Partida Rol por web

El hombre mira a Ángela la sonrie, y se da la vuelta para seguir su cámino, justo en ese momento hace una pequeña pausa y dice:

- Coja el teléfono ..., es urgente

A los breves segundos con la cara de todos algo asombrados por el peculiar hombre y su forma de proceder, suena el teléfono de Ángela ....

Os girais hacia ella y ella anodada le cuesta creer lo que está sucediendo ... En la pantalla del display del móvil aparece el nombre de Samuel

Sorprendida por la llamada durante unos segundos duda cogerlo, cuando se da cuenta del nombre del display descuelga y casí la cuesta hasta hablar, la emoción, el miedo la invaden ...

- .... Síii? Samuel dime, te estamos esperando .... Samuel? me oyes .... Samuel?

Al otro lado del teléfono no se oye nada, un ruido de neblina ... unos golpes secos y fuertes como si de un carnicero troceando una pierna de cordero fuese, acto seguido suena el pitido de fin de llamada.

Ángela procede para devolverle la llamada a Samuel, pero con cara de preocupación os informa que está apagado ....

Justo en ese momento llega un mensaje a vuestro móvil, a todos menos al de Ángela.

"Tiene una mascara venecia"

Sin encontrarle demasiado sentido al mensaje, y tras recuperarse del sopor os dais la vuelta al daros cuenta de la clarividencia del hombre que os alerto de la llamada, pero el viejo ya no está. Salis corriendo de la parroquia para buscarlo en la calle pero no hay ninguna señal ni rastro del hombre ...

Samuel disponía a salir de su apartamento para ir al funeral de Jose, pero una pista de un contacto decidió dar previamente un paseo por un piso donde podría encontrar algo ...

Pero en ese piso Samuel solo encontró una cosa, la muerte a manos de una mujer rubía con un máscara veneciana, no sabé porque pero breve segundos antes de morir a manos de aquella mujer le vinieron ciertos recuerdos ...

Aquello le tomó desprevenido. Oír el nombre de Ángela en boca de aquel hombre misterioso, y que la abogada no parecía conocer, le costó una mueca de sorpresa. Sus palabras extrañas le recordaban a algún tipo de mensajero, cómo si aquello fuera su trabajo. Después, una predicción con poca anticipación. Horacio, anonadado, el ceño fruncido cargado de incomprensión.

Tiene una máscara Venecia... La puta madre, Samuel.

El detective quería olvidar lo que había oído, pues no le era un sonido poco familiar. El cuchillo aterrizando en la madera súbitamente, luego de pasar por centímetros de piel, carne y hueso. El ruido se le antojaba viscoso, quiso escapar. Al levantar la vista el anciano se había ido, se había esfumado como polvo en una ventisca de otoño.

-Creo que quedamos nosotros tres- sentenció Molina, mirando hacia la calle con la mirada perdida, al borde del llanto. Lentamente, volteó y entró a la Iglesia nuevamente. Se acercó al féretro, e inspeccionó, con una frialdad impropia de un pariente o amigo del difunto, el cadáver.

Ángela quedó perpleja y paralizada durante varios segundos. Su piel ya blanca de por sí, reflejaba una palidez más propia de un cadáver que de una persona viva. Su preocupación parecía superarla ya por completo y ese nuevo golpe hacía que todas las piezas del rompecabezas bailaran de nuevo para descomponer lo poquito que habían recompuesto.

Los golpes que había oído a través del teléfono todavía seguían presentes en su cabeza, casi perfectamente sincronizados con los temblores que recorrían todo su cuerpo.

Angustiada, se abraza fuerte al brazo de Julio, sin saber si busca, consuelo, que la protejan, que la escuchen, sin saber nada de nada.

- Tengo miedo.

Suelta el teléfono que cae al suelo. El cuesta unos segundos reunir el valor suficiente para agacharse a recogerlo, y cuando lo hace, se queda absorta mirándolo durante varios minutos, ajena a todo lo que sucede a su alrededor.

Aun desconcertado con los acontecimientos ocurridos en el ultimo minuto Julio intenta sobreponerse , casi en un acto reflejo atrae hacia si a Ángela , tranquila nadie te va a hacer nada , quien quiera que sea esta jugando con nosotros y busca ponernos nerviosos , ahora mas que nunca tenemos que mantener la calma y ser objetivos , alguno de vosotros sabeis donde vive Samuel o donde se le podría encontrar...

