Partida Rol por web

Viaje y llegada al nido de piratas

Espaciopuerto Dick Humphrey, Crimson City, Canopus IV.

Con el uniforme de faena y el petate al hombro, observáis desde la terminal como preparan la nave de despegue Leopard en la que dejaréis Canopus. Los operarios se afanan alrededor de la nave en forma ovoide como hormigas tratando de perforar un huevo.

Vuestros mechs y equipo ya están cargados en la bodega. En los dos días anteriores, otras lanzas de marshals han ido dejando la base, sin que sepáis donde iban destinados. No habéis podido despediros de vuestras familias o amigos, pero suponéis que podréis contactar con ellos en unas semanas si todo va bien, y si no... Bueno, siempre les llegará un telegrama del Ministerio de Colonias y una cajita con las cenizas.

Finalmente es vuestro turno, salís a la pista hasta la nave, inmensa como un rascacielos, y subís la escalera y os llevan hasta la sala donde os sentáis y atáis para el despegue. Echáis un ultimo vistazo a Canopus, vuestro hogar, con sus dos lunas gemelas. Luego se cierra la cabina.

Sentado en uno de los asientos anatómicos de la nave de salto, espero con cierto nerviosismo el momento del despegue. Y este, finalmente no tarda en producirse. Todos en la sección de personal en donde nos hallamos, podemos ver, ante nosotros, una gran luz verde que pasa a rojo un instante antes de que empecemos a sentir las vibraciones producidas por los motores.

Hasta nosotros llega en bramido de la potencia desatada y no tardamos en sentir, las fuerzas G aplastandonos contra nuestros sillones. Minutos dura esta sensacion hasta que la vibracion cesa y notamos, de repente, como la ingravidez se apodera de nuestros estómagos mientras la nave maniobra en órbita. Tampoco es que dure demasiado la ingravidez. Por todo el casco de la Leopard, resuenan una serie de crujidos metálicos. Son los anclajes que nos engarzan a la nave de salto. Y cuando esta empieza a rotar, podemos sentir de nuevo, el peso provocado por la gravedad artificial.

Ante nosotros vuelve a brillar la luz verde, signo de que el acoplamiento ha sido un éxito. Y yo, al fin desabrocho el cinturón de seguridad y tras estirarme, digo.

Bueno muchachos, comienza nuestro viaje. Espero que no hayáis dejado demasiado cabos sueltos en casa.

Miro entonces los rostros de los presentes para comprobar que tal les ha sentado el viaje y añado.

Si no siufris ninguna molestia, quisiera veros en el hangar de la nave en cuanto os halláis alojado. Nunca esta demas hacer una revision a las maquinas de las que vamos a depender.

 Si había algo que me gustaba, era los viajes espaciales con movimiento, y este sin lugar a dudas lo era con creces

- Oh si, ahora ya nadie puede echarse atrás y volver llorando a casa con sus padres - comenté burlón mientras masticaba el aire para destaponar mis oídos

- ¿Revisión? como mandes Frank, lo último que nos vendría bien es que los Mechs tuvieran algún tipo de avería puntual debido al viaje, aunque para eso llevamos los técnicos a bordo ¿no? me entran ganas de mandarlos a ellos a que hagan el trabajo sucio, a fin de cuentas ahora somos nosotros los que nos jugamos la vida - intenté acomodar la cabeza para seguir mirando el techo y escuchando los sonidos del ambiente. Ya faltaba menos...

-Pues el señor Adler tiene razón, un mechwarrior debe saber de su maquina y responsabilizarse por ella. Dioses! - dijo al sacudirse una vez más la nave.

Aunque no sufría molestia alguna tanta zozobra si afectaban su oido interno, lo suficiente para estar más atento a su entorno.

-Supongo que cuando nos acoplemos a la nave de salto será un buen momento para mirar el estado de los mechs.

Mantengo la vista perdida en algun punto aleatorio del suelo mientras mascullo algo para mi mismo.

