Partida Rol por web

Crónica de los Secretos (1): Tiempos de Sangre Tenue

Preludio (Vitraya): El principio del fin

Cargando editor
02/07/2010, 03:40
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Al llamarme la atención ese vástago, me aproxime acabando de percatarme que no aposente ni acabé de arreglarme la bata. Había leido el nombre del `posible tercer comensal al tiempo que me lebantaba bruscamente para fijarme mejor. Mucha casualidad, que de golpe se conjuntara el nombre de Tanaka, junto al del asesino y el de otro desconocido. Sin ganas de reprimir la alegria ante la noticia sobre la actitud de esa mujer relucio en mi una sonrisa de par en par y le golpee en la espalda como tantas otras veces a michael cuando hacia las cosas bien. Muy bien, muy bien, entendido. Pero esta vez, al ir todo tan perfecto, recibiendo los frutos de mis investigaciones de la noche anterior, viendo la letra de mi sirviente deseandome las buenas fiestas... Sabiendo casí todos mis pasos hasta aquí. Estará pensando en que reacciones tengo quizas... o no.  ...con tanta ferbor, que se me cayo el tabaco y la carpeta. Hice un gesto de disconformidad,murmuré Genial... empezo mi buena suerte... mientras miré con cara de preocupación hacia el salón como si me importará estar llegando tarde.

Al entrar y ver todo ese montaje me mentalize de que eso era un pagamiento para comprar mi acceptación. Pero al descubrir el "regalo" de mi sirviente, me di cuenta de golpe, que casí aún no había invertido economicamente en la dicha mencionada. Me dejo claro, que quería de todas todas su tan ansiado abrazo. Estar por encima de elección a su compañero, sacando dinero hasta para invitarme e invitar a su "victima", incluso absorber los seguros temas de conversación con Conrad, a los que últimamente se había acostumbrado. Prácticamente como un buen ventrue en cuando debido a su buena actitud se cogío prestado como fabor salir con su concuvina unas horas más de las que ella le había pedido, sacando ese carácter apagado ya hacía tiempo.

Me dirigí hacia la silla, observandola algo dubitatiba. ¿En ese cacharro había todo lo necesario? La tecnologia cada dia depara una estucia algo desmesurada. Seguramente muchos toreadores exigian ese tipo de servicios ¡con semejante espejo! y la mente del ganado ha sido "sutilmente" astuta como para sacar provecho de ellos. Y ahora mismo, de mi... En un italiano modelico escucharon un Perfecto, dejo esto aquí mientras no se tenga que manchar. Dejé los documentos, el "vicio" y el móbil. Mmmm... empezaria con un cambio de color del cabello. Elegiria un castaño, con el flequillo recortado y la melena estirada. ¿No tendrian una book con los colores del tiñe? De mientras veia como rebuscaban mi petición les pregunté si eran italianos natales y por su procedencia. Unos italianos trabajando en españa... pocos había visto, y todos eran turistas... Le pregunte si señalando al chico si estaban llevando un negocio familiar.

Elegí un castaño con mates oscuros para proseguir a decirles que el vestido seria de color azul claro para que me maquillaran y pintaran las uñas de los colores que creyeran pudíeran ir acorde. Tendría tiempo para relajarme un rato. Si nadie importunaba ese momento de soledad compartida junto a dos nuevos conocidos. Como cuando tantas noches indagaba en las vidas de nuevos comensales en mis ya tipicas fiestas de antaño.

Notas de juego

tiro de encantamiento al vástago de la entrada.

Cargando editor
02/07/2010, 04:11
Director
Cargando pj

En el momento en que elejiste el color que querías para tu nuevo peinado y comentado la vestimenta que llevarías ésa noche para conjuntarla con tu maquillaje notaste cómo te recostaban aún más el sillón, y sacando otro extraño artilujio de una de ésas cajas metalicas que no terminabas de ver bien Simonné te dijo que te relajaras. Usted tranquila señorita, resaltaremos aún más su belleza natural, sin duda. 

Al poco notaste una tíbia agua rozando te frente y mojando tu cabello. Hasta éso se habían traido. Realmente unos excelentes profesionales, hasta que empezaste a sentir las manos del joven moldeando tu melena entre sus dedos dándote un suave masaje. Hacía tiempo que no notabas ésa sensación en tu cuerpo. Habías tenido asistentes y damas de compañía mientras aún respirabas instintivamente, no cómo ahora, pero ese cigarrillo de antes te permitiría no cometer uno de los muchos errores que ayer Oriol te presentó. Yo procedo de la Toscana -te dijo la mujer mientras se sentaba en el taburete para empezarte a hacer la manicura delicadamente- y mi ayudante del sud de Milano. Te resultaba extraño el dominio que ésa mujer tenía en las conversaciones, apagando la voz del joven antes que, ni siquiera pudiera hablar. Yo soy la jefa de estilismo de la línea de centros de belleza venecianos Donna Simonné, su amigo ha dejado claro que quería lo mejor, a poder ser de nuestras tierras. Te sorprendió la delicadeza con que Michael había llevado el tema, teniendo cada vez más claro que deberías dejar la revisión de los documentos para más tarde, si ésa dedicación hacía ti se mantenía igual durante toda la sesión. Mientras Simonné empezaba a pintar las uñas de tu mano derecha el joven te secó el pelo con una toalla para posteriormente hacer unos toques con el secador antes de proceder a estirarte el cabello. Éstaba claro que dejaría el tinte para el final, y notando cómo empezaba a cortarte las puntas de tu melena pudiste ver por el espejo cómo se sonrojó en mencionar si se trataba de un negocio familiar. No señorita, solamente tengo el placer de ser el peluquero para sus trabajos especiales. ¿Usted de que parte del país procede?

Te sentías cómo una reina, pero el hecho de que antes no hubieras notado ningún cambio perceptible en la actitud de ése vástago te hacía pensar que quizá deberías entrenar un poco más tus nuevas artes recien adquiridas. Aún así, con la mayor de las suertes sólo hubiera relacionado ése intento tuyo de encantar su mente con tu imagen, a un intento de jugueteo por la forma en que aún íbas vestida.

En ése momento la presencia de Oriol te sorprendió, volviendote al salón del que, mentalmente, habías salido por culpa de tanta relajación. Justo en el momento en que Giacommo te empezaba a teñir el cabello y Simonné te estaba pintando las uñas de los pies, prévia pedicura. Perdon, no pensé que estubiera tan ocupada. Era sólo para decirte que la conversación con Castellano ha ido bien -te dijo Oriol, eludiendo el cargo de comisario al verte acompañada-. Aún no he podido contactar con mi amigo y por ahora no tengo ninguna información nueva, cualquier cosa te vendría a decir o te llamaría. Me vuelvo al trabajo. Parecía algo cortado. Cuándo le hablaste de la esteticien seguramente no se imaginó todo éso, cómo tu, y eso le habia desconcertado demasiado. ¿Tu todo bien? -te preguntó mientras se volvía a la puerta-, para, después de esperar tu respuesta, irse con la peculiaridad de Dejenmela bien guapa, que dijo mientras te sonreía.

 

Una vez ya terminaron su trabajo te mostraron el elegante trabajo que habían hecho con tu imagen oíste la llegada de un mensaje en tu telefono móbil. Era todo cómo lo habías imaginado en tu mente y te sorprendía cómo, no sólo Michael había tenido tan gran elección y detalle, sino además, el simple rebaño podía llegar a ser tan perfeccionista.

Cuando te levantaste, Giacommo empezó a recojer con toda celeridad las cosas, volviendolas a dejar dentro de las cajas y empezando a llevarlas a fuera, hacía alguna furgoneta en que habían venido, mientras Simonné te daba su tarjeta y unos últimos consejos para resaltar esa belleza durante más tiempo. Mientras les acompañabas a la puerta a despedirles cómo un italiano se merecia miraste el mensaje, era de Lucius: En unos 40 minutos estoy en tu casa. Mejor hablamos en el coche porque se me retraso un trabajo y me acabo de canviar. Eso te daba un tiempo considerable para cambiarte con calma y relajarte. Llevabas encima todo lo que antes habías paseado por gran parte del piso, y ya cuando pretendías de nuevo subir hacia tu habitación el vástago volvió interrumpirte. Perdone señorita Schiavone -te dijo el vástago con tono suave- ¿puedo hacer algo por usted? -te preguntó sorprendiendote-.

Quizá al final la primera vez no había ido tan mal.

 

- Tiradas (3)
Cargando editor
02/07/2010, 14:46
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Al acabar de percatarme del tipo de servicio con el que mi sirviente me quería obsequiar, me di cuenta de que seguramente incluia muchos más aspectos que ni siquiera había descubierto. En cuando me enteré de que no era un negocio familiar y ver la reacción del peluquero, decidí dejar para más tarde las preguntas sobre esa linea de centros de belleza. Me preguntaron por mi procedencia a lo que respondí, Pues provengo de la Costiera Amalfitana. Eso me recordó y recobro una nostalgia en mi provocandome un suspiro.  Esas noches en las que mi no-vida se fundio en las playas italianas. Disfrutando del mar Tirreno..., otras aguas mediterraneas como las de Barcelona. Como Renato Fucini escribió de mi zona natal, El día del Juicio Universal, para los amalfitanos que suban al Paraíso será un día como todos los otros. Lástima, de que el trabajo nos aleje de nuestra tierra... Dijé mirando a Simmoné con picardia. En acabar de comentarles esto, no acabe de entender como había llegado a relajarme tanto como para acabar confesando esa parte de mi mente. Pero por mucho que mis relaciones familiares no fueran en su epoca la mejor, no quitaba de mi enamoramiento hacía la tierra que abandoné cuando tan solo tenía 16 años.

Les pregunté si podrían retocar mis cejas, en cuando Oriol se fué de la sala. Era raro que no hubíese encontrado nada de información. Antes de que cruzará la puerta, le añadi después entre risas, comentandole que todo hiba estupendamente como podía ver. Pero le puntualizé de que si quería llamarme, recordará que tenía una reunion importante en poco menos de hora y media. Lo que no llegué a entender, como el profesor repitió de nuevo el final de nuestra conversación, con el mismo tipo de comentario que la noche anterior. Al fin y al cabo, pensé que seguramente, el hecho de estar acompañada y ocupada retocando mi cambio, lo entrecorto.

En el momento de la marcha de esas criaturas, me quise fijar más en ese joven rubio. Me percaté del parecido con el que se igualaba con Michael... Como si de una indirecta se tratará... Los despedí ya en la puerta, fijandome mi atención a simmoné preguntandole si hacía mucho tiempo que estaban trabajando por Barcelona y si podrian enviarme un listado con los tratamientos a domicilio, con los que se ganaban el pan.
Me quedaban 40 minutos para irnos hacia el restaurante y aún me quedaba retocar los últimos detalles de mi silueta, cuando el vástago de la entrada me impresiono con su cambio de actitud. Parecia mentira que fuese el mismo hombre distante desde el primer día. Había modificado su conducta sin que me percatara inicialmente de su evolución... Por lo que al acabar de preguntarme, me giré del todo y mientras me dirigia hacía él empecé a decirle: Pues... ahora que lo comenta... Era extraño ahora que ese vástago estaba más pendiente de mi, que de las pantallas, cuando anteriormente le costaba dejar su cometido. Ahora me iré a cambiar, pero cuando baje quisiera poder hablar con ústed antés de irme de la villa. Le pasé suavemente por la solapa la palma de mi mano desocupada, por su americana mientras continué. No se si pudiera cojerse media hora de descanso con algun tipo de relieve para charlar en el salón...

Subí con el ascensor para agilizar mis pasos hasta mi dormitorio, pero esperandolo aunque fuera rapido, me giré para preguntarle al vástago como se llamaba. Dejando encima de la mesa del escritorio todo lo trasteado a lo largo de mi inicio en la noche. Fuí al vestidor y vi colgado el vestido azul que tenía en mente. Sacandolo de la funda transparente me lo acomodé intentando no destrozar el trabajo de esas criaturas. Conjuntandolo con unos zapatos abiertos, de color negro y tacón alto. Igualmente esperaba no tener que salir corriendo del local. Saqué de otro armario, un largo abrigo de pieles de color blanco grisacio, junto a un bolso algo grande de las mismas tonalidades. Estaba "lista" para acabar de recojer mis cosas, pasando los objetos de mi bolso del despacho al nuevo elegido. El móbil, el vicio y el quit de maquillaje fueron de las primeras cosas a colocar. En mover los bolsos, me percaté de la carta de Lucita al lado de la que a las pocas horas debería entregarle a Montoya. La curiosidad seguia existiendo, pero por la falta de tiempo no veía necesario pensar mucho más en el contenido de esta. Ya con todo me dispuse a salir de mi estancia, cerrandola. Sabía que la curiosidad de Oriol podía llegar a ser preocupante, pero cerrarla ya había pasado a ser una costumbre desde el día en que ese cuadro domino el lugar.

