Partida Rol por web

Crónicas de Cuatro Aventureros

La Última Esperanza de Hondonada.

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17/02/2014, 21:47
Haizti

Miró y sopesó el arma que Berhanu le había tendido. La giró, siguió las instrucciones que ella le había dado y negó con la cabeza.

-Prefiero mi arco -respondió-. Como dice Quarion, no necesitamos cargar con todo esto y bien podemos recogerlo a nuestro regreso, aunque nunca he creído en deshacer mis pasos. Con ello quiero decir que es muy probable que no lleguemos a pasar nuevamente por aquí y que lo que aquí dejemos lo perderemos para siempre. Pero no me importa gran cosa. Si tenemos éxito en nuestra misión nos pagarán con oro. Si no lo tenemos, será que hemos acabado muertos y con ello tampoco podremos volver para rapiñar esto. Y lo que debíamos conseguir ya lo tenemos. El musgo. Por mí es suficiente. Así que si de mí depende, dejemos esto en cualquier lugar medianamente protegido y sigamos en la dirección que señalas. Aquí ya no no hay nada que hacer.

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17/02/2014, 23:50
Berhanu

Vamos entonces, confirmé, echándome a andar hacia el siguiente objetivo. No sabía si llegaríamos antes de que anocheciera, pues el croquis no parecía dibujado a escala, pero no tenía sentido postergar más la partida. Si volvemos a por los trastos, atentos a la lagartija.

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18/02/2014, 11:51
Director

Todos os ponéis en marcha, confiando en llegar a vuestro siguiente ingrediente antes de que caiga la noche. Lo cierto es que estaís muy en el interior del bosque. Cualquier sonido, es increiblemente natural: el sonido del aire soplando contra los riscos, el agua cayendo desde gran altura contra las rocas en el fondo del barranco, las aves volando a vuestro alrededor...

Abandonáis la isla rocosa en la que se levanta el gigante de madera del que habéis conseguido el musgo. Los objetos rapiñados, quedan ocultos entre la maleza. Esperáis podes volver a por ellos más adelante. Saltando entre peligrosos vacíos, llegáis de nuevo hasta una pared rocosa que cierra la garganta donde las aguas se precipitan al cañón que siglos de erosión han formado. Continuáis buscando hasta encontrar una falla por la que podéis ascender. Pese al esfuerzo, pronto estáis fuera de la garganta calcárea y os adentráis de nuevo en el bosque.

El calor vuelve a ser pesado. No tanto por la temperatura en sí, sino por la humedad agobiante que se forma entre la tupida maleza. La humedad, unida a la descomposición de las hojas, hace que la temperatura en el ambiente sea anormalmente alta. Incluso para la fecha del año en el que os encontráis. Después de todo, no hace mucho que las nieves han desaparecido.

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23/02/2014, 01:27
Berhanu

Dejamos atrás los cadáveres, sus cosas, el lagarto que se había marchado con la flecha de Haizti y ese gigantesco árbol. Antes de que desapareciera de nuestra vista, me di la vuelta y lo miré intensamente, desafiante. Un día regresaría, le patearía el inexistente trasero a la lagartija, suponiendo que siguiera viva, y me haría una casita en sus ramas. Sería la casa del árbol que todos envidiarían.

Pero primero, encontrar el resto de ingredientes y llevarlos a Hondonada. Y segundo, correr suficientes aventuras como para poder contar anécdotas sin parar durante un año sin repetirse, cuando fuera una abuelita.

El siguiente objetivo es la cola de rata, dije. No tiene nada que ver con las ratas, y no es una cola, por cierto. Es una raíz, aclaré. Laurel nos dijo que encontrarla sería demasiado difícil, y que probáramos antes de nada en la cabaña de la bruja Ulizmila. ¿Listos para parlamentar con la bruja?

En los cuentos, las brujas tenían cabañas con patas, y cocinaban niños vivos en sus hornos y calderos. Pero papá opinaba distinto. Decía que encontrarse una de esas brujas que vivían solas en el bosque era todo una suerte, porque de tanta soledad, en cuanto veían a un hombre iban dejando charcos. No lo entendí cuando me lo dijo, hace años, y aunque todavía no lo tenía, claro, me hacía una idea de lo que quería decir. Puegh.

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23/02/2014, 13:23
Quarion Ringëril

Quarion no cogió nada del equipo de esos difuntos, pues no era algo que necesitara, estaba contento con lo que llevaba y esa necesidad de cosas para tener más cosas era algo que el druida veía poco práctico, ¿como cargarían con ello cuando se tuvieran que desplazar? La gente de la ciudad era muy rara.