- ..brones de mierda. No dejarnos ni salir una puta noche. Y ahora nos mandan al culo del universo para establecer sus putas colonias y asi llenarse los bolsillos. Ya puede haber mujeres en Spencer, mas les vale a los ronin esos hijos de puta que haya mujeres...

Adler propone revisar los mechs como primera tarea durante el viaje.

- Si, en cuanto pisemos ese puto agujero ya nos podemos olvidar de solicitar recambios y reparaciones exhaustivas. No creo que esos paletos tengan talleres, incluso dudo que sepan que coño es un taller.

Correcto Ryan.

Digo tras asentir.

Nos podemos ir olvidando hasta de recuperar material sobre el terreno de momento. Tan solo seria una carga inútil teniendo en cuenta la descripción del planeta que nos han hecho. No creo que estemos absolutamente solos ya que, podremos citar a la nave de descenso cada cierto tiempo en unas coordenadas determinadas para hacer un mínimo de reparaciones y reaprovisionarnos de munición. Pero creo, que cuanto menor sea el peligro que corra nuestra única vía de escape, mejor.

Afortunadamente, veo alguna ventaja en todo esto. Gracias al secretismo con que se ha llevado a cabo la operación, es muy posible que contemos con el factor sorpresa. Y no creo que nuestros oponentes, cuenten con material actual.

No obstante, considero la diferencia numérica, casi abrumadoramente a su favor. Por tanto, creo conveniente que tratemos primero, de ir mermando esa superioridad numérica que tienen. Emboscando sus patrullas y cazándolos lejos de su base. Personalmente, estoy impaciente por escuchar los informes del agente del Mim allí destinado.

Tras la charla que he soltado, callo. Mi rostro se endurece por unos segundos antes de añadir.

Y un detalle mas. No tengáis excesiva piedad con esos mech warriors. Traidores a su nación en unos tiempos convulsos, no nos podemos permitir, al menos al comienzo de la misión, dejar mech warriors vivos detrás de nosotros para que puedan subirse de nuevo a un mech.

En los momentos previos a partir, Eric se dedicó a familiarizarse con su Raven. Lo estudió desde fuera y desde dentro. Se sentó en a los mandos y descubrió con sorpresa que eran casi idénticos a los que había conocido a través del simulador.

Cuando por fin dan la orden de partida, Eric acude corriendo al hangar donde la nave de transporte que tenían asignada estaba preparada para partir. Ej joven subió, comprobando que era el último en llegar. -Hola-su tímido y lacónico saludo apenas se dejó escuchar en el habitáculo de pasajeros de la nave donde sus compañeros intercambiaban impresiones. Se sentó en el asiento que quedaba libre. Nervioso, buscó los cierres del arnés de seguridad y los acopló con torpeza. Estaba ansioso por despegar, por sentir ese temblor que recorre el cuerpo de un pasajero cuando los motores de despegue de una nave de transporte entran en acción. Se limitó a escuchar en silencio a sus compañeros mientras esperaba el ansiado momento del despegue.

Sven había pasado el viajecito, como siempre, sin pensar en nada, dejando se llevar por las sacudidas y la ingravidez, para el era como un amigo al que conocía desde hace mucho tiempo, así que no tenia secretos para el, al volver la gravedad, y escuchar el comentario de Frank, le dijo:

- Si creo que deberíamos ir a verlas, yo no he probado nunca un Marshal, aunque por los libros, informes tecnicos y charlas con los tecnicos, me han dicho que es una buena maquina, pero hasta que no la pruebe en combate, no se como reaccionara. Por mi podemos ir ahora.

