Partida Rol por web

Castroviejo: El origen

Capítulo 8: Cuando el pueblo es reducido a un quinteto de cuerda y alguna nota desafina

Cargando editor
23/02/2016, 10:13
El titiritero

Salvo Miguel, que estaba en el burdel, Catalina, la nueva alcaldesa, Adela, María y Serafín fueron corriendo a casa del ebanista al escuchar cuando rompía el amanecer, un terrible grito que venía del taller de RODRIGO BELMONTE

Allí es donde se encontraron el cuerpo del hombre destripado y sin uno de sus brazos. El mismo que habían dejado señalando una trampilla secreta entre los muebles del ebanista. 

Al abrirla pudieron ver dos pócimas. Dos redomas extrañas llenas de algún líquido desconocido. 

- No es vino- dijo Adela

- Ni ningún producto conocido- dijo Serafín

- Así que esto demuestra lo que dijo- aseveró María

- En efecto. ¡Rodrigo ERA LA BRUJA que veló por nosotros!- se lamentó Catalina

Los cuatro salieron de allí. El cielo hoy estaba encapotado y amenazaba con llover. ¿Se llevaría el agua el rastro de sangre? ¿Borraría alguna tormenta el recuerdo horrible de todo lo que había pasado en Castroviejo? 

Desde mi ventana vi a aquellos cuatro supervivientes sentarse para tratar de descubrir un día más quién estaba sufriendo de día y riendo de noche. 

Cargando editor
23/02/2016, 10:19
El capitán

- Puede que hoy llueva... Pero eso no evitará que ahorquemos a nadie- dijo el Capitán- Hoy he dado la orden a mis soldados que se preparen para todo. Para empujar a los que huyeron de vuelta a su hogar, o para que den la orden que jamás nadie se acerque a este confín de Castilla. El mismo Rey firmará el veredicto. 

Pero, pese a lo dramático de mi orden, el verdadero peso recae hoy en vosotros cinco... cuatro útiles. Depende de si triunfan los humanos o lo hacen los lobos. 

 

Notas de juego

El día como tarde acabará mañana miércoles a las 21. 

La alcaldesa tiene hasta las 15 para decirme cómo serán las votaciones. 

Cargando editor
23/02/2016, 10:24
*Catalina Rodriguez

Catalina miró apesadumbrada el cuerpo inocente del joven Pies Oscuros, muchacho de los caminos, a quien el azar volvió condotiero de un pueblo amenazado por la misma parca, muerto al día siguiente, linchado por sus propios convecinos… qué ironía. Se sentía apesadumbrada como la que más, habían condenado a un niño… un niño inocente. Y no sólo eso, sino que además, por la noche un inocente más había caído. En este caso fue Rodrigo Belmonte, la bruja.

Realmente  se sentía desmoralizada, después de unos días de dianas constantes, de parecer que tenían la victoria en las manos, todo se volvía a descontrolar y dos aldeanos más caían presas de la furia lupina.

Pero encima, el azar le había escupido en la cara, eligiendola la nueva alcaldesa. Y todos sabían lo poco que duraban los alcaldes en este pueblo…

-Vale antes de nada, hablemos de las votaciones, estas serán a Barullo. Si alguien tiene alguna sugerencia que la diga, si no, así se hará.

Entonces, inspirando hondo un par de veces, cogió aire al tiempo que se armaba de valor y, sin más dilación, comenzó a decir:

-Vale, sé que en el día de hoy, mi nombre saldrá a la palestra en algún momento, para algunos nunca he dejado de ser sospechosa. Y entre los que quedamos, como si lo viera, creo que voy a ser una de las nombradas el día de hoy, por eso voy a hablar sin pelos en la lengua.

Catalina se aclaró la garganta, se sentía como si entrasen en uno de los días más importantes.

-De vos, don Miguel, es cierto que vuestro admirado podría haber sido alguno de los lobos, en cuyo caso estaríamos ya casi perdidos, con dos lobos para tres aldeanos. Quiero pensar que no es así y de hecho por sus actos y su manera de pensar creo que no es así. Por lo que vos sois el que me inspira más confianza de todos.

A continuación, siguió con la enumeración de sus conciudadanos.

-Doña Adela. De vos no tengo mucho más que decir o sospechar. Habéis hablado desde el principio de forma organizada y habéis sido quien ha ido recogiendo actas de todo lo que sucedía para poder analizarlas con pulcritud y exactitud. Os lo agradezco y, por mi parte, andáis fuera de toda sospecha. Mala estrategia sería la vuestra si os tuviérais que poner en la piel de un lobo.

Ya solo quedaban dos… los que la noche anterior se las tuvieron en una “extraña discusión” por un nombre no dicho por el perro.

Sus ojos se volvieron hacia la última mujer que quedaba con ellos, observándola con seriedad.

-María de Vellí; vos siempre me habéis resultado curiosa. Al principio sospechabais de mí, como yo de vos; luego empezasteis a ganaros mi confianza, igual que, creo, yo la vuestra… Pero he de decir que toda vuestra discusión con Serafín sobre el nombre no dicho y, sobre todo, lo rápido que os habeis pedido perdón el uno al otro, me ha hecho sospechar. Y habéis sido los dos primeros en acusar al niño de los pies negros, el cual era inocente. Cierto es que al niño alcalde lo tenía yo tambien en mi lista desde hacía tiempo y era al que más probablemente hubiera votado sin que nadie insistiera mucho. Dicho esto, y sabiendo ahora que el niño era inocente, me decanto por ambos dos por ser los primeros en desviar la atención hacia él. Ahora bien, vuestra idea de hacerlo para que el niño escogiera a un alcalde en confianza no era una mala idea, aunque reconozco que también sería un buen plan lupino, matar de día a un inocente y de noche a otro, a uno de esos en los que confiamos. Dos pájaros de un tiro.

-Pero me cuesta creer que vos seáis un lobo, porque vuestras últimas actuaciones han ayudado a atrapar a algunos de ellos. Y ello me lleva entonces al último en la lista...

Finalmente, la mirada de la joven viuda se posó en el último que quedaba.

-Serafín. Vos, hay días que me habéis parecido mejor y días que me habéis parecido peor. Digo lo mismo que he dicho con María, esa discusión y la pronta reconciliación me han dejado… extrañada; más allá del tema del nombre y de si el perro mentía o no. Volviendo a repasar las actas, me he dado cuenta de que vos me habéis parecido el más extraño en esa charla. Parece que de inicio intentéis desviar la atención hacia ella, haciéndola parecer sospechosa por la ausencia del nombre, pero cuando veis que en general nadie os hace demasiado caso, vuestra actitud se vuelve más comedida hacia María; y cuando ella propone el plan de votar al niño de los pies negros, vos sois el primero en subirse al carro, olvidándose de vuestras diferencias anteriores. No sé… como si necesitaseis alguien a quien votar desesperadamente… Vos  sois del que más desconfío, don Serafín…

Catalina respiró hondo, había conseguido soltarlo todo… ahora esperaba con paciencia a ver quién sería el primero en acusarla a ella, porque estaba segura de que eso sucedería.

