Partida Rol por web

A diferencia del otro chico yo no baje de inmediato si no que eché un último vistazo a aquellos seres y luego salté hasta abajo, al tocar el suelo mis piernas se flexionaron amortiguando perfectamente la caída, entonces lentamente me volví a erguir y camine hacia la mansión. Todo fue lentamente pero era un movimiento continuo sin en ningún momento detenerme.

- Nate -seco sin el mínimo atisbo de parecer amigable, el se presento yo debía hacer lo mismo puros formalismos- Vamos dentro, no creo que esa puerta les detenga. 

Y para que negarlo tenía muchas ganas de explorar aquel lugar abandonado, nadie hablaba sobre esta mansión pero casi parecía estar en un lugar obvio. Si no fuera porque estaba investigando cada esquina de la ciudad no la habría encontrado. De hecho es mas, había vivido aquí toda mi vida y ahora la había descubierto. Sin duda era un lugar que me llamaba a gritos.

Por suerte para ambos, aquellas criaturas no parecían estar interesadas en seguirles al interior de aquella mansión; una vez con ambos al otro lado del muro, todo se pudo relajar, no había amenazas cercanas, tan solo ellos frente a aquella enorme construcción en mitad del bosque de Villa Crepúsculo.

Un temblor de tierra alertó a ambos jóvenes, para ver como una de las estatuas de aquel patio se desquebrajaba, mostrando lo que parecía ser un nuevo enemigo al cual enfrentar; y a todas luces, este parecía más poderoso que los otros, aunque, el lado positivo era que tan solo era uno.

Otro enemigo, mi molestia era clara, encima como los de antes consiguieran llegar a nosotros estaríamos en problemas. Huir ahora no parecía una opción, solo deseaba que hubiera tenido algo que usar como arma contra el. Alcé ambos puños dispuesto a darle un buena paliza, al menos eramos dos contra uno. Supongo que la situación podría haber sido peor, flexione ambas piernas preparado para empezar a correr en cualquier momento tenía claro como le iba a atacar...

- Espero que sepas usar eso -estaba haciendo claramente alusión al palo que tenía en la mano

El temblor le provocó un estremecimiento. Lentamente se volvió para ver al monstruo a sus espaldas -Encontramos al hermano mayor - Mencionó recorriendo con la mirada el bicho y volviendo a aferrar su palo con ambas manos. Los golpes de antes aún le dolían, más le valía aprender a ignorarlos rapido. Blandió el palo frente a él, y fijo sus ojos en la sombra. Al menos ahora tenía un compañero.

Por su parte, Alphonse también se preparó para correr; aquel monstruo parecía ser duro de roer; o al menos al nivel de preparación y armas que estos tenían en esos instantes; en un abrir y cerrar de ojos, ambos adolescentes comenzaron a correr contra la bestia, la cual se encontraba detenida y lista para defenderse y contraatacar.

Por desgracia, Alphonse tropezó con su propio pie, lo que hizo que cayera contra las piernas de su compañero que iba delante y este perdiera el equilibrio y terminara también en el suelo; aunque ninguno de los dos recibió daño alguno, ahora la bestia tenía la ventaja sobre ellos.

Alzando su escudo, el rostro monstruoso dio sendos poderosos mordiscos a Al, el cual no los pudo bloquear. A causa de las heridas sufridas por las otras criaturas; Al cayó inconsciente al instante.

Y entonces cuando nos habíamos lanzado al ataque sentí algo que no debería estar ahí chocando contra mi pierna haciendo que cayera sin poder evitarlo, ahora ambos estábamos en el suelo frente a la criatura. "Por este tipo de cosas prefiero trabajar solo" pensé mientras me ponía de rodillas, a mi lado el chaval recibía dos ataques de la criatura cayendo inconsciente de inmediato.

- Genial, lo que faltaba -dije mientras estiraba la mano para agarrar ese palo, él no lo iba a necesitar por ahora y recuperándome de esa caída trate de golpear a este temible enemigo en la barbilla, "Piensa Nate ¿que puedes hacer? Si estuviera yo solo no habría problema ya que podría escapar fácilmente, pero no podía abandonarle. No otra vez... Veamos si tanto Struggle ha servido de algo."

Por su parte, Nate golpeó directamente el brazo izquierdo, en ese mismo instante el arma que tenía se iluminó, cambiando de forma y tamaño, mostrando lo que parecía ser una llave excesivamente grande, o quizás una espada sin filo, o una porra muy decorada, sea como fuere, ahora tenía un arma y era mejor que la que tenía antes.

La criatura golpeó a Nate con su escudo mientras esta comenzaba a girar como una peonza sobre sí misma; pero en la segunda vuelta, Nate logró bloquear el escudo con aquella espada, y dar un buen golpe a aquella criatura, aunque parecía que este no iba a ser suficiente como para derrotarla... y aún le quedaba un largo camino por delante.

