Partida Rol por web

--¿Por donde?-- pregunta Ramírez

Matei frunció el ceño mirando de hito en hito a los compañeros que habían expresado sus sospechas:

-Fue mi decisión rescatar a Sherezaina...fue me decisión tomarla bajo mi protección. Si por ello he de sufrir consecuencias, serán solo mis consecuencias. Y si alguien duda de mis decisiones, está dudando de mi y de mi honor. - su tono era serio y solemne mientras reemprendía la marcha. No había nada más que decir por su parte.

Vuelve a entrar en discusión el tema de la esclava. "Si por mi fuera la hubiera vendido al senescal, pero puesto que nos había seguido, su mejor propósito sería servir de presente para el poderoso patrón que nos ha citado. Sin embargo, dudo mucho que Matei quiera hacer eso; es tan estúpido que sería capaz de enamorarse de esa oveja. Mejor no digo nada de momento, que el ambiente ya está suficientemente caldeado."

Con paso alegre y las manos cogidas detrás de la espalda, voy siguiendo al ghoul.

"Mira que es feo ¿Su domitor será un nosferatu? agh.. espero que el afamado patrón no sea del clan de los engendros. En fin. Mi sire dice que lo siga, y yo lo sigo."

Como un canto rodado cuesta abajo, no nos queda otra si no seguir al ghoul atravesando el laberinto de túneles.
Mantengo silencio como pide nuestro guía, no se que se pierda el que ha de llevarnos a destino.

Intento memorizar el trazado correcto, nunca se sabe cuando habrá que desandarlo o volver sin la ayuda de un guía.

Continuais por un montón de túneles perdidos, hasta que finalmante Hadel llega a una gran puerta pesada metálica, la cual abre y os invita a pasar.

Dentro podeis ver una gran estáncia, donde hay varias sillas negras y pesadas. La habitación está iluminada por tres antorchas, separadas entre si, las cuales se reflejan en vuestros rostros.

Os fijais que en las sillas están todos vuestros sires sentados, esperándoos, junto a otro hombre bastante rechoncho y con una afilada nariz, que es lo que más os llama la atención.

Al fondo de la sala veis una especie de sarcófago de piedra.

Observo como llega mi Chiquillo con ansia y le mando una profunda sonrisa sin decir nada.

Me levanto de mi silla y observo a la mujer que los acompaña, la miro a los ojos fríamente.

Duerme. Tras eso la mujer cae dormida y la dejo recostada a un lado.

¿De verdad pensabais que no era peligroso traer un mortal aquí?

Tras hablar con el patrón sobre el hombre que nos estaba siguiendo parece que ya la cosa está más tranquila cuando llegan los chiquillos.

Buenas noches de nuevo jovenes.

Mi chiquillo más exótico ya estaba aquí y era el momento de que conciera a nuestro señor, será interesante ver su rección ante quien está a punto de conocer.

La espera me estaba royendo por dentro, ya que no quería que nuestro señor se molestara con nosotros, era una opotunidad única y debía aprovecharla si quería ser bien considerado en el clan.

Buenas noches.

Por fin habían llegado los chiquillos de aquellos que nos debían un favor, y era el momento de que nos lo pagaran. Doy un paso al frente observándolos, despues de que Ladislao duermiera a la humana y Hadel cerrara la puerta, dejándonos a solas.

Buenas noches jovenes vampiros. Mi nombre es Jervais, del clan Tremere. Supongo que el viaje ha sido largo y que debeis estar cansados y hambrientos, por favor, os he preparado unos "refrescos" para antes de empezar la reunión.

Señalo el sarcófago de piedra.

Si os place.

Observo la sala con cautela, auqnue cuando diviso a mi sire me acerco a la sila que ocupa, colocandome tras él tras un gesto de reconocimiento y saludo. Hago caso omiso del comentario sobre la mortal, yo ya lo habia pensado, pero, responsabilidad para quien la ha traido.

Escucho al anfitrión mientras lo observo detenidamente.

-¿Un tremere?

Sea como sea ya solo queda escuchar la oferta, que de cualquier modo será irrechazable.
Ante la invitacion a saciar nuestro hambre, me mantengo inmovil en mi lugar.

Matei se queda impasible al ver a su sire a pesar de su actuación para con Sherezaina:

-Conocía perfectamente los riesgos, señor.- dijo sin ánimo de disculparse avanzando hacia Ladislao y colocándose cerca, pero no tanto como para dar impresión de afecto entre ambos, más bien, como un gesto de protocolo.

Ramírez avanza hacia su Sire devolviendole la sonrisa.
Al llegar ante ella hace una pequeña reverencia mientras con la mano se toca pecho primero, boca luego y finalmente la frente, a la vez que dice --السلام عليكم

Tras esto, ya más serio se gira hacia el patrón a quién dice -- Un placer conocerle al fin señor Jervais. -- hace una leve reverencia, mucho mas leve que la dedicada a su Sire.
--Pernitame que decline su oferta -- dice echándose la mano a la panza -- Vengo saciado, por si había cualquier eventualidad.
--En cuanto a la esclava... Debo decir que ya manifesté en reiteradas ocasiones mi desacuerdo con su presencia, si bien no estaba en mi mano detenerla-- dice encogiendose de hombros.
--Aunque si me permitis... a decir verdad en la convocatoria no decía que existiera un peligro inminente, o que debiaramos tener un especial cuidado, de ser asi estoy segueo que el señor Nadasdy hubiera actuado de forma diferente.-- dice echandole un capote al que debiera ser su nuevo compañero de fatigas en adelante.

Tras estas palabras se coloca tras susire, posando una mano en el hombro de esta.

"¡Por fin! Allí estaban: nuestros sires y el patrón. Lo cierto era que el aspecto del patrón dejaba mucho que desear, pero no esperaba otra cosa después de haber conocido a su sirviente Hadel. Al menos el tipo no era un Nosferatu, gracias a dios."

Hago una reverencia protocolaria al anfitrión y saludo con un gesto al resto de asistentes.

- Buenas noches.

Digo con mi aterciopelada voz, mientras con seguridad doy unos pasos largos hacia el sarcófago de piedra.

- Sospecho que esta va a ser una velada muy especial.

No estoy especialmente hambriento, pero a sabiendas que las normas sociales entienden como un signo de buena eduación tomar un refrigerio cuando alguien se ha tomado las molestias de ofrecerlo, hago lo propio y como quien se pasea por su casa me dirijo al sarcófago con algo de curiosidad por la forma de presentación del trago en cuestión.

Markus no dijo nada acerca del tema de la humana. Matei había reclamado para sí la responsabilidad del acto y no quería interferir en un asunto que él podría tomar como su “honor personal”.

Saludó al señor Jervais con una inclinación.

- Saludos, señor Jervais. Gracias por su invitación. – dijo en tono educado.

Tras ello, saludó a su sire con una leve inclinación de cabeza y luego al resto de presentes, para a continuación dirigirse hasta la posición de su Sire y quedarse tras él, haciendo aparentemente caso omiso a la invitación para el refrigerio.