Partida Rol por web

Crónica de los Secretos (1): Tiempos de Sangre Tenue

Preludio (Vitraya): El principio del fin

Cargando editor
05/07/2010, 04:31
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

En cuanto me comento lo de su amigo, me quedé pensando en que igualmente esa criatura lo iria a ver. Exponiendome demasiado anté alguien muy desconocido y proximo al Libro de Nod... Veo que aprecia mucho a su amigo... supongo que se siente aún algo desubicado aquí en mi casa. Además me gustaría poder conocerlo... llevo tiempo conociendolo y percibo esta felicidad en usted en hablar de él... y  más después de todo ese incidente que paralizo el trabajo de su amigo... Porqué no lo dejá descansar mañana, debe ser un viajo largo y duro. ¿Yo podría ser una sorpresa para su amigo no cree?

También lo avise para que no se extrañará, de que mañana descansaria Michael.  Vendría otro hombre que cubriria las funciones sobre él. -Quiero que coma algo decente almenos.- Refiriendome a la pizza- Pero el tema de los libros lo llebaría, James a poder ser por la tarde remarcandole que había sido un día demasiado ajetreado para los mios.  

Apartando la mano de ese objeto, dejé la caja en las manos de Oriol. Allí sentada aun en la mesa. Con la misma mano, le acaricié tenuamente la mejilla, hasta sujetarle el mentón, mientras aparecia en mi una lebe sonrisa. No me esperaba en ese momento un detalle como ese. Sin tener que usar ninguna habilidad, ese ser era capaz de reaccionar por si mismo, sin temerme... quizá por su inocencia... o quizá no. Me abruma esa seguridad con la que habla de lilith , -me quedé mirandolo fijamente, aguantandole aún el mentón- le veo demasiado convencido Oriol - con la otra mano le roze el cabello mientras seguia charlando- escucheme, no tengo ningún motivo para desconfiar de sus intenciones, pero se me hace raro igualmente... - negé con la cabeza hasta perder la mirada hacía el exterior de la casa- No entiendo tu deboto interés hacía este tipo de rituales, a todo ese tiempo dedicado a introducirse entre pasadizos demasiado oscuros para ti...  -un leve suspiro entrecorto mis palabras- aquello que le hace peligrar su inocencia... sin dejarlo hablar aun le murmuré espere un momento. -con la otra mano me apresure cerrarle los labios- Dejé esto aquí y acomodese en el sofá... quisiera que escuchara algo... Me lebanté para abrirme paso hacia un armario con cristales, dónde había un toca discos. Lo abrí y busqué el disco que hacía tiempo no escuchaba. Tanto tiempo en la mooving"s con musica electronica, house... pero el que quería no era muy comercial ya. Rebusque entre demasiados estilos de musica clasificados por los nombres musicales. Bajé mi cuerpo hasta alcanzarlo- Si... este era- Dijé mientras introducia el disco en el tocadiscos. Me trae muchos recuerdos...

-Pulsando el play subiendo el volumen- Me giré dirigiendome al sofá con pasos lentos, escuchando etremezclar mis tacónes junto al comenzar de la canción,  mientras le decía- Bien Oriol, la verdad es que me gustaría que pudiese resolver una duda sobre su regalo. - Con un tenue tono de voz- Quizás le suene extraño pero tengo la sensación que detras de esa daga hay mucho más de lo que no quiere contarme... - escuchaba el principio de la cancion cuando ya de pie delante del profesor le continue diciendo Como por ejemplo... ¿un reciente uso?

 

 

Notas de juego

Como por ejemplo... ¿un reciente uso? Carisma + intimidacion 7 dados

Cargando editor
05/07/2010, 04:46
Director
Cargando pj

En oírte hablar de tu interés en conocer a su amigo, y la atención que habías puesto cada vez que te hablaba de él, realmente se sorprendió.

No estaba quizá muy acostumbrado a que la gente tuviera ése detalle de prestar atención a su pasado, pero quizá por el aburrimiento o por todos los entrecijos que rodeaban a su figura tu llevabas un tiempo haciendolo, descubriendo cada vez cosas nuevas sobre la figura de ése humano. Realmente no hubiera pensado nunca que estubieras interesada en conocerle, pensaba que después de tanto oír hablar de él estabas ya algo aburrida -bromeó arduamente- pero no puede por lo menos decir que me alaga. Realmente veías que desconocía los verdaderos entrecijos que te llevaban a querer descubrir quien era ése famoso Josua, pero a él, se le veía contento. De hecho ésta tarde he estado hablando con él. Llegará mañana sobre las 11 de la noche, y lo que tenía pensado era llevarlo a tu discoteca a tomar algo y así presentartelo... -se detubo un momento, pensando en algo que en ése momento desconocías- ¿Tienes abierto verdad?

Notabas que desde que le había llamado había estado pensando sobre su agenda y cómo se lo podría hacer para verle mañana. Quería aprovechar todo su tiempo y tampoco podías creerlo tan absurdo. A no ser que por tu agenda te vaya mal claro -remarcó al poco rato-. Y porfavor, no pienses que sea porqué me sienta mal aquí, cómo ya te dije, no creo que hubiera podido estar mejor en otro sitio. No terminabas a entender el verdadero significado de sus palabras, en el momento en que miraste el reloj y te percataste de que pasaban ya cinco minutos de la una y media de la noche.

Cuando le hablaste de la comida sana que esperabas tomara víste cómo eludía un poco el tema. Parecía que cocinar le diera alergía, y que si no era a base de pizza poco conseguirias arrancarle de delante de los libros, hasta que al final, en ver tu cara de seriedad sacaste un tenue deacuerdo de su boca. Parecía cómo si estuvieras riñendo a un niño.

En oír que le hablabas de Lilith mientras le rozabas su rostro con la mano víste una suave sonrisa dibujarse en sus lavios. Porqué pude ver y comprobar su poder, hablo seguro de ella porque al lado del profesor vi cosas increibles que para ti son una cotidianeidad. A hombres hacer acciones imposibles, alucinaciones que parecían reales sólo por el mero hecho de observar una hoguera, rituales fantásticos con danzas que duraban toda la noche,... Encontré en ésa gente una sabiduría extraordinaria, que desapareció fugazmente con su marcha tal y cómo vinió.

El brillo en sus ojos mostraba una seguridad innata en todo lo que te decía. No parecía en ningún momento el típico fanatico sometido a una secta ni nada por el estilo, sino un hombre con verdaderas convicciones sobre todo lo que mencionaba. Aún así, volviendo al tema de Josua... ¿cómo representa que debo presentarte? Te pensabas que ése tema ya estaba cerrado, pero en un breve instante volvio hacia allí, con una extraña pregunta que te parecía algo fuera de lugar... para la sorpresa y eso. Percivias que no le terminaba de gustar hablar del tema de Egipto, y forzandolo no llegarías a descubrir mucho más. Oriol era una de ésas criaturas libres, que si las íbas dejando hacer se íban abriendo poco a poco, con una personalidad própia. Nada que ver con Lucius. Por lo menos, había dejado un poco a tu elección la fecha de la reunión con su amigo.

En ver que de íba demasiado del tema le recondujiste a él mostrandole tus dudas, y poniendole la música en el reproductor.

Pudiste ver que estaba un rato callado, esperando responder. En el reloj de cuco de la entrada ya sonaban las 2 de la madrugada, justo en el momento en que el profesor, siguiendo la letra de la canción empezó a murmurar:... perderme en el olvido solitario. Y echaré por tierra todo un mundo creado, desde tiempos de Eva, en un pozo, sin fondo...

Se encendió otro cigarrillo, diciendote mientras lo cojía que mañana te compraba un paquete, y trás hacer un par de caladas, terminando de escuchar la canciónte dijo: no sabes cuanto envidio tu condición. Ésas palabras te dejaron perpleja, y antes de que tuvieras ni tiempo a responder prosiguió. Desde que conocí a Simahua os admiro, alejados de la mortalidad, sumergidos en temas mucho más oscuros y escondidos de nuestra sociedad... Creo que muchas cosas llegarían a mejorar en mi si tubiera la suerte de ser maldecido cómo la Madre. Éstas palabras te sorprendieron aún más, pero peor fue la sorpresa que recivió Oriol cuando, intentando volver a lo que realmente importaba esa noche, a menos de tres horas de tu cita con Montoya. Pareció alterarse enormemente en el momento en que le insinuaste que ésa daga había sido usada recientemente, levantandose del sillón y apagando con fuerza el cigarrillo en el cenicero. ¿Cómo? ¿Qué la daga a sido mancillada?... mierda, mierda, mierda... Su tono de voz íba creciendo cuando ya un poco más calmado te miro, sentandose de nuevo en el sillón y te dijo: Vitraya, que te hace pensar éso. Por favor, dime que me ocultas.

Cargando editor
05/07/2010, 05:51
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

No sabía a lo que me atenderia. Por mi parte, la última experiencia de realizar un encuentro así, había acabado realmente mal. Además, no creía que las intenciónes de ese individuo, sean las mismas que las de Oriol. -Por lo referente a mañana... no podrá ser. Su amigo llega muy tarde... y mi agenda está ya demasiado llena. No serían las mejores condiciones, -sonriendole mientras comia-  como para poder prestarle la atención que se merece Josua.- Pensé en como encajar todos los planes. José, Voldor, el gestor... demasiadas preocupaciones. Solo faltaria juntar otro elemento... . La verdad hasta mañana no terminaré de saber que horas libraria el viernes en la Mooving"s... detras de todo ese espectaculo hay muchas cosas que coordinar. Digale a su amigo de quedar el viernes, pero que ya le acabaría de confirmar la hora porque tiene algun tipo de trabajo... ¿podrá hacerme este fabor? Supongo que traigo exesivas cosas en la cabeza hoy como para concretarlo más.

Atendí a la explicación de Oriol, referente a sus experiencias en Egipto junto a ese vástago. Ese nombre empezaba a retumbar muchas veces ya en la cabeza de mi criatura. La sorpresa... -solte una discreta risa- mejor no le diga nada de que soy yo... su amiga.. sino ya no será una sorpresa ¿no cree?

También yo encendi otro cigarrillo, aún de pie delante de él, viendo como sus comentarios eran algo desconcertantes. Envidiar esta condicion, como lo hacían mis ghouls... pero con la diferencia de tener ya, esa chispa que en michael empezaba a aflorar. Lo miré con cara de preocupación cuando dijo que su ilusión era ser un no-vivo. Veía en él, lo mismo que vi reflectido en la conversación con mi primo. Esas ganas de lograr la inmortalidad sin áun no saber que había detrás de eso... Me senté justo cuando el profesor se empezo a poner nervioso. Tranquilizese -le murmuré con un tono calmado- solo le diré que la sangre deja huellas profesor, de las cuales todo el mundo puede sacar conclusiones. - Me recline en el reposa brazos del sofá acomodandome para pensar en si tanto pavor era necesario. Tan solo le diré, que hace un mes, esta pieza exotica, fue lacrada por alguien...-tras una lenta calada le susurre un condenado, lo miré con cara de decepcion... no entendia como hasta ahora no se había dado cuenta... pero no le quise dar mucha importancia. Me acerque a el dejando el cigarrillo para ponerle la mano en el hombro y con la otra hacer que me mirara a la cara  Intente recordar que paso hace un més. Noto algo extraño, alguna visita inoportuna? -con mi mano agarrando moderadamente su nuca me quise preocupar algo más sobre sus exclamaciones. Cuenteme, que pasa con lo que ha dicho. ¿por que dice que esta maldecida Oriol?

 

Cargando editor
05/07/2010, 22:16
Director
Cargando pj

Te pareció ver a Oriol algo disgustado cuando le comentaste tu agetrada agenda el día de mañana. Dirigir una discoteca no era algo fácil de complementar con la existencia cainita, y menos cuando el Príncipe te había situado, por uno de sus caprichos, en un un comprometido punto de mira. 

