Partida Rol por web

Crónicas de Cuatro Aventureros

La Última Esperanza de Hondonada.

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05/05/2013, 14:56
Director

La nieve comenzaba a derretirse tras el largo invierno. Con timidez, los primeros rayos de la primavera surgían de entre las nubes, aumentando la temperatura que empezaba a ser algo más agradable. El invierno había traído abundantes precipitaciones en forma de nieve que habían, en algunos momentos, sepultado la aldea bajo la nieve. Por suerte para vosotros, tenías donde cobijaros y pasar las largas y gélidas noches invernales. El viejo Mikka os había acogido en su casa a cambio de ayudarle a superar el invierno. El trato os había parecido justo, y aceptásteis sin poner objeciones.

La necesidad de colaborar para sobrevivir no sólo os había unido más, si no que el poco espacio del que podíais disponer por la imposibilidad de salir de la casa en muchos momentos, os había obligado a socializar entre vosotros. Algunos, más callados que otros, habíais resistido por más tiempo el contacto con el resto. Pero la casa no era demasiado y grande y, después de todo, tampoco podíais hacer mucho más.

La amistad surgió pronto entre algunos de vosotros, siendo los más cerrados en sí mismos los que más tardaron en unirse al grupo que, sin querer, habíais ido formando.

Cuando las nieves por fin permitieron partir de la aldea sin sorpresas, os despedísteis de Mikka al que obsequiásteis con algunas de las pocas pertenencias que poseíais. El anciano intentó rechazar vuestra oferta, pero vuestras amables palabras y, porqué no decirlo, vuestra insistencia, terminaron convenciendo al hombre de aceptar vuestra oferta.

Sabíais que no podíais quedaros en la aldea, pese a la amistad que os unía con el anciano. Después de todo, cada uno de vosotros tenía ciertas metas en la vida y, que si bien no sabíais bien como encauzar, sabíais que no podría ser en ese paraje perdido de la mano de los dioses.

La solución apareció a los pocos días, mientras recogíais vuestras pertenencias y os despedíais. Algo en vosotros sabía que debíais partir, pero os resistíais a abandonar la comodidad de la aldea. El mundo parecía oscuro, como lo había sido el largo invierno.

Un mercader que había aparecido en la aldea comentó a Mikka que necesitaba escolta hasta la ciudad maderera de Hondonada del Halcón que quedaba a unos kilométros al sureste. El anciano no tardó en recomendarle al mercader que os contratase, pese a la pena que le daba dejaros marchar.

El camino con el mercader fue silencioso y apenas duró tres jornadas. La orografía y, sobre todo, la nieve que aún se acumulaba retrasaron en muchos puntos el viaje, pero por fin llegásteis a Hondonada del Halcón, donde el mercader os pagó por vuestros servicios.

Pero la pequeña población de Hondonada del Halcón no os deja indiferentes. La ciudad, dedicada a la explotación de la madera-oscura que crece en el Valle de la Luna Oscura, sufre de una espantosa enfermedad que parece estar llevándose a muchos de sus vecinos a la tumba según os habéis enterado mientras seguíais al mercader. Al parecer, Laurel, la herborista de Hondonada del Halcón, que regente la herboristería "Raíces y Remedios" busca a aventureros que la ayuden en su objetivo de encontrar una cura a la enfermedan que asola la aldea.

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06/05/2013, 21:43
Haizti

El invierno había sido largo, cargado de tormentas y de nieve, un regalo que la incipiente primavera apenas había conseguido desplazar salvo por los verdes botones de los árboles más resistentes a los fríos y heladas. Meses de forzada compañía en los escasos metros de aquella casa que habían compartido, compañía que, sin embargo, no había supuesto un obstáculo a los naturales deseos de soledad de unos y otros.

Pero con el fin de la estación, los caminos volvían a abrirse y con ellos, el destino volvía a configurarse como una realidad que alcanzar. Era hora de dejar atrás el poblado, sus casas y sus gentes. Era hora de caminar y de avanzar hacia delante sin quedarse estancado.

Y así comenzó la marcha. Al anciano que los había alojado, y que respondía al nombre de Mikka, sucedió un mercader como casi única posibilidad de engrosar sus magros recursos y cambiar de escenario. Un paso tras otro, el grupo se encaminó hacia el sur, con la promesa de sol y calor frente a sí. Hondonada de Halcón era su destino. Un destino de paso antes de tomar un nuevo camino. Un destino no obstante marcado por la enfermedad y la muerte de sus lugareños.