En el ataúd ves unas marcas que no llegas a comprender, parece donde el viejo poso la mano.

En un principio no te recuerdan nada, siquiera sabrías decir si es una marca de la propia madera del ataúd, pero si que recuerdas que por ahí pasó la mano el viejo. Podría describirse como un par de curvas separadas con cierto sentido y una línea transversal, pero no se asemeja a ninguna escritura, ni runa,o jeroglífico conocido. Pero tu intuición te dice que es mucha casualidad para que sea "un antojo" de la madera. Puedes dibujarlo o recordarlo sin problemas.

Horacio salió de la iglesia nuevamente, aunque esta vez garabateaba su cuaderno con afán. -Miren- dijo, señalando el boceto de su cuaderno. Había hecho un rústico y apresurado dibujo de unas curvas cortadas por una línea transversal. -Esto estaba grabado en el ataúd, justo donde el viejo posó sus manos. Mierda. Esperaba encontrarme con que había dejado algo allí, pero no esto...-

Parecía que su incomodidad creciera a cada segundo que pasaba. El calor, la presencia misteriosa del viejo, la llamada. Todo amenazaba con resultar demasiado para él, pero prefería morir antes que rendirse.

-Samuel- agregó, entendiendo que sus colegas le comprendieron en el acto. -Vayamos a ver si está bien-

Que sutil. Plantando una duda...

Se separó unos centímetros de Julio, regalándole una sonrisa de total agradecimiento por su gesto caballeresco. Luego prestó atención a las palabras de Horacio. No entendía el extraño grabado. ¿Tendría algún significado? Ahora la cosa apremiaba y aunque carente de esperanza secundó la idea del investigador.

- Si Samuel sigue... - no llegó a terminar la frase. No tenía valor - Si podemos hacer algo por Samuel tiene que ser ahora.

Ahora llegaba el momento decisivo ... ¿Dónde podían encontrar a su compañero? Ángela se apresuró sacando de nuevo el teléfono y aunque sabía que no valdría para nada, y reuniendo fuerzas para soportar un nuevo fenómeno tan extraño como el que sucedió la última vez que sostuvo ese aparato entre las manos, marcó el número de Samuel y le dio al botón de llamada.

Mientras tanto le ofreció las llaves de su coche a sus compañeros. Ella estaba demasiado nerviosa y temblorosa para conducir.

Como era de esperar Samuel no coge el teléfono ...

Pero os dejó la última vez que os visteis antes del paréntesis una dirección de un apartamento que solía frecuentar para tratar ciertos temas.

Solía estar casi siempre ocupado también por colaboradores de Samuel, por lo que os pidió precaución a la hora de ir allí.

Horacio adivino, por el rostro de Ángela, la ausencia de Samuel del otro lado del teléfono. Apretó los dientes y tragó saliva, para darse cuenta de que su garganta estaba reseca. Su frente estaba surcada por unas gotas de sudor, que se limpió con gesto cansino.

-Deberíamos ir donde Samuel. Es decir... mierda, quiero decir que vayamos a su apartamento. Aquel que nos indicó, algo así como su lugar de trabajo. Ya me cansé de estar parado junto a esta iglesia. ¡Vamos de una vez!-

El detective insistió, cambiando su semblante parsimonioso por uno claramente afectado por los nervios. Su respiración agitada le delataba: tenía miedo.

Les tendió las llaves del coche. La muchacha estaba hecha un manojo de nervios como para enfrentarse ahora al no poco emocionante tráfico de la ciudad.

- Adelante.

Tras un viaje un tanto atropellado, varios atascos algún que otro despiste y demás variables llegáis al apartamento ... al principio presentaba duda de si realmente sería esa zona donde tendría el apartamento, un barrio humilde de Madrid, pero sin demasiados problemas ... el sitio ideal para pasar desapercibido. Pero ese día parecía ser todo diferente, un par de coches de policía en el edificio al que os conducís os hiela la sangre, temiéndose cada uno lo peor ... pero no es fácil sobreponerse al miedo y aunque una parte de vosotros os pide que no continuéis adelante, una pequeña parte masoca apoyada por la rabia os hace tomar la decisión equivocada de querer asegurarse de lo ocurrido.