La verdad es que no había reparado en todo éso -te dijo pudiendo ver que, al menos, entendía tu comprometida vida-. Mañana le llamaré para terminar de concretarlo todo.

Observabas una criatura bastante servicial en ése momento, lo que podría ir ligado a modo de visión sobre vuestra condenación tal y cómo te había comentado antes.

Al igual que tu noche, su mañana a sido llena de sorpresas. Después de estar durante tres días encerrado en tu Villa había recuperado una parte importante de su vida. En su caso era algo inmaterial, y no llegabas a comprender cómo algo tan impalpable cómo eran las investigaciones, el hecho de llegar a saber más, podía significar tanto para el profesor.

Por éso mismo te comentaba Vitraya -te dijo Oriol mientras le comentabas lo de que no te presentara cómo quien eras, llegando a interrumpirte al final-. Me gustaría saber cómo actuar para que mi amigo no perciva nada extraño. No para mi sinó más para ti. Parecía que pensara que devido a tu realidad y todo lo sucedido durante los últimos días prefirieras ser algo más precavida de lo normal. Quizá se te notaba demasiado ésa desconfianza que estabas desarrollando hacia todo, comprobando que no eras la única que tenía demasiados secretos detrás de las puertas de tu habitación.

Notabas que su preocupación por todo lo de la daga estaba disminuíendo lo suficiente cómo para que ésa conversación pudiera sacar sus frutos. No es que esté maldecida -te dijo mirandola en tus manos-, sinó que su uso fuera del círculo no devería ser una realidad.

Observabas que tenía la mirada algo perdida, paralizada en el vacío de su mente, de sus recuerdos, y más trás intentar recordar si los hechos extraños ya habían empezado un tiempo atrás del que se imaginaba.

Realmente, no me podría llegar a imaginar nada de tódo éso. ¿Alguien cojiendome la daga de mie despacho? -preguntó retoricamente-. Lo dudo.

La tenía muy bien oculta, y además, me moví poco de allí.

Parecía convencido en lo que decía, seguro de que éso que le comentabas no resultaba posible.

Además, creo que ningúna vez me he cortado con ella, y los únicos que han entrado en ése despacho a parte de ti han sido alumnos, algun que otro compañero de la facultad y la señora de la límpieza -bomeando en decir la última-.

De hecho, si que entró alguien más -te dijo el profesor cómo intentando recordar algua cosa que te llamó verdaderamente la atención-. Según me ha comentado hoy el comisario, cuando entraron ésos encapuchados en mi despacho lo removieron todo. En ése momento recordaste parte de la conversación que tuviste ayer en la Mooving's con Castellano. Por las fotografías que me ha mostrado estaba todo esparcido, mi escitorio tirado por el suelo y el falso cajón parecía forzado.

Todas ésas cosas ya te las había comentado ayer tu amigo, pero viendo cómo Oriol intentaba recordar la imagen quizá podrías sacar algo más en claro de todo éso. Almenos una óptica mucho más precisa de quien fue el verdadero afectado.

Quizá en ése momento se cortaron -te dijo Oriol viendo cómo de nuevo miraba el objeto plateado- pero ayer en revisarla no vi nada de sangre, y sin el cuero que tenía antes no podremos saber nada.

Tambien me ha enseñado unas fotografías -te dijo sacando una polaroid de las típicas de Castellano de dentro del libro, cómo si la hubiera usado cómo punto-. Se vé que en mi escitorio marcaron el mismo símbolo que se encontro en las excavaciones de Josua.

Podías ver en ella lo que te comentó ayer el comisario, quien por lo visto había seguido al pie de la letra tus sugerencias, excepto porqué no había nada sobre el otro símbolo, el de la pared tras el escritorio.

Éso, el Libro, los problemas, la daga, tu condena,... ¿Muchas coincidencias no crees? -sonrío picaramente mientras le decías eso-.

Comprovaste en el reloj que aún faltaban más de dos horas y media para tu reunión en el Elíseo, y no tenías ganas de marcharte antes a ése sitio tan aburrido, pero por lo vísto el profesor estaba atando demasiados lazos, mucho más rápido de lo que hubieras pensado nunca, y a la vez temido inconscientemente cuando siguiendo los consejos de Cónrad lo trajiste aquí.

Cargando editor
05/07/2010, 23:19
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Después de pedirme como presentarme a su amigo, mis pensamientos hacía Josua se clasificaron intrigrados en mi agenda, comentandolé de nuevo que mañana le diria la hora una vez sepa la hora que libraba en la Mooving"s. Respecto a como presentarme... soy solo una amiga...  -Una amiga... quizás ya por los intereses que me ligaban al profesor o por los últimos días que esa criatura me había mostrado otra manera de adoración, una voluntad diferente, mis sentimientos se convertian en afecto. una amiga especial... Le sonreí con picardia mientras le rozaba la mejilla con la mano y le daba un corto beso en los labios. Tampoco hay que matizar y explicarle todos los detalles. - agarrandole del hombro le susurré dulcemente Además hace ya mucho tiempo que nos conocemos... -hasta que con un tono más seco continué- ¿por lo que como no conocer ese viejo amigo del que tanto me habla? Era grato su interes para complacer ese aspecto. Pero no podía entender como le gratificaba la idea de que me inviscuise más en su vida. No me había encontrado nunca a un ser que era capaz de actuar así por mí... sin talentos ni nada... no como en Lucius o como el mismo Josep.

La daga era otra de las incognitas que me intentaba esconder Oriol... No sabía donde quería llegar a parar. Miré el mango de la daga murmurandole ¿el circulo?  no lo entiendo... -remiré mejor ese objeto-  me resultaba extraño todo ese tema, por culpa de la visión quizás, podría pensar que esa mujer la utilizo o alguien que estubiera interesado en los rituales de lilith...- Negando con la cabeza aparte la vista del mango para fijarlos en los del profesor- Creo que ya son muchas cosas de las que usted no me cuenta de mi regalo. -agarre la daga con fuerza, mostrandosela a la altura de los ojos- ¿que pasa si lo usan fuera del circulo? digame, profesor. 

Mi mirada se perdío en las agujas del reloj, en pensar que aún no había clasificado ni revisado, los documentos para mostrar al principe. Era evidente que Michael haría su trabajo, pero temia el hecho de que un ghoul cansado podía llegar a ser algo engorroso.

Se repitieron las últimas palabras del profesor en mi mente...coincidencias... demasiadas ya...-un suspiro con humo de tabaco, salío suavemente de mis labios mientras me recostaba mejor en el sofá-estoy cansada ya de tener que sacarlo de sus desconfianzas hacía mi. Pero hay limitaciones,- lo miré de reojo mientras acomodaba las piernas en el sofá, junto a un murmuró- por ahora. Explicaciones, preguntas, palabras y hechos ocultos... ese ser empezaba a agotar parte de mi paciencia. Porfesor... profesor... lo que uno ignora, no puede tenerlo encuenta. Pero ústed se empeña una y otra vez en sus deseos y anelos más inversemblantes hecho que en ningun otro ser he podido observar- inclinandomé maté el cigarrillo y de mientras mirarle a los ojos mientras le seguia hablando- Ahora que ha visto el simbolo de encima de su escritorio, saber lo que buscaban, como lo buscaron.. -volvi a reclinarme dejando mis cabellos colgar por el reposabrazos- coincidencias... no claro que no profesor...-Mis ojos se centraron en el blanco techo del salón. Fijese usted, se perfectamente que se puede llegar a imaginar que le pueden hacer esos fanáticos, hasta que les cuente todo lo que quieren saber. - Me entristecia la idea de ver como mis esfuerzos por intentar que ese trozo de carne conservará la cabeza, se volvía una molestia creciente. Le seré sincera Oriol, si no me importara su vida...- cerré los ojos visionando el Libro de Nod... ese libro que ya muchos interesados querían tener en sus manos- realmente no se que sería de ústed a horas de hoy... un libre alvedrio demasiado fragil para su vida...-negé con la cabeza con cara de preocupación...- Aparte del Comisario, esperaba que nadie más supiera de la ubicación de él. Ahora mismo soy recelosa de lo que le pueda pasar... quizás por eso lo avise a tiempo para que se hospedará aquí. -escuchando la musica de fondo acomode mi cabeza encima mis manos recostadas en reposabrazos- Con lo que me costo convencer al comisario de que trajera las cosas aquí... Espero que lo pueda entender, entender mi posición... y más sin saber que sus conocimientos hacía toda estas últimas conversaciónes, són realmente peligrosos. empeze a jugetear con la cruz, mientras miraba el anillo con la mano alzada a la altura de mis ojos- Tanto para ústed, como para mi condición. -suspiré pensando en la última conversación con Conrad. El abrazo... los Ventrue, el olvido... los conocimientos del profesor... su impetú inato. Era demasiado valioso como para perderlo.-Solo le digo, que haré un último esfuerzo para ústed -una pausa sello mis labios y mi mente indago de nuevo en el comentario de mi primo, Quizás intentaré lograr aquello de que nunca se preocupo de hacer Simahua, por el peligro que conyebaba, quizás por no buscarse más problemas... Aun asi no le prometo nada, el tiempo y los hechos dictataran su destino.- Terminé por sentenciar mis últimas palabras incorporandome lentamente para observar al profesor- No tenía la intención de seguir la conversación por allí. Pensase lo que pensasé los hechos seguirian siendo los mismos. Él seguiria siendo inferior, más insignificante que un peón, según fuera la noche o el transcurso del tiempo... podría aprovechar esos dotes para augmentar sus capacidades... y hasta ahora las informaciones no han ido mal. Demasiadas consecuencias conyebaria no seguir ese consejo de Conrad.

Al escuchar alguna respuesta, me encendi otro cigarrillo. Ya quedaban pocos. Desde que empeze a descansar junto a mi nuevo criado, hasta encontrarme delante de alguien que creia enterrado, a una distancia eterna, para saber que no era totalmente una realidad. Conmoción, al saber que todos estos años no hemos podído conjuntar nuestra antigua relación... ¿sería ahora el momento?, ¿que verdaderas intenciones hay detras de Giovanni?.. todos esos pensamientos se fueron mezclando junto a las dudas que el profesor me contrajo al contarme la conversación del comisario. Efectivamente fallaba algo. Tengo una duda sobre la conversación con el Comisario... verdaderamente una controversia demasiado sorprendente como pasarla por alto. -Fumando lo miraba curiosamente. Medio estirada en aquel sofá que tan bien me hacia sentir.- ¿Seguro le ha llevado todas las fotografias? -le sonrei con picardia. ¿porque no le enseño el simbolo celtico? seguramente lo había hecho. Estoy segura que si... pero hay algun motivo en especial por lo que no me ha querido comentar- me lebanté hablandole de mientras, para sentarme en el reposabrazos del sillón. Cuenteme, que me dice del simbolo que aparecio detrás de su armario... Cuenteme, ¿porqué esconderme el significado de ese simbolo celtico?- Segui mierandole a los ojos, recordando que el comisario aún debía venir a la Villa para hacer el reconocimiento de las facciónes de Ramón... Peró dudaba que mis habilidades fracasarán en el sentido de traerlas todas. Ya empezaba a esconderme demasiadas cosas... el tiempo corria y mi mente se deslizaba hacía mis aposentos. Me iria de todos modos de la estancia a mi dormitorio media hora antes de partir hacía el Eliseo... La carta de conrad, los documentos, dejar la targeta y el cheque de mi primo... Tendría que estar preparada para cualquier respuesta...

 

Notas de juego

orden digame

orden cuenteme

carisma+ empatia+ voz encantadora profesor sinceridad abrazo.

Cargando editor
06/07/2010, 03:56
Director
Cargando pj

Después de quedarse un poco parado trás darle ése leve beso en los lábios rió libremente cuando le susurraste la razon para conocer a su amigo. Éres de lo que no hay Vitraya -te dijo mientras te volío a besar-. 

