Partida Rol por web

En las sombras se hace más nítida la figura de una chica de veinte pocos años. Viste de forma informal con vaqueros rotos camisa anudada al ombligo y una cazadora larga azul. Vivir al límite aprovechando cada uno de los instantes de esta mísera vida, mientras tratamos de acabar con el sistema opresor que limita nuestras libertades.  La frase podría pertenecer a algún grupo de Rock moderno.  ¿y tú a que te dedicas, sigues pasando crack?

Damian sonríe ante los halagos, su sonrisa es sincera se cree que todo es cierto. Por supuesto que Juggler me aprecia, sabe que soy el mejor. No suena a fanfarronada, el chico se cree que  es el mejor. Pero tú no te quedas atrás, no eres una chica de cara bonita, así que Juggler debió de ver algo interesante en ti. Al vigoréxico no le gustan los tíos.

Acede a cambiar los números de teléfono buena gana. Eres un buen tío y llegaras lejos. La frase suena muy extraña al venir de un chico que aparenta muchos menos años que tu.

Damian hace las funciones de maestro de ceremonias se sitúa en el lugar más visible de la fábrica, una explanada de cemento en el centro de la sala donde incide directamente la luz del exterior. Hola a todos, ¡Hola a Todos!, ¡HOLA A TODOS!, al tercer saludo la múltiples sombras de la fabrica se callan. Damian comienza a moverse por el centro de la sala mientras grita como el presentador de un combate de boxeo. Ahora que tengo la atención de todos, me enorgullece presentar a nuestro único, inigualables y musculoso jefe…. Con mas de 120 kilos de puro acero para los barcos.

¡JUGGLER!

Aunque la presentación incita a que todos los presentes aclamen y vitoreen el nombre de Juggler, solo unas pocas sombras lo hacen.

La entrada de Juggler es acorde a su presentación, aparece en el centro de la sala saltando desde uno de los andamios situados en la parte alta de la fábrica. La fuerza del golpe hace que alguno de los andamios chirríen y que un par de barriles rueden por el suelo. Bien gente, si estáis aquí es por una única razón: estáis hartos de ese petimetre que se hace llamar príncipe, ESTÁIS HARTOS DE LODIN. En ese momento la fabrica estalla en abucheos, parece ser que lo único en lo que están de acuerdo todos los reunidos es en su odio a Lodin, el príncipe de Chicago. ¿Qué deberíamos de hacer con ese principucho? ¿Matarlo? ¿Vincularlo? ¿Humillarlo? En este momento empieza una discusión entre los tertulianos reunidos, algunos radicales y opinan que la nunca solución posible es matar al príncipe y fundar un estado anarca, otros apuestan por presionarlo hasta que tenga que aflojar su reglas, el cruce de opiniones es continuo y nadie parece ponerse de acuerdo en que hacer. Juggler solo actúa de arbitro en las distintas opiniones tratando de buscar una idea común.

Reese escucha sorprendido. Feliz de ver que había gente con un mínimo de sentimiento americano y liberalidad.

Yo quiero elegir al jefe de la ciudad donde viva, que no sea un príncipe si no un presidente o alcalde, y que cada cuatro años tenga que someterse a elecciones de nuevo.- es la idea que aporta a este maremágnum cuando tiene turno de palabra en el griterio.

Las propuestas de Resse fueron aceptadas por unos y rechazadas por otros, muchos solo aceptaban una opción como válida, prenderle fuego al príncipe y también a su perro faldero, el “Sheriff”.

Cuando varios de las sombras están criticando a Belthazar, alias el “Sheriff” o también conocido como “el Perro de Lodin”. Unos aplausos a destiempo silencian toda la sala. Como estáis hablando de mí, no importara que entre en la conversación.  Un hombre ligeramente obeso y con barba sale de entre las sombras del almacén, viste vaqueros, camisa de franela y chaleco;  haciendo juego con el suntuosos revolver lleva calado un sombreros de vaquero.

