Partida Rol por web

Mi cuerpo se vuelve llamas y abrazo el tallo de la planta con mi último suspiro. 

... Kayla... Lo siento...

Huye por favor...

Salva wonderland...

Salgo corriendo en dirección a la tienda de la pólvora para intentar prenser la mecha de la revolución pirotécnica.

¡¡¡  ALLAHU AKBAR  !!!

Aleksis, malherido logra castear el hechizo flamígero y haciendo caso a las indicaciones de Rayla, se dirige hacia la tienda de color blanco, la cual ya había sido explorada con anterioridad por aquel grupo variopinto de exploradores. Apenas le costó encontrar la pólvora, al contrario, la pólvora parecía haberle encontrado a el, puesto una vez que entró el siseo repentino de esta pudo ser escuchada por los oídos de Aleksis.

Unos segundos después y la brillante luz cubriría el campamento, junto con el terrible sonido de la explosión, la tierra, arena y el polvo que esta había levantado, y evidentemente, el cuerpo ahora severamente dañado de Aleksis que fue proyectado al otro extremo del campamento, aún con un leve hilo de vida, pero inconsciente.

Por suerte para el grupo; la explosión había dañado de gravedad a aquella criatura quien ardía y se retorcía con sus raíces, tratando de escapar de las llamas sin éxito alguno; hasta que finalmente con un último grito desgarrador esta criatura se desvaneció en el aire, dejando tras de si un corazón brillante que flotó hacia el firmamento y desapareció a los pocos segundos.

Completamente armado con una armadura de placa negra de cuerpo completo, el que parecía ser el líder se dirigió hacia Rayla, con gesto firme y serio, agarró la muñeca de la joven exhausta y la alzó para que todos los hombres lo vieran. Rayla se encontraba realmente confundida por todo lo que estaba pasando a su alrededor y las palabras de aquel hombre tan solo hacían que esa confusión inicial fuera a mayores.

-Yo, el Gobernador Ratcliffe os he avisado. ¡Los bárbaros usarían su magia demoníaca para atacarnos!.

Los soldados y exploradores que aún seguían en pie y los que lentamente comenzaban a levantarse del suelo abuchearon las palabras del Auto-Proclamado Gobernador de la región; no porque estuvieran en desacuerdo con el o lo que este decía, sino todo lo contrario, un abucheo colérico en contra de los "barbaros" vilipendianos.

-¡Por suerte hemos recibido la ayuda de... -El gobernador miró a Rayla unos cuantos segundos antes de recordar el nombre de la joven- Alicia y su grupo de élite que he contratado para defender el campamento en caso de que criaturas sobrenaturales aparecieran y nos atacaran. ¡Un fuerte hurra a mi previsión!.

Los exploradores, soldados y marineros celebraron con varios "Hip Hip Hurras" consecutivos la brillante planificación y previsión que el Gobernador Ratcliffe había hecho a la hora de contratar a gente especializada a acabar con criaturas mágicas y paganas que los malvados nativos-barbaros habían mandado en contra del grupo.

En el otro lado del campamento se pudo escuchar la voz jovial de lo que parecía ser un nuevo marinero, un joven inseguro que no sabía muy bien qué hacer ni cómo comportarse en el lugar donde se encontraba. Uno de los tantos jóvenes que fueron a explorar en busca de aventuras o bien de sustento para su familia, probablemente lo segundo a causa de su actitud pusilánime y cobarde...

¡Chicos!

¡Aquí hay una persona sospechosa, con sombrero de copa ardiendo en el suelo!

No tardó mucho tiempo para que alguien le diera una colleja y apagara con un balde de agua a Aleksis, para posteriormente llevarlo dentro de una tienda, donde presuntamente le iban a tratar las heridas causadas por aquella batalla contra la planta gigante, sus garras y evidentemente la explosión que el mismo provocó.

Aun aturdida por el combate, trato de centrarme en dónde estoy. Veo el campamento medio destruido. Cuando el "jefe" se acerca a a mí me pongo en guardia, pero no parecen estar enfadados sino lo contrario. Suspiro ante lo de Alicia.