Referente al circulo -te dijo mirandote fijamente a los ojos, cómo si no quisieras que perdiera ningún detalle-, en los rituales en que asistí nos situabamos dentro de un circulo gravado en el suelo. Allí era dónde Simahua hacía sus lecturas, sentados debatíamos y una noche de eclipse lunar recuerdo que usó la daga para abrir en canal a un cordero, y recitando algo en un extraño idioma dejó que la prímera luz de la luna tras volver a aparecer bañara su hoja. Podías ver cómo el profesor hacía gestos con las manos cómo representando lo que te contaba, con todo lujo de detalles. Sólo esa vez la vi usar, y segun me dijo el profesor, cada vez que la sangre de alguien no maldecido por Gaia bañara ésa hoja bendecida por la luz de la Madre su ténue luz se apagaría. De ello no sé nada más, desapareció antes de poder contarmelo mejor.

Aunque intentarás atar los cabos sueltos de las histórias pasadas que te íba mostrando el profesor, no lograbas comprender muchas de sus partes. Podías comprovar que aunque hubiera sido iniciado en algun tipo de culto cainita, ésos dos años fueron relativamente cortos para su desarrollo en el mundo del ocultismo, y aunque intentara contartelo al mínimo detalle demasiadas cosas escaban de la mente de una empresaria.

Solamente conocías la información sobre las jerarquías, posiciones e influencias de algunos cainitas dentro de la Camarilla por lo que te había contado Conrad, y algunas incongruencias del pasado de vuestra secta y sus religiones por lo poco que habías llegado a aprender de Guerson pero poca cosa más.

Pero justo cuando mataste el cigarrillo, en tu explicación algo oculta entre medias verdades y muchos secretos, tus inquietudes empezaron a ser las del profesor. Notaste que escuchaba atentamente, murmurando algo peor que la muerte seguramente, chocandote su sinceridad, en el momento en que le hablaste de lo sucedido en su despacho, pero sonriendote cuando le hablaste de la "preocupación" que podías alvergar hacia él.

Se sorprendió en el momento en que le hablaste de ése último esfuerzo, y más cuando le mencionaste levemente al profesor. Realmente no se porqué no te dedicas a la política en vez de los negocios -dijo irónicamente-, con ése arte tuyo en decir las cosas a medias seguro que triunfarías -bromeó-.

Algo inmersa en tus pensamientos y dudas acerca de todo lo relacionado con el reencuentro con tu primo esperaste a ver si el profesor llegaría a decir algo más sobre todo éso, oyendo cómo te decia mientras te acariciaba un poco el cabello. Ya sabes que las cosas me las puedes ir contando a tu momento. Al igual que tu no me presionas tampoco lo quiero hacer yo. En ése momento estubo apunto de escaparsete una ténue sonrisa, si supiera él -llegaste a pensar-. Recordaste la borrachera de el otro dia tras el mal estado de Jaume, y comprobaste que si hubieras estado de ésa manera seguramente la habrías liado-. Además -añadió mostrandote la caja de la pizza ya vacía-, tus sorpresas siempre son muy gratas.

Ya incorporandote de nuevo, para mirar fijamente a los ojos del profesor le empezaste ha hablar de ciertos detalles que no terminaban de encajar con lo del comisario.

Veo que sabes más de lo que cuentas amiguita -sonrió el profesor sin ningun temor en que lo que había ocultado te pudiera preocupar-. Éso estaba allí desde el día en que llegué. Aunque no te lo creas, yo soy un hombre algo supersticioso -empezó a decirte mientras cojía otro cigarrillo, juntando las manos en un cómico gesto de disculpa- y en el momento en que me asignaron el despacho empapelé la parte trasera de la estantería con la imagen de éste simbolo. Significa paz y sabiduría, las dos enseñanzas principales que saqué de Simahua.

Se encendió el cigarrillo y mirandote mientras hacía las primeras caladas dijo, lo que no sabía es que tubieras tanta amistad con el comisario... tienes muchas sorpresas ocultas amiga -te dijo bromeando- .Y parandose un momento murmuró- especial. Dijo mientras cojía la ya algo caliente botella para hacer un trago-. ¿Me la puedes enfríar un poco? -bromeó de nuevo-.

- Tiradas (3)
Cargando editor
06/07/2010, 05:00
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Sentada al lado del profesor, me quede escuchando las ultimas palabras con una sensación atonita. Parecia que volvia a las andadas... su tipico humor negro, afloraba... quizás fuera eso lo que forjo nuestra relación, o las largas charlas como esta. Miré la botella mientras se la retiraba de las manos y la dejaba encima de la mesa. Ahora tampoco hace falta que me vea como un refrijerador -le sonreí volviendome a recostar en el sillón y  me giré para mirarlo a los ojos. Mañana, en cuanto sepa cuando podré conocer a Josua se lo hare saber. Espero también poder darle su -frio-  regalo de reies... No sabia con que sentido se tomaria mi ultimo comentario, pero estaba convencida de que no entendería lo mismo que yo. Y sin dejarlo contestar: Sabe... -pasandole la mano por encima de su camisa- lo fria que soy... - me recline encima de él para acercarme a su oreja y susurrarle- ¿no le gusta que le toquen unas manos frias?le lamí la oreja, bajando la mano de su pecho a la derecha de su torso mientras con la otra mano le cogía de la nuca para encararlo a mi y besarlo en el cuello- Se me esta acabando el tiempo para mi ida a la última reunion de la jornada- Desde allí ronroneandole el cuello, subi mi mano hacía sus suabes cabellos- por eso, no puedo desalocarme, más de lo que me gustaría... -le dijé entre risas mientras acto seguido lo besaba recostandolo cerca de mi lado del reposabrazos.

Antes de salir del salón me aposente lo más que pude, además de recoger el bolso junto al abrigo, me despedí de Oriol deseandole las buenas noches, pidiendole que guardara el tocadiscos antes de salir, con un tono algo picaro.  Salí a paso decidido, resonando mis pasos por el recibidor, sin darle cuenta propia a Josep. Al llegar al dormitorio, pensé en como habria dejado los papeles Michael. Me senté en esa reconfortable silla percatandome que almenos el maletin se encontraba allí. Retiré el contrato de mi "comida", ¿esto le interesaria al principe? eso me hizo sonreir mientras apartaba las facturas de vodafone, dejandolas encima de él. Recostada en mi silla, acababé de rebisar que el nombre ni ninguna relacion apuntara a mi primo, en todos esos documentos, percatandome de que no se viera involucrado ni relacionado, aún... Además... quería fijarme si en el papel en el que me felicitaba las fiestas y me decia la hubicacion de mis lentillas, ¿mi sirviente lo había borrado?, sino lo debería de hacer yo misma... 

Al terminar, guarde lo necesario en el malentín. Observando toda la mesa, me percaté de la carta de Conrad. Con ese sello... justo la carta estaba sellada con el anillo de mi dedo. ¿Que relación alvergarian estos dos objetos? me pregunte mientras alzaba la carta, perfilandola con la luz que emanaba del techo del despacho. Me convenci que sería mejor, dejarlo... mientras la introducia junto a los informes. En eso cogí mi bolso, reposandolo entre mis piernas, mientras abrí un cajon pequeñito, en el cual sólo había un tintero viejo y una caja con plumas antiguas. Dejé el cheque debajo de está, al igual que la targeta, los cuales me dio mi primo... ese joven que desapareció de mi vida y a la vez me observo hasta que me perdio de vista... ¿acaso fui una obsesion para él? Pensando en los tiempos en los que fuí feliz junto a él, fuí hacía el vestidor, recogiendo un fular negro, con algun estampado floral. Me serviria para apaciguar la brisa... como con ese fino pañuelo blanco. En esto me acerque al tocador, dandome unos ultimos detalles, con los consejos que me dio ese joven italiano. Abrí el cajon de debajo de este, pasando con mi dedo indice, por encima de varios botellitas de perfume, hasta pararme en una en concreto. El más famoso perfume, de los años en los que mi cabaret funcionaba a pleno rendimiento, lo destape emanando de él un aroma sensual y refrescante, el cual hizo en mi una sensación de tranquilidad. Pasará lo que pasará, me las ingenieria para seguir luchando por mis ahorros y mis posesiones... Reflexionando en esto, deje caer una timida gota en el dorso de mi muñeca y otro al lado derecho de mi cuello, pasando la botellita despues por delante mi nariz... Era perfecta.

Recojí el maletin junto a mi bolso, cerrando el cajoncito. Cerré las luces y la puerta. Había llegado la hora de ir hasta el eliseo. Quizás me quedaría tiempo para encontrar a algun conocido para hablar de cualquier tema de interés... Quizás dejaria correr la voz de que estoy buscando seguridad cainita para el local... dependería de como transcurrieran los hechos. Me desplaze delante de la puerta de la habitación dónde "descansaba" Lucita. Di dos golpes en la puerta y acto seguido abri sin entrar dentro. ¿Viene conmigo señorita? Sin dejarla contestar continué, con tono algo ironico- Ya me voy hasta el elíseo, la espero en el coche. en esto cerré la puerta y me dirigi hasta el porche.Volveria a conducir yo, por mucho que me dijera algo inoportuno, no creia que pudiera sacar de mi mucho más que indiferencia a sus ironias. No traía conmigo mucha preocupación, por lo que dejé ir mi gran don de concentración.

 

Notas de juego

auspex 2 profesor

 

Cargando editor
06/07/2010, 06:27
Director
Cargando pj

¿Otro? -te preguntó sorprendido tras comentarle lo de su regalo de reyes-. Mientras te acercabas a él, para susurrarle intentaste observar si algo extraño podía estar relacionado con el profesor, observando sólo lo mismo que antes, pero de forma mucho más ténue. Parecía cómo si al profesor, devido al cansancio acumulado ya a ésas horas le estuviera causando alguna que otra mala pasada. Mientras sean las tuyas no hay problema -te dijo haciendo gala de su gracioso sarcasmo en el momento en que le murmurabas-. Creo que ya es bastante tarde... ¿no tenías una reunión hoy? -te pregunto mirando el reloj de la pared de la sala, percatandose de que ya pasaba un poco de las tres y media de la madrugada, y en decirle que ahora íbas hacia allí se sorprendió un poco. Éstos empresarios del mundo nocturno sois bien raros con eso de los horarios -te soltó, sonriendote justo en el momento en que te despedías de él-. Si, yo tambien me iré a descansar un poco que ya va siendo hora -te dijo, siguiendote fuera de la sala-. Al llegar al segundo piso te miró, y dandote la mano para desearte buenas noches, en ver que el gohul de Josep estaba rondando por allí, te dijo: Mañana terminaré de arreglarlo todo con James, si no te importa algun dia me lo tendré que llevar de fiesta para agradecerselo -dijo sonriendo-. Ni a ésas horas perdía su humor, parecía cómo si cada vez se sintiera más cómodo allí. En ése momento pasó el gohul de tu "nuevo" experto en seguridad, y saludandos muy formalmente a los dos, mientras ya bajaba por las escaleras, Oriol te dió un beso en la mejilla diciendote: mucha suerte Vitraya.

Realmente no sabía hacia que te había deseado suerte. Aunque él sólo se pensara que se trataba de una simple copa para hablar de negocios ésa noche significaba mucho más. De hecho, lo significaba todo: para ti, para Conrad, para tus gohul y hasta para el futuro del profesor.

Ya una vez en la habitación comprovaste que estuviera todo en la carpeta, pudiendo comprovar que todo estuviera en su sitio, pero te percataste de que no. No había cambiado el nombre, ni había sacado las facturas, y además el escrito de detrás de la información sobre Domingo estaba escrita en boli.