Mientras Berhanu hablaba, Quarion intentaba pensar en como era esa "Cola de Rata", para saber que estaba buscando, aunque no pudo evitar reír ante el comentario de la "bruja"- Las llamadas brujas del bosque, normalmente son druidas humanos que han huido de la ciudad para vivir en armonía, y esas historias suelen ser para que las dejen en paz -esbozó una sonrisa- aunque puede que no sea así. Habrá que comprobarlo.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber Naturaleza para saber como es la cola de Rata

Tirada: 1d20

Resultado: 8(+7)=15

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23/02/2014, 20:12
Director

Notas de juego

Tal y como dice Berhanu, sabes que la cola de rata es una raíz, pero no recuerdas nada específico sobre ella.

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24/02/2014, 14:21
Haizti

Haizti avanzaba en silencio, escuchando a unos y a otros en su aparentemente interminable parloteo, un runrún que no le molestaba y que había aprendido a apreciar como ruido de fondo, un ruido que le permitía refugiarse en sus propios pensamientos y concentrarse en ellos. No obstante, aquella no era una de esas ocasiones. Simplemente les escuchaba y una vez más se reafirmaba en lo extraño de las inteligencias de aquellos individuos, si es que se podía llamar inteligencia a lo que poseían. 

-Mientras tengas claro dónde se encuentra esa cabaña y si tienes la confianza en que la mujer deseará hablar con nosotros, tal vez sí sea más fácil que dar con una raíz cuyo nombre es sin duda metafórico, pero altamente explícito de modo que si nos tropezamos con ella será fácilmente reconocible. Por otra parte, ¿cómo sabrás que te encuentras ante esa tal Ulizmila, cuyo nombre no parece significar nada y aún menos reflejar algún rasgo físico determinante? -preguntó Haizti sin volverse. Sin siquiera esperar a que la muchacha respondiera, su voz volvió a elevarse, esta vez con Quarion como destinatario-. ¿Esas historias? ¿A qué historias te refieres? Porque no he oído ninguna. Ni antes ni ahora. Y no sé qué es lo que deberíamos de comprobar, así que si puedes ser más explícito te lo agradecería. 

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24/02/2014, 16:44
Quarion Ringëril

-Historias en general. Muchos de mis hermanos de clan me contaban que algunos humanos eran druidas, pero en la ciudad las llamaban "brujas del bosque", y habría que comprobar si de verdad es una bruja o solo una druida que prefiera la soledad a la compañía de los urbanitas -explicó el druida- si es lo segundo puede que hablando yo con ella lleguemos a un acuerdo, aunque si no lo es... bueno, quien sabe por donde saldrá.

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24/02/2014, 23:01
Berhanu

Lo tengo claro, respondí a Haizti. Tan claro como podía tenerse algo con ese mapa improvisado, por supuesto. Y no tengo ni idea de si querrá hablar con nosotros. Me encogí de hombros. Podía ser una druida, como decía Quarion; o una hechicera, como las de papá; o una de esas mujeres que nacían con aspecto de viejas y se comían a la gente —aunque de verdad esperaba que no fuera una de las últimas—. Papá decía que las brujas y hechiceras solitarias estaban encantadas de recibir la visita de hombres. Y vosotros sois hombres, creo, así que podéis ocuparos de la diplomacia.

Y si no quiere colaborar con nosotros, y no se nos come, proseguí. Esperamos a que salga de su cabaña y aprovechamos ese momento para registrarla y llevarnos la raíz.

Al menos, en esta ocasión no habría que trepar a un árbol gigantesco, ni pelearse con lagartijas desproporcionadas.

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16/03/2014, 20:22
Asha

Empezaba a estar confusa con el modo de proceder pero con las batallas gastrointernas que se traía con Baelnarth y su rebeldía tampoco le apetecía especialmente abrir la boca para opinar... de hecho agradecía no tener que dar su opinión y envidiaba en cierto modo a Skoll, tan tranquilo, tan sencillo... sin pararse a trepar de un lado a otro, sin preocuparse por bichos y limitándose a echar una zarpa o dos o cuatro cuando hacía falta.

¿Pero de verdad nadie se iba a dejar registrar en plan "oh, sí, por favor, meted las manitas entrometidas en mis bolsillos, ¿quéreis unas galletas?

