Partida Rol por web

-écoute moi, fils de pute, on a besoin d'un bateau pour sortir d'ici. Si on l'a vous allez vivre, si non, je vous tuerai sans pitié.-

le amenaza Pepe al oficial francés mientras le pone la ASTRA 400 bajo la barbilla. Quiere respuestas, y las quiere ahora.

-¡Allez, dit moi!.-

le inquiere cada vez más amenazante.

Joder, espero que este cabrón sepa de algúna cañonera o barco similar a motor que podamos usar para largarnos, si no va a haber que utilizar cadáveres.

 Carrick escucha las órdenes del teniente. ¿Abatir enemigos desde su posición? Ya iba tocando... era la hora de resarcirse por todos los disparos fallidos hasta el momento. Pone a punto la munición y se coloca bien posicionado con el ojo tras la mira de precisión. A esa distancia tardarían un rato en alcanzarles, y más si amparado en la clandestinidad de la noche, Carrick los abatía sin piedad.

- Dicho y hecho papi...- amartilla el arma y el primer proyectil entra en la recámara - Es la hora del recreo... ¡cabrones!

¡Blam!¡Blam!¡Blam!

Los disparon truenan, y a lo lejos las siluetas ataviadas con uniforme enemigo van cayendo. 

Toma su tiempo en apuntar, aún están lejos. Cuello, estómago, cabeza... puntos vitales. Disparos limpios. Nada de dejarlos agonizando en el suelo durante horas rogando a Dios algo de ayuda. Eso era propio de alemanes, causar muchos heridos en lugar de causar bajas. Incluso en la guerra, en lo más hondo del fango, se podía ser limpio y profesional. Aquí se viene a morir, no a sufrir. Otro disparo más, otro que cae.

Caparso y Larkin retroceden hasta la primera posición, la más cercana a la barrera. Desde allí tienen una mejor visión del enfrentamiento entre los hombres de la barrera y la dotación de milicianos. La garita ha recibido multitud de impactos de bala pero desde dentro aún están devolviendo el fuego. Junto al camión se refugia un grupo de tres milicianos mientras que el resto ha retrocedido hasta la primera línea de casas. Varios cuerpos tumbados en tierra de nadie atestiguan la puntería de Carrick y de los comandos de la garita.

Por otra parte, Pepe interroga al oficial francés lo mejor que puede y este logra entender el contenido de sus peticiones. Asiente con la cabeza y le dice que hay varias motoras en este lado del embarcadero (43,28 del mapa) pero que tendrían que puentear el mecanismo de arranque.

Mientras corremos hasta la posicion del primer cañón, le pregunto a Caparso: ¿Colocaste al final la carga tramapa en la barrera? Eso nos dará mas tiempo para salir por pirenas... En mi fuero interno espero que Pepe piense en la posible utilidad el oficial frances, y de que igual nos podria servir como reen en caso de que las cosas se tuerzan. A una mala siempre lo podemos tirar por la borda... Si la carga estaba puesta en la barrera, a Caparso solo le quedaria ir poniendo los temporizadores y luego acudir junto a Pepe, para echarle una mano en caso de que necesitase algo que requiera de su buena mano con los alicates.

-¡Trés bién mon amí!-

le dice encantado al oficial con la nueva información, ahora al menos tenían una oportunidad.

Márquez no pierde el tiempo, agarra del pelo al tipo y con la otra mano le apoya fuertemente la ASTRA 400 en los riñones mandándole un mensaje bien claro: como la líes, te reviento.

Tras eso, sale pitando en dirección a las motoras. Al llegar a la más cercana, ayuda a subir al oficial francés al vehículo y lo sienta deja tumbado en el suelo, boca a bajo y bien a la vista.

- Restez lá et ne fais rien ou je vais vous tuer, ¿vous m'avez compris?.-

le dice al tipo para que se esté quieto y no toque las pelotas.

Vas a ser un escudo humano cojonudo, pequeño.

Mientras tanto, Márquez salta de un culatazo la tapa que controla el cableado de la máquina para intentar hacer un puente al cacharro.

Venga joder, podemos salir de esta.

