Partida Rol por web

El rumbo es el este. Solberg ha quedado lejos, fuera del alcance de la vista. Navegan por aguas abiertas. Han fijado como destino las islas boscosas, en las laderas de sus montes, se supone, encontrarán el dragón que salve Isla Colmillos. Navegarán todo el día y la noche. Pasado el mediodía del día siguiente esperan estar en la zona buscada. Disponen de algunos mapas hechos por Mordaz, el capitán anterior, aunque son algo personales y de difícil interpretación.

Esos tres marinos, ¿son leales a Erika o a Ari?

La mañana y el mediodía pasan entre los últimos preparativos en el barco. Randall es el capitán y apenas empieza a conocer a Rengo, Erl y Sam, los tres sexagenarios que ofician de marineros. Los ancianos sirvieron al padre de Ivo Solberg y son diestros en el oficio aunque algo lentos y con mañas.

Pasado el mediodía están todos más calmados y contemplan el mar. Todo parece en calma hasta que el capitán ve algo que no le gusta en el horizonte. El viento se mueve demasiado rápido.

¿Qué es eso? ¿Un dragón? - casi me sobresale medio cuerpo del barco intentando ver más de cerca aquello que dice Randall a lo lejos.

La verdad haber embarcado no es ninguna novedad para mi, aunque si lo es un viaje tan largo. No me puedo parar quieta, y molesto a los marineros todo lo que puedo, pidiéndoles que me enseñen a navegar, las cosas del barco... Y prefería evitar a Randall, para que no me dijera que dejara de molestar a los tres marineros, que a veces ya iban lentos para hacer sus diferentes tareas...  

De ese modo, no estaba cerca cuando dijo que había visto algo, pero me pone alerta. Corro hacia donde están mirando Haakon y Randall, aunque tropiezo en un cabo suelto, pero me pongo en pie rápido y parece que sin inmutarme... Qué ridículo, por favor... ¿así voy a honrar el encargo de los Solberg? Y al llegar pregunto: 

- ¿Por dónde estáis mirando? ... Si si, ya veo. Ya veo. ¿A lo lejos? ¿No va con el viento? Espera, espera... - Me dirigí inquieta y con premura al palo, y subí un poco por los cabos, para mirar mejor a lo lejos. 

Miro a Ari, y a los tres viejos marineros que le acompañan. Miro al horizonte, Solbeg no está lejos, un joven podría volver a nado. Miro a Randall y Haakon y me pregunto hasta dónde me serían leales... y me acerco a hablar con ellos.

Después de hablar vemos algo agitarse en el horizonte.

Lo que os digo es lo siguiente:

- Ari Solberg va a poner esta misión en peligro. Su inexperiencia y su arrogancia nos matará a todos, incluido a él. Voy a hacer algo y quiero que me ayudéis. Cuando os haga una señal ayudadme. Podrá volver a su aldea nadando.

Luego vemos eso en el horizonte, y tengo que frenarme.

La alerta de Randall pronto es advertida por todos que comienzan a mirar el horizonte. A lo lejos la velocidad de las nubes no es la normal. Donde se encuentra el barco el viento se encuentra en calma, pero a lo lejos se lo ve revuelto.

Ari Solberg mueve la cabeza sin ver nada que le llame la atención. Los marineros conversan entre ellos, no parecen alterados, miran a lo lejos. Posiblemente estén medio ciegos ya.

Sigfrid se esfuerza por avistar lo que todos miran, realmente no ve nada extraño. Está cubierto de nubes más allá, pero en donde están el cielo está despejado.

Lejos en el horizonte las nubes se ven extrañas, el movimiento no es normal, demasiado acelerado. También logras divisar una figura pero no sabrías decir qué es.

El plan es bueno, pero la ocasión se complica… o alivia. La atención de todos está puesta en el horizonte ahora. En el fondo del paisaje las nubes se revuelven.

Randall no puede decir qué hay en el horizonte, pero en menos de una hora estará sobre el barco, palabra de capitán.

Erika nos estaba pidiendo ayuda para hacer algo sobre Ari, a Haakon y a mí, cuando de repente, algo extraño estaba sobrevolando el horizonte.

- No sé si es un dragón Haakon, pero lo que sé seguro es que en menos de una hora estará sobre nuestras cabezas- no podía ver con claridad de que se trataba, pero había que actuar - ¡Tripulación, todos preparados! no sabemos a qué nos enfrentamos, por si acaso, coged vuestras armas, las que puedan tener más alcance a distancia. Poneos a cubierto pero preparados para atacar, en caso de que hiciesa falta- inmediatamente agarré mi hacha de los mares, estaba preparado para lo que fuese que iba a llegar.

¿Un dragón? Eso podría ser un signo de buen agüero o... tal vez todo lo contrario. En momentos como éste, hubiera venido bien Petrina, ella hubiera sabido traducir aquella señal. Hum... ¡mentía! Nunca vienen bien las locuras de una vieja.

Por si acaso era lo segundo más que lo primero, yo puse a mano mi arco.

—¿Ves algo? —le pregunté a la que se había subido a mirar bien—. ¿Es un dragón?

A decir verdad, yo también traté de forzar la mirada y ver de qué se podía tratar. Tenía demasiada curiosidad...

-Pues... pues... yo no veo nada, que mal, que mal... ¿De verdad estáis viendo eso? ¿Dónde? Quiero verlo, quiero estar dispuesta, preparada, vamos, ¿dónde lo estáis viendo? ¿Dónde? - Bajé del palo, y me acerqué al resto. ¿Seguro que veían aquello? ¿Un dragón? ¿Ya? Ufff, ojalá, pero venga, ¿Dónde?

- ¿Las armas? Ya voy Randall, perdón, Capitán, ehh, ¡Todos, a las armas! ¡Vamos! - Corrí rapidamente a por mi espada y mi escudo, y me puse dónde estaban ellos, a esperar. Aunque esperar, no me apetecía.