Partida Rol por web

Karin se tapó los oídos cuando Navy le soltó semejante patada a la puerta. Se quedó mirando la oscuridad del interior y apretó sus camisa con los puños, nerviosa. Hizo una mueca cuando Navy dijo de entrar, pero no rechistó y sólo asintió lentamente.

- No me gusta la oscuridad... - murmuró apretando los labios y aferrándose a la camiseta de Navy con fuerza. Echó una mirada al interior y volvió a tirar de su camiseta - ¿Y si volvemos? No está aquí... ¡¿Y si hay otro mostro?!

Por mucho que insistiera en irse, Karin siguió pegada a Navy, sin saber si tenía más miedo a entrar con ella o a salir sin ella. Sus ojitos asustados se fijaban en todas partes, temiendo que otra sombra pudiera abalanzarse sobre ellas sin que la vieran venir.

Seguí a Navy corriendo hasta su destino, preocupándome más por el aguante de Yuki que del mio propio, manteniendo a la pequeña siempre cerca. 

No me sorprendí cuando la primeara opción de la otra chica para abrir la puerta era darle una patada, solo con verla uno se daba cuenta de que era ese tipo de persona. Solo asentí afirmativamente antes de poner camino al interior del lugar, sujetando a Yuki por el hombro asegurándome de que estaba junto a mi en todo momento.

- No te preocupes, estamos aquí para defenderos.- Dije pausadamente intentando calmar a Karin, dirigiendo mi mirada después a Yuki para que tampoco se preocupase.

Observé como Navy sacaba su arma y extendí frente a mí las palmas de mis manos, sin estar seguro de que funcionase. Al parecer un cuchillo era mi única opción, y por experiencia propia no era un gran peligro en mis manos. Tendría que preguntar como funciona exactamente, pero por el momento era lo único que tenía y era mejor que nada. - Vamos.-  Seguía manteniendo a Yuki junto a mi de forma protectora a la vez que respiraba algo agitado deseando que el monstruo no se encontrase allí.

-Creo que hemos cagado. -Pronuncio con cierta molestia al notar que el lugar al cual habían llegado no era el indicado, habían gastado 20 minutos para llegar al almacen y habían perdido completamente la apuesta, ahora solo quedaban 10 minutos para que la misión terminara y no tenían la velocidad suficiente como para llegar a alguno de los otros lugares a donde habían ido los otros tipos. -No podemos quedarnos aqui, intentemos llegar al lugar más cercano de los otros dos, quizás la batalla se haya ido a un lugar cercano y podamos ayudar de alguna forma. -Su rostro mostraba claro enojo, era una gran posibilidad de que se equivocaran de lugar pero su mente había bloqueado el hecho de que esto sucediera. -Espero que al menos uno de los otros tipos se encargue de la criatura, no quiero presenciar en carne propia le hecho de que el tiempo se acabe. -Finalizó mientras comenzaba a trotar en busqueda del siguiente lugar.

Fergus debía estar agradecido de que no le había quitado la mano por llevarme así. ¿Quién se creía para tomar a Caroline de esa forma y llevarla a donde quisiera? Confiaba en que sabía lo que hacía, lo que fue que me hizo tener paciencia para no gritarle. Pero resulta que una vez allí... se hizo el tonto.

-¿De verdad creíste que seria tan fácil? -no me gustaba para nada la idea, y a Caroline tampoco, pero seguramente todo era parte del plan del peliverde... -. Debemos ir al interior de los túneles de los trenes. Seguramente encontraremos algo allí -le dije a Fergus mientras le tomaba firmemente de la mano. Era mi turno de tomar el control, y estaba dispuesta a seguir avanzando si eso nos daba la victoria.

El tajo de Ryuuji fue suficiente para cortar de manera precisa el candando, haciendo que cayese al suelo y lo único que faltase fuese empujar para entrar.

Una de las puertas de la estructura estaba entreabierta por debajo, por lo que pudieron pasar para encontrarse aquel oscuro lugar repleto de enormes pilas de cajas que se podían distinguir por la poca luz que entraba a través de las grandes ventanas. Todo parecía abandonado y silencioso, al menos hasta que una de las cajas al fondo de todo empezó a moverse de un lado a otro frenéticamente.

En unos segundos, la caja voló en pedazos y de ella salió una de esas extrañas criaturas.

