Partida Rol por web

Todavía con experiencias cercanas en la cabeza haciendo surgir remordimientos que nublaban su juicio, la abogada escuchaba a Samuel sin poner excesiva atención. No fue fácil acudir al funeral de Cifuentes hace apenas unos días y enfrentarse a las miradas obsesivas e inquisitorias de sus allegados, quien aún no sabían dar cabida a la marcha de un ser querido de forma tan inexplicable.

Mientras, su objeto de estudio, la muerte del padre Manuel, todavía seguía presente en su mente, y apenas dormía bien estos días, obsesionada con poner fin a la investigación... y que fuera un fin que dejara satisfechas sus ambiciones.

- ¿Qué podía tener que ver el portero para que también le dieran pasaporte? - dijo mirando a Samuel - Si en verdad la muerte de Manuel fue una maniobra política, por decirlo de alguna forma, ¿qué necesidad había de meter al portero en el asunto? Aunque estoy de acuerdo de que deberíamos buscar a esa ... - se resistía a decirlo dado su irrisorio significado - "ratita de alcalá".

Tomó un sorbo da café bien cargado y se paso las manos por el pelo en un vano intento de aclarar sus ideas.

- De nuevo creo que la estrategia a seguir debería ser el divide y vencerás... demasiadas pistas... demasiados callejones...

La muerte de Cifuentes no causó gran cosa en Horacio más allá que pena e impotencia. Desde el ataque ya se encontraba, aunque no fuera visible, bastante nervioso. Su deceso sólo hacía la situación más triste. Acudió a su funeral por pura obligación, aunque no dejó de sentirse vigilado. Allí, todos juntos, eran presa fácil. ¿Pero cuándo no lo eran?

Más que nunca sentía la necesidad de hallar a los asesinos -pues dudaba que fuera la obra de un sólo hombre-, pero las noticias de la policía resultaban desalentadoras, aunque no sorprendentes. Todo apuntaba a que los asesinatos formaban parte de algo mucho más grande de lo que podía imaginar al principio, pero no por ello menos complicado de descubrir.

En el cenicero había numerosas colillas de cigarrillo, y Molina seguía pegado a su tercero. -Necesitamos nombres- interrumpió bruscamente. -Tengo un contacto en la Aduana. Si tenemos nombres, podemos controlar sus movimientos y saber si pretenden abandonar el país, o ingresar, lo que sea-

-También podría obtener algo de ayuda con respecto a esa "rata". Invirtiendo algo de dinero, podría traer a un informático de America. Seguro que puede sacar algo más de ese log que los incompetentes de la policía. Pero antes que nada, hablemos con don Germán. Seguro que todos recuerdan el énfasis que hizo en la discreción, y habrá que pedirle permiso para contratar a agentes externos-

Horacio se desabrochó el primer botón de la camisa, una conducta extraña teniendo en cuenta que, si bien podía llegar a ser brusco y descortés, era un hombre formal; pero en la frente se le notaba algo de sudor. El verano y los nervios acaloraban por igual.

Al husmear en los asuntos de la diócesis se te interponen varios cargos importantes, que en cuanto saben cuales son tus intenciones te piden amablemente que dejes tanto el caso como la ciudad por tu propio bien ... A los pocos días se recibe en la diócesis un escrito por parte del secretario de Rouco Varela en el que te destituyen de tu puesto en Alcalá de Henares y te envían a un pueblo de la provincia de León.

Indignado por la forma de proceder vas a reclamar, pero te enseñan varios documentos teóricamente firmados por ti en los cuales aceptas el nuevo cargo y rechazas el actual, intentas contactar con Germán para ver si te puede ayudar en este tema pero el niega conocerte e incluso haberte jamas contratado para nada ... al parecer la iglesía se ha cansado de no obtener resultados y quiere dejar pasar el tiempo y que se normalice la ciudad y la diócesis.


El padre Jose está fuera del caso ...

Recibís un telegrama urgente en la hospedería en la que os seguís alojando, en ella se os pide que por favor acudáis al despacho de abogados donde fuisteis contratados, al parecer Germán necesita hablar con vosotros de forma urgente ... el remitente del telegrama es Isabel.

 Al husmear en los asuntos de la diócesis se te interponen varios cargos importantes, que en cuanto saben cuales son tus intenciones te piden amablemente que dejes tanto el caso como la ciudad por tu propio bien ... A los pocos días se recibe en la diócesis un escrito por parte del secretario de Rouco Varela en el que te destituyen de tu puesto en Alcalá de Henares y te envían a un pueblo de la provincia de León. 

Indignado por la forma de proceder vas a reclamar, pero te enseñan varios documentos teóricamente firmados por ti en los cuales aceptas el nuevo cargo y rechazas el actual, intentas contactar con Germán para ver si te puede ayudar en este tema pero el niega conocerte e incluso haberte jamas contratado para nada ... al parecer la iglesía se ha cansado de no obtener resultados y quiere dejar pasar el tiempo y que se normalice la ciudad y la diócesis.

