Partida Rol por web

Rayla cayó sin ningún tipo de obstáculo que pudiera obstaculizar su caída libre, a fin de cuentas, había sido envestida sin ni un solo ápice de compasión por parte de aquel malvado Dan Vorton.

Mientras caía, sin remedio, tuvo ante sus ojos, -nuevamente- un resumen de su vida, ahora durando un poco más que el último, a fin de cuentas podía incluir en sus memorias el hecho de tratar de saltar desde una ventana rosa, de ser salvada por Dan Vorton, de ver a Stitch y al bebé salir volando por la ventana de la Torre del Reloj, el recuerdo de luchar y derrotar a Dan Vorton y finalmente ver a la lejanía a aquellos siendo arrastrados por el viento.

Con esto hecho, y cerrando los ojos, se dispuso a caer de lleno contra el suelo, eso sí, con lo último que vio pasar a Gumshoe sonriente y saludándole con la mano mientras caía; lo mismo hacía aquel pequeño bebé. Pero su caída fue retenida repentinamente, al parecer, alguno de esos tres no desea ver a Rayla convertida en tortita.

Dan Vorton se preparó para atacar nuevamente a Caerulea, aunque en esta ocasión, la joven de cabellos azulados logró esquivar ambos ataques que rompieron el suelo y las paredes de la estancia.

El objetivo de Dan Vorton no era matar a Caerulea, pero si este podía dejarla incapacitada, al menos lo suficiente como para agarrar al Chirithy y largarse del lugar de una vez por todas.

La batalla había llegado a un punto en donde cualquier cosa era posible que ocurriera, algo que podía ser bueno como muy malo.

¡¡¡AAAAAAAAAA!!! 

Voy a morir, voy a morir...

Cerré los con miedo esperando un aciago final, el suelo se acercaba cada vez más y mas. Vi a Stitch y el bebé que habían sido salvados por gumshoe. Menos mal, al menos ellos vivirán.  De repente deje de sentir el aire y la caída detenerse. ¿Pero que? Al mirar arriba vi a Stich sujetándome.

¡Stitch! ¡Gracias al cielo que estáis bien! ¡Gracias chicos! 

Mire hacia donde  debería estar Caeru y lance la espada con todas mis fuerzas.

por favor que le dé a el.

Moviendo los brazos el fortachón SE CARGÓ LAS PAREDES. "¡¡Whoa whoa whoa!!" Yo no dejaba de tratar de esquivarlo, con saltos y volteretas, la agresividad de Luxu combinadas con la fuerza de Dan Vorton hacían verdaderamente una mole de destrucción. Por fortuna no todo eran malas noticias: ¡Rayla estaba viva! Como se cargó las paredes pude verla por ahi flotando. Me posicioné en tal ángulo que si mis disparos fallaban no le dieran a ella, ¡y volví a disparar! "¡CONFETTI!"

El ataque de Caerulea contra Dan Vorton volvió a fallar estrepitosamente, aquellos rayos de luz salieron dispersos por toda la sala de aquella batalla final, sin siquiera golpearle ni una sola chispita.

Confiado por ello, Dan Vorton no se percató que una llave espada cruzaría la estancia hasta golpearle y clavársele en la enorme nuca. El gigantesco enemigo se giró y gruñó para ver a Rayla colgando por Stitch.

El enorme Dan Vorton, aún con aquella llave espada clavada en su cuello avanzó hacia Caerulea, sin ningún tipo de dudas, tan solo un enorme malestar en su cuerpo que había decidido que iba a ignorar.

Con un movimiento brusco con aquella llave espada, Caerulea se vio obligada a saltar hacia atrás para esquivarlo. Momento en el que Dan Vorto aprovechó para agarrar del cuello a la muchacha.

-¡ENTRÉGAME AL CHIRITHY DE UNA VEZ!.

Tras decir esto, lanzó contra el suelo a la muchacha.

Justo cuando maldecía mi mala suerte, la llave-espada de Rayla golpeó al señor Vorton. "¡Buen tiro!" la felicité pero cuando volví la vista a Dan Vorton la mole ya estaba delante mia. "¡Aaaggh! ¡Nnnggghh!" pataleé cuando me agarró del cuello, incapaz de soltarme de aquella presa. No fue hasta que no invoqué la espada-llave de vuelta en mi mano y estuve a punto de golpearle con ella que me lanzó contra el suelo. "¡Auchh!" la fuerza del golpe fue tal que me deslicé de boca por el suelo. "¡Tsk!" me puse en pie de un saltito, y rápidamente lancé una cura. Luego agité otra vez la espada-llave. "¡Confeti!" ...pero ni siquiera salieron proyectiles. "¡Maldita sea! ¡¿Pero cómo lo hacía Oween?!" 