Haizti hubiera partido de inmediato mas las voces relativas a una herborista y su necesidad de ayuda les alcanzaron antes de abandonar aquel triste y desagradable lugar.

-"Raíces y Remedios" -leyó en pie frente a la tienda de hierbas-. Un nombre inadecuado si tenemos en cuenta lo que ocurre. Tal vez deberíamos aconsejarle que cambie su nombre y solo se llame "Raíces" -dijo con su habitual tono tranquilo-. Alguien que afirma sanar debería ser más cuidadoso con cómo vende su mercancía y servicios.

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06/05/2013, 22:09
Quarion Ringëril

Quarion se sentía raro. Era la vez que pasaba más tiempo en un pueblo humano y no en un grupo nómada en un bosque como había hecho toda su vida, y en parte se sentía raro.

La gente lo trataba bien, aunque intentaba entender porqué tenían que modificar el terreno a su gusto y no adaptarse a lo que tenían, pero tenía que entender que mientras que no hicieran excesos, todo lo usaban de manera provechosa, huesos para cubiertos y útiles, pieles para ropas, maderas para casas y objetos. La naturaleza les daba y ellos lo obtenían, aunque le devolvían más bien poco para el gusto del druida.

Skoll asustaba un poco a los lugareños, aunque poco a poco se acostumbraron a su presencia, aunque hubo problemas cuando cazó una gallina de una granja, y el humano decía que la gallina era suya, mientras que Quarion decía que los animales no pertenecían a nadie. Hubo una gran bronca por eso y Mikka tuvo que pagar la gallina, pero como haciendo un gesto de fuerza, Skoll pasaba mucho más tiempo solo y por las calles, y sobre todo, por la hacienda de ese granjero, y cuando le decía algo sobre "su lobo" Quarion decía que era un amigo y compañero y, que si no le había escuchado o era un cabeza cuadrada, los animales no le pertenecen a nadie.

Cuando se pusieron en camino agradecía marcharse de ese lugar, aunque estuvo tentado de liberar a todas las gallinas del corral en el que estaban, pero eso pondría en problemas a Mikka, y había sido bueno con ellos.

Cuando llegaron al siguiente pueblo, el druida estaba algo tenso. Se dedicaban a la exportación de los bienes naturales, pero no solo para uso, sino para llevarlos a otros sitios por dinero. Eso no le gustaba y en parte veía la enfermedad como un contraataque de la Naturaleza hacia los habitantes- Quizás no deberíamos hacer nada -dijo el elfo mientras acariciaba al lobo delante de la tienda- el ciclo de la vida es así, ¿porqué deberíamos salvar a aquellos que solo cogen y no ofrecen nada? -miró hacia el pueblo- la naturaleza solo se está cobrando lo que se le debe. Ellos matan árboles en abundancia y en exceso y la naturaleza se cobra el precio.

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06/05/2013, 22:51
Asha

El invierno había sido largo.

Muy largo.

Infernalmente largo.

Y podría haber sido peor, sin duda, si no hubiera estado Berhanu o Quarion seguramente habría intentado estrangular al desquiciante Haizti en más ocasiones de las que había procurado durante esos meses.
Afortunadamente, Quarion compartía algunas características con Haizti y Berhanu era un encanto de chica con la que era maravilloso estar.

Los roces incómodos habían sido inevitables, pero la convivencia era llevadera con sus más y sus menos. Uno de sus menos era la actitud del semielfo y del elfo.

-Porque ellos cogen para ofrecer a aquellos que no saben qué coger, Quarion-respondió golpeando la puerta antes de empujarla levemente para entrar.

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06/05/2013, 23:32
Berhanu

Lo están haciendo otra vez, Asha, dije, soltando un bufido. En efecto, lo estaban haciendo otra vez. ¿No os cansáis de esas competiciones para ver quién es más insufrible? Cada día estoy más convencida de que es una tradición de elfos, aunque lo neguéis.

