Partida Rol por web

Miró de reojo a Hans y terminó sacándose el casco, para que pudiera ver mejor sus gestos, los que no auguraban ningún buen pensamiento y claro que la chica no manifestaba en sus ojos un buen humor o algún gesto agradable, lo que se acrecentó al comprobar que la ruta estaba cerrada y no sabía si podrían pasar.

— uff... — puso sus manos en su cadera — ¿en realidad ahora te preocupa lo que me pase? — suelta al final, hubiera sido mejor que la dejaran sola hasta que se le pasara la mala leche — todos se fueron por un lado y me dejaron con el boss, sin protección ni nada, y cuando caí al suelo, ¿alguno se preocupó de que no me rematara? no, estaba más preocupados de ayudarse entre sí y ver los mechas que habían... vaya grupo de mierda — rodó los ojos, en eso llegó la gótica y soltó un enorme resoplido, mientras seguía refunfuñando.

— voy sola, ya me quedó claro, así que retrocedan  — le lanza una dura mirada a la chica y se acercó más la pared derrumbada, intentando determinar si podría abrir un hueco con el láser o algo, pero eso no era posible si no sabía que el lugar estaba medianamente estable. Así que retrocedió y apuntó con su láser a las rocas, era una idea estúpida, pero estaba demasiado enojada como para meditar bien, el halcón estaba en ese hangar y su instinto le decía que debía buscarlo. 

"Bufff... en vez de un halcón arrojado, nos ha tocado un lobo solitario"   piensa

"Vamos a ver si hay un pasillo alternativo, o alguna forma de limpiar esto"

Correspondiendo al gesto de Wyn, me quito el casco, sujetándolo junto a un costado. Las palabras de Wyn me hace fruncir el ceño y replico:

- ¡Eh! Eso no es justo. -se nota que me han disgustado sus palabras- El chino -sí, ya se sabe, todos los que tienen ojos rasgados son chinos- fue a por su vehículo y tú detrás, y vi que Erika iba a ser rodeada por tres cosas de esas que ya la estaban golpeando cuando llegué. Esa cosa te disparó y no me dio tiempo a devolver el fuego antes de que saliese corriendo, pero bajé por donde buenamente pude de uno de esos mastodontes para ver si estabas bien.

Suelto un bufido molesto y escupo a un lado, colocándome el casco de nuevo y vigilando atentamente cada movimiento suyo mientras sigo hablando.

- Enfádate conmigo si quieres, eso es cosa tuya. Pero te estás metiendo en algo peligroso estando herida, así que vas a tener que noquearme tú misma si quieres jugarte el pellejo sin que intente cubrirte. Y te advierto que yo también iría a dejarte K.O. y te devolvería adentro si lo logro, así que piénsatelo bien. -mis palabras son demasiado serias como para ser ningún tipo de broma, no me iba a contener nada, dado que si se topaba con un enemigo tampoco él lo iba a hacer, y ellos no iban a tener la consideración de dejarla viva.

Dominique ve que puede haber probabilidad de destrozar las rocas con los blaster, dado que era el arma mas poderosa que llevaban encima. Un ligero riesgo de un nuevo desprendimiento era posible. Entre lo alto de la pared se puede apreciar un conducto de ventilación. Se debería hacer un hueco entre la roca para llegar hasta él.

"Hey" dice
"¿Hey?" pregutna, al ver que no le hacen caso, y prefieren discutir como la bonita parejita tsundere de todos los animes.

"¡OYE YA!" dice alzando un poco la voz y moviendo los brazos.

"A ver. En vez de querer abrir hueco a lo loco ¿Y si quitamos algunas rocas hasta abrir camino a ese conducto?" dice señalando el camino.
"Se que quieres tu Fénix Rojo, quizá tanto como yo quiero mi Trireratops Negro, pero como digo McDuck: Don't work harder, work SMARTER"

Y dicho esto, se sube a las rocas, y retira unas pocas. No tirándola, sino entregandoselas a Goro (Si es que colabora) para no provocar el derrumbe.
Así espera abrir camino para Wynn, y tambien para Goro y ella misma, pues espera que aparte de eso, su Triceratops Negro esté en algun sitio.

Te acercas lentamente al mirador con los seis policías apuntandote con sus pistolas. Había un pequeño grupo de personas que miraban asombradas el enorme vehículo y como salías al techo de este. Había una grúa que estaba mirando de rescatar el vehículo que se incendio durante el ataque y cayó por el precipicio.
Te quitas el casco y lentamente subes la ladera hasta el mirador. La gente se asombró de ver un chico joven debajo de él. Un policía te habla:
Quien eres? Qué es ese león enorme? Acércate con las manos en alto. No oses hacer ningún gesto extraño.

“Tranquilo, no haré nada!” Aki habla en tono paciente y racional. “Vengo de una base militar que yo a un par de compañeros hemos encontrado fugando de los …. seres… que nos han atacados aquí. La base parece ser una antigua base militar y se halla en la montaña misma. De ahí viene el león amarillo. Puede guiarles hacia la base, si quieren.”