Notas de juego

tirada de estilismo

Cargando editor
02/07/2010, 15:09
Director
Cargando pj

Una vez tuvíste la ropa interior puesta fuíste hacia el baño a ponerte las lentillas con bastante celeridad. Las criaturas a las que tu siervo contrató para obsequiarte por, diós sabe qué, habían ocupado más tu tiempo de lo que pensabas, pero trás ver su resultado, en tu cuerpo sólo vestido por ésa poca ropa y la cruz familiar en el espejo del baño lo encontraste justo.

Mientras abrías el bote con las lentillas marrón que le habías pedido a Michael la noche anterior te fijaste en que no parecías la mísma persona. Diste una leve vuelta mirando ése trozo de cristal, percatandote de la larga melena que te llegaba a media espalda, con las puntas algo onduladas de un castaño brillante que llegaba a parecer natural. Tu mirada, azul grisacea, aumentaba su profundidad bajo ése tono más oscuro que ahora reflectia tu cabello. Miraste de uevo el estuche de las lentillas, ahora abierto, viendo ésos dos trozos gelatinosos flotando sobre un líquido transparente, dudando durante un momento hasta de si ponertelas o no, para después volver a la habitación a rebuscar entre tus llenos armarios algo acorde con lo que tenías en la cabeza, para terminar decidiendote por ése vestido azul de espalda algo abierta que no llevabas desde la inauguración de la Mooving''s.

Te miraste en el espejo que había en la puerta del armario, y podías comprobar que quedaba a la perfección, dándo aún más reflejo al maquillaje y, terminando por cojer un abrigo blanquecino y todo lo que creías importante para ésa noche en el conjuntado bolso saliste de la habitación, cerrandola bajo llave. Sabías que tendrías que volver, pero no querías llevar a la cena la nota de Cónrad, aunque si por algo tubieras que ir con demasiada prisa hasta el Elíseo, el fijarte en que tu forma de vestir era realmente muy acorde para ambos citas te tranquilizó.

Esperabas poder tener algo de tiempo para entablar un poco de conversación con Josep, tu nuevo "criado", y en bajar por las escaleras hasta el piso inferior pudiste ver cómo hablaba por su walky con alguien, llegando a oír voy a comprobar los sensores térmicos del salón, relevame en la entrada. Tu porte aristocrático, unido a tu elegante vestimenta que llevabas tiempo sin usar y al hecho de que por tu encanto "natural" hiciera variar tanto los planer y agendas de los demás te trasladó a tus principios de viudedad cuando, bajabas por ésa misma escalera, que con los años y mejoras de tu villa no había sufrido ningún tipo de variacion, a ocuparte de las citas y negocios que tu difunto marido te había dejado cómo "deber marital". En el reloj de la entrada víste que faltaban aún unos veinte minutos para que llegara Lucius. Pasaba sólo un cuarto de las nueve de la noche y tendrías almenos un momento para entablar un poco de conversación con tu nueva adquisición, pero éso de los sensotes térmicos te desoriento un poco.

Una vez ya dentro del salón, mientras te dirigías a tomar asiento te fijaste en que Josep se dirigía hacia las estanterías que había en la otra punta de la sala, mientras te decía: Cuando llegamos aquí Claudi nos mandó colocar cuatro sensores térmicos situados en los laterales de la habitación. Por mi experiencia éso debe significar que vío algun tipo de actividad espectral -tal y cómo sé ofreció- y quiere comprobar sus varianzas. Te extrañaba ciertamente todo éso. Con sólo el uso de tu poder usurpado en una noche de pasíon habías podido ver las presencias, pero todo ello escapaba más a tu condición. Ni te habías percatado de esos cambios que se habían producido en tu salón, y en percatarte que éso era el tipo de sensores que se usaban para investigar esos casos te díste cuenta que, quizá te agoviaste algo demasiado cuando te lo propuso Oriol.

Después de arrancar un largo pero delgado papel blanco de una pequeña impresora que pudiste ver al lado del escritorio y guardarlas dentro una carpeta se acercó hacia ti y parandose en seco delante tuyo, con un porte que recordaba a un soldado ante su sargento te preguntó: ¿de que deseaba hablar señorita?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo el tema de las lentillas abierto, ya me dirás en el próximo mensaje si al final te las pusiste o no, restando 1 punto de sangre si se da el caso.

Elegancia a la hora de vestir: -1 FdV para éxito. Apariencia+Etiqueta (dif 6). tirada oculta.

FdV: 7

 

Cargando editor
02/07/2010, 23:09
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Sensores, investigaciones a cuenta de Claudi, propuestas de Oriol... en ese instante  creia que ese era el menor de mis recientes problemas. Pero de algun modo u otro era interesante saber los cambios surgidos en la casa. Las últimas palabras de José me trasladaron de nuevo la mente al salón y mientras lo escuchaba fui a sentarme en el sofá. Sentada, con las piernas cruzadas y de lado, con la espalda reclinada en el reposabrazos al igual que mi codo. Con la otra mano le señale el sillón que lo precedia para decirle Sientate, Jose. Una vez acomodados le empezé a hablar de los vástagos y los trabajos de los cuales nos hacían estar ligados, aun estando en plenas fiestas. Le dijé que asi podria descansar un poco mientras le ofrecia algo de tabaco para que se relajara. Acabé de rebuscar en el bolso para percatarme de que llevaba el revolver, y eso me hizo pensar en como llegariamos a  la cena. ¿Lucita dejo las llaves de mi porche? Si es así, demelas al salir.

Me encendí un cigarrillo, mientras daba una calada profunda y lo miraba a los ojos fijamente. ¿El  telefono desde el que me ha llamado antes era el suyo o el del trabajo? Con una sonrisa en los labios le "ordene" algo amablemente, que acercara el cenicero, porque no me gustaba nada ni el desorden, ni la suciedad. Creiendo que había llegado el momento de inmiscuir la conversación, en mis pensamientos empresariales, cabilando en que lo podría utilizar. ¿Hace mucho que trabaja para la sheriff?, ¿Cuanto ascienden tus honorarios? Antes de que pudiese contestar a la segunda pregunta quizás apresuradamente le continué comentando Se lo pregunto... por que tengo en mente augmentar la seguridad en mi local.  y me gustaria empezar a saber cuanto me costaria los servicios de mis futuros vástagos contratados...  Sin quitarle la vista de encima me quise percatar de cualquier gesto, o movimiento extraño de ese vástago. Igualmente yo seguiria con mis instintos economicos y garantias. ...no conozco a muchos vástagos que trabajen en este campo, en grupo de seguridad. No quiero que me timen... pero que tampoco me tomen por una tacaña. Le dijé, Terminando la última frase entre risas. Acabé de fumarme relajadamente el cigarrillo, encendi otro. Sabía que los efectos de la nicotina no perjudicaban en la no-vida, pero sabíendo como irian las próximas horas... el recien "criado" y mi preocupación por los negocios no evitaron que encendiera el siguiente cigarrillo. Trás escuchar su respuesta le segui comentando, Debé haber logrado sus meritos para trabajar dónde esta, ¿porqué usted que tipo de trabajos hace para ella? ¿Solo vigilancia?

Seguí fumando, mientras me levantaba para ver el reloj mejor me dirigí hacía el espejo que cubria gran parte de la pared del salón. Me fijé que la elección de no escojer llevar las lentillas me favorecia. Aproveche para coger la cadena del collar para girarla y dejar la cruz entre mi espalda, tapandola con el cabello. Así con el gesto de retirarme el cabello para que se aposentara encima de mi reliquiario, me giré y dijé ¿Me ve diferente, quizás mejor

Cargando editor
02/07/2010, 23:29
Director
Cargando pj

En el momento en que le señalaste el sillón se abrió la chaqueta de su traje y se sentó. Parecía más un segurata de Casino que no la imagen de un policía a cargo de la sheriff, pero Castellano te había acostumbrado a otro tipo de visión.

Escuchaba atentamente tus palabras, asintiendo cuando le hablaste de las llaves del coche Si las tengo yo, guardadas en el cajón superior que hay en mi escritorio de trabajo, dónde tengo todo el equipo de imagen, después se las doy sin falta. Te gustaba tener otro perrito siguiendo tus ordenes, y el detalle del cenicero terminó de alterar tu consciencia de superioridad, viendo cómo Josep, en dejarlo encima de la mesa que tenías delante se encendía tambien un cigarrillo. Por favor, no le diga nada a Lucita, no nos está permitido gastar sangre caprichosamente durante las horas de trabajo -te pidió-. Si, se trataba de mi telefono móbil. El suyo me lo entregó Claudi por si había algun problema en su casa durante su ausencia, además, a Lucita no le gusta llevarlos por lo que me toca ser a mi el secretario -bromeó, no muy alejado de tu percepción hacia su persona, llegandote a hasta a molestarte un poco el oír tantas veces ése nombre-. Llevo trabajando por ella cerca de 30 años, cuando Lucita fue ascendida a sheriff de la ciudad, prefirió canviar el poco equipo que le quedaba del anterior, y hasta hoy sin ninguna queja que sepa. Te sorprendió ésa relación tan larga de trabajo que tenían, pero indagando un poco más podías llegar a fortalecer la seguridad de la Mooving''s, o de algun futuro negocio si todo iba bien mañana con Voldor, pero almenos te asegurabas un buen contacto, próximo a la sheriff. Después de reírse en el momento en que le dijiste que no querías que te tomaran por una tacaña para después seguir hablandote. He visto lo bien cuidados que tiene a sus gohuls, por lo que me resultaría un poco extraño que la tomaran por una tacaña. Apagó el cigarrillo y siguió hablando. Mis honorarios ascienden a los 2500 euros mensuales, no es mucho por la dedicación y el peligro que conlleva pero el de los demás vástagos con trabajos similares en sitios privados se que oscilan entre los 1200 y 1800 euros, pero le estoy hablando de casos en que cómo yo se tratan de jefes de seguridad y operaciones. Notabas un poco elevado ése sueldo pero en decirte que era los altos cargos te tranquilizó un poco. Normalmente solemos elegir nuestro equipo, almenos en nuestro campo. Los sueldos de éstos subalternos suelen ir entre los 1000 y los 1200€ mensuales, en mi caso tengo a 4 vástagos a mi cargo y 2 gohuls, el mío, el que me ha sustituido, y el de otro de mis trabajadores, y normalmente cobran menos, unos 500€ para que su domitor cubra sus gastos con ello.

En ver que te levantaste se quedó algo cortado, cómo si no supiera exactamente que debía hacer, hasta que, viendo que te dirgías hacia el espejo siguió hablando. Pero si tiene miedo en que la timen, yo los jueves y sabados libro, por lo que podría hecharle una mano con las elecciones.

Mientras te cambiabas la posición de tu cruz te fijaste en que aún quedaba algo más para que Lucius llegara a tu casa, y éso si era puntual, y en el momento en que, asegurandote de la innecesidad de ponerte esas asquerosidades en tus azulados ojos respondió a tu última pregunta, quizá la más comprometida en ésa conversacion. Ciertamente, -te dijo con voz entrecortada mientras tu aún te mirabas en el espejo-. En el trabajo ciertos temas no se nos permiten, pero aún así le seré sincero. Ésta preciosa.

 

Una vez terminada toda la conversación, cuando empezaba a pasar poco de y media oíste el timbre de la puerta y Josep volvió a su lugar de trabajo trás despedirse de ti, viendo cuando saliste unos segundos después de él a Lucius de pie en la entrada, con un traje negro que le daba un porte realmente mucho más sofisticado de lo que nunca hubieras imaginado en ése hombre, y con camisa gris claro con los dos últimos botones de ésta desabrochados mostrando ligeramente su cuello. Por su peinado notaste que también había preferido arreglar un poco su presencia y tras remarcar lo guapa que íbas ésa noche, ofreciendote tu brazó para que le acompañaras salisteis de la casa, una vez Josep había sacado las llaves del coche y te las habías guardado en el bolso. 

Aún y fría, la noche era despejada, podiendose ver a la perfección el estelado cielo junto a una luna que, aún y crecer noche trás noche aún no terminaba de completar su perfección. En ése momento miraste el anillo que hiacía en tu dedo desde el momento en que tu mentor te lo dío. No estés nerviosa Sara -te dijo Lucius empezando a usar tu nueva identidad para que te fueras acostumbrando- la noche irá bien.

Tu no lo tenías tan claro cómo él. Aún y la cena, tu tenías muchos más compromisos ésa noche que podrían cambiar toda tu existencia en la ciudad durante tantos años pero, almenos, sabías que la llegarias a vivir cómo a ti te gustaba. Por todo lo alto.