Empezaste a enfurecerte con tu gohul, pensando a ver que habías hecho para merecer éso: primero James haciendo de gps andante y ahora la torntería de Michael, pero en percatarte sobre otra hoja, encima justo de la nota de Conrad la cogíste y pudiste leer: Le he dejado una copia de todo lo que me ha pedido dentro del maletín. Los originales estan en su mesa.

Abriste el maletin, comprobando que allí había una carpeta de color negro, y en abrirlo comprovaste que todo estaba allí. Desde las fotos del comisario, las tarjetas sobre la Demonix, hasta la agenda modificada implicando de nuevo a Lucius.

La cerraste, dejandola de nuevo dónde estaba y tras guardar tambien la nota de Conrad te cambiaste.

Estabas algo nerviosa por todo lo que podría llegar a pasar hoy, y tras cambiarte decidiste ir a llamar a Lucita.

 

Una vez ya dentro del Porche, con todas tus cosas en el asiento trasero, el cinturon puesto y las llaves en el contacto te fijaste que aún faltaba un poco para las cuatro de la madrugada. Si todo íba bien, quizá encontrarías a alguien con quien charlar o tendrías un cambio de impresiones con el camarero para intentar saber más sobre el exotico mundo de las bebidas, cuando te fijaste en Lucita saliendo de la casa y dirigiendose hacia allí para sentarse a tu lado.

Señorita Schiavone -te dijo al entrar al coche-. Le deseo suerte ésta noche. Ésas palabras te chocaron, pero en ése momento pusiste el motor en marcha, para seguir hablando de camino. Aunque no se lo crea, éstas noches me ha mostrado perspicacia en lograr lo que quería y hacer lo que quisiera. Parecía cómo si te alagara por haberte escapado de su seguimiento, aunque sin saberlo estuvieras vigilada todo el rato. No ha tenido miedo a posibles represalias, ni después de conocer de primera mano las curiosidades de mi despacho. No lograbas comprender nada, no sabías si porqué esa noche había sido demasiado dura, si todos te estaban vacilando o el mundo se había vuelto loco.

Por suerte, a ésas horas de la noche el tráfico era casi inexistente, y antes de lo que imaginaste ya te encontrabas aparcando el coche para, una vez parado éste y recojidas todas las cosas ponerte en dirección hacia al Elíseo.

Te sorprendió el hecho de que, una vez delante de éste Lucita sacara unas llaves para abrir la puerta, y después de las pertinentes preguntas del segurata, entraste en el local.

Aún faltaba un poco más de media hora, y podrías relacionarte un poco con los otros condenados. Por tu primera impresión pudiste comprobar cómo muchos de los vástagos que solían ir a la Mooving''s o no te reconocían o simulaban no hacerlo, y sentado a lo lejos, algo cerca de la terraza trasera que ni te habías percatado que había viste a Guerson sentado. Nos vemos más tarde señorita Schiavone -te dijo Lucita para luego irse escaleras arriba-, cuando en parte te fijaste que en la barra solo había sentada una persona. Hacía años Conrad te habló de él. Se trataba de Jaume Coll, Primogenito y lider del clan Brujah en la ciudad, hablando despreocupado con el barman mientras tomaba algo. Además, resultaba extraño, pero parecía algo bebido.

Eso si, Conrad debería estar aún inmiscuido en todos sus temas de inversiones porqué no le veías en ningun lado. O estaba muy seguro de que pasarías la prueva o es que por los nervios prefería no estar presente.

- Tiradas (2)
Cargando editor
06/07/2010, 10:08
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Al bajar las escaleras de mi Villa, repasando con la mano sobre la barandilla de marmol, mientras mis tacones resonaban por el recibidor. El maletin realmente no pesaba mucho. El tacto de ese maleta de mano, era debido a su piel de cuero blanco cortado, curtido y preparado en parís, junto a aquel broche para cerrarlo. Era brillante, de un dorado algo denotoso delante el impoluto de su alrededor. De allí se decidirian tantas cosas... un cambio demasiado radical, pero a la vez, crucial. Decidi relajarme, como lo hice al salir de mi dormitorio. Las pocas palabras hacía esa mujer, me hicieron pensar en que lo mejor sería, dedicar unos segundos a recoger un buen cd, para el viaje. Me encontre tirado encima de la mesa, el cd anterior. Recorde las últimas palabras del profesor -descanse, oriol... fueron las mias. Quedó claro que yo también me faltaba algo de tacto al final de la conversación, pero tampoco podría estar en todo. Lo que me quedo claro es que él mismo dictaria sus pasos, porque yo misma denote algo que no me gusto de él. Sabía esconder mis sentimientos, pero acabando de llegar de mi cena, esos momentos en los que mi mente se perdian pensando en mi primo... la nostalgia, la melancolia... Con el disco ya dentro del bolso salí, pensando en todo aquello, pensando en como el profesor, no se fijo en casi nada y solo me alegraba de haberme fijado a tiempo de no anticiparme a nada.

Una vez Lucita entro en el coche sus palabras resultaron extrañas. Sus maneras ya no me descolocaban tanto. La categorizaba como una mujer excentrica, con un muro de hierro a su alrededor. Pero todo el mundo tenía sus temores, sus defectos, sus habilidades y talentos. Debiles y fuertes a la vez... pero con algun fallo, siempre hay un error... Y sus palabras en relación a mi perspicacia, las digerí al igual que su importunio final. Su silencio, precedio en mi una negación de cabeza mientras miraba la carretera. Saliendo de mi una sonrisa de ironia y despreocupación en cuando la miré de reojo. En ese momento abrí la valla de la villa, aprovechando para poner el cd y marcar la primera canción del viaje. 

Durante el viaje no pronuncie nada. No le encontraba nada de interés en hablar con alguien que hacia horas me había dado ese escobazo sin sentido. Apropiado, quizás... pero no lo suficientemente indicado. Pasando semaforos en verde, sin ver a ganado recorrer las calles, lleno de calma mis pensamientos. Solo mirando de mi mano, sobresalir ese anillo, un objeto que quizás me fuera otorgado antes de lo que se debia. Le dí dos golpecitos encima del volante. Sin saber nada de la información que selló, la noche anterior en la cambra destinada a Conrad. Aun así el mayor regalo de reyes, esa cena tan emotiva, rara, breve y concisa. ¿Sería suficiente la información que traia conmigo?, ¿que pasaría con el Libro de Nod,y su mortal conocedor? Aparque el coche lo mejor que pude, mirando al salír que no hubiese sufrido ningun percance, recogi mi bolso y mi maletin. No sin antes pasarme el pañuelo por la cabeza, dejando caer la tela encima de mis hombros y pasandola para semi tapar mi boca. Así la brisa solo importunaria mi piel, no los arreglos pagados por mi sirviente.

Al entrar me fui dirigiendo hacía la barra, mirando el reloj después de ver a ese Brujah algo descompensado por su tomar. Almenos algo interesante... pensé en acabar de mirar a mi alrededor sintiendome algo asqueada por ese entorno. Me acerqué lentamente, dejando una silla entre medio de ese señor y mi presencia., denotando la atención del vástago barman. Pasé un el dedo indice de mi mano derecha por encima de la barra, mientras me sentaba, y miraba después la calidad de limpieza que se llebaba en ese antro. Me quité el fular dejandolo como si de una bufanda se tratara, al rededor de mi cuello, tapando tenuemente mi espalda. Sirvame sangre fresca -dejando ya mi maletin encima de mis piernas. a poder ser de algun joven castaño, -´saqué de debajo del fular mi frondoso pelo para dejarlo libre, pasando después las dos manos por encima del maletin cruze las piernas mientras miraba a los ojos del camarero con una sonrisa ironica- pero ahorresela - le dijé friamente- si no es de treinta añeros o de una decada superior de diferencia. -solte una risa ironica, hacía tiempo que no tenia necesidad de comer de esa manera. Me resultaba algo infantil, premesurado. Nada comparado como la caza. Pero de algún modo, social. 

En mis últimas palabras me giré a medias para observar detenidamente al vástago que me "acompañaba" sentado en ese lado. Entre tanto, saqué de mi bolso la cajetilla de cigarrillos. Ya casí para terminar, solo quedaban ocho tristes cigarrillos. Me encendí uno, dejando el mechero encima de la barra y mostrandole la caja con una sonrisa picarona le ofreci, con un tono tenue. ¿Quiere, Jaume?

Notas de juego

auspex 2 a Jaume

Cargando editor
06/07/2010, 16:05
Director
Cargando pj

Realmente ése sitio te aburria en sobremanera. Éstabas acostumbrada al ir y venir de la Mooving''s, y éso para ti parecía un asilo. Pero la imagen de ése hombre joven, de unos treinta años de edad y cabello negro rizado, no muy largo, vestido de forma destartalada con tejanos y camiseta de mangas, en ése estado de suculenta embiredad te hízo pensar en tus negocios. Conrad te había contado más bienpoco de él cuando os cruzasteis hace años con él en el centro de la ciudad, pero tampoco tenías mucho más que hacer, y una copita de sangre tampoco hubiera ido mal. Mientras te acercabas hacia él le observaste detenidamente, pudiendote percatar de un profundo sentimiento de rabia y confusión entremezclados. Te sentaste a su lado y, viendo cómo te observaba tenuemente, a través de esos ojos oscuros y a la vez algo vidriosos, pedir al camarero un poco de sangre para poder catar. ¿De unos 20 o 30 años le va bien?, te dijo asintiendo en el segundo intervalo. Algo así cómo yo -bromeó el Brujah-. Hombre, a algo que regala un Ventrue no le hagas asco -rió mientras te cojía un cigarro del paquete-. ¿Ya saben tus papás que estas hablando conmigo?

Notabas una insolencia desmesurada en ése ser, y en recibir la copa de sangre algo fría del camarero y pagarle los 5€ correspondientes empezaste a dudar si habías elegido el mejor interlocutor de ésa noche. No se de que me conoce -te dijo Jaume apoyandose a la barra e intentando sostener el cigarrillo para que no se le caiga-, pero realmente, si te hubiera conocido me acordaría, ¿no es cierto? -le dijo al camarero dandole un golpe en el brazo que casi le hace desestavilizar-. En el momento en que empezó a beber de nuevo te fijaste que en su cuello había una larga cicatriz marcada, y tras terminarselo te volvió a observar, y mirandote la mano te volvió a hablar. Perdone mis modales señorita... -dejó un momento antes de seguir a hablar, mostrandote que desconocía totalmente quien eras-. Me llamo Jaume Coll, primogenito del clan brujah y líder anarquista local -te soltó con toda tranquilidad, sin importarle dónde estaba ni quien podría oírle-. A toda honra

Viste cómo se levantaba, y haciendo un intento de reverencia que por su inestabilidad casi termina en el suelo te preguntó: ¿En que la puedo ayudar?

Con algo de dificultad se volvío a sentar del taburete, quejandose al camarero de que debería cambiarlos, con un tono algo violento en su voz.

No sabías dónde meterte ni dónde mirar, habías abierto una conversación con alguien que, pareciendote gracioso a primera vista, te estaba empezando a hacer sentir ésa virgüenza agena que llevabas tanto tiempo sin notar. No podías entender cómo alguien así podía estar en el Elíseo, y por supuesto, ni querías pensar en todo el dinero que había gastado allí ésa noche, cuando, observando hacia la entrada víste entrar a Montoya. Su porte distinguido, si mirada altiva, vestido con oscuro traje elegante bajo un largo abrigo del mísmo tono. Le seguía su séquito de seguratas, un par de mortales que imaginaste, eran sus gohuls y ése otro Tremere que la última vez marchó tan rápido de la cámara. Se dirigió directamente a las escaleras que subían al piso de arriba. Miraste el reloj mientras los presentes en el lugar empezaban a cotillear tras desaparecer éste, cuando oíste murmurar a Jaume, pidiendo otra copa y haciendo el último calo del cigarrillo para posteriormente tirarlo al suelo. Ya llegó el titiritero... Y todos los borregos ciegos mirandole -dijo algo más fuerte pudiendo ver cómo ya empezaba a girarse cierta gente mirandole con algo de mal rollo. Comprobaste que aún faltaban casi 20 minutos para las 5 de la noche, por lo que supusiste que quería acomodarse y terminar de arreglarlo todo antes de llamarte a su presencía cuando, pusiendote la mano en el hombro te dijo: ¿A que sí señorita?