¿Bomba trampa? Nadie me dijo nada de colocar una bomba trampa en la barrera.

Señor,  no hay ninguna bomba trampa. Ahora lo único que me preocupa es controlar bien el tiempo con los temporizadores, y voy a comenzar con este primer cañón, así que dígale a los muchachos de la barrera que se muevan o se quedarán atrapados entre los soldados y la explosión.

De acuerdo, movámonos rápidos y hagamos lo que una abejita le dijo a la otra... "Salgamos zumbado de aquí". Le digo a Caparso mientras parto hacia la barrera y me situó en los sacos que protegen la misma. Veo que están bastante liados en este momento el resto de los miembros del comando. Se baten como leones desde hace un rato, y han logrado que parte de los nuevos visitantes que muy inoportunamente han venido, se replieguen hasta la línea de casa, alejándose un buen trecho. Otros sin embargo, se encuentran protegidos por el camión que los trajo hasta el lugar.

Apoyado en la barrera pienso: Un error fatal, ¿No os lo dijeron en la instrucción? Un vehículo nunca es buena cobertura, pienso mientras saco dos de mis granadas de mi equipo y les quito las anillas, manteniendo las espoletas bien pegadas a los artefactos. Hasta el momento no he abierto fuego, para no delatar mi posición, pero es hora de hablar y para que el resto de mis chicos me oigan les digo en voz alta:

Atención compañeros, cuando cuente TRES, fuego a discreción, voy a colar a esos cabrones un par de granadas en su amado camión, vamos, que voy a volarles esa mierda en pedazos. Cuando vuele en pedazos, corréis como si el diablo estuviera intentando follaros por atrás, pero con la cabeza gacha ¿Recibido? Eso nos dará tiempo, el camión seguramente explotará y junto al combustible que lleva, y bloqueará la zona el tiempo suficiente para replegarnos. Espero aun unos segundos, dándole tiempo a Caparso a que llegue al segundo cañón, active el temporizador.

Transcurridos esos segundos, digo: UNA, DOS, TRES. Espero a que mis compañeros abran fuego de cobertura y entonces lanzo los ORNIS* contra el camión, intentando que queden debajo del mismo, pasen por debajo, caigan dentro de el, o lo que sea, pero que sirva para hacerlo saltar por los aires.

Larkin lanza las granadas con precisión y estas ruedan debajo del camión. La explosión resultante envía al camión volando dos metros hacia arriba antes de caer pesadamente hecho un amasijo de hierros. Igual suerte corren los tres milicianos que se ocultaban tras él, cuyos cuerpos vuelan rotos antes de caer al suelo. Caparso termina de ajustar el explosivo y corre con el teniente hacia el segundo pozo. Le siguen el resto del comando que salen de la garita aprovechando la explosión. Es sólo cuando el grupo llega al tercer pozo que los milicianos se animan y empiezan a avanzar efectuando algunos disparos dispersos.

Por otra parte, Pepe arrastra al oficial francés a la barcaza e intenta hacer que arranque. Pero el español no tiene mucha idea de cómo va el asunto y se queda mirando el amasijo de cables debajo del tablero de mando con preocupación. O espera a que llegue Caparso o intenta jugársela y reza para no estropear nada.

 Mientras toda esta vorágine sucede, Carrick continua cubriendo a sus compañeros, avanzando lo que puede en carreras intensas para cada ciertos metros hincar la rodilla en el suelo y disparar, alargando la distancia que les separa de sus perseguidores. El final de la misión se antoja cerca, pero ahora es cuando todo se puede torcer.

Cuando Larkin finaliza su cuenta atrás, Carrick sigue disparando, llenando el suelo de cuerpos. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con su trabajo. Tras la explosión parece que la cosa se agita aún más. James carga el fusil al hombro y sin abandonar su puesto se dirige al teniente.

- ¡Señor! ¿Sigo disparando o salimos pitando de este atolladero? -

Corro a toda velocidad hacia las lanchas donde veo que se ha trasladado Pepe, y al oír las palabras de Carrick le digo mientras le hago señas para que vea al lugar donde me refiero: Carrick, desplázate hasta donde está Pepe y busca un buen punto con cobertura y buena visión, necesitamos que esos tíos que se habían refugiado donde la línea de casas no superen el 2º emplazamiento, que no se acerquen, hemos de darle tiempo a Caparso a que active los últimos temporizadores y le haga el puente a los transportes.

