Observo a Sighard de Scofferi, y su grandiosa frase Vaya, incultos que no saben levantar una daga, eso si que es poesía en estado puro, ... Dios mío pero que pena ... Continúo apoyado, esperando
Será mejor que no tarde, o me iré a hacer mis cosas...
Pero si son mis ahijados....deben entrar conmigo, son buenos chicos se lo aseguro.- le digo al guardia
esta bien... .- dirigiendome hacia los muchachos Denid, Meeus, quedaros por el mercado, no salgais del castillo intentare interceder por vosotros.- dicho esto me dirijo presto hablar con el señor
/salgo de escena
Repentinamente se oye sonido de clarines y por la puerta aparece un carro ricamente engalanado tirado de cuatro caballos y resguardado por varios soldados. El carro se acerca a la puerta del castillo y bajan dos hombres ricamente vestidos.
- De acuerdo Señor Dewekinus el Filósofo, te aguardaremos por el mercado. Bueno, Meeus, debemos ser pacientes.
Los dos hombres dan un vistazo alrededor mientras unos guardias acompañan el carro a las caballerizas y otros guardias rodean a los recien llegados.
Segundos después, entran en los aposentos del señor.
salen de escena//
Petrus acaba la faena y se despide de su jefe hasta nueva orden.
bueno voy a ver si encuentro algo en lo que hacer
salgo de escena
Jo!,y ahora no podemos ir con el..pues vaya carajo,¿vamos a dar una vuelta por el mercado?pregunta jugando con su vara moviendola de un lado a otro..
La cara del Wessel demuestra su sorpresa. - Solo 30 Feudados?... yo pensé que.. quizás... - Mientras mira con estupor al mercader, sorprendido por lo poco que vale su mercadería, hace una pausa, busca su bota y le da un trago pensativo.
Master, tengo forma de ver si el precio es "justo"? Voy a regatear de cualquier manera, pero para ver hasta donde puedo "pedir".
- De acuerdo, vamos. -le digo a mi amigo con una sonrisa en el rostro
Oelric entra en el patio, se le nota cansado y un poco blanco, al parecer, la lluvia de ayer le ha afectado un poco y se ha levanado más tarde de lo que acostumbra, y porque tiene que cobrar los impuestos, sino, se quedaría en casa, recostado en su lecho tierno y caliente.
//entro en escena.
Entro en el patio del castillo, un poco abrumada por la cantidad de gente que llena el mercado.
Madre mía, y Will viene hasta aquí un día si, otro también... Tengo que venir más a menudo o voy a terminar como Ernestus, acostumbrada a ver solo a la gente que se acerca a mi casa.
Camino entre los puestos, escuchando con curiosidad los gritos ensalzando la calidad de los productos que cada vendedor ofrece. Un poco desorientada, me alegro de ver entre el gentío a un ganadero que suele tomar una cerveza en la taberna de camino a su casa. Después de los saludos y de su sorpresa por encontrarme fuera del trabajo, le pregunto si sabe donde está el recaudador, al que me señala levantando la mano sobre las cabezas de la gente.
Llegando por fin junto a el hombre Oelric, creo recordar hago una rápida y torpe reverencia y me dirijo a él con decisión
Buenos días le de dios, señor. Soy Agnies Lamberry, dueña de la taberna de Vineloot, y vengo a entregar mis tributos.
/Entro en escena
Oelric inmediatamente se gira sobre sus pies al escuchar las palabras de la tabernera. No por oir su nombre sino por oir que va a entregar sus tributos. Sus ojos se frotan.
Bien, pues aqui me tiene justo para recibirlos.
Y sonrie.
No sabes si es un precio justo o no, ya que no tienes los conocimientos, pero teniendo en cuenta que los Drillman eran una familia de agricultores, es normal que sus joyas no sean muy buenas.
Zoete entra en el patio con paso rápido. Mira a su alrededor buscando un bueno hueco en el que poner su puesto y se instala.
Monta rápidamente todo y se dispone a vender las prendas que ha traido. A la vista deja algunas de las prendas, reservando otras para más tarde, o por si alguien pregunta.
Zoete mira con cierto desánimo un puesto en el que también se vende vestimenta y que está a punto de vender un precioso vestido. Ai... si pudiera tejer con esos tejidos...
-Vamos amigos, acérquense, ¡miren! ¡miren! Ropa cómoda y a buen precio -Comienza a decir en voz alta para que le escuchen los allí presentes- ¡para la jovencita y el jovencito! ¡Aníménse!
Entro en escena
Me acerco con Denid al puesto de Zoete..
Hola!!,buenos dias señora..¿me gustaria comprar una camisa?,se nota que es un niño que nunca habia venida al mercado a comprar,se siente un poco avergonzado..
Zoete intenta vender sus prendas, pero no parece haber mucho movimiento. Entonces, un niño se acerca al puesto.
-¡Buenos días muchacho! -le saluda y sonríe con sompatía-. ¿Una camisa? Sí, por supuesto. ¿Es para tí o vienes de parte de otra persona más mayor?
Lucas entra corriendo seguido de cerca por otra persona. Esta llorando y busca desesperadamente a un guardia...
Vengo - solloza - de pahte ... de' Pae de la Iglesia - se seca un par de lagrimas - Han robao en la iglesia - se pone a llorar mas - no quea na'... he venio pa pedi audiensia con el seño' para el Pae de la iglesia - dice entre sollozos - y tamien pa bucar una biblia en la bibloteca
Me quedo un momento con la mirada perdida, sin dar respuesta alguna al cobrador. Unos hombres que acaban de entrar al patio parecía hablar de un gran grupo de caballeros que ha llegado a el pueblo... Dios mío, y yo he dejado a Will solo en la taberna... Agito la cabeza para salir de mi ensimismamiento y, confirmo que el hombre sigue esperando sonriente a que le de el dinero.
Perdón, perdón, un segundo...
Rebusco en algún lugar entre mis ropas y saco una bolsa a reventar de monedas pequeñas. Hago ademán de darle la bolsa al hombre pero, me lo pienso un momento, y abriéndola para que vea su contenido le digo con una media sonrisa:
Tiene usted donde guardarlas? Así también podrá contarlo para asegurarse de que está todo...