Las sombras de la cervecería se mueven inquietas, ¿Cómo ha llegado? ¿Qué hace aquí? ¿Qué quiere?

Juggler se encara al Sheriff, con cara de pocos amigos. Esta vez, le han fastidiado la fiesta a él. Podemos matarte ahora y nadie se enteraría.

El Sheriff se rie. Me crees tan estúpido de entrar aquí yo solo y sin ningún plan. Vuelve a reírse y escupe al suelo, la tensión se palpa en el ambiente, muchas de los vampiros ocultos en sombras están a punto de lanzarse a la garganta del vaquero gordo. Si no salgo en diez minutos de este antro de ratas, mis chicos prenderán fuego a la fábrica. Con un dedo señala el techo. La única salida está en  techo, y esta empapado en gasolina. ¡Más os vale cantar! ¡Fue un complot estúpido, y lo sabes! ¡CANTAR!

James se quedó pálido ante la situación. No sabía qué hacer. Dijera lo que dijese se terminaría posicionando de un lado o de otro y eso no era buena idea (no sabía a quién debía apoyar exactamente).

Su sangre borboteante estaba en tensión, pero de momento le permitió controlar sus impulsos. Decidió permanecer callado, en las sombras, esperando cómo se desarrollaba la escena.

Reese estaba asustado, su monstruo interior le empujaba a salir corriendo, pero logra mantenerlo apaciguado y conservar la cara de póker. Avanza, saliendo de la falsa seguridad del anonimato y se pone dos pasos por detrás de Juggler y a la izquierda. Si aquel gordo barbudo intentaba tocar a su sire, iba a vérselas con el poli paleto. Mantiene la boca cerrada para no enseñar los colmillos, que ya le piden abrir gargantas y arrancar trozos de carne.

Ante la amenaza reculo nos pasos hacia atras pero me mantengo firme, subitamente me empiezo a cabrear ante la amenaza sin saber de donde viene esa furia pero de momento consigo controlarme sin saber si podria enfrentarme al tipo que está en medio de la sala.

Pensar en el fuego prometido por el Sheriff hace que se me ericen los pelos de la nuca, aunque de momento aguanto el tipo de la mejor manera posible, noto el nerviosismo crecer en mi interior. La situación no promete nada bueno en absoluto y permanecer callado dejando que unos descerebrados hablen por mi no me parece la mejor de las opciones. Miro al Sheriff.
-¿Y vas a inmolarte por la causa? ¿Te entregarás a la muerte definitiva defendiendo el honor de un príncipe amenazado por unos cainitas que no saben ni donde se encuentra? -Niego con la cabeza incrédulo. -Perdóname, pero vaya epitafio más triste.
Miro a los lados buscando una posible salida.
-¿Porqué no dices a qué has venido?

Algunos de los vampiros ocultos en las sombras habían sucumbido al pánico y se habían abalanzado contra las paredes arañando los ladrillos con sus manos desnudad en un vano intento de escapar, otro gritaban o lloraban como niños pequeños. Era una visión lamentable.

En el centro de la sala permanecía Damian con la cara pálida y el cuerpo paralizada, agarrado a su espalda se encontraba el niño que ni siquiera se había presentado. El niño estaba a punto de echar a correr contra el sheriff cuando Damian lo agarro con fuerza y lo coloco de nuevo a su espalda. Parecía que el niño tenía valor, o había perdido la cabeza por el frenesí.

Marcus reculaban tratando de buscar algo de seguridad en las sombras de la fábrica cerca de las paredes de donde provenían los gritos y gemidos de los vampiros que trataban de escapar. James se había quedado paralizado con la espalda apoyada contra una pared en actitud tensa. Resse daba un par de pasos al frete para situarse al lado de su sire, pero su cuerpo se mostraba rígido y torpe. El único que se atrevió a alzar la voz fue Thomas, sus palabras resonaron por encima de los gritos de pánico.

