Partida Rol por web

No tardáis mucho en dejar atrás el “accidente” y llegar al campus universitario con sus grandes praderas y edificios de que combinan estilos que van desde el neogótico a los más modernos y rompedores estilos de construcción.  Las calles del campus están prácticamente vacías, es navidad no hay clases y el tiempo es frio; pero en algunas casas del campus se ve movimiento. Seguro que los universitarios que no han podido ir a casa por navidad están "aún" celebrando el año nuevo. Panda de borrachos y juerguistas; y esta es la elite intelectual que tienes que levantar el país.

Finalmente después de dar unas cuantas vueltas y comprobar que el seminario de ciencias políticas, no se imparte en la facultad con el mismo nombre sino en la Harper Memorial Library, un edifico de estilo neogótico que podría haber sido sacado de cualquiera de los libros de Harry Potter. Un edificio de piedra con arbotantes y ventanas alagadas acabadas en arcos ojivales, pasillos de altos techos finalizados en bóvedas y salas iluminadas por grandes lámparas de arañas.

Cuando llegáis al seminario de ciencias políticas este acaba de terminar y el profesor, un hombre de baja estatura con algo de sobrepeso y jersey de lana con coderas, atiende las preguntas de algunos alumnos. Al veros entrar en la sala os saluda con un simple movimiento de cabeza. Tarda unos diez minutos en contestar a las preguntas de los alumnos que se agolpan a su alrededor. Diez minutos que podéis aprovechar a haceros fotos dentro de la universidad.

Finalmente se acerca a vosotros. Buenas noches, soy el profesor Balaña, Doctor en ciencias políticas, miembro de la Sociedad histórica de Chicago y un largo etc; aunque vosotros me podéis llamar por mi verdadero nombre: Critias.   

Sebastian observó la universidad con cierta rivalidad "mi universidad es mejor que esta" sin embargo no dijo nada, mientras daban vueltas aprovechó para pasarle revista a la universidad y buscar fuentes de alimento, cuando pasaron por las casas del campus miró a Resse y señalo con la cabeza hacia ellas.

-Quien sabe...lo mismo tengo suerte y encuentro a alguna animadora ahí dentro o alguna gotica buenorra.

afortunadamente cuando llegamos al seminario este acaba de terminar, aprovechó y se sentó un ratito mas a que terminara y escuchó a los estudiantes con interés.

-Critias...-miró a su compañero-Ese es un nombre muy...poco común-miro extrañado al anciano y dejo que el policía hablara.

Reese contemplo los edificios, no especialmente impresionado. No fue a la universidad a estudiar, pero habia sido invitado a alguna fiesta. El complejo de inferioridad con los chicos universitarios desaparece cuando ves como reaccionan algunos de esos niños de ciudad al alcohol. Él no habría podido permitirse una carrera, pero estaba contento con haber ingresado en la poli nada más llegar de su pueblo. Además, si no querías perder tu permiso para arrestar gente, tenias que pasar un examen al cabo de un año siendo poli, y lo aprobó. Una gran victoria personal. Ser un funcionario era como fracasar en el sueño americano,… ¿Pero cuantos de aquellos universitarios iban a ser millonarios? Nah, a el le pagaba por pasearse en coche por la ciudad con un arma encima. Si te llevabas bien con el compañero podias meter en tu jornada laboral el hacer la compra, echarte la siesta, etc. Además habia conseguido la inmortalidad, cuando tuviera cien años seria sabio en algo, por lo menos en historia.

Un placer conocerle profesor- Saludó Reese, el nombre Critias no le decía nada,  ni sobre su fama ni sobre su historia, pero el apelativo “profesor” le indicaba alguien leído, un experto en algún tema de los que se trataran por aquí. –Perdone nuestra tardanza, pero unos paletos al servicio del sheriff han tratado de darnos la noche y hemos tenido que explicarles un par de cosas.– Esperó a que el hombre entrase al tema, al fin y al cabo era él quien los había convocado.

¿Los hombres del sheriff? El curioso individuo sonrió. Los hombres del sheriff e incluso el propio sheriff no son capaces de tomar decisiones por sí mismo, si conocéis a Belthazar esteréis de acuerdo con esta afirmación, el solo sabe recibir órdenes y trata de cumplirlas lo mejor que puede. No han sido los hombres del sheriff quienes os han retrasado, hay alguien más, siempre hay alguien más.

