Partida Rol por web

Un extraño sonido soplaba en tu oído antes de que un destello en la oscuridad te hiciera abrir los ojos para finalmente despertar.

Estabas de pie, con la mano en la cabeza por el dolor, y como primer instinto miraste a los alrededores para poder ubicarte. Por lo que pudiste ver, te encontrabas en la recepción de un hotel, pero... ¿que era un hotel, exactamente?

Había un grupo de personas haciendo fila para pagar habitación, y tu estabas en esa fila. Sus miradas perdidas en la nada, como si ignorasen todo lo que pasase a su alrededor, incluyéndote. No reconocías a nadie, y más importante... No te reconocías a ti mismo.

Era una sensación extraña. Había un infinito vació en tu interior que te aseguraba que no sabías nada de ti mismo, pero allí estabas: parado al fondo de la fila de una recepción, esperando tu turno para pagar una habitación donde pasar la noche.

Te quedaste un poco atontado, sin decir nada, esperando a que la fila pasase. Te sentías uno más de la multitud, perdido en tus pensamientos vacíos mientras repetías un tipo de rutina.

Al final, cuando por fin era tu turno...

-Click

Un chasquido de dedos te hizo abrir los ojos luego de un pesado pestañeo. Seguías en la recepción, pero el recepcionista ya no estaba, y el resto de personas tampoco: solo se encontraba un hombre de cabello verde, sombrero y traje, parado detrás de la barra, chasqueando los dedos de la mano derecha constantemente frente a tu rostro.

-Oye, oye ¿estas despierto? -se debía estar dirigiendo a ti... no había nadie más a quien referirse. - Anda que no eres vago... Se supone que debes ir a una habitación para dormirte, aunque... no es que hayan muchas en un hotel abandonado desde hace años.

La manera en la que hablaba... ¿Japones? No estabas seguro: En cuanta más vueltas le dabas, menos comprendías, pero estabas seguro de entender lo que te decía, y poder responder.

Otro día en ese instituto estudiantil...

Las clases cada vez se hacían más largas, y es que cada vez sentías que era un tipo de perdida de tiempo. Ha pesar de eso, seguías asistiendo y cumpliendo con tus notas para mantener alegre a tu familia y tener un buen futuro.

Había terminado la última clase, se había abierto el portón, y con eso no tardaste en salir del patio lo más pronto posible junto a la otra multitud de alumnos que se iban apenas podían. Cada quien tenía su vida, y no es que la tuya fuese mala, pero no eras del tipo de personas que se quedaban en un lugar como ese teniendo la oportunidad de irse.

Tras salir, tomaste rumo a tu casa como era costumbre. No debían ser más de las doce en punto, por lo que podías tomarte el camino con calma. Había mucho movimiento en las calles, como ya era habitual a esa hora, pero nada de que preocuparse.

-Oye...

Una voz detrás de ti llamó tu atención. Tuviste la sensación de que se dirigía a ti, por lo que volteaste a ver quien te llamaba... pero no había nadie. No le diste muchas vueltas, seguramente fuese alguien llamado a otra persona. Entonces, al darte la vuelta para seguir caminando, te topaste con un hombre delante de ti.

Cabello verde, sombrero y traje. No lo conocías de nada, pero él sonreía con amabilidad y confianza.

-Perdona, pequeño. Estudias en ese colegio que esta cerca de aquí, ¿verdad? -te pregunto. Había un par de colegios más en la cercanía, pero él más cercano era el tuyo. - Escuche que los estudiantes de allí son muy atentos y responsables... Son puras mentiras, ¿verdad?

Era cierto: por más que los estudiantes se esforzasen en mantener buenas notas, la mayoría solo se esforzaba lo mínimo para pasar el año con el menor esfuerzo posible.

-¿Puedo preguntar cual es tu nombre?

No sabía donde estaba, no sabía quien era ni sabía que hacía allí; no sabía nada, se sentía completamente perdido, como si no fuera capaz de encadenar más de dos pensamientos seguidos y su cuerpo ya no le perteneciera.

