Partida Rol por web

tirame correr:

con df 5 tardas 20 asaltos

Con df 7 tardas 10 saltos

Con df 8 Tardas 9 asaltos

Con df 10 tardas 8 asaltos

Con df 11

Con df 12 Tardas 6 asaltos.

Con df 13 5 asaltos

... etc

Las Gargolas soldados tras el Conjuro se abre pasos, el grueso de las tropas orcas esta atacando la muralla  y los pocos Orcos que se atreven a ponerse en medio de las gargolas son rapidamente aniquilados.

Se llega hasta las maquinarías de asedio aquí se puede intentar destruirlas con vuestras armas abajo se tiene sus "puntos de salud".

O también se puede atacar a los orcos traspasando el escudo protector que os blindan las gargolas Soldados.

Nuestro hobbit veis que a cumplico con su parte del trato y a desaparecido de vuestra vista. Marcha a la Ciudad Gris. Para AVISAR de vuestra llegada.

En el cielo aparece una bandada de Crebain.

estos os observan atentos y se marchan para informar. 

Siguiendo nuestro plan nos encontramos frente a la maquinaria, las gárgolas nos cubre perfectamente y están diezmando a los orcos a nuestro alrededor sin problema. Nuestro compañero hobbit se ha escabuido, esperemos que los Valar lo cuiden hasta la ciudad, todo va saliendo como esperábamos, solo por aquellas aves que surcan el cielo y pueden ser espías del enemigo siento que es lo único que podría perturbar mi confianza, aliento a mis compañeros - Al ataque Hermandad!! - me dispongo a atacar a una de las catapultas con la espada en el túmulo de la isla, Sombra del día.

Antes de bajar del barco, aparece Ergala por la retaguardia y con su presencia azulada e imponente, cita una especie de conjuro. De nuestra posición, salen unos rayos y relámpagos cegadores, los cuales da la impresión de ver incluso con los ojos cerrados. Toda la hueste de Orcos en el radio de acción del conjuro quedan aturdidos y cegados. En ese momento, Tritón da la orden a las gargolas para ir en dirección a la maquinaria de asedio, con mis dos espadas en ristre avanzo junto a mis hermanos de batalla y gargolas - Bien, Bien, ya estamos en marcha, esto va a ser divertido -

Conforme avanzamos, las gárgolas hacen su trabajo con los Orcos, no queda ni uno vivo por donde vamos pasando. Los cadaveres orcos van quedando tras nuestros pasos - Por todos los valares, ¡que asco! chicos, se me están manchando las botas de tanta sangre orca - a cada paso que daba pisaba los cadaveres de los orcos que las gargolas iban dejando a su paso y la verdad es que la sensación de venganza iba subiendo poco a poco conforme mis pies pisaban brazos, cabezas, torsos..... todos inertes por las gargolas, de vez en cuando, clavaba la punta de mis dos espadas en alguna cabeza o torso que notara que se moviera algo - que buen trabajo están haciendo las gargolas -

Al poco tiempo, nos detenemos junto a la maquinaria de asedio y sin esperar ni un instante, veo que Lycyn lanza un gran ataque contra una de las catapultas, la grande en concreto. - Bien Lycyn, yo me encargaré del ariete - Dicho esto, agarro firmemente mis dos espadas y me lanzo contra el ariete con decisión.

El hacha te da 2d6+4 de daño 

La lanza 2d6+3

Si atacas con el hacha y tienes +4 en Ataque recibes un +3 por la virtud de  Maestría

La lanza se ha de usar, para controlar las gargolas. 

 La pequeña absorbe 3 estructura 6 

 La grande absorbe 5 estructura 7

Ariete  absorbe 5 estructura 8.

Uno de los cuervos se posa en el hombro del comandate Olog-hay (recordar hay tres) Pero los 300 orcos que asedian y atacan la ciudad, están comandados por este.

ESTE SE GIRA Y ve el grueso de vuestros soldados, empieza a gritar a sus tropas orcas para que dejen de atacar la ciudad y se dirijan hacía vosotros.

Tardarán unos 4 asaltos en agruparse.

Aprovecharlos pues "viene más gente a vuestra fiesta en 0000 asaltos, hehehe"

Mientras llegan los enemigos a nuestra posición cambio la lanza por el hacha y ataco a una de las catapultas (la grande), Por Yavanna, esta catapulta no es tan resistente como parece, he, he, he. Digo tras golpearla violentamente con mi hacha y casi destrozarla en añicos.

Sam se tapa los ojos mientras nota como una energía emana de Ergala y corre como una liebre hacia los orcos que asedian Cuidad Gris.

Intentando no hacerse daño, saltó a tierra firme y se encaminó corriendo a las murallas, buscando rocas y arbustos que le sirviesen de camuflaje, no fuera a terminar debajo del pie de algún orco, o peor aún, dentro de su boca.

-Ciudad Gris, ¡allá voy!-piensa mientras se esconde detrás de una piedra que se parece a un pez gigante.

 La grande absorbe 5    estructura 7

Ariete  absorbe 5 estructura 8.

 La pequeña absorbe 3 estructura 6 

Veo como las Gargolas se detienen de repente y como  en unos 24 segundos más de 200 orcos y Una mutación Horrible de Troll el Olog-hay se nos echarán encima.

-Por todos los Valar esto no pinta bien, espero que los de la ciudad sepan que estamos aquí pronto.

Cojo uno de mis dos preciados pergaminos y empiezo a leer sus runas.

La catapulta había soportado el ataque del enano, pero estaba muy dañada 

Así que me dirijo a la grande y empiezo a recitar las runas, despues veo como las letras magicas se desvanecen y el pergamino queda inservible.

La catapulta grande empieza a astillarse cm a cm quedando en pequeñas astillas con forma de palillos de dientes. 

Vuelvo a asestar otro golpe a la catapulta y así terminar de hacerla añicos, y efectivamente la catapulta se resquebrajo y pude inutilizarla, la ciudad estaba liberada de estos artefactos.

Al volverme veo que los orcos se aproximan en bandada y noto que las gárgolas se vuelven petreas al cambiar el arma.

Chicos no os preocupéis antes de que estén aquí esos pútridos las gárgolas estarán preparadas. Con lo que vuelvo a guardarme el hacha y activo la lanza para preparar la embestida de los Orcos.