 Analicé el plan de Frank, era lógico y acertado, sin embargo existía un pequeño problema

- Ey Frank, a pesar de que la idea suena bien, habrá que tener en cuenta algo importante ¿no crees? en el momento que se percaten que sus efectivos van bajando tras las emboscadas no dudarán en reforzar sus patrullas y eso nos complicará las cosas ¿no sería mala idea valorar un ataque rápido a un punto neurálgico de sus fuerzas y luego retroceder? recuerda que contamos con el factor sorpresa -

-Es entonces cuando se ataca a su base, si ellos salen con fuerza en nuestra busca, podemos usar los mechs ligeros para alejarlos de su base, y reunirnos con la lanza de mando para atacar su base cuando estos se hayen lejos. ¿no os parece bien Frank?

Una vez escuchados los pareceres de Corf y Randall, niego con la cabeza antes de replicar.

Nada de aproximarnos a su base hasta que no tengamos informes de primera mano sobre esa instalación.

Pensad una cosa. ¿Creéis que la tendrán desprotegida?. ¿Que no contaran con armamento estacionado en las proximidades a modo de linea defensiva?. Como ya he dicho en una ocasión, tengamos siempre presente el peor escenario posible para evitar llevarnos sorpresas desagradables.

Imaginad, por tanto, nuestro ataque sorpresa, detenido por sus defensas estacionarias, al mismo tiempo que, sus tropas de alerta temprana, salen a darnos caza. Si. Es cierto que hablamos de piratas. Pero no creo que sean estúpidos. Ojala lo sean.

Antes de pensar en atacar esa hipotética base, es necesario escuchar los datos que nuestro hombre sobre el terreno pueda ofrecernos.

Y no olvidéis que, en conjunto, cuentan con treinta maquinas de combate apoyadas por infantería. Si nuestro hombre ha hecho bien su trabajo, y así lo espero pues hablamos de un profesional, tendrá marcadas, al menos, sus rutas de patrulla. Recordad. Hace poco, unos seis meses, recibieron una paliza estos piratas, cierto.

Pero nunca han sido atacados en su planeta matriz. Y contando con que tengan un mínimo de inteligencia, alguna defensa tendrán en torno a su base. Defensa que estará totalmente intacta.

En cuanto a cazar alguna de sus patrullas, esa es la única parte que veo relativamente fácil. Y si envían refuerzos a esa patrulla, habrá que ver en que estado quedamos nosotros antes de iniciar un segundo combate.

En el dossier que os pasaron hay varios mapas aereos de Spencer. Se centran sobretodo en el continente donde está Hilar City, la única ciudad. Está al lado de un gran lago de agua dulce, y son apenas unas docenas de barracas alrededor de una colina donde está la base de los hermanos Heller.

Los Heller son tres: Felix, el mayor, Nathan el segundo y Hendrix, el tercero. Los tres eran mechwarriors del Primer Regimiento Fantasma del Condominio Draconis. Felix es veterano de la guerra del 3039. Enchufó a sus hermanos. En 3047 Hendrix casi es ahorcado por violación. Se salvó por la desaparición de la victima, que tenía que declarar en su contra. Al mismo tiempo Nathan fue degradado por una ausencia sin permiso.

En la invasión de los clanes prefirieron robar la caja del regimiento y largarse antes que combatir. Se unieron a varias compañías mercenarias. Felix fue expulsado de los Smith Chinese Bandits por matar un oficial superior en un duelo de borrachos. Llegaron a la Periferia y fundaron su compañía. Tomaron Spencer tras traicionar al anterior rey bandido, un tal Thompson.

Los Heller atacan indistintamente a Canopus, Tauro o Capella. Están condenados a muerte en todos ellos. El Condominio ofrece una recompensa por Felix.

Se ignora quien les proporciona las naves de salto y despegue. Tomaron dos docenas de prisioneros civiles en su asalto a Abilena hace seis meses, pero se ignora si siguen vivos y no han pedido rescate por ellos.

Vuestros mechs están en perfecto estado. Munición al máximo. Sistemas operativos. Pintura nueva. Etc.