-D̸e̸b̸o̸ ̸c̸o̸s̸e̸c̸h̸a̸r̸ ̸l̸a̸ ̸e̸s̸e̸n̸c̸i̸a̸

Sus grandes ojos amarillos se clavaron en ustedes al instante. Era obvio que no pensaba dialogar, ya habían conocido la naturaleza de ese tipo de monstruos en el anterior combate.

La pequeña Yuki no pudo evitar soltar un gran suspiro al haber llegado.

-R-Reshi, pudiste haberme cargado c-como ella... -dijo al rubio refiriéndose a la manera en la que Navy llevó a Karin todo el camino. La verdad es que eso hubiese ayudado mucho a que el grupo no se fuese parando y ambos pudiesen ir lo más rápido posible.

Al estar adentro, observó el oscuro lugar que debían investigar. Una pequeña sensación de temor recorrió su cuerpo, pero entonces la mirada de Reshi fue suficiente para sentirse tranquila y sonreír.

Se fueron moviendo cuidadosamente a través de la oscuridad, en busca de la sala de teatro o alguna cosa cosa que les permitiese ver mejor. Fue entonces cuando de camino, Yuki se detuvo, tirando de la camisa de Reshi para llamar su atención.

-Hay algo aquí -seguramente llamaría la atención de Karin y Navy. En cuanto la pequeña se agacho y tomó algo del suelo, todos quedaron cegados unos instantes en el momento en el que encendió la linterna que había encontrado, apuntándola a ustedes de manera descuidada. -. ¡Wooh! ¡Cuanta luz! Con esto no tardaremos en encontrar lo que sea que buscamos -dijo optimista.

Y era verdad. Tarde o temprano encontrarían el teatro, pero gracias a la luz se les hizo más fácil llegar a la sala.

El salón principal era una gran sala repleta de asientos, tanto en la parte inferior como en los balcones de la parte superior donde normalmente se sentaban aquellos que pagaban más para ver mejor desde la altura. Al fondo de todo, un gran escenario con su telón abierto, mostrando el show principal: un par de delgadas sombras, iguales a las que derrotaron el primer día, danzaban elegantemente sobre el escenario. Además de ellas, un niño rubio con un cuerpo electizante saltaba tras ellas una y otra vez, lanzando golpes eléctricos causando que las criaturas se esfumasen unos instantes antes de moverse a otra parte y volver a formarse para seguir bailando al son de la música que venía de ninguna parte en específico.

El joven niño de ojos celestes intentaba seguir el ritmo de las sombras, deseando acabar con ellas a como de lugar, pero era inútil, o al menos eso parecía.

Parado en un borde del escenario, apartado de la acción, un chico de cabello castaño y uniforme de plomero observaba al niño intentar dar caza a las criaturas.

-Kuro, ya llevas cinco minutos dando y dando a estas sombras. ¿No crees que deberíamos salir a investigar? -le preguntó el adulto al niño, quién pasó de responderle y continuó con lo suyo.

La idea de caminar por el túnel de un tren a oscuras no era agradable, pero no les quedaba de otra, ya no les quedaba tiempo para ir a otra parte.

Luego de un par de minutos caminando, pudieron divisar una luz al fondo. Aquella luz se iba acercando más y más rápido a vuestra dirección, y el pensamiento fue compartido: Un tren venía a toda velocidad a por ustedes.

Solo les quedaba correr por sus vidas. Intentar pegarse a las paredes como en las películas tal vez no funcionase, y es que aún no tenían ni idea de como podía funcionar un tren en un lugar en ese estado. Entonces fue cuando sus mentes fueron iluminadas: Aquella luz pasó volando sobre ustedes y aterrizó en el suelo, bloqueando el camino de salida. Aquella figura de largo cabello y armadura brillante se incorporó con una mirada seria hacia ustedes; su vestimenta desprendía su propia luz, la suficiente para destacar entre toda esa oscuridad como un punto amarillo.

-Intrusos... -el desconocido golpeó el suelo con la cola de dragón que formaba parte de la armadura, algo que normalmente alguien no podría hacer porque... para empezar, los humanos no tienen cola como para ponerle armadura. -. Decid vuestras intenciones, o sentid la furia del titan...

Mierda....mierda.. Esto realmente era serio, en un inicio penso que serían atropellados de mala manera por un tren, intento salvar a Caroline aunque no fue necesario en absoluto, se habían encontrado con aquella criatura dorada frente a ellos. Buena noticia para todo el grupo ya que tenían la opción de continuar el juego, aunque ahora mismo el hecho de que fuese una especie de ser humanoide y no un monstruo como en la primera "misión" le causaba cierto nerviosismo. ¿Que debería de decir? Sus palabras eran claves para iniciar o evitar una pelea directa, sin embargo, no tenía demasiadas opciones, debían pelear para poder derrotarle. -Caroline...mantente atenta. -Pronuncio con respeto hacia quien estaba frente a ellos, su frente comenzó a sudar levemente mientras se mantenía firme frente a él. 