Actuaba por instinto, ni siquiera era consciente de lo que le rodeaba o lo que hacía, pero allí estaba, haciendo cola para no sabía qué esperando su turno mientras intentaba poner en orden los pocos pensamientos que era capaz de trenzar, pero lo único que conseguía con eso era confundirse más aún. Se dio cuenta de que su mano derecha buscaba continuamente a su oreja izquierda sin ninguna razón aparente, como si se tratase de alguna antigua costumbre a la que ahora no era capaz de encontrar explicación.

Perdido en sus pensamientos, le llegó su turno y un extraño chico le espabiló con un chasquido. Escucho sus palabras, no con rechazo ni con extrañeza, sino con curiosidad por entender que estaba pasando. - ¿Se supone que... Debo ir a una habitación?-  Preguntó, casi para sí mismo intentando encontrarle sentido a aquella frase. De nuevo acarició levemente su oreja dubitativo antes de volver a hablar - ¿Qué... Qué es esto? - Fueron las únicas sílabas que su lengua logró conectar con su cerebro; ni siquiera sabía como estaba manteniendo una conversación, si pensaba fríamente las palabras que pronunciaba no tenían significado para él, y aún así sabía lo que decía.

Miró por primera vez a los ojos del peliverde, sus ojos azules brillaron con un destello casi suplicante, necesitado de alguna información a la que aferrarse.

Parpadeo un par de veces cuando escucho la voz y no veo a nadie, y cuando me encuentro al señor misterioso de la nada me quedo mirando sin parpadear, no vaya a ser que vuelva a desaparecer

-¿Atentos y responsables?-miro fijamente al hombre. Realmente no me relacionaba mucho con los demas, asi que no se muy bien que decirle-No se... ¿por que quiere saber eso, señor? ¿Acaso sucede algo malo con los estudiantes?-pregunto inocentemente-Y mi nombre es Yuki, Yuki Naoto-sonrio

-¿Suceder algo? Para nada; no tiene que suceder algo para que uno tenga que hacer algo, ¿verdad?. No tienes nada que temer, Yuki. Soy alguien incomprendido, alguien que quiere enseñarle las posibilidades y oportunidades para mejorar a los demás, pero siempre soy rechazado. En todo caso, puedes llamarme Kantoku-San.

Con una sonrisa en su rostro, acerco y poso su mano suavemente sobre tu cabeza. En ese momento, un pestañeo te llevo a un ambiente totalmente diferente. Ya no habían personas, autos moviéndose, tanto ruido, y la ciudad se sentía apagada, pues la única luz venía de los rayos de sol que atravesaban las ahora densas nubes.

-Mi deber es ejercer cierto papel en cierto juego, uno donde los ganadores pueden pedir un deseo sin regla alguna. ¿Quieres mejorar el mundo? ¿Pedir algo para ti? ¿Tal vez cambiar algo? Lo que tengas en mente puede hacerse realidad, si ganas -añadió antes de retirar su mano, momento en el que otro pestañeo te llevo al mundo real. - El destino te ha querido dentro del juego, y así lo llevaré a cabo.

Entonces, sentiste un extraño e intenso hormigueo que recorrió todo tu cuerpo, permaneciendo en tu espalda antes de desaparecer luego de unos segundos.

-El juego comenzará en unas horas: para ese momento, apareceré de nuevo para hacer de tutorial. Hasta entonces... -hizo una reverencia de despedida mientras se quitaba el sombrero de manera caballerosa. -. Disfruta de tu día, pequeña.

Tras despedirse, el hombre desapareció en un pestañeo. Mirases a donde mirases, no lo encontrabas; se había ido.

-Bueno, realmente acabas de despertar, así que no creo que tengas sueño, aunque no se si despertar sea la palabra correcta...

Con esa amable y confiada sonrisa, el hombre desconocido se llevo las manos a los bolsillos sin quitarte la vista de encima.