Cargando editor
23/02/2016, 10:37
María de Vellí

El despertar de este nuevo día es el más duro desde que comenzó el encierro. No sólo condenamos al inocente Rodrigo, pues ese era un sacrificio al que debíamos arriesgarnos, sino que el muchacho decidió marcharse en silencio a la tumba, omitiendo el plan acordado por el resto, y dejando el pueblo en manos del azar, pues si la nueva alcalde electa resulta lupina, prácticamente el pueblo habrá quedado condenado. Y en añadidura, el último lobo ha dado muerte a Don Rodrigo esta noche.

Pero para sobrevivir hay que centrarse en una cosa cada vez*. Lo primero, las votaciones.

- A barullo, sí. - Respondo a la nueva alcaldesa. - Ya pocos quedamos, y serán prácticamente idénticas a hacerlas de manera Públicas. El lobo que entre nosotros se esconde ha demostrado ser astuto y pasar terriblemente desapercibido hasta el momento, - digo con pesar, pues me duele pensar que entre los presentes, personas todas ellas en las que yo confiaba, se esconde un lobo - con lo que dudo quiera delatarse cambiando sus votos repetidamente. -

Hago una pausa y yo también tomo aire. Hoy es un día crítico, y el debate debe estar abierto a todas las opciones.

- Me temo que el plan propuesto ayer para impedir la posibilidad de que un lobo llegue a la alcaldía ya no es ni será válido, pues para bien o para mal, ya no nos queda suficiente margen de tiempo para colocar un inocente asegurado en la alcaldía. Me refiero con ello a que estas son las posibilidades que nos quedan: como máximo nos aguardan dos días, es decir, dos oportunidades de votar públicamente. Si hoy perdemos otro inocente, el lobo atacará por la noche al único inocente asegurado que nos queda, dejando mañana tres seres entre los que la alcaldía recaería sin saber quién de ellos es lobo. A día de hoy la alcaldía ha sido asignada con un 20% de probabilidades de recaer sobre un lupino. De tener que asignar una nueva alcaldía mañana, las probabilidades de que recayese sobre un licántropo serían del 33%. Así por tanto, creo que podemos descartar el plan en sí, y creo que lo mejor que podemos hacer es centrar nuestra investigación y debate en intentar por todos los medios desenmascarar hoy al lobo. -

Tomo aire y prosigo.

- Comenzaré ahora por tanto, como hizo Doña Catalina, a exponer mis ideas. Primero quiero explicar el porqué ayer no quise insistir en la discusión por las palabras del perro mercenario. Por un lado, quise zanjar momentáneamente el debate para no desviar la atención sobre el plan y las sospechas que teníamos sobre Rodrigo. Estábamos equivocados, sí, pero introducir una segunda línea de argumentación en un debate ya apurado de tiempo es muy perjudicial a la hora de lograr un consenso, y es además precisamente estrategia que los lobos han intentado emplear en todo momento. Por otro lado, tampoco quise continuar dicha discusión pues como ya menté, está basada en las últimas palabras de un lobo. Mentiras y falacias cuyo propósito era generar desconfianza entre los pocos que quedamos con vida. No obstante, ello no quita para que yo siga teniendo muy presente lo acaecido y cómo respondió cada cuál a dichas palabras de Bartolomé. -

- Dicho esto, aquí les dejo mis impresiones sobre todos los presentes: -

- Don Miguel es el único de los que quedamos con vida que, aún pudiendo ser lupino por un convoluto giro del destino, es el que con mayor probabilidad no lo sea. Es por ello también que, de errar hoy en nuestro juicio, es probable que su vida esté en el punto de mira del/la licántropo/a**. Digo esto para que tengamos presente que, de ser así, es posible que no pueda contarse con su persona para un definitivo día de mañana en el que sólo queden tres seres con vida en este pueblo. -

- Doña Adela. Siempre me he fiado de ella. Desde el primer día. No he visto en su actuación nada que me haga sospechar. Nada en absoluto. Desafortunadamente, nos encontramos ante un lupino que considero extremadamente astuto. Nos ha engañado, y bien, o desde el primer día o desde el momento que fue tentado. Por tanto, tal siervo del demonio bien pudo haberse ganado nuestra confianza desde el principio. No creo que Doña Adela se amante del demonio, pero como digo, muy ciegos hemos estado hasta ahora a los ardides de este último lobo, y que todos los presentes me hubieran parecido inocentes hasta la fecha no hace sino confirmarme que en algún punto me equivoqué por completo. -

- Doña Catalina. Durante mucho tiempo sospeché de usted, pero al comprobar la culpabilidad de Pedro el lobo, todas esas sospechas se esfumaron y convirtieron en certezas de su inocencia. No obstante, como con Doña Adela, tal vez sea esa muestra de la astucia del lobo al que nos enfrentamos y mi juicio se haya visto empañado desde entonces. -

- Don Serafín. Lo mismo he de añadir. Confié en usted plenamente desde un comienzo. Su papel en la caida de Lázaro le convirtió en persona de confianza. Pero no obstante, y tras pensarlo mucho ya que está claro que este último lobo nos ha engañado en algún momento, tal vez fuese ese su plan. O tal vez estuviese usted incluso lanzando indirectas a su compañero lobo para que se retractase de sus palabras y no callese en la trampa que usted mismo le estaba formando. Ya no se que pensar. Sumo a esto la rapidez con la que mentó ayer las últimas palabras de Bartolomé y el debate que zanjamos súbitamente por arreglar un consenso paracon las trágicas votaciones de la noche pasada. -

- En resumen: en todos los presentes he confiado plenamente hasta el día de hoy, lo cuál me hace casi imposible ver un culpable en ninguna de sus personas. No obstante, lo existe, y la terrible situación en la que nos encontramos nos obliga a que debemos consensuar hoy las votaciones. -

Notas de juego

* "Miedo en un puñado de polvo" - John Ives - Gran libro XD

** duda "existencial": ¿cuál es el femenino de Licántropo? ¿Licántropa? ¿Licántropo? :p

Cargando editor
23/02/2016, 11:26
Serafín Grimón "El Flamenco"

Serafín, apesadumbrado por todo lo ocurrido, y ante las dudas sobre su persona explicitadas por Catalina, decidió hablar en este momento en el que el tiempo apremiaba y pocas bazas tenían ya en sus manos los aldeanos.