En el hangar conocéis a los mécánicos: Beaton, Dolores (es un hombre), Menchagov y Oblong, que es una mujer. El oficial medico Brenmer está mareado en su cabina.

El viaje es laaargo. Se tarda mes y medio en llegar a Spencer entre saltos, esperas a que se recargue la vela solar, nuevo salto, y luego trasbordo de nuevo a la nave de despegue, que tarda tres días en llegar a Spencer.

Visto desde el espacio, os llama la atención que Spencer esté completamente a oscuras. Apenas se distinguen las luces de Hilar City. No podría ser más diferente de las cien ciudades de placer de Canopus, con su tremenda contaminación lumínica.

La tripulación os informa que se ha recibido la señal del agente del M.I.M. Os preparáis para el aterrizaje. La nave desciende. Ionosfera... Estratosfera... Retroreactores... Bamboleos y crujidos... Orejas taponadas... Y finalmente tocais tierra.

- ¡Quince minutos para desembarco!- anuncia el contramaestre.

COmo os han enseñado en la Academia, subís a bordo de vuestros mechs y bajáis por la rampa.

Ante vosotros se encuentra un estrecho valle de acantilados de piedra rojiza, con alguna parda vegetación. Es de noche. OS desplegías alrededor de la nave mientras los mecánicos bajan el camión de suministros.

Casi no veis al hombre del MIM hasta que sale de su escondrijo. Pahlevi viste completamente de camuflaje, con una capa que mimetiza el color del terreno.

- Soy Pahlevi. ¿Quién está al mando?

Adler se identifica.

Pahlevi os muestra sus credenciales. Tras la descarga, os apartáis para que la nave vuelva a elevarse. La veis alejarse. Ahora empieza vuestra aventura.

Dejáis un mech de guardia y los demás bajáis apra que Pahlevi os cuente la situación con un mapa.

- Hilar City está a 500 km de aquí. Los Heller tienen los mechs acantonados en el cuartel. Tienen dos lanzas ligeras y una media. Dos mechs ligeros están en reparaciones, pero casi todos tienen daños menores del combate de Abilene. Creo que están en mala racha y no han podido pagar repuestos hasta ahora.

"Sus vehículos son todos ligeros: viejos tanques Vedette y Galeon. Cuatro de ellos son solo camiones para la rapiña de botín. Dos más son transportes de infantería.

"La infantería son locales. Bandidos con uniformes. Los usan para tener a raya los nativos cuando no están. No creo que peleen mucho.

"LA ciudad es tan pequeña que no he podido entrar sin riesgo que me reconozcan como extraño. No hay campos de minas ni defensas. Sólo los cuarteles tienen un muro con alambrada.

"La mayoría de nativos viven con sus caballos y rebaños en las llanuras.  Los Heller mandan de vez en cuando sus vehículos a intimidarlos. Ahora mismo una lanza de tanques vuelve de castigar unos rebeldes. Creo que si se dan prisa podrán pillarlos a dos horas de aquí.

 Si algo aprendí durante toda aquella vida de militar es que lo mejor era hacer caso a las órdenes de un superior, y si después todo salía mal rematar la jugada con un "tan solo seguíamos vuestras órdenes" pero yo ahora lo veía todo muy claro. La base no era tan "poderosa" como se podía temer, sus fuerzas no están tan preparadas y para colmo, su "grueso" se dedica a perder el tiempo intimidando a civiles. El plan que había comentado era más efectivo de lo que pensé en un principio, si se aprovechara a que su fuerza intimidatoria se fuera de pasea a espantar vacas, un ataque directo a su base les desmoralizaría, pero no iba a decirlo, se quedará ahí en mi mente hasta que quieran pedir opinión, estoy ansioso de ver al jefe en acción.

Asentí a la información de Pahevi, más detallada imposible, parece que los de arriba saben bien lo que hacen.

Randalla bajo con su mech balanceando el torso de izquierda a derecha barriendo* con su laser los alrededores por si aparecia algún enemigo, despues de todo esto era tierra hostil.