Ya delante de tu Porche, totalmente limpio y con las ruedas nuevas, Lucius se paró y girandose hacia ti te dijo: Si tienes alguna duda me preguntas duranto el trayecto, y si por algo no estás segura de todo aún estamos a tiempo de cancelar la cena. Hizó un breve silencio para terminar sentenciandote: Por cierto, hace dos meses me retiraron el permiso de conducir. ¿Llevas tu el coche o pedimos un taxi? 

Notas de juego

Si te decides por ir con el Porche puedes relatar tus dudas mientras vas hacia el restaurante. Si decides ir en taxi puedes aprovechar el rato en que esperais su llegada.

Cargando editor
03/07/2010, 03:57
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

De algun modo, el mundo de los negocios era generalmente la imagen de un varon. Ese entorno no era alcanzado por muchas mujeres, pero las que si lo conseguiamos debiamos marcar una escandalosa huella de identificación.  Como siempre acavaban saliendo buenas palabras de otro hombre. Aun qué como de costumbre solo vi en su respuesta, otra muestra de que mis jugetes creados les afectaba correctamente mis habilidades. Al "sincerarse" José, después de escuchar detenidamente sus explicaciones me dirigí hacía él, encontrando la necesidad de qué su oferta se concluyera y se citará para la noche de mañana mismo.

Con paso firme, resonaron los tacones por la sala, ocasionando esa tranquilidad caracteristica del entorno de la Villa. Hasta pararme delante del vástago sentado, sin haber medido ni una palabra a su comentario. Por el tema de Lucita, no se preocupe, queda entre nosotros dos. Me incliné, notando mis cabellos rozar por la espalda cediendo junto a ellos mi preciado reliquiario, para darle dos golpecitos en el hombro. Para que está la no-vida, sino para disfrutar de estos momentos. Pensé que el reliquiario aun y estar escondido, solo seria necesario retirar un poco mi melena para que sutilmente la viera el Metre, el cual ya lo llamaria Lucius mismo. Al acabar de decirle esto, me sente en el reposabrazos del sillón entrecruzando mis piernas, sin dejar de mirarlo, reposé una parte de mi espalda en él. A lo referente a sus dias libres, me sería de gran ayuda sus conocimientos en el tema de seguridad. Desde allí, reclinandome, alcancé la cajetilla para sacar dos cigarros y ofreciendole uno proseguí: Mañana tengo que quedar con mi gestor y podría entrever cuanto ascenderian mis gastos. Encendí el cigarro con calma sujetando aun el mechero, sin darle importancia a que el vástago no podía fumar si yo no le pasaba el fuego. Por eso, seria perfecto que pudiera analizar mi local, por si no lo sabé está en el maremagnumLe susurré con algo de picardia en mis palabras.  Así podria determinar que sería necesario. Desde allí pude apreciar en el exterior un invierno calmado, como si no pasará nada en realidad. ¿Podría presentarse a las doze de la noche? Le pregunte tras volver al salón junto a la necesidad de dejar esta conversación y la actitud de este vástago hacia mi presencia, a la sombra de los ojos de Lucita. Ya mirandolo, le dijé, Por cierto, seria interesante que pudiera hacer que alguien mañana por la mañana controlara algo al mortal que esta habitando en la segunda planta. Mañana mis Ghouls estarán demasiado cansados y atareados como para atender alguna tonteria de esa criatura... y mucho menos yo podré hacerme cargo... ya me entiende. Heche unas risas con algo de preocupacion le dijé y la verdad no se muy bien que hacer...

Tras la respuesta, me levante para recojer la cajetilla y el mechero dentro del bolso, para sugerirle: Sería también oportuno, que su actitud respecto a mi, delante de la Scheriff, sea igual a la que tubo los anteriores días conmigo. Resumidamente, de indiferencia ¿verdad? Supongo que mutuo.

Aclarado esto y ya delante del coche junto a Lucius, saque las llabes del porche y di al botón de obertura. Tu tampoco estás nada mal, deberias ir más veces así cuando vengas a verme... Lo volvi a repasar de arriba a abajo, intentando indagar en algo más que su buen gusto. No me gustaría que nadíe más que yo hubiese indagado en la mente de mi recipiente. Porque hay veces que estas para tirarte una monedita. Abrí la puerta para mientras me reclinaba a entrar le ordené: Entra y empieza a contarme tu plan. Para una vez dentro con el  ¿Tu llevas arma? Dejé el bolso detrás para proseguir a ¿Quien representa que tiene el objeto de intercambio?

Notas de juego

Notas: Tirada de auspex 2 empezando justo cuando me coje del brazo en la entrada de la casa, Lucius.

El coche lo aparcaria en un parquing cercano al restaurante, pero ninguno del propio local.

Cargando editor
03/07/2010, 04:47
Director
Cargando pj

Antes de entrar al coche miraste de arriba a abajo a Lucius, observando no sólo su exterior sino el interior de su alma. Querías comprobar que nadie había manipulado a tu recipiente, cómo había ocurrido en otras ocasiones, pero demás temas recorrian tu mente, hasta cansarte de intentar mirarle, viendo cómo se terminaba sonrojando, ya abriendo la puerta del copiloto. ¿Todo bien? -te dijo mientras entraba en el coche-, y observando que sería imposible intentar proseguir en ése momento entraste en el coche y marchando fuera de la Villa. Por un momento, llegaste a mirar en los asientos traseros, a la espera de ver allí a Lucita sentada, te parecía increible que no estubiera allí. ¿Quizá había ido de nuevo a interrogar a alguien y no te había avisado? Vísto la última reacción tampoco hubiera sido tan extraño, aunque no dejaste de actuar de la forma en que Montoya quería mover las piezas del tablero.

Los primeros minutos de viaje fueron bastante silenciosos, recordabas la forma con que Josep te había comentado antes que por la criatura no te preocuparas, que hoy hablaría con su gohul, y su risa en el momento que le comentaste su forma de actuar ante Lucita: tranquila señorita, si con eso quiere decir que sea un borde con usted intentaré estar a la altura de la jefa. Reíste flojo trás el volante recordando su última frase, cuando ya os íbais. Pareció quedarle claro todo lo demás, y no le importó venir mañana a la discoteca, además, tenía curiosidad por llegar a conocerla. Según te comentó, le habían hablado muy bien de ella, cosa que te engordó el ego hasta limites insospechados.

Quizá fuera por ésos recuerdos, o al ver que al final llegaríais al restaurante sin ni hablar, que te pusiste a preguntarle a Lucius sobre su plan: Bien, cómo ya te comenté para conseguir que estuvieras presente tenía que hacerte pasar por alguien próximo a mi. -Empezó a decirte Lucius mirandote el cambio de look-. Al ver que no le gustaba mucho la idea le comenté que eras mi pareja, y en ése momento el cliente aceptó, diciendo que llevaría a su esposa tambien. Era exactamente lo que te comentó ayer por telefono, pero el hecho de que cuando fuíste a ver al metre y pidieras por la mesa de Tanaka te dijera que seríais cinco, añadido a tu "ceguera" anterior te empezaban a hacer sospechar. Por lo demás, mi plan es llegar allí, cenar a su costa, darles el telefono de mi contacto que seguramente no aceptará pero yo ya me los habré quitado de encima, cobrar mis honorarios y si te he visto no me acuerdo. Parecía un plan no muy elaborado, pero poco más se podía esperar de ése mortal. No te gustaba mucho éso de que cobrara por ése trabajo, te hacía pensar que no sólo información les había pasado, pero tendrías que esperar a llegar al parking más cercano para volver a intentar inspeccionarle.

Aún así, en el momento en que notaste que su mano empezaba a rozar tu pierna hiciste un instintivo golpe con el volante, hasta que oiendo el pitido de un coche que se acercaba en dirección contraría volviste a tu carril, aprovechando para preguntarle por el tema del arma, así canviando de tema intentabas ver si podría mantener sus manos quietas. De acuerdo que tubieras que pasar por su novia, pero tampoco querías demasiadas confianzas de ése recipiente. Vitraya ni de coña -te dijo sobresaltado-. Si con ésa gente llevas un arma despidete. No toleran ni armas, ni micros,... ni siquiera los móbiles encendidos, porfavor. Notabas una preocupación superior en la cara de Lucius, cómo un miedo innato sobre ésos temas que si no conseguías calmar antes de llegar allí os podría traer muchos problemas.

Éso te hizó pensar en cómo tus sirvientes, ésta noche camareros, podrían comunicarse contigo. Las cosas se dificultaban un poco, pero tendrías que hacer tu trabajo lo mejor posible durante el rato que estubieras allí.

En ése momento víste que ya te acercabas a la zona, y tras la respesta de Lucius de que ya pediria el por el Metre, cuando le comentaste, asociandolo además a una cierta timidez o nerviosismo tal y cómo te comentó empezó a hablarte de parte de vuestra historia, almenos la que tendríais que representar hoy. Devemos intentar que no malpiensen sobre nuestra relación. Nos conocimos hace 5 años, en tu discoteca. Empezamos a conocernos y posteriormente pasó lo que pasó. Vivimos separados porqué por tus creencias religiosas no quieres sobrepasarte antes del matrimonio. Te dijo mientras buscabas algun sitio libre. Si quieres añadir o cambiar algo más ahora es el momento.

Ya aparcada hiciste un último intento a la hora de inspeccionar a Lucius, empezando a ver una aura límpia, tipica de un mortal de un intenso naranja que mostraba su sensación de miedo, con leves moteados de mayor intensidad motivados por su confusión. Pero por todo lo demás éstaba limpio. Parecía cómo si desde el día en que acabaste con Ramón nadie más hubiera jugueteado con él.

 

Salisteis de allí y después de cojer el tiquet del parking os pusisteis de camino al restaurante, terminando de repasar mentalmente el absurdo plan de Lucius y tus más que necesarios retoques. Era preciosa ayudarle a pensar. No era la primera vez que te lo demostraba, pero se dejaba morder y era algo útil, almenos por ahora, mientras hubiera ésos jaleos en el puerto.

Una vez dentro Lucius, gentilmente pidió por el Metre tal y cómo le habías sugerido antes. Al poco rato víste al hombre de ayer. ¿En que puedo ayudaros?. Lucius empezó a hablar, comentandole que habíais quedado allí con una pareja que por lo que le dijeron, había informado anteriormente sobre vuestra llegada. Si, cierto. El señor Lorenzo. Siganme porfavor. Te percataste de la efectividad de tu nueva imagen en observar que el metre no te había reconocido, y cuando salía de detrás del mostrador te giras, apartando ligeramente tu cabello para dejar perfectamente a su vista tu cruz familiar. Mientras bajabais por las escaleras que viste ayer, en el piso dónde te comentó que seguramente estaríais os comentó que hoy dispondríais de un servicio exclusivo tal y cómo habían pedido los anfitriones, notando algo más altivo a Lucius. Parecía cómo si ése trato recivido le gustara.

Llegasteis a un salón tatami que parecía japonés, todo de madera y con todas las salas separadas entre si. Al llevarós hasta delante de la que tendríais que estar y os abrió la puerta corredera víste a esa pareja sentada. Al final parecía que sólo seríais cuatro personas, Lucius, tu, ése hombre de unos 40 años, cabello negro, traje del mismo color y porte atletico y esa chica de aproximadamente unos 30 años, rubia con ojos algo verdosos, vestida con un vestido rojo con algo menos de estilo que tu. Los dos eran humanos, no notabas nada extraño en el interior, hasta que viste al hombre levantarse, saludandoos a los dos. Buenas noches Lorenzo y compañía, les presentí a Marian mi esposa. Después de que ella en ése momento os hiciera un leve gesto con la cabeza en forma de salutación, ése hombre te dió un beso en la mano. Ya que su novio no nos presenta mi nombre es Jaime, encantado de conocerla... Sara -dijo de golpe Lucius, percatandose de que tenía que ser algo más rápido la próxima vez. Perdon, pero debo hacerlo -os dijo después Jaime mientras os pasaba una pequeña placa metalica alrededor del cuerpo y os registraba rapidamente. Limpios, perfecto.

Cuando os sentabais a la mesa, Lucius muy gentilmente te retiró la silla, para ayudarte con un tono romantico, parecía que empezaba a despertarse, sobretodo cuando Jaime y él empezaron a hablar de negocios.

