Partida Rol por web

Te das cuenta de que tus heridas en su mayoría estan cicatrizadas o vendadas. Duelen apenas, y no serán una molestia importante en cosas tan mundanas como andar o moverse.

Ya no percibes tanto olor a sangre como en medio del asalto que tuvo lugar antes en el pueblo, aunque sigue estando presente probablemente debido a que algunos de los seres cerca de ti estan heridos. Desde abajo llegan aromas agradables que te abren el apetito, carnes asadas, bebidas, pan y otros tantos comestibles apetecibles.

También el olor delator de mas personas en el edificio, claro.

Esa chica escamosa seguía estando presente. Aunque, como se podía especular, estaba mas perdida que todos los presentes juntos en cuanto a todo aparentemente y gravemente lastimada aún, aunque sanandose. Esa cara...ya te habías dado cuenta de que era la misma del cartel de "se busca" que ofrecía la luna y las estrellas por su captura, pero curiosamente ella no se veía enterada del peligro que era mostrar su rostro como lo estaba haciendo.

Todos comenzaban a despertar, lentamente. Mi cabeza estaba apoyada sobre mis manos, y a la vez mis codos sobre mis rodillas. Cerré los ojos para intentar olvidar todo aquel episodio, y seguramente todos comenzarían a rememorar lo vivido o soñado. Realmente no quería escuchar, ya había tenido suficiente con su propia mente

- Recuerda de no volver a ponerte nunca en manos de un mago... - dije para mí mismo. Siempre lo había dicho: cuanto más lejos, mejor, a pesar de la utilidad que representaban en ocasiones

Después, poco a poco, fui alzando la cabeza. Las palabras de Inome habían llegado con algo de retraso a mis oídos

- Dos... ¿dos días? - pregunté, incrédulo

¿Qué era lo que había sucedido entretanto allí, en el plano real? Si es que así podía llamarse

-Dos días...- La vista de Ivere lo confirmaba. Los cuerpos habían sido retirados de las calles, así como buena parte de las runas. Incluso en algunos puntos se habían iniciado reformas.

Bajó la vista hacia el gato y le hizo un gesto con la cabeza en dirección a la puerta. -Ponme al día.- Se separó de la ventana y empezó a andar hacia la salida de la habitación. -Tápate con la capucha- dijo al pasar por delante de Azur.

Bolg se acercó a Nauj casi furtivamente, he intentó hablar en voz baja, para que los allí presentes no le oyeran.

- Eza chica. Los ojos del goblin miraron fugazmente a Azur. - Eza chica ez la del cartel, el cartel que encontramos hace ya varios días en el camino... Por la que pagaban tanto dinero ¿Recuerdaz? Los ojos del guerrero se clavaron en Nauj, por si aquella información le servía de algo al encapuchado.

Dicho esto, su expresión se relajó. - Huelo a comida en el piso de abajo... Que hambre tengo. Mientras se frotaba la barriga de forma ostentosa, como si no hubiera probado bocado en días. Que al parecer era justo lo que había ocurrido, si la información de aquel ¿gato? era correcta.

Notaste que tenías algo, presumiblemente un papel, en el bolsillo de la túnica con el movimiento inicial.

-Ah...¿porque? -quiso saber. Aún así, tras sentarse de forma trabajosa removió con la mano del brazo sano el trozo de tela blanca, para que le cubriera la cabeza y el rostro ocultando sus rasgos. Era increíble como con tan solo ocultar el rostro escamado se confundía con una persona corriente.

El gato giró la cabeza, para ver a los presentes.

No hay mucho que decir. Luego de ese extraño ataque psíquico de ese ser repugnante han estado como vegetales durante dos días. Esa...mujer ha estado velando por los presentes desde ese entonces, no ha permitido a nadie mas acercarse a verles, sanarles o a atenderles en absoluto quitando al saco de pulgas y a mi claro.

Una risita se escuchó por momentos.

Se ha marchado hace unas seis horas. Y hay dos humanos que estan revoloteando por el cuarto cada poco.

Se detuvo antes de salir. -Deberías ponerte la capucha para seguir manteniéndote en el anonimato. Aunque no lo recuerdes, eres bastante famosa.-

Metió la mano en un bolsillo y sacó un papel al que le dio un vistazo mientras preguntaba a Inome. -¿Quién es "esa mujer" y donde está el soldado que nos acompañaba?-

-¿Qué es esto?- En el bolsillo había algo que no recordaba que estuviera ahí. -¿Un papel?- Haciendo como si no le importara demasiado, lo saca mientras mantiene una conversación bastante banal con Inome y Azur.