Llegados a este punto he de confesar que
desde que todo esto empezó y el Capitán nos confinó en este pueblo, mis noches
no han sido tales, pero no por esconder un alma lupina, sino por haber
intentado mantener a salvo a aquellos de nosotros en quien más he confiado. Mis
años de formación en química y alquimia despertaron mi curiosidad por conocer
la química del amor y el sexo… aquello que he llegado a considerar el principal
motor del mundo y también en muchos casos, la gran perdición de hombres y
mujeres. Este secreto me fue desvelado en forma de sueño cuando los lobos
llegaron a este pueblo. En él se me revelaba cómo emular los placeres del amor
y de la carne y a través de ellos formar un escudo protector entorno a aquella
persona que los disfrutase, que ni los mismísimos lobos, ni su jefe infecto, lo
pudiesen traspasar. De esta manera, los visitantes del burdel quedarían
protegidos por la “química del amor”.

Fue por esta misión que me fue encomendada por la que me era
tan importante conocer la identidad de nuestra verdadera vidente, y también por
lo que he querido conocer de quién de nosotros se podría confirmar la
inocencia, pues a ellos, he querido resguardar en el burdel.

Ahora que estratégicamente el burdel no nos será útil, pues si hoy no damos con el último lobo, mañana necesitaremos del voto de todos los aldeanos vivos, he considerado importante aportar datos que confirmen mi inocencia, por si eso ayuda a dirigir mejor nuestros votos.

Notas de juego

Me pisé con María de Vellí

Cargando editor
23/02/2016, 11:36
María de Vellí

Escucho atentamente las revelaciones de Don Serafín.

- Tentada he estado en varias ocasiones de aconsejar a aquél o aquella poseedor de los placeres carnales desvelarse llegada una hora tan aciaga como esta en la que vivimos. Mas siempre me guardé el consejo ya que más podría jugar en contra de esa persona revelar su secreto, o incluso en contra del resto de nosotros si dicha confesión fuese falsa. No obstante, haberlo hecho de motu porpio le da aún más valor a la confesión, pues de ser cierta, nadie más clamará poseer tales placeres, y levantará cualquier sospecha que exista sobre su persona. De ser falsa, algún otro de los presentes clamará pronto que él o ella es en realidad el poseedor de dichos placeres, lo que nos ayudará a apuntar entre ambos a un mentiroso/a. -

Hago una pausa y me dirijo de nuevo a todos mirándoles a cada uno a los ojos por tiempos.

- Así por tanto, ¿alguien más clama ser sabedor/a de dichos placeres? -

Cargando editor
23/02/2016, 14:06
*Catalina Rodriguez

Catalina escuchó sorprendida la revelación de Serafín, esto se volvía más complicado aún.

-Pues si María no lo desmiente, ni yo tampoco y Miguel no puede ser por estar disfrutando de los placeres ahora mismo... Sólo queda Adela que, por cierto, yo siempre había pensado que era ella la que regentaba el burdel que tanta pasión da a monjas como a letrados…

Se detuvo un segundo entonces, devolviéndole la mirada a la mujer que les había preguntado a todos.

-Si ella no lo desmiente, le pediré perdón Serafín, perdón por desconfiar de vos, del único que tenía una pequeña duda. Y me daré por vencida. Reconoceré que sea quien sea el lobo, ya me es imposible saber quién es, poco pelaje y mucho vello debe de tener. Lo que me hace pensar que sea el tentado el que queda, alguien que ya se había ganado nuestro corazón cuando pasó al lado oscuro.

Cargando editor
23/02/2016, 14:41
Adela Lastra

Pues la revelación de Serafín acaba de descolocarme todos los planes... Yo no regento el burdel, y de hecho estaba convencida de que la que lo hacía era usted, María, lo cual me dejaba como sospechosos a Serafín y Catalina en menor medida.

Se me ocurre algo que quizás nos pueda ayudar. Hasta ahora hemos utilizado un método de "desconfianza", es decir, señalábamos las cosas que nos daban que sospechar de los demás. Esto es algo que ha dado resultado con el resto de lobos, pero está claro que el que queda entre nosotros ha sabido jugar a nuestro mismo juego. Por tanto propongo que cada uno de nosotros intervenga y divida su intervención en dos fases diferentes: una primera fase en la que expongamos los motivos por los que los demás deberían confiar en nosotros mismos; y una segunda fase en la que, en lugar de exponer las desconfianzas acerca de los demás, analicemos las razones que nos han llevado a confiar los unos en los otros. Quizás de esta manera encontremos la grieta que andamos buscando... Pues al fin y al cabo el lobo que nos queda nos ha "conquistado" con excusas para ganarse nuestra confianza.

¿Estáis de acuerdo con esto? Si estáis de acuerdo desarrollaré mi punto, pero de momento, y a la vista de la noticia que nos acaba de dar Serafín, esto es lo que pienso de los que quedamos:

- Serafín: inocente confirmado.

- Miguel de León: llevo confiando en él mucho tiempo y tratándole como un inocente confirmado más, pero sigue existiendo esa posibilidad de que hubiera confiado en algún compañero lobo. Sé que es pequeña, y mi instinto me dice que la opinión de Miguel ha sido siempre inocente, pero estamos en un momento complicado y no creo que haya que incluirle en el mismo saco que a Serafín.

- María: como ya he dicho, hasta hace unos minutos la tenía señalada como una persona en quien confiar por creerla dueña del burdel. Es verdad que empezamos a confiar en ella porque acusó a Francisco la ronda antes de que todos le votásemos a él en masa y descubriésemos que era un lobo. Bien podría ser esa una estrategia lupina para ganarse la confianza del resto, pues durante esa ronda Francisco no tenía apenas acusaciones por parte del resto. Por otro lado, al igual que las de Miguel, me parece que sus intervenciones han sido siempre sensatas, útiles y muy probablemente provenientes de una persona inocente, por lo que también me sigue costando pensar que podría tratarse de una licántropa*.

- Catalina: sus palabras también me parecen honestas. Sin embargo, sé que quizás me esté tirando piedras sobre mi propio tejado al decir esto ya que usted es la alcaldesa, pero creo que ahora mismo es ella a la que señalaría no porque me genere desconfianza, sino por descarte. Sus actuaciones, al contrario que las de Miguel y María, han sido escasas y en varias ocasiones ha votado a última hora... 

De verdad que al decir estas palabras soy consciente de que ninguna de estas acciones supone que se esconda un lobo detrás de cualquiera de vosotros, pero lo cierto es que ya no sé por dónde tirar y creo que puede ser beneficioso poner todas nuestras cartas que tenemos encima de la mesa. Y ante problemas tan complicados me gusta pensar que quizás la solución más simple es la verdadera...

Notas de juego

*Licántropa no queda mal del todo jajaja

Cargando editor
23/02/2016, 15:15
Adela Lastra

Y nada de esto estaría pasando si el crío de los pies sucios no se hubiera marcado un Mireille absteniéndose de darle la alcaldía a un inocente. Me pregunto por qué esos dos se ofrecerían a quedarse en Castronegro para ayudar si a la hora de la verdad les puede más el rencor que el trabajo en equipo para acabar con los lobos.

Notas de juego

(Si no lo digo, reviento)

Cargando editor
23/02/2016, 16:18
Miguel de León

A las manos de los vecinos conferenciantes llegó, desde el burdel, la única carta que podría dirigirles ese día.

