Partida Rol por web

Thomas torció el gesto al escuchar lo que sucedía a bordo.

No sé si ese tipo está chiflado o no pero los niños y los locos no mienten.  Dámaris revisa bien los posibles efectos secundarios y hablar con ese haber si arroja algo de luz

El capitán giro su mirada al dueño, lo reconoce?

—Ese es...sí. Sí lo reconozco—, dice Kembouri alarmado tras la firme y severa mirada del capitán de la Serenity. Pero aliviado al mismo tiempo.
—Es el jefe de ingenieros Atallah. Atallah Ard.
Si está así de alterado tiene que ser por un motivo de alta importancia. Él no dejaría que la nave fuera destruida y mucho menos estando todavía dentro.
Señorita Nadwa. Por favor haga que entre en razón. El tiempo sigue contando.—

Kembouri está visiblemente consternado por la situación y juguetea nerviosamente con las manos mientras intenta mantener su compostura frente al capitán y el piloto.

—Sí, si les cuento la historia....lo ...lo entenderán...estoy seguro....Es la única manera de que puedan comprender la magnitud...y el porqué...—  musita el entre susurros para sí mismo.

Súbitamente y como el que tiene una idea muy clara que exponer al resto de la clase, comienza a hablar bien alto para que le oigáis bien.

—Escuchad muy atentos...y es posible que así alguien pueda revelarle al resto de la galaxia lo que va a pasar aquí.

La historia que os voy a contar se llama Los extractos de la Princesa de Kah y otras maravillosas historias, y fue escrita por Zurda dol-Murir

Hace al menos cuatro siglos, una ciudad fantástica fue construida en las profundidades de las junglas de Kuan. A esa ciudad se le llamó Kah, y estaba gobernada por un monarca justo y sabio. La cultura, el arte, y la ciencia florecieron en Kah y la gente que vivía allí era feliz y afluente. El rey de Kah tenía una hija que era el centro de todo su mundo para él. Mientras los años pasaban el rey envejecía mientras que su hija crecía y se preparaba para ser la siguiente en el trono. Un día, la princesa salió a dar un paseo por el bosque y desapareció. Varios días pasaron y la princesa no aparecía no había signos de que fuera a volver. El rey de Kah vivía en un perpetuo estado de preocupación e intriga, de profunda tristeza y de vacío interior. Los soldados peinaron varias veces los bosques y las junglas pero ella nunca aparecía y no había rastro alguno de la princesa desaparecida.—

Atallah pega bien su cara y su oído a la chapa transparente para asegurarse de que le estáis escuchando.

—Cerca de un año después, muy temprano en una mañana del inicio de verano, la princesa volvió. No tenía memoria alguna de donde había estado, por cuánto tiempo y de qué había sido de su escolta, pero todo lo que le importaba al rey es que su hija había vuelto sana y salva.
Tras un tiempo, el rey comenzó a darse cuenta de que su hija mostraba signos de no ser la de siempre.Se mostraba cada vez más extraña y se la veía a menudo en las almenaras de palacio, mirando o buscando algo que pudiera encontrar en la oscura jungla que rodeaba a la ciudad. Sus ojos antes azules cómo el mar más cristalino se tornaron negros cómo la misma oscuridad del espacio. El rey no escatimó en gasto para tratar a su hija, más ninguno de los remedios usados fueron efectivos. La princesa se fue volviendo cada vez más introvertida hasta que terminó siendo una sombra de lo que alguna vez fue.

Un día, el rey recibió noticias sobre un sabio que vivía en el cinturón de asteroides de Kuan y que podría curar la enferma oscuridad que rodeaba la princesa con un toque de sus manos desnudas. Habiéndose quedado sin opciones, el rey reunió una expedición que consistía en sus 3 naves más avanzadas y una tripulación de sus guerreros y sanadores más leales. A bordo de la nave insignia, la princesa fue trasladada en un sarcófago ornamentado y pronto puesta en estado de sueño inducido. Esa fue la última vez que el rey vio a su hija. Las naves partieron hacia la gran oscuridad y nunca más regresaron.

