Partida Rol por web

- Yo tampoco se qué más podemos hacer. Quizá la interpol o la policía inglesa hayan averiguado algo. A lo mejor le han echado el guante al cabrón de Katsulas y podemos ir un rato a divertirnos. Pero creo que lo primero es salir por piernas de aquí y desaparecer cuanto antes.

Los tres volvéis desmesuradamente al albergue y recogéis vuestras cosas y las de Lebrun y Graham. Luego vais a la recepción a pagar. La amiga de Erik no está trabajando ahora, pero al parecer le ha dejado recado a su compañera de que os conoce.

¿Como pagáis?

- Eso mismo espero yo también. Sin embargo, nos enfrentamos a personas capaces de eliminar familias enteras de la noche a la mañana. Volar un edificio puede que sólo sea la evolución lógica de su modus operandi.

Seguís las indicaciones de la policía, y recorréis un breve pasillo. A vuestro alrededor cada vez hay menos ruido, conforme la comisaría se va quedando vacía.

En una de las mesas veis a un hombre de raza negra y complexión fuerte que se levanta y se pone una chaqueta.

El policía, con la chaqueta aun a medido poner, se acerca a vosotros y os estrecha la mano.

- El inspector Lebrun y... ¿el inspector Mommsen? - dice mirando a Graham sin saber donde ubicarlo -. Pensé que era usted mayor. Llegan ustedes justo a tiempo, tengo buenas y malas noticias, y estaba punto de marcharme. A ver, las buenas noticias... Tengo varios nombres para el caso que llevaba el difunto inspector Noble. Para empezar, las huellas del cabrón que se lo cargó, han sido identificadas como pertenecientes a un tal Mario Coelho, italiano, trabaja actualmente como jefe de seguridad de Andreas Katsulas. Las policías italiana y griega ya han sido puestas sobre aviso. En realidad, como a esos dos hijos de puta se les ocurra traspasar una frontera en cualquier país europeo, les echaremos el guante inmediatamente.

- También identificamos las huellas del tipo que se coló en ese periódico... el que sospechamos que se cepilló a la familia de Graham. Se llama Albert Merriman y es un cadáver. Estaba oficialmente muerto desde hacía quince años, pero, por pura suerte, y varias horas de investigación, descubrí su nueva identidad. Aquí se hacía pasar por Steve Eriksson... y, bueno, aquí vienen las malas noticias. Es un cadáver. Hace media hora el edificio en que vivía ha volado por los aires, y algo me dice que nuestro hombre no habrá tenido la suerte de escapar.

- ¡Ah! Pero aun no les he contado lo mejor. Hemos identificado a uno de los cadáveres decapitados gracias al número de serie de un implante quirúrgico que llevaba en la cadera. Y ahora prepárense, porque cuando me he enterado, yo me he quedado de pasta de boniato. Se trata de un tal Elton Lybarger, y al contrario que nuestro amigo Merryman... está vivo. Actualmente el tipo cuyo cuerpo hemos identificado reside en suiza, y tiene una pequeña fortuna adquirida por medios extraños en los últimos 15 años. Sabemos que está vivo porque el martes pasado (o sea, antes de ayer), cruzo la frontera de Alemania proveniente de los Estado Unidos. Como no es ciudadano europeo, tuvo que dejar constancia del lugar en el que iba a alojarse, y, fíjense ustedes, va a quedarse en casa un tal Shöll... Herr Schöll no-se-que-más. Bueno, da igual el nombre. El tío es uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo. Una vez que descubrí esto, investigué las finanzas de ese tipo, y resulta que, a través de empresas y contraempresas y sabe Dios que líos extraños, ha estado donando cantidades ingentes de dinero a la investigación de física de partículas, aplicada especialmente en el campo de la cirugía. Además, él y nuestro amigo Katsulas se conocen. Ambos forman parte del club Bilderberg, que es una asociación de ricachones que se reúnen periódicamente para decidir cómo será la economía mundial.

- Bien, espero que les haya gustado lo que tengo para ustedes. El bueno de Noble tenía ya casi todo el trabajo preparado. Habría podido descubrirlo por si mismo. Tenía las cuerdas y sólo le falta atar los cabos. No le dio tiempo, pobre hombre... Me he pasado toda la noche sin dormir, eso sí.

Veis que el pobre Atlee tiene unas ojeras profundas, y realmente parece muy, muy cansado. Por todo lo que os ha dicho que ha descubierto, sospecháis que debe llevar trabajando las últimas doce o catorce horas del tirón, sin dormir ni nada.

La cuenta asciende a 82 libras (más barato, imposible). Empezáis a rebuscar calderilla en vuestros bolsillos...

- ¿Me puede hacer factura? Se la pasaré como gastos de dietas a mis jefes.

William se queda mirando hacia el suelo cuando oye como le confunden con Mommsen. Su primera intención es no sacarle de su error, pero después se lo piensa mejor.

- Errrr ... no, no soy Mommsen. Soy William Graham, de los EEUU, digamos que soy ... el asesor científico.

Sigue escuchando los datos que aporta Patrick, y al llegar a la muerte de Noble no puede reprimirse.

- ¿Katsulas? ¡Será cabrón!

Tras escuchar lo de Lybarger

- Vaya, pues tiene toda la pinta de que alguien se ha cargado al Lybarger original y se está haciendo pasar por el ¿No? Pero ¿Eso no sería muy fácil de descubrir? Quiero decir ¿No hay ningún registro por ahí con fotos antiguas, datos médico, una radiografía de su mandíbula ... en fin, cualquier cosa que nos permita identificarle y diferenciarle del Lybarger original?

- Me estoy empezando a marear... Sabía que nos enfrentábamos a una organización compleja pero esto... ¿No lo tendrá por escrito? No me veo capaz de recordarlo todo.

- Ah, disculpe señor Graham... Un momento ¿no es usted pariente del matriminio asesinado? El inspector Noble estaba trabajando en su caso... Entonces es usted testigo... Bueno, como sea. Me parece improbable que alguien sustituya a un ricachón que seguramente tendrá servicio en casa, será conocido por sus banqueros, etc, pero a estas alturas todo es posible. Habría que ponerse en contacto con la policía suiza... O incluso ir a Suiza buscar fotos, aunque intentaré hacer lo que pueda desde aquí para ver si el Lybarguer que tenemos es un intruso. Otra explicación no se me ocurre.

Allá vá.

El nombre de Lybarger te suena muchísimo y, de repente, recuerdas de qué. Tu cuñado estaba escribiendo un artículo sobre grandes fortunas en Europa y ese tipo salía en la lista de los hombres que habían logrado hacerse millonarios de manera misteriosa.

La investigación le estaba dando bastantes problemas... ¿cómo no lo recordaste antes?

Aunque no te ha enseñado la ficha del tal Albert Merriman, ves que Atlee tiene el dossier sobre ese tipo en la mesa de su escritorio. En la primera hoja se ve la foto... del hombre con el que te cruzaste en el portal el día que mataron a tu hermana y a tu cuñado.

Al fina Mommsen decide que no pasa nada por pagar con su tarjeta de crédito, porque, de todos modos, los que os persiguen ya saben donde estáis alojados. Una vez que habéis pagado y el americano ha cogido la factura del albergue para deducirla de sus gastos de dietas, salís a la calle.