Por apenas unos pocos centímetros consigo esquivar el puñetazo con un movimiento de cuello, y gracias a ese movimiento soy capaz de ver con claridad como dos enormes guanteletes metálicos se forman cubriendo los brazos de Yuki.

Completamente conmocionado por lo que acabo de presenciar doy un par de pasos hacia atrás alejándome de la sombra - ¿Pero qué..? - No consigo terminar de formular la pregunta porque ni siquiera sé que puedo preguntar en una situación así.

Dando pequeños pasos tratando de mantener las distancias con nuestro enemigo intento ganar algo de tiempo pensando que hacer. - ¿Puedes... Puedes pelear? - No me gusta nada la idea de pedirle eso a Yuki, pero en ese momento da la impresión de que con esos guanteletes tenga más suerte que yo.

Sé que ya no la puedo parar por lo que antes de volver de cargar le dirijo una mirada suplicante que grita "ten cuidado". Ahora más que nunca tengo que pelear con determinación para que no resulte herida; con fuerzas renovadas recupero la distancia que había tomado con la sombra y lanzo una cuchillada en dirección a su cuello.

Nunca había pensado que realmente llegaría a encontrarme en un momento como en el que estaba ahora. Retrocedí un paso ante la mirada fulminante de aquella sombra, pero luego me mantuve firme para no retroceder más. ¡No podía huir!

Ante las palabras del chico que luchaba por defendernos a ambos, asentí levemente y luego espere el momento para atacar; era la primera vez que haría algo como eso, tenía que pensarlo, tenía que prepararme, tenía que ser efectivo...

En el momento en el que Reshi atacase y la sombra se defendiese de él, yo me lanzaría directo a por ella con un mi puño derecho cerrado listo para propinar un fuerte puñetazo a aquella criatura. El físico no era precisamente mi fuerte, pero tal vez aquellos guantes pudiesen hacer la diferencia...

-¡A un lado! -grité al chico mientras me abalanzaba contra la sombra; no seria bueno que él se metiese y recibiese el golpe...

Durante el breve momento en el que Reshi se paso mostrando miradas y dando leves comentarios a Yuki, la sombra respiraba de manera agitada y soltaba uno que otro gruñido; en cualquier momento podría saltar de nuevo, por lo que Reshi tuvo que atacar primero para no ser él quien recibiese el ataque.

El muchacho llego a acertar un grave corte en el cuello de aquella criatura, la cual retrocedió unos pasos y se llevo una mano a la herida para intentar mantenerla un poco cerrada; no sangraba, pero el agujero hecho parecía desprender pequeños hilos negros que intentaban juntarse de nuevo para evitar que la herida se abriese más y terminase por perder la cabeza. En ese momento de descuido, el grito de Yuki llamo la atención de la criatura, la cual termino por ser impactada por un fuerte puñetazo que le hizo retroceder considerablemente; el golpe por poca la tira al suelo, pero pudo mantener el equilibrio y continuar de pie.

Sus ojos amarillentos se movían de manera frenética mientras les observaba, soltando otro gruñido antes de dar un gran salto hacia el cielo y luego "saltar en el aíre", saliendo disparada hacia Reshi con la intención de caer sobre él, tirarle al suelo, y clavar las garras en su pecho.

Por primera vez parece que las cosas empiezan a ponerse de cara para nosotros, he conseguido conectar un ataque y aunque no me guste Yuki se ha unido a la pelea y parece que su inexplicable habilidad también está causando daños a la sombra.

En un exceso de confianza dejé un hueco en mi defensa y eso que dicen de que una bestia herida es más peligrosa me golpeó con más fuerza que nunca; de un momento a otro me encuentro en el suelo forcejeando con la sombra sobre mi, intento con todas mis fuerzas librarme de la presa, pero es inútil. Noto como las garras de la criatura se clavan profundamente en mi pecho y no puedo evitar soltar un desgarrador aullido de dolor.

Tal vez por adrenalina o tal vez por pura estupidez agarro su brazo con sus garras aún clavadas en mi carne para que no se pueda mover y lanzo un ataque más trazando un arco con el cuchillo hacia su cuello. En el mejor de los casos aquella cosa moriría y yo me llevaría una bonita cicatriz de recuerdo.

-¡Si! ¡Mi ataque ha funcionado! Creo...

Antes de poder decir nada a Reshi, aquella criatura se abalanzo de nuevo a por ambos. Pude apartarme por poco para evitar recibir el ataque, pero mi compañero fue tirado al suelo y recibió otra herida que le hizo brotar más sangre. En mis ojos cristalinos se reflejaba por breves instantes aquel liquido rojo, mi cuerpo fue recorrido por un estremecimiento, pero... ¡no podía dejarle!

