de la guerra, del perpetuo olor a sangre ni cómo era la muerte la que reinaba para poder conseguir la victoria.

Alyra, por su parte había crecido, había logrado convencer a su padre para que siguiera entrenándola, aunque se daba cuenta que él mismo nunca la vería como a uno de sus hijos perdidos, era su cuarta hija, y aún la protegía por más que ella intentara demostrar a su amado padre que era tan buena como cualquier hombre aunque su cuerpo fue cambiando y transformándose como el de sus hermanas, volviéndose hermosa, aunque muchos llegaron a pensar que jamás lograría alcanzar algún parámetro aceptado de belleza por parecerse tanto a su padre.

El día en que volvieron los soldados, Alyra lo supo incluso antes de que la información fuera oficial, y desobedeciendo toda orden, salió  muy temprano en la mañana a la colina para esperar el arribo de lo héroes. Sin embargo lo que vería distaba demasiado de las historias épicas sobre cruzadas y soldados. Lo que pudo ver, desde la colina, fue un grupo de hombre que a pesar de traer la victoría, se veían abatidos, como si la vitalidad se hubiera extinguido. No necesitó estar en una guerra para saber lo que aquello generaba en el espíritu humano. En esos cortos años, ella se había vuelto aun más meditabunda y analítica lo que la hacía parecer menos feliz que el resto de sus hermanas. El conocimiento se acercaba más a la tristeza, la ignorancia, te hacía más feliz.

Aguardó la llegada de los soldados, los dejó ser recibidos entre vitoreos y todo el espectáculo que se les preparó, mientras ella guardaba distancia, reparando en los gestos, en las miradas de aquellos hombres, miradas vacías y llenas de muerte; la habían visto demasiadas veces como para olvidar. Ella, por su parte, guardaría el momento preciso para caerle encima a quién tanto había esperado.

Ya entrada la noche, ella esperó que su maestro estuviera solo, y apareció a su espalda, era alta, su cabello había crecido y los años en sus ojos parecían haber aumentado, dándole un toque más sabio a pesar de ser sólo apenas una niña que comenzaba a ser una mujer, una niña de 13 años. Una mujer de ideas demasiado claras para lo que se esperaba.

- cumplió - estaba vestida de estricto negro, y cuando John al fin se volteó pudo verla vestida de estricto negro, con sus manos delante de su regazo, Lady Myriah había logrado hacer que se comportara, aunque había que ver si había abandonado sus intereses de infancia, pero la firmeza en esa mirada, era obvio que no.

- aunque demoró.. pero cumplió - ahí, sus labios mostraron una sonrisa que era quebrada por la emoción, que, una vez más, reprimía las lágrimas. Las viejas mañas no se habían perdido. - también... yo... cumplí - cuando había muerto Carol dejando a Ingrid, ella había adoptado una postura protectora con la niña, aunque aún pequeña, deseaba que la niña estuviera bien, en parte por el cariño que sentía por John, en parte por la culpa que sentía por no haber podido hacer nadapor Carol.

Notas de juego

 

no sé si está bien el relato :S cualquier cosa, me dices ^^

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03/06/2017, 06:19
(0) Alyra Vaelys

El dolor era palpable entre los dos, sus corazones dolientes intentaban encontrar algo de paz en medio de la tormenta que la joven Alyra había desatado sobre la cabeza de Evan, sobre ambos en realidad. Estaba temblando, y lo jaló para poder sentarse en la hierba, sin poder responder a la crucial pregunta que le hizo su amado, sabiendo tan bien como él que si si tomaba ese camino, iba a perderlo para siempre.

- n-no... estoy segura, Evan, nadie confía en mí, ni mucho menos mis padres, madre solo amaba a su hija mayor y padre... él... él me quiere, pero me hace sentir que no soy tan buena como para ocupar un espacio de verdad a su lado, sólo en su corazón- se separó de él, bajando la mirada, quedando abatida porque así la dejaba hablar de aquello, poder verbalizar lo que sentía era algo que la noqueaba porque a pesar de ser tan analítica, el exteriorizarlo se había vuelto algo impropio en ella, a menos que fuese con Evan - pero no puedo quedarme de brazos cruzados, nuestra historia inició con un hecho heroico, pero no podemos olvidar que sigue siendo el hecho heróico de un hijo natural, creo que eso hace que los Vaelys nunca podamos zafarnos de nuestro nacimiento espurio y nos obliga a siempre estar demostrando nuestra valía... y al mismo tiempo, proteger lo que somos, por eso creo que Astrid nos llevará al olvido, ella... ella se cree superior, no sé si a nuestros señores, pero es obvio que ha olvidado en gran parte quién es y de donde viene, claro, es mejor ser una Lannister, que una Vaelys - contuvo el aliento, había hablado demasiado, movió su cabeza de lado a lado y masajeo su entrecejo. Estaba agotada.

