Partida Rol por web

La noche de ayer fue dura.

Cómo siempre, la noche de fin de año es tanto por los humanos cómo para los Vástagos una noche de fiesta y celebración, dónde la gula, la lujuria y la diversión son grandes momentos de lo más normales a cada fiesta de la ciudad.

Pero no para todos los Vástagos ésta vez ha significado lo mismo. En los Elíseos de todas las ciudades del mundo gobernadas por la Camarilla, al igual que entre las manadas del Sabbat y clanes independientes, la celebración ha sido menos intensa que otros años. Sólo los neonatos, los novatos y algun que otro ancillae lo han vivido cómo lo llevan haciendo desde que la no-vida inunda sus cuerpos, mientras que para los más antiguos ha sido una noche más de trabajo y oscuras negociaciones a la sombra.

No sabeis porqué, pero unos pocos lo habeis notado, entre ellos vosotros. Quizá por el tiempo que llevais con ésta realidad, porqué empezais a conocer mucho más las tradiciones y costumbres de vuestros clanes, quizá por casualidad,... ¿quien sabe?, pero la cuestion es que lo notasteis, aunque cómo siempre, éstas cosas no os atañen a vosotros, y habeis seguido la fiesta cómo habias hecho años atrás, sin preocupaciones, pero con una duda y a la vez temor. ¿Será éste el último año que podré celebrarlo? ¿Realmente, tendría que estar preocupado?.

Quien sabe. Pero la realidad actual es que seguisteis bebiendo del ganado ya totalmente alcoholizado, disfrutando de la noche cómo si fuera la primera en que vivisteis vuestra condena.

SABADO 1 DE ENERO. Luna Nueva (21:30 horas)

Trás oír unos golpes en la puerta de tu habitación empiezas a abrir los ojos.

A tu alrededor, empiezas a vislumbrar los detalles goticos de tu habitación, el cuadro tríptico de la Divina Comédia de Botichelli que tanto te costó de conseguir tras el robo que hace 6 años padeció el Louvre,  colgado enfrente de tu cama de hierro forjado negro con altos barrotes que dejan caer una fina tela de un negro translucido.

Tras terminar de despertarte, empiezas a notar una cierta migraña que te desconcierta ligeramente, y un poco de hambre más alta de lo normal a esas horas.

-A noche creo que me pase -pensabas dentro de ti-.

Tras encender la luz y ponerte un ligero alvornoz de pluma encima de tu camisón de seda negra, y sentarte en la cama debajo del gran cruzifijo de plata que tienes colgado en la pared das paso al "místerioso" perturvador de tu ligero sueño.

Cuándo, con suavidad se abrió la puerta y viste el zapato negro ya sabies que era Carlos, tu joven gohul de 23 años, castaño con ojos azules y suave tez, a la par que educado y servicial. En sus manos, llevaba un suave cojín blanco con tu telefono móbil encima.

Perdone por despertarla señorita Shiavone -dijo mientras se abrian los persianas de seguridad de todas las ventanas del primer piso de tu Mansón- le acaba de llamar el señor Cónrad, que la vendrá a ver sobre las 2 de la madrugada en el local. Me ha dicho que era importante.

No sabías porque Cónrad Darnius i Oliver, tu característico Mentor necesitaba hablar contigo.

Ayer estubiste con él antes de irte a trabajar a la discoteca y no te dijo nada.

La curiosidad empezaba a roerte por tus venas secas de vitae coagulada mientras veías cómo, con mirada picarona a Carlos fisgoneando el prominente escote que dejaba ver tu corto camisón y que, por las prisas, no habías tenido tiempo para ocultar con tu aún desabrochado albornoz.

Trás ver en tus azules ojos que le habías pillado infraganti, y tras apartarte tu larga melena de la cara, Carlos dejó tu telefono encima de tu mesilla y se fue, no sín antes decirte que en salón estaba Javier, un joven asiduo a tu discoteca del cuál te alimentabas a menudo bajo su consentimiento. Pero no temías en mostrarle tu existencia, él tenía más cosas que tu a ocultar.

Pensé que ayer tuvo una noche agetreada y que necesitaria recuperarse antes de cumplir con todos sus compromisos -dijo mientras cerraba la puerta-.

Entiendo, hoy tendré un amanecer movidito. Nunca me acostumbrare a tener más compromisos que en mi vida mortal. Mientras seguía pensando en que

Consistiría la charla con mi mentor, me metí en el cuarto vestidor. Como tenia que seguir sorprendiendo a Cónrad, dedique más tiempo en combinar, un vestido insinuó so con unos zapatos de tacón a juego. Ese señor siempre mira de más. Las joyas no se podían repetir de la noche anterior, así que introduje la combinación de la caja fuerte

Y elegí una de mis colecciones de diamantes. Solo falto mi maquillaje pero el hambre podía más.

Salí de la estancia y baje esos escalones de impresión que tan pocos habían disfrutado. Cuando me estaba aproximando al salon donde Michael me dejaba mi ganado,

Escuche murmuras de alguien hablando por teléfono. Sabia que era Javier pero no entendía lo que decía. Estos mortales no pueden estar calladitos, siempre tienen que estropear el buen momento.

Entre, en el salon. Sabía que siempre sobresaltaba mi presencia a ese trozo de carne. Estaba sentado en una silla de la mesa espectacular que ocupaba el centro del salón. Pase por el lado de sillas vacías. Coloque dos de ellas en posición, parecía como si se hubiera sentado Javier y no le hubiesen sido de gusto. Me mire en el inmenso espejo horizontal que ocupaba casi toda la pared.

Tenía la cara muy pálida y sin maquillar tenia esa juventud en la piel que me alegraba los momentos. Me gusta que estés nervioso. Vi como paro el Mobil de golpe y me saludo besándome la mano.  Empezó a contarme tonterías de su vida y me limite a seguirle la corriente durante cinco minutos hasta que se dejo morder. Sentí como su sangre fresca recorría mi cuerpo. Aun que, me quedaban ganas de seguir, tuve que frenar el almuerzo. Tenia que conservar mi rebaño.  Me despedí del muchacho, que estaba algo aturullado mientras Michael ya entraba a la sala para acompañar a Javier fuera de la residencia. No sin antes decirle a Michael que al entrar teníamos que hablar. 

