Partida Rol por web

Tenía ganas de hablar sobre el trabajito que tenemos por delante. No tengo muy clara algunas cosas aun y seguro que estos dos van de listillos luego… pero Triepinov parece ser que no está por la labor.

Me levante y estire las piernas, me cruce de brazos y espere a que llegase el camión.

El vehículo avanza por la carretera y a medida que se acerca podéis comprobar, ya sin duda alguna, que esta en un estado más que lamentable. Al menos tiene lona y podréis sentaros en la parte trasera del mismo. En la cabina del camión hay dos personas, el conductor para el vehículo y se baja del mismo mientras el otro se os queda mirando con su fusil en las manos. Se oyen ruidos en la parte posterior del vehículos.

El conductor se os acerca y os saluda al estilo militar.

- Soldado Nikolskii, ¿Son ustedes los miembros del TASS que estábamos esperando? Si es así muéstrenme sus credenciales.

Saludo con gesto militar al soldado y le paso los credenciales en silencio, entre el frio y los secos que son mis acompañantes se me han quitado todas las ganas de hablar.

Espero que el viaje dure poco, cada vez que Triepinov me mira me siento como una gallina a punto de ser degollada.

Por fin llegó el maldito camión, un poco hecho polvo pero mientras nos llevara al destino ya casi sería suficiente.
Un militar nos saludó, le devolví el saludo un poco a desgana y le entregué mis credenciales tal y como había pedido – Capitán técnico Alexander Triepinov.

Podría haberme quejado por la demora pero... Va, lo que de verdad quería era llegar cuanto antes, las quejas gratuitas no solían servir de mucho, quizás el comandante lo hiciera, o quizás considerara que eran normales estas demoras.
Finalmente sólo esperé confirmación para poder subir en la parte de atrás.

El comandante Kopolev había permanecido callado durante un buen rato. Por un momento parecía que el vaho de su respiración había cesado por más tiempo del que parecía posible permanecer sin respirar, para concluir con un sonoro exhalido a continuación. - Parece que ahí vienen.

Tras detenerse el convoy el comandante da un paso al frente hacia el soldado - En efecto, somos el equipo de la TASS que "tanto" estaban esperando. - dijo Yuri con desdén mientras extendía su credencial - Yuri Kopolev, COMANDANTE Yuri Kopolev. - guardó las credenciales en uno de los bolsillos de su chaquetón.

El comandante Yuri hizo una pausa y señalándose la muñeca donde NO había ningún reloj espetó - ¿ A qué es debido el retraso ?, - dijo enfadado - espero que no nos hayan hecho esperar mientras estaban en la cantina, no querría tener que hablar con su superior. - Yuri hizo un gesto señalandole su equipaje al soldado - Cargue mis pertenencias y vayámonos de una vez.

El soldado Nikolskii revisó las credenciales y pasaportes mientras su compañero os apuntaba con su fusil. En ningún momento levanto la vista para observaros más allá de comprobar las fotos de los pasaportes. Cuando finalizó con ellos os los devolvió y entonces tomo la palabra para hablar, no sin antes hacerle una señal a su compañero para que bajará el arma.

- Camaradas, esto es el ejército rojo, y ustedes pertenecen al TASS. Su cadena de mando no es la nuestra... - dice mientras os señala la parte posterior del camión. ¿Desean seguir parloteando o nos ponemos en camino?

El compañero del conductor os sonríe y os habla también.

- ¡Privet! Tengan cuidado con el camarada Dziubenko y nuestro prisionero, no hablen con él, es la razón de que hayamos llegado tarde.

¿Habia dicho prisionero? Genial... Este dia se estaba poniendo cada vez mas interesante.

Guarde de nuevo los papeles y con las cosas bajo el brazo subi en silencio al camion.

Espero que en lo que dure el viaje no les de por hablar, que llevan todo el rato callados y ya me tienen algo enfadado... Que ganas de acabar con este trabajillo.