En ése momento víste a un hombre de bastante edad, de cabello y barba blanca, grandes mofletes y mayor nariz que remarcaban sus azulados ojos levantarse de uno de los sillones. La buena vida se podía notar en él, excepto por su mal gusto en el vestir, con camisa de manga larga azul marino, con volantes en los puños y un chaleco de seda negra del que salía una cadena de reloj que terminaba en su bolsillo, y acercandose a vosotros te percataste de sus enjoíados dedos. Se plantó detrás vuestro, y quitandole su mano de tu hombre te dijo: ¿Todo bien señorita Schiavone?. Al verlo a pocos centímetros de distancia del Brujah, cómo plantandole cara, te fijaste que no era la primera vez que le veías, pareciendote que era uno de los hombres que el otro día acompañaba a Claudi. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

-5€

Cargando editor
06/07/2010, 18:39
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Pedir bebida en un lugar como ese, me hacía sentir realmente perdia. Junto a un señor trapos del cual solo sabía su nombre y tipo de condición. En sus primeras palabras solo empezaba a encenderme el cigarrillo. Toda esa calma acumulada durante el trayecto aún habíendo esa mujer, estaba desapareciendo y se rompió en hablar de "papas". Heche el humo hacía la barra, mirandolo de lado. Llevaba quizás demasiadas cosas encima y ese tipo fué, aparte de insolente, desafortunado en su primer hablar. No era de extrañar, esa rabia era algo acrecentada como para comentarle nada. Dejé el maletín encima de la barra, rodeando la parte superior de la copa con las yemas de mis dedos mientras contemplaba sus quejas inútiles e inecesarias. ¿Cuanta paciencia tendría?, realmente no sabía dónde me había metido, y mirando al camarero dije con total despreocupación. Solo se notaba que le hacía falta- Refiriendome con un timido gesto a sus atuendos, ropajes sin sentido y sin compás...- -sonreí mientras zarandeaba algo la copa viendo de reojo como el líquido fresco se movia de un lado al otro- Después de su duro intento para coger ese simple cigarrillo- incline la cabeza hacía un lado apoyando el codo del brazo que sujetaba mi comida. Preferí eludir ese comentario, hacía todo lo que se refería a mis antiguos. 

Por eso, tras una calada lenta, lo observe con calma. No me conocia, eso quedo claro en cuando se apoyo a la barra, como si de un muñeco se tratara, intentando hacer de sus equilibrios una normalidad. Practicamente imposible - pensé mientras sus dudas hacía mi conocimiento sobre él, se volvian una controvertida escena de babosidad. Después de que bebiera, cosa que ya hice en percatarme del incidente que obtubo el camarero, murmure negando con la cabeza y aguantandome la risa para no hacer de su entretenimiento, un centrar de miradas hacía los dos. No me lo podía creer. ¿dónde estan los caínitas normales? , me pregunte cuando el camarero se equilibraba tras el "empujon". Volví a hacer un calo, esta vez profundo, esa reacción era incomentable. Innecesario por mi parte. No tenía la intención de caer más abajo que él. Lo miré con despreció, tirando las cenizas de forma brusca, en se acabo de insinuarse delante de mí. Quedaba claro, el porqué ese hombre no había cruzado la puerta de la mooving"s y en caso de hacerlo dudaba que volvíeran a darle paso, en una dudosa segunda intentona. Era mejor dejar el tema para mas tarde, ya que la imprevisibilidad de ese ser, era excesibamente molesta.  

Cuando luego, se lebanto al ver mi anillo, me percate que algo hiba distinto. Por mucho que ese hombre se burlase de mi, lo hizó con otras maneras, diferente... ¿Tanto significaba ese anillo? Mi rabia se acrecento, con explicación evidente. No tan solo se mofaba, sino que lo hacía riendose solo... algo lamentable. Era una pena... eso me recordo a mi Golum. Ese "primogenito", líder... anarquista. Mantenia una compostura de normalidad ante ese caos montado, creado efectibamente por un borracho. En nada Jaume - dijé mirandolo de arriba a abajo- visto lo visto, evidentemente en nada. - me giré hacía mi copa para cogerla medio acabarla, notando un gusto diferente, una sensación totalmente extraña al traspasar esa sangre por mi paladar, eso me estremeció, junto con la rabía que acrecentaba en mi. Bueno, si! con que se mantenga en pie - asentiendo con la cabeza, con una sonrisa ironica en mis labios, mobiendose mis cabellos notandolos recorrer mi espalda- es suficiente... - sentencie mis palabras con un tono frio- aunque será un gran esfuerzo por lo que se observa... 

Realmente era un efecto extraño. Traya consigo ese porte del quales muchos matarían por tener, al igual que tantos otros quísieran eliminar, desde tiempos de Caín... Eso me preocupo, de manera extraña. El hecho de perderlo todo, con solo una palabra de negación de ese hombre... tanto trabajo no habría servido para nada quizás. Pero me sobresalto el murmuro de ese idiota alcoholizado ¿titiritero? ¿Porqué no hiba a serlo? Sería como tú gilipollas, alguien sin cabeza ni sesos... -pensé conteniendo la rabía que aún sentía, acumulada, contenida, retorciendome la vitae que acababa de beber mientras todo el mundo se fascinaba tras el rei del ajedrez. ¿Porque tanta admiración? Solo hiba a joder a una joven cainita, con un anillo molón y un incordió añadido a su lado. Joder, joder, joder. -se repitio en mi mente recordando las últimas palabras de Conrad. Era ese el momento, necesitaba relajarme, antes de subir esas escaleras. Una tortura en mi mente. Hasta que vi, asqueada y cabreada, como ese inútil "primogenito" de los cojones me ponia su sucia y asquerosa mano encima. ¿A que sí señorita?- Retumbo en mi mente, solo notar su piél rozar mi hombro, me estremeci de rabía -.,- Ni tan siquiera me movi, solamente mi cabeza mirando su cara con un profundo despreció que surgió en mi tono de voz. Quiteme la mano de encima... - Agarre con mi otro brazo libre el mango del maletín, sin dejarlo de mirar, con el mismo temperamento acumulado.- Esperando cualquier gesto inoportuno, además de intentar acomodarme para hacer via del lugar. 

De algun modo me tranquilizo ver a alguien, que se le veía con mucha más cabeza que ese trozo de vástago hueco de idealismos, con sus actos sobrepasandose de sus alcances, hacercarse a nosotros. Retirando la asquerosa mano, dejando relajar mi tensión muscular, contenida tras tanta emoción. Ahora que esta aqui, consejero, esta claro que si- le sonreí levemente- ¿cree que me puede hacer el fabor de mejorar mis compañias? - Creo que empezaba a participar, en un ya iniciado y vergonzoso... Terminé de decir mirando al brujah, de arriba abajo, con ya mejor compostura, mientras me acomodaba el fular y el bolso. ...espectaculo.

 

 

Cargando editor
06/07/2010, 21:23
Director
Cargando pj

Notabas algo de rabia en la cara del Brujah, demasiado alcoholizado cómo para pensar y demasiado burdo cómo para intentarlo. Sin llegar a saber que le molestaba más, si las verdades sobre su estado o sobre sus modales.

Con cuatro palabras habías rebajado la posición de ése primogenito y líder más abajo que la de James, y la llegada del anciando consejero y tu repentino comentario para que se mantuviera alejado de ti, no ayudaron mucho.

En un momento pudiste ver cómo con un gesto de rabía apretaba la copa, aún algo llena, con su mano hasta hacerla añicos, mezclandose la sangre de sus heridas con la que cayó del interior del recipiente.

En un abrir y cerrar de ojos te encontrabas con la mano de ése violento vástago a menos de cinco centimetros de tu rostro, notando el aire que desprendió, llegando hasta a mover tu melena. Agarrando el codo estaba ése anciano que por todo lo del otro día y sus amistades imaginabas que era Consejero, chasqueando con la lengua y, en ése momento Jaume, moviendo violentamente el brazo hacia abajo, para liberarse de la opresión del único que había venido a inmiscuirse entre vosotros dos. Ésto no quedará así -te dijo señalandote con el dedo a pocos centimetros de tu cara-. Por que está el viejo que sinó... -dijo mirando con desprecio a ése hombre de avanzada edad- pero no sabes con quien te has metido -te advirtió mientras se ponía la chaqueta y dejaba 160€ encima de la barra. Pero los neonatos que os las dais de listo me dais asco dijo mientras se dirigía a la puerta, y girandose te miró y te dijo, gritando para que le oyeras bien: por suerte siempre terminais recibiendo lo que os mereceis.

Por supuesto que si señorita -te dijo sentandose justo en el sitio que antes había ocupado ése desagradable Brujah-. ¿Eres la protegida de Conrad verdad? -te soltó sin darte ni tiempo a decir nada. Vitraya Schiavone si no recuerdo mal -te dijo mientras miraba el anillo que tenías en tu mano para posteriormente, mirandote en los ojos decirte. Mi nombre es Eudald de Salisachs, y cómo muy bien ha dicho antes -te decía en un correctisimo catalan parecido al de Cónrad- soy un humilde Consejero de la ciudad, a la par que miembro de tu mismo clan.

No recordabas haberlo vísto más que alguna vez de refilón. Éra extraño que tu mentor en ningún momento te hubiera hablado de él. Parecía un buen hombre y en mirar el reloj y ver que ya sólo faltaban poco más de diez minutos para ir a la reunión con Montoya llegaste a lamentarte por haber perdido de ésa forma el tiempo con ése desgraciado.

Aunque tu no sepas de mi, yo si se bastante -aunque no lo hubiera dicho lo habías podido notar en hablar de tantas cosas sobre tu vida que no solías decir a los cuatro vientos. Quizá el anillo le alerto, pero si realmente era Consejero tampoco era extraño que supiera sobre la vida de casi todos los vástagos de la ciudad y parte de los alrededores. Tube la mala suerte de ser el "padre" de tu sire, Benjamin. Ésa horrible criatura que quizá hubiera sido mejor que se hubiera muerto en el momento del abrazo.

Sus palabras te chocarón, más viniendo de el creador de ésa criatura de la que tu pensabas lo mismo. ¿Te llegaría a poder pasar éso cuando Abrazaras a alguien? ¿pensarías tu lo mismo? ¿era lo que sentía Benjamin hacia ti?... Eran muchas dudas todas juntas de golpe, en un momento en que poco rato tenías para una conversación que realmente se habría merecido mucho más tiempo. ¿Y tu pequeña, que haces aquí? En ése momento pudiste ver que hacia un gesto con la mano, y murmurandole le comentó lo de antes para la señorita y lo mísmo para mi pero en femenino. Pudiste comprobar, no sólo la rapidez de movimiento que tenía ahora el camarero después de la marcha de ése molesto cliente, sinó además, tu primera comida tenía mucha similitud en el que, presuntamente, era tu "abuelo". ¿Lo habría hecho Benjamín por algun motivo?.

 

Poco después de que os sirvieran las bebidas notaste la mano de alguien tocandote el hombro desde de trás. En girarte pudiste ver que allí estaba ese Tremere que antes había llegado con el Principe. El señor Montoya pide su presencia -te dijo para posteriormente ir hacia las escaleras mientras le seguías con todas tus cosas-. Por suerte no te había mandado a ninguno de los Brujah, hecho que agradecías. No sabías si Montoya había podido ver esa lastimosa escena, pero tu habías quedado harta de ésas criaturas por unos cuantas horas, quizá dias. Solamente los llegaste a ver delante de la puerta, la cual te abrieron y cerraron tras entrar.

