Partida Rol por web

Shenkis vio como sus hermanos, como si alguien les hubiera azotado, se pusieron a cambiar completamente los paramos de todo Albur, eso quizás, le daría de nuevo un respiro a la hora de crear mas zonas verdes, eso no la eximia de hacer muchas mas, pues todas seguían en proyecto en su mente, pero ahora tendría tiempo de ocuparse de un pequeño asunto.... llamo a Eria, requiriendo su presencia con un leve deseo en su pensamiento, y al poco, Eria estaba a su lado, como si nunca se hubieran separado.

- Pequeña mia, tenemos que subir encima de Neltheros, y allí, preparar un bosque... mas tarde, iremos a ver a nuestros pequeños Silvhos, que de momento, pasan inadvertidos del resto del mundo... un mundo que cambia, mientras ellos lo observan...- dicho esto, bese a Eria en la frente, otorgándole parte de mi poder... me gustaba compartirlo siempre con ella, entre las dos, trabajábamos mucho mas rápido, y podíamos ocuparnos de varias cosas...

De nuevo, con solo desearlo, estábamos encima del Neltheros, reducidas a un tamaño, que un Kohiri nos podría mirar a la cara sin tener que levantar el cuello, la rocosa piel de la montaña andante, poco iba a permitir a una planta nacer encima de el.. pero, con un poco de ayuda....le indico a Eria, por donde tendría que moverse, y trazaron un gran ovalo por encima de la bestia, convirtiendo la roca que había allí, en tierra fértil, y pronto, se pusieron a danzar dentro del ovalo, esparciendo esporas y semillas por encima de este, una extraña y no muy grande selva creció por encima de la gran montaña, con extrañas plantas, quizás algunas venenosas, bambú y otro tipo de arboles que solo crecerían encima de el... satisfecha, miro a Eria de nuevo- como siempre, danzar junto a ti, hace que todo esto sea un simple paseo... ahora, tenemos que ir a ver a los Silvhos, adelantate y presentate ante ellos, ensañes el arte de lo feral y lo floral... pronto llegare yo..... antes, quiero atender un trabajo, que seguro a cierto dios, le agrada...

Y se alejo, penetrando en los océanos lejanos, donde se encontraba la zona invertida de arezos, y la observo desde el agua... en que estaría pensando aquel dios a la hora de crear eso... fuera lo que fuera... allí habría vida, lo podía sentir... lo podía presenciar ya casi... pero de momento, habría que situar las raíces donde se pudiera vivir... y cerro los ojos, uniendo sus manos, y de ella, brotaron corales y algas... extendiéndose lentamente, desde ella, por todos los alrededores de la zona invertida, creando columnas de diferentes colores, con huecos y cuevas marinas alrededor.... cuando Shenkis abrió los ojos, pudo observar el estallido de colores que se presentaba en toda la zona...antes insulsa con un oscuro tono.

Karak observo los rios y vio que en ellos no se encontraban ninguna de sus criaturas y así decidio poblarlos de criaturas.

Primero pobló la jungla del sur con uno y despues el bosque de la primavera con otro.Tambien visitó posteriormente casi todos los rios o lagos y en cada uno de ellos creo a un Protector de las Aguas...

Eran muy sabios, pero desconocian cualquier metodo de comunicación. Asi mismo eran muy poco agresivos, siendo solo algunos de ellos violentos hacia lo que creian enemigo de sus habitats.

Mas tarde estos se multiplicaron y habitaron tambien en las costas, siendo beneficiosos y a la vez perjudiciales para ellas ya que en si mismo son un habitat

Sus posts los acepto porque extrañamente tienen la misma marca temporal que el mío, y por ende no vieron el cierre del Turno.

PERO EL TURNO 6 HA CERRADO

Albur continuó así su camino, avanzando en el Tiempo como solo Á (o tal vez Arezos, o alguna parte de sus Ideas) podía concebir.

Los inquietos susurros de sus Hijos llenaron sus oidos. El movimiento de la vida abundante en Albur contagió al Gran Dios, con ánimo de únirse a ellos.

Así, tomó forma de Dragón y se dedicó a pasear por el mundo, preparándose para lo que vendría.

Sigo guardando, lo necesitaré el siguiente turno.... algo grande se avecina...

Pyaray aplaudió una vez más la obra de Jeldhor, el caminante ejecutaba sus propios planes y llevaba a cabo su obra con gran meticulosidad, siempre mantenía la armonía del entorno y esto tranquilizaba al Dios de las Profundidades quien vió en sus acciones una bella inspiración con la que ejecutar su propia obra, más Pyaray no poseía el mismo don que el Caminante, pues no estaban hechos de la misma idea existencial.