Seguramente te abrías equivocado a la hora de elegir la reserva, pero por suerte no erais más gente de la que Lucius te decía cada vez, y poco rato después, empezandote a sentir algo perdida e intentando entablar algun tipo de conversación paralela con la chica entro James en el reservado con dos bandejas de sushi, las cuales las llevaba con un porte exquisito, demostrando el trabajo que Michael había hecho con él, para posteriormente entrar tu otro gohul, con las cartas de pescado y vino. Os entregó un par de palillos a cada comensal y cuando te dió los tuyos, guiñandote disimuladamente un ojo, te fijaste que eran mucho más puntiagudos que los demás, pudiendo ver que Michael, hoy estaba en todo.

Aquí tienen nuestra especialidad en pescados y vinos, denle una ojeada y vuelvo en un rato. En ése momento Jaime frenó a Michael, cuando éste ya íba a irse. Perdón, deja otra carta. Aún falta una persona. En ése momento te percataste que quizá no estabas tan desencaminada cómo pensabas. Seguramente ésa era la mesa reservada a nombre de Tanaka, y al ver la sorpresa en la cara de Lucius te empezaste a tensar. Se trata de Giovanni, ha querido cerrar el trato personalmente.

Ése nombre de nuevo, víste a Lucius asintiendo con la cabeza, cómo si ya supiera de que íba el tema, y al cabo de un rato de estar observando la carta, mientras James entraba con otra silla viste entrar en la sala a otro hombre. Cuando notaste la presencia de otra Béstia en la sala te giraste bruscamente a la puerta, viendo por la espalda a un hombre de cabello castaño claro, de aproximadamente el metro ochenta, vestido de forma muy elegante, pero efectivamente un vástago. Buenas noches, perdonen en retraso -dijo, notando algo de familiaridad en ésa voz, cómo si no fuera la primera vez que la escuchabas-. Hasta que en girarse pudiste ver perfectamente su identidad. Se trataba de Vincenso, tu primo, la única persona que habías llegado a querer en tu família y que tan pronto perdiste, sufriendo la misma condena que tu.

En verte notaste que te reconocía, llegando a oír un pensamiento repentino en tu mente: no deberías estar aquí. Era tu voz la que sentías, pero sabías que no procedía de ti.

 

- Tiradas (4)
Cargando editor
03/07/2010, 16:11
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Sentada al lado de Lucius, dentro de mi porche, tranquilizandome al ver que nada lo estaba manipulando más que yo, me giré para recoger el bolso y dejar en la guantera el arma a la vez de que cerraba el móbil. No me hacía nada de grácia tener que alejarme de lo único que creía, podría salvarme de una situación demasiado comprometida. Le hice un gesto para que no saliera aún mientras le conté el punto que no me gustaba de su plan, por lo que  no acabaria de ir como él lo mencionaba. Lo miré y con algo de frialdad le dijé: Tu amigo aceptará la oferta, todo lo demás lo concretariamos al salir de la cena. Ya saliendo y mirando de que el coche estubiese bien aparcado mientras me arreglaba el abrigo Además haz el fabor de no ser tan cinico y tranquilizate. Limitate a comer. le termine de decir cogiendolo por el brazo para entrar al restaurante como si de una pareja nos trataramos.

El Metre, el mismo ambiete del día anterior, el camino hasta la sala dónde cenariamos... Todo parecía salir bien hasta a la hora de las presentaciones. Sin saber que la actitud de mis sirvientes sería tan buena, me sentí orgullosa al ver a Golum llebar las bandejas con tanto arte. Por no decír de la picardia de Michael, el cual me estaba deparando desde que me lebanté, un seguido de buenas actuacciones. Cogí los palillos, como esperando para comer. Pensando en como había llegado hasta allí y el fin de mí presencia en esa sala. No me gustaba la idea de tener que dedicarle tanto tiempo a una tarea que no incumbia en mis negocios, pero a la vez los podría destrozar si no la cumplía.

Aún con la mente algo perdida tras escuchar las palabras induidas en mi interior, descolocada al ver quien era el contacto de mi "novio"... era mi primo. Ignoré las reacciones de los comensales quedando mi mirada fijada en él, sin prestarle importancia a mi alrededor. Sentí rencor y añoranza a la vez, pensando lo mismo que él, con la diferencia de que él debería estar muerto. Surgio en mi el impulso de abrazarlo como tiempos de antaño, pero quizás por la emoción o por una lebe inseguridad, me quedé sentada observandolo. No me terminaba de creer que estubiese allí, "vivo", haciendo de mis sentimientos un nudo de desconsolación. Ninguno de los dos debería estar allí, en esas circunstancias. Mi mente no pudo evitar recordar los buenos momentos, vividos con él en italia. Pensando en los días que nos unimos bajo el sol de la playa y por los campos de nuestra tierra, cuando aún nuestros corazones podian latir a su libre albedrio. ¿Porqué nunca me había buscado? ¿Porqué la única persona que había llegado a apreciar tanto o más que mi vida, dejé de importarle durante tantos años? Hasta el dia de hoy, que el destíno nos conjuntó en esa sala y tampoco quería que estubiese sentada en ese lugar. Como yo tampoco quería que  todo ese ganado estubiese allí, porque supongo esperaba alguna explicación de ese ser que era como un extraño conocido para mí.

Notas de juego

Tiro Auspex a Vincenso

Cargando editor
03/07/2010, 16:43
Director
Cargando pj

Mientras se sentaba en la mesa te fijaste profundamente en él, ése cabello castaño claro un poco despeinados, ésos ojos azul grisaceos tan típicos de vuestra família, su suave perilla mal afeitada y ésa sonrisa que siempre tenía hacia ti. Era cómo siempre le habías recordado, no había cambiado ni un apice de su apariencia durante ésos largos años, sólo ésa palidez de piel tan típica de los vástagos de la cual, por suerte, te habías podido escapar.

Pero en mirarte, ésa sonrisa en sus lavios desapareció paulatinamente mientras, cómo si no te conociera de nada, empezó a hablar: tenía muchas ganas de verte Lorenzo -empezó a decir mientras provaba un trozo del sushi que había dejado tu siervo en la mesa-. Me han hablado muy bien de ti y quería agradecerte personalmente tus servicios.

Mientras hablaban, te dedicaste a observar detenidamente a tu primo, mientras cientos de recuerdos y preguntas inundaban tu mente. Su aura, de un tono palido confirmaba las sospechas que tu Béstia interior había despertado hacía su persona, con ligeros tonos azul claros de tranquilidad que se fueron turnando entre suabes bermellones de felicidad y un conservador tono lavanda. Y ésta preciosidad que te acompaña, ¿quien és? -dijo sabiendo que se refería a ti- Parecía cómo si no quisiera en ningún momento delatar vuestra real relación de fraternidad familiar que habíais tenido. Se trata de Sara, mi pareja, señor Giovanni -dijo Lucius, haciendote de nuevo ver el nuevo apellido que usaba tu primo-.

Vincenso -dijo rápido tu primo, viendo que en ningún momento quería ocultar más identidad que su apellido- por favor, lo de señor Giovanni me hace sentir viejo. Mantenía su apariencia de poco más de 30 años, pero tu sabías que el momento de su desaparición aún no había llegado a ésa edad. A diferencia tuya, desde su adolescencia siempre aparentó más edad de la que realmente tenía. Ayer le comenté a Jaime y me dijo que no había problema, espero que no le moleste.

Te fijaste en cómo las tonalidades de su aura, en ése momento empezaba a cambiar de nuevo, para volver a su calma inicial, pero ahora con un intenso color azulado que demostraba su espiritu soñador, el mismo que siempre había mantenido durante su vida, pero en ése momento con un tenue moteado que presentaba su confusión en el momento de oír tu nombre.

Por supuesto que no me molesta -dijo riendo un poco-, sólo que me sorprendió ver tanta belleza en un espacio tan reducido -sentenció mientras te miraba a ti y a Marian-.

Y bien Sara, eres bastante joven para encontrarte al lado de alguien cómo Lorenzo, -dijo mirandote-. Seguro que con tu belleza tenías mucho más dónde elegir -bromeó mientras cojiendote la mano después de dejar los palillos te dio un leve beso-. Parecía algo celoso, cómo si no quisiera que te relacionaras con cierto tipo de gente, cómo siempre había hecho, pudiendo ver que usaba el paternalismo que siempre había tenido con su primita, pero en oír reir a los demás, y ver cómo la expresión de cabreo que tenía Lucius antes en la cara se empezaba a relajar, Vincenso siguió hablando, después de esperar tu respuesta.

Es broma Sara, era solo para romper un poco el hielo. Es que sorprende tanto tu juventud junto a éstos viejales de aquí. Notaste que ni Jaime ni Marian se habían molestado por ese comentario, por lo que supusiste perfectamente que se debrían tratar de sus gohuls, almenos de alguien cercano. Lo que más te extrañó, pero, fue su ausencia de vetas negras en su aura, cómo sucedia a tu alrededor. Si te encontrabas allí con algun vástago imaginabas que se trataría de alguien parecido a Ramón, o al perla del própietario de la colilla. Empezabas a desconcertarte. Y bien señorita... -hizo una leve pausa, cómo si esperara poder saber tu apellido, para relacionarse formalmente contigo. Ni en éso había cambiado-. Cuentenos algo más sobre usted. A que se dedica, de dónde és, cómo conoció al perla de su novio,... Todos los demás ya nos conocemos, y si no damos un poco de conversacion no empresarial en ésta cena al final nos dormiremos.

 

Al poco rato entró Michael, pidiendoos qué querías para cenar. Vincenso fue el último en pedir, Si pudieran traerme una ensalada y salmón al horno para mi. Para beber, traiga un par de botellas de su mejor Alvariño. Mientras veías a Michael apuntando todo lo que pediais viste cómo tu primo sacaba un paquete de tabaco, y antes de que terminara de abrirlo Michael le advirtió. Perdone señor, no está permitido fumar. Si quiere ir a fuera o a la terraza del segundo piso.

Volvió a guardarse el paquete de tabaco, y levantandose mientras se dirigía hacia la puerta viste a Lucius pretendiendo hacer lo mismo. Por favor Lorenzo, termina de hablar de todo de mientras con Jaime, sabes que no me gusta hablar de negocios mientras comemos. Parecía cómo si Lucius ya le conociera, cómo si no fuera la primera vez que lo veía, y ya saliendo tu primo de la sala volviste a oír ése extraño pensamiento en tu mente: Si quieres acompañarme estaré arriba.

- Tiradas (2)
Cargando editor
03/07/2010, 20:32
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Sentada, delante de la comida, sin prestar mucha más atención que a los cambios de sentimientos de Vincenso. Pero una cosa me hizo trasladarme a una noche en la que dejó de llamarse así para mi, nombrandole siempre "Cuore". Cuando paso a ser más que un primo para mi, plantandole cara a la atitud de mis padres hacía mi. Como si de un hermano se tratará me dío muchas veces el cariño que no me prestaba mi familia. Quizás por ser diferente a ellos, quizás por ser la rebelde...

El caso, es que ese hombre después de tantos años se comportaba como si nunca nos hubiesemos separado. Me extrañaba que no pudiese haber cambiado, al igual que me desconcertaba que quisiera esconder su identidad, junto a la mia. Además de tomarse, con demasiada naturalidad mi presencia.

Pero de alguna manera, su forma de actuar me hacía dudar sobre sus reales intenciones. Sin embargo, me gusto volver a notar su presencia en cuando me cogio de la mano. Su comentario y mi acercamiento "obligado", altero un poco a mi pequeño amigo Lucius. El ganado solía también denotar ese tipo de recelos, por parte de los dos, me produjo una lebe excitación. Cuando aparte la mano, dijé mirando a Lucius Supongo que desde el día que lo conocí, sabía que podría llegar a ser alguien... Dicho esto me acerqué a él dandole un sensual beso en la mejilla muy persuasivo.... Me acomodé de nuevo mirando a los demás comensales sin esperar ninguna reacción. Sin muchas ganas de comer, porqué sentia la necesidad de entender el motivo por el cual estabamos allí, retomando a su manera, nuestra antigua relación.

Al preguntarme por mi apellido, no lo dude dos veces en decir el de mi difunto marido, Barceló, Sara Barceló señor. Con un lebe cambio de tono de voz al no querer pronunciar su nombre. Pensé otra vez en los años que hacía de nuestra separación. Recordando en mi mente de nuevo su muerte. Trasladandome a cuando mi niñera me dío la dolorosa noticia de su repentina muerte. Dejandome sóla en este mundo, por lo que peleé por mi obteniendo como resultado todo lo que poseia. Por eso, me preocupo la idea de que precisamente tubiese que ser él, dichosamente él. Estando en medio de todos estos asuntos turbios.