Allí pudiste ver una sala de madera con una zona más alzada en la que había siete sillones identicos, de cuero granatoso totalmente vacíos, dos en el lado derecho y tres en el izquierdo, y en el centro, sentado en un trono de madera y terciopelo del mismo color que los demás, acompañado por dos sillones más a lado y lado, pudiste ver a Javier Montoya.

Tenía la misma mirada que hacia unos días, y tras pedirte que te sentaras en alguno de los sillones vacios procedió a decirle. Buenas noches señorita Schiavone. Dijo haciendote una leve deferencia con la cabeza. Por los motivos que han transcurrido ésos días se le ha dado la oportunidad de madurar, crecer en la escala generacional, demostrar sus talentos y sobretodo, mostrarnos a los demás que sabe usarlos, a parte de aprender que respetar la ley a veces tiene su recompensa. Un ese momento te miró mucho más fijamente en tus azulados ojos. Al menos éso espero yo.

Lo de éstos días es algo muy importante para usted. Ha tenido la segunda oportunidad que el señor Darnius pidió por usted, un segundo juicio que no todos los condenados tienen la oportunidad de tener. Notabas su voz muy grabe, con una gran seriedad tanto en su mirada cómo en su tonalidad de voz. A parte de todo lo del Libro que me comentó su mentor, pero que por razones considerables dejaremos al final. Por suerte -añadió-, aún tenemos tiempo para aprovechar, y cómo último remedio en la sala no hay ventanas.

Observaste las paredes de la sala que supusiste era la sala dónde el Consejo, con Montoya al frente, tomaba todas las decisiones de la ciudad. Todas estaban hechas de madera pura, de color oscuro, con grabados que parecían tallados a mano, y que de nuevo, cómo los de la puerta, te recordaban tu Villa.

No lograbas entender cómo los Toreadores aceptaban a votar y debatir en ésa sala llena de distracciónes para ellos, así cómo los pupitres del mismo material que haciendo forma de arco horizontal, suponías servían para guardar las notas.

Pues bien señorita, usted me dirá. ¿Qué tiene para mi?

 

Notas de juego

RdS: 10

FdV:8

Cargando editor
07/07/2010, 15:45
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

En cierto de las palabras de Jaume, si, neonata era. Mis años de empresaria en el mundo de la noche,no, y me habían dado conocimientos de trato a ese tipo de actitudes. Con la diferència de no tratar con un primogènito, del cual acababa de percibir el porqué.  Almenos ese en concreto. No sabía si su mal comportamiento era debido a su alcoholizada vitae o a su mente burda, pero en cuanto me señalo, sólo nege levemente con la cabeza. Pensando que en cuando sus amenazas, eran fruto de los 160€ gastados en algo que no le ayudo más que, volver a evidenciar su estado. Aúnque me tranquilizo más la idea de escuchar las palabras del referido anteriormente "viejo". 
Sólo pude sentarme y escuchar sus palabras. Hasta que mis sentidos se agudizaron en escuchar el nombre de Bengamin. Era evidente que ese ser traia rencores provenientes ya de dos Consejeros del principado. En ese momento no quisé decirle nada sobre él. Pero debería encargarme de tener una agradable charla con mi mentor. No tenia ni idea de que mi abuelo estubiese a su lado. ¿Era ese el motivo por el cual me había acojido? Todo se podría clasificar en un principio de lástima...  Agradeciendole su acto de "buena fe" que acababa de tener conmigo en cuanto a lo referente al Brujah, me lebante para seguir a ese Tremer.

Quizás era la primera vez que esas escaleras se hacían inacabables. Pensé en todo lo que traía encima. Documentos e informes, datos y esa carta tan intrigante. Recordé las últimas palabras de mi primo, su mirada, su trama en todo este asunto. MI crúz detras de la espalda, escondida, igual que la suya, "familia Schiavone"... Hasta que el tacón piso el final de ese recorrido de escaleras. Inspiré, mentalmente. Reflexionando en que ese aspecto no se tocaría dentro de la sala, y sabía que antes de abrir más la trama hacía la cena de esta noche, la cruz que nos juntaba en cuanto a sentimientos, nostalgias y recuerdos afimeros, quedaría encima de mi pecho. Así me calmaria, protegiendome de mis propias pasiones nacidas hacía apenas horas de alguna manera de ser sin compasión.

Esa sala era algo pictoresca, pero tenía ese buen gusto del que pocos toreadores acababan alcanzando. Al entrar dentro recorrí con la mirada esos sillones. Colocados de una forma ortodoxa a mi modo de ver, hasta que me quede en medio de la sala mirando las tres sillas que quedaban a su izquierda. Ni más lejos, ni más cerca, me dirigí hacía el segundo sillón de la derecha. Justo en medio de los dos vacíos. Dejando encima de la mesa tanto el bolso como el maletín encima ese pubitre tan grácioso, sín dejarlo de mirar a los ojos. Escuchando con la tranquilidad necesaria todo su discurso. Hasta en cuanto nombro que esa noche podría ser realmente larga, observe al no haber ventanas, que si se extralimitará mis ghouls estarían como unos neciós delante mi cama.

En cuanto me dijo que le contara lo que le traía se paso por mi mente el maletín. Pero igualmente tampoco traían nada de los principios de la trama. Asentí lebemente con la cabeza, sin acabar de acomodarme en esa silla, como si empezar mi discurso fuera algo paradojico. Tiene razón -con una sonrisa- el tiempo és oro- señale a medias la evidencia de la falta de ventanales-  oro maldecido. Tras de mientras acabar de juntar mis piernas, mirando a Montoya, continué. Bien, justo después de recibir su petición, contacte con una comida algo especial para empezar la mañana con algo de información. Lucius, -tras una breve pausa mientras apoye mi brazo derecho encima del reposabrazos, proseguí- Un narcotraficante y traficante de armas que se postra muchas veces a comerciar por la zona del puerto, entre otras-, Del cual no me hubiese imaginado nunca que estubiese tan metido en un total de asuntos muy sospechosos. - nege con la cabeza pensando en como Lucius había hablado tan libremente en cuanto mis habilidades dieron sus frutos. Me empezó a hablar de unos tipos realmente extraños, entre ellos Ramón, que quedaron con él varias veces en Cornellà para comprarle un tipo de armamento demasiado comprometido para la mayoria de criaturas. Insistiendo mucho en un tipo en concreto, comerciar, nitrogricerina en gas... -paseé mi otra mano por encima del fular suabe, recordando las palabras de mi suculento ganado prisionero a esas horas. En cuanto al puerto las redundancias, de su explicación, se centran en el embarcadero 999, el cual era utilizado hacia años por pescadores, pero su falta de conservación lo deribo a una nave para duelos de criaturas... hasta hace 5 meses lo reabrieron aún estando en malas condiciones. -Dejé mi brazo izquierdo ya, encima de mis piernas, para terminar sentenciando con un tono algo frío, debido a qué no sabía cuanto tiempo traería contarle más detalladamente los asuntos.- Lo extraño es que los amarres de los barcos de la zona són pequeños pesqueros, con la diferencia de que siempre a las doce de la noche, se instalá un barco de mayores envergaduras de algun otro tipo de negocio. - Recordé que poco más sabía de esos incidentes, pero lo que creía entender era que hiban muy ligados a todo lo referente a Ramón y sus compañeros listados en mis documentos.

Cargando editor
07/07/2010, 21:43
Director
Cargando pj

Mientras te dirigías al sillón te percataste de que parecía que asintiera levemente con la cabeza ¿habías acertado? ¿era lo que esperaba él? Toda ésa reunión era un riguroso examen, desde el primer segundo en que tus tacones habían retumbado en el silencio sepulcral de la sala en tu llegada.

Trás empezar a hablar perciviste que Montoya te escuchaba atentamente, la mayoría del tiempo con la cabeza recolsada en el cabezal de su trono, con los ojos cerrados, llegando a parecer dormido aunque supieras que lo que en realidad hacía era dibujar en su mente todo detalle de lo que le contabas, girandose ligeramente para mirarte en algunos momentos, sobretodo en los puntos claves: asintiendo tu perspicaz comentario sobre la importancia del tiempo, al igual que cuando empezaste a hablarle de Lucius, volviendo posteriormente a su postura original.

Se mantuvo así hasta que, abriendo los ojos dijo: Interesante,... realmente interesante. Mientras decía éso se tocó la barbilla con los dedos de su mano derecha, para tras juntarlas levemente por las comisuras de los dedos girarse ligeramente hacia ti para decirte: Resulta no más que embidiable el arte con el que vuestro clan, sutilmente, exprime hasta el própio rebaño para evitar mancharse las manos. Paró un momento, pretendiendo dar un poco de misterio a sus palabras. Quizá la razón de vuestra longebidad y sigilo, llegando a estar en todas partes sin ni siquiera tener que acercarse. Un magnifico arte de guante blanco, pero que al final suele requerir jugar con la mente del sujeto o quitarlo de circulación.

Terminando de juntar los dedos de sus manos, y cerrandolas entre ellas sobre la madera del escritorio, que desde tu posición, pudiste comprobar era mucho mayor y bien trabajado que los demás prosiguió. La relación de ése sujeto con Ramón, y las conexiones con Cornella no dejan de ser interesantes, más teniendo en cuenta lo del embarcadero y la relación con los transportes nocturnos.

De nuevo, ése momentaneo y tan molesto silencio, cambiando de nuevo la posición de sus manos poniendo las palmas juntas delante de su boca, cómo pensando y pidiendo silencio a la vez, una posición similar al rezo o la meditación, para terminar murmurando. Nitroglicerina... curioso... ciertamente curioso. Pero no más que su elección a la hora de sentarse -te dijo ya volviendose a referir a ti, mientras observaba ligeramente el anillo situado en tu dedo-. Se ve que hay una extraña conjunción entre usted y su mentor, y por lo visto, ya ha elegído heredera.

Ésas palabras te desconcertaron un poco. Ése cambio de tema tan repentino tras terminar de repasar en voz alta tus anteriores palabras. Aún así, supongo que tendrá algo más de información para mi.

Cargando editor
08/07/2010, 02:49
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

En sus primeras palabras me percaté de su intencionalidad en su tranquilidad. Ese analisis al que solía someter a mis ghouls pero esta vez vivido en propias carnes. Lo miré sintiendome algo extraña en cuanto se refirio a mi clan. Evidencia, tras evidencia vi como se percató de un movimiento que acababa de recalcar con algo de perspicacia y sinceridad.- el ganado. Sus misterios me dejaban perpleja, algo atonita ante sus pausas y su hablar retorico. Me impresionaba su compostura, fria, calculadora... alejandose de cualquiera por su propia seguridad... Actuar así o ser así, no creia que hubíese mucha diferencia para él.

Reflexione en eso hasta que descubrí que su motibación se reclinó en conjuntar a Ramón junto a Lucius con todas mis otras palabras, me alegre. Parecía que sería quizás algo más fácil de contar todo lo que traía encima. Pero algo en mi se sobresalto en cuanto nombro el anillo y a Conrad en el mismo saco que mi posición y elección a la hora de sentarme. ¿Qué significaba aquello de heredera? Una sensación de intriga, desconcierto y atención surgio en mí. ¿Fué una casualidad mi elección? Ni más lejos ni más cerca, neutral... Como quien quisiera molestar lo mínimo dentro de un cierto acercamiento. Muy curioso- pensé justo cuando terminaba de indicará que prosiguiera con mis conocimientos.