¿Intrusos? Pensó, algo le hacia sentir que aquello que realizaban no estaba bien del todo. -Mi nombre es Fergus, ella es Caroline. -Dijó con bastante respeto e intentando mantener la calma. -Estamos siendo obligados a cumplir una misión. -Derrotar a la bestia dorada antes de un tiempo limite. Si no lo hacemos, entonces seremos eliminados. -Basicamente había logrado resumir la situación a unas cuantas palabras. -Realmente no me gustaria pelear, ni tampoco hacer daño a nadie. -Sus puños se cerraron sintiendo que la situación era más compleja de lo que podía comprender ahora mismo. -Nos quedan solo 10 minutos...me gustaria que te sintieras derrotado o algo por el estilo. -Sus palabras parecían una especie de broma confusa. -Lo que sea que nos permita terminar esta misión lo más pronto posible. -Estaba intentando dialogar con aquel tipo, se viera como fuese tenía el aspecto similar a un humano, aunque poseía cola y una armadura increbile.

No tardó en girar la cabeza y dirigirse hacia la otra pareja cuando estos aclamaron haber encontrado algo y encender las luces, volviendo la búsqueda completamente sencilla y llegando rápido al teatro principal donde había dos tipos. - Eh, niño. Se dirigía al rubito hiperactivo con voz alta, apuntando con las pistolas no a el si no a las sombras que danzaban. - ¿Te gusta la oscuridad? Le habían dado a la luz por lo que mucha en ese momento no había pero se le había cruzado una idea por la mente en cuanto vio el comportamiento del crío a la primera de cambio. Su nombre directamente era oscuridad, eso también era algo a tener en cuenta por lo que simplemente para que parara del todo e hiciera caso al adulto que le decía que parara disparó a la sombra desde ahí una vez hubo apuntado bien durante todo el rato que llevaba hablando tanto ella como con la respuesta de el con ambas armas.
 

Impulsiva como siempre... 

Gritó al ver la luz venir hacia ellos y conjuro a Takumi, pero casi antes de que pudieran reaccionar la luz salto por sobre sus cabezas "Los trenes pueden hacer eso?" El hombre que se les presento en frente no era una visión del todo alentadora tampoco. Aunque viendo el lado positivo habían encontrado a la "bestia" dorada.

"Vamos.... vamos" Alentaba a su cerebro que trabajaba a toda velocidad para encontrar alguna solución. Aunque pudieran ganarle fisicamente a esa bestía enorme teníamos muy poco tiempo. Y no era como que pudieran vencerlo en diez minutos.

Escuchaba las palabras de Fergus que intentaba razonar con ese hombre. "Quizás..." "Es estúpido" "Morir es más estúpido" "... me niego a hacer eso, Caroline..."

De buenas a primera la niña empezó a llorar, se dejo caer sentada en el suelo llorando estruendosamente - N-No quiero m-morir! - Se aferro a su marioneta como a un peluche, enterrando su cara en este pero no disminuyendo la fuerza de su llanto.

El candado cayó al suelo causando un ruido sordo y yo hice mi aporte empujando la verja que daba la entrada al recinto del almacén. Entramos tranquilamente y al principio pensé en adelantarme un poco por si podíamos separarnos a buscar, pero cuando vi el interior del almacén tan oscuro me lo planteé de nuevo y esperé a Ryuuji, no iba a alejarme de su lado en un sitio así.

Me aferré a su chaqueta con una mano y dejé que se adelantase para seguirle cogida a él. Desde dentro el almacén parecía más tétrico si cabía, la poca luz que entraba proyectaba sombras que daban lugar a siluetas tenebrosas. Quería salir de allí lo antes posible, pero aún tenía trabajo que hacer. Un ruido me hizo dar un respingo y acercarme aún más a mi generador, unas cajas estallaron y de la nada apareció otro de esos seres a los que nos habíamos enfrentado.

Verle de nuevo y tener que escuchar otra vez ese sonido escalofriante me hicieron sentir algo de miedo, pero era la segunda vez, no podía dejar que todo dependiese de Ryuuji. - Tendremos que acabar con él antes de seguir buscando. - Le dije a mi generador mientras le soltaba. Necesitaría poder moverse bien, no podía estorbarle.

