Partida Rol por web

Usando su pericia y entrenamiento en el manejo de naves, Mike consigue esquivar los primeros enjambres de meteoritos que forman la enorme red llamada El Ojo de Anubar. La nave os zarandea de aquí para allá haciendo el viaje ciertamente más incómodo e imprevisible. Un par de impactos sacuden la Serenity y os hace salir del rumbo actual para llevaros directamente contra uno de los asterodies más grandes. Vuestra ruta de colisión inminente es desviada y recalculada en el acto gracias a vuestro piloto y en buena suma, a la inteligencia artificial que supone una gran asistencia para el cálculo de millones de números en cuestión de segundos. Alguien debería darle el reconocimiento necesario a la persona que escribió ese código que os acaba de salvar la vida, y que seguramente lo haya hecho con anterioridad a muchas otras tripulaciones.

La Orunn II está a la distancia suficiente como para poder emplear una maniobra de acople ya que todos los intentos de comunicación con la misma han sido totalmente infructuosos. Las paredes de metal reforzado que forman la estructura exterior de la nave están realmente magulladas y maltratadas probablemente por culpa de los asteroides colindantes. Mike acciona sus palancas y con un giro sutil de algunas manivelas y botones es capaz de equiparar la velocidad actual de Serenity con la Orunn II. Unos pocos metros os separan cuándo los ganchos de anclaje emiten su peculiar ruido. Ruido que indica que la maniobra ha salido a la perfección y que por fin podéis iniciar la primera parte del plan para el que se os ha contratado.

Habéis optado por pasar un escáner de detección térmica para intentar encontrar a los tripulantes, si es que estos siguen con vida. Al igual que las comunicaciones, no hay resultados positivos.

—Bien señores—, dice Kembouri con una cara bastante seria. —Es hora de que se ganen el dinero que han pedido. La enana blanca está demasiado cerca y no tenemos mucho tiempo, por lo que sugiero que se den prisa—.

El recuperador se dirige silencioso hacia el enjambre y la estrella y no parece variar su rumbo. Las luces de las plataformas, el puente de mando y las cubiertas están apagadas, dándole a la Orunn II un aspecto de nave vacía, casi muerta que se funde con la misma oscuridad del espacio, salvando el azulado color pálido del monolítico bloque de hielo que transporta.

Dama y caballeros, la Orunn II. El capitán les da las gracias por volar con Washsosky Space Lines y les recuerda que deben colocarse sus trajes de vació antes de desembarcar, por si las moscas.  narró satisfecho el piloto tras la maniobra de atraque. No duden en dejar sus comentarios y valoraciones en bountyhunters.com, nos servirán para mejorar la experiencia de nuestros pasajeros. Disfruten del día...

El momento de tensión paso rápido pero no por ello dejo de ponerle los pelos de punta al capitán, odio los malditos asteroides, masculló entre dientes al notar los pequeños impactos en la nave.

Tras unos segundos Mike consiguió enderezar la nave y realizar el acoplamiento con éxito.

Bien hecho Mike, a eso se le llama pilotar.

Thomas echó un vistazo final a los datos que arrojaban los sensores

Esta bien, hagamos esto rápido y sencillo.  Nadwa, llevate a Shoun y Vanth.  Hacer un reconocimiento y asegurar la nave, intentar averiguar que ha pasado y si la nave esta operativa.

El resto nos quedaremos aqui en espera de noticias, Damaris estará preparado por si tiene que efectuar alguna reparación en la nave pero primero aseguremonos de que no hay problemas.

Asiento, acostumbrada a que no sea solo la negociadora del grupo.

Es lo que tiene tener el pasado que tengo.

Me levanto de la silla y recojo mi equipo.

Chicos - llamo a los soldados -. Conmigo, yo abro la marcha.

Sin más me dirijo en dirección a la puerta, segura de que me seguirán.

Vanth se dió cuenta de que estaba agarrando el panel de armas con demasiada fuerza, aún así no lo soltó hasta que Mike acopló finalmente la Serenity a la Orunn. Cuando lo hizo se desabrocó y escuchó como el capitán daba las ordenes que había imaginado que daría. Después de todo para eso le pagaban en la nave.

