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Crónica de la Vara: el Comienzo.

Ponzoña

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01/01/2014, 18:09
Director

El viaje es largo. La compañía y el ahora buen rollo os lo hace más ameno, pero al fin y al cabo hay más de dos semanas de viaje, que se llegan a alargar hasta casi un mes hasta que conseguís parar efectivamente.

Por el camino vais charlando animosamente, pero poco a poco, a medida que entráis en Cormyr y avanzáis por este reino, las risas se van apagando, y sobretodo es Dhalia la que más se ensombrece, pues todas las señales son malas. Cormyr no parece estar pasando un buen momento, y eso se puede ver a cada paso.

El primer signo que os desalienta es el paso por el Castillo de Crag. La primera fortaleza que veis en semanas de viaje, donde piensas que podréis descansar y así recuperar el aliento, pero la guerrera ya os lo avisa. Allí solo hay guerreros y magos de batalla, vigilantes siempre de los enemigos de la Regente de Acero.

Así pues el camino continúa. Dhalia habla alegre de Tilverton, la enorme ciudad a la que os conduce, pero observas de reojo, y en las horas de intimidad, que Hamah tiene cierto aire preocupado. De desconfianza, pero esta vez no parece que sea para con Dhalia. Un día la mujer parece desconcertada cuando cabalgáis. Mira a un lado y a otro, buscando algo que claramente no véis. Tan solo llanura, y una especie de cráter al fondo. Hamah suspira. Un jinete se acerca desde la lejanía. Lleva una armadura completa y una capa de color púrpura con un enorme dragón bordado. Os informa de que la ciudad de Tilverton fue devastada por la sombra y solo queda en ella corrupción, que debéis continuar vuestro camino.

Dhalia no tiene palabras para expresarse. Cuando os alejáis, las lágrimas corren por sus ojos, en silencio. Hamah la mira y en esa mirada ves que ya sabía algo. Dos días después os acercáis a un gran río. Desde lejos se ve un embarcadero y, al otro lado, una bella ciudad. No muy grande, pero de gran arquitectura.

- He aquí Thunderstone... Espero que esta ciudad haya salido más favorecida que las demás... - A pesar de que ha recuperado algo el ánimo, su voz suena triste, llena de congoja. Y así, os acercáis al embarcadero.

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07/01/2014, 14:23
Zeleste

Al entrar en Cormyr y dejar el enorme desierto de Anaurok a las espaldas, los ánimos de los tres compañeros parecieron elevarse un poco. Aunque según iban pasando los días, Dhalia parecía más animada, pero Hamah empezó a mostrarse preocupado.

Al principio, Zeleste le preguntó pero el muchacho rehuía sus preguntas, intentando desviar el tema y no explicarle lo que le preocupaba. Finalmente les explicó que tenía un mal presentimiento. Les habló de los rumores que había oído en su pueblo y de que creía que Tilverton había desaparecido. La joven sintió un nudo en el estómago y miró a Dhalia, ésta cambió la expresión, pero no quería dar crédito a lo que el muchacho contaba. No podía ser, ¿cómo iba a haber desaparecido una ciudad entera...?

Pasaron unos días hasta que vieron a un jinete que se acercaba. Zeleste miró de soslayo a Hamah y su expresión le removió el estómago. Dhalia apretó con fuerza los dientes... ¿Sería verdad lo que el joven les había dicho?

No tardaron en descubrir que así era. El jinete les avisó que no continuaran por allí, ya que efectivamente, Tilverton había sido devastada por la sombra y sólo quedaba corrupción. Zeleste apretó con fuerza la vara que siempre llevaba consigo. La esencia que contenía ya le había advertido de que algo maligno estaba ocurriendo... Pero... ¿Toda una ciudad...? Sintió que sus pupilas se inundaban de lágrimas y pestañeó con fuerza para evitar que estas se derramaran por su rostro. Observó en silencio como Dhalia lloraba... Le hubiera gustado poder acercarse a la guerrera y abrazarla, darle el apoyo que necesitaba, pero sabía que ella deseaba estar sola... Cuando se detuvieron por la noche lo hizo... - Descubriremos qué está pasando... - Le prometió mirándola a los ojos.

