Partida Rol por web

¿Si habéis visitado el campamento durante este tiempo aunque fuera de pasada?

si es así, si que os habéis podido relacionar con alguien de Vineloot. En caso que hayáis ido al castillo no habréis encontrado a nadie de Vineloot. Pero habéis podido encontraros con Ghela de Scofferi, Mille de Chautrec, con quienes habéis tratado alguna vez. Aparte de eso, el cocinero del castillo, y mercaderes o gente del lugar con quien habéis charlado para sacar información de la situación.

¿La situación os queda clara?

Vosotros estáis en Vineloot donde solo estáis vosotros y un pueblo arrasado por completo. Por lo que sabéis hay un campamento cercano a la iglesia donde están alojados los supervivientes y el nuevo pueblo está en construcción cerca del castillo.

A ver, si dices que solo vas a verla para saludarla y decir que te alegras que esté viva, no hace falta rolearlo, pq cuando yo le narre a ella le comentaré que la has visitado. Ahora, es diferente a que me digas, hey quiero ir a ver a Agnies, para proponerle un negocio, o para hablar sobre un tema. En esos casos tenéis una escena que se llama CAMPAMENTO, que es un punto de reunión para todos los jugadores. Y allí solo se rolea. Puedes avisarla con un MP al jugador que lleva Agnies y avisarla para rolear en esa escena. :D

bueno, si queréis postear uno de los dos el turno para los dos me vale también. Mientras estéis de acuerdo. En caso contrario si, eberéis hacer un post los dos indicando todo aquello que hacéis aunque se repita :P

El primer mes tras la Gran Tormenta lo pasamos trabajndo para recuperar una normalidad básica y tratando de ocultar la parte más cruel de la tragedia a la pequeña Anne, aprovechaba cuando ella dormía para "limpiar" la calle de cadáveres y los llevaba cerca de donde estaba el embarcadero mientras Eve "hacía guardia" en la cas del ebanista.

También era importante reparar los daños más graves de la casa, lo que comencé a hacer utilizando las herramientas del ebanista, los poco conocimientos que Anne me iba trasmitiendo en forma de observaciones y consejos y mucha paciencia, pero estaba dispuesto a dejar aquel lugar como nuevo.

Un día me quedé un poco más tarde despierto pensando en lo que había ocurrido y lo que nos esperaba.

En los siguientes meses trataré de mejorar mi técnica en el trabajo de la madera para continuar arreglando las casa a grandes rasgos. Cuando me sienta cansado podría tratar de aprender a manejar esas pequeñas herramientoas para trabajos mucho más finos y elegantes sobre pequeños trozos de madera.

Mucha de la madera de la casa, y del pueblo en general, está en malas condiciones, rota o podrida. Pero la primavera no es buen momento para ander talando árboles, los tallos verdes y jóvenes no son fáciles de trabajr ni creo que aguanten lo suficiente para las construcciones, por lo que tendré que rebuscar entre los edificios abandonados de Vineloot las maderas que estén en mejor estado para reparar la casa y los muebles. No obstante, esos tallos nuevos de algunas plantas o incluso los bambues que crecen cerca del rio pueden servir para hacer algunos utensilio ligeros como cestas que nos vendrán muy bien cuando tengamos que ir al castillo a por suministros.

Por las noches enseñaré a Anne a hacer juegos malabares y tocar la flauta como le prometimos. Será un respiro espiritual para todos pasar un ratito agradable al día.

Es un duro trabajo el que tengo por delante. No será fácil. Pero debo hacerlo lo mejor que pueda por ellas. No tenemos otra cosa a la que aferrarnos más que a esta casa y a nosotros mismos.

Tanto pensar da mucho sueño y me quedé dormido al poco rato. Necesitaba recuperar fuerzas.

