Partida Rol por web

Ángela vio como toda su carrera se tambaleaba. Jamás imaginó que al coger el teléfono aquella tarde que don Germán se puso en contacto con ella iba a cambiar toda su vida de repente. Tenía ganas de gritar, de llorar, incluso de dar golpes en la pared hasta que le sangraran los nudillos... pero ahora de lo único que tenía fuerzas era de echarse un cigarrillo.

Resoplando, de nuevo se dirigió a Santillana.

- ¿Cúanto tiempo tenemos hasta que tengas que entregarnos?

Santillana sorprendido por la pregunta responde a Ángela:

- Como he comentado no creo que tengáis más de dos semanas ...

Tras unos momentos de reflexion , Julio intente poner en orden sus ideas , pero alguna otra salida habra , no nos pueden acusar de algo de lo que somos completamente inocentes , esto ya es demasiado , ademas de que un sicopata nos quiere muertos ahora resulta que tambien somos los principales sospechosos , joder que vamos a hacer , mira a sus compañeros para luego dirigirse nuevamente a Santillana , alguna pista tendra que podamos seguir , cualquier cosa por tonta que parezca .....

Por desgracia llegan al poco los compañeros de Santillana, y este no vuelve a decir nada, vuelve a ser el "insensible" y eficiente Santillana. Pero en la mirada desprende algo de pena, se mete en el despacho y pide a sus compañeros que os acompañen a la puerta.

Os atormenta la situación, en el rellano del edificio parece como si el tiempo se hubiese parado ... no hay nada un vacío enorme ... os miráis unos a otros pero realmente sin veros ... con el alma vaciándose, con el corazón lleno de angustia y con el cerebro martilleado una y otra vez por la impotencia ... la impotencia de estar ....

¡¡¡¡¡SOLOS!!!!

Mierda , lanzo mi puño contra la pared , siento como el dolor recorre el brazo hasta llegar a lo mas recóndito de mi cerebro , tenemos que hacer algo , y tenemos que darnos prisa o estamos bien jodidos , necesitamos un nombre o un lugar .... algo...    

Ángela mira a Julio. Era una reacción que no aprobaba pero veía comprensible. Al fin y al cabo se la jugaban... y mucho, y no parecían tener demasiadas posibilidades de salir adelante. La cosa se ponía fea para el trágicamente mermado grupo de investigadores.

- Algo habrá que podamos hacer - posa sus ojos sobre la mano de Julio - ¿Te has hecho daño?

Su mente comenzaba a buscar un plan a la desesperada. Repasaba mentalmente las palabras de Santillana para ver si algún detalle por ínfimo que fuera podía abrirles una puerta, ya no una salida, si no algo que les diera tiempo, ya que su libertad tenía los días contados.

- Quizá deberíamos ir a hacer algunas preguntas al bloque donde vivía Samuel. Puede que alguien viera algo. No es imposible que a estos sabuesos de pacotilla se les pasen los detalles. Al fin y al cabo, con nosotros servidos en bandeja seguro que ni se han molestado en seguir el protocolo de investigación.

Su mirada se clavó en la de Horacio. Imploraba que dijera algo.

- ¿Cómo lo veis?

Julio mira a Ángela mientras se frota la mano , no te preocupes , apenas duele , pongamonos en marcha no nos queda mucho tiempo , tenemos que agotar cualquier posibilidad por pequeña que parezca , si es necesario preguntaremos en todo el vecindario , vámonos aquí ya no hacemos nada.

 Ángela propone una cafetería cercana a los juzgados donde siempre trata asuntos delicados con compañeros de profesión. Si deciden ir allí con ella les espera un sitio bastante discreto donde en manada acuden varios hombres y mujeres trajeados. Es un sitio bastante práctico, ya que cuenta con algunos reservados donde puedan hablar cómodamente y sobre todo sin ojos u oídos indiscretos alrededor.

 Ya en aquel sitios, y con los nervios a flor de piel, Ángela paladea una taza de café. Ha perdido la cuenta ya de todo lo que lleva tomado y fumado en las últimas horas. Las palabras de Santillana, aunque esclarecedoras, no han sido esperanzadoras precisamente.

Mira a sus dos compañeros.

- Si no hacemos algo pronto nos colgarán el muerto. No sé vosotros, pero yo no pienso permitirlo - comenta decidida y casi desafiante.

Miro a Ángela mientras siento como el calor de la taza del café calienta suavemente mis manos , en eso te doy la razón , estamos bien jodidos , alguien se a tomado demasiadas molestias para que así sea , lo primero es descartar lo mas obvio , vallamos donde se encontraron el cuerpo y preguntemos puerta por puerta por si alguien vio algo que nos pueda dar alguna pista....o se os ocurre alguna otra cosa...

Ángela asiente. Se le nota la mirada nerviosa y perdida. Debería dejar el café y el tabaco. Su voz se ha vuelto áspera y parece perder el control por momentos.

- Creo que deberíamos ir al apartamento de Samuel. Puede que allí encontremos alguna pista, o puede que nuestro compañero pudiera averiguar algo, antes de que... bueno, prefiero no pensar en ello.