Pasaron un par de días más hasta que vieron a lo lejos una ciudad. Detuvieron sus monturas y se quedaron contemplando el reflejo del sol en el agua cristalina. Zeleste recorrió con la mirada los edificios y una sonrisa se formó en sus labios. Hacía muchos años que no visitaba una ciudad...

Miró a Dhalia y a Hamah y asintió con la cabeza. - Sí, esperemos que esté mejor... - Confirmó y juntos empezaron a acercarse al embarcadero.

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11/01/2014, 17:52
Director

Cuando llegáis al embarcadero, las primeras señales son claramente favorables. Hay bastante movimiento por la zona. Las pocas casas que ocupan esta parte del río están todas ocupadas y llenas de vida. En el embarcadero hay una larga cola donde se cogen los barcos para cruzar al otro lado.

Podéis ver un pequeño puesto formado en la ventana de uno de los edificios, donde parece que se vende el pase al barco. Allí ahora mismo parece haber una discusión entre el tendero y unos niños, aunque desde esta distancia no conseguís verlo bien.

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12/01/2014, 12:29
Zeleste

- ¿Qué está ocurriendo...? - Se preguntó la joven, al ver a lo lejos a unos niños discutiendo con el hombre que vendía los pasajes de barco. 

Pero en el fondo no creía que fuera algo importante. Se volvió hacia sus compañeros y una suave sonrisa se formó en sus labios. La ciudad parecía llena de vida y eso, tras haberse enterado de lo de Tilverton, era como un soplo de aire fresco...

- ¿Cómo estáis de dinero...? - Les preguntó a sus compañeros, antes de llegar al muelle, donde estaba toda la gente. Sus mejillas se habían sonrojado y una mueca se había formado en sus suaves labios. 

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12/01/2014, 17:13
Dhalia

Hamah mira hacia el lugar de la discusión y alza una ceja, pero luego su atención vuelve a ti, con una suave sonrisa. Sabe que la situación todavía es un poco tensa por los ánimos de Dhalia, así que intenta no pasarse.

La chica saca una pequeña bolsa y de ella asoman unas monedas.

- Esto lo recogí de lo que quedó de las caravanas. Debería bastarnos para pasar un par de días en la ciudad, pero poco más. No creo que el pasaje cueste mucho, viendo esta cola. Igualmente hay que cruzar el río para continuar hasta nuestro destino. - En su voz todavía está cargada la tristeza de los días anteriores, pero intenta corresponder la sonrisa que los dos lucís.

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12/01/2014, 17:48
Zeleste

Zeleste vio las monedas que Dhalia le mostraba y asintió con un suave movimiento de cabeza.

- Sí, al menos podremos estar unos pocos días sin preocupaciones. Pero tendremos que mirar de dónde sacar dinero... - Durante unos segundos se quedó pensativa, con la mano posada con suavidad en el cuello del camello. Tras ese pequeño espacio de tiempo, suspiró y volvió a mirar a sus compañeros.

- Supongo que más adelante tendremos que vender algún camello - . Propuso y torció los labios en una mueca. No le gustaba la idea, pero deberían hacer algo para poder seguir adelante... Mientras hablaba, había azuzado al animal para volver a ponerse en camino y acercarse al puesto donde vendían los tiquets para el barco. Cuando estuvo cerca, bajó del camello y terminó de acercarse, observando con curiosidad a los niños que continuaban discutiendo con el vendedor.

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13/01/2014, 10:22
Billy y Tilly

- Eso había pensado yo... - Contesta la guerrera.

Cuando te acercas a la escena, te das cuenta de que no eran niños. Hamah ríe divertido tras bajar del camello. Dhalia, todavía montada en su caballo, alza la ceja, escéptica.

- ¿Pero en serio nos va a cobrar igual que a esos grandullones? Venga ya, pero si ocupamos la mitad. - Un hombrecillo vestido con ropas coloridas sermonea al tendero, mientras con un movimiento del brazo abarca a otros dos seres de igual tamaño. Uno de ellos es exactamente igual al primero. Constitución fina, rasgos agudos y pelo rizado y claro. El tercer individuo es algo más grueso, con ropas oscuras y pelo moreno. - Deberíamos pagar pasaje y medio.