Pero no estamos aquí para hablar del sheriff y de quien manda al sheriff. El profesor hace una pausa y se mesa la barba. Puede que hablemos de este último individuo, pero aún hay más preguntas en el aire.

¿Qué hacéis aquí? ¿Por qué os he llamado? En realidad el mensaje de Damien solo era para Resse, Sebastian se había unido a la reunión sin invitación, pero el profesor preguntaba a los dos. ¿Si os he llamado es porque tengo algo que ofreceros o es porque vosotros tenis algo que ofrecerme a mi? ¿sois lo suficientemente importantes como para tener algo que ofrecer y despertar mi curiosidad?

Sebastian sonrió al escuchar al viejo critias ¿otro mago? ¿o un malkavian? sin embargo se puso a pensar en "ese hombre" y se dió cuenta de que no sabía nada sobre el-pues...-comenzó a decir-hasta ahora yo ni le conocía-dijo como respuesta.

Aquello de convocarles para demandarles que se probasen dignos de ser convocados, le sentó un poco mal al poli. -De reinona milenaria en reinona milenaria y tiro porque me toca- Pensó. No obstante prefirió ser directo pero cortes. -Se supone que le hizo gracia mi propuesta en el griterío. Lo cual me parece un poco extraño. Mi idea es  modernizarnos y que nuestra sociedad funcione como la sociedad mortal de hoy en día y no como la del Medievo. Seguro que no soy el primer vampiro al que se le ocurre. Me parece de sentido común.

Y si quiere que vaya más lejos le diré que la mascarada está destinada a caer. Cada vez hay más cámaras, más bases de datos cruzadas y la ciencia forense avanza vertiginosamente. Cuando se sepa de nosotros, si tenemos un presidente vampiro elegido democráticamente, quizá pueda colarse como ministro del gobierno y ayudar a normalizar la convivencia de los vampiros y los humanos. Como lo que muestre la prensa sea una panda de reyezuelos de la vieja Europa, sedientos de sangre e incapaces de someterse al sentido común, esto va a ser un baño de sangre.  

Esa es mi opinión sobre el asunto. Y por "asunto" se entendia todo. Esa era todo su pensamiento politico sobre el vampirismo y la humanidad.

No subestimes el sentido común, es el menos común de los sentidos. Repite de forma mecánica el profesor, puede que cansado de repetir la misma fórmula una y otra vez a sus alumnos sin obtener resultado. Tu propuesta, aunque aparentemente “Lógica”, no es lógica para una criatura que tiene la eternidad antes sus ojos y a la que cualquier cabio supone romper su modo de vida. Los cambios para una mosca ocurren en segundos ya que esta no vive más de dos días, los cambios en los humos ocurren en años o en días ya que este nunca llega a vivir más de un siglo, un ser que puede vivir eones y ver como civilizaciones caen ante sus pies se puede permitir el lujo de esperar y esperar un cambio que nunca llegara. Las palabras de Critias parecía demagogia barata pero en el fondo contenían un mensaje contundente. Los vampiros no cambian. Ese pensamiento “lógico” es lo que te hace especial, aun sigues pensando como un humano que vive día a día y no como un vampiro que piensa en años o en siglos.

¿Pero, Para que quiero a alguien que piense como un humano y no como un vampiro, Qué piense en días y no en siglos? Alguien que no ha sido aún corrompido. Parecía que el viejo aciano iba a seguir con el juego de las adivinanzas.

Siempre le habían dicho que era un poco necio a la hora de pensar a largo plazo. De hecho, no lo negaba ¿por qué estudiar todos los días, pudiendo hacerlo a última hora? Lo de ahorrar era algo alienígena para su mente, así como cualquier otro tipo de planificación. Pero el profesor lo dijó de una manera muy amable, haciéndolo una virtud en vez de un defecto. -Chúpate esa Señorita Smith- (una profesora del instituto).  

-Pero  si no estamos dispuestos a cambiar, ¿que vamos a hacer? ¿Quedarnos sentados pasando de todo?¿ Los que fueron abrazados en los 60 seguirán la moda disco hasta el año tres mil? Me imagino que en las ciudades viejas los príncipes no irán en carrozas de caballo, ¿no?  Yo me muero de ganas de que inventen los coches voladores para comprarme uno. Hay que cambiar. O igual es que yo tampoco sé cambiar. Me crie en los estados unidos de América y soy incapaz de adaptarme a otra cosa, como el asunto de los príncipes, reyes y “selescales”.