Sí, señor.

Antes de ir a por sus cosas dio unas palmaditas en el hombro a Mike. Desde luego lo había hecho genial, como siempre. Después fue a su cabina y cogió sus armas. La pistola ya la llevaba en su cartuchera, lo mismo que el cuchillo en la bota, pero la Carabina Vulcan estaba en un lugar especial. La examinó rápidamente comprobando con profesionalidad que funcionaba y se dirigió a la esclusa donde le esperaba Nadwa.

Estoy listo.

Miró por un momento a la segunda de abordo.

¿No sería mejor que fuera yo primero? Si hay algo peligroso mejor que ataque a mí primero ¿no crees?

Me giro hacia uno de los soldados de la nave con una sonrisa pícara mientras doy unos golpecitos al enorme escudo que porto en la mano izquierda y que me cubre desde el tobillo hasta el cuello y tiene una abertura para disparar mi arma sin exponerme cuando me cubro tras él.

Creo que será mejor que disparen a esto que a ti - opino.

Miro por la escotilla observando la otra nave. Sigo sin creerme que esté vacía.

Incluso aunque me dieran a mí tienes mejor puntería que yo - añado con profundo cinismo.

Tomó un par de respiraciones relajarse, siempre aislado del mundo, siempre en su mundo, ¿es su actitud siempre tan vacía? Tal ves es solo la naturaleza de un combatiente nato, idiota el que lo juzgue por ser así. Solo asintió a la orden del capitán, no estaba ni contento ni mal, desenfundó su vulcan con habilidad y memoria muscular mirando la estupidez que cometió Vanth al tratar a la contramaestre cómo una dama en apuros.

No iba a decir nada, pues una mirada ya lo decía todo, y aún así tuvo la voluntad de ignorar la pequeña charla entre los dos, ahora tenía un trabajo que hacer, pobre del infeliz que cómo colado en la nave esté. 

Mascullo unos cuantos insultos con los zarandeos de la nave y aprieto los dientes cuando noto los impactos y las sacudidas. Que el Juez nos judgue con benevolencia...Pienso mientras poco a poco la nave vuelve a la calma.

Mis compañeros ya saben la rutina y casi el capitán no tiene que dar las ordenes cuando todos están ya apunto de abordar la nave fantasma. Me incorporo y me dirijo al capitán para mirarle a los ojos mientras le hablo.

- Con su permiso iré a evaluar el estado de la nave hasta nueva orden Capitán.

Haciendo un saludo afirmativo me encamino hacia la zona del motor para comprobar que todo sigue en su sitio después de la maniobra de Mike.

Antes de irte has revisado la maniobra de acople a la Orunn II. Todo ha salido perfecto aunque ahora que te fijas bien, hay algo extraño en las imágenes. Unos destellos de luz parpadean  desde el puente de mando a penas visible desde vuestra zona. Pero en la oscuridad del espacio y con las cámaras grabando en varios tipos de espectro visual, ha quedado claro que alguien ha emitido esas luces. Ha sido una emisión rápida y sutil, un tipo de mensaje que no ha vuelto a suceder en los minutos siguientes. Has hecho comprobaciones y efectivamente, la nave ha vuelto a quedar en la más absoluta oscuridad de nuevo.

Además, al examinar de cerca la Orunn II te das cuenta de que está emitiendo mucha menos radiación electromagnética de la que debería. El hecho de que viaje sin su transponedor encendido y esto, sugiere que alguien a bordo ha apagado los sistemas de soporte vital.

Finalmente el momento por el que se os va a pagar ha llegado. La Orunn II de cerca es una nave imponente y de un tamaño colosal. Al introduciros por la esclusa, un leve siseo suena tras el balance de gases entre vuestra nave y la Orunn II. Al llegar todo está oscuro. A lo largo de los corredores de los pasillos hay algunas diminutas luces LED rojas que más que iluminar, delimitan por ambos lados el ancho del pasillo. Con vuestras luces actuales podeis ver a unos 5 metros de alcance máximo. Algunas mamparas de cristal y otras de plástico endurecido reflejan vuestras luces, enviado de vuelta el haz hacia la tripulación.
Kembouri de momento ha decidido mantenerse en la nave y tener contacto a través de las comunicaciones de Serenity con vosotros vía comunicador personal en linea abierta conjunta.