-por eso aprendí a usar las armas y estudio sobre economía y administración... quiero aprender más sobre historia y leyes, quizás así compense que no sé bordar bien, que no canto ni bailo como Lenia y no soy tan encantadora como Astrid - se ríe, y apoya su cabeza en el hombro de Evan.

- pero si... si pudiera escoger, sólo quisiera ser alguien normal, una chica sencilla que se casaría contigo sin dudarlo y tendría todos lo hijos que quisieras tener - soltó el aliento y buscó su mano - tengo la certeza que pase lo que pase, mi corazón será tuyo, sólo tuyo. y lo peor es que es lo único que puedo.. que puedo ofrecerte - se mordió el labio inferior, volviéndose hacia él colocándose cerquita de él, con su mano en su mejilla - ¿me dejas besarte?...- pregunta casi en un ronroneo, dispuesta a vivir ese momento intensamente.

Notas de juego

Marvin es amigo cercano de Alyra, quizás podrías sentir un poco de celos de esa relación. *sugiere malvadamente XD*

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03/06/2017, 21:15
- Muerta (accidente ) - Fiona Ironsmith

No lo podía creer, su primer beso, le había dado su primer beso. El calor de los labios de Gal permanecía en los suyos. Y ahora se alejaba de ella como si no significara nada. ¿Pero por qué? lo observaba atónita desde su posición con el brazo extendido hasta que él se aproximó y la tomó de la mano.

Su voz era triste, como la petición que ella le había hecho. Dulce Fiona, debo irme. Tengo que regresar a Bosquespeso, debéis comprenderlo, me gustaría quedarme, pero...no puedo, debo volver… - negó con la cabeza - ¿Qué está tratando de decir? - pensó temblando sintiendo la mano enorme de Gal rodeando la suya, pequeñita. Estaba confundida, nerviosa y aterrada por lo que acababa de suceder. Se había besado con un extraño, le había entregado su primer beso y parte de su honor a Galbart. ¿Cómo he podido hacerlo, cómo?

No pudo reaccionar ante sus palabras. ¿Qué podía decir? le había suplicado que no se alejara de ella, no era capaz de formar en su cabeza una frase que tuviera sentido y evitar con ello que la abandonase. ¿Me está abandonando? - la idea de que fuera así la entristeció súbitamente. Pero si no lo conocía, no lo amaba, pero él… él le había dado cariño, él… era especial. Eso sentía Fiona. Ella… le había dado una parte de su alma en ese beso.

Su corazón palpitaba rápido por él, cada segundo que pasaba a su lado aumentaba el ritmo de sus latidos, y al sentir la calidez de su mano sobre la suya, sus lágrimas se agolpaban de nuevo en sus ojos amenazando salir desbordadas por el dolor que le estaba causando al mencionar su partida injustificada. La presión que sentía en su pecho la oprimía por distintas partes de su cuerpo como una soga. ¿Por qué le hacía algo así? ¿Por qué la trataba con amor y se despedía de ella?

- No os entiendo... - dijo con un tono de voz bajito mirando sus manos unidas, no se atrevía a mirarlo a los ojos porque si lo hacía sabía que no podría aguantar no llorar, aumentaría el sentimiento de afecto que estaba sintiendo por él y no, no podía mirar sus ojos hermosos del color de la hierba.

La sirvienta se sentía tan avergonzada como ridícula, eso es lo que sentía por lo que él había hecho, jugar con ella. Jugar con su inocencia y su bondad. ¿La había tomado por una cualquiera?

No, no… - pensó al ver como sus dedos se deslizaban por la palma de su mano hasta llegar a las puntas de los suyos y separarse finalmente. Fue doloroso. ¿Qué hacéis? - se atrevió a alzar la vista y mirarlo de frente, encontrarse con ese verde esmeralda de sus ojos la hizo marearse de repente, era hermoso, y su forma de ser la había embaucado. Pero todo parecía una mentira, una broma del destino. Empezó a llorar herida mientras se alejaba de ella sin remordimiento alguno, eso creía Fiona, se montó en su caballo y marchó rumbo hacia su casa, haciendo su camino, pero antes se giró por última vez para despedirse.

Creedme si os digo dulce Fiona, que éste breve encuentro con vos ha sido como abrazar el sol después de sufrir mil inviernos, pero..debo irme, Bosquespeso me necesita.. - nada de lo que él decía tenía sentido para ella. Sus palabras eran bonitas, pero solo causaban más dolor y confusión en su interior, su frágil y joven corazón no entendía la contradicción que mostraba el caballero. Se iba… eso era lo único que sabía.