El segundo de los medianos habla también, con voz cantarina como la de su semejante. - Eso, eso. Usted se quiere hacer rico a nuestra cosa. ¿Pero ha visto al gordo de la cola? Ese ocupa cuatro como yo, y seguro que le ha cobrado lo mismo.

Un hombre se gira desde el grupo que espera al barco, supuestamente aludido por el comentario.
 

Notas de juego

1d3

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13/01/2014, 10:32
Tendero

El hombre que hay tras la barra se lleva una mano a la frente, sacudiendo la cabeza, claramente agotado por la discusión.

- Las normas son las normas. La tarifa está marcada por el gobernador, no la pongo yo... Y está bastante clara. Un pasajero, un billete... Todos los medianos que han pasado por aquí, han pagado sin rechistar. ¿De verdad queréis seguir con esta discusión? Si tenéis algún problema siempre os podéis quejar en el fuero...

El tendero se sienta y coloca en la cabeza entre las manos con gesto cansado.

- Pero decidid ya si vais a pagar o no.
 

Notas de juego

2d3

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13/01/2014, 10:37
Padut

El tercero de los medianos, que había permanecido en silencio hasta entonces, suelta un bufido cuando ve que los otros dos van a volver a replicar al vendedor.

- Maldita la fortuna que me hizo decidir acompañar a dos piesligeros. De verdad, ¿podéis hacer el favor de pagarle ya al pobre hombre? - Se acercó al puesto y dejó un par de monedas pequeñas en la tabla de madera que hacía de mesa. - Tome, ya los pago yo, que me veo a estos teniéndome aquí todo el día.

Los medianos sonríen y chocan las palmas.

- Y ahora apartaos, ¿no veis que hay gente esperando? - Dice, señalandoos.

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13/01/2014, 11:53
Zeleste

Al llegar al pequeño puesto donde vendían los billetes, tuvieron que esperar a que unos medianos terminaran de gestionar su compra. 

Zeleste les escuchaba, observándoles en silencio. Dirigió sus ojos violáceos hacia el muelle, donde un hombre orondo se había vuelto para mirar también a los medianos. Oh, vaya... Tendrán jeta... Los labios de la joven se habían torcido en una mueca e iba a decirles algo, cuando el tercero de los medianos, el que parecía más serio, decidió pagar el billete de los tres y terminar con todo aquello. 

Miró a éste último mediano y le sonrió, asintiendo con la cabeza a modo de agradecimiento. Cuando se apartaron, miró a Dhalia para que fuera ella quién comprara los billetes, ya que era la que tenía dinero. Mientras la guerrera hablaba, dirigió su mirada hacia la gente que aguardaba para subir al barco, intentando estudiar su comportamiento... Algo está pasando en Cormyr, ¿la gente lo sentirá...?

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13/01/2014, 18:56
Director

La gente parecía completamente absorta en su mundo. Si algo pasaba, claramente las preocupaciones y problemas personales de cada uno eran más importantes. Ni con el fin del mundo, el campesino de a pie dejaría de preocuparse por que sus cosechas pasaran del invierno.

La cola poco a poco se va acortando y a ella se unen los tres medianos. Dhalia se baja finalmente del caballo y se dirige hasta el tendero, que la saluda amigablemente a pesar de la discusión con los anteriores "clientes".

- Los animales cuentan como un pasajero extra, si quiere cruzar con ellos. - Informa el hombre. Pero no llegas a oír el resto porque dos voces estridentes suenan a tu espalda.

Notas de juego

1d2

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13/01/2014, 19:08
Billy y Tilly

- ¿Pero tú has visto el animalaco éste? ¡Si me saca cuatro pies y tres cabeza! - Comenta una de las voces, que reconoces como la del mediano. - Y dice el tipo que estos cuestan un solo pasaje. Que cachondo el hombre. - Suena otra voz parecido.

