Partida Rol por web

Patricia estaba inconsciente, porque me negaba a admitir cualquier idea peor, Zaki parecía estar a punto de seguir el mismo camino. ¿Qué estaba pasando? ¿De verdad era yo tan débil? Ni siquiera parecía ser capaz de protegerles a ellos también. Devolvía los golpes de la bestia, mis llamas le abrían surcos en su fuselaje, pero aquel monstruo parecía aguantar todo lo que le echaran.

-¡Obake! ¡Obake, ayuda a Patricia! -Había perdido de vista a aquel hombre (o aquel androide, o lo que fuera) al principio de la confrontación, así que básicamente, le grité a la nada, preso de la desesperación. De nuevo, me interpuse entre Zaki y el Gummi Hound, esperando captar su atención y descargué mi hoja envuelta en fuego contra el robot, una vez más, con todas mis fuerzas, deseando que aquel fuese el golpe definitivo que le diese muerte.

La ultima garra explotó con aquel golpe final proporcionado por Elan Saiki, al parecer habían logrado lo que a primera vista parecía ser realmente imposible; acabar con un monstruo robótico gigante malvado que disparaba lasers, daba zarpazos y probablemente también haría otra cosa pero le destrozaron el hocico antes de que lo hiciera.

Al fin podían tener un minuto de descanso; pero la preocupación sobre Patricia era primordial.

Los pasos metálicos apurados proveniente de una de las secciones más oscuras alertaron a los jóvenes que aún seguían conscientes; pudieron ver a Obake correr hacia donde estaba Patricia y tras mirarla por encima con aquel ojo robótico, la agarró del suelo con cuidado y la llevo a aquella zona apartada; evidentemente tanto Elan como Zaki les siguieron como malamente podían.

Tras pasar a través de unas cortinas negruzcas pudieron ver lo que parecía ser un laboratorio futurista; aunque lo que más resaltaba a parte de todas las pantallas y herramientas gigantes, era una pared alejada con tres tubos verdosos, en donde en uno de ellos, se encontraba el inconsciente Bob Aken reposando y flotando con un respirador en la nariz.

Obake no preguntaría ni pediría permiso para meter a Patricia en el que estaba a su lado, bajando el respirador de la parte superior del mismo y colocándoselo en el rostro a la joven. Tampoco pediría permiso para meterla dentro ni para cerrar la puerta, ni siquiera para tocar algunas teclas y comenzar a llenar aquel tubo de un líquido del mismo color.

Obake no diría absolutamente nada en todo este proceso, tras echar una breve mirada a Zaki tan solo señaló el otro tubo verdoso, si este quería meterse y descansar como Bob o como Patricia, sería decisión suya. Por otro lado, el robot se escondió tras un biombo de madera y a los pocos minutos salió con su falsa piel recuperada.

Veo que no me he equivocado con vosotros...

Ser usado como sebo era demasiado bueno aún así Saiki no tardó en ponerse frente a mí -Es un idiota pero realmente tiene un gran corazón- Al ver como el robot finalmente se desplomaba sentí un alivio habíamos derribado a esa cosa aunque por muy poco,no había podido evitar sentir un escalofrío cuando escuché unos pasos metálicos calmandome al ver que era Obake que estaba mirando el estado de Patricia.

Mientras seguía a un paso lento por la poca fuerza que me quedaba a Obake y Saiki para ver qué hacía con nuestra compañera herida,cualquiera hubiera evitado que la metiera en esos tubos de tratamiento si no fuera porque el mismo Bob estaba en uno.

Ante la indicación de Obake preferí recuperarme en el tubo no sin antes reaccionar al comentario del hombre maquina -Cuando estemos recuperados debes decirnos todo- do unos pocos pasos antes de decir otra cosa que se me había ocurrido -Quizas los restos del robot sirvan de algo- entre al tubo con mis últimas fuerzas quedándome dormido.

Resoplé. Mi respiración era agitada y el corazón me latía con tanta fuerza que parecía que me iba a partir las costillas. Pero... lo habíamos logrado. Habíamos detenido a aquella cosa entre los tres. Entonces... ¿por qué no parecía en absoluto una victoria? Notaba la sangre manando de mi frente, cayendo por delante de mis ojos, también en el brazo, chorreando hasta mi mano y goteando desde la punta de los dedos. ¡Y yo era el que había salido mejor parado! En silencio, sin mediar palabra ninguno de los dos, vi como Obake tomaba a Patricia entre sus manos y la introducía en un tubo como el de Bob. No dije nada, al fin y al cabo, era exactamente lo que le había pedido.