-Pues resulta que eres más despistado de lo que pensé, ¿no, Reshi? -en ese momento, tu cabeza retumbo de nuevo y fue sacudida por aquel sonido extraño que no llegabas a reconocer. Tras breves segundos para que el dolor desapareciese, caíste en cuenta sobre cual era tu nombre. -. Lamento decir que no puedo decirte más que eso sobre ti mismo; no seria interesante si te contase toda la historia antes de empezar, ¿verdad?

Soltando una leve risa, aquel sujeto mostró una mirada afilada en sus brillantes ojos amarillos.

-Si te encuentras aquí, es porque el destino así lo quiso. Mi deber es ejercer cierto papel en cierto juego, uno donde los ganadores obtienen el deseo que quieran. Puedes recuperar tu memoria, desear una nueva vida, tal vez otra cosa... Lo que sea que tengas decidido en ese momento, podrá hacerse realidad -entonces, un extraño e intenso cosquilleo recorrió todo tu cuerpo, permaneciendo en el dorso de tu mano dominante antes de desaparecer luego de unos segundos. -. No te mentiré esta vez: no estas obligado a jugar, pero realmente ya no tienes nada más que hacer, y tal vez recuperes algo más que tu nombre durante el transcurso del juego...

Sin decirte nada más, el hombre paso junto a ti y fue hacia la salida de la tienda. Aún tenías muchas dudas sobre ti, sobre él, sobre todo... No podías dejarlo ir así como así.

Siguiéndole el paso, llegaste hasta afuera, encontrándote con una gran ciudad que llegaste a reconocer como Japón. Estaba silenciosa, sin gente, sin ruido, apagada... La única luz venía de los rayos de sol que atravesaban las densas nubes.

-No estas obligado a jugar -repitió el hombre, que ahora se encontraba detrás de ti por arte de magia. -. Pero eso significa que nadie se hará responsable de lo que te hagan los seres que rondan este lugar, y tampoco se harán responsables de lo que le suceda a ella...

No sabías a quien se refería con "ella", pero... sentías que si la mencionaba, era porque era alguien importante para ti. Lo sentías en tu interior...

Como era de esperar la respuesta del chico no le aclaró nada su situación, por lo que claramente decepcionado Reshi soltó un suspiro perezoso. Pero recuperó inmediatamente la compostura cuando escuchó su nombre de la boca de su interlocutor, al principio no lo procesó como tal, tan solo eran dos sílabas que por alguna razón le habían impactado de tal manera que se quedó petrificado por unos momentos; sentía mucha familiaridad con esa palabra, pero no lograba relacionarla por completo con nada, hasta que finalmente, ayudándose de las siguientes palabras del peliverde, cayó en la cuenta de que era su nombre.

Ya tenía algo a lo que aferrarse, una única cosa que le acompañaba y pertenecía en toda esa locura, en ese momento solo su nombre le acompañaba. Pero era algo, y fue suficiente para que mantuviese la calma y se detuviera a analizar la situación; estaba seguro de poder extraer algo más de información útil escuchando con atención.

Los segundos siguientes se limitó a asentir escuetamente a lo que decía aquel sujeto siempre con su mano acariciando su oreja, solo deteniéndose para mirarse el dorso de la mano extrañado al sentir un cosquilleo, cerró el puño e ignoró aquella sensación.

Una vez fuera no dio demasiada importancia al estado de la ciudad, ciertamente era raro que no viese ni personas ni una sola luz, pero en esos momentos ya nada le sorprendía, aunque la mención de "ella" le hizo girarse extrañado, sabía que era inútil tratar de pensar en quien sería así que se apoyó en la pared y agarrando el lóbulo de su oreja izquierda comenzó a pensar.