- ¿Es tuyo el bicho? Es grandote. - En ese momento te das cuenta de que se están dirigiendo a ti. Es más, no sabes cómo pero están justo a tu lado. - Eres una chica muy guapa, ¿sabes? No hay medianas tan guapas, ¿sabes? - Es confuso hablar con los dos a la vez, tanto por su parecido físico como porque se atropellan el uno al otro continuamente al hablar. - ¿Eres de aquí cerca? ¿Dónde vas? Por cierto, que descortés por nuestra parte. Yo soy Billy, él es Tilly. - Como los dos se han señalado a la vez no te queda claro quién es quién. - Aquél soso de allí es Padut. Él no es un piesligeros, pero es majo... cuando quiere.

El tercer hombrecillo sacude la cabeza.

- "¿Queréis dejarla a la pobre chica en paz?"

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13/01/2014, 22:49
Zeleste

Al escuchar las voces agudas a su espalda, Zeleste se dio la vuelta con los ojos como platos. Efectivamente, allí estaban los dos medianos que se quejaban por tener que pagar el billete entero. 

Les sonrió, aunque empezaron a aturrullarle con tanta pregunta seguida. - ¡Oh...! Vale... Vale... Los dos a la vez no... Mi nombre es Zeleste y voy a Thunderstone... - En ese momento, Simba se restregó sus piernas, queriendo llamar su atención. Zeleste bajó la mirada y enarcó ligeramente una ceja. - Simba... No seas maleducado, ¿no ves que estoy hablando con estos caballeros...? - No era la primera vez que tenía que tratar con medianos. En la posada, donde había estado media vida, alguna vez había venido alguno y, por lo que había vivido, sabía que no solían tener maldad...

Simba maulló y se sentó en el suelo, de espaldas a la joven.

Zeleste volvió sus ojos violáceos hacia el tercer mediano, al que habían presentado como Padut y le sonrió con dulzura. - No te preocupes... Ellos solo eran educados, ¿verdad...? - Preguntó dirigiendo entonces la mirada hacia Billy y Tilly y guiñándoles un ojo.

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13/01/2014, 23:02
Padut

Los medianos asienten entusiasmados a tu comentario, pero Padut niega con la cabeza, acercándose. - Mira, jovencita. No se a qué otros medianos has conocido, pero yo que tu me mantenía alejados de éstos dos.

Pasa la mano por la espalda de Billy, o Tilly, no lo tenías muy claro, y saca un precioso estuche con un sello. Te resultaba familiar. El mediano lo extiende hacia ti.

- Creo que esto es tuyo. - Efectivamente, era tu estuche de pergaminos. Los otros dos te miran rascándose la cabeza. "Lo hemos encontrado en el suelo..."

- Lo dicho, ten cuidado si vas a la ciudad. - Se despide llevándose a los otros dos agarrados por los brazos.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 15(+2)=17

Tirada oculta

Motivo: Juego de Manos

Tirada: 1d20

Dificultad: 17+

Resultado: 19(+11)=30 (Exito)

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15/01/2014, 17:07
Zeleste

El rostro de Zeleste se sonrojó al ver su estuche de pergaminos en manos de Padut. Ni si quiera se había dado cuenta de los ágiles dedos de los medianos... ¿De verdad se habían acercado tanto...? 

Recuperó el pergamino - ¡Oh...! Gracias... - Susurró avergonzada y lo guardó de nuevo en su sitio. Durante unos segundos se quedó parada, observando como los tres medianos se alejaban. Levantó la mano, a modo de despedida y suspiró, volviéndose a mirar a Hamah.

- Espero que no nos los encontremos en la ciudad. Vamos a tener que ir con mil ojos... - Le comentó y una sonrisa risueña brotó de sus labios. 

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16/01/2014, 13:10
Director

Hamah te devuelve la sonrisa, e incluso suelta una pequeña carcajada.

- A mi me parecen graciosos. - Dice mientras se alejan. En ese momento vuelve Dhalia, con el caballo cogido de las riendas. "Quizás por que son unos ladronzuelos como tú" Comenta la guerrera con una sonrisa. El chico la mira con odio y suelta una especie de gruñido, pero luego gira la cara para otro lado, como restándole importancia.

- Bueno, pues ya tengo los billetes. - Dhalia se encamina con vosotros hacia la cola, pero se mantiene a cierta distancia de los medianos. - La verdad es que, incluyendo a las monturas, el precio ha sido bastante bajo. Al fin podremos disfrutar del descanso de una ciudad. Lo echaba de menos.

