Partida Rol por web

Pepe cumple las ordenes del oficial, y en su mejor francés suelta:

- ¡Merde!, putain café, il est partout. Vous devez mettre plus attention.-

Tras decir eso en un tono normal, como abroncando a uno de los fallecidos soldados, Pepe se viste como uno de los enemigos y espera nuevas ordenes de Larkin.

Parece que la cosa marcha, éste cañón está limpio. A por los otros.

Termino de colocarme una de las guerreras de los pobres defenestrados, cuando Larkin se acerca para equiparme con el casco y recordarme para que estoy en este comando. Pronto me pongo al trabajo, sacando del pequeño petate que he traído el equipo necesario.

La idea de colocar el primer temporizador no parecía nada buena, así que lo mejor era recoger el equipo y esperar a ver como se iban dando las siguientes dotaciones.

Es hora de continuar con nuestro trabajo... Me incorporo un poco y echo una ojeada por el borde de la linea de sacos terreros... Mi objetivo es ver si los miembros del siguiente cañon están fuera o dentro del pozo del arma. Solo la frente y los ojos asomoman por el borde.

La situación se salva por los jodidos pelos. Las balas hacen su trabajo y Carrick arremete contra el último de esos cabrones que parece antojárseles joderles la misión. Púdrete, comequesitos, pierdeguerras se dice a sí mismo el norteamericano en todo un alarde de intolerancia y frustración.

- Ahora mismo, jefe - le dice a Larkin cuando éste ordena ponerse en marcha. Hay que ser rápidos y ocultar las "pruebas".

Comienza a apilar los cuerpos junto con el oficial, resoplando. Órdenes son órdenes, pero poco le apetecía tener que tirar de los cuerpos de los tipos que acababan de agujerear. Mientras tanto repasa mentalmente el plan. No tienen mucho tiempo y no pasará tampoco mucho hasta que esos gabachos adviertan que les falta gente.

Intenta ser lo más sigiloso que puede, pero con ese pedazo de trasto con mira telescópica a la espalda no es fácil del todo. Se la quita de encima para poder ponerse la guerrera y el casco tal como han hecho sus compañeros. Aunque no es de su talla y le resta algo de movimiento en el brazo izquierdo, se puede apañar. -Jodidos franceses... porqué tendrán unos hombros tan estrechos - comenta en voz baja.

Se vuelve a colocar el arma y comprueba la munición de la pistola. Luego mira a sus compañeros, y sonríe enormemente cuando Pepe masculla y blasfema en franchute. El tio ha sido capaz junto con Caparso de dejar secos a dos enemigos de un tiro en la frente. Si la República hubiera contado con más tipos como Márquez, otro gallo les hubiera cantado a esos fascistas. Mira al oficial, quien parece tener en mente toda posibilidad y con no poca frialdad echa un vistazo.

- Estrés, posibilidad mínima de escapar y fuegos artificiales. ¿He comentado ya que me encanta este trabajo? - dice de nuevo en voz baja.

Pepe maldice en francés con un grueso acento, imitando a los milicianos oriundos del país, mientras los demás ocultan los cuerpos rápidamente debajo de una de las lonas impermeables de la munición. Mientras los soldados trabajan, Larkin se asoma desde el foso para echar un vistazo hacia el siguiente objetivo. No se ve movimiento en la otra dotación, así que el teniente presupone que están tranquilamente haciendo la guardia. Sí ve, sin embargo, a un solitario soldado francés que hace la ronda a lo largo de la escollera y que se va acercando paso a paso hasta vuestra posición.

Viendo como se acerca calculo el tiempo que tardará en llegar aquí, para mis adentro pienso...Tienen una puta división en este muelle...nos va a costar caro tantos paseítos de esos tipos... Y les comunico a mis compañeros lo que se cuece pero en susurros tremendamente silenciosos:

Mierda, viene un patrullero hacia esta posición. Habrá que eliminarlo. Llevamos la ropa y los cascos suyos, no creo que se extrañe demasiado si salimos a recibirle... Vamos a salir dos, los otros dos listos para asomaros y abatirlo si fallamos, mismo procedimiento que antes, disparamos Pepe y Yo, y un segundo después os asomáis Caparso y Carrick para hacer otros dos disparos. No esperéis a oír si hemos fallado. Os asomáis y le disparáis otros dos tiros, tanto si está de pie como tumbado. ¿Ok?

Preparo la pistola agarrándola fuertemente la oculto empuñada tras mi espalda, luego le hago un gesto a Pepe para que me acompañe y le digo al oído: Ve tú delante, si pregunta o da las buenas noches o lo que sea...una respuesta rápida y luego Zas Zas, angelitos al cielo. ¿Va?