"Queridos vecinos,

Ahora que sé a quien agradecer esta protección y la anterior, y por qué no, las horas de placer. Gracias don Serafín. Al no haber nadie que ponga en duda sus palabras, confiaré en que es usted quien me ha suministrado tal brebaje alquímico. 

Como cabe la posibilidad de que estas sean mis últimas palabras hacia ustedes, no me abstendré de emitir mis opiniones, ya que aunque no pueda votar por estar mis sentidos embotados, tal vez mis palabras les sirvan en sus reflexiones. 

Empezaré por mi mismo. Es cierto que quiero vivir para ver otro día, y cumplir con mi sueño de viajar por el mundo, pero comprendo las sospechas que se ciernen sobre mi. No soy tonto, sé que la protección de don Serafín también tendrá como objetivo anular mi voto, que en caso de que fuera lobo le complicaría las cosas a los hombres y mujeres de bien, y me parece muy bien, así sea.  A mi favor puedo decir lo siguiente:  De ser yo lobo debería haber admirado a Francisco Lobo o a Lázaro Lobo en un primer momento, pero recuerden que al preguntarme doña Adela entre tres posibles candidatos la fortuna y mis humildes deducciones tuvieron por elegido a quien fuera Infecto Jefe. De ser yo lobo en esa instancia difícilmente lo hubiera señalado entre dos inocentes, pues don Bartolomé aún era perro. De ser mi admirado el Fray Infecto, seguramente no lo hubiera votado para morir, pensando en que fuera lobo. Quedan luego Pedro Lobo y don Bartolomé, que si bien fue perro también fue hombre de bien.  Analicen mis palabras desde entonces, y pocas dudas les quedarán que admiraba a uno o a otro, mas allá de las pobres pruebas que di sobre quien era mi verdadero admirado cuando se me preguntó tal cosa.

Confiando en las palabras de don Serafín lo descartaría como inocente, ya que eso y su emboscada dialéctica al Lobo Lázaro me bastan para llamarlo inocente.

Quedan entonces tres posibles candidatas, y aunque en esta casa del placer poco puedo hacer salvo rendirme a los placeres de la carne, he tenido tiempo de analizar las actas, y en ellas me basaré para emitir mi juicio.

Sabía que cualquier análisis debía efectuarse LUEGO de que se produjera la tentación que denunció mi admirado don Diego, razón por la que, al contrario que nuestro querido ebanista, puedo leer y escribir estas palabras. 

El momento mas claro y que mas pistas podía arrojar para dar con el lobo restante fue el linchamiento del Infecto Fray Lobo. ¿Y por qué, os preguntaréis? Pues por la simple razón de que fue al único lobo que hemos encontrado los vecinos por votación popular, y por tanto el único momento en que el voto lupino requirió una mayor dosis de estrategia, pero también de exposición.

Sabemos que el Fray era lobo, y que también lo era Pedro. 

Doña Adela dirigió repetidas veces sus sospechas contra el Fray, y fue una de las tres opciones que dió para ese día, eligiéndolo entre las primeras, o la primera si no recuerdo mal. Demasiado arriesgada si fuera una estrategia y ella misma fuera loba, ese es mi pensar. 

Doña Catalina, en aquel momento dudé de usted, y dije que entre usted y el Fray había un lobo. Gracias al cielo lo elegí a él, pues de otra manera no podría invitarla a recorrer el mundo conmigo, si ambos salimos con vida. Ella, además de que por obvias razones votó al Fray, fue votada por éste y por Pedro Lobo, quien hacía rato la acusaba. Quizás sea mi corazón hablando y no me cabeza, y puede ser débil mi argumento a su favor, pero por eso pido revisen las actas de ese día y saquen sus propias conclusiones.

Y por último Doña María de Vellí, de quien al principio desconfié, y luego confié con fuerza, ya que creí en sus argumentaciones y en la palabra de doña María Lucrecia, que la defendió pero sólo porque conocía a dos lobos seguros, o eso creo yo. Mas que en palabras, he analizado acciones, y entre los que nos encontramos vivos es en ella en quien veo mas puntos flacos. Si fuera lobo, es muy astuta, y si fuera ser humano de bien, lamento hacer esta acusación, pero entre las pocas opciones que hay, es ella quien más me llama la atención. Y eso, por supuesto, sumado al alegato de don Bartolomé, a quien yo en principio también pensaba no hacer caso ya que las palabras de lobo suelen ser engañosas. Si no fuera por las otras razones, no lo hubiera mencionado.  

No dejo afuera el hecho de que ella acusó a Francisco Lobo y era una de mis principales razones para apoyar su inocencia, pero creo que eso fue antes de la tentación, y en ese momento sería ella humana.

Si luego me toca a mi ser linchado, pues sea, pero sabed que hay un lobo mas, sea yo o no lobo. Dios quiera que lo encontremos y no tenga que rendir mi vida al capitán para probar mi inocencia.

Doña María, lo siento pero siempre he puesto en conocer de todos mis palabras y en esta hora aciaga debo responder a mi conciencia y a mi honor, y si bien es cierto que no podemos discutir, hacedlo con las razones que he dado, y si quedan refutadas, que mis vecinos las borren de las actas.

Miguel de León.

Cargando editor
23/02/2016, 16:32
María de Vellí

- No lo sintáis. Que nadie lo haga. Todos somos sospechosos por igual llegada esta hora aciaga, y todas nuestras sospechas serán basadas en tenues hechos y ligeras corazonadas. Coincido con Doña Adela, expongamos en dos partes nuestros argumentos. Primero nuestra defensa, seguido qué nos hizo creer en la inocencia de los aquí presentes. -

Respondo en dirección al burdel proporcionado por Don Serafín tras leer la misiva de Don Miguel.

- Comienzo entondes a exponer los puntos por los que deben considerarme inocente: -

- Desde el primerísimo día, sospeché de Francisco y de fray Olegario. Si repasan las actas de por aquel entonces veran que así fue y a ambos acusé. El infecto alfa se defendió, por lo que voté desde entonces al lobo Francisco, quien siquiera se molestó en responder a mis palabras, pues ya veían los lobos que al comienzo del encierro yo poco era escuchada, e incluso se me propuso para pasar a la palestra (con lo que la manada veía como su acusadora iba a ser linchada por el propio pueblo sin siquiera ellos tener que hacer nada). Tras la noche de las tentaciones, confirmé de nuevo mi inocencia como corriente aldeana, y que no fuí tentada esa ni ninguna otra noche, pues al igual que dijo Don Diego, siempre he opinado que dejarse vencer por las tentaciones del maligno es caer en la trampa de la desidia y el tedio, pues no es en la maldad de lucifer dónde reside el peligro, sino en la indiferencia de los hombres buenos ante la oscuridad, y por tanto, de haber sido tentada, hubiera rechazado inmediatamente el sucio ofrecimiento. Y a partir de dicho día, verán que repasando las actas, podrán comprobar que menté en más de una ocasión que entre Rodrigo de pies oscuros y Bartolomé el mercenario había un lobo y/o un perro. Me equivoqué con el primero pero no con el segundo. De Pedro el lobo dudé al comienzo, siendo él quién yo de hecho creo fué tentado por los lobos tras Don Diego, y de ello me arrepiento pues está claro que mi juicio estaba errado. Por añadidura consideren que, en todo momento, he intentado formar frente común contra los lobos, poner de acuerdo a las gentes de bien de este pueblo para centrar nuestros votos y atenciones en los sospechosos, e increpar a todo aquél de quién he dudado con la intención de que suelten la lengua para encontrar fallas en sus argumentaciones. Todas mis acciones han tenido como único objetivo desenmascarar a los lobos. Creo que aquél que se oculta entre nosostros, fue lobo desde un comienzo, y desde entonces ha sabido jugar hábilmente sus cartas manteniéndose fiel a su engaño sobre todos nosotros. -