Aun con todo, el invierno había sido divertido, lo bastante como para no volver corriendo a casa. Quarion era un hombre de campo, como buen druida, y no me costaba llevarse bien con él. Salvo cuando empezaba a hablar del equilibrio y blablablá, momento en el que tocaba asentir mientras se pensaba en otra cosa. Haizti era... Haizti. No me habían hecho falta tres meses para entender el mote que le había puesto Asha. Pero al menos no era malo, solo irritante, a veces, y lo compensaba con otras veces en  las que era interesante. Y Asha era una chica, algo mayor que yo, con quien podía hablar de cosas que daba repeluzno hablar con papá, y que por supuesto no podía ni comentar a los otros dos, o al viejo. Hablando de lo cual, Mikka no tenía nada que ver con papá, y eso era bueno en muchos sentidos. El último componente del grupo era Skoll, el lobo. No era una granjera que tuviera mala relación con los lobos porque atacaban a lo animales, así que no me costó tomarle cariño a la bola de pelo.

Haizti, dije señalando el cartel. Venden remedios, pero en ningún lugar dice que tengan remedios para todo. Lo cual me hacía preguntarme si tendrían algo para mi poblemilla facial. Y recordar mi problemilla facial  provocaba que me empezara a picar. ¡Maldición!

En cuanto llegó la primavera, dejamos la casa de Mikka. El viejo era la mar de agradable. Nos dejó quedarnos sin ponernos apenas condiciones, y ni siquiera nos espiaba cuando nos aseábamos, ni nos pedía matrimonio. A ninguno de los cuatro, quiero decir. No teníamos mucha intimidad, aunque no era complicada encontrarla cuando era necesario, ni tampoco muchos quehaceres, por lo que podíamos pasarnos casi todo el día charlando y jugando.

Quarion, regañó al elfo que le sacaba a saber cuántas décadas, si la herborista necesita aventureros, es porque cree haber encontrado la cura, o al menos tiene indicios sobre ella. Y si esa cura funciona, ¿no es también algo natural? Además, añadí, siempre olvidas que las personas somos parte de la naturaleza.

No lo he comentado todavía, pero ahora éramos una especie de grupo de aventureros. Es decir, el tipo de gente que va por ahí arreglando problemas o causándolos, según les da. Papá me advirtió una vez “hija, esto que te estoy enseñando es para que puedas vivir por tu cuenta si a mí me pasa algo, y para que en el futuro tengas una vida honrada, no para que vayas con unos imbéciles a saquear ruinas”. Así que, teniendo eso en cuenta, lo de viajar en busca de fortuna me pareció una buena idea cuando alguien lo propuso. Puede que fuera yo misma, pero no me acuerdo...

Voy contigo, dije a Asha. Si los chicos quieren quedarse fuera con su competición, allá ellos.

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07/05/2013, 12:34
Asha

-Skoll viene con nosotras-anunció sin más empujando la puerta del todo antes de entrar. Le gustaba el animal desde aquella ocasión en que el lobo le mordió jugando en el antebrazo y ella le mordió en el hocico en respuesta habían llegado a un pacto de "mordiscos solo flojitos o a ver quien tiene más narices a matar al otro", también había intentado enseñarle a recoger palos, pero el desgraciado animal cogió con el hocico sus cosas, las arrastró por la mitad de la casa y luego la miró como diciendo "vamos, ven a recogerlo". Mikka se rió mucho y, de no ser porque le recordaba vagamente al bueno de Godrek Asha habría sido bastante desagradable.

Miró a Berhanu e hizo un pequeño ademán con la cabeza para indicarla que entrara con ella y luego al bicho peludo, el último componente del grupo.

Vamos, bola de pelo.

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07/05/2013, 13:05
Director

El camino hacia la herboristería "Raíces y Remedios" no es ni largo, ni complicado, preguntando a un aldeano o a un mozo de cuadras todo es más sencillo.

Las miradas se posan en vosotros a cada paso y, si bien la gente no es hostil, desde luego no son amables con vosotros. Bueno, eso no es del todo cierto. Quarion y, en especial, Skoll atraen miradas que si fuesen cuchillas os habrían cortado. No tardais mucho en comprender y deducir, por los comentarios de muchos de los pueblerinos, que los amigos de los lobos y, sobre todo, éstos no son demasiado queridos por las comunidades del Valle de la Luna Oscura. Sin duda, han tenido más de un problema con ellos o con los lupinos que, al parecer, abundan también en el Valle.

Cuando llegais a la herboristería véis una larga cola de personas haciendo cola para entrar en el establecimiento. Asha, con su ya conocida rebeldía y falta de respeto hacia cualquier regla establecida, se acerca a la puerta y coge el pomo que comienza a girar, cuando el hombre que está esperando en primer lugar le coge del antebrazo y le aparta la mano del pomo, mientras le dirige una mirada hostil. El hombre no dice nada. Sólo mantiene la mirada y, con un gesto de la mano, os indica el final de la cola. Mientras, la muchedumbre os grita de todo, unos más amables que otros, pero todos con el mismo objetivo: que esperéis en la cola.