Y desapareció, desapareció tal y como había llegado a su vida, las lágrimas pudieron con ella y cayó rendida sobre la hierba llorando desconsolada, lamentando entre sollozos haberlo conocido.

Notas de juego

Es una escena triste pero preciosa ^^

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03/06/2017, 21:06
(0) Evan Ross

Evan escuchó todo lo que Alyra decía. Todo aquello era cierto y no podía negar que comprendiese las preocupaciones de la joven, sin embargo podría ser tan sencillo... o al menos no tan complicado. Fuese como fuese ella se preocupaba por su casa y su familia, y Evan no podía hacer otra cosa que respetarlo. Decía mucho a favor de ella, si algún día tenían su propia familia lucharía con la misma fuerza. 

Sólo podía hacer una cosa, esforzarse al máximo para poder ocupar el lugar a su lado. Quizás nunca le aceptasen, ¿pero acaso podía hacer otra cosa? Tan solo resignarse y esa no era una opción. 

-Yo solo quiero estar junto a tí- dijo mientras acercaba sus labios a los de ella para fundirse los dos en un largo y apasionado beso. Mientras la besaba acarició su cintura y subió una de sus manos hacia sus hombros para guiarla hacia el suelo sin dejar de besarse. Si su amor iba a ser condenado aprovecharía cada instante, cada momento.

 

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03/06/2017, 22:21
(2) Ser Galbart Glover

Notas de juego

Madre mía que escena más dramática! Muy bonita, pero qué pena me ha dado!

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04/06/2017, 04:27
(0) Alyra Vaelys

El simple deseo de Evan la hizo guardarse todas sus tribulaciones, era un deseo tan sencillo, tan prístino como la mirada de Evan, que Alyra simplemente cerró los ojos ante el beso consumado que la hizo lentamente ir recostándose en la hierba con el hombre encima de ella. Otra vez ese calor abrazador, otra vez esa sensación de perdición que bloqueaba cualquier intento de sentido común, ¡cómo si eso existiera en ese momento!. Sólo existían los labios, el cuerpo, los brazos de Evan que la hicieron desear que desatara una a una sus prendas y revelara su cuerpo cálido que recorrían esas manos gruesas y masculinas. ¡Por los siete!¡cuánto lo deseaba!, ¡cuanto!, su mente se nublaba, su vientre ardía ante la pasión genuina y original que siente una mujer por un hombre. Debía ser todo de ella, cada palmo de su piel, cada espacio de su alma, debía pertenecerle... ese fuego sería la hoguera donde se quemaría días después cuando sus sospechas comenzaran a tomar forma y el peor de los pecados fuera la sentencia que verían sus ojos... pero en ese momento, ese clamor de su pecho, que sólo decía Evan, era su aire, cada uno de sus palpitaciones.

Pero tembló, titubeó, los deberes de una mujer exigían comportamientos heroicos y no arrancarle la ropa a Evan en ese momento, justamente lo era. Soltando un gemido que murió en el cuello del hombre, sus manos jalaron de sus ropas para que no se moviera más, un paso en falso le costaría a ambos cualquier posibilidad, aunque fuera ínfima.

- ardo... por ti...- logró conjugar, pero esa frase sólo le daría forma al demonio que le exigía entregarse al placer y el amor caliente que en ese momento sentía. No agregó nada más, se quedó bajo Evan, sujetando sus ropas, porque esa respiración agitada se estaba tiñendo de miedo, nervios y su vientre ahora se enfriaba por el revolotear de las mariposas. Por otro lado, no era el lugar ¿o sí?. Millones de dudas, mucho más pueriles que las que antes había mencionado, afloraron en su siempre activa mente. Río, se daba cuenta que no dejaba de ser una niña, por mucho que intentara comportarse como una mujer, y relajándose, buscó la mirada de Evan - te amo.... mi loca ilusión - susurró besándolo nuevamente, aunque esta vez, mucho más calma.

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04/06/2017, 09:11
(0) Evan Ross

Tumbó a Alyra con delicadeza sobre la hierva, ella quedó bajo su cuerpo y la pasión se apoderaba de Evan, que besaba los lábios de ella cada vez con más ardor mientras acariciaba su cuerpo siempre respetándola. El deseo se intensificaba, pero una voz en su interior, primero lejana, pero que poco a poco se iba intensificando, le gritaba que se contuviese. Quizás el momento de que ambos se fundiesen no llegaría nunca, pero ese no era el momento ni el lugar. Si la amaba no la avergonzaría, no le arrebataría la inocencia como un ladrón, pues aunque la sentía suya ella no le pertenecía, aún no.
Mientras recorría el cuello de ella con sus lábios ella asió con fuerza sus ropas, tirando de ellas, Evan se detuvo enterrándo su cara entre el cuello y el hombro de Alyra. Ambos corazones galopaba desbocados y trataban de serenarse.