-¿Para qué quiere a alguien que piense en días?– Murmura la pregunta, como si eso fuese a ayudarle a resolverla. Jodido profesor, después de hacerle pensar más de diez minutos en cosas difíciles, le viene con acertijos. Le empezaba a doler la cabeza y todo. Aun así lo intenta, pero es una pregunta con mil respuestas posibles, no ha dado pistas suficientes –No lo sé, pero seguro que va a pedirme que haga algo.-

Sebastian observaba la escena en un segundo plano, aunque podía seguirle el hilo al viejo y darle unas collejas a su amigo por cazurro se mantuvo con el semblante serio, pensativo, tratando de extraer cualquier información jugosa.

El hombre profesor suspiro. Puede que la grandeza que había visto en Reese durante la reunión en la antigua fábrica de cerveza hubiera sido solo hubiera sido un oasis en mitad del desierto, o puede que la mente del vástago fuera un diamante en bruto que aún había que pulir. El cambio siempre llega y el que no se sabe adaptar acaba sucumbiendo a él, y los seres inmortales no son menos. Solo que necesitan más ayuda para ese cambio. El vuelo de la mosca se modifica con un simple soplo, el camino de una persona con una pared, el de un vástago… necesita algo más “fuerte”. ¡Una verdadera revolución! ¿Creéis que podría haber una revolución? ¿Creéis que es necesaria?

Pero ahora no es tiempo de revoluciones, no hasta que todo esté preparado. Tampoco es tiempo de hablar de coches voladores o vástagos que visten con estrafalarios pantalones anchos y pelos alborotados. Seguramente el viejo vampiro se estaría refiriendo a la moda Funky de los 70 y no a la moda de los 60 como había mencionado Resse. Pero en una criatura que podía vivir siglos que mas daban 10 años arriba o 10 años abajo. ¡Es cierto! Necesito vuestra colaboración para un pequeño trabajo, pero claramente os daré algo a cambio de vuestro servicio. Puedo mediar en vuestros problemas con el sheriff e incluso con el príncipe.

¿Creéis que podría haber una revolución? ¿Creéis que es necesaria?

-Hombre pues digo yo que algún día los vampiros que han nacido en la época de la democracia seremos más que los que lo hicieron en castillos medievales. Y ya le digo que los chicos del laboratorio están que se salen y eso que trabajo para la policía de una ciudad "pobrisima". Al final con tanta cámara, sensor de calor y demás mierda nos van a pillar y creo que nos vendrá mejor un asesor de imagen y un abogado que una panda de reyezuelos pataleando y amenazando. Puede que un vampiro gane a un humano, pero no a un tanque, ni a un misil,...- Reese habría seguido enumerando todos los dones que la humanidad tenía a su disposición y que hacían parecer a los colmillos y la superfuerza tonterías de insectos. Pero intuyó, en la cara de ambos, una petición a su silencio.

¿Y cuál es el encargo?

Sebastian abrió un par de veces la boca para replicar a resse por sus aportaciones, pero al final desistía después de darse cuenta que solo estaba dando ejemplos y si lo hacia esa charla tediosa bien podría prolongarse hasta el amanecer.

Su paciencia dio sus frutos cuando "el profesor" fue al grano por voluntad propia, el vastago fantaseaba con la nueva faena suicida que le plantearia su nuevo conocido, el cual de momento no le inspiraba mucha confianza.

Puede que finalmente el grandullón fuera un gran diamante sin pulir, una buena persona con buenas ideas que aún no había sido corrompido por la sociedad que le rodeaba. ¿Cuántos jóvenes seguían creyendo en la democracia y seguían viendo los progresos de la humanidad con buenos ojos? Seguramente ninguno.

Y ya le digo que los chicos del laboratorio están que se salen

Antes las afirmaciones de Resse el viejo profesor asintió y murmuro entre dientes. Nuestros días están contados…

Si, pasemos al encargo. Temo que con nuestra charla estemos aburriendo a tu amigo. Dijo como clara referencia a Sebastián, el cual había tenido que morderse la lengua en más de una ocasión. Puede que este encargo os parezca baladí e insignificante, incluso no me sorprendería que rechazarais hacerlo por lo sencillo que es. Parecía que el profesor volvía a divagar con su discurso. Solo quiero que comprobéis como esta uno de mis alumnos, lleva varios días sin venir y está empezando a preocuparme, es un alumno extraordinario. Quiero que contactéis con él y averigües porque ha dejado de venir a mis charlas. ¿Os interesa? Lo buscaría yo mismo, pero con mi aspecto dudo que me dejaran entrar en muchos de los ateneos que visitan actualmente los jóvenes.