Eventualmente el rey asumió que la expedición fue un fracaso y el terrible sufrimiento y tristeza le volvieron loco. Nunca se recuperó de la pérdida de su hija, y poco después murió. Kah empezó a colapsar, y a día de hoy nadie conoce la ubicación de la ciudad dorada, que quizás esté perdida para siempre entre las junglas del planeta.
Lo que le pasó a la princesa se desconoce. Algunos dicen que despertó en medio del viaje y arrasó con su consorte tras entrar en una furia demencial. Otros dicen que quizás fue curada por el ermitaño en el cinturón pero que eligió no volver a Kah. Quizás todavía siga durmiendo en el sarcófago, viajando por la eternidad en la oscuridad de las estrellas—.

Atallah se queda estupefacto mirandoos mientras observa detenidamente vuestras reacciones.

—¿ Lo entendéis ?—

Mira - respondo intentando ser lo más comprensiva que pueda -. Has elegido morir con tu nave y nuestro contacto en tu empresa dice que eso no es propio de ti. Seguro que tienes una excelente razón para Hacer lo que has hecho, pero si no nos la das completamente mi compañero acabará por arreglar lo que quiera que hayas hecho y entonces lo que tratabas de evitar sucederá. No es personal, pero ahora mismo solo me has contado una vieja leyenda que nada tiene que ver con esta nave salvo que afirmes que has encontrado a esa princesa y está dentro de esta nave causando estragos. Si me explicas por qué has inutilizado la nave te prometo que ordeno a mis hombres que abandonen la nave conmigo y dejamos que pase lo que tenga que pasar. Pero si quieres que rompa un contrato tendrá que ser una razón muy buena.

Vanth iba a hacerle caso al tipo creyendo que diría algo interesante, pero en cuanto empezó a hablar se dio cuenta de que estaba delirando. Y mucho.

No sé lo que toma ese tipo, pero parece del bueno.

Así que lo que hizo fue mantenerse en su puesto vigilando. Y menos mal que lo hizo. En un momento se tensó y le hizo una señal a Shoun para que se acercara a su posición. Activó su comunicador para que le escuchasen los miembros de su tripulación.

A ver chicos. Es posible que tengamos compañia. Yo de vosotros iría arreglando ese aparato para poder marcharnos cuanto antes.
Shoun, cubremé. Voy a ver qué es lo que se acerca.

Levanté la mirada de los cables de nuevo al escuchar como el tripulante de la nave se dirijía al grupo, pero cuando empezó a contar la historia de la leyenda fruncí el ceño y volví al trabajo, ¿todos en esta nave han terminado así? Pensaba mientras mis manos ya buscaban el cable que necesitaba.

- Voy a necesitar algo más de tiempo chicos, esto es un autentico lío.

La maraña es casi imposible de seguir, la única forma de poder avanzar es haciéndolo muy lento, lo cual no es una opción en esta situación...

Parecía que les había tocado el premio gordo al tener delante al propio ingeniero jefe, pero aquella especie de suerte pareció esfumarse cuando aquel tipo contó aquella especie de cuento, fantasía, mito o leyenda.  Thomas no tenía ni puta idea de lo que estaba hablando pero nadie llega a ingeniero jefe sin tener la cabeza bien amueblada, por lo que sin duda sus palabras entre tanta paranoia seguramente guardaban algo de interes.

Chicos intentemos centrarnos en revetir la situación de la nave, después tendremos tiempo para contar batallitas pero el tiempo sigue corriendo.

Tras aquello Thomas comentó algo con Kemburri

Bien, te seré franco... por tu reacción y tu cara veo perfectamente como esa história que ha contado no te es desconocida y estoy seguro que hay algo más en todo esto.  No pienso seguir poniendo a esta nave y mi tripulación en juego por una mierda de hielo y una miserable paga, así que es hora de que me digas la realidad de lo que esta pasando aquí.

Te ha llevado un rato de difíciles cálculos y enormes cantitades de datos volcados con algoritmos muy complejos y siempre cambiantes. Parecían que estaban protegidos por algún tipo de cortafuegos, pero con un poco de paciencia, y destinando buena parte de la energía de la nave ( ya que ahora no se esta usando) para la IA de abordo, por fin has conseguido descifrar parte del registro del diario de abordo de la Orunn II, concretamente de alguien llamado Kakinwene.