El padre jose da un abrazo a los que le han acompañado. Aquel crimen...no lo podia olvidar, pero se sentía perdido. Estaba perdiendo su camino...allanar un despacho, sobornos policiales...no, aquel no era su camino. Dejaría todo ese trabajo en manos de otras personas, buenas personas sin duda pero no consagradas a Dios. Jose se despidio de todos ellos y se marcho.

Recibes un mensaje de la Veneciana con el siguiente texto:

" Encárgate del padre Jose, debes asegurarte que abandone el caso y no llegue nunca a su nuevo destino"

Te llega un sms al móvil de Isabel.

" No estaré disponible en los próximos días para concertar la reunión con Don Germán habla con la recepcionista del buffet de Abogados"

Te llega un sms al móvil de Isabel.

" No estaré disponible en los próximos días para concertar la reunión con Don Germán habla con la recepcionista del buffet de Abogados"

Te llega un sms al móvil de Isabel.

" No estaré disponible en los próximos días para concertar la reunión con Don Germán habla con la recepcionista del buffet de Abogados"

Con un dedo separando el cuello de su camisa del su cogote, Horacio cerró los ojos, sintiendo un leve ardor en ellos, del tipo de escozor que se siente al descansar la vista luego de exigirles mucho y dormir poco. Suspiró, mientras la ingente cantidad de datos circulaba por sus neuronas inútilmente, ya que tenía una terrible dificultad para hilar los hechos en ese momento.

El tono del celular que venía con el trabajo interrumpió su momento de paz. No sentía ganas de atender, por lo que sonó por unos largos segundos, hasta que le cansó. Miró la pantalla y luego al resto. -Isabel no podrá organizar nuestra reunión con Don Germán, según este mensaje- dijo, soltando el teléfono sobre la mesa bruscamente. -Últimamente no tiene tiempo para asistir a ninguna de las reuniones- comentó, por lo bajo, afectado por un leve mal humor. -De todas maneras, dijo que habláramos con la recepcionista-

Tomó el teléfono nuevamente y rebuscó entre los contactos, esperando disponer del teléfono del buffet. Asintió al hallarlo, alegre de que la mujer que les había contratado tuviera las cosas planeadas en un principio, pues a él no se le había ocurrido pedirles el teléfono. Llamó, y con la paciencia de un hombre que desea que los momentos triviales duren más, aguardó.

Un tono de espera al otro lado del aparato y salta el contestador del buffet.

"En estos momentos no podemos atenderle, por favor deje su mensaje después de oír la señal y le llamaremos en cuanto nos sea posible ... Gracias... Píi......"

Horacio poso su mirada en algún punto de la mesa, mientras en su oído resonaba el tono del teléfono. Segundos después, el detective abrió la boca, pero la cerró de súbito. Frunció el ceño, y luego de que un sonoro pip saliera del micrófono, emitió sonido.

-Habla Molina, conteste por favor. Vamos, conteste, es urgente-

Aguardó en vano, para luego cortar. -La contestadora- explicó. -Esto no puede esperar más. Vamos a tener que convocar la reunión por nuestra cuenta...-

Intento ponerme en contacto con la Veneciana para ponerle al día sobre el padre José , le hago entender que ya no es un estorbo para nuestros intereses ya que a abandonado la investigación , eliminarlo solo haría que levantar sospechas y ahora mismo están bastantes perdidos en la investigación por lo que cuanto menos cosas extrañas pasen mucho mejor...

Ángela mira el teléfono. Mensaje de Isabel, el cual corroboraba lo dicho por Horacio. La abogada estaba algo en fuera de juego. De nuevo, Ángela revela una expresión torcida y de total preocupación. ¿Arreglarlo con la recepcionista del buffet de abogados? No había problema... o al menos eso pensaba hasta que vio a su compañero intentarlo sin sacar un resultado válido.

- Quizá deberíamos personarnos allí. Conozco el ajetreo de ese tipo de despachos, y los teléfonos pueden pasarse horas sonando hasta que alguien emerja de una montaña de papeles y pueda cogerlos - sonríe pizpireta.

Miró al resto de compañeros para ver que opinaban. No habían pasado apenas unos minutos y ya se echaba de menos al padre José. Si él estuviera aquí, seguramente ya estaría hablando directamente con don Germán. Entonces Ángela se percató de que quizá lo mejor era hablar directamente con quien les había contratado y dejarse de intermediarios. Rápidamente recoge su teléfono, que estaba sobre la mesa junto al cenicero que aún humeaba totalmente cargado de colillas apuradas y marcó el número de don Germán.

Los contactos con la veneciana son unidereccionales , no es posible contactar con ella si ella no contacta contigo antes.

Teléfono apagado o fuera de cobertura ...

Entonces tras darle mucha vueltas a las cosas decido no ir más allá , a fin de cuentas ya no esta en el caso por lo que ya no sera un impedimento , aunque en el fondo lo que decanta la balanza es el eliminar a alguien de esa forma y sin motivos aparentes , llegado el caso de que esto le pudiera molestar ya se me ocurrirá algo...