Después de que Hansel diera las oportunas indicaciones a Hansel, los dos brujos prepararon su equipaje para dirigirse de nuevo a aquellos prados desolados que a modo de oasis servían de sustento para Percha de Cuervo en aquella región pantanosa y poco fértil llamada Velen, la tierra de nadie. ¿Sería aquel un viaje de no retorno? Aldous se había enfrentado a muchísimas clases de monstruos durante su longeva vida, sin embargo sabía que aquella espectro tan hermosa y terrible a la vez seria una rival que podría cobrarse con facilidad la vida de ambos. ¿Pero quién, sino ellos, acabarían con aquella mujer maldita?
En cuánto salieron de la posada recorrieron las pobres calles de aquella aldea gobernada con crueldad por el Conde Vserad y en cuánto alcanzaron el portón principal de la empalizada de madera que protegía las casas observaron unos cinco postes en cuyos extremos más alto colgaban ahorcados varios campesinos, descalzos con el torso desnudo descubierto.
Un grupo de soldados del conde se disponía a ahorcar a otro de ellos, que se resistía inútilmente a que uno de los hombres de armas le colocará la soga al cuello. Este último le golpeó repetidamente en la cabeza hasta que quedó aturdido, entonces se la colocó y otro hombre tiró del otro extremo de la cuerda elevándolo y ahogándolo en el acto.
Eran campesinos, gentes pobres que seguramente y como los brujos ya habrían podido intuir habían sido ajusticiados por el Conde Vserad por negarse a labrar las tierras debido a los rumores de las "Cosechas de Sangre" y el miedo que suscitaba en aquella aldea.
Janos había cenado con avidez las viandas de baja estofa que Aldous trajo de la taberna. Había descansado bien, con lo que tendría que dar el do de pecho en la difícil jornada que se les ponía por delante. Recogieron sus pertrechos rápidamente y se salieron del cobertizo. Habían limpiado sus espadas a conciencia, pues a buen seguro tendrían que emplear el filo argénteo para derrotar a tan peligroso enemigo.
Caminaba taciturno mientras pensaba en sus cosas. Hacía tiempo que conocía a Aldous. Casi se podía decir que ya no recordaba nada de Capa Raída, el pillastre que una vez holgazaneara por las calles de Tretogor. Miró a su mentor y dibujó una sonrisa de medio lado. Estaba nervioso. La vez anterior casi no lo cuentan cuando toparon con aquel espectro infernal, y en esta ocasión, la sombra de que todo fallara era un temor demasiado grande como para mantener la calma.
prosiguieron su camino hasta llegar a las puertas. Entonces, ambos brujos contemplaron como los soldados jugueteaban con aquellos que poco podían hacer para defenderse. Janos cerró su puño con fuerza. Los habría reventado a todos.
Miró a su preceptor con cara de circunstancias. No era conveniente meterse en más líos...
No pudo evitar torcer el gesto cuando vio la barbarie que estaban cometiendo los guardias. Los habitantes eran patéticos en sus creencias y supersticiones, pero los guardias y ese miserable que manejaba los hilos, no merecían otra cosa más que la más horrible de las muertes.
No podian hacer nada, pese a que hubiese deseado ensartar a esos desgraciados, no podían enfrentarse a toda la guardia. Más aún sabiendo que, si se diese el caso, ninguno de los habitantes del pueblo darían la cara por ellos.
Continuaron su camino. En un momento dado, con la mitad del trayecto recorrido, Aldous comentó: - Esta vez no se va a quedar plantada en mitad del campo para que nos acerquemos sin más. O se esconderá, o saltará sobre nosotros por sorpresa.
Cogió el frasco que habían elaborado y lo sujetó en su mano. - Mantente preparado. Llegado el momento, rómpelo contra la hoja de tu espada.
Porque una cosa: ¿Sabemos cunato dura el ungüento este una vez utilizado?
Motivo: Curación
Tirada: 1d4
Resultado: 2
Durmiendo, curo 2 pv.
He utilizado las reglas básicas. Si tienes otro modo de calcularlo, lo arreglamos.
Y al fin, los brujos salieron de Percha de Cuervo y se dirigieron hacía los prados cercanos en busca de aquella hermosa joven llamada Danara.
En cuánto llegaron, el panorama fue parecido al primer encuentro. El campo estaba desértico, los cobertijos vacíos y restos de herramientas y sangre abandonadas de entre las cosechas.