Sin embargo, la obra de Él era una horrible falta de respeto hacia la creación, un aberrante túnel surcaba la tierra sin más propósito que el de servirle a Él mismo, un síntoma de avaricia y despreocupación ajena que celaba a Pyaray y le hacía enojar, cada acción del Dios del Misterio resultaba insultante a pesar de no pisar sus reinos, sin embargo, Pyaray, insultado, sí decidió pisar los suyos.

La enorme esfera verde, por mera y contínua funcionalidad, mantenía ya siempre un centenar de tentáculos sobresalientes en todas direcciones, como un obsceno y gelatinoso erizo de mar, en la punta de cada tentáculo, un ojo observaba el mundo, y con esos mismos tentáculos, se arrastró por el lecho marino hacia el túnel de Él.

Sus extremos tentaculares se tornaron palas y pinzas que ahondaron en lo más profundo de la Tierra, removiéndola y cambiándola de lugar, llegando a sus entrañas abriendo una gran grieta hasta que alcanzara el túnel ahora totalmente deshabitado, la grieta abarcó gran parte del túnel y el agua corrió por él con la fuerza que tan solo los mares podía otorgarle. En cada uno de los extremos del túnel en los continentes, enormes géiseres de agua salada saltaron en ambas direcciones sorprendiendo a los posibles mirones que pensaran migrar al vecino continente

Pyaray, aún no quedó contento con esto, y enfocó su ira hacia el resto de la creación de Él, los Kohiri, el día que Pyaray amenazó el mundo nadie jamás supo a qué venía, ni qué lo produjo, pero en el panteón se supo quien lo provocó. Millares de tentáculos surgían de los mares apresando Kohiris y Silvhos, arrastrándolos al mar forzadamente a gran velocidad, muriendo en el acto por la asfixia que el elemento causaba en ellos, yendo a parar a los ávidos tentáculos del Dios Creador.

Un millar de Kohiris vagabundos de todo Albur fueron masacrados aquel dia, y Pyaray, en la grieta que habia creado, se regocijó en su maldad, destripándolos, dejando las gotitas de sangre flotar por el mar, reuniendo la sangre de los mil Kohiri y cristalizándola para que quedara por siempre en su propia memoria, no pretendía enseñar una lección a nadie, no pretendía que sus hechos se recordaran, tan solo, dejó la sangre cristalizada en el fondo del mar, en aquel mar donde antes hubo un túnel.

Dandoles la forma de los bosques y las junglas que al mundo exterior había regalado, Pyaray creó el Bosque de Rubí, con la sangre de la primera raza en Albur, con la sangre de los Kohiri

　Tras la descarga de su rabia Pyaray se situó en el centro del mar, y preparó todo su poder sin siquiera haber pensado en qué iba a usarlo, así que decidió esconder el bosque que había nacido fruto de su odio, decidió que, el mar en de este lugar, sería tan denso como el plomo fundido, que ni siquiera las bestias del mar se atrevieran a entrar en él por la dificultad natatoria que en él había, que los barcos quedaran casi-encallados dejando a su tripulación morir de hambre y sed antes que la lenta pero inexorable corriente del mar pesado sacara al barco de sus aguas. El Mar Pesado

Las olas se veían caer en él como plomo, y un Orkhan que trata desesperadamente de encontrar la salida nadando con todas sus fuerzas en una dirección aleatoria avanzando apenas unos metros en toda una hora de esfuerzo. ¿Quien estaría tan loco para entrar aquí?

Satisfecho, Pyaray abandonó esta gran fosa marina que incluso a él le agobiaba y ahogaba, y volviendo a su punto de origen, tan solo, contempló el mundo... esperando la detonación, de una nueva e infantil rabieta, que sin duda, volvería a cambiar la perspectiva del mundo

bueno, podría haber sido peor... 

Turno 7

sigo acumulando de momento

Ok, gracias. Corregido la lista y definidas coordenadas de 5 y 8 (ahora 4 y 7, después de eliminar 3 XD), cuando en el siguiente turno haga un portal pondré en la lista que he hecho los tres.

Nota de Á: borrando todos los otros posts.

El libro del vagabundo

Jeldhor observo con tristeza la destrucción del camino secreto y la muerte de los kohiri, como ya le había dicho a Él ese era el camino de Pyaray y llegaría el tiempo de la retribución.

También escucho la solicitud de Él a Yradarkos de las almas caidas para darles un homenaje y como este último rechazo la solicitud.

Asi contemplo el mundo en busca de un nuevo camino, porque cada vez que se cierra un camino se abre otro, y finalmente lo encontró.