- Dicho esto, paso a enumerar las razones que me hicieron confiar de cada uno de ustedes, como bien propone Doña Adela como segunda parte de nuestra intervención. -

- Diría que de los aquí presentes, sólo podemos descartar a buen seguro a Don Serafín. Primero confié en él por sus acertados comentarios he intervenciones. Segundo, por la trampa tendida al lobo lázaro por la que demostró buscar activamente a los siervos del maligno. Tercero y último, por su valiente confesión de hoy, de la que no me queda ya duda alguna y que lo sitúa como aldeano no tentado -

- De Don Miguel nunca desconfié. Desde el principio se le acusó por su actuación en las votaciones a la alcaldía original, pero yo aquél día ya había detectado en los comentarios de Francisco el lobo actuaciones mucho más sospechosas que las de Don Miguel. Luego cuándo se destapó su labor casamentera, ya nunca dudé de él. Cierto es que pudo haber mentido con conjeturas convolutas al respecto de quién podría ser su admirado, mas de haber sido así, mucha suerte tuvo de haber apuntado bien su mentira pues en ningún momento habría sido capaz de predecir que Bartolomé era el perro, ni que dicho perro llegaría a ser transformado en lobo, con lo que la supuesta primera mentira original (diciendo que admiraba a Don Diego) hubiese sido terriblemente arriesgada de no haber sido cierta. Por lo tanto yo creo que dijo la verdad. -

- De Doña Adela confié desde el comienzo por su incansable labor en la recolección de actas y recuento de votos. A ningún licántropo le interesa que el pueblo conozca los datos de las votaciones. Menos aún de las de la primera ronda que fueron secretas, y Doña Adela y Don Miguel se afanaron en recuperar. A partir de ahí, sus intervenciones siempre me resultaron sinceras. -

- Por último, de Doña Catalina he de confesar que sólo comencé a confiar a raíz de la caída de Pedro el lobo y por la eterna rencilla que se llevaban entre ambos. Hasta entonces incluso la señalé activamente como posible amante del demonio. Pero desde entonces, cierto es que se ha mostrado más directa y activa en sus intervenciones. -

- Resumiendo, y en pocas palabras, estos son los hechos puntuales por los que confío en cada uno de ustedes: -

- Don Serafín: Por desenmascarar a Lázaro y por ser conocedor de los placeres terrenales. -

- Don Miguel: Por su labor casamentera. -

- Doña Adela: Por recoger las actas y recuentos de votaciones desde el comienzo. -

- Doña Catalina: Por su rencilla con Pedro el lobo. -

Notas de juego

(Si no lo digo, reviento)

XDDDDDDDD

Cargando editor
23/02/2016, 17:00
*Catalina Rodriguez

La joven viuda había escuchado a la señora Lastra y se disponía a dar su respuesta, cuando a sus manos llegó una misiva desde el burdel, la cual leyó con suma atención, antes de proseguir. 

-Pues me parece bien, doña Adela, así que si os parece, empiezo yo, tras leer la extensa e intachable carta de don Miguel, como nueva y posiblemente efímera alcaldesa de este pueblo de horrores y muertes. Bien, empezaré por los motivos para confiar en mí…

Catalina se paseo nerviosa entre los presentes, con la mirada fija en la mujer a la que respondía, cuya idea le había parecido más que sensata.

-Está bien, sé que para más de uno soy el eslabón más débil de la cadena, la que muchas veces ha hablado al final del día, rápido. La poco participativa, a la que su enfermedad la mantuvo en un limbo los primeros días sin saber quién era realmente. Sé que esto es para hablar de por qué no votarnos, y no al revés, pero quiero ser sincera. Sé que no tengo la habilidad de María, por nombrar uno a uno a todos, explicando sus más y sus menos… Sé que no domino las bonitas palabras que domina don Miguel, ni sus razonamientos tan sensatos… Sé que no, no aporto una listas tan exhaustivas como las vuestras, Adela, enseñándonos todo lo que cada uno ha hecho, buscando incongruencias…  Ni regento ningún burdel como Serafín…. -Catalina, levantó la vista con tristeza- En cuanto a mis virtudes… Pues sin ser tan gloriosas como las suyas… Acusé al enano bastardo antes de que saliera a la luz que era un lobo… O tuve de admirador casi desde el primer día a otro bastardo como Pedro, que más que morder, creo que lo que quería era jugar conmigo y su colita… En fin, esas son mis mayores armas en mi defensa. Lo sé, no son tan altas e imponentes como las vuestras, y lo de mi admirador podría ser una táctica que tal… Pero entonces, casi cualquier cosa que hacemos podría ser una táctica…

Catalina se sentó, de repente sentía cómo todo el peso de la alcaldía se le venía encima.

-Lo único que puedo decir, es que no he sido nadie especial, ni he regentado burdeles, ni he creado pociones… No he ostentado ningún cargo especial hasta que la misma providencia me ha nombrado alcaldesa en estos funestos días… Sólo soy una aldeana, una triste aldeana que vive, llena de recuerdos, en soledad, en una casa vacía. Pero soy aldeana, al fin y al cabo, lo soy. A los humanos que quedáis allí, entre los restos de este antaño poblado pueblo os digo lo siguiente, lo único que os puedo asegurar, es que, mientras sea alcaldesa (trabajo que ni quería ni me gustaba), los humanos tendremos la ventaja, os escucharé y ayudaré a intentar discernir quién es el lobo con piel de cordero, ése que ha sabido disimular tan bien y engañarnos a todos.

La joven viuda se mantuvo unos segundos en silencio, con la mirada fija en sus manos recogidas en el regazo. Su expresión reflejaba incertidumbre al principio, pero de pronto tornó en una de determinación. Catalina se levantó, alzando la vista y clavándola en cada uno de los presentes, inspiró y terminó:

-Y por cierto, para que entendáis que estoy dispuesta a ayudar en lo que sea, si creéis que la mejor opción es votarme a mí, no lo impediré, yo misma me votaré, aunque eso nos deje al día siguiente con dos hombres y un lobo. Sólo ruego que si esto pasa, los que quedan, analicen de forma minuciosa quién habría sido el instigador de mi muerte, pues en él o ella hallaréis al lobo restante. No os preocupéis, yo sí que cederé mi alcaldía, tengo ya una carta escrita por si muero.