- Dame un segundo. -Pidió al chico que le acompañaba. Trataba de abstraer información de todas y cada una de sus palabras, hasta el momento podía deducir que alguien le había borrado la memoria y le había arrastrado hasta ahí, también pensó en que habría más personas en su posición, pues no sería un juego si solo hubiese un participante, seguramente no tenía otra forma de escapar de ahí que siguiendo sus órdenes, no sabía que eran esos seres de los que hablaba pero era posible que al comenzar el juego le dieran algo para poder lidiar con ellos y por último estaba "ella" ¿Si la tenían como a él, también participaría en el juego?. -Está bien. - Suspiró volviendo erguirse separándose de la pared, pero sin despegar sus dedos de su oído. - Estoy dentro ¿Al fin y al cabo no tengo otra opción verdad?.- Concluyó encogiéndose de hombros.

Miró una última vez al chico a los ojos, y sus ojos azules brillaron nuevamente, pero esta vez con un brillo de confianza y desinterés. Desde luego no era el mismo chico confuso de antes, sin saberlo, Reshi había recuperado su forma de ser.

-Correcto.

Ante tu respuesta, el hombre hizo un gesto con la cabeza para que lo siguieses antes de empezar a caminar por aquellas calles solitarias.

En cuanto más mirabas a tu alrededor, más nostálgico y perdido te sentías. De alguna manera, reconocías aquellas calles y lugares que recorrían, pero a la vez quedabas con muchas dudas: ¿Como conocías aquellos lugares? ¿Que hacías allí? ¿Por que te sentías tan familiarizado con el camino?

Al final, fue casi media hora de caminata antes de llegar a la entrada de una casa. Se encontraba tan silenciosa y apagada como el resto de la ciudad, pero no sentías nada; tal vez no conocieses esa casa...

-Bien, ahora necesito que te quedes parado en la puerta y esperes a sentir un cosquilleo en tu mano antes de tocar el timbre. Ni un segundo antes, ¿ok? -te explico el hombre de verde mientras se acercaba a la puerta. -. Como ya dije, no tienes nada que hacer, aparte de que los seres que rondan las cercanías podrían darte caza si te alejas de aquí, por lo que no dudo en que seras un buen chico y esperarás hasta el momento adecuado para tocar.

Entonces, el hombre de cabello verde desapareció en un pestañeo antes de que pudieras preguntar nada. Habías quedado totalmente solo, en medio de una ciudad extrañamente conocida, frente a una puerta con un timbre que no deberías tocar hasta que llegase el momento... Si lo que decía aquel sujeto era verdad, lo mejor era esperar allí.

Media hora de espera aproximadamente. No había pasado nadie, no habías escuchado a nadie, y no habías recordado nada. Parecía ser una perdida de tiempo, empezabas a considerar que todo se tratase de un tipo de broma pesada muy bien hecha, pero... cuando estabas pensando en retirarte, un fuerte cosquilleo recorrió el dorso de tu mano. Hasta ahora, la única persona con la que habías hablado era el hombre de sombrero, el cual te había dado una sencilla orden que deberías cumplir ahora...

Caminaba tras aquel chico, sintiendo cada pisada como un grito que le instaba a seguir y conocer más, sus pupilas absorbían cada milímetro de información que era capaz de recabar del entorno; y aún así lo único que sabía era que con total certeza había estado ahí antes, que ya había caminado por ese mismo suelo y recorrido las mismas calles.

Era increíblemente frustrante, pero ya había tomado la decisión de seguir, aunque solo fuera por no tener otra alternativa, y no se iba a echar atrás ahora.

- De acuerdo... Supongo.- Contestó encogiéndose de hombros, a esas alturas hubiese hecho prácticamente cualquier cosa con tal de avanzar, pocas cosas le extrañarían ya; y aún así abrió los ojos como platos al ver como su acompañante desaparecía ante él.

Ahora solo quedaba esperar, por extraño que pareciera sabía que ese cosquilleo llegaría, evitaba toda clase de pensamientos relacionado con lo que estaba pasando pues sabía que era inútil. Simplemente se perdió en su pensamientos acerca de cualquier tontería como la estructura de los edificios o el color de su ropa. Para cuando se dio cuenta ya había pasado un buen rato y su mano se posaba sobre su oreja, resopló aburrido y en ese preciso momento un cosquilleo le recorrió la palma de la mano llegando a la punta de sus dedos.