-66111-1600-
Por fin de camino desde Merkut. Nunca me ha gustado esa excusa barata de estación espacial oxidada. Cargar el hielo llevó más tiempo de lo esperado, pero ya estamos de camino a Coriolis a tope de capacidad. Que los iconos bendigan nuestro viaje.

-6612-2300-
El capitán y Reyna han preparado un buen festín mientras nosotros estábamos en todo el jaleo para celebrar nuestro viaje de vuelta a casa. Bueno, más bien se podría decir que Mirra ha sido esclavizada en la cocina y el capitán y Reyna se han dedicado a contar las mismas viejas anécdotas de siempre. Pero ha estado bien; Vino de Dabaran, Adana caliente y muy picante, y verduras frescas pueden hacer que tu estómago aguante lo que sea.

-66113-2200-
Ha pasado algo extraño hoy. Kolb ha venido de la zona de carga tras la inspección rutinaria con una cara muy rara. Ha dicho que no era nada, pero no parecía quitárselo de la cabeza.  Le he preguntado si había encontrado algo raro, pero todo lo que me ha dicho es que y cito textualmente" el capitán lo tiene todo bajo control".

-66113-0230-

Message Coded

-66114-1630-

Message Coded

-66114-2330-

33.7777.8.1.6.666.7777     7.33.777.3.444.3.666.7777-    Qu3 l05 444.222.666.66.666.7777    66.666.777    7.777.666.8.33.444.1.66

Kembouri se asegura de que el canal de comunicaciones esta cerrado. Al principio parece algo reticente a hablar, pero tras oír la historia de Atallah sus prioridades parecen haber cambiado.
—Señor Dalfort, sientese. Esto es algo difícil de explicar y de asimilar, por lo que le ruego tenga la mente lo más abierta posible e intente encajar las cosas desde una perspectiva un tanto inusual.
Mi nombre sí es Azdem Kembouri, y sí es cierto que soy el representante de Melem Gesurra. Nuestro contrato seguirá siendo vinculante sea cuál sea el resultado.—

Kembouri da un trago a la taza de te que hay en la mesa cercana, y tras ello cruza las manos y te mira fíjamente.

—Me considero un resolvedor de problemas freelance, se podría decir, pero mi zona de experiencia, mi rango de actuación ronda más en lo fantástico y lo esotérico. Soy un exorcista consagrado y he realizado algunas de las hazañas más complejas en los lugares más insospechados.
La verdadera naturaleza por la que se me ha contratado a mi, y a su vez yo les he contratado a ustedes es por esto.—

Kembouri saca un libro. Se trata de un libro con viejas leyendas, supersticiones e historias fantásticas del tipo que las abuelas cuentan para mantener a los niños atentos y concentrados justo antes de que caigan rendidos en el sueño nocturno. El tipo de cuentos que hace que los historiadores se conviertan en aventureros y vayan de expedición, y del que los jóvenes fantasean para escribir los relatos más maravillosos, fantásticos y aterradores. En él puedes ver los relatos de la princesa de Kah y un dibujo de una oscura y llameante figura disforme con orejas de perro mediando entre la princesa y su consorte.

—Toda leyenda se basa en una verdad. En este caso una terrible verdad. Al principio yo era algo reticente a creerlo, pero dada la situación, los eventos y las reacciones, finalmente cedí e investiguÉ. Por favor, escuche ésta transmisión enviada por el jefe de ingenieros Atallah:—

<<DJINN A BORDO. CAPITÁN PERDIDO. MÚLTIPLES BAJAS. CARGA LETAL. CONTAGIO. NO INTENTAR RESCATE. NOS DIRIGIMOS A MUERTE. QUE LOS ICONOS NOS PROTEJAN>>

—Este mensaje llevó a la compañía a entender que algún tipo de xenomorfo de la oscuridad se había infiltrado en la nave, matando a los miembros de la tripulación y posiblemente también al capitán. Rajtun, y que alguno de los supervivientes, podría haber variado la nave y puesto rumbo al Ojo de Anubar  para evitar así que el Djinn tuviera más contacto con otras naves o que los iconos no lo quieran, con alguna estación espacial como Coriolis. Melem Gesurra ha contactado conmigo, y por extensión con ustedes en vez de alertar a las autoridades porque la carga es simplemente demasiado valiosa como para perderse "por accidente".—

Kembouri espera a ver tu reacción y espera atentamente tus siguientes palabras.