El sheriff lanzo una mirada de odio a Thomas, pero en su mirada había algo de temor. El plan no había salido bien de todo, Thomas tenía razón tenía muchas posibilidades de acabar chamuscado o despedazado. Pero el sheriff continuaba arrogante. Claro que no merezco morir aquí con vosotros, no estáis a mi altura.

El sheriff miro a Juggler que permanecía en el centro de la sala sin inmutarse por la amenaza. El chico nuevo de Gary tiene razón. El grandullón vigoréxico chaquea los dedos y señala a Thomas. ¡muy buena!, a ver si el resto aprendéis un poco de él.

No tenemos ni idea de que estas buscando y nosotros no tenemos nada que ver con…

En ese momento una de las vampiresas que no había sucumbido al frenesí interrumpe a Juggler. La vampiresa es una chica de veinte pocos años, que viste de forma informal con vaqueros rotos camisa anudada al ombligo y una cazadora larga azul. Eso es, no tenemos nada que ver con nada. Con ningún acto vandálico ni nada. Lo escaparates rotos de la milla dorada fueron culpa de….de…de los….. de los hinchas de los Dallas Cowboys. No había que ser psicólogo para saber que la chica estaba mintiendo claramente.

Evelyn, te han dicho alguna vez que estas más guapa callada. Apunto Damian con sorna antes que la vampiresa liara más la madeja. Evelyn miro con rabia a Damian y se retiro a un segundo plano.

El sheriff observaba la escena con cara de pocos amigos, una gota de sudor rojo le empezaba a caer desde el sombrero a una de la cejas. ¡VENGA!, ¡contestar malditos! ¿Qué habéis hecho con él?

A Reese se le cruza el cable. Entra en uno de esos momentos donde alguien con más dedos de frente se acojonaría ante las posibles consecuencias, o las probabilidades en contra. Pero la parte buena de no ser muy listo es que no puedes comprender la magnitud de los desastres. Decide que de darse el caso va a darle una paliza al gordo cabrón, para que vea que no está a la altura pero porque no llega a su nivel. Pasa a una actitud sonriente, con las manos en los bolsillos. ¿Aquellos cabrones habían secuestrado al príncipe? Ole por ellos. 

James resopló fuertemente, de manera exagerada y decidióavanzar al lado de Resse. A ver si lo he entendido, Sheriff. ¿Estás aquí porque el príncipe ha desaparecido? Dime, por favor, que tu última pregunta no se refiere a Lodin... James se lo veía venir. No me digas que Lodin ha desaparecido y que acusas a estos macarras de haberlo capturado. Miró a Juggler Y no me digáis vosotros que no sabíais nada de la desaparición del príncipe.

James terminó con una amplia sonrisa. Como fuera verdad lo que estaba pensando era el peor chiste que le había pasado en mucho tiempo. Estuvo a punto de rezar incluso para que eso no fuera cierto.

Viendo como se desarrollaban los acontecimientos decido de momento mantenerme callado y dejar que otros hablen pero me pongo al lado de James como muestra de apoyo y me preparo si la situacion se vuelve violenta

Miro a cada uno de los presentes con detenimiento, para luego sonreír socarronamente. ¿Lodin? No me hagas. Si Lodin hubiera desaparecido vosotros ya estaríais todos muertos. Vuelve a mirar a los presentes y luego con asco a los que están tratando de huir arañando las paredes con sus manos desnudas. ¡Atajo de cobardes! Si ni siquiera sabéis quien ha desaparecido, no me servís de nada. Para remarcar su critica escupe al suelo y comienza a subir por las escalera que conducen a la tercera planta de la fabrica.

¡Eso huye cobarde! Fuera de aquí. Empieza a gritar Evelyn como una cría mal educada.

Evelyn que te comente hace un rato sobre el silencio ¡Cierra el pico! ¡Joder! Grita Damián, parece que el vampiro guitarrista esta apunto de sufrir un ataque de nervios. La vampiresa mal criada le esta poniendo de los nervios. Los que no consiguió el sheriff con la amenaza del fuego lo esta consiguiendo Evelyn con sus comentarios estúpidos y a destiempo.