Fui hasta mis estancias a acabar de maquillarme, de esta manera ya acabar de estar lista para salir. Me estaba perfilando los labios, cuando entro Michael con cara de interés. Se quedo a mi lado bien derecho, para atender mis deseos.

-Michael, como siempre tan detallista. Quiero que prestes atención. Desde mañana mismo, subscríbete a la prensa y tráemela cada mañana después de mi desayuno matutino. Quiero estar informada de lo que sucede por la ciudad y algunas inversiones. Después del típico si señora, me empolve la cara y las manos y brazos de color carne.

-Ayúdame a polvorearme aquí delante. Quiero que prepares el Porche, a la 1 i media quiero estar en el Mooving”s. Por cierto, tienes que tenerlos perros controlados, si ves alguna cosa rara en la casa alértame. No quiero sorpresas.

Me lleve el bolsito a juego con el vestido y un chaquetón también a juego. Mi revolver en el chaquetón. Mi móvil y maquillaje eran de lo poco que cabía dentro de ese pequeño bolsito.

Cuando Michael me aviso fui a la entrada y me subí al lado del conductor.  Tenia pensado ir mas tarde a el Mooving”s. Que querrá Cónrad…Me interesa saber que suele traer entre manos, pero se que le gusta ese local, como un trocito de Elíseo de la diversión… Pero que querrá…

-Señora, ya estamos llegando. Parece que hoy hay mucho turista por la playa. Seguro estará llena la Mooving”s.

-No te vayas a casa aun. Quédate en la zona de los vástagos y escuches si hay rumores mientras te tomas algo. Ándate con cuidado que siempre hay alguien con hambre de más.

Aparco en el parking privado. Al entrar a la Mooving”s  ya estaba esperando mi Golum esperándome para recibirme. Tan pelota como siempre.

-¿Alguna novedad Golum? La negación James Crakton con la cabeza me hizo pensar en lo seguro que se siente de si mismo. Entre y ordene cambiar algo el rollo musical que estaba siguiendo la noche. El ganado se lo estaba pasando de miedo. Pero decidí pasar a averiguar que quería mi mentor, así que me fui al despachito introducid la clave del día y baje por las escaleras anchas que accedían a la primera sala. Me dirigí a la barra y coloque en su sitio algunos taburetes y me pedí un vasito de sangre.

Aun asi no estava tranquila. Algo raro notava ese día. Mucha rápidez en querer hablar conmigo Cónrad y no estava segura de que todo fuera bien ese día.

Trás ver cómo las puertas del ascensor se cerraban detrás tuyo observaste la pista.

Era la sala grande, y veías alejada cómo Carlos Mischel, tu joven hombre de confianza empezaba a hablar con la camarera, una neonata toreador de poco más de 10 años de antiguedad, aún así su juventud y mirada picarona hacía que los vástagos tubieran la leve necesidad de ir a hablar con ella. Muchos simplemente por hablar con una bella mujer, otros para recuperar sus viejas técnicas de seducción con la ilusa posibilidad de recobrar sensaciones ya olvidadas de su vida mortal en un repentino momento de química y excitación. Pero ésta vez era tu gohul, tu propiedad quien estaba susurrandole debido al volumen de la última música electrónica del momento, y al verla reir con esa carcajada tan típica sentiste algo de celos en tu interior. Creo que tengo que revisar algunos contratos -pensaste-.

A parte de ésto, poco más. Por ahora la noche no era de las mejores, muchos ya llenaron ayer tu local pero aún así no desesperabas. La noche acavaba de empezar, y sabes que mucho cliente es bastante fijo. La no-vida permite darse esos lujos.

Después de subir por las escaleras que hay detrás de la mesa del dj, entraste a tu despacho. No era gran cosa, pero daba su función.

Trás sentarte en el suave sillón de cuero negro y revisar la agenda que Carlos te había dejado preparada después de hablar con unos cuantos DJ's y proveedores revisaste las 4 pantallas de televisión para ver si las cámaras mostraban alguna irregularidad extraña. Querías que todo estubiera ordenado y siguiera siempre unas reglas precisas. Sólo la simple idea de que algo saliera de lo normal te horrorizaba. Quizá por eso la zona VIP del Mooving''s gozaba del renombre que tenía.

Al cabo de poco rato de comprobar que todo estubiera en orden recibiste una llama del comunicador de tu "querido" Golum. Ha llegado el señor Darnius i Oliver, ¿le digo que pase?

A los 5 minutos veias como la puerta se abria, y Cónrad empezaba a entrar.

Cómo siempre, lo primero en aparecer fue ese bastón negro con puño de oro blanco que Cónrad siempre sostenía en su mano izquierda, más por look que por necesidad. A continuación, viste ya a tu amable mentor, de baja estatura y demasiado amplio de cintura, de escaso cabello de color gris totalmente planchado a la derecha, y ese traje que le caracterizaba tanto, cómo si fuera un antiguo galan salido de principios del s.XX

Aunque su imagen fuera algo cómica sabías que su influencia dentro del Consejo de Barcelona era algo digno de mención, y que un sólo paso en falso podría llevarte a la perdición.

-¿Qué le trae aquí ésta noche Cónrad? le dijiste mientras de reojo observabas un principio de altercado con unos borrachos que rápidamente soluciono James.

-Tú siempre tan directa Condesa -dijo Cónrad con su característico sarcasmo-. Ésta noche se le vé más radiante que de costumbre,... si es que eso es posible empezó a decirte no sin después darte un gentíl beso en tu mano.

Pues bien, vayamos al grano. Ayer cuándo se fue estube un rato hablando con el Príncipe Montoya, y después de algún tiempo debatiendo accedió gratamente a recibirla en adiencia. Creo que ésta es una gran oportnidad para tí. Todo vástago necesita ser reconocido por su Príncipe para ser reconocido por el mundo, y creo que tu reunión con él ya se a demorado mucho.

Quedé con él ésta noche a las 5 de la madrugada, delante del Mausoleo Familiar dónde estan enterrada su mujer y sus tres hijas en el Cementerio de Monjuic. Se que es un lugar extraño, pero es dónde acostumbra a reunirse por primera vez con los jovenes vástagos.