Cerré los ojos con fuerza durante unos segundos antes de abrirlos con fuerza y lanzarme contra la criatura para propinarle un puñetazo con mi guante derecho; debía quitar esa cosa de encima de Reshi.

La criatura soltó un tipo de rugido desgarrador al estar sobre Reshi, aunque realmente no tenía boca. Ante la acción del chico, la sombra se las arreglo para esquivarlo: sus brazos le impedían moverse, si, pero le bastaba con estirarse hacia atrás para salir del rango del ataque, sin quitar las garras del pecho del muchacho. Luego de que Reshi fallase, la criatura volvería a la normalidad y tiraría de una de sus manos para sacar las garras del pecho del chico y proponerse a atacarle de nuevo, pero la criatura salió volando de nuevo por un puñetazo de Yuki.

Se mantuvo tirada en el suelo unos instantes antes de que un tipo de espasmo recorriese todo su cuerpo, entonces se levanto y volvió a clavar la vista en ustedes, más precisamente en quien le había golpeado. Cerrando sus puños, la sombra se lanzo a por Yuki; le daría una dosis de su propia medicina.

Compuse una mueca de enfado cuando la sombra esquivó mi golpe, aunque desde mi posición tampoco podía hacer mucho más. Otro gemido de dolor se escapó de mi boca cuando las garras salieron de mi pecho, ya estaba preparado para recibir otro golpe cuando de pronto vi como la criatura volaba por los aires.

Me incorporé para observar que había sido Yuki de un puñetazo, aún no terminaba de asimilar como la chiquilla podía hacer algo así, aunque no sabría decir que es lo más raro que había visto en las últimas dos horas.

- ¡NO!.-Exclamé, al ver que la sombra había cambiado de objetivo e iba a por Yuki esta vez. Salí corriendo tras ella, pero mi herida no me dejaba ir tan rápido como quisiera para detener el ataqué. - Tu oponente soy yo.- Desesperado, lancé otro tajo. - Muerete ya maldito.

No sabría decir si la mirada que dirigí a Reshi fue para comprobar si estaba bien o para suplicar que todo esto parase, pero no tuve tiempo para decirle nada cuando la sombra se volvió a lanzar, y esta vez a por mi.

Sin saber como reaccionar, me cubrí con los brazos rápidamente mientras me disponía a invocar otro equipamiento.

-¡Shield! -grité con todas mis fuerzas mientras aquella energía que hizo aparecer los guantes ahora hacía aparecer un escudo delante de mi, el cual por desgracia la sombra llego a evitar por encima para alcanzar a darme un puñetazo en el rostro. Solté un quejido mientras caía al suelo y me cubría la cara, intentando aguantar las lágrimas y el dolor mientras giraba en el suelo.

En ese momento pude sentir que todo aquello de verdad era real. Todo aquello de verdad estaba pasando. ¿Nos pasaría algo malo si no ganabamos el combate? ¿Que pasaría con el chico que se había sacrificado tanto para protegerme? Yo... Yo...

Mientras Yuki se encontraba en el suelo, su voluntad fue puesta a prueba...

Valiente

La muchacha se aferro a sus deseos para dejar atrás al miedo y poder enfrentarse al peligro una vez más. No se permitiría retroceder, ¡no podía!

Con algunas lágrimas cayendo por mis mejillas, me puse de pie y desaparecí el escudo para luego clavar la vista en la criatura, apretando mis puños y viendo como Reshi se acercaba de nuevo para atacar y protegerme. No podía dejarle solo, ¡no podía dejar que perdamos!

Cuando Reshi hizo su ataque, yo corrí hacia la sombra y acompañe el ataque del chico con uno de mis fuertes puñetazos.

-¡Desaparece ya! -grite a la criatura.

Entonces, el corte de Reshi penetro el cuerpo de la criatura, y antes de que esta pudiese reaccionar de alguna forma, Yuki salió de la nada y le propino un fuerte puñetazo, causando que se volviese polvo y desapareciese en el suelo sin dejar más que una mancha oscura de quemadura. Sin previó aviso, el chico sintió brevemente un cosquilleo en el dorso de su mano, el mismo cosquilleo que Yuki empezó a sentir también en ese momento: a los pocos segundos, el cosquilleo desapareció.

-¡Felicidades! Han completado la misión de hoy -dijo el hombre de sombrero con una sonrisa, habiendo vuelto a aparecer a unos pasos detrás de ustedes. -. Ahora irán a un lugar donde podrán descansar un poco y recibir con más calma la información necesaria sobre el juego. Todo se resolverá... en un momento...

Y antes de que pudiesen decir nada, el hombre chasqueo los dedos, y todo se volvió blanco...