Al ver su reiterado interés sobre la vida que llevaba, me di cuenta de que tenía la misma necesidad de saber el uno del otro. Si, tiene razón. La verdad es que una se acostumbra a esto. Refiriendome a los varíos negocios de Lucius. Pero lo conocí en mi local nocturno... y fué algo fruto del duro trabajo de Lucius en conquistarme, dije entre risas por el que acabé fijandome en él. Cogí de la mano de mi criatura, entrelazando mis dedos con los suyos. Creo que hasta el momento no me puedo quejar de ti, cariño. Acabé de decir con una sonrisa picarona, mientras le pasaba dulcemente la mano por su mejilla.

Elegí un carpaccio de bacalao,  el cuál hacía tiempo no degustaba, por lo que si pasaba algo sería con el paladar satisfecho. Viendo como se desenvolvia de bien mi sirviente, el cual ni sabía que era un familiar mio, ya que creía que este no estaría entre nosotros. Al salír de la estancia, mire a mi sirviente y espere unos segundos hasta que hice un gesto con la cabeza hacía los comensales y le trasladaba en su mente que estubiera atento a lo que escuchará de la conversación. Y que dejará de algun modo mis palillos en la mesa. Una vez informado, corté la conversación que empezaba a surgir entre ellos, lebantandome con el bolso. Cogí el mentón de Lucius acercandome a sus labios para besarlo con sensualidad para después decirle Disculpadme. Voy a hacer lo mismo que tu amigo, creo que tampoco serviria mucho mi ayuda y necesito que me de el aire.
Me dirigí hacía la segunda planta, sacando de mi bolso el paquete y el mechero. Estaba llena de dudas. Si tanto me apreciaba, ¿Porque ahora aparecia y nunca había vuelto a saber de él? Aparte, de que era el comprador de la nitroglicerina, como Ramón quiso. Era como el sucesor de toda esa trama. O acaso, él estaba buscando a Ramón contactando con Lucius... No entendía nada y quería respuestas y no más preguntas por parte de mi primo. Pero tampoco sabía si su sinceridad era la misma que en nuestros tiempos. Ya por el pasadizó antes llegar para abrrir la puerta, encendí el cigarrillo y me acerqué a él, esperando a que almenos me explicará porque nunca me busco.

Cargando editor
03/07/2010, 23:33
Director
Cargando pj

Al llegar al piso inferior te fijaste en que el local estaba lleno hasta los topes, cómo ayer, aunque hoy era mucho más temprano. Pudíste ver a familias enteras, celebrando el día de reyes tal y cómo supusiste, para después seguir subiendo por las escaleras hacia el piso superior. Por suerte ayer, la visita guiada del Metre en el local te llegó a ayudar en algo. No sólo en tener cerca a tus gohul, sirviendoos la cena, sinó que además pudiste dirigirte a la terraza directamente, observando que el piso que ayer estaba vacío de movimiento hoy estaba cómo el inferior a revosar.

Empezaste a comprender el porqué te resultó tan fácil convencer al Metre para que contratara a tus dos siervos cómo camareros. Realmente los necesitaban.

Dirigiendote hacia la terraza que, ayer te comentó, solía estar cerrada en invierno por el tiempo, te fijaste en que la luz del despacho de éste estaba encendida. Seguramente trabajando en el negocio, algo que preferirías estar haciendo tu, hasta que ya sacandote el tabaco y esperando que Vincenso se encontrara allí te percataste de la presencia en el local de Castellano, con una mujer de unos 40 años a su lado, morena, no muy alta y con algun quilo que más y una niña pequeña, delgada, de pelo oscuro largo. Al pasar por su lado y ver que no se giraba te alegraste de que el regalo de Michael hubiera servido por algo hasta que, ya abriendo la puerta de cristal que separaba ése salón de la vacía terraza te parecío ver a tu primo recolzado en la barandilla, mirando el mar que desde allí se divisaba y fumandose, tranquilamente un cigarro.

Buenas noches Vitraya -te dijo al oír que te acercabas a él por el sonido de tus tacones-. Espero que no te importa que te llame así. Te dijo sin nisiquiera girarse. En ése momento tiró el cigarrillo hacía el arcén de la carretera, y girandose rozó suavemente tu mejilla. Aún no me puedo creer que seas tu quien tengo delante. Ésa sonrisa, ésos ojos,... ¿Por qué tu?

Notabas en su voz un tono entre melancolico y de felicidad que te desconcertaban. Le tenías allí, delante, y además gozabais de la intimidad necesaria para poder arrojar parte de tus dudas. Tú, yo... después de tanto tiempo... -hablaba con la voz algo entrecortada, cómo si su oratoria se limitara a un telegrama por algun tipo de nerviosismo. Me supo mal no llegar a poder avisarte, no poder venir a sacarte de las garras de nuestra família, pero veo que pese a la condena has logrado poder ser libre... Cómo yo. Sus palabras parecían sinceras. Notabas ésa nostalgia que antes, en verle, habías sentido tu por él. ¿Por qué tanto tiempo? ¿Por qué ahora? ¿Qué hacia en Barcelona?.

Simulé mi accidente para trascender a ésta nueva realidad -te dijo mientras podías ver que se encendía un cigarrillo-, pero por las Tradiciones no pude mostrarte que aún estaba allí. Habia tantas veces en que deseaba Abrazarte para tener tu compañía, pero no quería condenarte de ésta forma -dijo mostrando por unos breves segundos su Béstia interior en su rostro y ojos-.

Pero cuentame, ¿que fue de tu vida?, ¿qué paso para que estubieras maldecida de ésta forma?,...

- Tiradas (1)
Cargando editor
04/07/2010, 02:10
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Me quedé mirandolo, escuchando su voz intentando tranquilizarme al verlo tan de cerca. Como él, no me terminaba de creer que estubiese allí, hablando comigo. Me giré obserbando el agitado mar, el mismo que me separo de mi familia y de todo mi pasado. Pero al contarme su simulacro de accidente y su caminar como vástago recordandome y siguiendome a escondidas cuando aún estaba en Italia, me conmovio. Seguí escuchando sus palabras sin dejar de mirar al horizonte del mar mientras me encendia un cigarrillo. Solo me giré al notar como brotava su béstia y volviendome hacía la varandilla, recolsando los codos en ella. Mi mirada se perdio contemplando el humo del cigarro, pensando en porqué tenía que encontrarmelo en ese tipo de situación. No termino de creerme que seas tu el que este aquí en esta noche. Después de tanto tiempo... alce la mirada para mirar el cielo después de tantas y tantas noches... Fume dos caladas tranquilamente, esta vez mostrandole con la mano el azulado mar  Me prometi que al cruzar el mediterraneo me olvidaria de mi pasado, de mi penosa vida junto a mi lastimable familia... y más después de tu muerte. Te heche tanto de menos, que me obligué a mi misma a ser fuerte... a conseguir lo que mi familia tenia, sin la necesidad de ser una infeliz. En ese momento me giré para mirarlo a los ojos mientras con la voz algo melancolica y negando con cara de decepcion le dijé Pero nunca me buscastes por lo que veo...Le pase las manos por los cabellos como intentando ver que no era un espejismo o una ilusion mia. Creerme de todas todas que ese ser era mi Cuore... Le murmure dulzemente y tras un lebe suspiro conteste antes de que dijera nada Aunqué tampoco hubieses dado conmigo con mucho exito. Puesto que cambie mi nombre al casarme.

Me aparte de él sin dejarlo de mirar, pensando porque estaba metido en estos asuntos turbios, justo ahora que lo acavaba de volver a encontrar... Pero ahora era todo distinto, no quería encariñarme, no quería volver a sufrir si lo perdia de nuevo... Después de preguntarme de nuevo el porqué de su estancia en Barcelona, tiré el cigarrillo. Me perturbo el hecho de que preguntara sobre mi abrazo,  agarrando con una mano la barandilla retubiendo la tensión en ella tras pensar en Benjamin, ese indeseable ser...Pero enviude... sonreí recordando la buena labor de mi amante. Titulos, reconocimiento, buena vida... sólo cabia esperar a la muerte desde una montaña de dinero y fama. En ese momento abri los brazos para decirle Hasta que un fin de año, un ser envidioso, egoista y pretencioso me quitó esa espera... para darme esto. 

Rebusque de nuevo en el bolso para sacar otro cigarrillo y encenderlo después de sentir la molesta brisa que se empezaba a dar. Me aparté el cabello de la cara y con voz dubitatiba le comenté Y ahora que estamos aquí, juntos de nuevo, parece que has tomado un camino muy peculiar... Tanto que nos ha llevado hasta este lugar lleno de ganado pasandoselo bien.. junto a los suyos. Como nosotros en este momento de reencuentro... Recapitule esas noches de reies en las que los regalos eran los únicos presentes en la casa. Siempre solian tener cenas con sus recientes compradores y su hija sería una molestia de la cual no querian añadir...  ¿Porqué Barcelona, Vincenso?, ¿Porqué apareces ahora después de tantos años? No creo que tu intención sea la más buena en estos momentos... visto lo visto tus intereses y los mios són algo distintos. Pensé en la diferencia de tener un negocio con algunos hechos ilicitos a ser un comprador de armamento de alto riesgo... ¿Qué te ha hecho cambiar tanto...? Di un golpe en la barandilla mientras me giraba hacía las buenas vistas que otorgaba Barcelona mientras sentia la brisa de esas horas. Además... no entiendo el porqué... di otro golpe para terminar diciendole Tu, Lucius... todo esta trama sin entendimiento... No alcanzo a entender porqué ahora que te tengo delante, tenga que preguntarme todo esto. Justamente tu... y tus estupendos negocios... Le dije con un tono hironico.    

Notas de juego

Tirada de auspex 2 a vincenso

Cargando editor
04/07/2010, 02:49
Director
Cargando pj

Ésas duras palabras entraban en el alma de Vincenso cómo duros puñales, acrecentando el dolor de su no-vida en extrema soledad, tal y cómo te había denotado cuando te habló de las tantas y tantas veces que pensó en Abrazarte, retirandose para no convertirte en lo que realmente a día de hoy eras. Al menos me alegra saber que mi trascendencia sirvió para algo -te dijo mientras ponía una mano en tu frío hombro-. No estoy aquí para reabrir viejas heridas Vitraya, ni siquiera me imaginaba que aún tu existencia sería presente. Perdí tu rastro cuando marchaste, de la noche a la mañana.

La brisa nocturna hacía mover tu cabello, revoloteando tu melena a su antojo, hasta mostrando de vez en cuando el ocuto cruzifijo. En verlo, Vincenso lo rozó con él dedo, y mostrandote el suyo, que llevaba oculto debajo de la camisa siguió respondiendote. Aunque mi pasado renació con una nueva família, yo tambien conservo de los Schiavone lo mismo que tu. Es cómo algo que nos até a nuestra existencia cómo mortales. Un indescriptible sentimiento de furia y rencor del que no nos queramos desprender.

Ésas palabras te chocaron. La dureza con la que describia vuestra família te mostraba un Vincenso energico, atado a tu recuerdo por los mismos lazos que te ataban a ti a él. Vitraya Barceló -murmuró tenuemente Vincenso-. En mis ultimos días en la Costa, cuando ya buscarte era imposible antes de ir a Venecia a conseguir mi independencia recurdo que los tios dejarón de usar el apellido familiar por ése. Los últimos años en que estube, las cosas no les fueron bien. Te sorprendía que te hablara de tus padres en ése momento. De ésa gente que renegó de su hija cuando ésta salio por la puerta de casa. Perdieron gran parte de la fortuna familiar, aparecieron rencores con mi parte de la família, y todo fue a peor cuando tu padre mató a su hermano, mi padre. Fue tres años después de que te fueras, y al poco se que tu madre cambio de apellido.

No entendías a que venían ésas revelaciones del pasado, de un tiempo en que tu ya estabas libre al otro lado del mediterraneo, viendo ahora el futuro que te hubiera tocado padecer.

Escuchaba atentamente los movimientos de tus últimos años cómo mortal, comprobando cómo fue de dura pero a la vez placentera tu transición. Aún así te veo más feliz que nunca primita. Ése brillo en la mirada... la que siempre ha tenido una mujer de éxito.

No sabías si su reacción era sincera o si te alagaba para conseguir algo después de tantas décadas pasadas, pero su alma, algo tenue y traslucida te mostraba que su sentimiento lo era, a parte de un nerviosismo que no llegabas a comprender.

En ver que te estabas encendiendo un cigarrillo sacó otro de su americana, y encendiendolo murmuró, Él último y vuelvo al reservado... No me gustan las cenas formales, nunca me gustaron y con el tiempo ha ido a peor -bromeó mientras hechaba un poco de humo-. Barcelona... -hizó un breve silencio-, realmente te mentiria si te dijera que el destino me ha traído a ti, pero por ahora, prefiero que sólo sepas que tu destino y el mío no difieren tanto de lo que imaginas. Te sorprendió ésa sinceridad. Podía haber aprovechado cualquier evasiba pero no lo hizó, solo dejo a medias la información. Sólo por haberte reencontrado ha valido la pena, aunque preferiria que hubiera sido en otras condiciones y compañías. Miró la luna creciente y trás volver a mirarte te dijo: Deberás estar separada de tu novio unos meses Vitraya. Toma, ésto es para él.