Perdón, pero mi nombre es Rayla. Encantada. ¿Quienes sois y dónde estamos?

Antes de obtener respuesta, oigo como hablan de un tío con sombrero chamuscada. Y veo como llevan a mis compañeros a una tienda.

¿Qué vais a hacer con ellos? ¿Estarán bien?

Me desperté entre un montón de desechos de plantas, cubierta por alguna sustancia extraña y doliéndome la garganta. Carraspeé y miré alrededor. ¿Qué había ocurrido? ¡Ah, sí! Estábamos peleando contra una planta gigante y luego, creo que me capturó... y ¿luego?

De pronto, vi un montón de jolgorio a nuestro alrededor, el tipo que era el jefe de los campesinos estaba hablando y felicitó a Rayla. No entendía muy bien porqué, pero igualmente me uní a los vítores y celebraciones, silbando y gritando por Rayla. Al ver a Aleksis herido, me acerqué a la tienda donde lo estaban llevando para ayudar a curarle.

Aleksis consiguió recuperarse de sus heridas, y pese a que ahora tenía las puntas de sus cabellos más cortas y quemadas que antes, podía al menos decir que todas las partes del cuerpo que había traído las seguía teniendo atadas y bien atadas al resto de su cuerpo; algo bastante loable teniendo en cuenta la magnitud de la explosión.

Los Colonos decidieron terminar las labores de construcción y ceder una tienda al grupo de héroes que habían venido a salvarlos, todo por orden y dirección de no otro que el Capitán y Gobernador, claro está. La noche cayó en el campamento y las hogueras se sucedieron, los colonos bebieron y brindaron por su primera noche en aquel lugar y su primera gran victoria.

Evidentemente los tres héroes fueron el centro de atención de los colonos. La valerosa guerrera, el suicida que trató de sacrificarse y, por algún motivo, una niña pequeña.

Si es que los aldeanos eran de lo más simpáticos, como había dicho desde el principio. Nos dieron una tienda y nos trataban amablemente por haberles ayudado, incluso nos habían invitado a beber. Entusiasmada de haber hecho tantos nuevos amigos, tomé una de las bebidas de los aldeanos y lo levanté para brindar con ellos.

- ¡¡Por nuestros simpáticos anfitriones!! - grité uniéndome al jolgorio - mmh, ¿es ta vuestra bebida nacional? EStá buena, aunque algo amarga.

- Ñiuuuu - pidió Momo, quien durante la batalla se había escondido en una de las tiendas y ahora se encontraba sentado en mi regazo.

- Perdón, Momo, ¿tu también quieres? Toma - le di un poco a mi amigo peludo y tomé un poco más.

Me duele todo el cuerpo así que me quedo quieto y tumbado mirando las extrañas estrellas de aquel extraño cielo que no era ni parecido al de Wonderland. Mientras las miro observo desde la distancia a Alicia, me parece gracioso lo delicada que parece pero lo increíble que es a la hora de luchar, solamente quiero mantenerla a salvo y hoy he fallado miserablemente. Pero ¿Qué esperaba? Nunca había luchado contra nadie... ¿Acaso pretendía ser de repente un bravo guerrero? Estaba muy lejos de eso...

Me mantengo un poco alejada del ambiente festivo, aún estoy tensa por todo lo ocurrido hoy y sigo sin fiarme demasiado de nadie. Miro a mis compañeros que parecen estar muy alegres celebrando y me acerco a ellos y le quitó el vaso a Yusuki.

Yusuki ten cuidado con eso, no creo que lo que estás bebiendo sea apto para tu edad. Por cierto, gran trabajo hoy no me esperaba que fueras capaz de luchar así. giro para mirar a Aleksis que parece un poco decaido. y tu igual para no haber luchado nunca lo has hecho genial y has Sido de gran ayuda con tus curas. Muchas gracias, aunque... le doy un pequeño golpe con el puño en la cabeza y me cruzo de brazos enfadada. ¡Se puede saber en qué pensabas al lanzarte así a la tienda a la que acababas de prender fuego y que por cierto, sabías que estaba llena de pólvora! le miro con el ceño fundido. Sabes que te podías haber apartado ¿No?