Mi vida cambió por completo aquel día. La Gran Tormenta no solo se llevó mi casa y mi pueblo por delante, también mis ilusiones y mis esperanzas. Como la noche oculta cada flor y cada brote y a la mañana siguiente el Sol las muestra, aquella tormenta selló mi alegría, pero mi Sol no salía de nuevo.

Me había convertido en madre y casi en esposa, en tan solo unas horas y ahora no solo tenía que ayudar a Matt a conseguir dinero y alimentos, también tenía que cuidar de un Hogar.

Matt se había volcado en su nuevo oficio, y echaba tantas horas que apenas le veía. Le echaba de menos aún cuando estaba tan cerca todo el tiempo. Cuando volvía del taller estaba agotado pero feliz, se había reencontrado de nuevo en aquel desolador pueblo. Yo, sin embargo, no encontraba mi lugar, cuidaba de la pequeña Anne, cocinaba, limpiaba, incluso buscaba por las calles desoladas, cualquier cosa de utilidad para llevar a la casa. Pero nada de eso me alegraba, no llenaban mi vida, incluso la pobre Anne me recordaba lo que pasó tan solo con su mirada y sus preguntas sobre aquellos días y los posteriores.

Por las noches cuando se despertaba llamando a su madre, el corazón se me encogía y lloraba hasta que el alma se me quedaba seca.

Ya no era la Eve de siempre alegre y divertida. Ahora solo cantaba canciones tristes y contaba tragedias. Intentaba enseñar a Anne, pues así lo acordamos Matt y yo, y solo en ese tiempo, con los 3 juntos, mi espíritu recuperaba algo de antaño y mostraba a la encantadora persona que siempre había sido. Tras eso, volvía la melancolía y la añoranza, y cada vez me sentía más y más hundida, más y más sola.

Durante el día, el trajín de la casa y la niña, ocupaban todo mi tiempo, pero la noche era cada vez más temida, sola en mi cuarto veía pasar las horas en blanco, a oscuras, esperando que pasara algo que cambiara de nuevo mi desesperada existencia.

Desde la lejanía del desaparecido Vineloot. Matthias, Evese y Anne oyeron partir a aquel enorme ejército. Escucharon casi atónitos el hermoso sonido que provenía de la mezcla de instrumentos, piezas de metal, el mismo paso de los soldados o el trote de los caballos. Tras ese día, todo fue más o menos igual que las últimas semanas.

Matt, trabajaba duro cada día. Cuando no estaba en el taller preparando todo tipo de material de madera necesario para arreglar la casa, buscaba madera o cualquier utensilio servible. Por suerte, en el viejo almacén del señor Dungeld, había mucho material, desde herramientas a clavos y puntas de hierro. Pudo aprovechar mucha madera de las casas de Vineloot. Aquellos días que iba en búsqueda de madera, dedicaba el día entero a ello, haciendo así un mayor acopio que permitiera trabajar durante más días en sus otros quehaceres. Las noches las pasaba en compañía de su querida hermana y la niña que habían adoptado. Ambos enseñaban a Anne su oficio y pronto pudo ver que la niña tenía madera para ello, aprendió muy rápidamente a hacer malabares, cosa que Evese era todavía incapaz de realizar con la misma gracia y soltura.