Tomo aire pulsó decididamente el timbre.

No entiendo nada de lo que acaba de ocurrir ¿Un juego? ¿Y donde se metio el señor? No me dio tiempo a decirle nada antes de irse. Entonces, una campana suena ¡La hora! Soy del club Volver a Casa, asi que siempre vuelvo directo de clase, si tardo mucho, seguro que preocupo a mis padres.

Mientras camino, alarmado, por las calles de lugar, voy pensando en las palabras del extraño sujeto ¿Y de premio, un deseo sin reglas? Si ganase a lo que sea que juguemos, ¿Que pediria? No soy una persona especialmente ambiciosa, en casa no me falta nunca nada y si quiero algo caro, basta con ahorrar... ¿Tal vez deba pedir dinero infinito? No se... tal vez deba preguntarselo a mi Nii-san cuando llegue a casa, seguro que a él se le ocurre algo interesante

La siguiente hora fue normal en donde cabe. Cada tanto sentías ese hormigueo en tu espalda que te recordaba lo sucedido, pero nada como para detener tu rutina.

Fue poco más de las una de la tarde cuando aquel cosquilleo se hizo notablemente más intenso, llegando a volverse una molesta comezón. De pronto, y antes de que pudieras decidir que hacer con aquella sensación, un chasquido de dedos cambió de nuevo el ambiente.

Tu casa se encontraba más silenciosa, las luces se habían apagado, y la única iluminación que tenías venía de la que entraba por las ventanas. El cosquilleo en tu espalda se había detenido, y te sentías de nuevo en ese lugar.

-¡Hola! -saludo en voz alta el hombre de cabello verde, quien se encontraba parado detrás de ti. -. He terminado los primeros preparativos para el juego, por lo que podemos proceder a comenzar.

Con esa sonrisa amable, Kantoku te observo de pies a cabeza antes de sujetarse la barbilla.

-Supongo que desde hace rato debiste sentir un cosquilleo en tu espalda, ¿verdad? Eso significa que ellos están cerca... -no sabías a quienes se refería, pero pudiste notar como la sonrisa del hombre fue decayendo poco a poco. -. Esperaba poder reunirles a ambos antes de ponerme a dar explicaciones, pero mejor ir ahorrando tiempo antes de que ellos lleguen.

Entonces, el hombre con sombrero metió la mano en su gabardina para sacar una hoja de papel en blanco, sin una sola arruga.

-Ha partir de ahora, visitarás este mundo a cierta hora aleatoria del día. Aquí, tus deseos y tu imaginación te permitirán liberar poderes más allá de los límites humanos -entonces, Kantoku empezó a dibujar algo sobre el papel, utilizando dos de dos de su mano derecha como pincel. Al voltear la hoja para enseñártela, pudiste ver que ahora tenía cosas escritas en... un extraño lenguaje que no comprendías. -. Este es el lenguaje utilizado por los dioses antiguos. A simple vista, parecen simples símbolos y figuras sin sentido, que de paso cambian por si solas luego de unos segundos, pero, puedes leer perfectamente lo que dice si te concentras aunque sea un poco. Anda, inténtalo.

Aquel sujeto te entregó la hoja de papel con los extraños símbolos. Tal como había dicho, parecía que unos símbolos aparecían sobre otros que desaparecían luego de un rato. Haciendo caso a lo que Kantoku te había dicho, te concentraste en intentar leer y descifrar aquel escrito. De pronto, comprendiste lo que había escrito.

Yuki Naoto

Nivel 0

Físico 2
Destreza 1
Inteligencia 3
Percepción 3
Voluntad 1

Habilidades

-

-Esas son tus estadísticas del juego. Actualmente no tienes nada en especial, pero más adelante te irás volviendo más poderosa -te fue explicando. -. Arriba aparece tu nombre y tu nivel actual, el cual es cero porque no has recibido esencia. Luego, aparecen tus estadísticas, y por último tus habilidades, las cuales no tienes aún.