A lo lejos la vieron, de nuevo, aquella hermosa dama de cabello dorado que caminaba de forma danzante entre los sembrados trigo con aspecto cautivador, com una brizna de contraste con el aspecto generalmente desolador de las tierras de Velen.
@Drunken: No lo había pensado, me parece bien usar las reglas básicas.
- ¡¡Ahí está maestro!!...- exclamó el muchacho a su mentor.
Tenían embadurnadas las hojas argénteas de sus armas para dañar a aquella criatura, con lo que no se podían demorar en su misión de destruirla. El espigado mocetón miró a su preceptor y con un gesto de asentimiento, le hizo ver que estaba preparado.
- ¿Vamos a por ella? - fue lo único que dijo a la espera de la respuesta de Aldous. Aquel ser mortecino era capaz de hacer mucho daño con sus garras, pero ellos también harían una buena cantidad gracias a la alquimia.
La idea es aproximarse y echarse el Quen antes de liarse a mamporros.
Curiosamente, la criatura no se ocultaba, como había previsto, sino que estaba en el mismo lugar en que la encontraron la primera vez. ¿Sería una trampa?
Aldous habló en voz baja: - Avancemos con cuidado y ligeramente separados... no podrá atacarnos a los dos.
El brujo comprobó que la hoja de su espada estaba correctamente impregnada de la sustancia oleosa y comenzó a caminar con pasos lentos.
¿Hay que tirar algún tipo de sigilo?
Dannara danzaba entre el campo de trigo con gestos y movimientos gráciles con un cuerpo bien contorneado. Sus rubios cabellos largo cubrían su espalda y algunos de ellos caían como una cascada sobre su torso, desde el que se insinuaban unos senos jóvenes y tiernos dado que tenía abierta parte de la camisa de lino que portaba.
La imagen hubiera seducido a cualquier mortal que la viese, que sin duda se hubiese lanzado a su abrazo mortal. No era el caso sin embargo de los brujos, quienes habían podido comprobar en sus propias carnes la perspectiva de muerte segura que ofrecía aquella doncella muerta que había sido apodada con justícia como "Diablo" de las cosechas de sangre....
Los brujos avanzaron rápidos y silenciosos, como felinos acechando a su presa, con una posición agachada por debajo de los sembrados de trigo que permitía esconderse entre ellos. Pronto estuvieron cerca de la doncella, la cual parecía no haberse percatado aún de su presencia...
Era el momento de la caza.
Motivo: Des
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+15)=26
Para agilizar, tiro un control de DES válido par ambos ya que tenéis misma puntuación, 15.
Lo sacáis. Podéis hacer una acción sorpresa cada uno y empieza el combate.
Janos avanzó sigilosamente hacia la posición que ocupaba la bella criatura. ¡¿Cuántos habrían sucumbido al influjo fatal de tan preciosa muchacha?! ¡¿Cuántos habrían saciado su sed de venganza y vorágine vital?!
Continuó con la cabeza agachada, observando las indicaciones que su preceptor le indicaba. Cuando llegaron a cierta distancia, ambos brujos se detuvieron. Aldous fue claro en su mensaje, debían separarse para atacar a la Dama por flancos separados. De esa forma, sus esfuerzos por defenderse serían menos efectivos.
Janos asintió con la cabeza, y manteniendo su cuerpo todo lo replegado que pudo, comenzó a virar hasta poner a la espalda de tan fatal alma en pena. Recitó de memoria unas lacónicas palabras mientras el poder de la señal de Quen lo envolvía. No sería demasiado tiempo, pero podía darle cierta ventaja en los impases iniciales.
Una vez sintió la energía protectora de su hechizo, salió raudo como una rata, pero sigiloso como una serpiente que se escurre entre los tallos del trigo cultivado. Una vez a escasos metros de la criatura, el espigado mocetón lanzó un golpe lateral con sus fornidos y alargados brazos que en esta ocasión, sí alcanzaron a abominación
Motivo: Duración Quen
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Motivo: Ataque retaguardia
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+3)=19
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 2(+3)=5
Antes de salir, aprovecho para lanzarme el Quen. Dura un asalto.
Luego pego y hago 5 heridas.
El momento había llegado.
Aldous se preparó para el choque definitivo; no más dudas, no más fallos. Ahora estaban preparados y esa aberración no iba a prevalecer.
Pudo ver como Janos se lanzaba al combate con fiereza. Él, por su parte, se tomó unos instantes para relajar su musculatura; cuando estuvo listo, todo su cuerpo se tensó de golpe y su siniestra trazó los símbolos en el aire con premura.