Al impactar mi golpe el palo empezó a brillar por su cuenta ¿estaba seguro de que todo esto no era un sueño? Ya no lo estaba tan seguro, y menos cuando vi en que se transformo... una llave... una llave... al menos podría haber sido un arma de verdad. Por esos tontos pensamientos no vi venir el primer golpe de mi enemigo pero para el segundo ya estaba preparado por lo que pude pararlo y contraatacar aprovechando un hueco en su defensa. Apreté los dientes, al menos ahora mis posibilidades parecían buenas, y volví a atacarle esta vez con un ataque horizontal.

Si la pelea seguía así tendría que encontrar una estrategia para poder evitar sus golpes, mis ojos se posaron en los pilares medio en ruinas de mi alrededor.

Por su parte, Nate golpeó directamente el brazo libre de la criatura, dañándola levemente; por desgracia aquel monstruo puso el escudo entre él y Nate y de la boca del perro salieron bolas de fuego que impactaron en Nate; no contento con ello, la criatura golpeó a Nate con su escudo mientras esta comenzaba a girar como una peonza sobre sí misma. El resultado fue un Nate malherido por las heridas sufridas.

Tosí sangre con esos dos ataques viéndome obligado a caer sobre una de mis rodillas apoyando aquella arma en el suelo. Puerta cerrada a mi espalda, otra puerta frente a mi pero sin la certeza de si estará abierta o cerrada, con heridas que me impiden moverme bien, con un herido al lado, frente a un enemigo que no puedo derrotar capaz de atacar tanto cuerpo a cuerpo como a distancia por lo que acababa de comprobar con esa bola de fuego, la situación era de muerte inminente si me quedaba donde estaba. Una parte de mi me gritaba huir por mi vida, correr, huir, vivir, la razón me gritaba que escapara pero mi cuerpo no respondía a eso, se negaba a moverse.

Moriría de seguro iba a morir, no había dudas al respecto aún así me puse nuevamente en pie alzando la "llave" para pelear, mis piernas apenas me respondían y mis ojos luchaban por mantenerse abiertos, eché hacía detrás mi brazo dominante y lancé mi arma con las fuerzas que me quedaban.

Por su parte, Nate casi con sus esperanzas rendidas, lanzó su espada contra la criatura, golpeando de lleno el rostro -real- de la misma; por desgracia aquel monstruo pudo resistir ese último ataque a la desesperada de Nate sin siquiera inmutarse en lo más mínimo. Aún le quedaba bastante energía para continuar luchando.

Con el giro del escudo, golpeó a Nate en la cara; haciendo que este cayera de espaldas, aún con fuerzas Nate trata de levantarse solo para ver el rostro del perro-escudo-negro ante el, abriendo sus fauces, para que, finalmente, una ráfaga de fuego achicharrase el cuerpo del joven.

Y con la caída de Nate, ambos adolescentes quedaron inconscientes en el suelo de la entrada en la mansión; un reto casi imposible puesto por un destino inmisericorde los llevó a esa vil y trágica situación; o al menos eso es lo que podrían pensar ellos al encontrarse, sin fuerzas y envueltos en la más profunda oscuridad.

Habían Perdido.

No. No. No.

Estas esporas aún no están listas para irse del Diente de León.

Lentamente Alphonse se despertó, con un fuerte dolor por donde aquellas criaturas le habían golpeado; aunque al menos seguía con vida, algo que era un milagro teniendo en cuenta el monstruo que los estaba deteniendo minutos atrás; o quizás horas, el tiempo vuela cuando se está inconsciente.

Sea como fuere, Nate se encontraba tumbado en el suelo a su lado; alzando el brazo hacia el hombro de su compañero este lo despertó y ambos, ahora recuperados de su inconsciencia previa, pudieron ver qué era lo que tenían alrededor; pues se encontraban en un pequeño despacho rodeado de librerías repletas de libros, hojas y planos y ante ellos, sentados en una silla, se encontraba un hombre en un abrigo negro.

Las Bellas-Durmientes han despertado...

Había perdido, eso era evidente y desde mi punto de vista inevitable con mi estado actual, pero  tras eso había sentido una paz sinceramente reconfortante hasta que un toque en mi hombro me hizo volver a la ruidosa realidad y vino acompañada de dolor... al menos era solamente físico. Me dolía por todos lados donde había sido golpeado. Abrí los ojos lentamente como si me despertara de un largo sueño, lo primero que vi fue a Al, luego mis ojos se movieron lentamente hacía el resto del lugar.