Sabías lo que para Cónrad significaba "gratamente" y no entendías porque justo ahora había llegado el momento más esperado para cualquier vástago. Seguramente a Cónrad le había costado lo suyo conseguir esa audiencia pero, ¿por qué tanto interés?

Y bien Condesa -dijo Cónrad quitandose su peculiar monoculo y metiendolo en el bolsillo de la americana- ¿qué me dice?

- Interesante, muy interesante. Mientras tanto hojeaba la agenda leyendo por encima los nombres de los posibles DJ's y proveedores para el local. Alguna camarera nueva también tengo que buscar… Mi Michael… Mire fijamente los ojos vivarachotes del señor Darnius i Oliver. –No cabe duda que ¡no podré llegar tarde!

No me gustaba para nada esa situación. Sabía que ese no era un lugar normal. Y menos para ir a tener una charla normal. Aunque visto lo visto no era una charla cualquiera.

-   En fin, veo que esta cita debe haber sido peliaguda de conseguir. Fruncí la frente y dije: Pero déjeme decirle querido Consejero, a que se debe tanto interés de un momento a otro y mejor aún a que se debe tanta prisa. Y mientras sonreía y me acercaba salerosamente a Darnius. A las 5 de esta noche… ¿Y si hubiese tenido algo mejor que hacer? Me senté en el borde de la mesa, crucé las piernas. Se veían suaves y gustosas. Mientras le arreglaba la corbata desabrochada por las prisas de él, puse una mirada picarona y con voz más flojita le pregunte: ¿Tiene algún consejo para mí? No quisiera estropear aquello que con tanto trabajo consiguió. Además, no quiero dejarlo en evidencia.

Mientras observabas a Cónrad, empiezas a ver cómo a su alrededor empieza a aparecer una ténue aura que alterna el verde claro con el bermellón. Deduces que ésta feliz por la situación, pero a parte un poco desconfiado. 

Empiezas a ver alguna que otra veta de color negro en su aura, muy débil, pero delatandole aún su último Amaranto. Aún así, todo se termina diluiendo cuando un sutil color plateado termina invadiendola toda. Éstaba triste, pero ¿por que?

De golpe, Cónrad te dió un leve peñizco en la mejilla. No sólo admiraba tu juventud, sino esas trazas de color tan característico de la vida que aún conservabas.

Le dejo terminar de mirar todos sus asuntos Condesa, un local de tal calibre necesita siempre de alguien que lo mantenga al dia y no quiero interrumpir tan grata labor.

Mientras termina, voy a la sala a tomar algo. Aún quedan unas cuantas horas para la cita y no quiero hacerle perder más tiempo. Cuándo esté lista baje a buscarme, cómo ya sabe la conducción para mi terminó el dia en que aparecieron los nuevos carromatos a motor y no iria mal que Michael nos llevara a la cita.

Una vez dicho ésto te besó de nuevo la mano, te guiñó un ojo de forma picarona y se fue para la sala.

No terminabas de entender mucho qué pasaba, pero ésto no era extraño, te pasaba siempre que le veías.

Sólo una duda recorria tu interior: ¿Me habrá detectado el Auspex y se ha molestado?

-Hasta pronto, no tardare mucho en salir. Tengo muy poco tiempo para terminar mis asuntos. Michael, Golum ; Michael, Golum venid al despacho a lo pronto. Mire por las cámaras de seguridad, la noche estaba tranquila y la gente esta invirtiendo el tiempo en la mooving”s.

-        ¿Que desea Señora?. Notaba su nerviosismo. Sabia que no les agrada estar juntos, pero era el “castigo” para Michael. Tanto misterio con Cónrad me hará explotar las neuronas. Esta cita es tan importante... ¿Pero que esconde?¿Porque de golpe tanta tristeza? ¿Se tiene que despedir de mi o qué?

-        Michael, cuando salga quiero que el coche este en la entrada de la discoteca. Espero que estés atento y que atiendas correctamente a Cónrad ya que nos acompañara hasta mi cita de las 5. Tendremos que ir al cementerio de Montjuic. Y buscaras una nueva camarera. Sabes perfectamente que eres mio... Que sea la última vez que te veo coqueteando con otra. 

-        Golum, mi querido golum... A partir de hoy la seguridad de la sala de vástagos tiene que ser mayor aún. No quiero ni principios de altercados que duren más de 5 segundos. Es pertinente que contrates a dos guardias de seguridad que controlen las salas del ganado. Tú exclusivamente tienes que centrarte en la parte de los vástagos. Tiene que estar mejor que el Eliseo. Si no es así, tendré que tomar medidas contigo.

Me levante y fui hasta la puerta. Antes de abrirla les recordé que todo tenía que estar y seguir perfeccionándose.

- Michael quiero que Lucius se presente en casa en media hora. Y lo más importante, que no lo vea Cónrad. Quiero llenarme antes de ir al cementerio, ¿entendido? Viendo la afirmación de Michael me dispuse a salir. Vi a lo lejos como esa camarera sin contrato intentaba ligotear con Cónrad... ¡Vaya payasa! Me acerque a él, le rodee con mi brazo la cintura y le susurre: (catalán) -Vamos tirando, ¡tenemos dos horas y veinte minutos para la destrucción! Cuando se levanto puse el taburete en su lugar y le comente a la camarera que se pasará por el despacho mañana.

Cuando fuimos hacia el coche, noté el interés que ponía Cónrad en una zona apartada de la sala del ganado. Algo le despertaría el apetito quizás. ¡Siempre está pensando en comer este hombre! Ya nos esperaba Michael delante la Mooving”s con la puerta de detrás del porche abierta. Me senté encima de ese sillón de piel. -Señor ¿le ayudo a acomodarse?  Le dijo Michael a Cónrad abriendo la puerta con una sonrisa afable. No creo que te sea fácil acomodarlo Michael. Nadie podría. Recuerda que Lucius no coincida con Cónrad.

-                     (catalán)Pasaremos primero por Villa Shiavone. Quiero cambiarme de ropa para la ocasión.