En la parte posterior del camión hay varias cajas sujetas con cuerdas, podéis ver a un soldado cubierto con una manta que sujeta su arma y a su lado un hombre con una bolsa en la cabeza, aunque no esta atada por lo que puede respirar por abajo. Si que esta atado de piernas y manos, y por su aspecto parece ser un muerto de hambre, además de respirar profundamente, tal vez este enfermo.
La cabina trasera es grande y el camión lleva la bola para arrastrar un remolque si fuera necesario. El frío aire se cuela por debajo de la lona pero se esta mejor que en la calle y hay mantas para que os cubráis con ellas.

- Pryvet - os dice el soldado mientras os señala los laterales del camión donde os podéis sentar.

Sonreí ante los incisivos comentarios de nuestro comandante con respecto al retraso, parecía un hombre competente.

No me impresionó que me apuntaran con un arma, el niñato seguramente ni se atrevería a hacer uso de ella, o podría apuñalarlo unas diez veces antes de caer yo inconsciente, me gustaba plantearme cosas como esta, me hacía sentirme preparado.

Las palabras del niñato fueron de lo más irreverente. Quién se habrá creído que es, si supiese lo que podía hacer con el... Trazaría un corte en su barriga y sacaría sus intestinos para darle con ellos un par de vueltas a su cuello y estrangularlo. Ummm tomé nota de ello mentalmente, quizás lo haga.

Dijeron algo de un prisionero y eso me devolvió a la realidad y la sonrisa que mostraba se fue borrando poco a poco, subí ya al transporte, allí estaban esos dos - Pryvet.  Parece que hace buen día – Dije con sorna y esperé a que se pusiera en marcha.

Yuri hizo caso omiso al desdén del soldado ante su reprimenda - Soldado, recuerde que es su superior el que nos hizo llamar con urgencia, y somos nosotros los que tenemos que devolver la energía a la Central de Maquinaria Jarkov, - hizo una pausa - si de verdad sabe lo que le conviene, le recomiendo nos trate con el debido respeto.

A continuación el comandante subió a la parte trasera del camión torpemente y pidió que le alzaran su equipaje - Buenas noches a todos, que distancia nos separa del almacen Jarkov ?

El soldado Dziubenko resulta ser una persona más amigable que sus dos compañeros aunque no le quita ojo al prisionero si que se muestra más cordial con vosotros. Os ofrece una botella empezada de vodka, algo habitual en estos tiempos para entrar en calor, y aunque no suelta el fusil en ningún momento os hace algunas preguntas.

- ¡Salud! Camaradas, ¿A donde vais? Por lo general los únicos pasajeros que viajan con nosotros son como este.

Mientras tanto los otros dos echan el cierre a la portezuela del camión y os ponéis en marcha de nuevo.

Cojo la botella como si fuese la ultima de mi vida y le pego un gran trago. Se la paso de nuevo al soldado.

-Gracias camarada. Me alegra tener un sitio caliente en el que estar al fin. Ese frio me estaba matando. Nos dirigimos a almacén Jarvok para arreglar unos problemas técnicos. Esas cosas pasan muy a menudo ya sabe.

Me acomodo todo lo que puedo en el camión y intente dormirme un poco. Pero no podía coger el sueño con esa gente a mi alrededor… tengo que empezar a acostumbrarme ya a estas compañías.

Kopolev preguntó por la distancia y el soldado que viajaba en la parte trasera no parecía que le habían metido un palo por el culo como al otro.

Yo también tomé la botella - ¡Nasdrovia! – Exclamé y le di un buen trago. Era más una necesidad que un placer, estaba asquerosamente bueno. Me limpié los labios con la manga de mi camisa, le hice una mueca que pretendía ser una sonrisa y le devolví la botella.

Tras eso tomé una de las mantas y me metí debajo de ella, en uno de los rincones de cara al resto, no quería perderlos de vista.

- Ah, jarkov, zona rural. Mucho frío por aquellas tierras, duro invierno - murmura el soldado que recoge la botella y le da un trago antes de ofrecérsela a Kopolev. ¿Y que arregláis vosotros?