Sales de la sala de máquinas prestando mucha atención. La oscuridad que reina en la zona ayuda a que estés centrado y tus sentidos están muy agudizados. La adrenalina corre por tus venas y hace que el corazón bombee de forma rápida. Realmente el estado de alerta te encanta. Pero tu forma de ser no puede evitar que seas cómo eres.
¿Has hecho bien en abandonar la sala? Podrías haber hecho algo más seguramente si te hubieras quedado para ayudar a Damaris. Puede que no sepas de cables, pero podrías haber alumbrado. Miras hacia atrás y todavía ves los reflejos de las luces de sus linternas.

Todavía estás a tiempo, y justo cuándo lanzas un pie en esa dirección....otra vez ese ruido, seco, metálico, rítmico. -Klllanck-
¿Que podría ser ? Un engranaje mal colocado. Sí, seguramente sea eso. Zttthhhummmm zasssk. Espera, ¿eso lo había hecho antes?.
Vuelves a avanzar, esta vez sin dudar. Ahora quieres saber lo que hay o lo que está generando ese ruido. Y total, tampoco es que vayan a hacer mucho sin tí ¿no?.
Con varios pasos firmes llegas a uno de los elevadores externos. Estas máquinas tan viejas se encargan de que la gente pase de cubierta a cubierta, por el exterior. Hay una pequeña compuerta de descompresión para evitar sustos, pero eso no te quita el tremendo respeto que da estar a unos pocos centímetros de un enorme espacio vacío lleno de....nada. Unos segundos ahí fuera sin la protección debida y eres pasto de los relatos de texto de "cosas que no hay que hacer para seguir viviendo". Si no recuerdas mal ya van por el cuarto o quinto tomo y varias reediciones. Y es que hay mucha gente inconsciente por la galaxia.
El carro es rectangular y no parece en muy buen estado. La compuerta de seguridad está hecha de Cristal de Composite y está hecha una pena. ¿Hace cuánto que no limpian aquí? ¿Limpian?. Desde aquí puedes ver el inmenso bloque de hielo azul y blanquecino. Es tan grande como la nave, y la nave es tan grande cómo una ciudad pequeña. Una placa de metal oxidado indica que este elevador se utiliza para ir a la cubierta de proa? o es popa? bueno, a la otra cubierta. Por como esta diseñada la nave, seguramente haya otro elevador en la otra cubierta, y así pueden tener un recorrido de gente sin interrupciones.

-SSSShhhhhkkkknggg-

Pasas un rato en el interior de tu mente cuándo otro ruido, esta vez más cercano vuelve a llamar tu atención.

El hombre va de un lado a otro de su escondite, que es bastante pequeño pero le da para dar al menos 2 pasos entre pared y pared. Está agitado y se lleva constantemente las manos al pelo, y a las sienes. De vez en cuándo aprieta con fuerza la mandíbula y cuándo parece que se relaja y sus párpados empiezan a caer, vuelve otra vez a ese estado de continuo frenesí.

—Esto...esto va mas allá de mis razones. Esto no es algo para lo que te preparan en una academia. Puede que los que viven el aspecto más militar de los viajes en la oscuridad de las estrellas estén mejor entrenados, y seguramente sean mejores que cualquiera que los que estamos....estábamos aquí trabajando....pero no. Por muy entrenado que estés nada te prepara para lo que he visto. Por favor os lo suplico. Marchaos de aquí. No miréis atrás. Yo...yo ya no puedo seguir viviendo tras lo que he viesto y lo que...les...ha hecho. Simplemente no puedo cerrar los ojos. Siempre que los cierro veo esa imagen una y otra y otra vez. La única forma de encontrar paz y descanso, de que los Iconos nos juzguen por las acciones que hemos tomado, es acabar con todo. Sobre todo con....ESO....—

Atalla, más que fuera de sus casillas os parece aterrado. Lo que sea que haya visto le ha dejado en este estado. Por lo que Kembouri os ha contado, la tripulación lleva varios años ya trabajando juntos, por lo que saben resolver conflictos y limar asperezas, pero esto, se sale de lo que una persona parece que pueda soportar.