Evese por su parte, cuidaba todo el día de la casa y de la pequeña Anne, a quien le enseñaba cómo debían hacerse todas aquellas labores. La casa estaba limpia siempre y cocinaba dos veces al día, esperando siempre a que su hermano volviera del taller. Aunque el taller ahora ocupaba toda la planta baja, Evese apenas asomaba la cabeza por allí. Informaba a Matt de todos los desperfectos que encontraba para que los reparase. Había días que acompañaba a Matt a recoger, y se llevaba a Anne con ellos, nunca la dejaba sola por miedo a que la niña entristeciera. Mientras Matt recogía madera, ella se ocupaba de buscar y recoger cualquier cosa de utilidad entre los escombros. Con lo que llegó a recoger en los tres meses de primavera, había re-decorado toda la casa, que ahora ofrecía un aspecto muy diferente. La vida seguía, y todo parecía ir a mejor, no les faltaba para comer, pues con todo el dinero que llegaron a encontrar cuando salían a recoger, tenían suficiente para alimentarse durante las próximas dos estaciones y ella había aprovechado también sus mínimos conocimientos sobre cultivo, para plantar algunas legumbres y hortalizas de cara a la próxima temporada. Por las noches se reunían todos y eran en apariencia muy felices, cantando canciones, haciendo juegos, representando historias, de todo para que Anne se fuera influyendo, Evese siempre le preparaba pequeños papeles para que la niña pudiera disfrutar más de la obra y aprender al mismo tiempo. Pero Evese, aún no estando ociosa, ni en un precario estado, vivía sumida en una profunda tristeza, que por mucho que tratara de disimular, era perceptible tanto por Anne como por Matt; las sobrecojedoras canciones que solía tararear mientras hacía las faenas, habían hecho llorar un par de veces a Anne y Matt, conocía suficiente a su hermana como para saber que algo no marchaba bien.

Anne había demostrado ser una niña inteligente y con mucho nervio. Una vez acabó de acostumbrarse a la nueva situación, no dejaba un sólo rato de buscar algo en que entretenerse. Pasaba muchos ratos con Matt, a veces aprendiendo de lo que hacía, otras corrigiéndolo o enseñándole para que se usaban ciertas herramientas. Siempre que no estaba con Matt, estaba con Evese y de ella lo trataba de aprender todo. Era una mujer que la encandilaba. No conocía a su madre, pero estaba segura de que no podía ser tan guapa como Evese, y ella quería ser tan guapa como ella. Por todo eso, la imitaba en todo lo que hacía incluso muchas veces trataba de imitar su tono a la ora de hablar o sus posturas. Siempre era obediente con Evese, por contra, solía hacer sus pequeñas travesuras cuando estaba al cuidado de Matt. Aprendió mucho durante aquella primavera, y al finalizar ya terminaba ejercicios malabares de ardua dificultad.

Justo el día de San Juan, la noche más corta del año que indicaba el inicio del verano apareció alguien por Vineloot, quien llamó repetidamente a la puerta hasta que ellos se asomaron a la ventana para ver quien era.

Con un inglés propio de cualquier forastero ¿que pasado? Medio año yo vine y ser el pueblo bien Tras el hombre hay dos carretas y tres hombres muy sucios y descuidados que parecen sus guardia.

Alguien llama a la puerta y me provoca un sobresalto que casi me hace rebanarme un dedo con la sierra, pues no hemos visto a nadie en el pueblo desde la tormenta.

Me dirijo con cautela y martillo en mano hacia la puerta mientras compruebo que no he tenido ningún percance de importancia.

Abro poco a poco y, para mi sorpresa, me encuentro con un extranjero que parece sobrecogido. Pregunta por el pueblo, pero parece que no habla muy bien nuestro idioma.

Trato de explicarle con gestos y pocas palabras lo ocurrido.

Gran lluvia. - digo moviendo los brazos de arriba abajo con los dedos extendidos a modo de grandes gotas de agua. - Todo inhundado. - Ahora cierro y abro los brazos en horizontal tratando de abarcar todo el pueblo. - Gente en el castillo. - Finalizo señalando dirección al castillo, donde se hubica el nuevo pueblo.

Mientras "explico" lo ocurrido miro a los acompañantes del hombre.

Parece algún tipo de comerciante... No creo que se peligroso.

Por una parte me atrapó la curiosidad de saber quién llamaba tan tarde en un pueblo abandonado, pero por otra parte me asaltó el temor de que fueran mercenarios y fui corriendo a proteger a mi pequeña Anne.

Escuché a mi hermano hablar de una forma extraña y aún me asusté mucho más... espero que no sean muchos y no busquen dinero pensé. y abracé a la pequeña Anne que estaba ya dormidita en su cama.