La explosión de adrenalina fue instantánea, cada fibra de su ser bullía con frénetica energía.
Las pulsaciones de su corazón aumentaron hasta alcanzar un ritmo vertiginoso, hasta el punto en que ya sólo veía rojo.
Como una exhalación, se lanzó al combate con una vertiginosa velocidad. Su rostro, transformado por una feroz mueca palpitaba, haciendo que su expresión cambiase con cada parpadeo.
La argéntea hoja que esgrimía en su diestra, apenas se veía mientras hendía el aire con renovada ligereza en busca de su cruel y horrible objetivo.
Motivo: Duración
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+1)=18
Motivo: Ataque bis
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+1)=15
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 5(+1)=6
Motivo: Daño bis
Tirada: 1d8
Resultado: 7(+1)=8
Señal heliotropo antes de salir (5 asaltos).
Mismo efecto que conjuro acelerar: doble movimiento, doble ataque.
Le pego, respectivamente, a CA 0 y 3.
Si entran, 14 zascas.
Los brujos acecharon a la hermosa dama con sumo sigilo, como si de felinos hambrientos preparados para acechar a su presa se tratará. El primero en descargar su hoja argentea fue el jóven Janos, quién realizó un golpe lateral al espectro impactando en su hermoso cuerpo.
Dannara chilló de forma repentina de forma estridente, con un grito de ultratumba, y la podredumbre empezó envolverla a metamorfoseando aquella imagen que debía tener en vida para volver a reaparecer espectral figura de la Dama del Mediodía.
Tras el fulminante ataque de Janos, Aldous invocó la más poderosa de las señales del brujo, una que consumía gran parte del poder mágico que eran capaces de invocar para accelerar la velocidad de movimientos de los cazadores de monstruos y descargó dos poderosos tajos que gracias al aceite de espectro que con tanto esmero habían elaborado provocó un efecto distinto al que había tenido el primer encuentro, ya que en vez de atravesar a la espectro como si de niebla se tratára la plata se hundió en la piel podrida de esta rajando su grísacea textura y provocando que ésta gimiera con un sonido de ultratumba.
Motivo: Inis
Tirada: 1d20
Resultado: 7
7 Dannara 19 heridas.
Tirad inis los demás y vemos quién actua primero!
Tras el fulgurante ataque, la criatura mutó a su forma real. Aquella criatura era pavorosa con sus enjutos brazos fantasmagóricos y su rostro desencajado con una mueca atroz. A pesar de eso, no debían desfallecer en su empeño. Si uno de los brujos se relajaba en sus acometidas, la Dama podía revolverse con furia...
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+2)=4
Voy a 4. Durante un asalto tengo CA 0.
Aldous no paraba de moverse, inquieto. Su cuerpo había reaccionado bien a la descarga de adrenalina y ahora debía mantener ese estado hasta que diesen muerte a tan horrible ser. Sabía que luego, durante un par de días, toda la musculatura le ardería como un infierno, pero no era momento para preocuparse de menudencias.
Motivo: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+1)=7
A 7 también
El gemido de dolor que escapó de la boca abierta de la monstruosa criatura hizo que Aldous sonriera de puro placer. Ya la tenían dónde querían, ahora sólo debían rematar la faena.
El brujo alzó la espada haciendo que la hoja brillase al recibir de lleno la luz del sol; no obstante, al descargar el tajo, tal era la velocidad que le imprimió al golpe, que el filo descendió fuera de control y pasó muy lejos de su objetivo.
En apenas unos instantes, Aldous recuperó la posición y volvió a efectuar un golpe ascendente que sí que pudo besar la asquerosa piel de su víctima.
Motivo: Ataque 1
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+1)=6
Motivo: Ataque 2
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+1)=18
Motivo: Daño 2
Tirada: 1d8
Resultado: 2(+1)=3
La muchacha y yo empatamos en iniciativa, pero a priori, iría yo antes ya que mi bono es mayor.
De no ser así, que tire ella y se aplica el resultado antes.
Supongo que el primero no pega.
3 pupas más.
La dama del mediodía emitía unos terribles gritos de agonía que debían escucharse hasta en Percha de Cuervo, visible desde el lugar, cada vez que las embedurnadas hojas de plata de los brujos descargaban sus tajos contra la podrida piel de la espectro.
En cuánto esta pudo reaccionar trató de golpear a Aldous sin éxito con sus afiladas garras.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 2
Vais de nuevo.