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16/01/2014, 18:33
Zeleste

Zeleste arrugó ligeramente el ceño cuando Dhalia se metió con Hamah. Sabía que lo hacía en broma, pero, para su opinión, ésta no había sido muy acertada. Vio la expresión de odio que se formó en el rostro del muchacho y suspiró. Espero que no vuelvan a discutir... 

Se acercó a Hamah y rozó con sus dedos la mano del muchacho. - A mi también me han parecido graciosos... - Le dijo y cuando él la miró ella le sonrió con dulzura. 

Caminaron hasta ponerse en la cola. Zeleste se volvió para mirar a la guerrera y asintió con la cabeza. En el fondo se sentía nerviosa, hacía muchos años que no visitaba una ciudad; desde que saliera de su hogar huyendo mientras su madre se quedaba para protegerla...  Aquel recuerdo empañó por un momento su mirada, pero enseguida pestañeó, intentando enterrar de nuevo aquellos recuerdos que la entristecían. 

- Yo tengo ganas de dormir en una cama de verdad... - Comentó y mirándoles torció los labios en una mueca...

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21/01/2014, 20:37
Director

Al fin llega vuestro turno y subís a una pequeña barca que ocupáis completamente entre los tres y las monturas. Si hay movimiento a éste lado del río lo de la otra orilla es indescriptible. Más de una docena de barcas navegan por las aguas, atracando en el puerto o partiendo río abajo.

En vuestra travesía os encontráis con botes de pescadores, los niños se arremolinan en los muelles y en las pequeñas playas de tierra, viendo a los pescadores o a los aventureros recién llegados. A medida que os acercáis, el olor a pescado, junto al de otros olores más exóticos, empieza a rodearos.

Empiezas a ver el tipo de gente que se mueve por el puerto. Sus ropajes extraños, una combinación de las ropas orientales con la vestimenta clásica del oeste; su tez morena, sus ojos ligeramente afilados... a lo que hay que unir la variedad racial de Faerún.

Todo compone un mosaico sorprendente, al que te vas acercando lentamente, surcando las caudalosas aguas del Thunder.
 

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22/01/2014, 18:25
Zeleste

Había mucha gente y Zeleste sintió un retortijón en el estómago. Se acercó a Hamah y buscó su mano. Su calidez le daba seguridad...

La joven observaba a todas aquellas gentes. Las ropas que llevaban, la forma de hablar, de gesticular... Eran diferentes a lo que ella estaba acostumbrada. Debería conseguir otro tipo de ropa... Así llamaré demasiado la atención... Se dijo mientras sus ojos violáceos se detenían en una joven. Llevaba una falda larga y una camisa de algodón, sobre ésta un chaleco de color verde hoja. Le gustaba el conjunto que llevaba, y ahora, observando a toda aquella gente, ella se sintió medio desnuda con las ropas que le habían dado en el campamento. 

Fue ella quién las eligió. Le gustaron y pensó que eran cómodas. Pero era ahora cuando se daba cuenta de que resaltaban demasiado y que no podía ir vestida de aquella manera por la ciudad... 

- Debería conseguir otro tipo de ropa... - Dijo, expresando sus pensamientos en voz alta. Simba se encontraba a sus pies, frotándose suavemente con sus piernas y ronroneando quedamente. 

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23/01/2014, 08:35
Dhalia

- ¿Por qué? Estás muy guapa con éstas... - La frase surgió repentinamente de la boca de Hamah, seguramente sin pensarlo. Al momento los colores se le subieron y Dhalia no pudo evitar soltar una risilla, pero para evitar posibles discusiones fue ella la que apartó la atención.

- Está complicado, Zeleste. El dinero nos llega justos hasta que lleguemos a nuestro destino y si se puede evitar un gasto, mejor. A no ser que quieras que la cojamos "sin permiso". - En ese momento no pudo evitar lanzar una mirada de reojo al chico, pero por suerte éste no llego a verlo. - Pero tranquila, te quedan bien y aquí nadie se fijará. Viene gente de muchos lugares a esta zona, aunque sea de paso.