Se quedó un rato así, con la respiración acelerada. Entonces su amada buscó su mirada y le dijo que le amaba. Evan sintió el dulce beso y después recostó su cabeza en en vientre de Alyra y rodeando sus caderas con sus brazos. Ojalá pudiese congelar el tiempo en esos instantes que compartían. Estando así con ella el resto del mundo se antojaba lejano e irreal.

Si llegaba el día en que ella debiese desposarse... No podía pensar en ello.

-Quedemonos así un rato, sin hacer nada, solo unos minutos más.- Sonó a verdadera súplica, como si temiese que aquel pudiese ser el último momento para ellos dos.

Notas de juego

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05/06/2017, 02:13
- Muerta (accidente ) - Fiona Ironsmith

Los tonos púrpura teñían el cielo de oscuridad y anunciaban la noche cerrada que ya se acercaba. Una noche más, el castillo reflejaba luz en las almenas más altas, las estancias lucian alumbradas por decenas de candelabros los cuales presentaban velas de distintos tamaños, el paso del tiempo había hecho mella en su composición de cera. La cena se había servido a la hora prevista y toda la familia Vaelys se retiraba ya a sus aposentos o quizás a algún otro lugar donde la tranquilidad de la noche les permitiera relajarse y dejar de pensar.

Fiona se apresuró y terminó de ayudar a los otros sirvientes a retirar los platos y cubiertos que los Vaelys habían usado en la mesa. En ese trajín  continuo trasladando los utensilios hacia la cocina, intercambió una fugaz mirada con su amiga Alyra.

Si bien era hija de sus señores, y delante de ellos había de mantener un trato más formal, acorde a su status de dama en contraposición a Fiona como sirvienta en el castillo, el trato con Alyra nunca adquiría un tono rígido, seco o frío, para ella era ante todo una amiga. La estimaba, la había visto crecer y convertirse en la dama que era ahora como el resto de sus hermanas.

Ya hacía algunos días que no se tomaban el gusto de conversar a solas, en confianza sin que nadie las escuchara. Y esa mirada cómplice de su amiga le hizo entender a Fiona que la noche las resguardaba para poder hablar sin impedimentos en la habitación de Alyra.

Pasado un tiempo prudencial, Fiona se dirigió a sus aposentos portando en sus manos una pequeña bandeja de plata donde colocó un poco de leche y una tierna porción de bizcocho muy apetecible. Quizás a Alyra le gustase tomar algo caliente antes de acostarse.

Toc, toc. - llamó a la puerta. - Alyra soy Fiona. - dijo en un tono de voz bajito esperando a que le diera permiso para entrar.

Notas de juego

No he podido esperar!

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05/06/2017, 16:35
(0) Alyra Vaelys

Alyra desde muy pequeña había mostrado un trato cordial con los sirvientes de la fortaleza, nunca imponía su autoridad y procurada siempre pedir por favor las cosas, aunque obviamente conociendo el lugar que le correspondía, para bien o para mal. Alyra había comprendido desde pequeña que su labor no era sólo la de ser servida y mimada por los sirvientes, sino que su labor era la de procurar lo mejor para todos aquellos que dependían de su casa, habían familias y futuros ligados a su casa y que malas decisiones podían traer hambruna y muerte. Si, Alyra había perdido la inocencia infantil mucho antes de lo esperado, quizás siempre fue lo suficientemente despierta para no creer en cuento de hadas, caballeros de blanca armadura y finales felices. 

Cuando Fiona tocó a la puerta de Alyra, primero escucho un "adelante" algo mecánico, solo por buenos modales pero al escuchar la voz de su amiga, y está abriera la puerta, Alyra ya la había salido a encontrar con una sonrisa tibia en los labios, reservada solo a aquellos a los que apreciaba, los que eran pocos.

- ¿trajiste para ambas?- le preguntó divertida, tenía un libro en las manos y su escritorio estaba alumbrado con varias velas, Alyra había empezado a estudiar con Marvin desde ya hace algún tiempo, lo que hacía que se le viera poco en los salones, compartiendo con el resto de sus hermanas. Era sin lugar a dudas una chica extraña.

- hicieron unas galletas exquisitas en la mañana, no pude ir a asaltar a la cocina... - tomó la bandeja de su amiga y la llevó a la cama e invitó a su amiga a sentarse a su lado. Entre tanta lectura y estudio, perdía la noción del tiempo y las clases para ser una dama, porque si en algo Alyra era un desastre, era en la mayoría de las tareas que justamente se esperaba de ella.