Partida Rol por web

Asustada casi a romper en llantos, ve como hieren al bárbaro, y eso, no mejora el estado anímico de la jovencita.
Con todo sus miedos oprimiendo su voluntad, decide tomar otra cuenta explosiva nuevamente e intentar retrasar al monstruo...o eso espera. Pues sabe muy bien que con el caballero tirado en el piso y el bárbaro herido, ella ni nadie ahí tendrá oportunidad de salir con vida. - ¡¡Tapen sen los oídos, intentare hacer una explosión por detrás de la criatura!! - Estira la onda y apuntando por detrás de la criatura, pues esta es grande y los cubrirá a ellos de las esquirlas que se puedan producir, contiene el aire y lanza a la pequeña esfera.

Sir Mordred se levantó como pudo y se puso entre el bárbaro y la criatura mientras se preparaba para resistir sus ataques de la mejor forma posible. Cuando Tres Libros lanzó el aviso, el caballero abrió la boca y se refugió tras su enorme escudo intentando bloquear con él parte del sonido. 

¡Ven a por mí criatura! -  gritó el caballero golpeando

La criatura ve que uno de sus atacantes se quedó duro decide seguir con el resto del grupo aventurero y ahora tiene uno justo delante que se pone frente a su boca. Un poderoso estruendo retumba a su espalda haciendo que todo resuene y la sordera llega de nuevo a todos menos a la criatura que parece no afectarle, esta se decide a atacar con celeridad a Camlann pero el guerrero logra defenderse estando sordo y algo mareado con su espada y escudo aun estando en el piso aprovechando esto para poder amortiguar el embate de la criatura.

Por su parte el druida busca como ayudar al bárbaro que está duro como la piedra.

Por alguna extraña razón, la cuenta explosiva, no funciono. - Que suerte la mía. - Por otro lado el caballero logra zafarse del ataque de la criatura, pero...hasta cuando. Y no era mucho mejor el panorama al otro lado, el bárbaro duro cual estatua, y el druida, tratando de librarle de lo que sea que le esté pasando. Saco otra cuenta y... - Debe de funcionar, por el amor a todos los dioses - ¡¡ FUNCIONAAAA !! -

Una tercera explosión surgió desde justo arriba de la criatura, esta se aplasta contra el piso por la fuerza de la detonación, fragmentos de piedra vuelan por todos lados, uno pega de lleno en el pecho del bárbaro que lo acuesta contra el frío suelo de piedra y lo hace reaccionar más no le hace un gran daño.

Pero la criatura no se quiere rendir, se vuelve a levantar contra todo pronóstico, aun con todas sus heridas que chorrean un líquido verdoso y pestilente, sus quemaduras y magullones la criatura no quiere rendirce quizás porque no tenga escape y esta sea su guarida. Sin saber el motivo el grupo no puede dejarla vivir a algo tan peligroso y mortal que podría acabar con la vida de los enanos que cuidan el lugar y se deciden a ponerle fin pero súbitamente un gran bloque cae desde las alturas y aplasta dejando inerte a la mole.

Ninguno pudo escuchar como el techo se había agrietado liberando el pesado bloque que puso fin al combate y dejó con vida para su suerte a todos los integrantes del grupo, aun cuando uno no se lo veía y Goldie desapareció dejando tras de si lo que más estaba atesorando, el mapa de los túneles.

-¡¡ SIIIIIII !!!-Festeja, la joven maga, dando un pequeño salto con sus brazos extendidos, acompañado de un grito de alegría...o de sordera, nuevamente causada por el tronar de su poderosa cuenta. Se gira buscado a todos los integrantes, con alivio puede ver, que a pesar de que estén heridos, están vivos ante todo. Se acerca al caballero, y le extiende la mano. - Vamos Sir Camlann, debemos poner a salvo a el señor Râgnar, he visto como la criatura le hirió y lo petrifico.- Mientras este se levanta, mas por sus medio que por la ayuda de la frágil joven - Y no hay que olvidar que la escurridiza ladrona, aún tiene el mapa. ¿Que es lo que haremos Señor?- Quien haya conocido a Tres Libros, la mendiga, antes de este maldito lugar, no la reconocería por estos entonces. La voluntad de sobrevivir y sentirse parte de algo , obro maravillas en su personalidad.

El bárbaro recuperó la movilidad con una profunda bocanada de aire. Por unos instantes, el norteño pensó que su final estaría en la panza de aquella vermiforme criatura, pero el valor de Mordred y las cuentas de fuerza de Tres Libros, consiguieron rematar a la malherida criatura. Aún así, la monstruosa alimaña tuvo un último ademán combativo antes de que una gran roca desprendida la espachurrara por todo el piso.