No contesto durante lo que son unos instantes bastante largos, parezco totalmente ausente, mi mirada parece como perdida entre las estrellas, como si estuviera buscando algo y no lograra encontrarlo.

Mi casa está ahí arriba Alicia. El maldito gato me dijo que te buscara, pero no me dijo como volver, soy un tonto inútil que creyó poder llevarte hasta él. Pausa dramática cerrando los ojos.

Señalo con el dedo índice hacia el cielo. En algún lugar del infinito cosmos que hay por encima de nosotros está el lugar en dónde nací y crecí...

Y aunque yo estoy aquí...  Se que está sufriendo, luchando con un enemigo que solamente tu puedes vencer, necesitan tu ayuda Alicia... en algún lugar de esa enorme cúpula que es el cielo... Está lo que siempre he considerado mi hogar, que aunque sea extraño para los que no son de allí, es mucho más normal que este otro, por lo menos para mi, este mundo no lo entiendo Alicia... Todo está al revés, quiero volver a Wonderland...

Dos lágrimas recorren mis mejillas. Jamás lo había echado de menos porque nunca había estado tan lejos de él, de hecho jamás había salido de Wonderland, sólo he salido para poder encontrarte y que me ayudaras a salvarlo...

Mi tono cambia repentinamente a un tono bastante más triste y apagado. Y yo ni siquiera consigo que me creas cuando te digo que eres Alicia.

¿Chicos? ¿Alguien ha visto a John Smith?

La voz dudosa de aquel joven hizo que los hombres dejaran de beber y celebrar y se miraran entre ellos, a fin de cuentas, John Smith era uno de los que solían destacar y llevar la voz cantante, muy querido por todos los presentes, incluso había llamado la atención del autoproclamado gobernador.

No se hizo esperar la reacción del autoproclamado gobernador, aupado por la embriagadez suya y de sus hombres, Ratcliffe se acerca a una de las hogueras, subiéndose a un barril vacío y habló para todos aquellos que estaban dispuestos a escuchar sus palabras, los cuales, eran todos.

¡Los Salvajes! ¡Esos bárbaros se han hecho con nuestro querido compañero!

¡Primero nos mandan una monstruosa criatura de Lucifer, y ahora nos tratan de cazar uno a uno!

Me quedo callado mirando las estrellas y maldiciendo mi suerte.

Sonreí a Rayla cuando me alabó.

- Tu sí que eres fuerte, Rayla, hay que ver lo fuerte que le pegaste a la planta, y Aleksis me salvó con su curación masiva. 

De pronto, los campesinos empezaron a hablar sobre uno de los suyos que había sido capturado por algunos salvajes. ¿Salvajes? Era la primera vez que oía que las personas podían ser salvajes, como los animales del bosque. Con curiosidad, me acerqué a mis compañeros.

- ¿Vamos a mirar cómo son esos salvajes? Tal vez podríamos rescatar a ese tal Jhon.

si, yo también creo que sería buena idea. Por muy "malos" que sean esos "salvajes" dudo que pudieran controlar al monstruo. Me dirijo al gobernador. Nosotros podemos infiltrarnos y rescatar a vuestro compañero. ¿Sabéis dónde lo tienen?

¡Así me gusta, Alicia!

¡La iniciativa! ¡La entrega! ¡La valentía!

¡Os encargo la misión de rescatar a John Smith, o al menos encontrar el Campamento de los Bárbaros!

Con esto dicho el criado del Gobernador Ratcliffe comenzó a quitarle la armadura a su jefe, mientras el calor del fuego propiciaba la guerra que se cernería entre esas ambas comunidades. La gente del campamento de Virginia continuó celebrando mientras Rayla, Aleksis y Yusuki eran llevados hasta la puerta principal entre aplausos y vítores.