Partida Rol por web

En aquel momento habías atravesado parte de la ciudad yendo hacia el oeste, dirección contraria a la que Nauj y el resto se quedaron. A tu alrededor, la vida corriente de aquella gente seguía, agenos a tus problemas y ocupados respirando aquella paz que aquella ciudad protegía lo mejor posible. Por esa calle en particular había una tienda con aspecto cuidado y fuerte olor a una gran variedad de especias, lo cual podía resultar un poco molesto.

Al menos, a esa hora del día no hacía demasiado frío aunque la gelidéz de Zanda jamás desaparecía del todo. Parecías estar libre de companía de momento, bien podías seguir vagando distraídamente un rato mientras pensabas y ponías en orden tus ideas.

Blog caminó sin rumbo fijo largo tiempo. Su mente se perdía en sus propios pensamientos, y no prestaba demasiada atención a su alrededor, solo de vez en cuando, se giraba instintiva y nerviosamente para mirar sobre su hombro.

Había pasado tiempo desde que partió de su hogar, y parecía que tardaría otro tanto en regresar, pues su misión no había concluido. Pero no podía llevar a termino su odisea mientras aquel bastardo estuviera rodeado de sus antiguos compañeros. La cosa no pintaba bien.

El pequeño goblin se sentía extraño en aquel lugar, y se preguntaba que haría a continuación.

Entre los variados olores de la ciudad, había algo que le llamó la atención. Le resultaba familiar, pero no podía identificarlo debido al fuerte olor de la tienda cercana mezclado encima al de todos los que flotaban el aire de la ciudad. Tenía que hacer un esfuerzo, si quería rastrear aquello. O simplemente podía descartar la idea y seguir con sus pensamientos.

Bolg necesitaba ocupar su mente en algo, así que decidió intentar averiguar aquel olor extraño que había captado. Más que nada como juego, o como forma de alejar los pensamientos homicidas que bullían en su cabeza.

Parecía que su olfato no quería conducirlo a buen puerto, y tras un rato de intentos vanos, se dio por vencido. Había perdido el aquel olor y no parecía que pudiera volver a encontrarlo.

Desorientado como estaba ya, no reparó en que alguien con una larga tunica con capucha negra pasaba a su lado.

-Yo esperaba que fueras mas avispado, tio -escuchó. Y esa voz la conocía. Sonaba identica a las maldiciones que el drow le había hechado a los guardias y a Nauj anteriormente. Pero no había pasado ni hora y media desde que lo se lo habían llevado...

Aquel personaje dio vuelta por un callejón a paso rápido sin descubrirse. Bien podía llamar a la guardia, o simplemente seguir esta pequeña y voluntaria llamada.

Realmente Bolg no tenía nada en contra del drow, y como ya no acompañaba a Nauj, no tenía porque llamar a la guardia.

El goblin se acercó cautelosa al callejón por donde había desaparecido el extraño. No tenía nada mejor que hacer en esos momentos, así que no perdía nada. A lo mejor el drow podía serle de utilidad.

El callejón estaba desierto al parecer, pero cuando avanzó algo por este pudo ver un resquicio de apenas un metro entre un par de edificios. Y allí estaba él, con la capucha baja y mirandole sonriente. Tenía algún corte en el rostro, por lo cual parece que tuvo una pelea reciente (y se intuía porque).

Se frotó la lastimadura que tría en la cara, y otra mas que ocultaba aquel atuendo engorroso.

-Venga, espero que no creáis que de verdad me iba a molar quedarme a acompañar a la cena de la bestia de Seiní. Ya te hartó el tipo con el que andabas ¿eh?

Sabía de antemano que a los de la clase de Blog les resbalaba el carisma. Pero no perdía mucho con probar.

- Ezo no ez azunto tuyo... pero no, máz bien zon zuz "amigoz" loz que me incomodan. El pequeño guerrero hizo una pausa mientras miraba nerviosamente detrás de él, para volver acto seguido su atención hacia el drow. 

- El problema, ez que quiero matarloz a todoz, y como comprenderáz, ezo me impide viajar con elloz. Cuestión de números. Bolg hizo una pequeña mueca, como una sonrisa llena de afilados dientes.

- ¿Y porque te intereza lo que hago o dejo de hacer? Lo miró unos segundo de forma suspicaz, con los ojos medio cerrados. - No me haz dicho aun tu nombre...

-Vaya con el pequeñín agudo. Soy Aramd, por ahí me llaman "puñalada". Totalmente infundado el apodo -comentó sarcásticamente conforme le miraba con calma.

-¿Y quienes son todos? Venga hombre, quizá hasta podamos ayudarnos mutuamente.

- Bien... Yo soy Bolg "Cicatriz" del clan Patasangre. Dijo con su voz aguda a modo de presentación. - Y todoz, zon todoz, a excepción de mi amigo el encapuchado. Pero zobretodo un tal Inzar, un mercenario... Y también un mago blanco blanco, zi a eze le cortaré el cuello mientraz duerma, y su corazón se lo daré de comer a las rataz, zi, a laz rataz...

El goblin volvió a mirar de un lado a otro mientras se llevaba las manos a las armas. Tras un instante retomó la conversación con Aramd.

- ¿Y porque te interezan eztaz cozaz? Cuéntame. ¿A caso los conoces? Bolg miró de forma suspicaz a su interlocutor.