Finalmente, habiendo terminado ya todo lo que tenía que decir sobre sí misma, pasó a acatar la petición de hablar sobre la confianza en los demás.

-Y respecto a quienes a mi lado quedáis, mis queridos amigos, sencillamente, no sé de quién desconfiar. Con toda la sinceridad del mundo os lo digo, doña Adela, todos parecéis a mis ojos inocentes, por lo que he de asumir que uno me engaña muy bien y no soy capaz de reconocerlo. Serafín es inocente, claro está. Si hubiera sido tentado y él hubiese aceptado, dudo mucho que hubiera podido seguir regentando su negocio con tanta eficacia, dando cobijo tan eficientemente a las personas que, en este pueblo, nos han ayudado. Respecto a María y a vos misma, Adela, ambas a día de hoy se han ganado mi plena confianza, pues han aportado datos, estrategias, ideas e intuiciones suficientes para cerrar el cerco sobre los lupinos anteriores. Y acerca de don Miguel, nuestro querido panadero, poco más puedo decir también sin repetirme: sus palabras siempre han sido certeras y acertadas y además confío en él porque él confió en mí cuando estuve indispuesta y en los momentos en los que me ha costado unirme al debate popular, entendiendo que aún no me sintiese bien del todo y apoyándome con palabras amables y comprensivas, que no todos tuvieron. Y su carta en el día de hoy no hace sino que mi confianza en él aumente, pues considero acertadas de nuevo sus palabras y certeras sus conclusiones... Y puede que sean las ganas de aceptar la invitación a recorrer el mundo con él y dejar de vestir el luto (cosa que me encantaría, si ambos pudiéramos ver un nuevo día cuando todo esto terminase) -añadió con una sonrisa entristecida-, mas no puedo evitar que sea la persona en la que más confianza tengo ahora mismo, al margen de don Serafín que, evidentemente, a mi humilde entender ha demostrado su inocencia. Y aún así, repito, confío en todos vosotros, no puedo opinar mal de ninguno.

Notas de juego

van dos veces que os adelantáis... XD

Cargando editor
23/02/2016, 20:06
Adela Lastra

Empiezo a pensar que esto va a ser una lotería. Pero en fin... Poco más podemos hacer.

Procedo a mi defensa. En primer lugar, me gustaría que no redujeseis mi "presunción de inocencia" a "la chica que hacía los recuentos de votos" porque, si bien es un trabajo que me ha llevado tiempo y esfuerzo, considero que no es lo único que he hecho en favor de los inocentes de Castronegro. Desde un principio señalé y acusé fuertemente a Fray Olegario, a quien voté la primera cuando este se convirtió en acusado principal. No he sido tentada y soy una aldeana simple, cosa que he recalcado desde el principio: no he tenido nada que ocultar nunca y mi vida no valía tanto como la de otros, por lo que he optado desde un principio por hablar abiertamente y tratar de aportar todo lo posible para tener un papel útil en la lucha. Más tarde, tras el día de la tentación yo acusé a Bartolomé de Castro; a él ya le había nombrado entre mis principales sospechoso en diversas ocasiones y lo seguí haciendo incluso después de alimentado el perro. Por último, y aunque sé que esto no me otorga inocencia de ningún tipo, quiero recalcar que he tratado de votar siempre de las primeras (dejando a otras personas el poder de inclinar la balanza a uno u otro lado) y que he participado asiduamente en el debate acusando y exponiéndome constantemente sin miedo a ser linchada precisamente por eso, porque no tenía nada que perder ni ocultar.

En cuanto a vosotros. A Serafín directamente no le incluyo para no alargar más mi intervención.

- Miguel de León. Aunque le acusé en un principio, retiré mis sospechas en cuanto decidió defenderse minuciosamente, pues me pareció que sus palabras eran sinceras y desesperadas frente a la tenacidad sin fundamento de personas como Mireille. Desde entonces me parece que ha aportado una visión sincera al debate. Además, cuando pudo nos habló abiertamente de su identidad a sabiendas de que podría morir si nos diese por sospechar que había admirado a un lobo o peor aún, que los lobos podrían matarle en cuanto confesase haber admirado a otra persona que no fuese uno de ellos.

- María de Vellí. También la acusé en un principio porque sus escasas intervenciones me resultaban algo sospechosas, pero en cuanto decidió dejarse pasar por aquí más a menudo le di un voto de confianza, pues me pareció que se expresaba de una manera mucho más sensata que muchos de nuestros compañeros. Los puntos de inflexión para que depositase mi confianza en ella supongo que fueron su acusación a Francisco y, sobre todo, la confianza que una persona con tan buena intuición como Lucrecia decidió depositar en ella.

- Catalina. Me pasa algo extraño con ella. Cuando analizaba las situaciones cada día ella solía aparecer entre mis sospechosas por falta de implicación pero nunca he tenido motivos reales y de peso para acusarla, por lo que nunca la he señalado entre mis sospechosos principales (aunque sí la he mencionado puntualmente). Hace un par de rondas Catalina salió a la palestra y yo dije que repasaría las actas para encontrar motivos para unirme o alejarme de dichas acusaciones. Dije eso porque no entendía por qué de pronto se la acusaba por un comportamiento que llevaba teniendo desde el principio y que casi nadie había señalado hasta entonces. Durante la ronda siguiente, y tras haber repasado las actas, ella volvía a ser señalada pero a pesar de sus desapariciones puntuales mi intuición me decía que había gente más sospechosa que ella (como Bartolomé o, triste y desacertadamente, el niño Rodrigo). Y todo esto nos lleva al día de hoy: he descubierto que no tengo una opinión fundamentada de usted, Catalina. Ni para bien ni para mal... Y no creo que esto sea malo, pero no la beneficia a usted si la comparo con Miguel o María, entiéndame.

Dicho todo esto creo que hoy la votaría a usted, Catalina, pero por mero descarte. Si Miguel o María esconden un lobo en su interior o no lo desconozco, pero me parece que con la información que tengo lo más sensato en este momento es señalar a la única de los tres sospechosos que ha logrado llegar al final pasando de puntillas por el debate desde el principio. Si usted es una loba le doy la enhorabuena por haber logrado llegar hasta aquí con ese comportamiento, pues creo que tiene mucho mérito. Si usted no es loba, de verdad que le pido perdón y deseo que entienda que estamos todos (casi todos) con los ojos vendados. Y en el caso de que finalmente sea usted linchada y sea usted inocente le ruego que no se marque usted también otro Mireille, pues nos dejaría vendidos a nuestra suerte (más, aún).