Vi como Zaki se arrastraba hacia el otro tubo y di algunas zancadas hasta él. Pasé su brazo por encima de mi hombro y cargué su peso sobre el mío para ayudarle a subir. Le miré directamente a los ojos y con un hilo de voz le pregunté:

-¿Todo va a salir bien, no? -Él era el chico de las respuestas, el listo del grupo, necesitaba su confirmación. Necesitaba algún tipo de confirmación. En cuanto el tubo se hubo cerrado, caí directamente al suelo de culo, resoplando nuevamente por el esfuerzo. Miré directamente a Obake, desafiante, limpiándome la mugre y la sangre del rostro con la manga de la chaqueta. Nos estaba ayudando, pero seguía sin confiar del todo en él...

-¿Y ahora qué? -pregunté con algo de chulería.

Obake se sentó en una de las sillas y comenzó a trabajar en algo, casi ignorando por completo a Élan Saiki, de hecho hubiera ignorado por completo si no fuera porque este fue demasiado insistente y le pinchó un poco con su espada en la espalda del Robot, algo que se considera muy maleducado a no ser que hayáis enfrentado a un Lobo Robot Gigante.

-Shhhh... -Le respondió mientras señalaba lo que estaba haciendo- Si quieres ayudar tráeme esa Dinamo de ahí...

Ordenó el robot a aquel grandullón que aún seguía en pie, más o menos como podía. Mientras tanto, Patricia mejoraba a ritmo considerable al igual que Zaki, que pese a no estar inconsciente, el daño que había recibido también era bastante serio y el rápido tratamiento de aquel tubo garantizó que este no fuera a más.

Esta vez sí, me apresuré a coger la dinamo y a entregársela a Bob. Parecía haber transcurrido toda una vida desde que una escena similar había tenido lugar. En cierto modo, para Obake había sido así ¿o no? Pensar en aquello del viaje en el tiempo solo lograba hacer que me doliera más la cabeza. Pasarle aquel cachivache fue un acto casi instintivo, no razonado (no decías que no confiabas en él) pero que tenía sentido. Era como cerrar un círculo, o algo así. A pesar de esto, fue algo más bien poco ceremonial y en cuanto se lo di, me aparté algunos pasos, temiendo que de nuevo aquello pudiera explotar.

Obake había terminado de soldar usando su dedo índice; acto seguido giró sus tobillos y puso su mano -aún soltando chispitas- sobre el hombro de Élan Saiki. Por un momento dudó si decir algo o si por el contrario guardárselo para sí, pese a ello, reunió el valor que le quedaba pese a no ser más que la consciencia en un cuerpo robótico y habló:

-Ciertamente no os recuerdo, pero estoy seguro que hubiéramos sido amigos... -Con un rostro triste miró a los tubos donde se encontraba él mismo, así como Patricia y Zaki flotando- Yo mismo he creado este lío, no sé si ahora o estaba predestinado a cometerlo y este me llevó hasta donde estamos pero... es mi deber solucionarlo.

Tras quemar un poco la ropa de Elan con su dedo soldador y percatarse como, en efecto, estaba haciendolo, rapidamente retira la mano del joven, medio avergonzado por su descuido, medio avergonzado por hacerle eso a alguien que le había dado tanto apoyo cuando era un niño y aún a día de hoy.

-Esas "espadas" que tenéis, son armas especiales; no porque hayan sido diseñadas para ser eficientes en combate ni nada, al contrario, son porras glorificadas con un diseño absurdo... pero al parecer hacen bastante daño a esas criaturas...

Obake se vuelve a girar nuevamente sobre sus tobillos y muestra a Elan Saiki lo que parecía ser un colgante con su logo.

En el momento en que Obake fue a apoyar su robótica mano en mi hombro, tuve un acto reflejo de retirarme, pero no lo hice. Desvié unos segundos la mirada hacia los tubos en los que reposaban mis compañeros. -Bueno, aún podemos ser amigos... -murmuré, algo avergonzado por aquella cursilería que acababa de soltar. -Supongo.

Atendí a su explicación acerca de nuestras misteriosas armas, pero no me pareció muy clarificadora. -Parecen bastante inútiles a simple vista, pero hacen el trabajo... -sonreí, creyéndome el más listo. Luego, tomé el colgante que me ofreció entre mis manos y lo examiné, aunque enseguida capté que era algo importante.

-Gracias. Prometo darle un buen uso -dije, mirando de nuevo a Patricia y a Zaki.