Un poco delante mía corren los otros tres miembros del equipo, Jean, Arthur y el nativo Kamir, al que no le quito el ojo de encima por si decide cambiar de chaqueta. Muchachos, lo mismo que Carrick, buscar posiciones de cobertura y cubrir al sargento mientras coloca los explosivos.

Lanzo un par de ráfagas cortas mientras corro y al llegar a donde las barcas me situó en una de las amarraderas que hay en el puerto, apoyo la Thompson para tener mejor estabilidad y mirando a un lado veo a nuestro Español mirando los cables como quien mira un plato de espaguetis:  Bueno, ¿Cómo va eso? ¿Necesitas una mano? Igual Arthur sabe de estas cosas.

!!ARTHURR!! ¿Sabes de cables y de hacer puentes a las cosas? Y no me contestes que casitas si pero puentes no... porque el horno no está para bollos. Jajajaja.

Vuelvo a centrar mi atención en el desastre en el que se ha convertido la barrera... El camión había volado un bien trecho y como todo lo que sube, había bajado a buena marcha estrellándose y desparramando una buena cantidad de combustible por todos lados. Buen destrozo ciertamente, la nube de humo también facilitaba las cosas, esos tipos de la línea de casas debían estar ahora santiguándose, puesto que ya habían perdido unos cuantos de sus compañeros en el intento de darnos por el ojal... Cosa que no me hacía nada de gracia, y me gustaría evitar el mayor tiempo posible. El tiempo apremiaba y me preguntaba cuanto tardaría Caparso en colocar unos fulminantes y colocar el temporizador. Buen petardazo iba a pegar todo eso, aunque solo reventara uno de los cañones, cada uno tenia munición para convertir esto en el 14 de julio.

¿No? ¿De verdad? Joder... vale vale... Espero que al menos estés llevando la cuenta de cuantos te has cargado. Digo mientras salto a la embarcación y le doy una palmada a Pepe en el hombro a la vez que señalo hacia la posición que acabo de abandonar: Pepe, déjame ver qué puedo hacer aquí, fuego de cobertura para Caparso por favor, cada vez que ese chisme tuyo dispara se cagan encima. Haz daño muchacho.

Acto seguido saco mi linterna "ciega", la linterna especial que solo lanza luz hacia donde enfoca y no destella mostrándose como objetivo*, así como mis alicates, y alumbrando al interior de la caja de cables los separo con cuidado, viendo cual llega hasta el contacto de encendido y cual parte de él, para cortarlos y empalmarlos uno con otro y cerrar de esta forma el circuito cumpliendo la función que debería hacer la llave en el contacto.

Malditos hijos de.... Murmuro mientras "opero" a la lancha con la intención de poder hacerla funcionar de una maldita vez y poder largarnos de ahí cuanto antes. A mi espalda las detonaciones de los fusiles truenan una tras otra. !!Ban ban ban...!! Toda una fiesta tienen los caballeros montada ahí atrás, por lo que la velocidad es crucial.

- A ver si usted tiene más suerte, mi teniente, con estos cables no hay Dios quien se entienda.-

dice Pepe dejando espacio al oficial para que intentase hacer una "ñapa" en el cableado y arrancase la cacharra. Márquez toma su fiel máuser, lo recarga y sale pitando hacia la posición de Carrick.

Cuando llega allí se pone a cubierto y apunta hacia los milicianos. Cuando tiene al primero a tiro, le sitúa el punto de mira en la cabeza y aprieta el gatillo.

Acto seguido, opera el cerrojo de su fusil alemán y vuelve a buscar otro objetivo.

Ya sois míos, hijos de la grandísima puta. Os voy a destripar malditos gabachos.