Llegamos a casa y me dispuse a ir a mi dormitorio. Michael, Michael, Michael, acompaña a Cónrad en una sala y procede a subirme a la habitación dos cargadores para mi pequeño revolver. Se ágil que es para hoy.  Cónrad se quedo en una sala, bebiendo cualquier cosa que le pidió a mi Michael. Me cambie el vestido por un traje negro con una blusa blanca a juego con unos zapatos de tacón grueso negros. Me hice un recogido y me volví a empolvar. Cada vez que me tocan salen imperfecciones en mi belleza. Golpearon la puerta y entro Michael con la noticia de que Lucius estaba en la cocina esperándome. –Ayúdame a acabar de polvorearme. Que lo haces muy bien cariño. Por cierto, quizás si sale bien la cita, tengas una sorpresa esta noche. Quizás alguna cosa que me alegre la no-vida. Ve a ver si Cónrad necesita algo. Y si habla contigo acuérdate de todo, quiero saber más cosas de Cónrad.

Cuando acabo de hacer Michael su trabajo, me dirigí hacia la cocina. No sin antes coger mi bolsito negro con el Mobil y dos cargadores para mi revolver que los introduje en el chaquetón junto a esté. Era una habitación muy amplia con muchos cachivaches en su mobiliario. Al final y detrás de una de las barras de cocina, estaba Lucius sentado. Era un hombre de 34 años, con poco futuro. Sus negocios con armamento ilegal le hacían estar en deuda conmigo por no decirlo a los cuatro vientos. Lucius era una persona segura de fachada, aunque muy poca cosa a la hora de la verdad. Los ojos hundidos, delataban sus antiguas aficiones a la cocaína. Entre y coloque dos cuadros con dibujos realistas del funcionamiento de las cocinas cuando aun estaba viva. ¿Se habían descentrado y nadie se había podido fijar?  Al final, Cónrad no me dio ningún consejo para caer en gracia al príncipe. Además, ¿que es esto de quedar delante de esas tumbas? ¿No había un lugar mejor para el encuentro? Todos los neonatos los inician igual. Pero yo no soy igual a ningún neonato. ¿Y si descubre mi secreto?, ¿Y si lo consigue… que pasaría?, ¡Solo faltaría que se presentara mi Sire allí! Me daría asco y mucha rabia. Contrólate… Contrólate…Me acerque a Lucius y le pregunte: ¿Cómo van estos negocios Lucius?, ¿todo sigue viento en popa? Mientras tanto ya le estaba acariciando el cuello con una mano. Pasando suavemente, me acerque más a él. Y susurrando le dije: tranquilo, todo va bien. Fui succionando al trozo de carne que se estaba quieto delante tanta lujuria. ¡yumi, yumi, tierno, jugoso, se come fácil! Notaba la saciedad pasarse. Michael, Michael, Michael tráele al chico algo dulce, y acompáñalo a la entrada lo antes posible. Luego ve a por el coche y espéranos.

Me dirigí a la sala donde Cónrad se había estado esperando. (Catalán)–Si es tan amable de acompañarme Consejero, iremos a la cita. Michael nos va a preparar el coche.

Cuando Cónrad se acerco al coche, Michael le dijo: Espero que todo haya sido de su gusto señor. Mientras cerraba la puerta y abría la mía, note como me repasaba de arriba abajo. Que se piensa Michael… si la cita no va bien…se la pasara mirando.

Entre en el porche y como Michael aun no había entrado en el coche ya que estaba entretenido abriendo las verjas de la villa pregunte: ¿Todo bien?

-Poca cosa Condesa, sólo que me es dificil acomodarme en éstos coches tan estrechos -te dijo mientras intentaba abrocharse el cinturón, más para evitar la posible multa que por seguridad. Al oír ésto disimulaste una pequeña sonrisa, era tan típico de él intentarse mostrar siempre seguro de si mismo. Además, era el único modelo 4 puertas de la firma.

Cuándo tu gohul termino de abrir la puerta entró al coche y se puso en marcha. Después de poner un poco de música y fijar la quinta en el cambio de marchas, se dispuso a empezar a hablar, preguntandole a Cónrad si le había incomodado en algún momento cuando estaban en casa. Trás mirarte de reojo por el retrovisor y fruncir un poco las cejas miro a Michael y empezó a hablar.

-No te preocupes. Has sido de los pocos humanos que ha abierto la boca sin ofenderme en mucho tiempo, quizá porqué entre tus venas hay sangre pura de Ventrue, pero... bueno, ya sabes lo que hablamos.

Esa frase te incomodó. Michael sabía algo que tu no sabías y ésto no te gustaba. No solía actuar así a menudo.

Aún así, no mediaste palabra, éstabas lo suficientemente nerviosa cómo para dejar para más tarde esos asuntos.

Por suerte, vivias cerca del cementerio de Monjuïc, a tan solo 15 minutos con la carretera despejada. Observabas por la ventana la tranquila noche que otorgaba ese lugar, esa tranquilidad que te gustaba tanto desde que llegaste a la ciudad desde Italia. Pero cuando empezaste a ver a la lejanía la verja y los altos cipreses que cubren el lugar Cónrad empezó a hablar.

-Antes no te respondí una cosa. No quería que te preocuparas más de la cuenta.

En éste momento quizá será la última vez que nos veamos. Ser tu mentor me costo mucho, ni el Elíseo ni el Círculo de la ciudad veían con buenos ojos que acojiera a una pária, y más cuando sabían que aún no he pedido al Príncipe ningún permiso para abrazar. Pero vi algo en ti, y por suerte no me arrepiento de éste tiempo que te he tenido cómo aprendiz.

Hoy ha llegado el día en que empieces a independizarte, y sólo tengo permitido acompañarte hasta aquí sin la aprovación de Montoya.

Sobretodo, mi principal consejo es que seas tu misma. Rebaja tus impulsos pero no cambies tu forma de ser, sabes que no es más que una tradición de la camarilla y él el actor que tiene que interpretar la obra, pero debés serle cordial y dejarle hablar. No le gusta que le interrumpan, pero no dejes que ése personaje te maneje cómo un peón. Hablale con respeto, pero elude el ser demasiado servicial y sobretodo, recuerda una cosa, pase lo que pase ha sido para mi un honor conocerla Condesa.

Al poco de terminar de hablar llegasteis delante de una entrada oculta al cementerio en que nunca te habías fijado. Delante había 2 vástagos, un Brujah y un Tremere te parecia. Al parar, Cónrad bajo, te besó la mano y se fue hacia un coche oscuro que había delante vuestro.