El soldado parecía alguien muy conversador. Al fin alguien que me entretenga un poco que estos dos me estaban matando.

-Pues componentes eléctricos ya sabe. Aun que a estas alturas me valdría arreglar cualquier cosa.

Me recosté un poco y me arrope. Tenía muchas ganas de llegar y empezar el trabajo, estaba empezando a odiar estar tan parado.

El comandante miraba con un poco de desdén la estancia en la que se encontraban pero tras unos segundos de duda suspiró sonoramente y se puso cómodo. - Buenas noches camaradas, espero que ninguno tenga chinches, son muy desagradables. - dijo sin parecer importarle la reacción de sus interlocutores.

- Somos expertos de la TASS, el mejor equipo en estas latitudes. - hizo una pausa mientras el soldado le extendía la botella de licor - Lo siento, un comandante debe dar ejemplo y no bebe. - dijo rechazando la botella con cierto desdén.

Pasaron apenas 10 segundos y como si nada hubiera sucedido sacó una petaca metálica de un bolsillo a la que dió un largo trago - ¿ Gustan ? - dijo mientras os la ofrecía.

El comandante parecía un tipo con una seriedad cómicamente desagradable. Pero no tenía más remedio que caerle bien o estaría muy jodido.

-No muchas gracias. Prefiero estar sereno por ahora. Dije rechazando amablemente el trago.

Después me dirigí al soldado que me pasó antes la botella, quizás el me diese algo de conversación:

-Bueno amigo. ¿Y tú a donde te diriges en un día tan frio como este?

Por suerte mis compañeros se encargaron de explicarle al soldado a que nos dedicábamos, no me apetecía abrir la boca.

Que no tengáis chinches, buenas noches, que buenos amigos que somos todos... A este paso no tardarían mucho en comenzar a chuparse las p*****

Sonreí medio con asco, medio con ironía, ante la jugarreta del comandante con la bebida ¿No se fía? Bueno, quizás no fuera eso, pero también tomé nota mental.

Yuri se quitó los anteojos y tras limpiarlos delicadamente los enfundó en su estuche, que colocó con cuidado al lado de sus pertenencias. - Ahora lo veo todo claro... - intentó bromear sin gracia alguna.

Hizo una pausa que pareció una eternidad.

- ¿ Quién es el prisionero ? - preguntó a continuación sin pensarlo demasiado

Dziubenko se quedo perplejo ante la jugada del comandante. Tal vez la sorpresa fue lo que provoco que rechazará la invitación porque luego le dirigió varias miradas a la petaca como si lamentará haber perdido la oportunidad de tomar un vodka de mejor calidad.

Nikolai Dugov:
-Bueno amigo. ¿Y tú a donde te diriges en un día tan frío como este?

El soldado sonrío ante la pregunta antes de contestar.

- Volvemos al almacén 945 tras recoger algo de material. Al parecer ustedes también iban hacía allí y nos han hecho desviarnos para recogerlos.

Yuri Kopolev:
- ¿ Quién es el prisionero ?

Esta vez el soldado se tomo su tiempo en contestar como si no tuviera claro si debía hacerlo pero la graduación de comandante y su triste graduación como soldado raso parece ser que le ayudo a decidirse.

- No lo se, nos fue asignado en el último puesto militar en el que paramos. Creo que esta destinado a Siberia, si vive lo suficiente como para llegar hasta allí.

La presencia de la máscara del prisionero no os permitió averiguar si el prisionero había tenido alguna reacción a las palabras del soldado pero un simple vistazo a los pies del prisionero os dejo claro que tenía pocas opciones de llegar vivo a un viaje tan largo.

- Pues es extraño que los envíen hacía tan lejos, aún no ha acabado el invierno y las carreteras deben estar en muy mal estado. Sería mejor esperar un poco más a que la nieve se derrita. ¿A que tanta prisa?