Râgnar se alzó como pudo. Todavía no había recuperado por completo la movilidad de sus extremidades, pero no se podían permitir perder más tiempo en aquella fría estancia.

- ¡¡Gracias!!- Exclamó con su profunda voz el mocetón. - Acabar devorado por una larva gigante no hubiera sido una muerte honrosa... jajajaja...- añadió con sinceridad quitándole hierro a la situación. A pesar de eso, el corpulento torso del norteño estaba cubierto de heridas, contusiones y magulladuras, pues los combates estaban comenzaban a ser demasiado exigentes y los recursos empezaban a escasear...

- ¡¡Busquemos a esa perra!!

La voz del bárbaro llena de jubilo mi corazón, me giro y veo que ya se encuentra bien, bueno...casi, sus heridas están la vista, pero por lo menos ahora ya no es una piedra. - ¡¡Señor Râgnar!! No sabe cuanto me alegro de que se encuentre bien. ¿Usted cree prudente seguir buscado a esa ladrona? Sus heridas son profundas. - Me doy cuenta que no deseo que le suceda nada, ni a él, ni a nadie. De todas maneras ya se cual sera su respuesta.- Pero...si usted así lo quiere, puedo intentar buscar por que ruta pudo haber escapado esa rata escurridiza de Goldie. - Saco el mapa y examino los posibles caminos, mientras espero a que decidan cuales serán los pasos a seguir.

Me alegro de ver que estás bien norteño. - dijo el caballero con respeto una vez se hubo levantado del suelo. - Gran trabajo señorita. - felicitó a Tres Libros que se había deshecho por fin de aquella criatura. - Pero esto no ha acabado, esas criaturas han sido enviadas por alguien. ¿Soy el único que ha visto la figura humanoide que había al otro lado de la sala? - les peguntó mientras volvía a mirar hacia donde la había visto la última vez.

Las palabras del caballero hacen que mi rostro se ponga como un tomate bien maduro.-Gracias, sin usted y el el señor Râgnar, yo no estaría aquí para agradecerlo. Pero...ahora que menciona aquella aparición ¡Lo recuerdo! Una silueta vaga, dando la orden de aniquilarnos. Es hechicero, sin duda alguna. ¿Que es lo que haremos? Usted y el bárbaro necesitan curar sus heridas y yo sin un sueño reparador no podre ayudar. Miro al caballero, esperando que de una forma mágica solucione nuestros problemas. Mi poca experiencia ¡VA! mi NO experiencia en estos asuntos me hace indecisa, y eso es un problema cuando hay que tomar decisiones.

Râgnar se acercó hasta Tres Libros y puso sus grandes manos sobre los delicados hombros de la muchacha. El norteño le sacaba más de una cabeza a la joven hechicera, pero eso no impidió que la mirara con sus ojos de un azul tan claro y profundo como el cielo de su tierra.

- ¡¡No debes preocuparte por mí, mujer!!- dijo con el tono más suave y tierno del que fue capaz - Los que son como yo no tememos hallar la muerte, aunque sea en esta tumba sucia y oscura...- dijo mientras miraba a Enda y su acompañante. - Si hay un brujo entre estas paredes, debe pagar todo el daño que ha ocasionado a los enanos, pues yo sé del mal que pueden gestar... Mi poblado fue arrasado por el ejército de un poderoso mago... y esas energías sólo conducen al mal...- reflexionó de forma calmada el bárbaro - ¡¡Ten cuidado con tu poder chiquilla!! ¡¡No te conviertas en una bruja!!...- finalizó el robusto guerrero del clan del lobogris mientras limpiaba a Nirthul.

- ¡¿Y tú no puedes hacer nada por nosotros?!...- se dirigió con tono seco a la sacerdotisa enana... ¡¡Sois vosotros los que tenéis un brujo en vuestras salas!!- Exigía el guerrero mientras mostraba su cuerpo ensangrentado. - ¡¡No sois más que usureros!!

No dudo que así sea Râgnar, mas morir aquí y ahora sería un desperdicio de un guerrero valiente como vos. - dijo el caballero calmando al bárbaro. En su vistazo no había hallado rastro alguno del mago, tampoco parecía haber rastro de la mediana. Tal hubiese huido tras la joven Goldie. 

Al caballero no le hacía gracia dejar tras de si al mago que vivía en aquel lugar y tampoco le hacía ninguna gracia volver a palacio sin Goldie. Pero tenían el mapa y tenía que devolver a los aventureros y a la sacerdotisa enana sana y salva al exterior. - Tenemos el mapa que la muchacha había robado. No es el lote completo pero es la parte importante. - anunció el caballero para llamar la atención de todos y evitar que la enana y el barbaro se pusiesen a discutir. - Volveremos a la superficie, escoltaremos a la noble Viskunnar ante sus hermanos y luego tendré que ir a informar de lo acaecido. - dijo el joven caballero. - Aunque antes de irme a informar os dejaré pagadas una buena comida y un par de rondas en alguna taberna. ¿Que os parece? - les dijo intentando subir lo ánimos al personal mientras les invitaba a caminar hacia la salida y se guardaba el mapa.