Aunque cruzar los cielos seria mas rápido decidió viajar por el mar para recordar con su presencia a Pyaray que los mares no eran solo suyos

Tras un largo viaje llego a la orilla de la llanura de las almas.

Abandono la vida y se interno en el desierto respetando la prohibición de Á, ya que la muerte no es mas que otro camino y no tenia problema en recorrerlo. Sin embargo en su mano llevaba un corazón vivo y sangrante, protegido por su poder. A su paso dejo huellas que ni la mas fuerte tormenta de arena podría borrar, pues un camino estaba siendo trazado.

Así llego al corazón del desierto donde descansaba Yoonel, el dragón de hueso

Con el hablo de dos cosas. De la primera nadie nada, de la segunda se conservan sus palabras.

-hermano, en un tiempo tu y tu señor os quejasteis amargamente sobre los límites de vuestro reino y como serian insuficientes para contener el alma de todos los vivos. No te preocupes mas porque el reino de los muertos no tendrá limites y nunca se llenara-

Tras estas crípticas palabras el errante abandono la presencia de Yoonel, pero no salio del desierto sino que ascendió hacia los cielos y mas allá, hasta presentarse ante Á

Postrandose ante el, le ofreció el corazón sangrante

-Poderoso Á, Albur ha florecido, y aunque aun le queda mucho por delante ya os puede ofrecer sus frutos. Este es el corazón de un mortal, uno de los kohiri, te lo ofrezco para que te sirva por el resto de la eternidad, el primero de los que llegaran ya que mis pasos han trazado el camino mas allá del camino, que se interna en las tierras de los muertos y llega hasta aquí, de modo que las almas mas fuertes seran capaces de superar el tormento en la llanura de almas y llegar hasta ti.-

Luego se incorporo y se permitió sonreir a Á -claro que todo camino se puede recorrer en dos direcciones, la muerte no es el final del camino, ya no-

7 puntos... que miseria. Esta noche hago el turno, voy a pensar que puedo hacer con eso xDDD.

La edad de la tierra se acaba, ya puedo sentir los grandes cambios. Una nueva época se avecina, la era de los mortales... ellos serán dueños de lo que hemos creado, de lo que seguimos formando, de lo que algún día existirá.
Mi Dios Menor necesita sus seguidores. Suya será la tarea de sembrar la duda, de incentivar el conocimiento, de estimular la razón. Debo darle un obsequio que colme sus expectativas, pero tiene que ser algo que pueda moldear a su antojo...

Caminaba por la isla de Dharma, observando la roca de las montañas,

reflectando los destellos luminosos de la tormenta desatada tiempo atrás a sus pies...

Ví también un gran vacío donde antes hubo una llanura gélida, y todo ello rodeado por agua salada...

Mi diosa, este lugar es una pequeña porción de cada rincón de este
planeta, así como hay montañas, hay mar,
así como habrá vida habrá muerte,
así como aislamiento habrá afán de expandirse...

Knhoss dejó caer una lágrima de su esencia, y mi ser se estremeció...

Qué habré hecho mal??

Cabizbajo, avancé hasta la lágrima, que seguía brillando entre las briznas
de hierba, cuando al agacharme a recogerla, un cuervo se posó ante mí...
Miraba de manera furtiva, pero denotaba inteligencia...Cogí la lágrima,
miré a mi Diosa y entonces lo entendí... Extendí mi mano, el cuervo siguió
su movimiento y tras un breve instante de duda,se acercó,
la tomó con su pico y alzó el vuelo, dirigiéndose hacia la montaña...

Divina gracia ofrecida al ave oscura con ternura recogida,
El don de tus lágrimas me cuida...
Solitario devenir en su guarida el cuervo te guardó,
acordándose de ti toda la vida...
A las puertas de su fin el ave negra volvió para beberse tu regalo...
por tí tomó conciencia y ahora es libre...
No dejes que peligre su saber, oh Diosa mía...

Aquel cuervo voló hasta la cueva mas alta de los Picos del Principio, y
rodeado de congéneres depositó en el frío suelo la lágrima de Knhoss,
iluminando las paredes interiores...
Relieves de plata se revelaron en la roca, y los cuervos observáronlos con
atención:

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Crónicas del Principio: Antes de la luz.

El mundo se mueve, cambia, evoluciona, placeres y peligros duermen
abrazados en la noche y caminan de la mano por el día...
La voluntad del que todo lo puede mostrará el camino merecido,
la voluntad de las palabras y los actos serán regalos al omnipotente...
El mundo se mueve tranquilo, en paz, y así es como debe ser,
solo has de obrar en consecuencia...