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07/05/2013, 22:33
Haizti

Haizti miró primero a Berhanu y después a Asha. Ambas parecían incapaces de guardar silencio y disfrutaban de cualquier ocasión para que sus incontinentes lenguas se pusieran en acción. Mas el largo invierno juntos y la natural forma de ser del semielfo hacía que sus intervenciones apenas contaran con su atención. Las más de las veces le resultaban incomprensibles y las pocas en las que llegaba a comprender lo que decían, no resultaban especialmente interesantes.

-No hay error en mis palabras. Una expresión genérica lo engloba todo. Incluso un remedio para tu cara -dijo Haizti con una expresión serena y tranquila-. Veo que te han salido más de esos bultitos rojos con cabeza blanca, como cada vez que te corresponde la sangre lunar. Ello explica también que te muestres más irascible -dijo sin malicia alguna, con la voz de quien pudiera afirmar que el cielo es azul y la hierba verde.

En aquel momento, el tumulto de voces desvió su atención hacia los humanos situados frente a la herboristería y Asha. Vio y comprendió e hizo lo que hubiera sido lógico desde un primer momento. Ponerse a la cola. Saludó brevemente con la cabeza a quien le precedía y esbozó una leve sonrisa, pues había comprobado que aquello gustaba y tranquiizaba a las gentes del pueblo de los humanos.

-Hola -saludó reprimiendo el apelativo de humano. También había comprobado que aquella expresión no agradaba demasiado a los mismos, aunque no entendía por qué. Cuando lo llamaban semielfo o mestizo él no se sentía molesto. Sería tan ridículo como que un árbol se enfadara por llamarle árbol-. Estoy de paso pero he oído hablar de una enfermedad que asola esta región -dijo al humano último de la cola-. ¿Estás enfermo y por eso estás aquí, para adquirir un remedio?

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08/05/2013, 12:53
Habitante de Hondonada del Halcón

El hombre se gira y mira de arriba a abajo a Haizti con una cara mezcla de curiosidad y desconfianza.

¿Por qué estaría aquí si no, forastero? La plaga está afectando a todos en el pueblo y creo que estoy empezando a sentir ciertos síntomas. Querría comprar un remedio para detenerlo antes de que sea demasiado tarde. Valoro demasiado mi vida. Haizti no puedo más que pensar que lo más probable es que el hombre sea otro hipocondriaco de los tantos que habrá en la cola. Algo típico cuando se desata una epidemia, por otro lado.

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08/05/2013, 12:56
Asha

Asha se puso a pasearse de un lado, desde un extremo de la fila hasta la propia entrada de la tienda poniendo de los nervios a más de uno y a más de dos mientras canturreaba cosas como "vamos a morir todos". Como si no hubiera tenido suficiente, llegó por pura casualidad a la altura de Haizti cuando el individuo al que hablababa (porque Haizti a veces era así de desprendido socialmente y se ponía a hablar con extraños cuando seguramente su madre le dijo de pequeño que no hiciera eso) se detuvo mirando a ambos de hito en hito y asintiendo con la cabeza muy muy segura de lo que decía el hombrecillo.

-Que bien, menos mal que no nos hemos equivocado de fila y eso de ahí no es la mercería-dijo- ¿Sabéis? Una viejecilla ahí enfrente me ha tosido en la mano,¿creéis que me moriré?-extendió el brazo felizmente hacia el individuo hasta poner la palma de la mano a escasos centímetros.

Era obvio que ni la habían tosido ni se iba a morir, pero la joven estaba aburrida, no le gustaba esperar y no podían pretender que tuviera la misma paciencia gélida de Hielo y Quacua.

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08/05/2013, 14:01
Habitante de Hondonada del Halcón

El hombre aparta la mano de un manotazo, no por violencia, sino por auténtico pavor. Sus ojos bailan entre el miedo y el odio por la acción de Asha.

¡No me toques con esa mano! Si quieres hacer cola, hazla, pero no te acerques a mi. Algo en su voz os hace pensar que de seguir con la broma las cosas podrían ponerse feas. A lo lejos, unos guardias que patrullan la población se detienen durante unos segundos, os miran y continúan haciendo la ronda. Quizás no sea inteligente montar gresca, a menos que queráis tener problemas con la ley.