Sopesando lo conseguido y lo que podría conseguirse bajo que riesgos el grupo decide dejar a la escurridiza Goldie para otra oportunidad y a la extraña y misteriosa figura que como titiritero guió a las criaturas que atacó al grupo. Isbell termina apareciendo acusando un gran cansancio y un poco de restos de bicho sobre su hombro, cuenta que persiguió a la figura lo más que pudo pero tuvo que combatir contra decenas de cienpies y a pesar que mató a la mayoría no pudo con todos y tuvo que retroceder.

Enda por su parte restaura un poco más la salud del bárbaro que fue el más castigado de todos y bajo la guía de Tres Libros que leía el mapa salieron todos finalmente del túnel, el último tramo estaba iluminado por luces que se balanceaban de un lado al otro. Las antorchas de los enanos que esperaban ansiosos hasta que al ver a su sacerdotiza con vida gritaron hasta que todos en la zona se enteraron de la buena nueva, Brok y Martillocertero entre ellos los más entusiastas.

Algo más alejado estaban un par de figuras conocidas que esperaron hasta que el tumulto se calmó un poco para acercarse, Roman el Capitán de la guardia que al ver que no estaba Goldie con el grupo bajó un poco la sonrisa esperanzadora y la otra es Dorno el gordo que exhaló tranquilo al ver que del grupo que entró todos salieron por sus medios y no muertos, algo que le traería muchos problemas seguramente.

Se le ha dado la derecha a Sir Mordred, y ya nos encontramos de vuelta por los túneles con la misión a medias terminar...pero VIVOS. Otra vez vuelvo a la mediocridad, todos tienen quien le espere,bueno...casi, el bárbaro de seguro no.
Poco a poco me alejo, la gente de alta cuna me ponen nerviosa, aunque he de admitir que el caballero ha roto todos mis prejuicios.- Adiós Sir Mordred y gracias por salvar mi vida en varias ocasiones, al igual que usted Señor Râgnar, gracias y sabe donde encontrarme. - Algún volveremos a hablar.
Vuelvo a las calles y a ser invisible, creo que es lo mejor que me sale. Pero no sera lo único que haré, conocimiento es mi sed y apaciguarle es mi nuevo cometido.

El norteño salió de aquel lugar visiblemente herido y magullado. Aquella aventura por túneles húmedos y oscuros, habían llevado al bueno de Râgnar a enfrentarse a legiones de muertos y alimañas en pos de un malvado hechicero. Un sabor agridulce quedó en la boca del muchacho, pues aunque habían conseguido recuperar el mapa de aquel insalubre laberinto, Goldie había huido y junto a ella la misteriosa figura. Râgnar sabía que tarde o temprano, los dioses volverían a poner a tan ladino enemigo frente a él, y ese día, Nirthul lo atravesaría como a un cochino.

- ¡¡No marches todavía chiquilla!! ¡¡Tenemos cosas que celebrar!!- exclamó el mocetón -¡¡Bebamos porque los dioses nos honran con una noche más para saciar nuestros deseos de carne y licor!!

El caballero salió de las alcantarillas en último lugar y se dirigió a estrechar las manos de los enanos que representaban al grupo general y a compartir su felicidad. Luego siguió avanzando un poco hasta darse cuenta que la joven Tres Libros pretendía escabullirse de allí sin despedirse ni celebrar.

El joven caballero se acercó al bárbaro y lo rodeó por los hombros. - Haz caso de este hombre pues sabe lo que dice. Toda victoria, aunque no sea una victoria completa merece una celebración en condiciones. - dijo el paladín con una sonrisa acogedora. - Dadme un momento para informar al Capitan Roman y os acompañaré a una taberna donde os dejaré una ronda y una comida pagada mientras voy a informar. - les pidió el caballero para luego alejarse de ellos en dirección al capitán de la guardia. 

Capitán Vladevier. - dijo el caballero saludando marcialmente al capitán. - Me temo que debo informarle de que la fugitiva a huido. Recuperamos el mapa pero ella huyó mientras los engendros de un mago nos atacaban. - informó el paladín con voz seria. - Debo informarle que intentó sobornarnos y que su plan era introducir objetos de contrabando en la ciudad. - añadió para que se diese cuenta de que la mujer le había tomado el pelo. Luego, se quedó a la espera de que el capitán añadiese algo. - Alguacil Dorno puede proceder a cerrar la verja.