Entonces, el timbre de tu casa sonó. Ese cosquilleo recorrió tu espalda de nuevo, y para colmó, Kantoku había desaparecido por arte de magia. Así, sin más; sin darte más explicación, que tenías que hacer, ni nada. Te había dejado sola, en "tu casa", con alguien tocando el timbre.

Cuando ya habia asumido que todo era una especie de sueño raro, el señor misterioso aparece de nuevo, volviendo a decir cosas muy raras ¿Ahora voy a desaparecer de forma aleatoria? ¿Y que es "aleatoria"? Y, si voy a un mundo donde mis deseos se hacen realidad ¿Por que hay que hacer un juego por un premio que es un deseo hecho realidad? No lo entiendoooo

Luego la nota extraña. Al poco rato, se vuelve elegible, pero no termino de entender que es cada cosa. Nuevamente, antes de poder preguntarle nada, habia desaparecido

-Podias tener algo menos de prisa...-le digo al aire, mientras sostengo el papel con "mis estadisticas", aunque no se para que sirven. Nuevamente las miro, como si fueran a explicarme algo, pero nada, solo son palabras dificiles que no termino de comprender

Y entonces suena el timbre de la puerta. Normalmente iria mi hermano a abrir, pero parece haber desaparecido, junto con el resto de mi familia. Sin entender mucho la sitacion, imagino que tendre que ir yo a ver, aunque como se me ha enseñado, pregunto antes de abrir

-¿Quien es y que quiere?-le digo a la puerta, esperando que me escuche quien haya llamado

-¿Quien es y que quiere?-

Luego de un breve momento de que sonase el timbre, la puerta cayo echa polvo, dejando así a una indefensa niña de hermoso cabello plateado y ojos celestes frente a un chico con una cicatriz en el rostro.

-¡Felicidades! -grito e voz alta el hombre de cabellos verdes, que tras un pestañeo de la pequeña niña, apareció tras el chico. -. Os habéis reunido al fin: son una pareja creada por el destino para participar en el juego. Yuki, Reshi; Reshi, Yuki -los presentó rápidamente el uno al otro. -. Realmente me hubiera gustado tener más tiempo: conversar un poco, explicarles las reglas, darles un par de objetos y consejos... Pero el vació nunca descansa, ¿saben?

Entonces, antes de poder preguntar nada al hombre que algún día podría darles un infarto con esas apariciones repentinas, una terrible sensación recorrió la espalda de Yuki; un hormigueo intenso que la llevaba a curvarse notablemente.

-No tengo tiempo de darles el paquete completo, pero consideren esto una pequeña ayuda para enfrentar lo que se viene -comentó el hombre de cabello verde antes de crear en su mano derecha un tipo de esfera de energía verdosa. A los pocos segundos, la energía se dividió por la mitad: una parte voló hasta Yuki y paso junto a ella para después entrar por su espalda, mientras que la otra parte se quedaba delante de Reshi.

Tras unos breves segundos, el cosquilleo en la espalda de la niña se detuvo totalmente, y la energía frente al chico desapareció para dejar flotando en su lugar un cuchillo militar con puñal negro y brillante hoja.

-Muy bien: Poco tiempo, muchas cosas que explicar. Demuestren que el destino no se ha equivocado, y acaben a esa cosa -añadió para después pasar a señalar hacia la calle.

La ciudad estaba desolada, apagada, con densas nubes que apenas se dejaban atravesar por uno que otro rayo de sol... La calle estaba sucia, con manchas de aceite y una terrible sensación de no hacer sido utilizada en años... Pero algo más llamó vuestra atención: Una sombra en el suelo. Podía confundirse con una mancha, pero esta se movía levemente, hasta que de pronto, algo empezó a surgir de ella.

Como si la propia sombra del suelo cobrase vida, una figura de altura media se alzo del suelo, mostrando luego unos brillantes ojos amarillos que se clavaron en ambos, pues mientras la veían salir, el hombre de sombrero había desaparecido de vuelta.

