Partida Rol por web

Esto carece de toda lógica. ¿Cómo demonios piensa llevar a cabo esto en esta misma noche? No hay un plan previsto y la información es cuando menos dudosa.

Miro al coronel polaco, que está entendiendo todo lo que decimos. Lo primero es salir de aquí.

Lo primero...oficial Kruger, es salir de esta fortaleza antes de que aparezcan refuerzos enemigos. Hastings, vaya despejando el camino, quizá algún soldado haya decidido no rendirse. Sea precavido. -me giro hacia el coronel polaco- ha ocurrido algo al margen de mi objetivo, pero no se preocupe, su vida está a salvo. Ahora si nos disculpa hemos de ir al patio y reunirnos con el resto de msi hombres, usted primero.

Guardo la pistola del coronel y vuelvo a sostener con mis manos el subfusil. Miro con una mezcla de curiosidad y rabia al oficial Kruger y sigo a Hastings y al coronel por los pasillos de la fortaleza.

-Teniente, ante todo, esto no es nada personal, solo sigo ordenes de mis superiores. Entiendes, no?- Le comento mirandole en forma de que yo no planeé esto, me lo encontré como él...

-Por lo demas, estoy de acuerdo, subamos, a ver si no han matado al resto de nuestros hombres...- Lo de nuestros hombres, no va por que sean de nosotros por mando, sino en general de que son Alemanes...

El teniente, Hastings y el oficial Kruger subían por las escaleras rumbo a la azotea llevando consigo al coronel capturado cuando una serie de detonaciones hicieron temblar el techo de la fortaleza arrojando rociadas de tierra sobre ellos. La otra parte del comando había hecho bien su trabajo volando los antiaéreos que impedían a la Luftwaffe bombardear Varsovia a placer. Una vez en la azotea, Dirck encontró los humeantes hierrajos que antes habían sido poderosas baterías de combate. Sus hombres no estaban por ningún lado y cuando el grupo llegó a lo alto de la almena, los descubrió en la base de la muralla. Habían descendido por la cuerda llevando a Karl con ellos.

*Fiuuuuuuuuu!* Les silbo indicandoles que estamos ahí. -Muchachos, tengo que daros una noticia. Hay algún herido?- Pregunto lo primero observandolos...

El silvido me sobresalta, pero las palabras siguientes son como un bálsamo. Viendo al resto del grupo en las almenas, respiro de alivio, pero todavía hay que salir.

- Un herido, pero nada grave. Hay que inutilizar los focos, no hemos tocado ninguno.

Agazapado, espero lo que parece una eternidad a que se cumpla el tiempo del temporizador y salten por los aires esos malditos antiaéreos. El silencio se ha echo de nuevo y nada turba la quietud del momento, mas allá del suave rumor del río y algún ave nocturna aquí o allá... Aferro el arma con cierto nerviosismo, consciente de que la situación de mis hombres es muy precaria...

"En cualquier momento pueden aparecer patrullas polacas... y estamos muy mal situados... ¿Donde se habrán metido Herr Oberleutnan y el resto de la escuad..."

El repentino estallido de las cargas me saca de sopetón de mis ensimismaciones y me encojo sobre mi mismo, apretando el casco sobre mi cabeza, mientras cascotes y tozos de metal cae cerca de nosotros... Escupo un sorda maldición entre dientes...

"Die Mutter, die langweilen mich"*

Cuando todo se vuelve a calmar, me incorporo poco a poco y me vuelvo hacia mis hombres...

"Achtung, preparados para embarcar... les daremos otros diez minutos y si no tenemos señales de ellos, nos replegaremos, entendido"

Miro a mis hombres, esperando algún tipo de señal de disgusto por su parte. Sin embargo, un repentino silbido proveniente de las almenas de la fortaleza hicieron innecesario un cambio de ordenes. Arriba, en lo alto, recortada contra el cielo, la silueta familiar de una casco de las SS y la familiar voz del oficial Kruger, indican que todo a salido bien...

"Gracias a Dios..."

Las palabras del soldado Lahousen hacen que gire violentamente la cabeza y note como un pronunciado rubor incendie mis mejillas...

"¡VERDAMMT! Olvide los malditos focos..."**

¡Señores, nos retiramos!