Ahora mismo vuestra posición con respecto a los diagramas que se os han facilitado, sería la de los pasillos cercanos a la sala de máquinas. El oxígeno de la nave ha caído a uno 60%, lo que hace la respiración algo difícil, pero posible sin los trajes de supervivencia espaciales. La gravedad es algo más ligera que lo que debería, pero todo parece indicar que podréis moveros con total libertad y sin impedimentos de movimiento. Al menos, de momento.

Kembouri abre una linea de comunicación:

—Es extraño. El puente de mando está inoperativo, por lo que sugiero que vayan a la sala de máquinas para devolver la energía al puente y poder maniobrar así la nave. Sin esa energía será totalmente imposible cambiar el rumbo.—

Esto me huele a chamusquina.

Indico a mis compañeros que me sigan con cada uno a un lado y a unos dos metros de distancia a cada lado.

Vale, chicos - les ordeno - Detrás de mí. Os cubro con el escudo.

Al menos le mantendré ciego respecto a lo que hacemos.

Vale, chicos - les ordeno - Detrás de mí. Os cubro con el escudo.

Vanth se encogió de hombros y siguió a Nadwa a las entrañas de la nave de carga. Una nave enorme obviamente, y que tendrían mucho tramo para recorrer sobretodo si tenían que ir de un lado a otro.

Alguien debería quedarse en el acceso entre naves, o al menos cerrar por nuestro lado. Por si acaso.

El antiguo soldado iba con su Vulcan Carabine apuntando al frente. Estaba un poco agachado para poder tener la protección del escudo de Nadwa, pero en caso de problema podía erguirse y disparar por encima o por el lado.
La "negociadora" estaba bastante suspicaz, pero no veía nada raro en las ordenes de Kembouri. Si de verdad la nave iba a la deriva, conectar la energia en ella parecía la mejor opción.

Tranquila. Esto va a ser pan comido. Ya verás.

Tal y como veía el estado de la nave no esperaba encontrar a nadie vivo.

Por fin era hora de ponerse manos a la obra. Aunque normalmente Nadwa era la especialista en táctica y negociación, y a la vez su escudo proveía a los demás de cierta cobertura para incursiones fugaces, era hora de que Shoun demostrara de lo que estaba hecho. Hasta ahora se había mantenido al margen de una u otra forma, pero con esa actitud pasiva, a menudo se cuestionaba si su futuro próximo seguiría siendo como parte de la tripulación, o si le dejarían tirado en la siguiente estación para buscar un reemplazo más útil.

Shoun tomó la iniciativa tras esperar a la orden del capitán y asignar a los tres cómo miembros de la maniobra de acople e incursión.

Con su Vulcan en la mano, cayó tan ligero como una pluma al posarse sobre la plataforma del pasillo de la nave. Los haces de luz reflejaban aquí y allá, y salvo los pequeños puntos rojos del pasillo, y algunas motas de polvo que revoloteaban con el movimiento generado por el aire, no había nada más.
Era muy extraño que una nave de un tamaño tan colosal pareciese tan exageradamente muerta cuándo los sistemas estaban apagado.

—Belleforte al resto de tripulación. Pasillo despejado. Podéis entrar—.

Haciendo gala de su entrenamiento militar y de su formación en escaramuzas, se limitó a dar ordenes y descripciones claras y concisas para que no hubiera lugar a error, y para no colapsar con verborrea innecesaria el canal de audio.

Mike tendía a ser una persona con bastante imaginación, la suficiente como para empezar a especular sobre posibles teorías conspiranoícas tras haber quedado claro que había alguien... o algo... más a bordo de la Orunn II que sus compañeros de tripulación.