Crónicas del Principio: Sueños de esperanza.

Has abierto los ojos, pero así como hay principio habrá final,
ajeno a tu alrededor, verás la luz en la mas completa oscuridad,
y habrás de alcanzarla pues es el único camino que te espera...
Abrirás tu mente al mundo, vivirás en armonía con la creación
que se te ha ofrecido y velarás por ella...

Crónicas del Principio: Misericordia

Otras criaturas se cruzarán con tus pasos, comparte lo que tengas,
sin dejar de protegerlo, y obtendrás conocimiento...
Serás flexible sin romperte, pero no has de permitir que otro te quiebre,
mostrarás misericordia al misericordioso, y su sangre al que vierta la
tuya, pero no sentirás gozo pues la vida es regalo de todos...

Crónicas del Principio: Horizonte

Buscarás hogar allí donde vayas, libre y cauteloso, pues no habrá mas
barreras que las dispuestas por la divinidad.
El mundo es tuyo, ve y puéblalo...
Llenarás de luz las montañas, pues serás inteligente y curioso,
y tu mente será recipiente receptor del continúo goteo del saber...
Beberás de su esencia, y se te marcará el camino...

Crónicas del Principio: Más Allá

Mas lejos que la luz, los sueños, los caminos y los horizontes
están los hijos del Gran Á, creadores bajo su tutela del mundo.

Todo esto es cierto, pero es cierto que esto no es todo,
y así cada cual buscará qué le completa...

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Y allí me quedé, observando las paredes de roca con la curiosidad de esas hermosas aves, tratando de hacer no se muy bien el que...

Quisiera darles razón, conocimiento y juicio...

Pero por mas que meditaba sobre ello, no conseguía nada...

La bandada se agitaba, estaba cambiando, pero no veía síntomas de mis intenciones...

Madre sabría como hacerlo, y a pesar de que quería lograrlo por mi mismo,

una parte de mí deseaba que Knhoss viniera en mi ayuda...

Knhoss se acercó a la isla de Dharma. Aún se mantenía intacta la llanura que antes ocupara su hermano. La Diosa no había querido modificarla, esperando que Yradarkos dejara de lado su orgullo y volvieran a compartir el lugar, más éste no parecía tener intenciones de regresar. Pasó por encima de la Catarata de Luz, permanentemente horadada por las Púas de Hueso y alcanzó los Picos del Principio.

Allí, vio que su jóven hijo acunaba a unas aves negras con el brillo de la inteligencia en sus ojos más no lograba concederles el don del pensamiento. También leyó el Pentálogo que, en su gran sabiduría, el pequeño había plasmado en la roca.

Knhoss evaluó las criaturas, y así descubrió en que forma podría ayudar al Dios de la Razón.

-Bien hecho Ghiskhaft. Pero en este estado, ellas nunca podrán expresar en su totalidad su sabiduría. Permíteme enseñarte a modificarlas.

La Diosa comenzó a tejer nuevamente, con hilos invisibles a los ojos de cualquiera que no fueran ella o su Menor. Poco a poco, una de las criaturas fue mutando, adoptando una forma más parecida a la de sus Dioses creadores, pero sin perder la esencia. Con paciencia y con armonía, Ghiskhaft se unió a la faena, una vez que hubo visto lo que su madre estaba haciendo, copiando uno a uno sus pasos, tejiendo a su vez para crear él también.

Poco a poco, los primeros estuvieron creados. Ellos serían una raza de eruditos y pensadores. Creativos y curiosos, serían quienes comenzaran a aportar avances al mundo que acababa de nacer.

-Mira pequeño, tus hijos ya están listos para aprender.

Más la obra de la Diosa aún no concluía. El conflicto ya comenzaba a poblar Albur. Sus hermanos mostraban rivalidades, deseos de alcanzar lo que no les pertenecía, envidias.

-Estos seres serán sabios y curiosos, su deseo de conocer, aprender, preguntar, cuestionar no tendrá fin. Más no son capaces de guerrear ni defender sus logros. Necesitan quienes los protejan.

Volviendo a tejer sus hilos, Knhoss continuó transformando las aves. Su hijo, junto a ella, no dejó de colaborar. Apenas unos retoques había en su modelo, pero los nuevos hombres-pájaros lucían más fuertes y peligrosos.

-Ghishkhaft, ellos serán los guardianes de los Picos. Defenderán a tu raza y a su civilización. Serán los exploradores que traerán noticias del mundo exterior y los guías para aquellos que deseen conocer estos parajes. Mi tarea ha concluido. Sólo falta que elijas un nombre para ellos.

Knhoss sonrió a su Menor y contempló una vez más a la nueva raza antes de partir.