-D̸e̸b̸o̸ ̸c̸o̸s̸e̸c̸h̸a̸r̸ ̸l̸a̸ ̸e̸s̸e̸n̸c̸i̸a̸

- Esto... So...- Fue todo lo que llego a decir antes de que la puerta se viniese abajo provocando que de manera instintiva retrocediese un par de pasos.

Lo último que se esperaba encontrar tras aquella puerta era una niña sola aparentemente indefensa. ¿Sería esa chica "ella" a la que había mencionado antes el peliverde? ¿Tendría alguna relación con Reshi? Apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que de nuevo y sin previo aviso el extraño chico apareciese a su espalda, provocando que casi se cayera del susto y haciendo que avanzase a trompicones hasta quedar a un metro de Yuki.

Como siempre, no entendía una palabra de lo que decía, agarrando el lóbulo de su oreja izquierda entre su pulgar y su índice observaba a su alrededor sin ninguna esperanza de comprender nada como ya era costumbre en las últimas horas. Había demasiadas cosas a las que reaccionar pero no conseguía articular palabra y mucho menos mandar una orden a su cuerpo para que hiciese algo.

O así fue hasta que vio como la niña se curvaba en una posición antinatural, de manera automática recorrió la poca distancia que había entre ellos y levantó su mano hacia ella sin saber muy bien que hacer. - ¿Estás bien? - Preguntó visiblemente preocupado, para momentos más tarde ver como una esfera brillante se introducía en su espalda aliviándola.

Suspiró tranquilo, estaba tan atento en lo que le pasaba a Yuki que no se percató de que otra esfera había ido a parar delante de él, estiró el brazo hacia ella sin pensárselo mucho y para cuando se dio cuenta estaba sosteniendo un cuchillo. - ¿Qué es esto? Yo nunca he...- Miró el arma, como buscando las palabras para terminar su frase con un "peleado con nadie"

Pero poco pareció importar, en un minuto había pasado de esperar frente a una puerta a luchar contra una sombra. Echó la vista atrás hacia la pequeña, si como esperaba esa cosa era peligrosa, estaban en peligro, y sentía la estúpida necesidad de protegerla. Corrió cuchillo en mano para asestar un golpe algo torpe a aquella criatura.

Escucho algo al otro lado de la puerta respondiendo a mi pregunta, pero antes de darme cuenta ya no hay puerta. Abro muchos los ojos, sin entender exactamente que esta pasando, pero con la clara sensacion de que a mis padres no les va a hacer mucha gracia encontrar un agujero donde antes estaba la entrada de casa

Luego, el extraño picor se vuelve mas y mas exagerado, produciendo que me doble, pero instantes mas tarde, una extraña luz parece sanarme. Cuando me doy cuenta, hay un monstruo frente a mi, peleando con un desconocido.

-¿Que esta ocurriendo aqui? No quiero problemas, no quiero problemas-mientras contengo las lagrimas, retrocedo un poco, preparandome para salir corriendo

Cuando Reshi se acerco a la criatura con la intención de atacarle, aquella extraña sombra empezó a doblarse de una manera antinatural, como si no tuviese huesos ni nada por dentro que le evitase doblarse con suma facilidad. Utilizando su extraña anatomía para mantenerse cerca del chico, la sombra preparo sus garras...

Mientras, Yuki presenciaba la escena, atónita y apunto de correr... Entonces, el hombre de sombrero hizo acto frente a ella con una gran sonrisa. Por la situación, Reshi no podía distraerse con él ni con lo que le estuviese diciendo a Yuki, pues la criatura no tardo en abalanzarse sobre él con la intención de clavar sus garras de la mano derecha en el hombro izquierdo del rubio.

Tras la aparición repentina del hombre de verde, quedaste paralizado por la escena que se estaba llevando a cabo detrás de él.

-Supongo que estas en un aprieto, ¿no? -preguntó señalando hacia afuera, específicamente al sujeto luchando contra la sombra. -. Creo que es buen momento para entregarte esto, y esto.