- ¿Como nos podemos ayudar "amigo"?

-Ah si, el bueno de Inzar, del que te pasé dato antes y pagaste entregandome a la guardia antes, cabrón -comentó ligeramente mosqueado- no, al mago que dices no lo conozco, o eso creo. Pero venga, si cada vez se pone mas entretenido...tu quieres matar a un amigo mio, y yo a un amigo tuyo. Y contando el favor de antes me debes mas incluso. Lo veo simple, hagamos un cambiazo.

Los ojos le brillaron con un sentimiento de deleite ante la idea.

-Yo te doy a Inzar en bandeja de plata, no tendría problemas en sacarlo de Seiní en solitario para que hagas como mejor te plazca con él. Tu en cambio, haces lo propio con el tío de la capucha.

Bolg se quedó pensativo unos instantes. Por su cabeza corrían ideas y posibilidades. Miró de refilón a Aramd, estudiándolo detenidamente, como si pudiera así, averiguar sus verdaderas intenciones.

- Eztá bien. Dijo al fin el guerrero con una sádica mueca en su rostro marcado. - Lo haremoz a tu manera... ¿Como lo hacemoz?

Estaba claro que en el interior de Bolg la sangre empezaba a hervir con la simple idea de cobrarse venganza. Los métodos empleados para tal fin, carecían ahora mismo de importancia.

Aunque el goblin había hecho el trato, no tenía la más mínima intención de cumplirlo. No en lo que respectaba a su amigo, había sido el único que había confiado en él, y no pensaba traicionarlo. Pero al drow, eso era otra historia, al él si que le cortaría el cuello a la menor oportunidad. Una vez, claro, que le hubiera servido a Inzar en bandeja de plata.

Se cruzó de brazos mirandolo sonriente. En aquel punto incluso el goblin podía encontrar una similitud con aquel engreído drow. Ambos parecían compartir la necesidad de acabar con sus enemigos cruentamente. Sin embargo, a la par, parecía igual de desconfiado.

-Tu primero. Yo hice el amable ofrecimiento, así que te toca el acto uno.

- Zi claro... Zi pudiera acercarme al encapuchado lo zuficiente, también podría matar a Inzar. Zi no estoy con él, ez juztamente por que eztá con eze mercenario, y me zuperan en número. Cuando Inzar desaparezca, no habrá ningún motivo que me prive de hablar con el encapuchado, pero mientraz tanto... El goblin dejó la frase a medio acabar, pues era verdad que no podía regresar junto a Nauj mientras Inzar estuviera con él.

- Parece que eztamos en tablaz, tu no te fíaz de mi, ni yo de ti... ¿Que vamoz a hacer? Bolg miró al drow de forma perspicaz, esperando que este resolviera el entuerto.

Hizo un gesto de disgusto y le comentó manteniendo el gesto jocoso.

-Estamos en lo mismo, su madre me conoce y no le caigo demasiado bien.

Se encogió de hombros.

-Así estamos tio, conozco a mas como tu y se que se les da bien mentir cuando les conviene. Si realmente quisieras algo podrías hacer -le miró inquisidoramente y luego se encogió de hombros- Parece que pierdo el tiempo contigo.

- Puez que te jodan zucio baztardo. Escupió el goblin con furia. - Erez tu el que me haz pedido ayuda, no yo. Azí que vete a moleztar a otro, y no me hagaz perder el tiempo.

- "Su madre me conoce" Dijo el Bolg en tono burlón, haciendo una ridícula imitación del drow. - Menuda ezcusa de mierda!! A mi no, a mi no me a vizto nunca, y puedo acercarme al encapuchado, zin que Inzar, el mago blanco, y zu puta madre me reconozcan??!!? La voz del goblin estaba llena de ira.

- Maldito drow, parece que no piensas mucho.

-Bichito -dijo con sorna- no te la busques. Los de tu calaña no saben pelear bien cuando estan solos, y la verdad me estan entrando ganas de enseñarte buenos modales. Igual te hago un favor y te hago otras marcas extra para hacerle honor a tu nombre. Y el poco listo eres tu, a ti te conocen por estar haciendo el idiota pero Inzar es uno de esos tipos de "corazón noble" y seguro que hasta te perdona si vas a hacer teatro. ¿Que no tienes algo de sentido común?

Chasqueó la lengua.

-Que mas da, ya veo que no sirves de nada. Largate de mi vista, que yo me piro a por mi recompensa.

Lo despidió con un gesto, como si fuera un criado.

- Y no te rompas una uña!! Le gritó Bolg al drow mientras este se daba la vuelta. - Sucio bastardo!! Mientras escupía en el suelo de forma despectiva.

Con todo esto, el guerrero goblin se marchó pues nada le retenía en aquel oscuro callejón, y volvió a perderse en entre la gente de Seiní, sin saber muy bien que hacía él allí. Pues su único objetivo al salir de sus tierras era encontrar al mercenario que mató a su gente, y una vez encontrado, no podía acabar con él.

La única opción que le quedaba, era rondar cerca de donde vivía el tipo, y esperar su oportunidad, vigilando y manteniéndose a la espera. Así que volvió a dirigir sus pasos hacia la morada de Inzar. Con un poco de suerte lograría encontrar un buen escondite desde donde vigilar a su "amigo".