Márquez imita a Larkin y se guarda la pistola en la espalda, entre el cinturón y los correajes, lista para ser desenfundada y utilizada contra el desgraciado que se acerca.

- Entendido mi teniente, es cosa hecha.-

contesta el español al oficial. Tras eso se dirige junto con él hacia el soldado que pronto dejará el mundo de los vivos.

Larkin y Pepe salen de la trinchera y abordan al centinela que se acerca. El soldado francés no les reconoce bajo los uniformes robados y Pepe le indica que necesita fuego haciéndole señas. Cuando el tipo se registra la guerrera buscando cerillas, ambos comandos aprovechan para dispararle a quemarropa. El francés cae al suelo sin hacer ruido e inmediatamente Caparso y Carrick aparecen para rematarle.

Perfecto, échame una mano con esto compañero. Le digo a Pepe mientras tomo al soldado caído y lo arrastro rápidamente junto a sus camaradas que ocupan un lugar especial bajo la lona de las municiones. Todo a buena marcha, para que no hubiera ningún percance provocado por algún curioso que asomase la cabeza de su pozo para ver qué tiempo hace, o que se cuece en el hoyo de sus compañeros.

Una vez dentro del pozo les comento a los compañeros mientras recargo el arma para, como comienza a ser casi obsesión, tener a punto la munición: Bueno, vamos a hacerlo como antes ¿Ok?, tres en punta y uno en fondo para evitar posibles disparos perdidos. Solo que esta vez vamos con estas ropas, y Pepe va a llevar en una mano la cafetera. Si alguien asoma del siguiente pozo le dices algo sobre que hemos preparado un café y que menos que compartirlo, o alguna chorrada similar en franchute, ¿Va? Salimos para el siguiente en cuanto estéis listos, comprobar armas y munición.

Pepe ayuda al teniente a deshacerse del cadáver del pobre soldadito francés que ha pasado a mejor vida. Mala suerte para él.

Tras eso vuelve al cañón y toma la cafetera, luego retorna hasta el lugar en el que están sus compañeros.

- Bien, me parece buena idea lo que dice, teniente. Vamos a "alegrarles" la guardia a los desgraciados estos.-

dice tras comprobar que su ASTRA 400 está lista y recargada para la acción.

Bueno, uno menos, ahora a por el resto.

Después de eliminar al guardia que hacía la ronda, Pepe y Larkin toman la delantera aún con los uniformes franceses. El segundo pozo es idéntico al primero, sólo que en él hay únicamente dos guardias. Uno de ellos está sentado limpiando su pistola mientras que el otro examina el oscuro mar a través de la pequeña tronera donde está encajado el cañón. Os ven llegar con la cafetera humeante y el que está de pie os sonríe y os dice algo. Pepe le contesta en su torpe francés y el guardia frunce el ceño confundido. En ese momento brilla el cañon de la pistola en la mano del español que apreta el gatillo. Caparso se le une saliendo de detrás y, entre los dos, abaten al sorprendido centinela.

Larkin se dispone a acabar con el que queda, pero su mano se engancha en el poncho gabacho y el tiro sale bajo. La bala rebota en el suelo cerca de los pies del otro enemigo. Carrick intenta ayudar a sus compañeros pero sus camaradas le tapan la visibilidad. Aún así logra efectuar un cuarto disparo que se aloja en la rodilla del francés. Maldiciendo en voz alta, el herido devuelve el disparo. La bala atraviesa la cafetera haciendo saltar esquirlas de metal que se clavan en el pecho de Pepe. Malherido, el comando cae al suelo. La detonación suena como un cañonazo en la silenciosa noche. Para colmo, el francés empieza a gritar.

Veo caer a Pepe con un escalofrió... Esta puta mierda de cacharro francés ha mandado todo a la mierda, y para colmo puede que mi compañero con el que tan putas las había pasado en el pasado lo haya matado un tipo que limpiaba su pistola. Ese era otro punto, seguía sin comprender, como si estaba realizando una puesta a punto de su arma, ha logrado abrir fuego, puesto que todo el mundo sabe que ello se hace con el arma descargada... Bueno, poco importaba eso ahora, la cosa es que estábamos jodidos, así que sin dudarlo y apuntando detenidamente para no fallar, le encajo al cabron berreante una bala entre ceja y ceja como debía haber sido desde un principio.

Acabar con ese cabron compañeros, y preparaos para que vengan mas enemigos. Logro decir en voz baja pero suficientemente alto como para que me oigan los miembros de la escuadra.