Entonces, Kantoku sacó de su camisa un papel con las mismas escrituras extrañas de antes, poniéndolo delante de tu vista para que lo leyeras de nuevo. Esta vez, al ver el papel, quedaste en cierto trance mientras las letras eran descifradas por tu cabeza.

Yuki Naoto

Nivel 1

Físico 3
Destreza 2
Inteligencia 5
Percepción 4
Voluntad 1

Habilidades

Prototipo
Beta Link: Espada
Beta Link: Escudo
Beta Link: Guantes

Tras quedarte embobada viendo el papel durante varios segundos, pestañeaste y pudiste reaccionar. Kantoku ya no estaba, el papel tampoco, pero... De alguna manera, sabías de lo que era capaz.

La extraña sombra esquivó el ataque con facilidad moldeando su cuerpo a voluntad de forma completamente increíble, parecía que el chico no tenía ninguna oportunidad contra algo así, ¿Pero entonces por qué se había quedado ahí a luchar?

La respuesta la encontró cuando por apenas un instante con el rabillo del ojo vio a Yuki, al borde del lloro sin saber que hacer; tal vez es porque comprendía el estado de incomprensión de la niña, o tal vez simplemente porque era un idiota que no dudaría en proteger a alguien indefenso aún poniéndose él mismo en peligro.

En cualquier caso aquella efímera visión de Yuki aún sin ser capaz de reaccionar le dio el aliento necesario para aguantar el golpe en el último momento interponiendo el cuchillo en la trayectoria de las garras del extraño ser, rasgando con ese movimiento la empuñadura de su camisa. - ¿A qué esperas? Huye de aquí.- Casi rogó a la pequeña tras soltar un gruñido de esfuerzo; tal vez cuando la chiquilla estuviera a salvo él también podría huir y dar esquinazo a la sombra.

Hasta entonces lo único que podía hacer era seguir atacando con torpes movimientos a su extraño rival tratando de ganarle tiempo para que escapara.

No se que esta ocurriendo, de repente me dicen que huya y, con ese monstruo ahi presente, casi no me hace falta pensar mucho para hacerlo; sin embargo, el señor de cabello verde se aparece de nuevo y me da un nuevo papel.

Entonces, una extraña energia recorre mi cuerpo. Ahora sabia cuales eran mis cartas y todas me resultaban muy familiares, como si fueran parte de mi desde siempre. Y ahora podia utilizarlas.

Viendo que mi desconocido compañero habia querido protegerme, me parece apropiado ayudarle, mi hermano siempre me habia dicho que eso es lo que hacen los heroes

-¡Beta Link! ¡Gauntlets!-grito

En ese momento, un extraño brillo aparece iluminandome desde abajo, como si estuviera encima de un foco. Entonces, alrededor de mis brazos empiezan a acumularse pequeñas sombras, creando piezas de metal que empiezan a recubrir mis brazos, formando dos enorme guanteletes cuyo tamaño individual casi sobrepasaba mi cuerpo entero

-¡No! ¡No voy a huir!-le digo al chico-Ayudaré ¿Que hago?-vale, quiero ayudar, pero no tengo ni idea de que hacer, jamas habia estado en una situacion ni remotamente parecida a esta

Ha pesar de que en ese momento sintió que pudo haber caído inconsciente, Reshi consiguió las fuerzas para continuar en el combate. Sin dejarse intimidar por la resistencia del chico, la sombra continuo esquivando agilmente sus ataques uno tras otro; no parecía ser una dificultad para ella.

Entonces, de manera inesperada para el chico, la pequeña niña invoco y equipo un par de grandes guantes metálicos en sus brazos. Esto atrajo la atención de la criatura por breves instantes, clavando sus brillantes ojos amarillos en Yuki antes de continuar su lucha contra Reshi: sin dejar alejar a su presa, la sombra cerro firmemente su puño derecho y se dispuso a propinar un golpe en el rostro del chico.