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08/05/2013, 14:05
Asha

Asha enarcó las cejas y sonrió felina, había encontrado algo con lo que entretenerse y, seguramente, de no encontrar otra cosa con que distraerla repetiría el numerito de nuevo, solo por fastidiar, llamar la atención indeseada de los guardias y que cundiera el pánico.

¿Y si toso yo?, se planteó seriamente. A un enfermo no podían meterlo en ningún calabozo y debían administrarle una cura de inmediato... a parte de que la cola se disiparía con una rapidez que daría miedo.

-Vaya, es una lástima-se frotó la mano "contagiada" en el pantalón y, mientras barajaba la opción de sembrar el caos solo por curiosidad,  fue a rondar a Berhanu, que, sin duda, era la que mejor podía entenderla.

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08/05/2013, 15:21
Haizti

Haizti miró las evoluciones de Asha y su extraño comportamiento, sin entender ni su propósito ni su objeto, aunque sí fue consciente del desagrado que provocaba a su alrededor. Asintió en silencio con la cabeza.

-Una joven bastante extraña -dijo a su vecino de cola-. Síntomas. ¿Qué síntomas?

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08/05/2013, 17:20
Berhanu

¿También venden todas las raíces del mundo? pregunté. Cuando entremos, puedes sugerirle que le cambie el nombre a “algunas raíces y remedios”, para que ningún otro melindroso que vea el cartel pueda quejarse de que es impreciso.

Con Haizti era difícil saber si estaba siendo útil u ofensivo. Probablemente las dos cosas. Se hacía el inocente y mostraba un semblante pétreo, pero seguro que por dentro se estaba riendo. Ojalá lo hubiera exteriorizado, al menos un poquito. De cualquier modo, lo que me había dicho respecto a la relación entre los granos y la sangría mensual (llamarla sangre lunar la hacía parecer algo bonito y mágico; seguro que era un hombre quien inventó ese nombre, hijo de la gran puta) era cierto, y me había dado cuenta con anterioridad.

Asha estaba enredando con los locales. No es que no fuera divertido, pero las caras de los tipos de la cola me empezaban a recordar aquella vez que papá entró en la habitación tirando la puerta, me agarró en volandas y saltó por la ventana. Cuando miré hacia atrás, varios hombres iban corriendo tras nosotros enarbolando aperos de labranza de amenazador aspecto, aunque por supuesto, ninguno fue capaz de pillarle. Y todo por llevarse al pajar a alguna chiquilla inocente, el condenado sátiro.

Haizti, sorprendentemente, estaba preguntando al hombre que tenía delante sobre la plaga que supuestamente asolaba a Hondonada. Estaba haciendo las preguntas adecuadas, en mi opinión, y parecía entretenido, así que aproveché para preguntarle a Asha sobre lo que había pensado.

Oye, dije a la chica, que por el momento había dejado a los hondonados, u hondonenses, o como sea, y se había acercado a mí. Has oído lo que ha dicho Haizti, ¿verdad? Cuando sangro me vuelven a salir granos, y son un engorro porque pican como una herida abierta. ¿Tenías tú granos cuando tenías mi edad?

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08/05/2013, 18:39
Habitante de Hondonada del Halcón

El hombre baja la voz, ignorando a Berhanu, como si estuviese en una iglesia confesando un pecado y sólo Haizti, y a duras penas, consigue oirle. Siento dolores en el estómago. Todo empieza así, ¿lo sabes? Y al de unos días, la gente cae muerta... Ya en voz normal y perfectamente audible concluye: No quiero que a mi me pase eso.

Pese al intercambio, incluso amable, de información, el hombre se gira mirando hacia el inicio de la cola y empieza a patear el suelo rítmicamente como cansado de esperar. No parece con ganas de seguir hablando.

Apenas han pasado 10 minutos desde que os habéis puesto a esperar en la cola y ésta apenas ha avanzado.

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08/05/2013, 18:58
Haizti

El humano no parecía ser tan hablador como lo eran sus compañeras, lo cual le condujo a la conclusión lógica que tan solo el género femenino humano tendía a hablar sin control ni límites, invadiendo el silencio como lo había hecho aquella extraña enfermedad en el poblado.

En su día, Asha le había dicho que preguntando era como se aprendía y una vez más, la experiencia demostraba que aquello no era del todo cierto. Preguntando tan solo había conseguido saber que el mal que asolaba la zona comenzaba con un dolor de estómago. Y que concluía con la muerte. Nada especialmente significativo. Miró al humano una vez más, con cierta insistencia aunque manteniendo la distancia, más por el desagradable tufillo que desprendía que por respetar su espacio.