El joven piloto comenzó a realizar barridos con todos los escáneres y espectros posibles, intentando delimitar la posición de los huéspedes no invitados, así como de su propio equipo.

Entretanto, utilizó el comunicador para avisar al grupo de exploración.

Tropa - rompió la voz de Mike el silencio de radio - Algo me dice que no estáis solos. Bueno, tengo claro que no estáis solos. He vislumbrado luces en el puente de mando antes de vuestra llegada, muy fugaces pero estoy seguro de haberlas visto. Además - añadió ya que estaba lanzado - la Orunn está emitiendo mucha menos radiación electromagnética de la que debería. El hecho de que viaje sin su transponedor encendido y esto, sugiere que alguien a bordo ha apagado los sistemas de soporte vital. Id con mucho ojjo, capi.

Todo parecía extrañamente normal, normal ya que no había signos de lucha y todo podía tratarse de un fallo técnico y extraño porque no había ni rastro de la tripulación.

La nave estaba aparentemente vacía, como si hubiera sido evacuada o todos los tripulantes hubieran muerto. Ambas cosas resultaban improbables ya que la mercancía seguía en su sitio por lo que no parecía un robo.

Mike, estate atento a los sensores, si tenemos compañía quiero saberlo cuanto antes.  

Escucho la transmisión de Belleforte con algo de estática y me preparo para salir a la nave del cliente, seguramente me vendrán bien algunas herramientas para "resucitar" a la nave y que podamos controlar sus sistemas. Fiel a la cadena de mando me dirijo antes a la cabina del piloto donde supongo encontrare al Capitán.

- Capitán Dalfort, pido permiso para abordar la otra nave, pueden que necesiten un ingeniero.

Dicho esto espero la respuesta del capitán, podría haberle pedido su confirmación por el transmisor pero le gustaba recibir las ordenes mientras le miraban a los ojos. Si el capitán lo ve oportuno abordare sin mediar más palabras.

Thomas se tomo unos segundos antes de responder a Damaris.  Esta bien Damaris,  dijo al escuchar a Shoun dar la zona por asegurada. Tener cuidado, Mike parece que a visto algo y tengo una sensación que me recorre el espinazo que no me gusta nada.

Mike asegura la esclusa para que una vez salga Damaris solo se pueda abrir desde nuestro lado de la nave, no quisiera que alguien aprovechará para colarse aqui dentro sin enterarnos. 

Shoun se asegura de que la zona está despejada y segura para la llegada de su compañero. Todo transcurre sin problemas y ahora son 4 los que han abordado la nave.  
—Según el mapa que nos ha facilitado Kembouri, la sala de máquinas debería estar al final de este pasillo a la derecha—.

Con sumo cuidado y siempre en alerta, el grupo avanza hasta llegar a la puerta con la placa que marca " Sala de máquinas".

Un sensor de pulsación es suficiente para que la compuerta se abra tras un ligero toque.

Las tenues luces que parpadean en la densa oscuridad de la nave revelan con cada flash tres maquinas gigantescas de gravitón que se alzan cómo torres magníficas, rodeadas de cables y pasarelas con escalinatas. Las máquinas pulsantes, el intenso calor y el laberinto de cables y conexiones le da a la sala una atmósfera muy tétrica.
Las tres máquinas acogen cada una un enorme Berhal Leviata IV, un modelo de graviton bastante antiguo. La oscuridad y el conglomerado de escaleras y pasarelas hace que todo esté construido de forma caótica, o al menos esa es la primera impresión que os da.

Por la información que Kembouri os facilitó, este debería ser el lugar en el que trabaja o trabajaba el jefe de ingenieros  Atallah.

Un panel de control parpadea en rojo con un notable candado electrónico en posición de cerrado. El panel está conectado a una enorme mesa de controles, y la lógica os dice que para intentar usar la mesa, vais a tener que pasar primero por el candado.

Toma - le digo a Shoun mientras le paso mi escudo -. Cúbrenos mientras trabajo.

Me pongo a manipular la máquina a ver si logro abrir el candado.