Por los gritos de mis compañeros pidiendo ayuda con la barca, era evidente que se estaban haciendo la picha un lío, así que todo era cuestión de actuar con rapidez. Intento ser lo más veloz posible en preparar las detonaciones de los cañones, dando un poco más de tiempo en el último para que la explosión no nos afecte por si la cosa de la barca se tuerce. Acto seguido, corro como un poseso a la barcaza para poner en marcha el cacharro,

Ya llega el profesional muchachos, dejad de sobar a la nena con vuestras manazas.

 Carrick nota como sus disparos son acompañados por los de otro arma. Mira a su lado y tiene al español junto a él, despachando gabachos a un ritmo que casi resultaba hasta entrañable. Carrick permanece con el ojo posado en la mira y apretando el gatillo. Se vuelve un segundo entre disparo y disparo.

- ¿Cómo van las cosas por ahí, Pepe? - le pregunta, pronunciando su nombre de esa forma que sólo un paleto de lo más profundo de los USA como Carrick podría hacer.

Larkin logra puentear el tablero de mandos y el motor de la embarcación se pone en marcha con un rugido. Entonces empiezan a oírse las primeras explosiones. Los puestos 1 y 2 saltan por los aires con un retumbar que hace estremecerse al pueblo entero. La alarma suena ahora alta y clara en el edificio de la milicia mientras Carrick y Caparso se retiran a la carrera hacia la lancha. El tercer emplazamiento estalla justo en el momento en que Caparso teminar de ajustar el último y saltar a la motora donde ya le esperan todos sus compañeros. El muelle se ha convertido en un infierno de fuego, humo y cascotes.

NOOOOSSSS VAMOOSSSSS CHICOSS. Digo mientras le meto caña a la embarcación para salir del lugar. En mi mente está claramente la idea de esas putas mías, pero considero que no serán mucho problema. Por si acaso digo alto para hacerme oír por encima de las explosiones: Chicos, los que tengáis fusiles vais a echarnos una mano. Cruzaremos a toda leche hasta el borde de la zona minada, ahí reduciré la marcha e iremos despacito y con buena letra. Quienes tengan fusiles a los lados de la barca, si veis algo parecido a una mina...supongo que no tengo que explicar cómo son ¿Verdad?... quiero que los empleéis para apartarlas cuidadosamente.

La lancha toma buena velocidad y parece un espectro en mitad de la oscura noche. Desplaza agua a sus lados mientras nos acercamos a la zona. No creo que haya problemas, es una embarcación de quilla alta, casi no se hunde en el agua, esas minas contra torpederas, submarinos y posibles embarcaciones con algo de blindaje y calado, así que tranquilos pero atentos, ¿Vale?.

Una vez llegada a la zona minada, estiro el cuello y conduzco la lancha con cuidado, mucho cuidado y calma para dejar que los compañeros puedan apartar alguna mina si es que están tan tan en superficie. El tiempo corre y aun no habrán tenido tiempo sobreponerse a las explosiones, que han sido terribles, así que aun menos estarán buscando nada en el agua. O eso espero, puesto que me gustaría sacar a todos mis muchachos con vida.

Trás pasar la linea de minas, le meto gas a tope a la lancha y me alejo hasta que la linea de costa solo es eso, una pequeña linea, pero sin perderla de vista. Cuando todo está más calmado pregunto: ¿Algun herido? ¿Como estais todos? Pepe, ¿Que tal tu herdia? ¿Alguien le echa un ojo?

Al final, Larkin lo  logra y consigue enchufar ese maldito cacharro del demonio. Los comandos se suben al mismo y se largan con viento fresco. Márquez se alegra de dejar el lugar, que se está convirtiendo en un infierno, y alejarse a otro sitio. Ante las preguntas de su oficial, contesta:

- Gracias por preguntar, sobreviviré.-

le dice al teniente mientras se apresta a cumplir sus ordenes y se sitúa a estribor con el máuser prevenido y la mirada fija en el mar, buscando minas que pudieran entorpecer su huída.

- Por cierto camaradas, ¿Qué hacemos con la nenaza gabacha?. Yo creo que es un peso muerto que... nos retrasa. Ya sabéis a qué me refiero.-

dice pasándose la mano por el cuello en un claro gesto de muerte.

Esto marcha, lo estamos logrando. Mucho mejor que la última vez.