Desde dentro hizo señales a a Michael para que los siguiera y a tu que bajaras, y se fue.

Cuando salias del coche Michael te dijo al oído que Cónrad queria que supieras que si todo salía bien lo encontrarías mañana a las 12 de la noche en el Elíseo, y te recordó que le llamaras cuando terminarais.

Cerraste la puerta y se fue.

De golpe estabas sóla con esos 2 vástagos, que te mirarón de arriba a abajo, y mientras el Tremer decia a alguien desde el comunicador que habías llegado el otro se acercaba hacía ti, hasta que se paro delante mismo y te dijo:

¿Lleva algún arma?

Mire a ese tipo de mala manera. Me abri el chaqueton lentamente, fijandome como no dejaban de quitarme ojo. Con la mano izquierda descubri la buena figura que tenia. Como siempre Cónrad con su última palabra me ha dejado peor de lo que estaba. Parece que le divierte todo esto. Como una fiesta y el invitado especial no es nada menos que el buffon. Que se prepare Michael... esta me la pagará. O me da muy buenas explicaciones o me la pagará con creces... De mientras,  di a ver el revolver pequeño con los dos cargadores al lado. -Esto es lo que hay, ni más ni menos señores. ¿Puedo pasar ya?

Te cojió el arma y los dos cargadores y después de tirar las balas al suelo te devolvierón el revolver tras revisar la recamara.

Todo bien señorita -te dijo el que antes estaba comunicando tu llegada- podemos pasar.

Después de andar por distintos callejones de lápidas y flores llegasteis hasta un extraño edificio de piedra caliza, con cuatro columnas cubiertas por llorosos ángeles y una puerta de acero en el centro.

Una vez abierta, viste un pequeño pasillo de escaleras y estrechas cámaras. Cada vez te sentías más extrañada, no sabías que estaba pasando allí y además, el hecho de que no podieras huir de ningún modo te incomodaba pero, ¿huir de que? Esta palabra no tenía ni porque estar en tu mente.

Los pensamientos empezaban a turbarte cuando llegasteis a una sala bastante más grande con dos feretros de marfil, y un hombre sentado encima del más grande. Montoya pensaste.

Viste en él la figura de un hombre seguro de si mismo, de brillante trajo oscuro con camisa blanca sin corbata y una gabardina larga del mismo colos. Sus facciones eran angulosas en la cara, con unos finos lavios y unos intensos ojos verdes grisáceo que parecian escrutarte el alma.

De golpe, el Brujah cerró la puerta detrás tuyo, y él se levantó.

Buenas noches joven diabolista, te preguntarás porqué estás aquí.

Aunque se que el lugar pueda resultar extraño, quiero que sepas que su significado será siempre tu persecusion, puesto que éste lugar representa el fin -te decia mientras pasaba suavemente las yemas de sus dedos por la lápida de su esposa- y el principio -gritó mientras se giraba hacia ti-.

Sin dejarte ni abrir la boca siguió con su discurso, parecía preparado pero algo en su seguridad te horrorizaba.

Aunque haga tiempo que ésta visita se hubiera tenido que dar, tu pasado significo todo para ti. Los crimenes y los pecados se llevan por toda la vida y aunque convenciaras al Circulo Interior para que te perdonaran la vida aún no me has convencido a mi.

Es extraño, que con éstos tiempos y tanto control salgan impurezas cómo tu, pero poco se puede esperar del fruto de tu creador. Acostumbran a decirlo, de tal palo tal astiña.

Pero no se cómo, convenciste a un hombre de gran confianza para mi para que te diera los cuidados que tu desdichado "padre" nunca te había dado. Sería que te sentías acomplejada.

Desde el día en que te acojió te he estado observando, esperando a que cometieras algún error, y a no ser que la incompetencia se haya apoderado de mis siervos por ahora has salido indemne de todos tus pasos. Tiempo al tiempo.

No quiero que Cónrad termine manchado cómo el bala perdida de Benjamin, y por eso he tenido que tomar precauciones. ¿Me comprendes verdad, señorita Schiavone?

- Una elige a los amigos de la no-vida, no pude elegir quien me abrazara y me diera familia. Avance prudente mente dos pasos. Me quite el chaquetón y me lo colgué en el brazo izquierdo. Abrí los brazos y dije: Lo único bueno que herede de ese Sire es mi clase como vástago y lo demás lo quiso conseguir a mi cuesta. Fruncí el seño y lo mire firmemente: No pude permitir eso, perder todo lo que tenia dándole las propiedades y posesiones a  mi ese ser…Mientras me arreglaba la blusa debido al viento que se había puesto ha hacer de las suyas dije sin pensarlo: y respecto a Cónrad fue la estrella que condujo mis perdidas andaduras por el camino de la noche cuando aun estaba ciega de este mundo nuevo gracias a mi Sire. Seguí manteniendo el mismo tono de voz sin alterar mi leve nerviosismo delante tal “monstruo”: Quise demostrarle, que tropecé con una montaña, pero la segunda no se repetiría y más con los valores tan centrados de mi mentor. Con una simple sonrisa le dije: Espero que sus siervos hayan podido gozar de las ventajas y comodidades de la Mooving”s. En definitiva, he comprendido la base del discurso señor. Atiendo.

Este individuo me pone de los nerviós. Creo que lo pone a todo el mundo... ese Brujah no le molesto irse rapidito...

No estaba acostumbrado a que le respondieran, normalmente las preguntas que hacía quedaban cómo retóricas pero ella si que lo había hecho. Y era algo que valoraba.

Entiende mis palabras, son tiempos turbios y no puedo permitirme que la gente con cierta valía se me pierda.

Referente a la Mooving''s, sí, me comentaron algo mis siervos y la verdad, tus dominios han hecho que el Elíseo sea mucho más tranquilo y se pueda usar cómo lugar de encuentro. De lo que pasa dentro, nada me han dicho. Su trabajo era vigilarte a ti, no tus pertenencias.

Empezaste con mal pie en mis dominios, abrazada sin permiso y diabolista, y no a un cualquiera.