Tu primo te dió un extraño sobre blanco sin cerrar, y en observar su interior pudiste comprobar que se trataba de un cheque, al portador... 300000€. Demasiado dinero.

Yo ahora volveré a la cena, y dentro de cinco minutos baja tu -te dijo-. Cenaremos tranquilamente hasta dentro de media hora, cuando tu iras al baño, y no volverás al local en ningún momento. Sus palabras te desconcertaban, y su frialdad y calculo a la hora de decirtelo te abrumaba. Ayer avise al comisario Castellano de ésta reunión, supongo que lo has podido ver al venir a la terraza. Habrá una redada policial justo en nuestro reservado, pero ni tu ni yo estaremos allí. Te sorprendía su forma de avisarte, cómo calmado te decía detalle por detalle todo lo que pasaria. Por lo referente al Metre, estube hablando antes con él, y ni tu ni yo abremos estado aquí ésta noche. Sólo queda por solucionar el tema de los camareros. En ése momento padeciste por la integridad de James y de Michael. Éso sonaba a encerrona, muy bien planeada y tu te habías visto involucrada de par en par. Si te fijas, esos dos coches y esa furgoneta tienen el motor encendido. Són los policias esperando entrar.

 

Una vez ya se despedía, para volver hacía el interior del local se giró un momento y te dio una targeta con su telefono. Llamamé mañana y quedaremos dentro de dos días si te va bien. Te dijo, viendo que aunque no lo supiera ya tenías su telefono. Me sabe mal por tu novio, pero necesito sacar a ésos dos de circulación. Al no haber transacción le caeran a Lorenzo cómo mucho seis meses. En el telón está la compensación por todo. En ése momento no sabías muy bien que pensar. Todos tus esquemas se estaban rompiendo, a menos de siete horas de tu cita con Montoya, y de nuevo, ese pansamiento no creado en tu cerebro: Por favor, no le digas nada a Lorenzo.

 

- Tiradas (2)
Cargando editor
04/07/2010, 08:24
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Estaba junto a él, escuchandolo contar mi posible destino si me hubíese quedado al lado de mi familia. Me alegre de haber sido esa niña caprichosa con ganas de salir de la madrigera en la que me tenían encerrada mis padres. Lo que me impacto fué la degeneración por parte de mi padre y la liberación que surgió de mi madre. Quizás ella vio por fin el tipo de calaña que era su marido, como yo ví en su momento en el mio. Quizás su falta de cariño hacía mi fué debido a la necesidad de dinero que tenía mi padre. Por lo que en esas epocas no era muy frecuente que una mujer trabajará con su marido... una mujer bella pero a la vez demasiado ingenua a mi modo de ver.

Dejé de pensar en mi madre, en cuanto volvio a hablarme del destino, de nosotros dos y de intereses comunes... No lo veía muy claro y menos dejandome a medias la conversación. Como si quisiera dejar para otro momento nuestro reencuentro. Hasta que nombro a Lucius. Sabía en el mundo que trabajaba, con la gente que se solia mover y lo mucho que le gustaba meterse en líos, esta vez demasiado grandes para él. Pero de eso a tener que dejarlo tirado a libre alvedrio de esa gente, me daba lástima por mi comida.

Tras darme el sobre y ver la cantidad de dinero, no me lo creia. Tube que mirarmelo dos veces antes de retomar el hilo de la conversación, procediendo a guardarmelo en el bolso y sacar el siguiente cigarrillo. Era demasiado dinero para ser real, y a decir verdad, me sobrepuso la tranquilidad y los motivos por los cuales mi "Cuore" daba tal exorbitada chifra de dinero, ante ese tipo de "trabajillo". Por los camareros no te preocupes, dejamelos a mi... se marcharan del local. -Le dijé después de cortarle su ritmo de conversación- Así tienes menos trabajo.
Escuché sus palabras de quedar en dos días, con algo de temor y de alegria a la vez, me guarde su targeta en el bolso. - Te llamare antes de las doce, para que no tenga que insistirte mucho.- le recalque soltando una lebe carcajada, trás su interés por proseguir nuestra conversación en otro lugar. Antes de que salíera y me recordara que no le dijera nada a Lucius, me acerqué más a él para susurrarle - Ve con cuidado, ahora que te he vuelto a encontrar, no quiero volver a perderte.

Al salír él, me volví a mirar el mar, pensando en como esa cena había traspuesto mis sentimientos, mis recuerdos ya pasados y olvidados... Viendo claramente, por algo inexplicable, las coincidencias que se confabulavan sin yo acabarlo de entender... Me fuí a los cinco minutos, pasando a grandes pasos por los pasadizos. Sin llegar a correr, pase por delante del Comisario, conociendo a esas alturas que su cena familiar sería interrumpida.

Antes de entrar al salón, vi a Michael, entre tanto pude percatarme de los murmuros de dentro de este. Lo miré, parandome delante de él para solo un fin. Transmitirle que en 30 minutos al verme salir hacía el baño, ellos dos desaparecerian del local para regresar a casa. Entré mostrandole algo de interés a Lucius, el cual seguia submergido en todos esos negocios de los cuales yo ya sabía que no acabarían como él se esperaba. En realidad, ninguno de los dos nos esperabamos una cena así. Noté recorrer mi vitae al permitirme comer el plato que me pertocaba. Sintiendome algo perdida allí dentro, rodeada de dos conocidos y dos extraños. Antes de que pasara la media hora, los últimos cinco minutos, quise prestarle más atención a mi primo. Tampoco tenía muy claro su intención y a esas alturas debía empezar a olbidar el nombre de Vincenso; en la conversación de las cinco, su nombre sería Giovanni. Me lebanté y recogí el abrigo junto con el bolso, excusandome que lo poco que había comido no había acabado de sentarme bien, por lo que avisé de mi ida al baño.

Una vez en el exterior del restaurante, conciviendo el choqué de haber vuelto a saber de mi primo, me sentí a salvo. Eso hizo volver a llenar en mí, de una sensación de nostalgia y sabía que habiamos estado demasiados años separados de nuestro antiguo calor hacía nuestra relación. Pero vi en ese instante que debía persuadirme de que eso pasó hace mucho tiempo... no tenia ni idea de si ese gesto de protección sería el último, aunqué valio la pena tan solo por poder volver a saber de él. Aunqué estaba convencida que almenos hasta llegar delante el principe, mis emociones estarían llenas de melancolia y una tristeza extraña. Porqué volví a separarme de él sin saber que nos depararía esta vez el destino. 
Sabía que al llegar a casa mandaria a mis sirvientes a dormir, dandoles el día de mañana por la mañana, libre. Igualmente han hecho un buen trabajo.  Seguramente sería mejor recordarles que no se cansaran mucho, puesto que en mi despertar, los quería a los dos sin falta, en mi estancia. Además dejaría caer el comentario sobre que les depararia para ellos... una sorpresa. 

Ya dirigiendome hacía el coche, recordé que sólo había tomado de un recipiente y con tanta emocion de las últimas horas, sentia la necesidad de darme un capricho en mi dieta. Por eso, antes de irme a casa, intenté encontrar mi prototipo de hombre dando un rodeo por la zona, pero esta vez percatandome aún más de si hiba mi victima bebida o no. En esa ocasión no quería ni alcohol, ni drogas, ni nada que perturbará mis pensamientos. Sobretodo por el hecho de conducir yo el porche... Alguien que estubiese sin mucha compañia a preferir. Miraba de un lado a otro de la calle, para encontrar un sitio poco visible, un lugar en el cual comer y olvidar fueran posiblemente con la mayor tranquilidad con la que en ese momento me quería tomar las cosas.

Notas de juego

Gasto un punto de vitae para activar estomago.

Activación de auspex 1

Percepcion + rebaño. 3 puntos de sangre

Cargando editor
04/07/2010, 15:06
Director
Cargando pj

Pense que te habías ido. Ésas fueron las últimas palabras que recordabas de tu recipiente, cuando volvíste de la terraza, hoy convertido en novio y anzuelo en menos de cinco minutos. No terminabas de comprender los planes de tu primo, y por los últimos momentos de conversación en que pudiste estar viste un gran cambio de actitud y forma de hablar por parte de Vincenso. No podías llegar a comprender si en realidad era él quien hablaba, el que habías conocido y llorado, o era alguien diferente.

Realmente, no podía delatar que te conocía, y cualquier rastro común de vuestro pasado os podría llegar a crear un grabe problema si nunca fuera descubierto. Éstaba claro que en ése momento hablaba Giovanni, el vástago que conociste hoy en la cena, de los mismos negocios que desde el principio, pero eludiendo hablar de contactos, armamento o hasta sus tipos. Pero aún así se entendian. Además, estaban ésos dos, a quien, en principio tu primo quería quitar de circulación.

Cuando avisaste a Lucius de que íbas al baño notaste un cierto tono de preocupación en su voz, pero aún así no querías traicionar a tu primo, a alguien de tu misma sangre y condición. No sabias sus juegos, si en algun momento os volveríais a entrecruzar, pero lo que si estaba claro es que tus gohuls estarian a salvo, y que podríais retomar ésa conversación.

Mientras salías del local en busca del coche recordaste todos los excesos que ya habías hecho ésa noche, entre comer y beber sólo te hubiera faltado tener que jugar más con tu Vitae ésa noche por lo que preferíste salir a cenar.

Tenías presente aún la visión de tu última diablerie cometida, de ése joven muerto en el suelo ayer en el suelo,... llevabas demasiados días viendo sangre, y la presencia de la luna en el cielo no te hubiera ayudado en condiciones de hambre. Encendiste un cigarrillo y empezaste a divagar por los callejones cercanos al parquing en busca de algo que llevarte a la boca por lo que pusiste en alerta todos tus sentidos. No querías terminar comiendo cualquier cosa, ésa noche no.

Te empezaron a venir olores de pizzas que te transportaron, quizá por todo lo sucedido, a los olores de tu Italia natal, algo de olor a marihuana de algun balcón cercano, el sonido de una chica proxima al orgasmo, alguna que otra pelea cercana,... Hasta que al fin lo víste: Era un chico con casco, de unos 35 años de edad. Te fijaste en que íba vestido con una chaqueta color rojo que le llegaba hasta las muñecas y que en una mano llevaba una pizza. Te sorprendió, pero en ése momento recordaste las malas situaciones economicas y laborales que llevaba el país. Tu olfato nunca te había traicionado, y tus sentidos estaban ahora más despiertos que nunca cuando, acercandote a él le tocaste suavemente en el hombro.

De golpe se giró, y en verte pudiste ver que se tranquilizaba, pero tu no eras una chica corriente. Una orden, un mordisco en su muñeca, debajo mismo de la correa del reloj cómo a ti te gustaba, y un olvido de ése momento. Delicadez y sobriedad, cómo un buen Ventrue.

 

Mientras volvías hacia el coche, algo más preparada para soportar la noche empezaste a oír unas sirenas policiales hacía la dirección dónde estaba el restaurante.

En ése momento recordaste la conversación con tu primo, sus advertencias, su calculo detallado. Desde alguna iglesia a la lejanía repicaban las campanas mostrando las ya llegadas 11:45 de la noche. Algo más de media hora despuñes de haberte ido tu.

Te sabía algo mal por Lucius, sobretodo por lo bien que te había ido tenerlo cerca éstos días, pero a la vez te alegraba que tu primo no te hubiera engañado.

Entraste en el parking y después de pagar en una de sus taquillas, con algo de dificultad por la falta de costumbre, entraste en busca de tu coche. En ésos momentos hubieras querido tener a Michael a tu lado, él siempre se encargaba de ésas cosas.

Al final lo víste, dónde lo dejaste antes al llegar con Lucius. Tu Porche negro, pero en ése momento la luz de un cigarrillo quemando cerca suyo te alerto. Te acercaste un poco más y la pudiste ver, allí estaba, de pie junto a tu coche. Lucita.

Buenas noches señorita Schiavone -te dijo mientras aún te estabas acercando-, ¿ha sido fructifera la cena?

No entendías nada de lo que pasaba pero en ése momento, de golpe, sentiste un profundo deseo de ir hacia casa, lo más rápido posible.

Éra la última persona que hubieras querido ver ésa noche, cuando ya pensabas que se había alejado de tu existencia y dejado otra noche tranquila. Por su rostro veo que no me esperaba, en casa le termino de contar todo.