7 Aldous
7 Dannara 22 heridas
4 Janos
Aldous se debatía contra aquella criatura infernal. Su maestro había empleado una poderosa runa para combatir contra aquel ser fatal y descarnado. El joven brujo, que contemplaba la escena concentrado, no podía permitir que todo el peso del combate cayera sobre su amigo y preceptor. De esta forma, al son de un excitado grito de guerra como si se tratara de un bárbaro desbocado, se abalanzó sobre aquel espectro terrible lanzando un espadazo que fue esquivado por Dannara con total simplicidad.
La estrategia había fallado... ¡¿Cómo podía haber marrado un ataque que a priori resultaba tan sencillo?!
Lo que estaba claro, es que ahora, el bueno de Janos se hallaba en una terrible disposición de combate a merced de aquella criatura devoradora de la esencia vital de los vivos. - ¡¡Maestro, por detrás!!- gritó con cierto desespero, confiando en que Aldous estaría mucho más certero que él.
Motivo: Cargando
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+5)=8
Fallo carga. Ya no tengo el Quen. Además penalizo 4 a la CA
El grito de Janos le llegó en mitad del fragor del combate.
Aldous, que sentía su musculatura arder por las contracciones que experimentaba, dio una ágil zancada y se colocó en disposición de ganarle la espalda a tan repugnante ser.
Con fuego en la mirada, el brujo descargó sendos golpes con la espada.
- ¡Muere de una vez, mala puta!
Motivo: Pum 1
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+3)=6
Motivo: Pum 2
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+3)=16
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 7(+1)=8
Me coloco a su espalda, la bicha pierde el bono de destreza a la CA.
Supongo que sólo pega el segundo: 8 pupas.
El ataque de Janos erró en su objetivo, Dannara no era un objetivo fácil y lo demostraba con creces. Aldous en cambio, quién poseía largos años de experiencia en el oficio, logró acertar de nuevo con su hoja embedurnada a la dama del mediodía que volvió a rugir de dolor al tiempo que un flujo de sangre negruzca supuraba por varias zonas de la piel podrida de la maldita.
Esta le devolvió el golpe con sus afiladas largas que hundió de nuevo en el pecho de Aldous, justo en el lugar dónde lo hiciera la primera vez, buscando causar dolor en la herida del viejo que aún no había cicatrizado provocandole un gran dolor. La larga y antinatural lengua de la mujer maldita salió a toda velocidad de su mandíbula rozando la piel de la mejilla del viejo brujo que trataba de zafarse de su atacante.
Motivo: ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Motivo: Daño
Tirada: 2d6
Resultado: 6
Dannara ya tiene 20 heridas
Aldous recibe 6 heridas.
Aldous dejó escapar un grito de dolor cuando la gélida garra le atravesó la carne del pecho, reabriendo la herida que aún no había cicatrizado del todo.
El brujo recuperó la posición de combate y soltó una estocada hacia adelante con todo el ímpetu que pudo reunir.
El segundo golpe, sin embargo, lo inició desde una posición baja y, al subir, el dolor que sentía en el torso hizo errar el ataque.
- ¡Maldita seas! ¡Sal ya de estas tierras!
El combate estaba resultando agónico. Aún con la poderosa señal que Aldous estaba utilizando y los ungüentos de las hojas, les estaba costando más de lo que pensaba acabar con esta amenaza.
Motivo: Ataque 1
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+1)=17
Motivo: Ataque 2
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+1)=2
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 5(+1)=6
Si me ha pegado a mí, ya no la tengo girada (Janos puede atacar por la espalda)
Esto... a mí, los cálculos me salen que tiene 30 heridas, no 20. ¿No regenerará, verdad?
6 más.
Me quedan 2 asaltos más con la aceleración.
Justo después del terrible ataque de la dama del mediodía sobre Aldous, el viejo reaccionó con un potente espadazo dirigido al cuello de la mujer maldita cuya cabeza cayó rodando. Dominado por la señal de brujo, el viejo ni se había dado cuenta de lo que acababa de hacer ya que intentó golpear de nuevo a la dama del mediodía que se elevaba un metro del suelo errando en el nuevo intento.
Tras haber perdido la cabeza, brutalmente cortada, el torso de la espectro empezó a expulsar sangre negruzca como si de un geiser se tratará impregnando a ambos brujos de aquella sustancia podrida.
El cuerpo de la mujer maldita se desvaneció con un grito agónico y terrible que debió resonar a kilómetros a la redonda, al tiempo que una nube de polvo, jirones y sangre se esparcía por la zona.
Y de pronto... el silencio. Dannara había sido vencida.
Fin del combate.