Cargando editor
23/02/2016, 21:15
Adela Lastra

Por cierto, no quiero emitir mi voto hasta escuchar las opiniones y la intención de voto de Serafín y María.

Cargando editor
23/02/2016, 21:25
*Catalina Rodriguez

Catalina sonrió con los labios, mas en sus ojos se reflejaba la tristeza. Asintió con la cabeza ante las palabras de la señora Lastra. No estaba asustada, ya no, sabía que aquello sucedería y se había preparado para ello. 

-Doña Adela, os entiendo. No os preocupéis. Es cierto que he tenido breves ausencias, no he podido evitarlo, no ha sido adrede sino por una razón de fuerza mayor, como sabéis, estuve indispuesta un tiempo y me constó volver a adaptarme, pero no voy a entrar de nuevo en ello.

Miró fijamente a la mujer a los ojos, sin saber muy bien si seguir luchando o consolarla. Finalmente suspiró y su sonrisa se ensanchó. 

-Os perdono desde este preciso momento, doña Adela, no sufráis por eso. Quizá no he demostrado a la misma altura que otros mis intenciones de ayudar al pueblo. No he podido hacer mucho más porque, al margen de mi indisposición inicial, sólo soy una simple aldeana; al menos hasta que me hicieron alcaldesa por designios del destino, como he dicho antes. 

Hizo una pausa; quería demostrar calma, para infundírsela a todos los demás, pero no se veía del todo capaz en aquel instante. La joven viuda volvió a inspirar y continuó:

-Y como os dije antes, acataré la decisión de los demás y si he de votarme a mí misma, así lo haré. Lo dije y mantengo mi palabra. Y también, como dije antes, si eso sucediera, no os preocupéis, no "haré un Mireille", ya lo he dicho. Sé perfectamente a quién quiero pasar la alcaldía... Y por el bien de las tres personas que queden, espero no estar equivocada. 

Finalmente, decidió añadir un último alegato, pues en aquellos momentos, por mucho que ella muriese, quería poner todas las cartas sobre la mesa para que al menos uno de los inocentes pudiese sobrevivir...

-Por último, he de deciros que también pretendía averiguar quién era el primero en sacarme a la palestra, incluso cuando se ha hablado de defender y no de acusar. Miguel no lo ha hecho. María tampoco (y ella habría sido a quien yo habría votado si hubiera tenido que elegir, probablemente, dado que, aunque ahora confío en ella, fue la última en la que confié de los presentes); pero vos sí. Así que ahora, sólo me resta decir que si pudiera elegir, os votaría a vos, doña Adela, porque aunque confío en vuestro juicio e inocencia, como en el de todos los demás, habéis sido la primera en acusarme incluso cuando habéis sido vos misma la que habéis propuesto hablar de confianzas y no de acusaciones. Así pues, os ruego a todos los demás y, sobre todo, a quien yo nombre si soy ejecutada, que tengáis esto en consideración en futuros debates... No obstante y pese a todo esto, acataré la decisión que toméis todos, como he dicho, votaré a quien decidáis y... No os fallaré. Os ayudaré hasta el final...

En ese momento no pudo continuar manteniendo la serenidad en su rostro y volvió a sentarse en el banco, con los ojos vidriosos. 

Notas de juego

Pues eso, acataré la mayoría en las votaciones...

Cargando editor
23/02/2016, 21:47
Adela Lastra

Catalina, sus palabras me confunden más aún, pues las veo sinceras... Y también entiendo que me acuse. Lo avisó antes de que yo hablara y aún así la he acusado, pero entienda que teniendo los datos que tengo delante no veo clara culpabilidad en ninguna otra persona y perdóneme pero creo que en algún momento tenemos que empezar a mojarnos, pues dejar una decisión así para última hora solo favorece el desorden. Propuse que expusieramos nuestras "confianzas" precisamente por si nos pudieran ayudar a aclararnos y así me ha sucedido a mí. Según iba hablando* iba llegando a las conclusiones que he expuesto. Es por eso que la he nombrado.

Y no he votado por eso también precisamente. Quiero saber qué opináis los demás votantes de lo que he dicho antes de condenar a nadie pues entiendo lo crítico e importante del momento y no creo que debamos votar de manera individual, pues ahora mismo un pequeño desacuerdo puede favorecer al lobo que queda.

Notas de juego

*Escribiendo

Cargando editor
23/02/2016, 22:39
Serafín Grimón "El Flamenco"

Poco más puedo aportar a todo lo que se ha dicho. Pero continuaré con la propuesta de Adela explicando mis pareceres.

Don Miguel: Lo cierto es que le tengo a usted por inocente desde hace tiempo y en cualquier caso usted hoy no puede ser votado, por lo que si hoy no salimos airosos, será mañana cuando haya que reevaluar su identidad.

Adela: Sus intervenciones me han parecido siempre muy acertadas. De hecho se me ha acusado en varias ocasiones de hablar como vos, y simplemente es por el gran acuerdo que he tenido con usted en sus aportaciones. Me inspira confianza y creo que en todo momento ha mostrado una actitud comprometida con los aldeanos, y no sólo por la labor de recuento de los votos.

María de Vellí: He de confesar que en un tiempo la tuve por sospechosa. Parece que la intervención de nuestra vidente, cuando delató a dos lobos, desviando así las miradas que se dirigían hacia usted, la hizo parecer más inocente, pero en realidad, esto es producto más de una intuición que de una realidad demostrada, aunque casi todos asumimos su inocencia desde ese momento. Es más, desde ese momento me pareció que adoptaba usted una actitud más participativa y constructiva para el pueblo y la verdad es que ahora también me da motivos para confiar en usted, aunque no sé si es una estrategia muy astuta (como dice Don Miguel o no). El único atisbo de dudas me surge del discurso de Bartolomé.

Catalina: También he tenido sospechas de usted, sobre todo por su escasa participación, aunque es cierto que en las últimas jornadas ha estado usted más colaboradora. En su favor juega sus rencillas con Pedro Montes, que además, por lo que he visto en las actas, se produjeron ya incluso después de producidas las tentaciones, por lo que si Pedro fuera lobo-tentado y no lobo-original, hubiera sido tirarse piedras sobre el mismo tejado, pero también cierto es que Pedro lanzó también acusaciones sobre Fray Olegario, por lo que bien pudo ser estrategia.

Me encuentro bastante desorientado, y como bien dice Adela, me temo que esto pueda ser una lotería. Pero ante esta desorientación generalizada, si no encontramos un sospechoso común al que veamos con claridad (y parece que este es el caso), debemos pensar en la estrategia que más garantice nuestra supervivencia. Aunque sólo deberemos llevarla a cabo si estamos de acuerdo. La cuestión es la siguiente (y de nuevo estamos en la tesitura de ayer): Sabiendo que Catalina tiene dos votos y su identidad no está demostrada, si ella fuera lobo y hoy no muere, mañana serán 2 aldeanos frente a ella que dispone de dos votos. Por mucho que los aldeanos decidan votar conjuntamente contra ella, ella emitirá dos votos contra un aldeano y ante un empate, el alcalde es el que ganaría. Por tanto, si votamos hoy a Catalina y esta resulta inocente (y tiene a bien otorgarle la alcaldía a algún inocente demostrado – aunque esta noche probablemente yo sea muerto-), al día siguiente quedarán 2 aldeanos frente a un alcalde-inocente. En ese caso, el lobo que quedase sólo contaría con 1 voto y tendría menos posibilidad de dirigir las votaciones en su favor.