Aún mantenia mi brazo derecho encima del sillón, al igual que el contrario reclinado en mis piernas, encima de mi suabe vestido, algo que me tranquilizaba al recordar el éxito de la compra de mi local. Por supuesto - dijé con un tono tenuo mientras sonreía lebemente- Ramón y mi comida estaban conjuntados en cuanto descubrí quien se presento en la Mooving"s. la misma señorita Lucita sabía quien era, y tanto yo como el comisario lo andabamos buscando. - Negé con la cabeza, pausando mis palabras, después de mi tanta mala fortuna. Me enfadé conmigo misma por haber vuelto a enfurecerme ese día, a casí un palmo de cometer diableri delante el mismo sheriff. - El mismo insensato que vi en las fotos de Castellano-refiriendome al último citado- estar en la demonix, un local nocturno situado en el puerto. -me incorporé sólo un poco, puesto mis piernas no estaban cruzadas y mi poco acomodamiento en ese objeto habían servido para algo, agilizar el tema.- Abrí el maletin repostando su obertura de la tapa encima de mi bolso.

Sacando lentamente la carpeta negra mientras mi mirada se perdia en el interior de este. Justo el día y las horas en que lo invité, acababa de ocurrír la muerte Pablo Rodríguez, el hombre que murio tras la noche de fin de año, en el mismo puerto. -Saqué de los separados documentos, por las hojas de plástico de la carpeta, la fotografía en qué salía la DJ y la de pablo- Verá, durante esa cena, -dijé mientras lo miraba y me lebantaba. Me dirigí aún hablandole,  con paso precabido hacía las escaleritas derechas de ese trono. Castellano me hablo de que sus investigaciónes se centraban en el puerto y sus alrededores, tanto como con la crecida de seguridad policial por todo Barcelona. Y mientras tanto, mande a mi ghoul a registrarle su chaqueton, a sabiendas de todo lo pasado en la noche anterior, ademas de saber que vino directamente a mi casa. Esta criatura siempre se trae el trabajo encima...-El tono en mis últimas palabras fué algo lebe debido a la evidencia de estas mismas eludiendo que marqué aposta la cena para que no lo dejase en casa- Antés de subir miré si me daba alguna señal de que pudiese acercarme, puesto ni sabía que protocolo se debía seguir. Sujetando esa fotografia... poniendome algo nerviosa al saber que habían más documentos a mostrar y no sabía como era manera indicada a traspasarselos. Hasta que decidí subir, manteniendo una cierta distancia sobre ese ser, dejando la fotografía de la Dj, con mi mano derecha postrada en su pupitre, mientras le decia. Una camara y una targeta. Esta fotografia fué tomada el mismo dia de la fiesta. Se puede observar a esa chiquilla Dj, como si lo estubiese llamando extrañamente.... no se..., -incline algo la cabeza dudando algo de mis percepciones, para fijarme lo borrosas que se veian sus facciones. La cuestión es que el mismo imprudente Ramón, estaba merodeando, justo el día de la muerte de esta lastimosa vaca.-En esto repeti la acción deslizando después mi mano hacía mi, recordando mis interéses con los locales nocturnos. Todo eso había manchado mis espectativas respecto la mooving"s, junto al temor de perderla si esa noche todo iba mal. Es este el tipo muerto. -dijé en un tono seco, ese momento respire para notar el aroma que emanaba del perfume que use tantas veces en mi antiguo cabarette... . Dejé la otra fotografía al lado para después señalarle la otra con mi mano derecha y mi dedo indice marcando encima - Hablando con Ramón poco antes. -Me quedé unos instantes dubitatiba medio apartando la mano del pupitre y alejandome algo de su visivilidad marqué con el mismo dedo la nuca de ese trinchado cuerpo. Me gustaría remarcar esta marca, de la cual aún estoy conjuntando información- en eso me giré para mirarlo mientras apartaba definitibamente la mano de encima de las fotografias- de la cual ústed mismo ha marcado exclusivamente hablar más tarde. -Desde allí con un tono con algo de preocupación le comente el objeto encontrado al lado del cuerpo-

Cargando editor
08/07/2010, 03:41
Director
Cargando pj

Por suerte para nosotros Ramón ya está fuera de circulación -dijo de forma algo sarcástica en cuando le comentaste la relación entre él y Lucius, parando en seco en percatarse de su interrupción y gesticulando un leve pero sorprendente Perdona, dándote paso con un movimiento circular de su muñeca para que siguieras comentandole.

Mirandole más profundamente, escrutando su alma cómo parecía que hicieran sus ojos, perciviste un intenso color azul claro que por un momento te hizo temer por el que Oriol había mostrado hacía unas horas, pero luego percatando que era calma y no enamoramiento lo que su aura mostraba, con algunas leves manchas de confusión que fuerón desapareciendo mientras le íbas comentando los resultados de tus investigaciones, haciendo uso del beneficio obtenido de la acción que ahora te había llevado allí.

En el momento en que le mostraste las fotografías pareció algo sorprendido, sobretodo en el momento concreto de la que había con la DJ, llegandose a percivir hasta en su aura, que se volvió momentaneamente a un color verdoso claro cómo el de sus ojos, pero en éste caso mostrando cierta desconfianza. Aún así, te dejó seguir hablando, sin decir absolutamente, atento a tus gestos y palabras. En percivirse de la existencia de ésas fotografías abanzó su mano para cojer la relativa a ése primer cadáver de la historia. En comentarle de la marca volvió a hablar, sólo un momento murmurandote: ¿me permite?, llegando a rozar levemente tu mano con la suya en el momento de cojerla, cómo para observarlo más de cerca.

En ése momento te pareció ver un flash en tu mente. Era una imagen dantesca, con una habitación que parecía infantil, concretamente de niña, con muebles antiguos, algo deteriorados, y en ese momento pudiste ver una imagen de ésa niña, de aproximadamente unos cinco años, con el cuello medio cortado, por la carne arrancada de cerca de su yugular. En ése momento te pareció ver entrar una mujer de unos 30 años y empezando a chillar. Escuchaste los gritos de ésa mujer en tu mente, mientras observaba la escena y un hombre vestido con capa granatosa y sombrero oscuro se le abalanzaba encima. Podías oír cómo destripaba su carne, aumentando el color a sangre que había en la estancia hasta que, sintiendo cómo si estubieras mirando desde los ojos de la victima le viste: era el mismisimo Montoya. Notaste una fuerte percepción de dolor, culpabilidad y nostalgia de golpe, notandolas cómo própias pero con algo en ti que te decía que no era así, cuando las palabras de el Principe te volvieron a la realidad. A ésa chica la conozco, se trata de un Vástago de la ciudad -empezó a decirte mientras señalaba su algo borrosa imagen-. Por lo referente a la larga lista de conocidos de ése tal Ramón, me preocupa que sus movimientos no solo fueran tan ocultos en sus fines pero tan poco acurados a la vez con lo referente a la preservación de la Mascarada. Negó momentaneamente con la cabeza, y volviendo a observar la fotografía del cadaver prosiguió. Referente a que los intereses de la policía esten tan ligados con los nuestros -dijo mostrando algo de preocupación en su aura- no nos favorece en nada. Por suerte, ha sabido mover sus circulos sociales cómo para tener a interesantes amistades. ¿Si pudiera, digamos -hizo una leve parada para buscar la palabra correcta- sugerirle a ésa criatura que archivara el caso?... -dijo dejando el tema en el aire para proseguir con el caso que te había llevado allí-. Pero por favor, siga, no encuentro que relación hay en éste simbolo con mis anteriores palabras... seguramente tendrá más dudas que despejarme. En ése momento dejo la fotografía sobre la mesa y mirandote te pregunto ¿le importa si me quedo con ella?. En ese momento pareció que te mirara mucho más profundamente, con su intensa mirada clavada en tus ojos, notando en ti una extraña sensacion. Señorita Schiavone, ¿está bien? ¿Desea que le haga subir algo del Elíseo?

- Tiradas (4)
Cargando editor
08/07/2010, 06:50
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Estaba escuchando las palabras de ese ser que me habían vuelto a la realidad. La Dj, Ramón, Lucíus... el profesor Oriol con ese simbolo en el escritorio. Estaba bastante confusa y distraida, en todos esos aspectos. No pude responder a tantas preguntas en ese momento. La niña, la mujer gritando... esos gritos de dolor. Realmente hacía tiempo, muchisimo tiempo que no podía notar eso. ¿Era montoya capaz de una cosa así? Una profunda pena transcurrio por mi cuerpo en pensar que la misma perdida, los mismos sentimientos los había sentído a mi temprana edad. Cerré los ojos en cuando me pregunto si deseaba algo de beber, cuando en mi mente se revolvieron las imagenes de ese cuello ensangrentado. Los abrí para observarlo con tristeza y nostalgia a la vez. Pero me di cuenta de que habían pasado ya demasiados segundos y me giré murmurando un -perdone-, sujetando con mi mano derecha el pañuelo negro que aún llevaba tendido. Negro, como todo lo que se me cruzo por la cabeza. Con la otra mano hice un lebe gesto, indicando que necesitaba un minuto. Un minuto que transcurrio con sepulcral silencio interrumpido por mis pasos firmes pero lentos. En cuanto me quitaba el pañuelo y aún de espaldas de Montoya lo tendí encima del sillón. Cubriendo así todo el asiento con sus grabados. Recorde ese dolor y esa nostalgía, al repetír lo mismo que hizé el día en que supe de la muerte de mi único amor fraternal de mi infancia, cubrí su foto enmarcada  con un mantón rojo.

En ese momento me quede mirando mi elegante pañuelo, imaginando como hubíese sido todo si aún estubiese en mi italia. Imaginando que hubiese pasado si Montoya no hubiese perdido a su familia. Me dirigi ya mas cercanamente al sillón para sentarme, y agarrar sin fuerzas los extremos de los brazos de este. Sin ni siquiera mirarlo, fijé mi vista a no sabía donde y me pregunté a mi misma que hubiese sido de mi sin mi mentor. La verdad es que no -dijé con voz entrecortada, como si ese último perdone surgido de mis labios, hubíese sido demasiado duro y chocante. Mejor no suban nada, -selle mis labíos en cuanto volvía a aposentarme algo más ya que seguia en la misma posición de desorientación- No es posible pero... que usted.... - dejé mi frase pendiente de un hilo en cuanto ese terror recorría mis adentros. Pero lo miré, viendo otro ser distinto, y eso me producia confusión. Decidí relajar  mi mente cerrando los ojos y apartando mis frondosos cabellos postrandolos delante de mi pecho me giré apartando la vista de aquello que no comprendía.

Sujetando mi cruz y notandola encima de la carne de mi pecho. Girandola y viendo en su dorso las palabras que inscribi al pasar a ser una condenada, "entre el cielo y el suelo". En pensar eso, dejé mi cadena soltarse de entre mis dedos, resonando por la sala, hacíendo el mismo cambio interior que decídi hacer antes de entrar en la sala. Mi primo estaba muerto, y lo seguiria siendo hasta que no supiera que era ese individuo en realidad. Retumbando por mi mente las primeras palabras de montoya delante la tumba de su mujer y la de otro feretro. Frunci la frente con preocupación y tristeza ante ese cambio que sufrió, mientras me pase la palma de mano derecha, por la frente dejando el codo apoyado-  -con la mano sujetandome el lobulo temporal cerrando los ojos con tranquilidad. Esto es algo demasiado delícado... no posible... -negé con la cabeza- Pero acabo de ver un pasado. Un pasado en el que una niña pequeña y una madre perdieron la vida... -mis palabras se entrecortaron en decir perdieron junto a mi mirar de la cruz. Por ústed...Había sentido tanto horror, tanto sufrimiento y tanta nostalgia que la últimas palabras emanaron de mi con profunda penuria y lamentación- ¿Que sire permitiria dar esos tragicos primeros pasos? 
 