Caerulea se preparó para afrontar por ella misma a aquel enorme, gigantesco y casi titánico enemigo, que tenía enfrente. Aquel antaño aliado y ahora poseído por una fuerza extraña que le obligaba a usar su fuerza no para proteger a sus amigos, sino para atacarlos, era inmenso, ocupando todo el marco de la ventana rota por donde Rayla había sido tirada y desde donde atacaba. La joven se curó a si misma para prepararse para la que sería una batalla larga y de desgaste; cargando su ataque mágico, Caerulea lanzó y falló.

Genial, traté de invocar la llaveespada en mi mano. Tras conseguirlo volví a lanzársela, desgraciadamente esta vez no tenía tan buen ángulo.

Sigue así Caeru y cuidado con la llave.

La batalla se estaba empezando a alargar, por una parte Caerulea se curaba a si misma, y por otra parte Dan Vorton se curaba a cada segundo que pasaba de sus heridas. Si seguían así podía hacerse eterna.

El ataque de Rayla fue un éxito rotundo, aunque no contra la persona que esta llegara a esperar, sino que atravesó toda la sala y quedó empalada en el cuerpo de Caerulea, la cual justamente acababa de curarse.

El ataque de Dan Vorton contra una herida Caerulea se limitó a lo que muchos considerarían patear a un caballo muerto. Pero por desgracia para aquel enorme y musculado hombre, el primero de sus intentos por noquear a la muchacha fue en vano, pues instintivamente esta logró esquivarlo.

Por desgracia para la joven, este movimiento fue hecho más por la desesperación, un acto reflejo del cuerpo por mantenerse con vida, puesto que un segundo golpe por parte de Dan Vorton hundió aquella llave espada en el cuerpo de la joven la cual tan solo se mantenía en pie por su fortaleza física.

¡Maldita sea no veo nada!

Cogì aire para poder gritarle, no estaba segura de si me oía pero había que intentarlo.

¡Caeru! ¡Tienes que indicarme si sigue y q poder ser donde está, no vaya a ser que te dé.

El ataque de Rayla contra Dan Vorton, tuvo un resultado distinto al anterior, en esta ocasión la llave espada de la joven sí se clavó en el gigantesco cuerpo de Dan Vorton, pero a diferencia de las otras ocasiones, este esbozó una ligera molestia por tener a Rayla atacándolo. Al parecer el próximo ataque de Dan iba a ser contra Rayla, al menos eso era lo que aquellos amarillentos y anaranjados ojos estaban diciendo con la mirada fulminante que le estaba lanzando a aquel grupo.

"Ouggh... Qué... puntería..." murmuré aquejada del dolor. No quise decirle que me había dado a mí, Rayla estaba haciendo lo posible por ayudar, solo fue un golpe de mala suerte... uno de tantos de la racha que llevábamos. Empezaba a sentir mareos, aún empalada pude esquivar un puñetazo de Dan Vorton moviéndo la cabeza pero la patada que le dió a la llave espada empalándome aún más me hizo escupir sangre por la boca.  Cuando Rayla retiró su espada-llave para volverla a lanzar, con dolor di una voltereta y traté de alejarme. "Con...fetti..." ni uno solo de mis disparos le había alcanzado, y este último no sería diferente. Por mucho que hubiera conseguido disparar muchos más proyectiles que antes, mi puntería ahora era incluso peor debido a que se me nublaba la vista.

No aguantaría otro golpe.

Caerulea se preparó para afrontar por ella misma a aquel enorme, gigantesco y casi titánico enemigo, que tenía enfrente. Aquel antaño aliado y ahora poseído por una fuerza extraña que le obligaba a usar su fuerza no para proteger a sus amigos, sino para atacarlos, era inmenso, ocupando todo el marco de la ventana rota por donde Rayla había sido tirada y desde donde atacaba. La joven se preparó para el final de aquella batalla; cargando su ataque mágico, Caerulea lanzó y.. volvió a  fallar.