Aun así, olisqueó el aire con cierta fruición, para captar sus matices.

-Un aroma desagradable, sin duda. Sí, posiblemente el de la enfermedad ya que huele a descomposición -dijo para sí, pero en voz alta y perfectamente audible-. Espero que no tenga que esperar demasiado o no llegará a cruzar la puerta -mencionó de forma casual.

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08/05/2013, 19:17
Quarion Ringëril

Vale, esto no era ninguna solución.

Quarion pensaba eso y optó por una medida drástica y directa- Gente de la Hondonada -dijo mientras caminaba hacia la entrada de la tienda acompañado por Skoll- Soy un druida y he venido para intentar solucionar esta plaga, pero necesito hablar con la curandera durante unos minutos, para que me diga que remedios necesita para curaros y poder ir yo a buscarlos en lo que ella os cura.

Alzó un momento los brazos para acallar las posibles protestas- Es muy sencillo. Nadie sabe más de plantas que un druida, así pues, puedo ir a recoger los antídotos necesarios y averiguar cómo ha surgido para que no se repita de nuevo -miró a todos con sus ojos de color esmeralda- ¿Quieren salvar la vida? Déjenme ayudarlos.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 14

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08/05/2013, 19:59
Director

Los habitantes de Hondonada del Halcón que estaban haciendo cola miran a Quarion que, mediante un pequeño e improvisado discurso intenta convencerles de que dejándoos pasar antes a hablar con Laurel, podréis conseguir una cura. Aunque muchos sienten que quizás les estáis tomando el pelo y sus miradas no son nada amistosas, de hecho hasta parecen algo más hostiles que antes si cabe, terminan denjándoos pasar antes. Algunos incluso terminan amenazando a Quarion diciéndole que más le vale que cumpla su palabra.

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08/05/2013, 20:05
Asha

Asha ladeó la cabeza mirando a la muchacha, era como una especie de hermana pequeña a esas alturas, después de todo... no tenían otra opción ninguna de las dos pese a sus diferencias. Asha en sus viajes había aprendido cosas de otras mujeres, marujas todas, como el truquito del jabón y esa especie de piedra áspera que eliminaba el vello. Una vez intentó enseñárselo a Berhanu para que comprobara que era más agradable no tener vello cuando ésta salió gritando cosas como desollamiento y maltrato. Desde ese momento procuró que cualquier consejo  que le diera fuera porque la niña le había ido a preguntar.

-A la tuya y a la mía, no te los toques, no bebas leche para evitar que salgan más y para que se te sequen usa orina-le explicó con naturalidad. Eran cosas que había oído decir a las abuelas toda la vida, igual que los labriegos en el invierno tenían que orinarse las manos para evitar que se les agrietaran.

Mientras tenía lugar su conversación, Quarion, como si de un curandero milagroso se tratara anunció sus  propósitos... como si no hubiera pillado las miradas que les habían echado a él y al lobo.

-A moverse que el elfo ha separado las aguas.

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10/05/2013, 22:50
Berhanu

Orina, dije, considerando en lo agradable que sería empaparse la cara en meados. ¿Algún tipo de orina en especial? O mejor, ¿alguna otra cosa que no sea orina?

Mientras discutíamos asuntos de mujeres, Quarion mostró su lado más diplomático. Es decir, el que no implicaba apuntarte con un arco y que Skoll te gruñera enseñando los dientes. Para ser un elfo, con una vida que duraría cientos de años más, era un tipo muy impaciente. A mí no me hubiera importado esperar.

Las palabras del elfo parecieron funcionar,  y la muchedumbre se apartó de nuestro camino mientras nos acercábamos a la herboristería. Me hubiera gustado que el principio de nuestro posible primer trabajo fuera más emocionante, pero lo cierto es que papá ya me había dicho que la primera vez era decepcionante. Claro que en realidad estaba tratando explicarme cómo se hacían bebés, y estaba tan nervioso que había tenido que beberse una jarra entera de vodka con arándano. Un encanto, en fin, aunque con el paso de los años se había vuelto tan suelto que daba asco, por desgracia.

Abrí la puerta y dejé expedito el paso a mis queridos compañeros, sonriendo al mismo tiempo a los primeros aldeanos que se refunfuñaban en la cola.