Cargando editor
08/07/2010, 07:51
Director
Cargando pj

Notabas a Montoya expectativo a tus palabras mientras, poco a poco te quitabas el pañuelo, cómo quien por todo lo sucedido en tanta brevedad pero a la vez intensidad, si quisiera despojar de ésa pieza para aliviar un leve sofoco. Pero aún así, tu no tenías ésa sensación, no sentías ni frío ni calor, pero por unos breves segundos habías revivido las últimas sensaciones, percepciones y visiones de la mujer que relacionaste cómo la esposa de Montoya. En tu vida sólo habías llorado dos muertes, y la única que fue de corazón por lo que habías podido saber hacía pocas horas, no había terminado en un sepulcro.

Te escuchabas perfectamente balbucear, palabras con sentido pero sin llegar a formular frases con ella, sin querer ni siquiera mirar la expresión actual de ése que habías visto totalmente poseído por la Béstia, cuando era un neonato cómo aún eras tu.

Tranquila, disponemos de todo el tiempo necesario -te dijo en el momento en que le pediste un minuto-

No sabías muy bien a que se devían ésas imagenes, ese sufrimiento que ahora se había convertido en el tuyo, no llegando a mirarle hasta haber leído la antigua escritura de tu crucifijo, pudiendo observar cómo Montoya, asentía ligeramente con la cabeza en el momento en que tu crúz se resvaló de tus dedos y repicó de nuevo contra tu pecho.

Pudiste percivir perfectamente, por entre los dedos que dejaban algun que otro paso a tu visión, situados en tu frente, cómo Montoya se tomaba con sorpresa tu notícia, volviendo a asentir con la cabeza, con una leve expresión de vergüenza en su cara en el momento en que le nombraste la identidad del verdugo. Dejó pasar un tiempo antes de volver a hablar, viendo cómo sus ojos pasaban de tu cruz a tu anillo.

Supongo por tu reacción que es la primera vez que te sucede algo así -te dijo Montoya mientras, observando cómo por un momento hacía un leve gesto para postrar su mano en tu hombro, se retraía para volver a situar sus manos en la pensatiba posición del rezo. Pues siemple, la clase de sire que fue Benjamin para ti. La clase de sire que no quería que pudieras llegar a ser tu algun día -sentenció con rotundidad Montoya, para proseguir hablando, aunque haciendo más pausas entre sus frases, expresandose con menos impetu y rotundida que antes- Normalmente cómo buen monarca clasico, devería alterar tu mente o eliminarte bajo alguna excusa de peligrosidad para la seguridad del Principado. Dijo algo pensativo en sus palabras, observando el vacío con la mirada fijada en la puerta. Cómo bien veo que comprende -dijo mirando tu cruz-, la pena que tenemos que pagar cómo cástigo divino es mucho mayor a la simple maldición. La Béstia, ésa verdadera condena a la que el Señor nos sentencio, mucho más que la no-vida. Y ella, no distingue entre clases, ni rangos, ni posiciones,... Es caprichosa, cómo bien has podido comprobar en tu própia carne y labios, obligandos a perpetrar nuestros pecados durante toda la eternidad.

En ése momento hizo un leve silencio, llegando a temer por la seguridad de tu existencia por un momento hasta que, sintiendolo carraspear, volvió a hablar. Aún así, por su suerte el Príncipado es joven, y yo no soy cómo la mayoría de monarcas de nuestro viejo continente. Se que conoce algo que en segun que situación podrían poner en tela de juicio mi gobierno, y llegar a desestabilizar la poder de la Camarilla. Aún así... Volvió a hacer un lebe silencio, para al cabo de unos largos segundos volver a hablar.

Aún así usted misma tiene importantes intereses en que el Príncipado no padezca ni la más mínima brecha. Desde ésta misma sala se ha conseguido parar muchos intentos de inestabilizarlo, pudiendo llegar a destruir los cimientos del orden que, no sólo permite nuestra persistencia, sino su fuente de ingresos.

Un problema así para mi tambien lo sería para usted, señorita Schiavone -te siguió diciendo sin quitarte el ojo de encima ni contradecir o intentar ocultar ninguna de tus acusaciones- por lo que se que no irá gritando a los cuatro vientos lo que acaba de ver. 

La sala se volvió a quedar en silencio, en una batalla de miradas que mostraba la dificultad que teníais tanto tu cómo él para romperlo, hasta que al final se decidió a proseguir.

Pero bueno, aclarado el tema... Supongo que deberá tener otras cosas importantes que comentarme. Y volviendo a ponerse con la cabeza recolzada en el trono, con los ojos cerrados y las manos en posición del rezo, moviendo rápido los labios cómo si estubiera silenciando un padre nuestro o el rosario, poniendo al finalizarlo, las manos en sus rodillas te dijo: Siga porfavor, deleiteme con sus informaciones.

 

Cargando editor
08/07/2010, 23:09
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Por supuesto era la primera vez que me sentía mal por causas de ver un pasado como el de ese individuo. No entendí esa actitud. Me sorprendio que alguíen tan puesto y de nula exposición de sentimientos, pudiese mantener la compostura como si nada. Tan sólo verguenza. Pero ¿porque un pasado? Siempre, mis flash eran debidos a visiones o profecias futuras... Me quedé mirando esa mano debenir... ¿porque esa actitud? Pero en el justo momento en que tubo que escuchar por segunda vez el nombre de mi sire, me recolse con algo de indignación y rabía hacía la evidencía que de mis palabras anteriores, habían logrado recordarmelo de nuevo. Lo odié desde el primer momento en que trunco mi mortal vida, dejando toda mis prespectivas sociales por los suelos, hasta día de hoy...

Monarca clasico, la béstia, la condena... era entrar en un dialogo demasiado indiscutible pero su interés era exactamente el mio. Era aquello que no podía comprender de ese necio Brujah. Primogenito y anarquista del principado... cualquier guerra podria hacer perder todo lo que con tanto esfuerzo había conseguido reflectar en mi economia. No tan sólo por la sentencia de Montoya, sino por demasiadas preocupaciones como las que tenia postradas delante de mis narices, los documentos. Por lo que en ese leve silencio, lo miré intentando observar que aún seguia siendo el mismo titiritero de antes. Esa actitud manipuladora que tanto envidiaba. Sutíl, simple, logica y sentenciadora. Eso me hizo sentir mejor. Su última reflexión me recordo al vinculo que se podía llegar a tener con el rebaño.

Pensando todo esto mientras le prestaba atención, percaté de que mi postura se había ido moviendo a la izquierda del sillón. Con el codo reclinado en el reposabrazos y mis manos ajuntadas en las piernas. Como si quisiera aprender como en tan poco tiempo se llebo la conversación a sus andares, sin darle más importancia al tema. Una frialdad capaz de sorprender a cualquier enemigo. Eran realmente interesante esas maneras...

Proseguiré, con la fotografía del sujeto más adelante si me permité. Será todo-murmuré entre dientes-menos dificil de conjuntar. Lo seguí mirando desde esa posición de tranquilidad-con mis cabellos cubriendo mi espalda y el flequillo tentando quitar esa visibilidad necesaria. Realmente el comisario es alguien muy perplejo, al igual que sus sentimientos. -una pausa logro encajar en mi los anteriores comentarios y el de esa DJ. Sujerirle... -afirme con la cabeza mientras cruze mis piernas- ese caso y algun que otro mirar de más como el de esa chiquilla. -Cerré los ojos con una pausa en mi mente. Pensando en que igualmente mañana ya había de quedar con él para eliminar algunos percanzes debidos a los casquillos de James. Sería fácil igualmente... Mientras abria los ojos y lo observaba de nuevo. Dia de la llegada de los reyes delante jesucristo... igualmente tenía pensado quedar con él.  -Con un tono firme y seco acabe de hablar para con una tono algo ironico sentencié. El regalo ideal, una charla formal, será divertido.

En ese momento, dejé de recolsarme con el codo, para inclinarme a sacar la hoja en que salía el informe de la colílla de malvoro y una targeta de la demonix. Del último le comente los motivos por los que el propietario quedo conmigo y los realmente intereses que había detras de eso. Pero algo más tiene que saber esa chiquilla. Esa mente estaba demasiado manipulada... Acabada mi explicación prosegui con un tono algo más serio. Aunqué lo realmente interesante llega cuando encuentro a mi recipiente en la misma zona del embarcadero999. Curiosamente acababa de recibir una visita... muy peligrosa... -Me acerqué la hoja a mi visibilidad chasqueando con la lengua en señal de negación y retirandome el flequillo en un tranquilo movimineto. - Una colilla y una bonita charla con Lucius. Lástima de algunos detalles desperfilado. Mi ghoul marco con un disparo el coche del sujeto, solo vi que parecia un bmw.

En ese momento me lebanté mirando la fotografia del sujeto, para subir por las escaleras mirandolo fijamente. Esté es. Un señor que cuando pierde el sombrero resulta tener otro ojo de vision... -con voz fria y profunda le terminé de decir. un salubri. Me fuí al sillón mirandolo aún, espectante a como tuerceria mi vida en esa ocasion, ese maestro de la utilización- Postrandome de la misma manera que antes. Con el codo izquierdo apoyado en su reposabrazos y con las piernas cruzadas dejandolas de lado.

Notas de juego

auspex 2

Cargando editor
08/07/2010, 23:57
Director
Cargando pj

Referente al tema del Comisario -dijo Montoya justo después de que terminarás de comentarle el tema del salubri, cómo si ya hiciera algo de tiempo que deseara hacerlo- cuando antes lo tenga todo solucionado mejor. Confío en que sus artes serán óptimas para que sus opiniones lleguen a ser importantes para él. Sentenció el Príncipe, remarcando la palabra importantes.

Sobre ésa discoteca y la DJ, -dijo dándo un leve cambio de tono para mostrar que con su cambio de tema había dádo punto y final al anterior-, digamos que de éso ya me encargaría personalmente. Le recomiendo no abrir demasiados negocios con semejante sujeto, por si hubiera algun repentino cierre. Su camino en éste momento es otro, -recalcó mirandote, momento en que, llegando a mostrar una mirada de interés en sus palabras  y aprovechaste para escrutar su alma de nuevo, en busqueda de los sentimientos reales de ése frío ser- y no quiero que se le puedan llegar a cruzar, a no ser... paro un segundo, recapitulando en las palabras que anteriormente le habías contado, que ya lo estén.

En la habitación no había ningún reloj, ni niguna otra cosa electrónica que pudiera marcar el ritmo del paso del tiempo, mientras observando levemente sus gestos te percataste de su ahora aura pensativa pero a la vez algo desconfiada.Sentías en tu interior que, aunque el tiempo que había durado la conversación a ti te pudiera parecer demasiado largo, sólo habían pasado realmente 33 minutos y 12 segundos de la hora en que entraste allí, de las 5 en punto de la madrugada.

Lo que realmente resulta extraño es todo lo relacionado a ése Salubri. Dijo mientras revisaba el fax que le habías dejado. Jhonathan Crew -murmuró-. De Estados Unidos... problemas con la justicia... antisistema... 17 años... extraña muerte... -era lo poco que podías escuchar, de los pensamientos en alto de Montoya mientras releía toda la información. Un informe del sujeto muy completo realmente, daré voz a los grupos de seguridad que se percaten de un coche de tales características. ¿Sabría en que sitio le dió? Te preguntó Montoya poniendo verdadera atención a ésa parte de la investigación. ¿Ésto se lo dió tambien su amigo? -dijo mostrandote el fax-. Es interesante y a la vez aterrador que los Salubri hayan decidido añadir en sus filas a éste tipos de sujeto. Antes solo les solían interesar a los Brujah y Nosferatus -seguió diciendo mientras sacaba un paquete de tabaco de su americana y se encendía un cigarrillo. Dime señorita, ¿sabría decirme algo de los Salubri?, ¿algo que le hiciera pensar en su posible relación con Ramón? a parte por supuesto de las oportunas vivencias de su entrometido recipiente claro. Dijó con un leve tono irónico.

Realmente, una charla interesante -murmuró, dejando paso a tus palabras-

- Tiradas (1)