Aki confía en la autoridad - si no es autoridad militar - y piensa que tiene que tomar las riendas de la situación.

No me creo mucho de esa historia, te dice el policía. Deberás venir conmigo y hablar con más detalle chico. Esto se escapa a la razón lógica. 

Al poco subiendo la colina por la carretera aparece una chica vestida de calle. Goro reconoce a su compañera, pero ella se asombra ante la escena que ve. La policía no la ha visto dado que estan de espalda a ella.

Encuentra a la policía apuntando a Goro, sin el casco. El líder del momento continuaba hablando con Goro. La poca gente que había llegado se marcha hacía la carretera por si empezaba un tiroteo, buscando un lugar seguro del que seguir observando que sucedía. Una grúa estaba arrastrando del precipicio el coche que salio disparado. El enorme Leon estaba quieto en la ladera de la colina.

Entre los tres conseguís retirar el minimo de rocas para lograr llegar hasta el conducto de ventilación. Dominique da un golpe a la rejilla y esta cae fácilmente. Mirando en su interior, puede ver que cabe una persona justa arrastrandose. El conducto parece ir paralelo al pasillo y va hasta el otro lado de la base. No logra verle otra salida.

Erika caminaba hacia donde estaba todo el mundo, al ver la escena se queda unos segundos parada y después corre hacia allí, estaba cansada y aun con los moratones y los rasguños de su ropa, como puede se coloca cerca de la policía, mientras llega piensa:

No… no… no es así… se equivocan

Rápidamente comienza a gritar mientras jadeaba a la policía:

No… no… señor agente… el… el me ha ayudado

Cuando llega al lado de la policía cae al suelo sentada, estaba nerviosa, sudorosa por lo que había tenido que correr y prácticamente en Shock, mira al agente y dice:

Por favor ayuda… por fin… ayuda… esos seres nos atacaron… mi madre ha…

El solo recuerdo hace que las lágrimas afloren en sus ojos, sin embargo, no puede quedarse callada, tiene que ayudar a Aki:

Esta muerta… y mi padre ha desaparecido… el me ha ayudado… el me ha salvado por favor… mi madre tienen que ayudarme

Con las pocas fuerzas que tiene se pone de pie y se acerca suplicante al policía, era cierto que quería ayudar a Goro, pero el ver a la policía había que se sintiera segura y ya se sabía que pasaba cuando te sentías seguro que lo que habías estado guardando salía y la fortaleza que había estado teniendo se estaba rompiendo totalmente.

— ¿como no es justo? — le responde molesta, alzando la voz y haciendo que su pecho doliese, lo que hace que se muerda la lengua para no mostrar debilidad — es completamente justo... pfff ¿quieres pelea? — se acerca a él, realmente iba a golpearlo, o quizás no, pero por lo menos iba a intentar echarlo, pues seguía con la idea de fundir las condenadas piedras, no sólo porque buscaba "su" halcón, sino porque así podría sacarse la mala leche que traía encima, pero antes de sujetar a Hans por las ropas Dominique interviene.

— ¿Triceratops? — escucharla decir eso por segunda vez la saca de su enojo y la queda mirando con una expresión de extrañeza — ¿que Triceratops? si el tuyo es otra cosa con cuernos, eh... ya olvídalo — se cruza de brazos y termina cediendo a la idea de sacar las piedras, no quería ayuda, e insistía mentalmente que podría sola, pero al final ya deja de pelear con la idea, más cuando logran abrir un boquete en medio de las rocas.

— buen trabajo chicos... — le dice a Dominique en especial, aún no se ponía su casco y pasa su mano por su nariz, el dolor era más sostenible, menos cuando debía respirar profundamente — iré primero, — no pregunta, más bien lo impone y se agacha para empezar a arrastrarse por el conducto.

« Está bien, Erika, ya lo explico todo al policía. Evidentemente nos hemos topado con algo que nos sobrepasa, de mucho, y las autoridades han de saber de la amenaza que presentan los seres esos. »

Dio una palmada en la espalda de su compañera de escuela. Creía, por lo demás, que ella no comprendía bien la situación, como no era él, Aki, al que acusaba el policía : simplemente estaba tomando apuntes.

Hablando otra vez al agente : « Si no me cree, lo mejor es que lo vea de sus propios ojos. Por esto le digo que puedo mostrar a usted y a sus colegas el hangar del que acabo de salir con el león amarillo y toda la base abandonada. »

Miro de reojo a Dominique cuando intenta interrumpir la pelea... Bueno, en cierto modo es como no mirarla en absoluto con este casco, porque como para saber dónde están los ojos del que lo lleva.

No dudo en encararme con Wynonna, pues no iba a dejar que hiciese locuras por la base. No iba a quedarme quieto viendo cómo podía suicidarse.

- Si es lo que hace falta... -replico, no me gusta la idea, pero si me tengo que pelear con ella para eso lo haré.