Se puso una mano en el vientre y casi podía imaginarse (porque era evidente que el dragón físicamente en sus tripas no estaba) un lagarto alado e insolente como un adolescente dando vueltas y coletazos a diestro y siniestro en protesta por su encierro.

Menudo viaje me espera...

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18/03/2014, 14:41
Director

El grupo se pone a caminar, dirigiéndose como buenamente puede en dirección hacia el lugar donde la cabaña de la bruja Ulizmila debiera de estar acorde al mapa. El segundo ingrediente, la cola de rata, necesario para la poción de Laurel debiera de encontrarse allí. O al menos es lo que todos esperáis. Sería una pena haber pasado lo pasado para nada.

La frondosidad del bosque es salvaje. En muchos lugares tenéis que daros la vuelta, dado que atravesar unos pocos metros os lleva varios minutos, buscando lugares de más fácil acceso. Vuestras pieles están pegajosas, húmedas por el sudor que chorreáis. Los mosquitos se ceban con vuestras partes descubiertas, cubriéndoos de picotazos. Ni siquiera Skoll se libra de ello.

El silencio del bosque es en muchos casos algo temible. Sospecháis de cada sombra y cada recodo, de cada árbol más grande que otro, lo suficiente como para tapar a una bestia terrible.

Al poco, a lo lejos, entre la maleza y los árboles, creéis ver un claro y lo que parece una construcción humana. Tras unos minutos sorteando la maleza, por fin llegáis a la zona desnuda del bosque donde se erige la cabaña. No sale humo de la chimenea. Los pájaros cantan en el lugar. Pese al ambiente más alegre que en el interior del bosque, un ligero escalofrío os recorre la espalda y vuestro vello se eriza. Algo tiene ese lugar que os deja intranquilos...

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19/03/2014, 23:14
Berhanu

Las montañas y los bosques de casa eran una cosa muy distinta. Peligrosos, claro, si no sabías dónde te metías. Podías encontrarte rodeado de osos lechuza hambrientos, y morir, sin dejar de partirte de risa por lo ridículo de su aspecto, mientras te arrancaban las tripas a zarpazos y la carne a picotazos. O podías notar un dolor agudo y encontrarte, al mirar hacia abajo, con la cola de un wyvern asomando por el pecho. O jugar al escondite con cadáveres animados de animales en el huerto de Vassiloth el Negro —papá se ofendía más de que un tipo pálido se hiciera llamar “el negro” que de que se dedicara a hacer ardillas, conejos y gacelas zombie.  Pero no había árboles gigantescos más viejos que los dioses, ni humedades más propias de un marjal que de una foresta, no flora de brazos retorcidos que parecía divertirse impidiéndote el paso.

Además, en los bosques de casa, se podía escuchar el trinar de las aves, y sus aleteos al ser espantadas por otros animales, o alguna persona. O las pisadas y las “voces” de los propios animales. O el murmullo de los cadáveres andantes de Vassiloth. En este no, al menos en la zona en la que estábamos. Me podía oír a mí misma andar, y eso no era habitual.

A pesar de todo, llegamos a las inmediaciones de chez Ulizmila sin demasiados problemas. Lo bueno de la humedad era que la erupción cutánea de la cara apenas me picaba. Lo malo, que los mosquitos se encargaban de que me picara todo lo demás. Tenía más ampollas por los mordiscos en los antebrazos, que pelos en todo el cuerpo, salvo la cabeza, supongo.

Allí, los pájaros sí cantaban, lo cual era bueno. Los pelos se me pusieron de punta, a pesar de que no veía ni oía nada que pudiera provocarme esa sensación. Eso era malo, definitivamente. Papá solía decir que si en algún momento tenía la sensación de que algo no estaba bien, a pesar de carecer de cualquier evidencia sensorial, me diera la vuelta y corriera lo más rápido que pudiera, sin detenerme hasta que estuviera a punto de caerme. Esta vez no podía ser.

¿Llamamos a la puerta? Pregunté a mis amigos. Era una cabaña, al fin y al cabo. No tendría ni siquiera habitaciones, o quizás un habitáculo separado para la cama de la bruja. No íbamos a poder colarnos sin magia, y ninguno conocía conjuros lo bastante poderosos como para hacerse invisible.

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20/03/2014, 17:30
Quarion Ringëril

Caminando llegaron a esa zona del bosque en la que parecía aislarse de todo lo demás, esa zona en la que parecía tener más vida propia y no querer que nada ajeno a ella entrara, o al menos, paseara tranquilamente. Además, esa inquietud era algo que incrementaba ese pensamiento, porque los mosquitos, bueno, eran mosquitos, no se podía decir más de ellos.