Entrasteis en el coche, y te pusiste a conducier en dirección hacia la Villa. Tampoco te hubiera gustado que fuera ella quien condujera vísta la última experiencia, pero además, no decía nada. ¿Se habría enterado de lo que hiciste con Josep? ¿estaría molesta por tu escapada de ayer? Se ha puesto muy elegante para ir a ver a Montoya ésta noche -fué lo único que dijo durante todo el viaje-.

Trás entrar en casa pudiste ver a tus gohuls en dirección hacia el salón, cómo si quisieran ir a descansar un rato, y Josep sentado dónde siempre, saludando a su jefa y ni siquiera mirandote a ti. Te sorprendió el hecho de que Lucita anduviera tan decidida hacía el salón, detrás de tus dos siervos por lo que preferíste seguirla.

James, dame el reloj, oíste en el momento en que entrabas al salón, cerrando la puerta. En ése momento pudiste ver a tu gohul acercandose a Lucita, y trás quitarse el reloj entregarselo tal y cómo le indico. Con el reloj de James en la mano Lucita se acercó a ti, y mostrando su parte trasera murmuró. Cómo amo a la tecnología. No lograbas entender nada, hasta que al fin se decidio a contartelo todo. Ésta lucecita roja que ves aquí, que ni se percive oculta contra la piel es un dispositivo de seguimiento. Dándole ésto a su gohul pude seguir haciendo mi trabajo permitiendole sentirse libre de movimiento y sin ni siquiera violar una de las ordenes de mis superiores. Una vez dicho ésto te lo puso en la mano, y saliendo del salón te comentó: me voy a descansar señorita Schiavone, aviseme a la hora de irnos al Elíseo. Y cerró.

Te quedaste allí de pie, sóla con tus gohuls, viendo cierta expresión de desconcierto y culpabilidad en la cara de James, del mismo con quien Lucita te había dado permiso para salir.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Cazar: Per(3)+Reb(1)+Aus(2). Dif 8 (patrulla policial cercana)

RdS: 11

Parquing: -21€

Cargando editor
04/07/2010, 19:27
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

Al notar las sangre de esa criatura emanar por sus venas, me olvidé de todo por un instante. Después de retocarle el reloj y su manga, le cogí la pizza. Podría ser que el profesor, sin estar los Ghouls en casa, ni se hubíese preparado nada... y quizá así sacaría algo en claro sobre la mancha de sangre del cuero de la daga.

Me fuí dejando mis pensamientos, en esa cena intensa, corta y desconcertante. Aún haber perdido por un tiempo a mi recipiente, mi sirviente me había traido a otro posible candidato... el comercial. Me daba algo de verguenza ir por la calle con la pizza, no me gustaba tener que hacer el trabajo de mis ghouls, pero de algun modo, al profesor seguro lo vera como un detalle... Será su regalo de reies. Pensé mientras ya me acercaba en el coche, con la sonrisa de tal tonteria, mi cara cambio al ver a esa mujer. Ni mucho menos que supiera de mi cena. Eso me hacía recordar que mejor seria que en ese aspecto no nombrará nada. No quería estar memoriando los recuerdos vividos a antaño con mi primo. Por eso, me dirigí a las puertas traseras, sin quitarle ojo. No me creia que estubiese allí, como si nada... dejé aposentada la pizza y después entre en el coche para ya salír hacía la villa.

Esperando que el viaje almenos fuera tranquilo. Acababa de saber que la persona que marco de raiz mi niñez, tanto por su actitud conmigo como con su muerte, aún seguia entre mi vida. Se repitió en mi mente, como volviendome a la realidad Se ha puesto muy elegante para ir a ver a Montoya ésta noche... La miré de reojo justo en ese momento, para volver la vista a la carretera y decirle con un tono algo despreocupado. No se si este comentario consiste en una burla o en un intento de cumplido... pero realmente no creo que montoya se fije en esos aspectos, sino más bien en lo que le tienen que contar. Ese silencio me sorprendio. Era mejor estar con calma por si por algun importunio, me pasará como con el acercamiento de Lucius.

Seguí a lucita, siguiendo la dirección de mis ghouls. Me alegro que mi nueva adquisicion se comportara como le recomendé. Almenos no se percato de nada, tras ver como esa mujer, iba tan decidida hacía el salón. Una sensación de rabia e indignación recorrió por mi cuerpo en enseñarme como todo mi esfuerzo en hacer que no se percatará de mis movimientos había sido en vano. Además, no todos los lugares a los que asisti, eran de buen ver para llebar a la sheriff, como es el caso del Tzimizse. ¿Es por eso quizás, que Voldor quería verme en realidad, aprovechando mi oferta de negocio? Me sentí realmente confundida sugetando aún ese reloj. Eso fue una verdadera burla, pero a la vez me izo ver lo retorcida que podía llegar a ser la mente de un vástago...

Al salir ella, me dirigí hacía James, mirandolo de arriba a abajo y parandome en seco ante él le murmure friamente Esto de ti... no me lo esperaba... Ya enseñandole el reloj a la altura de sus ojos. Tenia el leve escalofrio de pensar que todo había ido como esa mujer quiso. Pero esa manera de ser me dio la idea, junto a lo que me dijo Josep. La seguridad del local con Golum de unico segurata ante tantos cainitas... me produjo dolor de cabeza. Mañana vas a estar atento en la Mooving"s. Mejor dicho, mañana vais a estar los dos atentos en ella. Los dos...  Le estampe el reloj en el pecho Guarda esto y examinalo mañana por la tarde. Negé con la cabeza, mientras lo miraba fijamente. Además estos dispositibos también pueden estar en los coches, y no solamente por Lucita... Sacando un cigarrillo pensando en como podía haber sido tan ingenua de creer que no me seguía en ningun momento... si en el local haces lo mismo... no se como aún no ha pasado ningún desastre...

De alguna manera estaba decepcionada con él, pero también sabía que parte de la culpa era mia por no haberle inspeccionado antes... espero que esto te haga pensar en algo más que lo que sale por mi boca. Me giré de golpe, sabiendo que en todo el rato no le volveria a mirar a la cara. Vi a Michael, espectante, como si esperara a que también me hubiese percatado de algun error suyo... pero en ese momento, no veia ningun inconveniente. Mañana, van a cambiar muchas cosas en la Mooving"s... muchas... empezando por ti James. Le comenté cuando ya estaba de ya de espaldas. Cuando te vayas, quiero que le digas a Oriol que he llegado y que quiero hablar con él. Quiero que mires si la habitación esta ordenada, sino lo está dile que baje.  Y por cierto, una vez este con él traenos la pizza que hay en el asiento trasero del porche y unas cervezas. ¿capicio Crackton? Tampoco sabía que intentaria augmentar la seguridad, para que él pudiese controlar mejor y no estar tan expuesto a los vástagos del local. Pero importaba más que su cabeza pensará en relacionar todo mi comentario. Fumando delante de michael, lo mire de arriba a bajo, con una sonrisa en la boca y tu... estas hecho un buen elemento... no creia que pudieras sorprenderme tanto...  me dirigi hasta el sofá para acomodarme, después de apagar el cigarrillo. Los informes de la vodafone... los peluqueros... los palillos... Tras un suspiro le dije almenos sirvio de algo mi charla de ayer. Solté una carcajada, al pensar en como tanto jaleo con los palillos para acabar sabiendo que era mi primo... Me encendi otro cigarrillo, augurando una pausa relajada. Vas por el buen camino, si...aprendes rapido... -susurre con la mirada perdida mientras colocaba mis piernas encima del sofá y tiraba el humo hacía el techo- Pero tampoco creas que soy tonta pequeño. Espero que mañana, tomes precauciones, no quiero augmentar la familia... y menos ahora.  No lo dejé hablar sobre el tema porque seguí comentandoles Por lo que al lebantarme mañana temprano, os quiero ver a los dos en mi dormitorio, para que me digais que habeis aprendido de esta noche. Reflexionad un poco... no os costará tanto pensar una vez descansados... Acabé murmurandoles con ironia. Me incliné para tirar las cenizas y mirar fijamente a mi Michael Es evidente que tu evolución, en comparacion a la de James es notable. Pero con esto no quiero decir que tengas que relajarte, ni que Crakton no pueda reaccionar más faborablemente en el transcurso de estos días... Giré la cabeza y le dijé: Ahora bien, contadme, que ha pasado durante todo el tiempo que no he estado junto a vosotros...

Al acabar su explicación, le comenté a Michael que se fuera a dormir, pero que antés dejara mi maletin de cuero blanco encima del escritorio, además de llamar al Gestor para quedar mañana alrededor de la una y media de la noche.

Cargando editor
04/07/2010, 21:12
Director
Cargando pj

No llegabas a comprender exactamente que te molestaba más, si los comentarios inpertinentes de ésa mujer, su silencio o ver cómo había jugado contigo durante ésos dos días. Por lo que pudiste comprobar, había podido seguir todos tus pasos a través de los de James, sin percatarte en ningún momento del verdadero juego que se traía entre manos.

Aún así, al ver cómo ella se íba tan tranquila hacia la habitación a descansar, el blanco de tu ira se centró en James, tu siervo, tu jefe de seguridad que se había dejado manipular al antojo de ésa mujer. Escucho atentamente todo lo que le tenías que decir al respecto, viendo cómo Michael se sorprendía en comprobar que mañana, de nuevo, su tarea íba a variar. Eran muchos movimientos en poco tiempo, cómo si necesitarás de la presencia de ése gohul para reforzar tu sensación de seguridad y de trabajo bien hecho, pero en parte, por el momento no había demostrado lo contrario.

Mientras, de la boca de tu otro siervo no salían más que entrecortados monosílabos que terminarón en un Perdoneme señora. Se le veía arrepentido, comprobando una y otra vez ése dispositivo sin lograr a entender cómo había podido llegar allí. Mañana sin falta registraré todas mis otras pertenencias aparte de los coches a la busqueda de alguno similar. Éso en parte te reconforto, pero no podías permitir ningún fallo por parte de ellos dos. Ahora más que nunca, después de todo lo sucedido ésos últimos días necesitabas que entre ellos formaran un equipo unido, tanto para ti cómo para tu negocio, y cualquier error podría ser un grave problema.

Después de terminar la parte de la conversación que le tenías reservada a James víste cómo éste salía en busca del profesor, cerrando la puerta cuando estuvo fuera. Éso te daba un cierto tiempo para hablar con Michael, quien se quedó espectante en el salón, sin ni siquiera moverse de dónde estaba, sorprendiendose en el momento en que te dirigiste a él. ¿Yo? -te dijo cómo si no comprendiera tu cambio de humor-, perdoneme que no termine de entenderla señora. Sólo me limité a realizar mi trabajo -te dijo tras terminar de escuchar tus argumentos-. Realmente, cada charla con usted sirve para que mejoremos, y aunque en algun momento pueda llegar a parecer cruel -dijo con un tono más bajo de voz, cómo si no quisiera que llegaras a malinterpretarlo- se que todo lo que hace y dice es para nuestro bien. Aún y hacer ver después que no había oído tu murmuró, notaste en su expresión de satisfacción que sabía a la perfección cada una de tus palabras. Sonrojandose en el momento que le comentaste su "cita" de mañana. Por supuesto que voy a ser prudente señora, no quiero que se me pueda malinterpretar. Ha sido algo necesario para poder eliminar ciertas pruebas de todo lo que paso ayer noche. Notabas una gran formalidad en él, aunque por mucho que lo intentara con sus palabras, le era imposible disimular sus sentimientos. El miedo, la excitación, el remordimiento, la vergüenza,... eran sentimientos que en tu gohul se mostraban demasiado a primera vista, pero no podía ser perfecto, aún no.

Asintió con la cabeza en el momento en que le diste los primeros planes de la noche de mañana, y en preguntarle sobre un breve resumen de hoy tuvo poco a contarte. Realmente, hasta que ha llegado ha pasado poca cosa allí. A James, aunque al principio le ha resultado un poco dificil, ya sobre las ocho de la noche consiguió dominar los pedidos, aunque el Metre al final prefirió que estubiera en el acomodamiento de los clientes. Y por lo demás poca cosa, mucho trabajo hasta el momento en que nos ha avisado de que marcharamos. Realmente notabas en su cara una expresión de cansancio sin igual, por lo que viste que ya poca cosa más podría hacer ésa noche, a parte de descansar. Una vez le comentaste lo del maletín salió a terminartelo de arreglar todo, especialmente en el momento en que vió a Oriol entrando por la puerta, despidiendose de ti y deseandote lo mejor: Demuestrele al Príncipe lo que vale -te murmuró al oído mientras simulaba darte un beso en la mejilla para no levantar sospechas ante Oriol-. Se despidió de él en la puerta y se fue.