El vastago se llevo la mano a la cara cuando escuchó los susurros del viejo, parecía que ninguno de los dos sabía calentar su sangre algo que le haría gracia mencionar para eliminar todo ese fatalismo de golpe, pero un punto de razón si que tenian, de todas formas no quería enfadar los tertulianos por listillo.

-¿y bien? como se llama su alumno-dijo con paciencia y una sonrisa que crecía a medida que visualizaba el primer lugar de búsqueda.

Sebastian empezó a andar hacia la salida con la intención de que el viejo aligerara la lengua y con la convicción de que ese estudiante fuera un sacrificio mas que otra cosa, pero la idea de otra aventura junto a la inestimable protección del brujah se le antojaba divertida.

-Nombre, dirección y cualquier otro dato que le parezca relevante.- Añadió Reese con tono profesional. -Sabe si tenia algun problema con drogas o pandillas?-

Se llama Chris Coolidge, estudiante de Historia. Creo recordar llevaba un escudo con un armadillo en la carpeta… y que el uno de noviembre estaba muy atareado buscando alguna película para una fiesta. Creo que no estaba metido en drogas, parece un chico muy formal. Pero no sé nada más.

La descripción del viejo profesor poco le decía a Resse ¿un armadillo? ¿una pelicula? ¿Qué pretendía que hicieran el viejo con esa información, que buscaran a Harry Poter y le preguntáramos por la casa Hufflepuff?  Pero Sebastián lo vio todo claro, el armadillo y la fiesta el día de Halloween solo podían significar una cosa “la casa Hitchcock” del colegio mayor Snell-Hitchcock. Era la hermandad que organizaba las mejores fiestas de Halloween de la universidad.

Sebastian enarbolo su sonrisa y un gesto de felicidad mientras se despedía con la mano a sus espaldas-Perfecto, eso es todo lo que necesitabamos saber, no tardaremos en encontrarle, pero denos un par de horas...por si acaso-luego apretó el paso todo lo que pudo, si no iba mas rápido era por que no había aprendido a moverse como Resse-bien, el armadillo representa el escudo de una hermandad-dijo con una sonrisa enigmatica-y no de cualquiera....de la que hace las mejores fiestas-si esto seguía así en 100 años iban a aborrecer las fiestas como el agua.-¿sabes? es una pena que no tengamos mucho tiempo para nosotros...sino podríamos aprobechar el halloween para asustar a algunos borrachos beodos....

-Hasta luego-  Dijo Reese antes de salir siguiendo la estela del ventrue.

-Sería la guinda del pastel en nuestra relación con el príncipe local, andar pateando la mascarada con la escusa de halloween.- se ríe imaginando la cara del susodicho -¿Las mejores fiestas?... Ósea que igual el chavalín está resacoso en un rincón o atado a una cama por un par de tías disfrazadas de enfermeras sexy. Seguro que está pensando en las clases que se está saltando.

-En cualquier caso, ya que vamos, si se da la ocasión intentare probar la sangre de miembro de fraternidad.

Le profesor se despide y comenta que esta semana tendrá conferencia todos los días a la misma hora. Era mucho suponer que el profesor supiera manejar un teléfono.

La casa de la hermanad no queda muy lejos, está dentro del propio campus. Todo estaba tranquilo los estudiantes estaban de resaca, ayer había sido noche vieja y todos sabían que hacían los estudiantes los días de fiesta y la casa de la hermandad daba fe de ello.

Os abrió la puerta un estudiante de primero vestido de mayordomo con un traje de los chinos, no pregunto quienes erais ni a que veníais. Solo se limitó a abrir la puerta y decir con acento inglés. Señores Bienvenidos a la casa Hitchcock. Luego marcho al salón principal de la casa dejando la puerta abierta, se tumbó en un sofá junto a un grupo mixto de unos diez estudiantes que luchaba por mantenerse despiertos y prestar atención a la película donde aparecía un jovencísimo Macaulay Culkin. La película era  “Solo en casa”, todo un clásico de las navidades.