¿Qué les parece esta propuesta? Requeriría que todos votemos a Catalina hoy y vaya por delante que no tengo clara su culpabilidad, pero repito, ante la duda generalizada, creo que podría ser lo más sensato.

Por favor, analicen la estrategia que propongo y díganme cómo lo ven, SI ESTÁN DE ACUERDO y si le observan algún fallo, que a estas horas y con el cansancio de todos estos día acumulado, puede que no atine a pensar con claridad.

Es importante que todos estemos en consenso, pues las votaciones son a barullo y sería importante que aquel lobo camuflado no entorpezca la estrategia en el último momento.
 

Cargando editor
23/02/2016, 23:03
El capitán

El Capitán se acercó al galope: 

¿Cómo se harán las votaciones? Señora alcaldesa, usted no lo ha decidido de manera formal. No sé si lo habrá hablado o no pero las cosas no se hacen así y ante las suspicacias que esto pudiera causar, he de sortear de nuevo y al azar cómo se harán. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

 

Y entre las dos votaciones que aún quedaban por salir se sortea

PRIVADAS

Todo el mundo votará de manera secreta al Director PERO AL FINAL DE LA JORNADA se verá quién votó a quién. 

Cargando editor
23/02/2016, 23:07
*Catalina Rodriguez

-Os he entendido desde el primer momento, doña Adela -aclaró la joven, de nuevo con una triste sonrisa, aunque sincera, en el rostro- por eso os he dicho desde el primer momento que os perdono, no os preocupéis, es comprensible. Sólo os pido a vos en concreto, que no os equivoquéis la próxima vez, o me temo que ya no tendréis muchas opciones... Y a los demás, os pido que analicéis también mis palabras sobre ella que, aunque fue la primera en la que yo confié, también ha sido la primera en hablar y puede haber sido la más valiente de los aldeanos, no lo niego, pero también puede haber sido estrategia... No lo sé... Ahora mismo, no sé nada.

Inspiró hondo y se volvió a armar de valor. 

-Como he recalcado ya, don Serafín, acataré la decisión conjunta. Y si he de votarme a mí misma, así lo haré. Así que, tomando vuestra estrategia como válida y en el caso de que yo lo hiciera, podría suceder lo siguiente:

   -Si soy culpable, os salváis los demás. Pero temo que eso no va a suceder, así que me importan más las opciones que, incluso después de mi muerte, os resten a vosotros y con ello pretendo ayudaros incluso cuando me haya ido.

   -Si no soy culpable, lo que va a suceder puede ser dos cosas: bien, la primera es que a quien yo designe sea inocente (lo cual ruego a los cielos), en cuyo caso habría tres votos inocentes y uno de lobo.

       -Si el alcalde vota al lobo acertadamente, da igual a quién voten los aldeanos (incluso si ambos votaran por le alcalde conjuntamente), el lobo morirá al fin, pues el alcalde tiene la última palabra ante empate.

       -Si el alcalde vota a un inocente desacertadamente, entonces todo se ha acabado, me temo... No importa lo que haga el aldeano inocente, pues el lobo, evidentemente, apoyará la votación del alcalde matando al inocente y por la noche acabará con la vida del alcalde. El lobo saldrá victorioso de este pueblo...

-Por lo tanto, en vista de esta situación, permitir que me votéis a mí me parece una estrategia sumamente arriesgada en mi único afán de ayudaros a sobrevivir, al menos a un inocente. Mas no puedo alegar más para que confiéis en mí, pues humildemente reconozco que no lo tengo, sólo me resta mi palabra, en la que no confiáis plenamente, lo cual entiendo. Mas cuando muera y me veáis inocente, por favor, tened en cuenta todos todas mis palabras, pues sólo tendréis una oportunidad de sobrevivir en el caso de que yo acierte con el alcalde... Y si no acierto, bueno... Entonces todo habrá acabado. 

El rostro de pesadumbre de la joven viuda no podía se más claro. Sin embargo, en ese momento, el capitán irrumpió en la plaza hablando del tipo de votaciones a aquellas alturas, decidiendo que ella no lo había dicho con la suficiente claridad, lo cual dejó a Catalina completamente desconcertada. Abriendo los ojos como platos, se levantó de un salto del banco, sorprendida:

-¿Cómo, capitán? ¿Cómo debí haberlo dicho? Creí haber dejado claro desde el principio que las votaciones serían a Barullo si nadie ponía objeciones y nadie las ha puesto* -se había quedado sin palabras, abrió y cerró la boca varias veces, sin saber muy bien qué decir y su rostro volvió a entristecerse sobremanera cuando miró de nuevo a su ahora ya tan mermado pueblo-; lo siento, amigos... creí haberlo dejado claro. Supongo que ahora debemos confiar los unos en los otros más incluso que antes. Aunque se vote en privado, podemos seguir consensuando el voto y mañana podréis comprobar si alguien mintió en lo que dijo, pues a posteriori sí se pueden revisar esas votaciones... así que supongo que esta vez nadie hará algo que no haya dicho previamente, pues se pondría en el punto de mira. 

Dicho lo cual, con la cabeza gacha de nuevo, se sentó otra vez en el banco y enterró el rostro entre las manos... Aquello se les estaba escapando entre los dedos... Cada vez veía más victoria para el último lobo...

Cargando editor
24/02/2016, 02:02
Adela Lastra

Serafín, respecto al plan que propone creo que tiene razón Catalina... Si Catalina resulta ser inocente y acabamos con ella solamente con la finalidad de quitarle la alcaldía de las manos, mañana vamos a estar en la misma situación pero con una inocente menos en nuestras filas.

No he parado de darle vueltas a una forma de actuar alternativa desde que le escuché hablar y lo único que he sacado en claro es un intenso dolor de cabeza. Me parece que a estas alturas no hay ningún plan que nos asegure nada, y creo que ahora mismo todo está en manos del azar y la suerte y el tino que tengamos a la hora de votar (o de escoger nuevo alcalde si se da el caso). Lo único que está de nuestra parte es la estadística, pues por proporción, y si hoy no damos con el lobo, mañana seguiremos siendo dos aldeanos frente a un lobo solitario...

Sea como sea, creo que me voy a echar una pequeña siesta para ver si se me va esta jaqueca. Espero que la almohada me ilumine o que, al menos, al despertar tenga las cosas algo más claras que hoy.