Obake ignoró a Élan por completo y se dirigió hacia las pantallas y ordenadores, en los cuales comenzó a trabajar, recabando datos e información acerca de lo que parecían ser planetas y sistemas estelares cercanos; así pasaría unas cuantas horas mientras el joven esperaba a que tanto Zaki como Patricia pudieran salir de los tubos de recupación, el día ya había caído y la noche se alzaba peligrosamente sobre los jóvenes. Algo que era motivo de preocupación para cualquier adolescente.

-¿Como os llamaréis? -Preguntó sin dejar de teclear- En mi tiempo había un "Big Hero 6"... Aunque tan solo uno merecía la pena...

-Bueno, eso tanto da... tengo noticias... -Obake se giró hacia los jóvenes, los cuales estaban secos, pues aquel líquido con el contacto con el aire se evaporó sin dejar gota alguna- He encontrado otros 4 planetas cercanos con una alta concentración de esas... criaturas... Sincorazones. ¿Ayudaréis a esa gente?.

Antes de que siquiera podáis responder, Obake pulsa una tecla y unos pasos metálicos comienzan a escucharse en la lejanía que cada vez más y más se acercaban al lugar, al girarse los tres niños pudieron ver tres autómatas de distintos tamaños que se colocaron frente a frente a los niños y en un abrir y cerrar de ojos, estos adoptaron los aspectos de los adolescentes.

-Estos "Synts" pueden substituiros aquí por el tiempo que estéis fuera...

Estaba tan cansado de estar en el tubo recuperándome al principio me alegraba sentir como lentamente me recuperaba y esperaba que Patricia también estuviera recuperada en su totalidad,pero por tantas horas lo único que pude ver fue a Saiki sentado y Obake tecleando,aunque había sido curioso el extraño adorno que nuestro amigo del futuro le dio a Saiki lo que más quería era examinar los restos del perro robot.

Finalmente pude salir de esa tubería ya no se veían rastros de mis lesiones ni del agotamiento -it\'s awesome- no pude sentir aún preocupación por mi compañera recién recuperada -¿Ya te sientes mejor Patricia?- esperaba que la respuesta fuera positiva no quería que por mi poca ayuda uno de mis amigos estuvieran lesionados.

Ver mi ropa rasgadas me dio una incomodidad que no iba a tolerar mientras escuchaba lo que Obake afirmaba empecé a sacar de mi mochila una muda de ropa -Es el último traje que tengo en mi mochila,además el nombre debemos pensarlo- aunque era más que interesante como éramos informados de otros mundos donde esas criaturas de oscuridad estaban acechando no pude evitar hacerme una pregunta como científico -¿Quieres que ayudemos a esos mundos o quieres recopilar más datos?- mientras me quitaba mi ropa hecha pedazos,quitándome las prendas superiores y las inferiores quedando en ropa interior agregué otras dudas -¿Que harás con los restos del Lobo?.

Mientras me vestía con un traje exactamente igual al anterior mire a los lados esperando que mis compañeros dijeran algo sobre que esto parecía un sueño más que cualquier otra cosa pero algo faltaba a mí vista -¿Dónde está Burger-Boy?- una preocupación que pasó a segundo plano al ver la nueva invención de Obake.

¿Estan compuestos de nanotecnología y una inteligencia artificial para poder cambiar su forma y funciones? O ¿Están diseñados para solo alterar el exterior mientras tienen un soporte internó y análisis?- para mí era una maravilla mecánica que no pude evitar manosear de arriba a bajo al robot esperando ver qué tan perfecta era la copia.

¿Quieres que ayudemos a esos mundos o quieres recopilar más datos?

-Sí. -Esa fue su respuesta, parca y sencilla, el que entendió entendió.-

Al manosear su propio robot, Zaki comprendió que desde su textura hasta la más mínima hebra de cabello estaba detallada y parecía ser realista y natural, se veía y se sentía realista y natural; aunque la expresión del robot seguía siendo plana por muchas veces que el real tocara su trasero.

Hablando del rey de roma, o mejor dicho del robot con aspecto de niño hamburguesa de fideos, este apareció caminando lentamente hacia donde estos se encontraban; Obake también caminó hacia el y con un ligero esfuerzo, este se agachó y se arrodilló ante aquella criatura.

-No creo que ninguno de vosotros sepa pilotar, él será vuestro piloto. Pero devolvedmelo de una pieza...

Obake acarició levemente lo que podría considerarse la barbilla de aquel niño hamburguesa de fideos robótico; algo que este respondió con volver a su posición inicial sin siquiera dar una expresión o decir absolutamente nada al respecto.

^{_{Adiós pequeño amigo...}}

Cuando los tubos finalmente se abrieron y vi que Patricia y Zaki estaban bien, sonreí y mis ojos se humedecieron. Aunque rápidamente me apresuré a enjuagar cualquier posible lágrima con la manga, ocultando mi rostro, no fuese a ser que alguien se diese cuenta de que Élan tiene sentimientos.