He recibido presiones distintas del Consejo sobre tu futuro. Por un lado Cónrad me dijo que podía enderezarte por el buen camino de la sociedad vampírica, y por otro la Primogenitura Toreador está ansiosa de verte fallar. Quizá porqué te equivocaste de chiquillo. A ellos les debo mi puesto, y a Cónrad la fuerza de que ha gozado la ciudad de Barcelona desde el principio de mi principado.

Es por eso que al final decidí ser yo quien tome la decisión final. Las turbias situaciones del momento no nos permiten iniciar una guerra interna ni a mí perder apoyos, es por eso que he decido ser yo quien tome la decisión final sobre tu futuro.

Desde aquel momento el tono de voz fue menguando, veías a Montoya mucho más próximo que antes y mucho más humano. Pero sabías que, cómo tu, no dejaba de ser un monstruo.

Señorita Schiavone -te dijo a continuación- nunca un neonato me había dado tanto dolor de trabajo, pero no me temblara la mano al decidir tu final. Por lo bueno y por lo malo.

Por hoy te permito seguir, cómo ya te había dicho, me gusta ser a mi personalmente quien juzgue a mis siervos y aún no he tenido momento de probar su valía.

Se sentó de nuevo en el féretro de marfil y le hizo una señal a uno de sus hombres para que te trajera una silla dónde sentarte.

Pues bien, desde hace un tiempo en la zona del Puerto están habiendo unos movimientos extraños. Cómo sabes, dentro de 7 noches en el Elíseo se dará inició a unas de las reuniones más importantes de la historia de nuestra tan gran sociedad y no quiero que nada salga mal.

Temo que los anarquistas aprovechen ese momento para intentar recuperar de nuevo la ciudad, y aquí es dónde entras tú.

Se que tienes contactos en círculos sociales privilegiados, a los que yo personalmente no puedo acceder. Tendrás que investigar que está pasando por allí para saber si hay algo que temer y si tenemos que actuar antes que ellos. Quiero todos los cabos bien atados antes de que empiecen a llegar las personalidades. El mínimo fallo acabaría con todos.

Nos veremos dentro de 3 noches en el Elíseo, a la misma hora que hoy. Espero que haya algo interesante que puedas contarme.

Dicho eso se levantó, pasó por tu lado y abrió la puerta para irse, no sin antes “despedirse” a su manera.

Dos veces has merecido ver el Sol por violar las Tradiciones, quizá de una tercera no te salvarás.-sentenció-.

Viste cómo se iba, y al cabo de poco sus siervos te indicaron que ya podías acompañarles a la puerta.

Salí de ese lugar estrafalario, con un mal sabor de boca más amargo de lo normal. Me preocupa a quien le puedo dejar el local mientras investigo esto. Ese gestor Manuel Núñez tiene gran renombre… pero la mooving”s es diferente a todo lo que pueda haber trabajado. Mientras tanto me puse de nuevo el chaquetón y vi en el suelo los dos cargadores aun en el suelo con las balas esparcidas. Que desperdicio. Me saque el móvil del bolsito. Marque la prellamada y se puso Michael: -Ven a buscarme inmediatamente.

Al cavó de cinco minutos apareció el porche. Abrí yo misma la puerta y me dispuse a ponerme el cinturón. El viejo Conrad tiene razón con lo de las multas… Quizás se me esta pegando sus manías. No creo jaja. Mire por el retrovisor y Michel estaba pensativo. – Mañana intenta despertarme a las 7 y cuarto de la tarde. Y tráeme a Julius como desayuno. Llama al Comisario y dile que le invito a cenar en mi casa a las 10:00, tengo un regalo que no podrá rechazarlo. Así que prepara una cena muy rica para servirla en el salón principal. Y ya que tendrás que ir a comprar, trae una “panera” con jamón y quesos. El vino aprovechas cualquiera de la bodega. También dile a Golum que lo espero a las 8 y media en casa para traerme los informes de ayer. Van a cambiar unas cuantas cosas.  Después del típico si señora, se abrieron las puertas de Villa Schiavone, la casa estaba preciosa sin la luz de la luna. Abrí la puerta y le dije: -Como tendrás tanta faena mañana puedes ir a descansar ya…Si tienes algo que contarme ya lo harás  mañana ya que tienes tantas cosas a esconderme. Me dispuse a entrar a la casa pero al final fui al parking. Sentía ladrar a los perros como locos. Asustados y alertados a la vez. Podía oler su miedo. Michael estaba aparcando el coche y se fue para la casa y ni me vio. Me acerque más a la casita cerrada de los perros. Voy a mirar si se esconde algún siervo del monstruo por aquí. Malditos chuchos.

Subí a mi dormitorio principal. Mientras me quitaba la ropa para ponerme un camisón nuevo, coloque todos los zapatos en sus respectivas cajas. Qué quiso decir con que los anarquistas aprovechen ese momento para intentar recuperar de nuevo la ciudad. Solo faltaría esto para que mi negocio me trajera la ruina. ¿Y si se encaprichan de mi casa? Tanto tiempo luchando aquí para que se acabe todo. Qué perdida de tiempo seria.      

Mientras te hibas desnudando para irte a dormir tu cabeza no dejaba de irte dándo más y más vueltas. El día había sido duro, en pocos momentos habías descubierto demasiadas cosas y tenido emociones demasiado fuertes. La diablerie de Cónrad, el hecho de que estubieras viviendo posiblemente los tres últimos dias junto a tu mentor, los secretismos de Montoya, la difícil situación en la que queía involucrarte, los cambios que tenías que hacer en la Mooving''s, los extraños movimientos políticos que los cainitas tienen en la ciudad,...

Era demasiado para ti. Tenías la cabeza hecha un lío y si te molestabas más en intentar resolver todo el puzzle estañaría.

Te giraste a la cama para terminar de cambiarte. Viste que estaba recien hecha y que tenias tu camisón de seda negra encima, perfectamente planchado. Michael debío de arreglarlo antes de ir a hablar con Cónrad mientras comías. Te lo pusiste y fuiste a la mesilla a quitarte el maquillaje.

Mientras estabas terminando de quitartelo todo recordaste un pequeño detalle que se te había pasado por alto. Cuándo fuiste a ver a los perros la situación parecía tranquila. No había vástagos y te fuiste, pero quizá por el cansancio no reparaste en un detalle que ahora revivía en tu memória.