Inspiré lentamente y luego dejé escapar un suspiro, preparándome para algo a lo que no podía acostumbrarme. - Ráfagas cortantes. - Dije con pesadumbrez, causando que en el aire empezase a acumularse arena que tomaron forma de cuchillas, para luego ser arrojadas contra esa criatura. 

Karin asintió algo más tranquila a Reshi, aunque aún sujetaba la camiseta de Navy con fuerza. Cuando Yuki encendió la linterna, la pequeña soltó un gritito asustada y se escondió detrás de Navy, antes de darse cuenta de que ahora podían ver algo. Se quedó cerca de la linterna todo el rato mientras avanzaban, hasta que la luz por fin llegó al teatro. 

Ladeó la cabeza, viendo a los otros dos que había allí. Si están aquí es porque también son mágicos... Entonces vio las sombras contra las que estaba intentando pelear el niño y las señaló con cara de enfado, como si eso pudiera hacerles algo. Aunque no parecía que estuvieran hiriendo a nadie, así que algo más tranquila, Karin se separó de Navy y avanzó un par de pasos, dispuesta a hacer más amigos.

- ¡Hi, hi! ¿Cómo os...? - los disparos de su compañera la pillaron por sorpresa y se tapó los oídos, chillando por el susto. Cuando terminó, se giró hacia Navy y le dio un cachete en la pierna, que era lo que estaba a su altura - ¡Navy! ¡Podrías haberle dado al niño! - la regañó, inflando los mofletes, enfadada. Se cruzó de brazos y le dio la espalda, antes de volver a saludar a los desconocidos - Perdón por lo de mi amiga. ¿Cómo os llamáis? Yo soy Karin. ¡Ah! ¿Y habéis visto un mostro dorado por aquí?

Aquel tajo cortó el candado de manera bastante precisa y no dudó en empujar las puertas para encontrarse nuevamente con una de aquellas extrañas criaturas que volvió a hablar de una “esencia”…no podía detenerse como la última vez, ahora tenía a Samantha a su cargo y tenía que protegerla como fuera.

Luego tendrían tiempo para seguir buscando, ahora se ocuparían de aquel ser. Ryuuji no tardó en alzar su espada y soltar un poderoso tajo en dirección de aquella criatura. Cuanto menos margen de reacción tuviera, mejor.

El hombre con armadura mantenía la distancia de ambos mientras escuchaba la explicación de Fergus. No parecía convencido del todo, pero al menos su expresión detonaba que se lo estaba pensando...

Pero antes de poder llegara una decisión, Caroline hizo su actuación de llanto y temor. En ese momento, algo cambio en la Bestia Dorada.

Sus puños se cerraron con fuerza, sus dientes chirriaban, y su mirada estaba clavada en la niña rubia.

A pesar de ese gran tamaño, la bestia se desplazó a gran velocidad hasta quedar justo delante de Caroline, alzando su mano derecha imitando un tipo de garra con los dedos.

-¡¡¡YA CALLATE!!! -gritó antes de lanzar un zarpazo a la chiquilla.

Encontrarse con aquellas sombras no era algo que agradase a Yuki, quién se ocultó detrás de Reshi mientras avanzaban lentamente al escenario... De momento no parecía haber ningún peligro, pero no quería ser quién estuviese más fácil de tomar si las sombra intentaban algo.

-¡Ah! -los repentinos disparos de Navy le hicieron aferrarse fuertemente a la camisa de Reshi, asomándose luego para ver que todo estaba bien.

El mismo disparo hizo que el niño rubio se tirase al suelo cubriéndose la cabeza, temblando un poco antes de alzar la vista hacia quién jalo el gatillo.

-¡Salvaje! -le gritó sin pelos en la lengua.

Cuando Yuki se convenció de que no parecía haber ningún peligro, de momento, se separó de Reshi y avanzo hasta Karin para saludar también a la otra pareja de humanos.

-¡Hola! Eh... ¿Ustedes también son parte del juego? Estamos buscando un monstruo para completar la misión, pero... dimos aquí.

En el momento en el que habían llegado, el chico con uniforme de plomero los había estado viendo con desconfianza, pero ahora parecía más relajado.

-¿Parte del juego? Bueno... Soy un generador, y él es mi guardián. Supongo que si, somos parte del juego. ¿Y ustedes? No los vi aquella vez en el bar... -se puso pensativo respecto a eso. -. Pensé que los que fuimos reunidos eran los únicos jugadores...