-Teniente parece despejado a parte de nuestro "guia". sugiero formar al menos una patrulla por si han detectado nuestra nave de descenso. Señor.

Su voz permanecia clamada, mientras conmutaba los sensores de detección de anomalias magneticas a su sensor de movimiento.

Cuarenta y cinco días de viaje monótono, tan solo aliviado por las jornadas en el simulador, las horas en la cantina y naturalmente, el entrenamiento físico. Esa es nuestra rutina en el mes y medio que dura el viaje hasta nuestro objetivo.

Por tanto, una vez alcanzada la órbita de Spencer, no puedo evitar soltar un suspiro de alivio cuando al fin, recibimos por parte del capitán de la nave de salto, las directrices para nuestro aterrizaje.

Sin incidentes nuestra Leopard se posa en las coordenadas asignadas y tan solo minutos después, con la incomodidad del descenso ya olvidada, nos reunimos en el hangar principal. Al trote avanzo hasta una maquina un tanto particular.

Ante mi, pintado en dos tonos de marrón, se alza una maquina con unas características un tanto particulares. Y yo sonrío mientras en silencio, agarro el neuro casco que me ofrece Beaton.

Instantes después, en la carlinga de mi mech, digo en voz alta el código de activación.

Y mi mech, cobra vida de pronto listo para entablar combate.

Sin mas dilacion, camino hasta la rampa del hangar y al fin, piso la superficie de Spencer.

No tardamos en desplegarnos mientras detras nuestro, la nave de descenso ruge y se alza de vuelta a los cielos.

Y prueba de la seriedad de la operación, es que ante nosotros, en nuestros scanners, salta una señal. Es la emisión del agente el Mim. El cual se encuentra a cobijo en un abrupto valle.

Una vez que uno de los nuestros, el joven Eric, es destinado a tareas de vigilancia, el resto bajamos de nuestras respectivas carlingas para escuchar, de primera mano, el informe de Pahlevi, agente del Mim.

Y una vez escuchado, lo primero que digo, tras un rápido calculo mental, es.

500 km de distancia. Y la velocidad máxima de nuestra unidad, son los 65 km por hora de nuestros Marshalls. Descartado de momento pues eso supondría una marcha de siete horas y media a la máxima velocidad de los Marshalls. No podemos permitirnos sufrir fallos en los equipos a causa de forzarlos.

Ahora bien. Un par de horas hasta esa Lanza de blindados. Pues bien, creo que ya tenemos un primer objetivo.

Si acabamos con ellos de forma rápida y eficaz, podremos dar caza también a lo que sea que envíen de refuerzo.

Tras decir esto, miro a Pahlevi antes de añadir.

¿A Que distancia se encuentra el cuartel pirata de la propia ciudad?. No quisiera acabar causando demasiados destrozos entre las construcciones civiles cuando nos toque hacer limpieza en ese lugar.

Sven volvia a pilotar un mechs, y lo recordaba como si fuera ayer, no parecia malo el marshal, asi que hizo unos cuantos simuladores para saber como actuar ante situaciones complicadas, saliendo airoso en todas ellas, hasta que un dia sono la alarma y tuvieron que descender a su destino.

El teniente les dijo cual era su primer objetivo y Sven penso que esa era lo obio, hay no habia dificultad en escoger entre dos opciones, ya veria despues si este ex-ComGuard veterano de Tukayyin tenia madera de oficial, y merecia la pena o era otro alfeñique mas con mando, y lo descubriria pronto, ademas sus compañeros, los tenia de todo tipo, iba a ser interesante evaluar sus capacidades, y quizas divertido, pero en especial se fijo en Erik, era joven y moldeable, sin vicios, quizas pudiera darle algun consejo, para que su vida no fuera corta.

y cuado el teniente dio la orden del objetivo, solo dijo, - a sus ordenes.