Aún me dolía todo así que no me estaba levantando pero en cuanto me di cuenta de que estaba en un lugar desconocido todo en mi cerebro pareció ponerse alerta y me active de inmediato. Traté de ponerme en pie pero una punzada de dolor me hizo arrodillarme para recuperar el aliento antes de poder ponerme en pie de verdad. No estábamos solos, aunque eso tampoco me sorprendía al fin y al cabo alguien debía haberse ocupado de esa criatura.

- Supondré que tu nos has salvado -dije tomando la iniciativa en esta situación a pesar de seguir herido y estar algo arqueado con una mano en un costado- Y también supongo que no lo habrás hecho por amor al arte ¿que quieres de nosotros? -miro a Al- Antes de nada deberías saber que este es un patoso casi nos morimos por su culpa -aunque parecían las palabras de broma que te podría decir un amigo en mi tono de voz no había nada de broma, cariño o nada remotamente parecido tan solo me limitaba a aportar un dato

Abrio los ojos viendo todo borrroso. Le dolía hasta el alma. Pero estaba vivo. Por un momento creyó que aquel chico Nate había vencido al gigante, hasta que lo vió tirado a su lado. Frunció el ceño intrigado, y lo movió un poco para que se despertara. Recién caía en que no tenía idea de donde estaba, pero que tenían compañia. -Quien eres? - Preguntó primero que nada, al tiempo que se acomodaba sentado en el suelo cruzandose de piernas. El hombre estaba sentado, era evidente que no iba a matarlos o no se hubiera molestado en esperar a que despertaran. -Yo no fuí el inutil que perdió contra un solo monstruo - Contesto mirando de reojo a Nate y frunciendo el ceño.

- Gracias por ayudarnos - Agregó volviendo su atención de nuevo hacia el hombre en traje negro.

Aquel individuo se levantó y paseó por la habitación, rodeando a aquellos dos jóvenes aún con heridas de la o las batallas participadas; parecía como si no quisiera responder a las preguntas de los jóvenes o como si estaba pensando en algo para responder o en busca de un tema completamente distinto. Quizás estaba observando a los dos jóvenes y ya.

¡De acuerdo! ¡De acuerdo!

¡Os lo explicaré todo al detalle!

Pero antes...

Aquel encapuchado se agacho, poniendo su cabeza entre las de ambos jóvenes y les susurró el final de la conversación.

^{_{....hay que eliminar a los mirones...}}

En un abrir y cerrar de ojos, aquellas dos sombras que se ocultaban en la oscuridad, volvieron a tener su forma "habitual" en vez de aquella forma intocable que usaban para espiar a aquellos tres individuos; retorciéndose de dolor, estas criaturas finalmente explotaron liberando una nube negra de donde salió sendos corazones que se desvaneció al cabo de un instante.

¡LISTO!

El individuo encapuchado se volvió a erguir mientras volvía a su silla. Cruzando una pierna sobre la otra, miró a los otros dos jóvenes que ahí se encontraban. Y sin esperar la respuesta de ellos, comenzó la exposición de lo que el quería contarles.

A lo largo y ancho de los mundos, eventualmente hay "magos", "hechiceros" o como queráis llamarlos.

¡Por desgracia en este mundo el Mago que lo trata de controlar es demasiado poderoso!

Y sus fuerzas lentamente están comenzando a aparecer por el mundo...

¡Me vendría bien una ayuda al acabar con estas criaturas!

Que por cierto, se llaman "Heartless".

¿Qué me decís?

¡Veo que tenéis "Keyblades" así que sois dignos!

Mire de reojo al chaval y rodeé los ojos, estaba plenamente convencido de que si no me hubiera hecho caer habría dado mucha mas batalla e incluso era posible que hubiera podido ganar. Igualmente Al no tenía mi atención, todos mis sentidos estaban sobre él, nos observaba y lo mas molesto era que me resultaba totalmente imposible asumir nada respecto a él, era simplemente un completo misterio.

Cuando susurró esas palabras entre nosotros dos sombras que nos espiaban se relevaron sufriendo un terrible dolor hasta desaparecer. Literalmente desaparecer, solo quedo de ellos una nube que no tardo en desaparecer y un corazón por cada uno, que floto un rato antes de también desaparecer. Observaba todo eso con una mezcla entre desconocimiento, extrañeza y curiosidad. Incluso mientras el desconocido volvía a su silla observaba el lugar donde hasta hace un instante estaban las sombras y solo me volví a él cuando empezó a hablar.

- Heartless... Keyblades... -creía saber a que se refería con "Keyblade" el arma que había utilizado antes- De acuerdo, de todas formas tenía pensado investigar por mi cuenta que eran estas criaturas y darles una buena paliza -tal vez era una respuesta bastante rápida pero así era yo, me pedían hacer algo que igualmente iba a hacer así que ¿porque no?, abrí la boca para decir algo pero la cerré, dude unos segundos mirando mi mano y nuevamente abrí la boca- ¿Como uso la Keyblade? La última vez apareció por su propia cuenta.