Son mis órdenes nada más salir de la estructura, los antiaéreos están inutilizados y parece que la situación está bajo control. Aunque algunos sabemos que va a empeorar por culpa de los deseos de las SS. La operación era un éxito, y ahora se decidían a complicarla.

Es cierto, no han destruido los focos...

Quito el seguro Tic, bala en la recámara clac-clac, y una sucesión initerrumpida de balas ratatatatatatatatatatatata. Los casquillos se amontonan a mis pies, con ese siniestro sonido metálico al que no termino de acostumbrarme, es una arma muy imprecisa, mucho menos que los fusiles, y sin embargo representa el futuro.

Todos al bote, allí les explicaremos unos cambios de última hora. Tengan la bondad de escoltar a este caballero -digo señalando al coronel polaco.

Pronto veremos a San Pedro.

-Bien señores, ahora asumo el mando de una misión especial. Rudolf, pon rumbo rio abajo, a la ciudad. Vamos a eliminar a un Coronel...- Les digo guiñandoles un ojo. Luego busco al herido con la vista... -Quién esta herido? dejame ver...- Les comento sacando el botiquín...

El grupo desandó el camino hacia el bote con el prisionero polaco mientras Dirck apagaba los focos a balazos. Rudolf miró con gesto interrogante al teniente ante las palabras del oficial de las SS pero este únicamente se limitó a asentir en silencio: Hans tenía el mando ahora y habría que obedecerle como a cualquier oficial del ejército. Una vez en el bote, Hans sacó el botiquín para atender la herida de bala que Karl tenía en el brazo mientras Rudolf dirigía la balsa río abajo, hacia Varsovia.

-Fucken!- Digo porque justo cuando estaba iniciando la cura, el teniente apaga los focos y no veo nada....

Con cuidado y en el mayor de los silencios, preparo el bote para echarlo al río. El stoccato del subfusil del Teniente y la repentina oscuridad me paralizan por un segundo... Aunque parece que al Oficial Kruger le ha fastidiado mas que a mi. La enigmática orden de este ultimo, confirmada por el Teniente me ha puesto nervioso y creo que al resto de los hombres, también.

"¡¿A santo de que, tenemos que ir ahora a Varsovia?! Si en Inteligencia se han equivocado, pues que se jodan, que nosotros ya hemos cumplido..."

Coloco a los hombres de la mejor manera posible, distribuyendo el peso para acomodar a nuestro prisionero. Todos guardamos silencio, mientras abandonamos la fortaleza envueltos en la oscuridad y al amparo de la noche...

Lentamente el bote se despega de la costa con el nuevo inquilino a bordo. Hans acomoda a Karl lo mejor que puede después de haberle curado la herida. El soldado no se queja durante el proceso pero apenas puede mover el miembro. La ciudad de Varsovia, iluminada por las llamas, se acerca cada vez más a vosotros. El silencio es total a la espera de que el oficial de las SS les informe de por qué van allí.

Miro a los hombres del bote. -Esto tambien es una noticia nueva para mi. Personalmente creo que es una putada, pero son ordenes de la propia Gestapo de Berlín. Iremos a ciertos puntos calientes y asesinaremos a un Coronel. Rudolf, vé a la parte sur de Varovia, empezaremos por el primer punto caliente a investigar dónde se encuentra el Coronel éste....- Les comento recorriendo sus miradas con mis ojos azules, sé que necesitamos descansar, asi que iremos con medio calma, sin arriesgar mucho...

"Jawohl, Herr Kruger"

Con suavidad, dirijo el bote corriente abajo, buscando las corrientes mas tranquilas... "¿¡Un cambio de ordenes!? ¡¿A estas alturas!?... Ahora resulta que somos ejecutores... Tenemos tantas posibilidades de que nos maten los polacos como de que nos maten las tropas de asalto de la Wermacht..."

"Herr Kruger, con su permiso... Supongo que el cauce del río estará vigilado por los polacos a su paso por Varsovia... ¿Como vamos a llegar a nuestro destino, si tenemos que cruzar la ciudad para llegar?"

-Se me habia ocurrido ir por la red de alcantarillas, habrá que ir con cuidado por si hay trampas explosivas, pero no creo que estén vigiladas....- Contesto al cabo con una sonrisa.