En las profundidades de las Llanuras, Yoonel pasaba los siglos vigilando las almas que acudían al Templo. Nada perturbaba su tarea, hasta que un día sintió la llegada de Jeldhor. ¿Que quería el señor de los caminos con el?

Cuando llego a la orilla y se acerco al templo Yoonel lo esperaba, y puesto que no aparentaba tener mala intención y nunca habían tenido disputas, los dos se dedicaron a hablar durante un largo tiempo, aunque para un dios no significo nada.

Cuando su conversación acabo Jeldhor se dirigió a la orillas, pero en lugar de partir tal y como había llegado, Yoonel pudo sentir que Jeldhor estaba utilizando su poder en el desierto. El Nacido muerto se alarmo por sus acciones ¿cual era el propósito de esto? Su intención se puso clara al empezar a crear un camino en las Llanuras. Cuando comprendió su osadía el rugido de furia de Yoonel estremeció toda la isla. ¿Quien era ese advenedizo para cambiar el desierto, para cambiar su propio ser?

Furioso, partió hacia donde se encontraba el dios y lo encontró ofreciendo un corazón a Á. El dios de los caminos se giro hacia el y le hablo sobre como la muerte no debe ser un camino de una única dirección, pero sus palabras no aplacaron a Yoonel, en cambio le enfurecieron mas aun.

-¡Tu! !Osas caminar en mis Llanuras e intentas robar mis almas, hablas de la muerte como si la entendieras cuando para ti es nada mas que un mero juego, y pretendes que crea que lo me estas haciendo un favor! ¡Vuelve a donde perteneces vagabundo!

A continuación, Yoonel arranco el corazón de las manos de Jeldhor con una ola de su poder, y la consumió. Dentro de el el corazón comenzó a pudrirse y ennegrecer, hasta que los poderes que poseía fueron absorbidos por el Gran Dragón. Con el corazón destruido, el camino perdió su protección y Yoonel los cubrió con las dunas de hueso con solo un pensamiento, tal era su control sobre el desierto.

-Vete, vagabundo, pero ten presente que esta afrenta no quedara impune, y que la ira de la propia muerte te persigue. Esto no quedara así.

Con esas palabras Yoonel se despidió del dios de los caminos, y entonces utilizó su poder una vez mas para sacarle de sus dominios. Lo único que permanecía de su enfrentamiento era un corazón, arrugado y negro, con su poder una vez tan grande como para mantener a Yoonel en jaque ahora reducido a una sombra de su ego anterior.

Pero incluso este recordatorio desapareció cuando Yoonel lo lanzo a lo lejos con un movimiento de su cola, rompiendolo en pedazos que se dispersaron por todo Albur, tal era la fuerza de su furioso golpe.

Entonces fue cuando Yoonel volvió al Templo, su reposo antes tranquilo trasformado en furia e ira, deseando venganza contra aquel que se había atrevido a desafiarle.

"Contra todas las espectativas, el mar cubría casi la totalidad de Albur, Pyaray se revolvía de gusto al ver un mundo prácticamente acuático. Pero a pesar de los horribles actos que la malvada deidad pudiera realizar, había algo que aún no poseía. Un cuerpo, un cuerpo que poder poseer, un cuerpo que pudiera aguantar el poder que Pyaray era capaz de imbuir al poseer un monstruo.

Fué así, que Karak, dios de la belleza, creó un precioso recipiente, un bello gusano de luces intermitentes y fluorescentes pacífico, tal como lo hiciera su originario primo anélido, se alimentara de la tierra que entrara por su orificio bucal. Entonces le ofreció entre sus manos a la bella criatura a Pyaray,y éste procedió sin miramientos a entrar en su nueva vestidura.

Karak luchó con todo su poder para contener al Dios de las Profundidades sin que rasgara el delicado ser que estaba poseyendo, el gusano adoptó unas proporciones titánicas, sí, un titán, el titán del Mar, el Leviathán. Más de un kilómetro de longitud con una forma tubular de 180 metros de diámetro... y el cuerpo físico aguantó.

Y Pyaray se regocijó de la bella figura que ahora Karak veía deformada, tentáculos incontrolables salían del enorme "gusano" y un hambre incontrolable le hizo devorar el lecho marino que tenía más a mano, haciendo un pozo tan profundo como los oscuros deseos del sombrío dios."

Y así esta criatura estuvo sometida cual vestido a los designios Pyaray, más no siempre era así. Cuando Pyaray se encontraba fuera de el, el Titan del Mar tenía conciencia propia y voluntad, por lo que podía crear su propio destino...hasta que Pyaray lo volviera a investir...