-Con cuidado -fue lo que contestó el druida mientras observaba todo a su alrededor- no sea que haya trampas o algo, ¿podrías echar un ojo? -preguntó a la joven.

Con un gesto, llamó a Skoll, al cual, con un par de gestos, le indicó que intentara rodear la casa por si había algo extraño por allí.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d20

Resultado: 4(+10)=14

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20/03/2014, 17:35
Skoll

Skoll rozó la mano del druida con el hocico para mostrar que había entendido lo que le decía y, con paso cuidadoso, comenzó a caminar hacia la derecha de la casa, trazando un círculo en sentido contrario a las agujas del reloj y olisqueando el aire sin parar.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+1)=2

Tirada oculta

Motivo: Sigilo

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+6)=12

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20/03/2014, 21:11
Berhanu

¿Trampas? pregunté. ¿Por qué demonios iba alguien a colocar trampas en la puerta de su casa?

Pero Quarion era un elfo, y Laurel no nos había dicho de qué especie era Ulizmila. El nombre no encajaba, pero en realidad no se parecía a ningún otro nombre que hubiera escuchado, así que probablemente se lo había puesto ella misma. Quizás fuera una elfa. Y puede que los elfos tuvieran esa extraña costumbre, y por eso Quarion había preguntado.

Me encogí de hombros. Vale, pero cubridme con los arcos, como en el árbol.

Salí de la maleza, y me acerqué a la cabaña en silencio, inspeccionando con cuidado el suelo y las inmediaciones.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Sigilo

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+8)=22

Tirada oculta

Motivo: Buscar trampas

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+7)=20

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22/03/2014, 16:02
Asha

Arcos

No, ella no llevaba encima ningún arco, pero a las bravas disponía de otros medios para cubrir a Berhanu, siguiéndola con la mirada mientras la muchacha se alejaba de ellos para merodear en busca de algún mecanismo defensivo alrededor de la cabaña.

-Quizá si la descubren no cuele el "antes de llamar queríamos comprobar que no era letal acercarse-musitó- yo desconfiaría de una excusa así.

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02/05/2014, 18:17
Director

Notas de juego

Crees acercarte con suficiente sigilo. Tu inspección del terreno no muestra ninguna trampa. Aparentemente.

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02/05/2014, 18:18
Director

Berhanu se va acercando a la cabaña con pasos cortos y silenciosos como una ardilla. Las altas hierbas en algunos lugares llegan a taparla, pero no detienen su avance. En la mayor parte, la hierba va descendiendo hasta que prácticamente desaparece en lo que parece una especie de huerto rudimentario.

En medio, la fantasmagórica figura de un grotesco espantapájaros os recibe con los brazos abiertos. Sus ojos vacíos parecen mirar al infinito. El lugar no puede resultar más tenebroso. Incluso el aire parece más grueso aquí.

La cosecha ha sido mayormente recolectada. Alguna cosa queda, pero poca cosa para los animales que pretendan rapiñar algo.

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02/05/2014, 18:59
Berhanu

Sigilosa como un atragatanmiento, silenciosa como un fantasma —no esos fantasmas que van arrastrando cadenas y hacen una ruidera de espanto—, me deslicé entre la alta hierba hacia la cabaña. No encontré cepos ni trampas de ningún tipo, lo cual no quiere decir que no los hubiera, pero que al menos el camino que había seguido estaba expedito.

Y, de cualquier modo, y como ya dije, no pensaba que nadie fuera a poner trampas en la misma entrada de su casa. Además, que la bruja podía perfectamente ser una señorona amable que nos invitara a una infusión de hierbas y galletitas caseras. Viviendo en medio del bosque, debía sentirse muy sola. Era eso, o lo de los hombres, como decía papá.

Me di media vuelta y agité el brazo para conminar a mis compañeros a que se acercaran. Mientras tanto, me acerqué a la cabaña y traté de mirar el interior por una de las ventanas, si es que las había. En caso contrario, tendría que pegar la oreja a la puerta, como una vulgar cotilla.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+6)=20

Cargando editor
03/05/2014, 19:20
Director

Notas de juego

La casa tiene ventanas, claro. XD

Miras a través de ellas y ves mesas, alacenas y baldas por todos lados, llenas de botes, tarros y cualquier tipo de recipiente con cualquier tipo de forma. Unos vacíos, la mayoría llenos.

Un gran puchero en el medio de la estancia, sobre el fuego.

No parece haber nadie dentro.