Detrás de las casetas te pareció ver una ténue alma parpadeante que desapareció. Pensaste que había sido un haz de luz o que tus cansados ojos te habían causado una mala pasada. Pero... ¿y si no fuera así? Tendrías que averiguar de que se trataba.

Tendre muchas cosas que hacer mañana. Deje los potes del maquillaje ordenados por color. Habia una gran tria para elegir como manejar mis estados emocionales ante los demás. Monstruos, fantasmas, criados inútiles, sin mentor. ¿Qué más tiene que pasar? La buena vida se tiene que disfrutar degustando los momentos... Me lebante fui hacia la cama. Igualmente me tienen en muy mala estima. Se creen qué fracasaré... La cama recien hecha estaba blandita y suave. Me acariciaba la piel con tal delicadeza que la seda se deslizaba por encima de mí cuerpo. Mañana tengo que encargarme de La mooving"s de nuevo, aun que otro local similar no me iria mal. Tendria que hablarlo con Conrad. A ver si quiere ser socio jajaj. Cerre los ojos y me dispuse a dormir sabiendo que los sueños eran meros reflejos de los recuerdos del día. 

DOMINGO 2 DE ENERO. LUNA NUEVA (19:30)

Cómo le dijiste la noche anterior a Michael, hoy te ha despertado temprano. El día sería duro pero tenías demasiados cabos sueltos que atar. No sólo estaba la prueba de Montoya, sinó que tenías que revisar la prensa, desayunar, arreglarte para la llegada del Comisario José Miguel Castellano, ir a ver a Cónrad, empezar a solucionar cosas en la discoteca,... La camarera... -recordaste de golpe-.

Notabas que aún era temprano, sabías que el Sol aún no se había ido del todo y eso te hacía sentir rara. Te pusiste el albornoz y oíste una tenue voz desde detrás de la puerta. Todas las persianas están bajadas por si desea salir. Le dejo el periódico delante de la puerta para que lo pueda leer con calma, faltan 45 minutos para que se ponga el Sol, quede con Lucius dentro de media hora para que tuviera tiempo para usted.

No tuviste tiempo ni a abrir la boca que él ya se había ido. Una actitud muy extraña en él.

Abriste la puerta y cojiste el periódico, poca cosa parecía interesante.

Nacional: ha sido desmantelado un laboratorio clandestino de cocaïna en el puerto de Barcelona. Recibía el producto de Colómbia y allí reducían su pureza para luego distribuirlo dentro del país y en Portugal. La operación ha sido llevada a cabo por J.M. Castellano (Comisario de la PNE).

Sociedad: Tiroteo en L'Hospitalet. A finales de la madrugada pasada hubo un altercado en el centro de l'Hospitalet de Llobregat. Cómo resultado 25 heridos y 10 muertos.

Política: El Ayuntamiento de Barcelona anuncía que aumentará la seguridad nocturna de la ciudad, sobretodo en las zonas de bares y discotecas por el aumento de los robos y desapariciones.

Economía: El Banco Central Europeo empieza a ver señales de recuperación después de la gran caída del Euro después del verano de 2010. El cambio actual es de 1€=1'23$.

Todo lo demás era paja. Tantas páginas y tiempo perdido por 4 noticias de dudoso interés.

Miras el reloj y ves que son las 19:50 horas. Dentro de 10 minutos llegará tu comida.

Que narices le pasa a Michael. Estará preparando la cena. Espero que este a la altura de las circunstancias. Deje el diario encima la mesa del despacho, a fin de utilizarlo en su momento oportuno. Tengo 10 minutos para prepararme… Fui hacia el baño, mientras me quitaba el albornoz y lo dejaba encima de la cama. Ayer no pensé, en bañarme con tranquilidad y mira hoy… ni tiempo para mí tengo. Tenía el pelo algo alborotado. Así que lo deje suelto y me duche con esa agua cristalina que recorría mi cuerpo sin debilidad. Espero que el fantasma de ayer no me produzca ningún altercado hoy. Umm… ¡Este jabón de cacao es estupendo! En una de esas reuniones con Dj”s caprichosos, me di cuenta de las propiedades de estos jabones. El jabón de cacao me proporciona una hidratación y suavidad que mi piel estropeada y seca necesita. ¡Qué aroma de chocolate, Umm… Me seque la piel y el cabello lo deje mojado para que se secara a su ritmo. Espero que cuando vuelva al baño este todo listo… solo faltaría que me tuviera que poner a trabajar más, a estas alturas. El vestidor estaba perfectamente ordenado. Hoy me pondré esté blusón negro, y está espectacular faldita. Estos zapatos de tacón de aguja negros con el borde del tacón chapado de oro dará el pego. Mientras terminaba de ponerme las medias, me di cuenta de lo paliducha que estaba mi piel aún hidratándola. Ya ni me da tiempo a maquillarme, después le pediré a Michael que me ayude… y haber si me habla de una vez, me estoy cansando de su actitud. Salí de la habitación no sin dejarme ver que mi cuerpo estaba mareándose. El sol me está matando… Ni que tuviera unos vecinos con la música al máximo… ¡Qué mal estar…!

Teniendo esa mala fortuna de buen levantar, fui a ver donde estaba Michael.  Empezaba a tener hambre y ya eran las 8:10. La ducha se alargo demasiado.

Mientras bajabas por la larga escalera que daba al comedor víste a Michael en la parte de abajo esperandote. Al verte te cojió la mano y la beso Ésta preciosa hoy -te susurro-. Lucius la espera en el salón. Bajé todas las persianas y corrí las cortinas, el Sol ya casí se ha ido por el horizonte pero aun así es mejor estar seguros. Se puso un poco nervioso al ver que no paraba de hablar y que aún no te había dejado la mano. Se sonrojó y se marcho. Si necesita algo estaré en la cocina terminando la cena. Supongo que un magret de pato a las finas hierbas, acompañado por un risoto y unas fresas. Para beber había pensado en un Rioja de su bodega, crianza del 81 y una copita de cava durante los postres. Creo que con el tiramisú quedará bien.

