Partida Rol por web

"Bien chico! Uno menos!" azuzó el druida a su compañero, "Ahora el otro! Ataca Talkhar! Bien! Espera, que te lo tuesto!" añadió antes de lanzar otra llamarada.

Prang siguió avanzando, viendo la situación controlada por el bicho de Reyner y el mismo Druida. Blaze tampoco parecía necesitar ayuda, así que fijó toda su atención a lo que sucedía tras la columna, donde se encontraba Leokas. Al girarla, se encontró con un Sargento de la Guardia del templo, enzarzado en combate con Leokas. 

Pasando por al lado de ambos, azuzó al Sargento, "¡Eh tú! ¡Golpea aquí, métete con alguien de tu tamaño!" le espetó al humano*. Todo estaba calculado. Prang era un guerrero veterano y estaba dándole la oportunidad a Leokas para flanquearlo o para alejarse del combate. Al coger la posición, vio una maraña de hilos blancos colgando de las paredes y columnas..."¿Pero qué...?" No se había fijado, de tan obcecado que estaba en llegar a Leokas. 

Tras plantar ambos pies en el suelo como le habían enseñado hace taaaanto tiempo en su instrucción, lanzó un golpe hacia aquel humano con Espadón..."¿Ahora qué dices? No es lo mismo un enano armado que un humano enclenque, ¿eh? Perdona Leokas...no va contigo ésto amigo..."**

Tras asestar un golpe tan preciso como traicionero al guardia, todo el sigilo del que el semielfo había hecho gala se fue al traste. Pero aquello entraba dentro de lo posible y no sobresaltó para nada al pícaro. -No es nada personal.- Dijo como respuesta a una pregunta que nadie había formulado. Pero aun así a Leokas le pareció lícito dejarlo bien claro.

Y sin perder ni un segundo más, lanzó otra estocada al guardia. Su espada encontró otro hueco por el que poder herir a su contrincante logrando sortear la protección que le proporciona su armadura. Leokas dio un ágil paso hacia atrás para tomar distancia del soldado y entonces vio una contundente figura acorazada que pasó frente a él. Prang había llegado raudo y relativamente veloz para ayudar al pícaro. -Supongo que decirte que soy medio elfo no sería de ninguna ayuda, ¿no?- Le dijo con una sonrisa en su rostro ante la disculpa por el provocación que le lanzó al guardia. 

Tejestrellas sigue sin poder liberarse de sus ataduras, aunque el fuego de Reyner le ayudaría en salir de aquel embrollo.

Rakka acaba con el otro guardia, pero aún quedan otros dos. Dos tipos duros de roer. El primero logra golpear al dinosaurio, mientras Prang logra esquivar con dificultades los dos golpes que le lanza el segundo. 

Blaze se movió para coger ángulo de disparo e intentó disparar al guardia que luchaba contra el dinosaurio. Pero por segunda vez el disparo salió mal. Algo le pasaba a la ballesta y decidió guardarla antes de acabar rompiéndola sin querer. 

Habiendo cambiado su lugar con Prang, Leokas era libre de moverse por la sala. -Todo tuyo.- Le dijo al paladín antes de rodearlos para tener línea de visión con el sacerdote que parecía estar a cargo del templo. O por lo menos uno de ellos. El pícaro cambio su espada por el arco y pronto una flecha esperaba a ser disparada.

Con rapidez levanto el arma y apunto a la enjuta figura del Tejeestrellas. Aquel sacerdote de discurso grandilocuente resultaba un blanco fácil atrapado por la red conjurada por Blaze. Por lo que su flecha voló certera hacia su objetivo.

Prang avanzó un poco hacia el clérigo, sin quitarle ojo al guardia que tenía delante. "Lo siento amigo, pero no dejaré que le hagas daño a mis compañeros".

Levantó el hacha y trató de que el golpe fuera lo más certero posible para evitarle sufrimiento a aquel ser. Era malvado, pero no merecía sufrir. Pero quizás la piedad de Prang le jugó una mala pasada, pues en el último momento, dudó de dónde golpear y dió de lleno en la armadura del hombre, rebotando su hacha inofensivamente hacia un lado.

"mmmm...." pensó mientras sopesaba el resto de alternativas. No estaba muy convencido de rematar a aquel hombre, quizás si pudiera dejarlo inconsciente....

A pesar de las heridas, Talkhar brincó de nuevo hacia el rostro del sargento, descargando con furia una nueva retahíla de ataques. Cuando aterrizó, Reyner aprovechó para chamuscar de nuevo al pobre desdichado.

Tejestrellas seguía intentando salir de aquella teleraña... y justo en aquel instante tiene éxito, rompe la telaraña que le tenía sujeto y e inmovil. 

Las embestidas del dinosaurio, junto con el conjuro de Reyner, son suficientes para acabar con otro de los soldados. Estaba claro que el soldado duro era el que se encontraba luchando contra Prang. El enano sigue aguantando con soltura la embestidas del guerrero y logra de nuevo esquivar los otros dos golpes. 

Blaze apuntó con su ballesta al mago y disparó su virote que atravesó las llamas en dirección hacia él. Blaze sonrió para si mismo, el mago seguía en la telaraña y el fuego que se expandía por ella estaba a punto de llegar hasta él.

Leokas contemplaba el curioso espectáculo que suponían las llamas avivadas por la telaraña conjurada. Mientras, el Tejeestrellas había logrado deshacerse de la maraña cuando el fuego estaba ya cerca y a pesar de haber recibido su flecha. Sin duda aquel hombre era duro de pelar. 

Pero el semielfo no se iba a detener a pesar de la tenacidad del viejo. Rápidamente cargó su arco y tensó la cuerda. Pero justo en el momento del disparo, la violencia del fuego se intensificó cegando durante un instante a Leokas impidiéndole apuntar con certeza.

Prang avanzó un par de pasos hacia el clérigo-mago que se debatía en la red en llamas. El guerrero que estaba a su lado estaba sólo, sus compañeros habían caído y estaba claramente en inferioridad numérica. Era el momento de plantearle una rendición digna.

"Muchacho...quedas sólo tú, y tu "jefe" en cuanto se libere, te dejará sólo. Ríndete y prometo tener clemencia. Mejor una temporada en la cárcel que muerto, ¿no crees? Tira el arma, ponte bocaabajo y las manos en la espalda. Nadie te hará daño. Tienes mi palabra." El enano ladeó la cabeza al decir ésto último, mientras sopesaba el arma cerca del hombre, apartándola un poco en un claro gesto de "paz". No tenía intención de matarlo, prefería capturarlo y tener un testigo, alguien a quien sonsacar información, pero si él no se dejaba....estaba preparado para actuar.

Viendo que los guardias ya no resultaban una amenaza, Reyner aprovechó para sacar de su cinto lo que parecía una corta rama de abedul, se acercó y tocó con ella a su compañero animal. Por un instante, pequeñas hojas verdes parecieron aflorar de la roma mientras la magia se filtraba en el dinosaurio.

Rakka se relaja, abandonando su postura de combate. La batalla está controlada, y la diplomacia de Prang podría acabar arrojando algo de luz a todo el misterio del templo si el guardia decide colaborar. Sin embargo, recordando que antes de entrar en esta sala han perdido unos segundos preciosos, intenta estar alerta a lo que se oiga o mueva procedente de otros lugares.