Dorno se apresura a cerrar la verja y ya más tranquilo tras hacerlo se retira para irse a descansar, tiene un agotamiento tal que no puede sostenerse sobre sus piernas más tiempo y sin excusarse siquiera se aleja, algo que no molesta al resto de los presentes que se dirigen hacia una posada con una puerta de baja altura y con un techo igualmente bajo. Es una cantina enana donde Râgnar tiene que estar bastante más inclinado que Camlann.

Allí todos alzan sus copas por su sacerdotiza que volvió sana y salva victoriosa y al grupo que fue tras ella sólo para "asistirla" porque seguramente ella habría podido sola ante todo peligro. El orgullo enano no dejaría pensar que las cosas fueron al revés pero para que cambiar el ánimo intentado convencerlos de lo contrario.

Festejan hasta bien entrada la noche y les dan los mejores cuartos del lugar, un establecimiento hecho completamente de piedra con masilla asegurando cada bloque. Tantos brindis a los cuales no se pueden resistir al tener varias decenas de enanos les hacen perder la noción del tiempo y ya está avanzada la mañana cuando se levantan para darse cuenta que abajo un señor vestido con uniforme refinado, algo que contrasta con la pequeña guardia que lo escolta está esperando por ustedes. - Hace horas que está esperando por ustedes en esa posición, no quiso beber cerveza ni siquiera de la ligera y tampoco les permitió a sus guardias lo mismo. Para mi que es una mujer que no se afeita. - Dice el enano que regentea el lugar haciendo gestos con sus manos para denotar lo delgado del sujeto que parece tran frágil como una hoja seca.

Al verlos acercarse los saluda con un leve gesto inclinando su cabeza. - Buenos días, los estábamos esperando para escoltarlos ante Sir Vubio. - Hace un gesto más pero sobrio y medio indicando la entrada esperando que avancen.

-Al parecer se pescaron en mi escapada jijji, bueno los acompaño. - Muy tímida suelto una risita. - ¿Irme a la calle a tener frío y hambre? ó ¿Ir a festejar, comer y beber hasta reventar?- Estaba mas que claro a donde iba a ir.
Suerte la mía que no huí a tal celebración. El júbilo de los festejos enanos me hace perder la noción del tiempo, y mas el cansancio de toda la aventura, fue la combinación apropiada para un sueño profundo y placentero. Al levantarme me siento como nueva, a pesar de todo lo bebido.

Saliendo de la habitación, planeando cuantas monedas iba a tener que mendigar para poder comer ese día, me encuentro de sopetón a un caballero vestido muy elegante y con una guardia por detrás.
Con mirada taciturna, observo a mis compañeros y escucho al enano, que nos informa de forma muy graciosa, lo que piensa del caballero. Este no hizo rogar cual era su cometido. ¡JA! Quien diría que alguna vez alguien tendría que escoltarme. Espero a que el bárbaro y el caballero den el primer paso, sigo sin confiar en los nobles adinerados, aunque con un poco menos de recelo.- ¿Si ustedes lo creen apropiado? Yo, los sigo. - les susurro.

El muchacho del norte asintió agradecido a la oferta del paladín de invitar a una ronda. Sólo había una cosa mejor que el combate, y era poder disfrutar de las mieles del éxito aunque estas fueran discretamente parciales. Goldie había escapado junto a un ladino hechicero, pero esa batalla se desarrollaría otro día.

Râgnar bailó y bebió como el que más. Ya poco le importaba estar rodeado de esos demonios barbudos de baja estatura. El norteño disfrutó todo lo que pudo hasta que el alcohol consiguió derrotarlo.

Al día siguiente, la resaca y el dolor de cabeza, es incluso peor que el hachazo de un gigante de los hielos, pero el mocetón consigue recomponerse tras vomitar en la jofaina de su alcoba. Poco a poco desciende hasta la sala común y allí se reúne con Camlann y Tres Libros. 

Al parecer, un emisario de un tal Sir Vubio, desea reunirse con ellos...

Los festejos se alargaron toda la noche pero el joven paladín los abandonó temprano. Se despertó al alba para bajar a desayunar y aprovechar que los demás dormían para ir a informar pero cuando bajó abajo ya habían mando a alquien a buscarles. 

Buenos días, justo ahora me dirigía hacia allí. - dijo el caballero con una sonrisa amable. - Sir Vubio es el tesorero real y uno de los líderes honorarios de mi orden. - dijo Sir Mordred a sus compañeros para que supiesen cuan importante era quien les había mandado llamar. - Será mejor que no le hagamos esperar. -dijo mientras comenzaba a andar hacia la puerta.