-Chicos, vais a querer ver esto -dije, señalando el mapa que nos mostraba Obake. Después de los robots asesinos, las llaves mágicas, las criaturas hechas de sombras y los malditos viajes en el tiempo de implicaciones moralmente cuestionables, la existencia de otros planetas habitados tampoco me resultó una revelación tan descabellada. Me quedé apoyado en una de aquellas máquinas con los brazos cruzados. -Entonces, que me aclare, esos sitios están llenos de esos bichos negros como los que controlaban al perrobot. Y tú quieres que vayamos allí  y les demos una buena tunda. Hmm, no sé si estoy muy de acuerdo con dejar la ciudad desamparada de nuestra protección... -murmuré, mientras pensaba acerca de la cuestión del nombre. Todos los equipos de héroes tienen un nombre... ¡y un líder! Perdido en estos pensamientos, ni me di cuenta de que Obake ya lo tenía previsto con aquellos escalofriantes robots... ¿Cuándo los había hecho? Si no le había quitado el ojo de encima... -No digo que no acepte esta misión super peligrosa y posiblemente mortal, pero ¿por qué no envías a estos en nuestro lug... ¡Oh! Es por las llaves, ¿verdad? Solo nosotros podemos usarlas...

Y la siguiente pregunta que me rondaba la cabeza, el cómo íbamos a llegar allí, se resolvió incluso antes de formularla. Abandonando mi postura, me acerqué al robot después de la emotiva despedida de aquel genio megalomaníaco y, tocando el hombro del Burger-Boy, le dije:

-No te preocupes, cuidaremos bien de él.

La mente de la chica estaba dentro de su cerebro. Y allí había galaxias, agujeros negros, bajos eléctricos y bandas sonoras. Era una con el vacío, y se había olvidado de que existía, pero estaba muy a gustito. Las estrellas le daban frío y calor, la luz le recorría el no-cuerpo, el tiempo la acariciaba, y de repente, una voz. ¡Haz lo que quieras, puberta insegura de mierda! Y de repente, un golpe en la cabeza. ¡Ay! En un espasmo, se había intentado levantar, dándose un golpe contra la pared del tubo. Forcejeó un poco para salir, creyendo que sería mucho más complicado, y finalmente volvió a la vida. ¿Q-qué ha pasado...? Miró a su alrededor. Estaban todos vivos. ¿Lo han derrotado? Entonces han tenido que salvarme... soy un estorbo... ¿c-cuanto rato ha pasado...? Y encima tenían que darle explicaciones...

Tardó un rato en entender lo que estaba pasando, pero sus neuronas todavía le dieron para tener la sensación abstracta de que podían elegir ir a tener aventuras peligrosas y divertidas y moralmente incuestionanles, o algo así. Se sorprendió mucho de su doble robótica, pero no le tuvo miedo. Ya se había enfrentado a muchos robots.  Al contrario, se acercó caminando para verla mejor. 

Son igualitos... Tanta experiencia nueva le había potenciado la imaginación, y se imaginó a su doble robótica haciendo las cosas de su vida diaria... probablemente a mis padres les gustará más el robot... Y c-claro que me gus-staría ir y tener aventuras con vosotros... Nada de esconder quien era, conocer lugares nuevos, p-pero... Gente nueva, olvidar lo pasado, ¡reconciliarse con los robots! p-pero yo soy un estorbo... a-ahora por ejemplo me habéis tenido que salvar... perdón... Miró a su versión robótica, y le dio por pensar que seguramente sería mejor que fuera el robot y no ella. Le daba penita, pero estaba claro que todo el mundo, y si había más mundos, todos los mundos, estaréis mejor sin mi...

Y claro, le dio por ponerse a llorar para dar un poco de drama innecesario. P-pero gracias...  ha sido muy emocionante... y he hecho muchas cosas que no sabía que podía hacer... y sois muy buenos... y me habéis tratado muy bien... y... y... siempre pensaré en vosotros como mis amigos... y claro que me gustaría venir... claro... pero entiendo si no queréis que venga... 

Y entonces se acordó de la voz que la había despertado. Se giró hacia Élan y Zaki, se limpió las lágrimas, y cerró los ojos porque así era más fácil. ¡Quiero venir! ¿Puedo venir con vosotros? Aunque sea un estorbo... me gustaría venir con vosotros y ver otros mundos y tener aventuras y todo eso. ¿Puedo? ¿Puedo porfa? ¿Puedo? Tenía mucha vergüenza y se sentía súperpatética, pero daba igual.