Por suerte, las palabras de nuestra Bisontriceratops la descolocan lo suficiente como para que se "calme". Suspiro un poco aliviado y uniendo las dos manos, cuando se Wyn se gira, le hago un gesto de agradecimiento a nuestra goth favorita e intercepto las rocas que le pasa a Goro con una parada digna de Courtois y cojo las piedras que me echa para despejar el camino, arrojándolas a un lado donde no molesten, acercándome a retirarlas también si encuentra otra forma de quitarlas que no sea echármelas.

Al terminar, respondo:

- Eso, buen trabajo. -simplemente, aunque que insista en ir primero me hace torcer el gesto un poco- Vale, vale, te sigo.

Preferiría ir delante para toparme yo con los enemigos, a ser posible, pero me conformo con poder arrastrarla lejos del peligro si la dejan fuera de combate.

El policia escuchaba atónito a las palabras de los dos chicos:

Parece que los dos os conoceis por lo que cuentas, Goro, es así tu nombre? Hablais de monstruos, pero no hemos recibido nada de un ataque. Creo que tendreis que venir con nosotros, pero no a comisaría precisamente.

Coge el móvil y realiza una llamada. El resto de policias no dejaban de apuntar.

Aquí el policía Johan Deria, solicito hablar con el coronel Paxton Elwyn.

Se espera unos segundos y vuelve hablar:

Señor Coronel, necesitamos que reciba  a un par de chicos con una historia inverosímil, pero posiblemente cierta. Ha aparecido un vehículo de enormes dimensiones en el mirador de Santa Bárbara. Hablan de monstruos, una antigua base secreta militar, y otras cosas extrañas.

De acuerdo no nos moveremos. Le esperamos aquí.

Se guarda el telefono y mira a los dos chicos:

Lo siente pero una vez llegue el coronel, debereis ir con él. No os haremos daño alguno, tan solo queremos saber de donde habeis salido y por que posees ese vehículo.

Yendo por el conducto de ventilación los tres jovenes llegan hasta un punto final. Agazapados y arrastrandose son obligados a bajar por una ventanilla la cual el primero saca con las manos. Se encuentra en una  especie de taller donde se reparan armas de fuego. Hay pistolas desmontadas encima de una mesa, tornillos, herramientas por el suelo. EL interior está iluminado por un par de luces de emergencia que dejan a un par de jimmers muertos en el suelo. Su estado indica que no son de ahora, sino que llevan ahí 30 años minimo. En las paredes hay agujeros de bala. Una pelea tuvo lugar.

Salir por la ventila fue todo una proeza para la joven, que cuando se incorporó, tras salir de ese pequeño espacio, se quejó en silencio con sus manos en su pecho, aguantando cualquier sonido que revelara su molestia. Se apartó para que el resto saliera, no ayudándolos como en otras ocasiones, sino que yendo de inmediato a donde estaban los robots destruidos, eso era prueba de que la primera vez que habían ido a atacar, habían sido estas mismas criaturas, pero que no les había ido bien.

— no entiendo porqué demoraron tanto... — frunció sus labios mientras exterminaba los restos de los jimmers descuidos, intentando determinar qué fue lo que les había pasado — y ahora... — miró a su alrededor, era la armería o algo parecido, y se puso a rebuscar en los cajones, podrían haber granadas o algo, las explosiones podrían ser más efectivas para destruir a los enemigos que los láseres.

Tras aterrizar un poco después que Wyn en la sala de los jimmer, escucho su comentario y solo suspiro. Me dan ganas de replicarle algo, pero cada vez me da más sensación de estar buscando un conflicto más que otra cosa, por lo que al principio empiezo a buscar cosas de utilidad, al igual que ella, pero sin decir palabra.

Tras unos minutos, le pregunto:

- ¿Quieres golpearme, Wynonna? -el tono suena casi más a ofrecimiento que a pregunta- Llevas todo este rato masticando ese cabreo y eso puede llevarte a hacer alguna tontería contra los malos, o si no los hay, a tener bronca con Aki y Erika. Si tienes ganas de desfogarte, prefiero que sea conmigo, que abulto el doble, que que te juegues el pellejo cuando no debes o termine escalando a ese punto con ellos. -le digo, mirándola.

De hecho, me quito el casco para que vea que la miro con seriedad. No es la clase de cara de alguien que quiera ser golpeado, pero sí la de quien está dispuesto a eso para evitar problemas mayores.

Erika escucha las palabras del policía y cae al suelo mientras llorando dice:

Pero… no puede dejar a mi madre ahí

Realmente empezaba a no entender lo que pasaba delante suyo, aquel policía estaba diciendo que lo que le había pasado era mentira y eso no podía ser, era demasiado real para ella, aun sentía las nauseas y el dolor de ver a su madre muerta a su lado por protegerla a ella, casi suplicando dice:

No pueden dejarla allí… tienen que ir por ella… no pueden dejarla

Decía desconsolada, la sola idea de imaginar a su madre allí tirada y que nadie le ayudase le horrorizaba, mientras decía para si misma:

Ha sido por mi culpa… si yo hubiera muerto ese día no habríamos estado aquí y esto no hubiese pasado… es mi culpa… ¿por qué no morí como quería?