Cuando desapareció por el pasillo volviste a la realidad, el Sol aún y estarse ocultando aún te deshorientaba un poco. Te acordaste que Lucius te esperaba en el salón, tenías pendiente una pequeña charla con él y alimentarte un poco. Llegabas casi 15 minutos tarde, el marjen que te permitias para hacer esperar pero no incomodar a los invitados. Te gustaba mostrar quien estaba por encima de quien.

Al abrir las puertas de madera, con grabados sobre la ciudad, viste que Michael lo había dejado todo preparado y te esperaba en el mismo sillón dónde ayer estaba sentado Cónrad. Al verte hizo un intento de levantarse mientras se abría la manga de la camisa. Te gustaba morderles del brazo a tu rebaño, eran dóciles y así se veían menos las marcas. Le hiciste un señal con la mano para que esperara, hoy no sólo tenías pensado alimentarte de él.

Aguarda un poco más, no te impacientes. Le guiñe el ojo y se quedo perplejo. Me dirigí por donde Michael se había ido. A mí no me dejaban a medias tintas así como así. A las diez tiene que estar todo listo y son tan solo las 8 y diez, aún me quedará tiempo para mí…

Sin mirar atrás, me fui hacia la cocina con paso firme. Michael estaba de espaldas, con el pelo alborotado y un debantal viejo con las telas mal logradas. No me escucho entrar. Habian un montón de cachibaches esparcidos por toda la cocina. En la barra, platos con un delicado decorado ya preparado a la espera del ingrediente fundamental. Delante el horno abierto le tiraba salsa con aceite de yerbas aromaticas por encima del animal muerto con el cuerpo abrillantado y sin ninguna pluma a la vista.

–

Tú también tendrías que estar como el pato

. ¡

Qué es todo este desastre ya lo estas ordenando todo...! Ordenalo en inmediato.

Le dije acercándome y abrazándolo por su sorpresa.

–Ni la canción más bonita del mundo podría captar este momento, señora. Tenga pruebe como esta quedando el guiso…

Lo mire con cara de extrañada. Estaba más raro de lo normal. -

¿Me estas vacilando?

Quizás le vino la menstruación y yo no me enterado. La tecnología está muy avanzada… pero seria una innovación.

Aunque sabia que las vampiras no padecían este tipo de ocasiones incomodas, aun me siento extraña algunos días del mes.

Pero mirandolo por el lado positivo y de interés mi reflexión parece una buena excusa para ausentarme cuando la luna me pone loca. No creo que nadie se extrañe porque una muchacha se encuentre mal unos días indicados del mes.

Si que buena idea tuve abrazando a ese Gohul.

–

Recuerda que hoy a las 12 tengo que estar en el Eliseo. Llama reiteradamente a Conrad y que te diga donde queda ese lugar. Seguro que se pone al teléfono a la primera ahora que sois tan amigos, ¿no?

Tomé la cuchara que tenía en la mano y la llene de la salsa que estaba en el recipiente con el pato.

-

No esta mal, Michael. Pero podría estar mejor. ¿Pero quien soy yo pedirle a un hombre que haga un guiso exquisito? Apura a terminar todo. Cuando hayas llevado a Lucius a la verja, sube al dormitorio principal, con una jarrita de sangre condimentada con Tequila del bueno.

Le susurré cerca del oído:

-Tienes que maquillarme acuérdate.

  Me fui hacia la puerta y le termine de decir:

-¡Qué pena con tigo…! Pienso enterrar tus besos y echar toda la tristeza en un montón. Y entre tanto amor desordenado, Michael, creo que confundirás de mí la pena con el perdón.

Casi pude oler la tristeza que le produjeron mis palabras. Me di la vuelta, aquí tienes lo que te has trabajado dulce amigo.

Si no abres los ojos así, tendré que usar mis poderes para que hable

.

Fui hacia la estancia donde Lucius estaba ostentando irse o quedarse. Mira como mueve los dedos encima la mesa este maldito palurdo. ¿Se cree importante para impacientarse así? Lucius tenia la camisa desabrochada ya que en el salón hacia calor. El comisario tenia que pasar algo de calor y además con las pocas ropas que visto, pensaría que estoy enferma sin calefacción. Tomé el mando a distancia, abrí con el canal CNN. Me puse a su lado de pié. Con una mano en su hombro para que no se lebantara a besarme la mano. Tenía que hablar con el no tomar el té.

–Hola Lucius, ¿te has fijado en las noticias? Aparte de los múltiples sueños rotos de la población y de las grandes ilusiones de estos políticos de hoy en día. ¿Que te parece lo ocurrido en el tiroteo de Hospitalet? ¿Qué crees que paso en realidad?

No querías estarte con rodeos y preferíste ir al grano. Tenías muchos compromisos esta noche y si te parabas a tantear demasiado el terreno terminarías llegando al alba sin ni siquiera comer.

Cuando le formulaste esa pregunta a Lucius viste cómo se empezaba a poner nervioso y decidiste mirar más hondo en su interior, o exterior. Algo he oído ésta mañana. Un hecho bastante triste, además, entre algunos de los fallecidos había buenos clientes. Supongo que no ha dejado de ser una reyerta más pero se está preparando una buena -te dijo casi cómo un susurro Lucius-. No quería que nadie os oyera. No confiaba mucho en tu mayordomo y prefería vigilar con según que tema. Hoy mismo se me han doblado las ventas, y la gente se está volviendo cada vez más cosmopolita. Me piden cada cosa que a veces tiemblo. ¿Seguro que no quieres ser socia en el negocio?.

Sabías que te ocultaba algo, veías cómo su aura se mostraba de un fuerte color rojo con pequeñas nubes de un color marrón y naranja que entreveían sus emociones. ¿De que podía estar tan furioso? ¿Porque se iba sintiendo amargado a veces? ¿De que tenía miedo? Miraste el reloj, faltaban aún 2 horas para la llegada del Comisario Nuño. Quizá te faltaría tiempo y todo si Lucius quería tantear tanto la situación. Cuándo tu vista recobraba la normalidad te parecía ver una nube negra muy ténue envolviendo a Lucius pero desapareció rápido, y de nuevo, durante unos segundos el parpadeo de anoche, pero ahora en un rincón de la sala, para de nuevo irse cómo vinió.

Vitraya, ¿te encuentras bien? -te dijo Lucius tocandote el hombro al ver que no le respondias- Y bien, ¿que me dices?