Buenas noches Vitraya -te dijo el profesor mientras se acercaba dónde estabas sentada-, ¿tan pronto en casa? -bromeó levemente haciendo alusión a las horas en que normalmente hablabas con él. El hecho de verle allí significaba lo más seguro que James vio peligrar tus nervios si hubieras estado allí, y sólo la mera imaginación te estremecía. ¿ha ido todo bien?

En ése momento entro tu gohul con dos coronitas en la mano y la pizza familiar que antes habías cojido a tu cena. Realmente ni te habías preocupado a observar de que estaba hecha, pero viendo la cara de sorpresa del profesor te diste cuenta que habías dado en el clavo. ¿Tanto se me nota que no soy muy asiduo a la cocina? -bromeó mientras James abría las cervezas y os las acercaba en dónde estabais para después irse. Y bien, ¿tan mala cena os dieron en el restaurante? -bromeó el profesor mientras James cerraba la puerta sin ni siquiera decir nada-.

Cargando editor
04/07/2010, 23:38
Vitraya Schiavone
Sólo para el director

No me resultaba dificil ser dura con mis siervos, pero resultaba que algo de razón tenia José en cuanto a estos. El resto de las noches en la mooving's sería igual de imprevisible y un fallo similar al del reloj no me lo podría volver a permitir, ni por James, ni por mi parte. Antés de pedirle a Michael que me acomodara el maletin en el escritorio, pensé en un importunio. Sabía que Giovanni era mi primo, el mismo que salía relacionado con los temas turbios del puerto. Además, darle la información al principe, conjuntandolo con él... quería saber más sobre sus intenciones antes de relacionarlo precipitadamente con esos encuentros. Por ese motivo le sujerí a Michael que fuera a por los papeles y redactara de nuevo el documento del cual salian los once telefonos. No quería que apareciera en ningun momento su nombre, ni su numero, con lo que le dije que incluiera en esa ausencia el numero y el nombre de Lucius. Por ahora, sería mejor conservar una parte de la información. Ese último deseo, provoco en mi una nostalgia especial. Volvíamos a las andadas... Como un sentimiento de protección, por parte de los dos, hubíese despertado en mi, esos recelos ante la posibilidad de volver a perder la oportunidad de pasar tiempo con mi Cuore.

Al entrar el profesor, me cambio algo el humor. Prefería indagar en esa criatura extraña, interesante a la vez. En escuchar tantas preguntas, saliendo de la boca de Oriol, me recordo la noche anterior. Respuestas aún sin aclarar... Las cenas de negocios, conjuntadas con las comidas resultan algo agotadoras, y más un día como hoy... -Recliné mi espalda, tras un trago de cerveza. Pero, realmente ha ido bien. - Dejé la mirada perdida, viendo el color de ese liquido, y pensando en como podría cambiar mi vida la llegada de mi primo. Supongo que no pudo salir mejor... Saqué de mi bolso un cigarrillo después de dejar la botella con dos tragos menos dentro, encima de la mesa. ¿Y usted a averiguado algo? Con tanto documento y tanto desorden seguro le ha costado encontrar los que buscaba... Le dije con una sonrisa picarona.

Antes de que pudiera responderme continue. Espero que le guste... su modica cena... por las fechas en que estamos... -refiriendome a su cena de reies.- no se porqué intuia que no se habría preparado nada... Me lebanté dirigiendome a él sin acabar de acercarme del todo, mientras tranquilamente iba fumando- No existe mucha gente que les guste cocinar... los hombres sobretodo, pero sin embargo, hay un buen grupo de ellos en la elite culinaria... acabé mis últimas palabras con cierta ironia.  Me incline para abrir la caja y acercarsela - Parece que tiene buena pinta, no se podra quejar, verdad? -le mire a los ojos-  Coma, profesor, se va a enfriar . Tampoco quería que me manchara ni nada, por lo que le avise que intentará ser prudente al comer, porqué tenia una cita muy importante en la cual debía seguir estando impoluta. Ya he salido de una cena sin una mancha, que mejor que salir de otra igual... -Le murmuré para volverme hacía el otro lado de la mesa. Sentandome encima de ella pudiendome ver reflejada en el espejo. Desde allí le pregunte un poco sobre su vida. Dandole algo de conversacion para que mientras comiera- Indagando sobre sus noches pasadas de reies, de su niñez. Además de si en esas noches tenia a alguien a quien darle algun regalo. Una madre, una hermana, unos amigos... Mientras lo escuchaba, mire mi reflejo, mirando atonitamente mis ojos. Recordando los de mi primo - exactamente iguales - era para mi algo increible, que aún siguiera "vivo". Sentí esa tristeza y lastima hacía él, debido también a mi añoranza de nuestra unión, de esos tiempos pasados. pero aun así el destino quería que esa noche volviesemos a estar juntos, almenos por una hora.

Cargando editor
05/07/2010, 01:15
Director
Cargando pj

Notaste una expresión de felicidad en la cara de Oriol en el momento en que le comentaste que la cena había ido bien. Me alegro por ti Vitraya, a parte, un rato de descanso entre amigos tampoco te irá mal -te dijo chocando su botella de cerveza con el culo de la tuya, oíendo ése dringar de cristal antes de que bebiera un trago-. En parte tenía razón. La noche, aún y haber empezado bien había ido despejando demasiadas sorpresas por tu gusto, demasiadas intrigas abiertas y acciones desconcertantes cómo para pararse a pensar en ello.

Confiabas en la responsabilidad de Michael, sabiendo que las cosas estarían cómo las deseabas antes de marchar, lo que te daba un cierto tiempo de descanso.

Mientras te encendías un cigarrillo para posteriormente intentar arrojar algo de dudas sobre lo que realmente te interesaba saber en ése momento de Oriol víste cómo él te cojía otro, y agarrando tu mechero ya dejado encima de la mesa te dijo: Realmente he descubierto algo muy importante, empezó a contarte mientras cojía un poco de pizza, intentando ocultar tu interés desmesurado por ésas palabras. Hoy me ha tocado descubrir que tengo demasiados libros. Después de decir éso rió levemente antes de tomar otro trago de la cerveza. Casi todo el día he estado intentando ordenar todo el material, y observando si realmente lo tenía todo cómo dijo el comisario. Por suerte por ahora parece que así es.

Notabas algo de desconfianza en sus palabras. Realmente debió ser para él una sorpresa encontrarse ésta mañana con todo su material empaquetado y ver cómo James y el comisario lo traían todo a casa, pero aún así, eso no justificaba su actitud. Segun te dijo Castellano no tenías nada que temer de Oriol, tenía un pasado limpio, pero si así era porqué ése odio hacia las fuerzas del orden.

Mientras observabas a ésa criatura cogiendo otro trozo de pizza te percataste que había aún muchos recodijos de su pasado y que Oriol no estaba dispuesto aún a abrirlos hacia ti.

En hablarle del significado que querías darle a ésa cena te percataste de que una emoción indescriptible resplandecía en los ojos del profesor. Te fijaste en que se limpió las manos, hizo un trago de la cerveza para tragar y acercandose a ti te dió un beso. Muchas grácias Vitraya, no sabes lo que ésto significa para mi. Ésas palabras te descolocaron por un momento, tanto éso cómo sus actos. No entendías cómo ésa pizza recien hecha robada de un recipiente y pedido por alguna família que hoy esperaría más rato de lo normal, podía llegar a remober los sentimientos de ése hombre.

Lo que no entiendo es como aún tienes fuerzas para seguir trabajando en tus negocios. Tanta juventud y tanta responsabilidad que no te permite disfrutarla -negó con la cabeza, no entendiendo el significado real que tenían ésas palabras en tu caso-. Realmente, o sabía realmente poco de la Condenación o su humor irónica iba in crescendo desde el inicio de su encierro en ésa prision de oro. Pues mis otras navidades eran más bien poca cosa. Cuando era niño no, pero hace quince años mis padres se fueron a vivir a inglaterra, y por mi trabajo, y las espediciones que queríamos hacer con Josua me quedé aquí. De nuevo ése hombre, el arqueologo. Parecía que le tubiera una estima especial, cómo la que se tiene a un hermano o tu misma a tu primo. En ése momento podías llegar a entender su necesidad real en verle. Pero tu caso era muy diferente al tuyo, no tenía ni punto de comparación. Además, cavía la posibilidad de que su amigo, en éste mmento, ya no fuera cómo lo recordaba. Una vez volví a Barcelona de Egipto ya me quedé aquí, y ciertamente, hacía siete años que no vivia un día de reyes acompañado. Soy hijo único, y con mis padres hablo sólo por telefono. Al principio les íba a visitar alguna que otra vez pero desde ya hace unos años, por mi trabajo y su edad se nos hace dificil llegar a quedar.

Ésas palabras te daban una cierta idea de su emoción en decirle éso que, en ningún momento, hubieras llegado a imaginar que despertaría en él. Por cierto, ahora que me acuerdo... tengo una cosa para ti. En ése momento se levantó del sillón y pasandose la servilleta por los labios se fue hacia su habitación, pidiendote que no te movieras.

Te quedaste sólo por el momento en ése lugar, momento en el que aprovechaste para observar si ésa soledad era verdadera. Las explicaciones de Josep sobre todas las cosas que Claudi había pedido para ése salón te despertaron un cierto interés en observar si aún estaba allí. Pero en no ver nada, pensaste que de nuevo tu concentración te estaba causando malas pasadas hasta que viste entrar a Oriol de nuevo en la sala. Llevaba un libro y un paquete envuelto, cómo si se tratara de un regalo, y en su aura te percataste de un intenso color azulado, en su alma totalmente limpia de intervención de cualquier vástago que hubiera querido juguetear con él. Ese color que llevabas tanto tiempo sin ver en una aura pura cómo la que tenías delante pero, ¿enamoramiento hacía que? ¿la situación? ¿hacia ti? Hoy no habías usado hacia él ningun poder para manipular sus sentidos o sus emociones, cosa que aún te desconcertaba más.

Hoy he encontrado, en una parte de los trabajos del profesor Simahua, algo referido a ése extraño símbolo que apareció en las excavaciones de Josua. Miraste atenta el libro, y viendo cómo trás sentarse disminuía el volumen de su voz notaste que quería ser precavido. Aún me falta bastante en que buscar devido a que el profesor era muy sabio, pero esa sabiduría no se reflectía en su orden. Éso te lo recordó levemente a él. Segun sus investigaciones ése simbolo és un simbolo vitalicio, y por la forma circular no perfecta que le rodea habla de la reencarnación, del renacimiento, al igual que su color. Rojo cómo el de la sangre. Éso te recordó el significado de vuestra maldición. Renacer en el mismo cuerpo pero con grandes cambios, viviendo de la sangre cómo único sustento pero, ¿porqué allí? ¿que significaba ésa proximidad entre el tío muerto delante de la Demonix y las excavaciones en Italia? ¿qué pasaba realmente a tu alrededor?... Eran cientos las preguntas que se despertaban en ti, pero cómo mínimo el significado era algo de lo que ya no te tendrías que preocupar. Si no te importa mañana me gustaría hablar con James para que me ayude a preparar alguna habitación a parte para poder utilizar de estudio si no te molesta. Parecía cómo si el profesor hubiera reflexionado sobre su sitio allí desde lo sucedido ayer por la noche, cómo si intentara empezar a acomodarse en ése lugar. Así podré seguir investigando con mayor tranquilidad. Antes de que pudieras decir nada, pero, víste cómo Oriol te entregaba ése paquete. No era mucho más grande que una caja de zapatos y te sorprendió un detalle así por su parte. Feliz noche de reyes Vitraya.

No podías imaginarte que era, si había hablado con alguno de tus gohuls ésta mañana para que le fuera a buscar algo para ti, pero en abrirlo te percataste que no había tenido que moverse mucho. Era la daga, esa daga de plata revestida en oro que ayer tuviste delante mismo y que le dejaste en el escritorio cómo quien no quiere la cosa.

Quiero que la tengas tu Vitraya -te dijo mientras empezabas a tocarla-. No es justo que esté en mis manos un objeto que no me pertenece, y menos después de ver el símbolo en su mango -dijo en alusión a la media luna que viste ayer, identica al tatuaje del profesor-. Ésta daga significa el poder de la Madre, con ella Simahua inició algunos rituales en mis noches introductorias y me pidió que lo conservara ante todo antes de desaparecer. Pero aún así, considero que és alguien de la misma condición que Lilith quien deve tenerla.

En ése momento te alegraste de que Oriol hubiera bajado el tono de voz ya que, por mucho que tubieras hechizado a Josep había demasiadas orejas que podían oír el menor ruido en ésa casa. Víste que separarse de ése objeto le resultaba dificil. Había por lo visto muchos recuerdos que desconocías guardados en él, pero parecía decidido a que lo conservaras tu.

- Tiradas (1)