Jorge un policía nacional (lo conocéis de estar dentro del grupo de Raul en el caso de la diócesis) os reconoce y os recomienda que abandonéis la zona, que Samuel ha sido encontrado muerto en el apartamento ... también añade que Santillana espera hablar con todos lo antes posible, por el momento no de forma oficial, pero si lo requiriese os citaría a juicio. Todo está cogiendo un camino nada deseado e incluso se le escapa que se os podría considerar cómplices de crimen.

Por último os ruega que esteis localizables y que no os vayáis muy lejos en las próximas 48 horas.

Ángela cierra los ojos y se lleva las manos a la frente.

- ¡Mierda! - maldice - hemos llegado tarde ¡joder!

Parece destrozada por dentro, pero intenta mantener la compostura una vez que el agente Jorge se les acerca para comentarles las noticias.

- ¿Que abandonemos la zona? - trata de tranquilizarse, aunque lo consigue muy paulatinamente - ¿no se dan cuenta de que no podemos hacer eso? - señala la puerta del edificio - ese hombre era nuestro compañero - utiliza un tono lo más cordial que puede, conteniendo la respiración - Si Santillana quiere hablar con nosotros que sea ahora - ahora se vuelve algo más fría - desde el principio les hemos ofrecido todo lo que sabíamos, sin recibir nada absolutamente por su parte, y ahora ustedes han llegado tan tarde como nosotros, y eso le ha costado la vida a un hombre, y no es la primera vez que sucede, así que por amor de Dios, no me diga que me largue de aquí como si no hubiera pasado nada, y que encima espere a que me llamen para interrogarme como si fuera una vulgar... - no llegó a terminar la frase. Prefirió darse la vuelta y encenderse un cigarro unos metros alejada del cordón policial.

Aún quedaba saber un detalle. ¿Cómo se había enterado la policía de lo Samuel como para llegar antes que ellos? ¿Qué diablos había pasado allí?

Ya dentro del auto de Ángela, Molina se agarró la cabeza, suspirando largamente. No lo podía contener más. No quería. No tenía por qué. Golpeó el asiento, apretó los dientes como tantas otras veces durante esa maldita investigación que tarde o temprano lo cobraría a él también como víctima. Al encaminarse hacia la escena, era el mismo de siempre.

Ante el estallido de la abogada, él se quedó quieto y contemplativo. Disfrutaba aquella fluidez emocional, pues le resultaba como una suerte de vía para canalizar su propia mierda, que desde hacía meses le había llevado a aumentar su ingente dosis de cigarrillos y, en menor medida, de alcohol. A esas estresantes alturas, prefería dejarse morir en una borrachera, una sedante y adormecedora borrachera.

-Vamos a hablar con Santillana. Pero antes, preferiría tener la oportunidad de despedirme de Samuel antes de que sea mancillado por forenses y taxidermistas. Usted sabe bien que somos detectives. ¿Cuál es la tarifa del permiso de inspección?-

Durante unos minutos Julio permanece en el mismo sitio , clavado como si estuviera petrificado , parece que el mundo pasara en cámara lenta ante sus ojos , observa sin ver como Ángela gesticula , poco a poco su mente empieza a volver en si y empieza a ser consciente de la situación , empieza a dar unos pasos a su alrededor observando la escena , buscando a alguien que le llame l atención o que este fuera de lugar...

Tras un momento de duda durante la arenga de Ángela y la tentativa de Horacio, el policía os responde:

- Siento deciros que aun no podréis hablar con Santillana, y mucho menos ver el cadáver ... No obstante dejarme un número de teléfono en el que queráis estar disponibles por si Santillana quiere adelantar la entrevista con vosotros ... Sino os llamaremos a alguno de los que están archivados en el caso anterior . Hace un gesto y llama a su compañero, que acude junto a él, Jorge le susurra algo al oído,y su compañero asiente ... al momento Jorge vuelve a quedarse solo con vosotros.

- Vienen un furgón ahora de policía y una ambulancia para trasladar el cuerpo de vuestro compañero, cuando pasen el cuerpo a la ambulancia os dejaré que confirméis si queréis su identidad pero no os lo recomiendo. Acto seguido vuelve a cruzar el cordón policial y da un par de ordenes a sus compañeros señalando al grupo cuando habla con uno de ellos.

Unos minutos más tarde aparece un furgón de la policía nacional y una ambulancia escoltada por tres policías.