-¡¿Entonces hay más con quienes jugar?! -Kuro se levantó de un salto con una sonrisa de oreja a oreja. -. ¡Soy Kuro, mucho gusto! -el niño rápidamente se acerco a Karin y Yuki para estrechar sus manos y agitarlas de manera muy energética de arriba a abajo.

-¿También están buscando a la bestia dorada? -preguntó entonces el plomero. -. Nosotros aparecimos aquí mismo, y Kuro ha estado convencido de querer acabar con esas dos sombras... No quería dejarlo solo, así que también me quede a ver si podía hacer algo, pero siempre que las atacamos se vuelven a regenerar en otra parte del escenario y siguen bailando... -efectivamente, durante toda la conversación las sombras les habían ignorado por completo para simplemente seguir su danza; incluso cuando Navy les había disparado, ellas simplemente se volvieron a juntar para continuar. -. Soy Kami, por cierto.

La criatura corrió hacia ustedes mostrando sus filosas garras mientras gruñía. Al ir tan de frente, terminó por recibir todo el ataque de Samantha, pero eso no seria suficiente para detenerle.

Al estar lo suficientemente cerca, dejó caer su columna hacia atrás de una manera inhumana para esquivar el ataque de Ryuuji para luego recuperar la compostura fácilmente, ya con una de sus garras alzadas dispuesta a lanzar un ataque al generador mudo.

-E҉S҉E҉N҉C҉I҉A҉

La bestia estuvo frente a ella mucho antes de lo que planeaba.

"No puedo creer que funcionara" Pensó al tiempo que se movía fuera del camino en el último segundo disponible. Tenía que admitir que las ideas de su hermanita funcionaban, aún cuando fueran tan estúpidas como esa. "Casi nos haces escabeche, Caroline"

Dejó a la bestia deslizarse hacia delante con su propio impulso, y aprovecho el momento. -Ahora Takumi! Trampa de hilos! -Su marioneta actuó rapido en un parpadeo rodeo al monstruo varias veces y con un tirón nuestro basto para cerrar los hilos a su alredededor como una red, escuchaba la plegaría de Caroline en el fondo de su mente, porque eso funcionara. Si no, iban a estar muy jodidos.

Se puso de pie junto a Fergus, jadeando más por lo rapido que le latía el corazón que por el esfuerzo. Había estado muy cerca. -Y ahora? - Murmuro para su compañero viendo a la gran bestia dorada debatirse entre los hilos, sus planes no llegaban tan lejos.

Mierda, por un momento había pensado que lograría terminar con eso más rapido y sin arriesgar la vida de las rubias y la suya por supuesto. Los gritos y llantos de la chica habían causado que aquel sujeto entrara en una especie de frenesí y le atacase con una velocidad tremenda, su mirada se desvió al notar que el ser dorado estaba apenas unos centimetros cerca de la chica. -No... -Susurró sintiendo que no podía realizar mucho, sin embargo, la chica tenía otras cosas planeadas demostrando que realmente era dos personas en una, su titere salió de la nada a la par que se movía lo suficiente para esquivar aquel ataque, el cuerpo de Fergus se sintió aliviado y rapidamente preparo un contraataque sin siquiera pensarlo demasiado. 

-No importa si no funciona... -Se pudo escuchar casi como un susurro, la voz firme y confiable de Fergus demostraba que Caroline podía confiar en él, que sentía que aquella maniobra había sido suficiente para darle una fracción de segundo para mentalizarse y preparar un ataque contra aquel sujeto. -Con ralentizarle es suficiente. -Sus ojos rojos mostraban un brillo feroz, si no podían dialogar y terminar aquella batalla en menos de diez minutos entonces solo tenían que vencerle con todo lo que tenían, no había mucho más que pudieran hacer en tan poco tiempo, tampoco servía esperar refuerzos. Sus tenían puestos aquellas nudilleras de un material parecido al metal. No tengo un ataque especial o tecnica como ella, ni tampoco la fuerza de ese sujeto, pero si puedo noquearlo con mis puños es más que suficiente. Su brazo derecho realizó un arco desde atrás de su cuerpo buscando impactar contra el menton de la criatura, podía ser un guardian o lo que fuera pero todo ser vivo es vulnerable a un golpe que repercuta en un movimiento que sacuda el cerebro y se golpee con las propias paredes craneales.