No dudé ni un segundo en aceptar sus brazos. Fundirme en ellos me reconfortaba y por unos segundos olvidaba la situación incierta en la que nos encontrábamos.

Suspiro y mis dedos se deslizan por su rubia cabellera, intentando así calmar un poco la molestia que sentía en su cabeza.

-Siento lo mismo que tu...- susurro cerca de su oído. Disfrutaba de aquel momento tanto como él o quizás más y las fuerzas se iban recuperando poco a poco.

Quedarme ahí junto a él, sería ideal, pero una voz que no reconocía hizo que me apartara un poco de él ¿Había dicho dos días?.

Miro confusa por encima de mi hombro al gato negro ¿Podría ponerse más extraña la situación? Ahora miraba a Manzana y su profunda marca. Frunzo el ceño debido a eso.

-¿Hablas de Pietro y su acompañante? ¿Un niño?- pregunto al gato, al tiempo que me sentaba al lado de Seryu y tomaba una de sus manos.

- Sí, yo también me había dado cuenta -le confirmó Nauj a Bolg y sacudió la cabeza.- No sé qué pensar, todo esto es muy confuso.

La información que había captado el olfato de Bolg, le animó un poco. Lo cierto es que él también tenía hambre.

Bolg se acercó a su amigo y le informó que su olfato había detectado comida en el piso de abajo. Nauj se sentía débil y confuso, flaco de fuerzas y necesitado de alimento, así que se dispuso a seguir al goblin al piso de abajo.

Poco a poco, todos fueron despertando del sueño y entonces fue cuando el gato habló. Al hacerlo, el joven cachorro de perro buscó refugio entre las piernas del encapuchado; Manzana no parecía tenerlas todas consigo en su relación con aquel animal.

Detuvieron su camino hacia las escaleras para escuchar al felino negro. A Nauj le pareció entender que toda aquella pesadilla había sido en realidad un ataque mental y que Scire había velado por ellos.

"Esperaré hasta mañana en la noche en el bosque de los sauces llorones..." -recordó.

Si tenían que llegar allí a tiempo, deberían comenzar a darse prisa.

 Todo aquello era bastante sorprendente: En primer lugar, un gato que hablaba, y por lo visto que había un perro que también lo hacía. Además, habían dormido demasiados días, y su estómago rugía.

Atendió a lo dicho por el felino mientras trataba de controlar su barriga y la incontenible hambre que poseía. Cuando terminó su relato, y la muchacha siguió preguntando, el chico se comenzó a levantar completamente y con ello sin querer levantó a ella. Le susurró al oido

-Me voy a comer algo.. es la primera vez que tengo tanta hambre en mi vida

Luego le sonrió y le dio un cariñoso beso en la mejilla. Tras ello se alejó, soltándole la mano y bajando las escaleras por donde habían desaparecido sus dos intrépidos compañeros de aventura.

Vlado de Lebennin viene en camino. Esconde a Azur ya viene buscandole, y evita cualquier enfrentamiento con él. Solo sabe que es probable que esté aqui, pero si se mantiene en la ignorancia no será peligroso.

Era la letra de Scire.

No, una humana latosa y otro humano con una cicatriz en la mejilla. Si me lo preguntas el segundo no aguanta su companía, jijiji...

El gato se acicaló las orejas, su oscuro y brilloso pelaje reflejaba vistosamente la luz del sol.

Fruncí el ceño ante la conversación que mantenían mis "acompañantes" con el gato infernal aquel que sabía más que lo que decía. Así eramos muchos, pero él se regodeaba de lo mismo. Suspiré, volví a pasarme las manos por el pelo hacia atrás y me levanté. Tomé el gabán que descansaba sobre mi lecho y me dispuse a abandonar la sala, dispuesto a averiguar quien era aquella mujer que se había dedicado a cuidarlos

"O bien demasiado entregada a nada en concreto o bien quiere algo. Mejor descubrirlo cuanto antes"

Terminé de abrocharme la camisa y ajustarme el gabán, mientras miraba a Azur y a Shadar

- Procurad no meteros en demasiados problemas - comenté socarronamente - Ya hemos tenido suficiente, y lo que nos queda todavía

Busqué a Dantmor para colgarla a mi cinto, ya que no pensaba pasar más tiempo sin su compañía. Volveríamos al término de atacar primero y preguntar después si se daba el caso

Bolg no prestó más atención a las conversaciones que allí se desarrollaban, pues su estómago protestaba coléricamente por el hambre. Así que sin entretenerse demasiado, empezó a descender las escaleras para llegar lo antes posible al origen de aquel olor tan delicioso que sus fosas nasales captaban.

Solo de pensar en comer, ya se le hacía la boca agua.