Cuando os miráis y queréis hablar entre vosotros, os dais cuenta de que Vanth no esta. Por lo visto ha ido a comprobar algo aunque no le habéis prestado demasiada atención.

Cuando Vanth se dio cuenta se había alejado demasiado de la sala. Una cosa era investigar un ruido justo al lado, pero aquello ya era pasarse. Ni de coña iba a subirse a un elevador él solo, y si seguía el ruido le alejaría aún más de los demás. Que bien mirado era seguramente lo que quería el que lo estuviera haciendo. Pues si una cosa tenía clara es que aquello lo estaba haciendo alguien, o algo.

Mejor volver con los demás.

Con paso firme, pero sin pausa, el ex soldado retrocedió sobre sus pasos para la seguridad del número. Aún así no dejó de vigilar por si lo que estuviera haciendo aquello le molestaba que no le siguiera el juego.

Escucho a Mike por el comunicador mientras sigo intentando reparar el suministro energetico de la nave y el sonido de los ultimos codigos me hace sonreir por un momento, por suerte estaba con la cara hacia el suelo y ninguno de mis compañeros ha podido verme.

- Mike centrate en los dos logs todavia codificados, el ultimo dice: "Estamos perdidos que los iconos nos protejan", es un antiguo codigo de comunicación, prosigo con las reparaciones.

Dicho esto sigo donde habia dejado apoyado una de mis herramientas para no perder el hilo de por donde iba. Pero al volver la mirada hacia abajo debío de escurrise ya que el cable que señalaba no era el que iba siguiendo. Maldito sea el loco que instalo esto. Mire de reojo a nuestro "invitado", mandandole una mirada desafiante, mientras volvía a empezar.

Respiro.

Piensa algo.

Miro a mis compañeros un segundo.

Es un ingeniero. El razonamiento lógico y las conexiones están en su naturaleza. Úsalo.

Atallah - comienzo con un vocativo para tratar de romper su armadura -. No te voy a discutir que quieras vivir o morir. Creo que eso es algo que está en la libertad del individuo y no seré yo quien trate de romper tu libertad.

Me mira.

Vale, tengo su atención algo más.

Pero ¿qué pasa con los demás? - pregunto, tratando de explotar que parece querer salvarnos -. ¿Estás seguro de que ESO es el único individuo de su clase? Si estás equivocado la humanidad en su conjunto está en peligro, pues puede que el siguiente no sea tan responsable o no tenga esa oportunidad.

Dejo que lo piense un segundo.

¿Qué pasa si mañana alguien ve las señales y no las identifica? ¿Qué pasa si la nave de mañana no puede ser lanzada al sol porque tiene un sistema para evitarlo o una de esas cosas mata a la tripulación mientras está en piloto automático y vuelve a Coriolis? Tú eres valioso para la humanidad. Esta nave es valiosa para nuestra sociedad en su conjunto. Si tienes razón es como el escenario del crimen en una masacre.

Noto cómo duda.

Sigue hablando. Parece que haces suficiente mella.

Podemos dejar esa nave como un pecio en una órbita estable controlada por un gobierno para que los científicos suban a investigar bajo estrictas medidas de seguridad. Puedes testificar lo que viste. Puedes salvar a nuestra sociedad del siguiente ataque pero - golpeo el cristal con mi mano cerrada -. Tienes, que, salir, de, ahí, y, ayudarnos, a, hacerlo. Y tiene que ser pronto o lo lamentaremos. No actúes por cobardía. Haz tu parte. Vive un día más para evitar que nadie más tenga que pasar por esto.

La cara de Thomas parecía mostrar un enfado creciente conforme Kembouri confesaba el verdadero propósito de su misión, Thomas no dijo nada hasta que el hombre hubo finalizado.

Debería pegarle un tiro aquí mismo, no tenía derecho de utlizar a mi nave y a mis hombres como un cebo de esa maldita cosa... podía habernos ofrecido el verdadero trabajo pero espero por su bien que ninguno de ellos sufra daño alguno porque le aseguro que no tendrá lugar donde esconderse.

El capitán de la serenity era un hombre calmado, quizá eso fue lo que salvo la vida de kembouri en aquel momento.

Si me vuelve a ocultar cualquier detalle de todo no le daré otra oportunidad.